Uvalde
Texas
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armas
Estados Unidos
La pequeña ciudad de Uvalde, en el estado de Texas, se convirtió en el escenario del peor tiroteo masivo en una escuela estadounidense en casi una década. Dos profesoras y 19 niños fueron asesinados. Esta semana, Imelda García, periodista del periódico Al Día Dallas, nos cuenta qué pasó ese día y cómo una comunidad tan unida como la de Uvalde está enfrentando este duelo. Luego, Wendy Selene Pérez, periodista independiente, nos explica qué posibilidades hay de que esta tragedia impulse un cambio con respecto a la regulación de las armas en Estados Unidos.
Créditos:
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Producción
Daniela Cruzat, Mariana Zúñiga -
Edición
Silvia Viñas, Daniel Alarcón -
Verificación de datos
Desirée Yépez -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
EFE/EPA/TANNEN MAURY
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Transcripciones:
Transcripción:
Imelda García: Imagínate tú, un niño que vivió eso y que sobrevivió jamás va a poder entrar ahí, o simplemente que supo que ahí pasó. Esa parte de la escuela, por decirlo así, está ya inutilizable.
Eliezer Budasoff: Ella es Imelda García, periodista del periódico Al Día Dallas.
Silvia Viñas: Cuando hablamos con ella, Imelda estaba en Uvalde, la pequeña ciudad del sur de Texas donde, la semana pasada, dos profesoras y 19 niños fueron asesinados en un tiroteo masivo en una escuela primaria. 17 personas quedaron heridas.
Imelda: Entonces, lo que los padres y algunos familiares están pidiendo, y la propia comunidad te lo dice, es que esa escuela la deberían derribar. Y si al menos no la escuela, porque se quedarían sin una escuela, por lo menos esa área de la escuela y hacer ahí un memorial para nuestros niños que se fueron.
Silvia: Uvalde es una ciudad pequeña, donde viven más de 15,000 personas. Imelda me cuenta que en la comunidad donde fue el tiroteo.
Imelda: Todo mundo se conoce verdaderamente. O sea, verdaderamente, cuando alguien te dice que todo el mundo se conoce aquí, es verdad. Entonces, uno le contó al otro lo que pasó. Entonces, no hay manera de separar la historia de Robb Elementary de su comunidad.
Eliezer: La tragedia los atraviesa a todos. Según reportes locales, quien no tiene un familiar que trabaja o estudia en la escuela, al menos conoce a alguien que sí lo tiene.
Imelda: Es decir, no hay un área de la ciudad que no se haya visto impactada por esto.
Silvia: Y, según Imelda, la cercanía entre las personas de esta comunidad ha resultado tanto una bendición, como una maldición, desde el tiroteo.
Imelda: La verdad es que es un momento muy complicado para esta comunidad porque el hecho de que sean cercanos es una virtud sí, pero también en este momento es una desventaja, porque ellos no saben qué hacer con lo que pasó. Ellos conocen a la gente, conocen a la familia de la persona que mató a los niños, conocen a la familia de los policías que estuvieron ahí y no actuaron. Entonces, eso convierte… Es como una olla de presión.
Eliezer: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios y Vice News. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas.
Eliezer: Hoy, la peor masacre en un colegio estadounidense en casi una década. Por qué sigue sucediendo y qué posibilidades hay de que esta tragedia finalmente impulse un cambio.
Es 03 de junio de 2022.
Eliezer: En Uvalde, ocho de cada diez personas se identifican como hispanas o latinas. Pero no es gente que haya llegado recién al país…
Imelda: Es una comunidad ya de segunda, tercera generación, que ya nacieron aquí de padres o abuelos mexicanos. Entonces, ellos tienen toda su vida viviendo aquí. Muchos se han ido a estudiar a otro lado, pero regresan a ejercer a Uvalde.
Se apellidan García, Rodríguez, Gutiérrez. Pero la mayoría habla inglés. O hablan los dos idiomas, o hablan en spanglish. Entonces, eso te da una idea de que ellos tienen los valores americanos, pero también están muy apegados a su raíz hispana, es decir, van a misa, son religiosos, son conservadores. Es interesante, es una comunidad verdaderamente que ya te da una idea de la mezcla de las dos culturas ¿no?
Silvia: Uvalde es una comunidad de ranchos y mucha actividad agrícola.
Eliezer: Pero también de turismo. Queda cerca de una planicie donde se pueden hacer caminatas y cazar.
Imelda: Entonces, es una comunidad que recibe y recibe muy bien a la gente de fuera. Están acostumbrados a eso, pero entre ellos son unidos.
Silvia: La comunidad que rodea la escuela primaria Robb es característica de Uvalde. Es una zona de clase trabajadora. Imelda dice que el barrio es tranquilo, de casas pequeñas, un poco desgastadas.
Eliezer: La escuela tiene más de 500 estudiantes. Van niños desde los 7 años a los 11 años, más o menos. Y casi el 90% de ellos son latinos.
Imelda: La escuela no es no es un solo edificio, es un complejo de pequeños edificios, por decirlo así, de pequeñas áreas de salones que está rodeada por una malla ciclónica. O sea, sí está cerrado el acceso. No puede uno pasar a los salones, por decirlo así.
Algo que tenemos que entender de las escuelas de Estados Unidos es que son cerradas. O sea, son espacios donde no cualquiera puede entrar. Incluso hay escuelas donde tú tienes que tocar un timbre para que un guardia venga a verte, y te tienes que identificar, dejar tu identificación. Es decir, no son escuelas como algunos las conocemos un poco más relajadas ¿no? en ese sentido.
Silvia: Entonces, repasemos ¿qué pasó ese día, cómo se fue desarrollando el 24 de mayo?
Reportera: Estados Unidos está de luto
Reportero: 21 víctimas, 19 niños y las dos maestras
Reportero: Que murieron en el tiroteo masivo en la escuela primaria Robb. A manos de un joven de 18 años que irrumpió armado en el colegio.
Reportero: Y se desconocen los motivos que lo llevaron a cometer semejante tragedia, que vuelve a enlutar al país.
Imelda: Bueno, el 24 de mayo empezó como un día normal para todo el mundo. Los niños de Robb Elementary estaban ya a dos días de terminar el ciclo escolar. Ese día habían tenido una ceremonia para premiar a los alumnos más destacados. Entonces, estuvieron padres de familia ahí con los niños.
Eliezer: Después de la ceremonia, algunos niños se fueron a casa. Pero otros se quedaron.
Imelda: Les iban a poner una película, los iban a poner a jugar… o sea otras actividades que ya no eran propiamente de la escuela, por decirlo así. Pero pues los niños quieren quedarse con sus amigos.
Silvia: Este fue el caso de los alumnos de 4to grado – los más afectados por el tiroteo. Estaban viendo una película cuando pasó todo.
Imelda: ¿Qué es lo que pasa? Que bueno, Salvador Ramos, el joven tiene una discusión con su abuela y le dispara, le dispara y sale, sale de ahí. No sabía manejar.
Eliezer: Aún así, toma una camioneta de su familia y sale hacia la escuela. No es un trayecto muy largo. La escuela está a menos de 5 kilómetros de su casa.
Imelda: Estrella la camioneta en una zanja y él se baja con el arma. Enfrente de la escuela hay una funeraria. Entonces, había gente en la funeraria, había gente afuera. Y él entiendo que dispara hacia esa gente y él logra entrar a la escuela, a este complejo de salones.
Eliezer: Por una puerta que estaba cerrada, pero el seguro no servía…
Imelda: Y pues ahí empieza el tiroteo.
Silvia: Imelda nos dijo que habló con una profesora que estaba en el salón de al lado.
Imelda: Y, efectivamente, ella dice que ella tenía 16 alumnos a su cargo y también de 4.º año. Y, pues, ella trató de esconderlos detrás de un gabinete. Y lo que se puso a hacer fue… Los puso a orar. Y ella decía, es que yo estaba aterrorizada y verdaderamente no podía. Yo quería llorar del terror, pero no podía porque tenía que mantener la calma por mis niños.
Silvia: Según las autoridades, los niños que estaban dentro del salón de clase con el atacante llamaron al 911 varias veces para pedir ayuda. Hicieron llamadas durante casi 50 minutos. En una se escucharon disparos.
Eliezer: Aproximadamente media hora después desde que empezó el tiroteo, algunos estudiantes y personal de la escuela empezaron a huir por las ventanas. Los padres se reunieron cerca de la escuela buscando desesperadamente cualquier información sobre sus hijos. Estaban angustiados y exigían a los policías entrar y poner fin al tiroteo que todavía se escuchaba desde afuera.
Imelda: Hay imágenes de terror del periódico local donde se ve a los niños cómo van corriendo, absolutamente aterrorizados por lo que está pasando. Y bueno, así es como ellos lo logran, pues, rescatar niños que no estaban en ese salón.
Silvia: El asesino estuvo dentro de la escuela más de una hora antes de que entrara un grupo de oficiales para enfrentarlo.
Imelda: Ellos pensaban que él estaba apertrechado adentro, por decirlo así, que él había entrado a esconderse y estaba escondido en algún lado. No imaginaron que él estuviera matando niños. Aunque la gente oía las balas.
Silvia: La Policía de Uvalde pidió refuerzos y fue entonces cuando agentes de la Patrulla Fronteriza supieron lo que estaba pasando. Manejaron 40 minutos desde la frontera sur del país hasta la escuela y uno de sus francotiradores mató al joven.
Eliezer: La de Uvalde es la segunda mayor matanza en una escuela de Estados Unidos en la última década. El mayor tiroteo ocurrió en 2012, en la primaria de Sandy Hook en Newtown, Connecticut.
Silvia: Los funcionarios estatales han dado explicaciones contradictorias sobre la respuesta de la policía. El gobernador de Texas, Greg Abbott, por ejemplo, primero dijo que los oficiales habían respondido rápidamente y que salvaron vidas. Pero las autoridades ahora reconocen que se tomaron malas decisiones. Principalmente, no entrar al salón donde estaba el asesino con los estudiantes.
Imelda: Otra cosa que hay que entender en Estados Unidos es que los distritos escolares son independientes. Entonces, ellos tienen su propio gobierno, su propio dinero, su propia policía. Entonces, hay una policía del distrito escolar y el jefe de esa policía de ese distrito escolar de Uvalde es el que decide que no se tenga acción y no se entre.
Eliezer: El Departamento de Justicia abrió una investigación, a pedido del alcalde de Uvalde, para entender qué falló y qué se puede mejorar. Por otro lado, el jefe de policía del distrito escolar de Uvalde – el mismo que tomó la decisión de esperar para entrar a la escuela – dejó de cooperar con las investigaciones estatales.
Silvia: Imelda nos dijo que, conforme se fue conociendo lo que había pasado con la policía, el sentir de la comunidad fue rápidamente mutando del shock a la indignación, a la rabia.
Imelda: El ambiente de la ciudad empezó a cambiar. Entonces hay gente que te dice, bueno, es que nosotros veíamos a nuestra policía como héroes y ahora ya no son eso para nosotros. Hay gente también que te que dice, es que nosotros tenemos un odio interno. O sea, estamos tranquilos, pero tenemos el odio adentro.
Eliezer: Odio hacia la policía que no actuó.
Imelda: Y esas personas se van a tener que ir porque es una comunidad tan cercana. Ellos saben quién era el papá de ese señor y el abuelo de ese señor. ¿Y por qué nos falló? ¿Por qué nos fallaron? ¿Por qué obedecieron esa orden si sabían que había gente en peligro? Niños.
Imelda: Y la gente te lo dice. Tiene que haber una acción, tiene que pasar algo, porque si no pasa algo, no hay un cambio, no sabemos cómo puede actuar las familias, la gente en general, entonces le han perdido el respeto a la autoridad. Entonces, algo tiene que pasar en Uvalde ahora.
Silvia: En Estados Unidos, donde el derecho a poseer armas de fuego está garantizado en la constitución, cada cierto tiempo –especialmente después de tiroteos como el de Uvalde– se reaviva el debate sobre el acceso a las armas.
Eliezer: En Texas, por ejemplo, existe un poderoso lobby a favor de las armas de fuego. Sin ir muy lejos, en junio del año pasado se promulgó una ley que eliminó el requisito de tener permiso para portar armas y cambió la obligación de hacer pruebas de tiro por un curso virtual gratuito.
Silvia: Y en Uvalde las armas son parte de la vida cotidiana.
Imelda: Ellos defienden su derecho a tener armas, tú hablas con la gente en Uvalde y te dicen sí, claro, queremos tener armas para defendernos. ¿Pero qué armas? No necesitamos una AR-15. Eso es lo que tiene que limitarse. Y también están de acuerdo en que haya un aumento en la edad para poder comprar un arma. Entonces, ha sido interesante también, porque, claro, hay posturas donde te dicen no, es que tenemos que armar a los maestros. O sea, la solución no es que nos quiten las armas, las solución es que nos den más armas para poder defendernos y que los maestros defiendan a sus alumnos. Pero hay otra postura de otras personas que dicen no, es que lo que pasa es que tenemos que tener más controles sobre a quién le damos esas armas. Y esas armas tan poderosas no deben estar en manos de civiles. ¿Para qué quieres un arma de esas si no es para matar?
Silvia: ¿Qué se sabe sobre cómo el asesino consiguió su arma?
Imelda: Entiendo que la compra por internet en una tienda que está aquí, una armería, es una tienda deportiva que se llama Oasis Outback y tienen una armería. Entonces, tú cuando entras ahí, tú puedes ver las armas formadas, están ahí los rifles, los rifles, las pistolas, todo y las AR-15, las armas automáticas son la parte estelar, por decirlo de alguna manera, de la armería.
Eliezer: En Texas los únicos requisitos para comprar un arma de esas son ser mayor de 18 años y no tener antecedentes penales.
Silvia: Es decir, cualquiera que cumpla estos dos requisitos puede comprar una.
Imelda: Entonces, bueno, la armería estuvo abierta todos estos días hasta el sábado cerró las puertas, pero no la tienda, sólo la armería. Yo entré y pude ver que estaba cerrada temporalmente, decía, por respeto a las víctimas. Y bueno, también esa parte es complicada porque la gente conoce a quién le vendió el arma. Es decir, es un problema complicado para esta comunidad, porque todos están enlazados. Entonces, está tremendo.
Eliezer: El domingo, el presidente Joe Biden visitó Uvalde.
Eliezer: Durante su visita se reunió con familiares de las víctimas, fue a los homenajes fuera de la escuela y asistió a una misa.
Silvia: Imelda nos contó que, si bien Uvalde se alínea un poco más hacia el lado republicano -de hecho Donald Trump ganó allí en las pasadas elecciones- la gente estaba muy agradecida con la visita de Biden.
Imelda: Fue vista como genuina por la gente, porque él perdió un hijo. Entonces ellos reconocen ese dolor en él también y saben que su solidaridad es verdadera, por decirlo de alguna manera. Entonces fue bien recibido. La gente le pidió acciones, la gente le pidió que hiciera algo. Él dijo que lo iba a hacer. Y es lo que básicamente esperan. Agradecen que haya venido a dar consuelo. Pero también exigen que haya un cambio. Y saben que él, desde donde está, es el único que lo puede hacer. Es el único que lo puede convocar.
Silvia: Desde distintos rincones del país se le ha enviado todo tipo de ayuda a esta comunidad. Donaciones de sangre, fondos para las familias de las víctimas, apoyo psicológico y emocional.
Imelda: En el Centro Cívico de Uvalde se montó todo un esquema de apoyo de salud mental. Cualquier familia afectada puede ir ahí. Han venido consultores en salud mental de todo el Estado. Me atrevería a decir que de varias partes del país. Y están ahí. Están ahí para quien quiera ir con ellos. Otra cosa interesante también que me tocó presenciar fue que dos sobrevivientes de la masacre de Columbine llegaron al memorial y sin alharaca, sin protagonismo, ellas dos, llegaron y empezaron a abrazar a la gente, a hablar con ella y a decirles yo lo viví, yo estuve ahí, yo sé lo que viene, yo sé lo difícil que es y no están solos.
Silvia: ¿Con qué sensación te quedas tú luego de haber hablado con las personas de esta comunidad?
Imelda: Con la sensación de que tienen un gran reto por delante y no va a ser fácil. Ellos mismos te lo dicen, la herida está abierta y se va a quitar, pero la cicatriz va a permanecer ahí para siempre. Hay un antes y un después en esta comunidad de Uvalde. Definitivamente algo se transformó en ellos. Están con el corazón roto.
Eliezer: Y esto, según Imelda, se puede palpar en las calles. Aunque siguen trabajando, siguen yendo de compras y salen a comer, en sus ojos llevan dolor.
Imelda: Cada vez que hay niños involucrados en un desastre de una tragedia, el dolor se multiplica por mil. Porque además es una generación ya que queda marcada. No son adultos que, bueno, ya están en la mitad de su vida y no. Aquí son niños pequeños que forman parte de esta comunidad, que aquí se van a quedar y que para siempre van a estar marcados por esto.
Eliezer: Después de la pausa, la matanza de Uvalde desata nuevamente el debate sobre cómo controlar la venta de armas, un tema complejo en un país que compra más de 20 millones de armas en un solo año.
Wendy: En Estados Unidos el hecho de disparar, de estar ahí de frente y tirotear a alguien y tirotear de manera masiva, es solo la punta del iceberg.
Silvia: Ya volvemos.
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Daniela Cruzat: Hola, soy Daniela Cruzat, productora senior de El hilo. Este domingo 5 de junio se conmemora el Día Mundial del medio ambiente, aunque en realidad no importa cuándo escuches esto: queremos hablar contigo sobre la crisis del agua, que no es una ficción y está presente en nuestro continente. Quiero contarte el caso de Chile. Busca nuestro episodio 105 llamado “Chile se está quedando sin agua”. Lo encuentras en el hilo.audio o en tu app de podcast favorita. Muchas gracias.
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo.
Silvia: Wendy, uno ve noticias de tiroteos como el de Uvalde y no puede evitar pensar por qué esto sigue pasando en Estados Unidos. ¿Qué crees que necesitamos entender sobre la realidad del país?
Wendy: Lo que pasa en Estados Unidos es que hay demasiadas armas. Tiene más armas que personas.
Eliezer: Wendy Selene Pérez es periodista independiente. Colabora con Al Día Dallas, y las revistas Proceso y Gatopardo.
Wendy: Y suena de pronto como un cliché ya ¿no? decirlo, pero es importante hacer hincapié en esto porque son armas legales.
Silvia: Y esas armas han matado a miles de personas. La última cifra es del 2020: ese año hubo más de 45,000 muertes, ya sea por homicidio o por suicidio. Es el número más alto en el país desde que se tiene registro. Y ese mismo año, las heridas con armas de fuego fueron la causa número uno de muerte en niñas y niños.
Eliezer: Esa cifra de 45,000 muertes ya lleva más de dos años dando vueltas. Es conocida, pero no ha impulsado cambios significativos. El tema cultural es demasiado fuerte y Wendy, siendo extranjera. O sea, no habiendo vivido toda su vida ahí, lo ha podido ver con otros ojos.
Wendy: Creo que en Estados Unidos, además yo lo veo en Texas, tengo en Texas viviendo un poquito más de cinco años, la situación de las armas es muy compleja, porque no solo es las armas. O sea, hay detrás toda una cultura de la competencia, de la lucha, del poder, de los videojuegos. O sea, si tú tienes un hijo tienes que estar luchando todo el tiempo como a contracorriente, como que vas con un océano, contra todos los océanos, tratando de moverlo hacia otro lugar, porque es demasiado con lo que se enfrentan.
Silvia: Tal vez tú no tienes armas en tu casa, pero si vives en Texas, es muy probable que los papás de los compañeros de escuela de tu hijo sí.
Wendy: Y te lo dicen. Es que me dijo mi compañero que tenían el arma guardada ahí y decides. Bueno, es que ya no lo voy a mandar a esa casa, pero es que si no ¿con quién juega? Y en esta pandemia y con esta soledad todavía se hace mucho más difícil. Y es desde antes, o sea, las armas solo es como lo material. Porque antes de eso hay toda una culturización de quién es más. Y ese más se condensa en un arma.
Silvia: También usan este argumento de que es un derecho. Eso es lo que vemos mucho cuando cuando hay un tiroteo y los que defienden las armas dicen este es nuestro derecho, no nos pueden sacar nuestro derecho. No se si nos puedes hablar un poquito de eso, de ese argumento.
Wendy: Dicen que es un derecho porque está en la Segunda Enmienda de la Constitución. De hecho, sí es un derecho ¿no? Pero la Constitución no habla de qué tipos de armas, ¿no? Y viene ahí todo el mercado y viene ahí todos los empresarios y lobbistas de armas.
Tienen mínimos candados los fabricantes de armas, porque son unos de los principales lobbistas y se sabe que han donado a campañas presidenciales y estatales también en diferentes momentos.
Eliezer: Por ejemplo, cuando ganó Donald Trump, en 2016, la Asociación Nacional del Rifle había aportado más de 30 millones de dólares a su campaña. Esa organización es la que históricamente ha defendido el derecho a tener armas en Estados Unidos.
Silvia: Y junto a otros grupos del lobby pro armas han ayudado a financiar varias campañas de presidentes, congresistas y autoridades estatales.
Wendy: ¿El lobby a qué se traduce? A que no haya suficientes límites y regulaciones a la posesión de armas y al uso de armas también. Y no sólo de armas, sino también de municiones, y no sólo de municiones, sino también a quién porta esas armas.
Reportera:Malas noticias…
Reportero: Otra vez aquí. Otra vez hablar de un tiroteo.
Reportero: Varios alumnos se encerraron en un salón de clase para resguardarse de las balas.
Reportera: Un joven de 20 años de edad, mató a 20 niños.
Reportero: El tiroteo de ayer dejó un saldo de 17 personas asesinadas…
Reportera: Un pistolero, al parecer un estudiante, llegó hoy a esta escuela secundaria en la pequeña población de Aztec, Nuevo México.
Silvia: La primera masacre que a muchos se nos viene a la mente es la de la escuela secundaria de Columbine, ¿no? en el 99, porque eso impactó no sólo en Estados Unidos, sino en todo el mundo. Pero después de Columbine ha habido muchísimas más, como esta, Sandy Hook, en 2012, que es la más grande que se ha registrado en un colegio en Estados Unidos. Eso fue hace casi diez años. ¿Ha cambiado algo desde entonces? ¿Ha habido algún avance significativo para atacar este problema?
Wendy: ¿De manera nacional? No, ninguna. Al contrario. Creo que no se puede ser optimista. Perdona el pesimismo, pero no va a pasar nada. Después de Uvalde entre miércoles y domingo de la semana pasada murieron ocho personas y 45 quedaron heridas en diferentes tiroteos. La mayoría de ellos, de las víctimas, lo que me doy cuenta también, son adolescentes. Algunos eran fiestas de graduación, porque acordémonos que estábamos en semana de graduación cuando sucedió la masacre de Uvalde, que los niños iban a tener, tan solo unos días después iban a tener su último día de clases, y entonces creo que es el mejor ejemplo de que esto no está cambiando nada, de que hay una intención. Sí hay una intención, sobre todo en algunos estados.
Eliezer: Wendy se refiere a los estados que han aprobado unas leyes que se conocen como Bandera Roja. Y lo que hacen es permitir que un tribunal evalúe si una persona es apta para comprar un arma o conservar la que ya tiene. La prohibición es para personas que puedan ser un peligro para otros o para ellos mismos. Y quién la solicita al tribunal depende de cada estado. Puede ser la policía, los familiares, los amigos, los profesores, el psicólogo o el psiquiatra de la persona en cuestión. Como sea, la prohibición es temporal.
Silvia: Diecinueve estados y el distrito de Columbia tienen leyes de bandera roja. Texas, donde ocurrió la masacre de Uvalde, ¿no? Ahora, la existencia de estas leyes tampoco asegura que estas tragedias no ocurran. Un ejemplo reciente es el estado de Nueva York.
Reportera: Al menos 10 muertos y tres heridos en un tiroteo en un supermercado en Buffalo, en Nueva York.
Reportero: Llegó un hombre inspirado por el odio y abrió fuego.
Eliezer: Este tiroteo ocurrió a mediados de mayo, solo diez días antes de la tragedia en la escuela de Uvalde, a manos de un tirador de 18 años. Que lo haya hecho, no debería haber sido una sorpresa.
Wendy: El chico ya había dicho algo de asesinato, suicidio, ya había mostrado ciertas tendencias, ¿no? A utilizar las armas y asesinar de manera masiva sobre todo con tintes raciales, ¿no?
Silvia: Según los reportes de la prensa, la policía lo sabía, pero no invocó la ley de bandera roja contra él por motivos que aún se investigan. Entonces, cuando cumplió los 18 años, el tipo no tuvo ningún problema para comprar un arma y hacer realidad sus amenazas.
Wendy: O sea, una cosa son las leyes, tendría que haber más leyes y más regulaciones, y después de las regulaciones tiene que haber funcionarios y servidores públicos lo suficientemente capacitados y entregados realmente a hacer su trabajo. Porque si tienes un montón de leyes y no estás cumpliéndolas, pues entonces sigue lo mismo.
Eliezer: Los estudios sobre tiroteos masivos no son comunes, pero sí hay algunos que han logrado identificar formas de reducir esos eventos.
Silvia: Un ejemplo es un análisis del Centro para Soluciones de Violencia Armada de la Universidad Johns Hopkins. Los investigadores compararon más de 30 años de data de tiroteos masivos. Y descubrieron que hay dos políticas públicas que ayudan a reducirlos:
Eliezer: La primera es que quien compre un arma tenga que pasar por un proceso para obtener una licencia para usarla. Eso hace que el comprador tenga que ser aprobado por una autoridad e incluso tomar cursos.
Silvia: La segunda política pública que según el estudio hace una diferencia, es la prohibición que algunos estados han hecho de comprar dispositivos de municiones o cargadores de alta capacidad para armas semiautomáticas. De esa forma, el asesino no puede disparar muchas balas en poco tiempo. La diferencia puede ser tal que estiman que, en estados donde se impulsan esas leyes, hay hasta 49% menos tiroteos masivos fatales.
Wendy: O sea que, aunque sea poco, sí están funcionando las regulaciones.
Silvia: Aún así, menos de diez estados tienen leyes para regular la venta de municiones.
Eliezer: Lo que no hay, y que no es realista políticamente en este momento, es una regulación a escala nacional que limite el acceso a armas para jóvenes.
Wendy: En la mayoría de las masacres lo hemos visto, es que la mayoría de los tiradores tienen entre 18 y 21 años y muchas de las víctimas también son muy jóvenes. La mayoría de las víctimas son adolescentes. Entonces, tendría que haber una ley nacional que regule, realmente, la edad mínima de portación de arma.
Eliezer: La ley federal permite que las personas compren armas desde los 18 años.
Silvia: Hay estados que han aumentado la edad a 21 años, pero se pueden contar con los dedos de las manos.
Silvia: Te quería preguntar específicamente por Texas. ¿Cómo han reaccionado las autoridades en el pasado a otros tiroteos?
Wendy: De la misma manera. Dando condolencias y siguiendo adelante. Y yo creo que aún peor, porque por ejemplo, te acordarás de la masacre en El Paso.
Reportera: Un tiroteo deja al menos 20 muertos y otros 26 heridos en la ciudad estadounidense de El Paso, Texas.
Reportero: Un hombre joven, blanco, con un arma de alto poder, entró por la puerta principal de Walmart, ubicado en el centro comercial Cielo Vista.
Wendy: Es muy simbólica para nosotros latinos, hispanos, porque es la masacre más grande, donde las víctimas son latinas e hispanas.
Eliezer: Para Wendy esta masacre ejemplifica cómo las autoridades del estado han actuado frente a los tiroteos en los últimos años. Específicamente el gobernador, Greg Abbott, que lleva más de siete años en el cargo.
Wendy: Y después de la masacre de El Paso, ¿qué ocurrió? Pues que el año pasado se impulsó una ley, que es una ley que firmó Greg Abbott justo hace un año, que es donde todas las personas mayores de 21 años pueden portar un arma sin permiso, sin permiso estatal. O sea, en lugar de regular los permisos, te abren los permisos. Y no solo eso, puedes hacer una portación oculta de armas en tu automóvil. Donde quiera que estés, puedes portar un arma de manera oculta. Y eso se ve, Silvia, lo ves y lo sientes. La comunidad ¿no? con la gente, con la población.
Eliezer: Wendy nos dio un ejemplo de algo cotidiano.
Wendy: Manejan muy mal en Texas es una fama que tienen, manejan muy mal, entonces no te le puedes poner ni al brinco ni le puedes decir oye que onda, porque no le puedes mirar mal porque siempre el miedo permanente y el miedo así siempre presente es, me va a sacar un arma y me va a disparar, siempre. Y ese miedo que tienes manejando lo tienes cuando llevas a tus hijos a la escuela. Es, le das la bendición, le das un beso y no sabes si va a haber alguien ahí o si va a llegar un tirador y le podría tocar a tu hijo. En cualquier lugar está presente siempre el miedo de que te pueden sacar un arma y que además tienen el permiso de portarla.
Silvia: Qué fuerte, sí. Bueno, en una horrible coincidencia, tres días después de la masacre, o sea, el viernes pasado fue la Convención Nacional del Rifle, la Convención Anual del NRA, la Asociación Nacional de Armas, en Texas. Tú estuviste ahí reportando. ¿Me podrías contar qué significó este evento en medio del dolor de esta tragedia?
Wendy: Fue muy fuerte encontrar sobre todo niños, niños con pancartas más grandes que ellos, ¿no? De tan chiquitos que son, con letreros en español, muchos letreros en español que decían alto a las armas, no más armas. Entrevisté a varias chicas que iban por primera vez y jovencitas.
Jo Esmeralda: Es ridículo lo que está pasando en este país.
Giselle: Estamos aquí porque estamos cansados, queremos algo diferente.
Cynthia: Nadie merece morirse así. Esos niños solo tenían 10 años.
Wendy: Vi mucha indignación. Mucha rabia.
Silvia: Algunos manifestantes le gritaban a los que iban entrando a la convención. Wendy grabó un video donde se ve a una niña pequeña de la mano de una adulta. Un hombre le grita en inglés a la mujer: “podría haber sido ella”.
Manifestante: “It could have been her!”
Silvia: Solo la niña se da vuelta, aunque ligeramente.
Wendy: Y realmente también para mí fue muy chocante ver cuál era la actitud de las personas que asistían a la Convención Nacional del Rifle. La mayoría de ellos blancos, algunos con sus familias, con sus hijos, hijos pequeños, ¿no?. Con sus bolsas, con unas bolsas cafés que decían gun, arma. Estaba la policía montada ahí afuera del Centro de convenciones, la gente con las pancartas, los niños con las pancartas y tenían que cruzar hacia el estacionamiento las personas que iban al centro de convenciones y cuando iban cruzando la gente les gritaban un montón de cosas ¿no? asesinos en español. Incluso ¿no?
Y pasaban con sus hijos y entonces ellos volteaban y se reían o tomaban la cámara y les tomaban fotografía también a las muchachas, a los muchachos, a los niños que se estaban manifestando. Y cuando iban a salir, cuando por fin salían del estacionamiento, les hacían una señal del dedo, ¿no? Así “fuck you”. Se reían, sobre todo muchas risas de burla. Y a mí me pareció eso como la síntesis de si algo va a ocurrir después de Uvalde yo creo que no, nada, absolutamente nada. Y también por eso mismo, porque los lobistas seguirán siendo lobistas. No hay oportunidad de charlar del otro lado, no hay oportunidad, simplemente no se escucha.
Eliezer: La convención de la Asociación Nacional del Rifle se desarrolló de forma casi normal a pesar de lo reciente que fue la tragedia de Uvalde. En un momento, se prohibió a los asistentes llevar armas, pero no tuvo nada que ver con la masacre fue para velar por la seguridad de Donald Trump, quien iba a dar un discurso.
Wendy: Bueno, decía Donald Trump, lo que siempre dice Donald Trump que es vamos a armarnos, vamos, tenemos el derecho, el mal merece que se combata con armas ¿no? Y vamos a armar a los profesores.
Silvia: ¿Pero además de decir que armen a los maestros, abordaron la masacre de alguna forma?
Wendy: Sí, bueno, la abordaron solo diciendo, por ejemplo. Donald Trump volvió al discurso de que era un chavo, o sea, un tirador solitario, mentalmente mal, ¿no? incapacitado de alguna manera, y que esa era la razón, que las armas no son el problema, sino el chico que la compró y el chico que entró a la escuela y masacró. Entonces siempre es deslindarse de la responsabilidad de tener un arma o no tener un arma
Eliezer: Trump también hizo un minuto de silencio y leyó los nombres de las víctimas.
Wendy: Y afuera, entre las protestantes decían entre, entre la gente que protestaba. Decían que ni siquiera sabía pronunciarlos. Y es verdad. Por eso es que al final también de la convención y que pasaban los demás, les decían ¿no? di sus nombres, les gritaba, les gritaban con mucha fuerza ¿no? los manifestantes. Fue muy fuerte esa parte, porque creo que el decir los nombres es muy simbólico. Yo creo que nos hemos olvidado prácticamente de todos los nombres de las víctimas de las masacres. Yo creo que no podríamos decir quizás más de diez de las víctimas en todas estas masacres y en todas estas decenas de personas que han perecido a manos de un arma de fuego y de un tirador ¿no? hablando solo de masacres.
Silvia: Son 21 víctimas de la matanza en Uvalde, 19 niños y dos profesoras. Casi todos los niños eran compañeros de un solo salón de clase, cuarto de primaria, y tenían entre 8 y 11 años. Aquí sus nombres, para que no los olvidemos.
Nevaeh Alyssa Bravo; Jacklyn Cazares; Makenna Lee Elrod ; Jose Manuel Flores; Eliahna Garcia; Uziya Garcia; Amerie Jo Garza; Xavier Lopez, Jayce Carmelo Luevanos; Tess Mata; Miranda Mathis; Alithia Ramirez; Annabelle Rodriguez; Maite Rodriguez; Alexandria Rubio; Layla Salazar; Jailah Nicole Silguero; Eliahana Cruz Torres; Rojelio Torres
Eliezer: Las profesoras eran Eva Mireles e Irma Garcia. Dos días después del tiroteo, el esposo de Irma Garcia falleció por un ataque al corazón.
Silvia: Desde el tiroteo en Uvalde y hasta el 1 de junio, hubo otros 20 tiroteos en distintos puntos del país, según el Archivo de Violencia Armada. Murieron al menos 18 personas. Hoy, viernes 3 de junio, es el Día Nacional de Concientización sobre la Violencia Armada en Estados Unidos, un día para recordar a las víctimas y sobrevivientes de estas tragedias.
Daniela: Este episodio fue producido por mí, Daniela Cruzat, y Mariana Zúñiga. Lo editaron Silvia Viñas y Daniel Alarcón. Desirée Yépez hizo el fact checking. La mezcla, el diseño de sonido y la música son de Elías González.
El resto del equipo de El hilo incluye a Eliezer Budasoff, Inés Rénique, Denise Márquez, Samantha Proaño, Paola Alean, Elsa Liliana Ulloa y Camilo Jiménez Santofimio. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Estudios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
El hilo es un podcast de Radio Ambulante Estudios y Vice News. Gracias a quienes se han unido a Deambulantes, nuestras membresías. Dependemos de miembros como ustedes para garantizar el tipo de periodismo que hacemos en El hilo. Si este podcast te ayuda a entender mejor lo que ocurre en América Latina, considera hacer una donación hoy. Sin importar el monto, tu contribución nos ayudará a garantizar nuestro periodismo riguroso e independiente. Súmate tú también, en elhilo.audio (slash) apóyanos. ¡Muchas gracias!
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