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A finales de marzo, El Salvador vivió la jornada más violenta de este siglo. El país había llegado a tener decenas de días sin un solo asesinato. Y aunque el presidente Nayib Bukele impuso un plan para reducir el número de homicidios, el periódico El Faro reveló que esta no fue la verdadera razón por la cual los asesinatos bajaron drásticamente en el país. Carlos Martínez, periodista de investigaciones especiales de El Faro, obtuvo grabaciones en audio exclusivas que dan pistas sobre las razones detrás de la última matanza. Esta semana, Carlos nos explica qué revela su investigación sobre la relación entre el gobierno y las pandillas. Y luego, Óscar Martínez, jefe de redacción de El Faro, analiza qué podemos esperar de la reacción de Bukele, quien ahora cuenta con una ley mordaza que hace peligrar el ejercicio del periodismo.
Créditos:
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Producción
Silvia Viñas, Mariana Zúñiga -
Edición
Daniel Alarcón -
Verificación de datos
Desirée Yépez -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
EFE/ Miguel Lemus
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Transcripciones:
Transcripción:
Silvia Viñas: Seguramente se acuerdan de esta noticia.
Reportero: El Salvador vivió posiblemente los días más oscuros de los últimos años, entre el viernes 25 y el domingo 27 de marzo.
Reportero: Imagínate, más de 80 asesinatos en 72 horas.
Silvia: Es considerada la jornada más violenta de este siglo en El Salvador.
Eliezer Budasoff: Y estos asesinatos sorprendieron no solo por la cantidad, sino también porque durante el gobierno de Bukele la tasa de homicidios había bajado. El país llegó a tener decenas de días sin un solo asesinato.
Silvia: Carlos, la Mara Salvatrucha-13 les admitió a ustedes en El Faro que ellos estaban detrás de esta masacre de fines de marzo, ¿no? ¿Qué te dijeron sobre por qué lo hicieron?
Carlos Martínez: Ellos aseguraron que esa cantidad de personas muertas fue su forma de presionar al gobierno ante lo que consideraron un incumplimiento del pacto que tenían con el gobierno del presidente Nayib Bukele.
Eliezer: Él es Carlos Martínez, periodista de investigaciones especiales en el periódico digital El Faro.
Carlos Martínez: Hemos obtenido ahora siete audios, que reflejan conversaciones entre Carlos Marroquín, la persona que fue seleccionada como mediador entre el gobierno del presidente Nayib Bukele, y las pandillas. Y en estos audios se revela, no sólo la existencia de las negociaciones entre el Gobierno y la mara, sino una compleja red de acuerdos en vigencia y una compleja red de diálogos que quedan revelados a través de estos audios en los que la Mara Salvatrucha grabó al negociador del Gobierno.
Eliezer: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios y VICE News. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas.
Hoy, casi dos meses después de esa matanza, cuáles fueron las razones detrás de la violencia y qué nos revelan sobre la relación entre el gobierno de Nayib Bukele y las pandillas que aterrorizan al país.
Es 20 de mayo de 2022.
Según Nayib Bukele, la caída en las cifras de asesinatos se debe a un plan que anunció en las primeras semanas de su mandato: el Plan Control Territorial. Consistía, básicamente, en sacar a miles de militares a las calles.
Pero, según las investigaciones de El Faro, esta no fue la verdadera razón por la cual los asesinatos bajaron drásticamente en el país.
Carlos: Lo que entendemos es que la explicación de esa caída de asesinatos tiene que ver con el acuerdo que tenía el gobierno con las tres principales organizaciones criminales en El Salvador.
Silvia: La Mara Salvatrucha-13, el Barrio 18-Sureños y el Barrio 18-Revolucionarios.
Carlos: Eso implicaba también una serie de mejorías en la calidad de vida de las personas privadas de libertad miembros de pandillas.
Silvia: Según documentos que obtuvo El Faro, estos beneficios iban desde permitir la venta de pizza o golosinas, a revertir una medida que juntaba a miembros de bandas rivales en las mismas celdas.
Silvia: ¿Y el gobierno, además de ganar políticamente al poder decir “bajaron los homicidios”, que más ganaba el Gobierno en esta tregua?
Carlos: Algunos documentos que obtuvimos en 2020, y algunos análisis de información de inteligencia elaborada por este mismo gobierno que obtuvimos en ese año, prueban que el acuerdo no era solo reducir homicidios, sino que también tenía un componente electoral. El Gobierno solicitó a las tres principales pandillas de El Salvador su respaldo electoral para obtener la mayoría en la Asamblea Legislativa y en las alcaldías de la que actualmente goza el partido oficial y que coloca al presidente Bukele con una mayoría absoluta de diputados en el Congreso.
Silvia: Entonces, como escuchamos al comienzo de este episodio, voceros de La Mara Salvatrucha-13 le dijeron a El Faro que este pacto se rompió porque el gobierno no cumplió con su parte. Específicamente, los voceros de la mara apuntan a la captura de unos pandilleros que se supone que no debían capturar.
Carlos: Aseguran que el gobierno del presidente Bukele arrestó a unas personas de su organización que gozaban de una especie de salvoconducto. Es decir, que esas personas se conducían en un vehículo proporcionado por el Estado y conducido por un chofer del Estado, en el entendido de que no serían capturados. Y aún así fueron capturados. Y la Mara Salvatrucha, en reacción y con el afán de presionar al Gobierno para que liberaran a esas personas, comenzó a asesinar personas básicamente al azar.
Silvia: Carlos se refiere a la matanza de finales de marzo, que en un fin de semana dejó 87 muertos.
Silvia: ¿Qué revelan los audios sobre lo que pasa luego de que capturan a estos líderes pandilleros que se supone que estaban protegidos?
Carlos: Hay una serie de hechos que todavía para mí son confusos. Pero de los que hay pistas muy interesantes en los audios.
Silvia: El Faro no recibió los audios en el orden en que fueron grabados, pero vamos a empezar por uno que claramente es de después de la captura de los pandilleros. Este es Carlos Marroquín, el negociador del gobierno, hablando con un líder de la Mara Salvatrucha.
Carlos Marroquín: Ahí es donde yo les digo, brother, ¿usted piensa que si esta operación se hubiese hecho conmigo, no hubiese estado yo presente?
Carlos: En este audio, Carlos Marroquín reclama a su interlocutor en la pandilla haber movilizado a un grupo de personas bajo la tutela de otro funcionario público, que es el director general de centros penales. Y que si él hubiera llevado la operación, él hubiera estado dentro del vehículo en el que se condujeron los pandilleros.
Carlos Marroquín: Claro que yo mismo hubiera ido a mover a los hermanos. ¿Sabe para qué? Porque no me van a agarrar a mí, ¿me entiende?
Carlos: Y para probar que lo que dice es cierto, les recuerda que él en persona sacó del país a Elmer Canales Rivera, alias Crook, uno de los líderes históricos de la Mara Salvatrucha.
Silvia: Y a quien en el audio Marroquín llama “el viejo”.
Carlos Marroquín: Y yo al Viejo lo saqué de adentro, brother, en una forma de ayudarles a todos y de demostrarles mi lealtad y confianza, pues. Yo mismo lo fui a traer allá y yo mismo lo fui a dejar a Guatemala, entonces… pero yo no sé por qué se confían en otra gente.
Silvia: Crook, o “el viejo” como le dice Marroquín, en 2019 recibió una condena de 70 años por homicidio. Es alguien que está procesado por agrupaciones ilícitas y extorsión.
Óscar: y una de las personas que el gobierno de los Estados Unidos ha solicitado en extradición, por considerarlo el líder de una organización terrorista internacional.
Silvia: ¿Y por qué es importante este ejemplo que él da? ¿O sea, qué nos dice sobre el nivel al que han llegado las negociaciones entre el gobierno de Bukele y las pandillas?
Carlos: El ejemplo es importante porque las dimensiones que tiene ahora mismo la liberación de alguien como Crook atraviesa no solo lo legal, sino lo político en este momento. El Presidente Bukele ha instalado, de una manera bastante eficiente, una narrativa en El Salvador que es: si tú no estás absolutamente de acuerdo con el proceder del gobierno, sólo puede ser porque tú eres aliado de las pandillas. Y este acuerdo, estos audios, lo que revelan es que durante todo el tiempo el presidente Nayib Bukele estuvo al tanto de las negociaciones hechas por Marroquín con las pandillas y, además, revelan que el Gobierno avaló la liberación de líderes nacionales de esa estructura para honrar el pacto que tenía con ellas.
Silvia: Incluso alguien como Crook, que Estados Unidos había pedido extraditar.
Carlos: Es decir, de alguna manera, deja en evidencia la hipocresía de un gobierno que ha intentado calzar el mote de aliado de las pandillas a todo el que considera oposición o crítico, mientras en secreto dejaba en libertad a las cabecillas y a los líderes de esta organización criminal.
Silvia: En esta misma grabación, que El Faro calcula que ocurre entre la tarde del viernes 25 y del sábado 26 de marzo –o sea, cuando ya había empezado la matanza– Marroquín se refiere a un ultimátum que dieron las pandillas para liberar a sus líderes capturados.
Carlos: Ese ultimátum es trasladado por Carlos Marroquín al presidente Bukele.
Carlos Marroquín: Yo ya le tiré a Batman que hay 72 horas para dar una respuesta.
Silvia: Según la investigación de El Faro, Batman es el apodo que usan para Bukele.
Carlos: Y el presidente Bukele se lo toma muy mal.
Carlos Marroquín: Él no se lo tomó a bien, se lo tomó a mal, como que a mí no me anden amenazando y no sé qué.
Carlos: Y en ese momento él todavía cree que puede rescatar el acuerdo entre el gobierno con las pandillas y le pide a su interlocutor que gire la orden de dejar de matar.
Carlos Marroquín: La herramienta que necesito ahorita, brother, que le trasladen ya la gente, que paren, que ahorita paren, que me den chance para ver si logramos retomar.
Carlos: Y le dice que, en su análisis, la estrategia podía haber sido distinta.
Carlos Marroquín: Creo que la estrategia no ha ido bien, sino que yo siento que se podía poner presión de otra forma y no con el tema de los muebles.
Carlos: Que no se debía haber recurrido a los muebles, que es la forma en la que se refiere a los 87 salvadoreños muertos.
Esto a mí me revela que, desde un principio, el gobierno, a través de este interlocutor, sabía que esas muertes se debían a ese rompimiento del pacto. Y no sólo eso, sino que además siempre lo supo el Presidente de la República. Siempre supieron por qué se partió el acuerdo, siempre supieron por qué la pandilla detonó esa jornada de asesinatos y siempre estuvieron al tanto, tanto el vocero del Gobierno, digamos, el intermediario del Gobierno frente a las pandillas que es Carlos Marroquín, pero también el Presidente de la República Nayib Bukele.
Silvia: Estos audios también dan pistas sobre lo que parece ser una especie de crisis interna en el gobierno de Bukele.
Silvia: Hay un momento en que Marroquín dice que hay gente que está interesada en que esto se caiga.
Carlos Marroquín: No sé por qué se confían en otra gente, brother, si aquí la demás gente está interesada en que esto se caiga y que esto ya no avance ni funcione.
Pandillero: ¡Simón! ¡Simón!
Silvia: ¿A qué se refiere con eso?
Carlos: Al parecer, al interior del gabinete de seguridad, en el Gobierno del presidente Bukele, hay un tipo de pugna que enfrentaba a Carlos Marroquín con el Ministro de Seguridad y Justicia.
Silvia: El ministro de Seguridad y Justicia, Gustavo Villatoro, a quien Marroquín en los audios llama Torero.
Carlos: Los audios revelan, Carlos Marroquín, el negociador del Gobierno, le informa a la Mara Salvatrucha que el ministro de Seguridad y Justicia es el responsable de destruir el pacto que la pandilla tenía con el gobierno.
Carlos Marroquín: ¿Qué fue lo que hizo Torero? Mandar a agarrar a los compadres.
Óscar: Y Marroquín, una y otra vez hace alusión a que no hay una unidad al interior del gabinete de Seguridad Pública del Gobierno de Bukele, sobre lo ideal de estar negociando con las pandillas. Y él le asegura una y otra y otra vez a su interlocutor en la Mara Salvatrucha, que dentro del Gobierno solo deben confiar en él, puesto que el resto de funcionarios están por la labor de tumbar el pacto.
Carlos Marroquín: Usted sabe que gracias a Dios, hicimos un esfuerzo de dos años y medio casi, tratando de que las cosas caminaran bien. Y se le dio una muestra tanto a él, al país, a ustedes, al pueblo y a todos, a todos, de que las cosas sí se pueden hacer cuando hay voluntad. Pero aquí no debe haber voluntad solo de una parte, debe ser voluntad de todas las partes. Y lastimosamente creo que ahorita es lo que ya no hay, voluntad, pero démosle, bro, démosle.
Silvia: En los otros audios, Marroquín ya parece darse cuenta de que sus esfuerzos por seguir negociando con las pandillas han fracasado.
Carlos Marroquín: Si en algún momento Dios lo permite o lo requiere ahí voy a estar para entrar de nuevo. Pero por el momento, así como como yo se lo digo, brother, ahorita el proceso se ha terminado.
Carlos: Marroquín, cuando le asegura al pandillero que el pacto se ha roto y que los puentes se han quemado todos, le dice finalmente que queda a sus órdenes.
Carlos Marroquín: Yo como les digo, ahí estoy para cualquier cosa, ya saben, a la orden.
Carlos: Y la pandilla me ha hecho saber que dan por terminado cualquier posibilidad de diálogo con este Gobierno y que entiende también que los puentes están rotos.
Silvia: A las 3 de la mañana del domingo 27 de marzo, la Asamblea Legislativa aprobó un régimen de excepción por 30 días para frenar la ola de violencia.
Carlos Marroquín: Y allá adentro están torturando a la gente, están sufriendo y los están humillando, los están tratando como animales y no es para eso, para, para lo que hemos luchado, pues. Era para generarle condiciones a los de adentro y también a la gente de aquí a la calle, que son las comunidades, la gente más pobre.
Silvia: No está claro de cuándo exactamente es esta grabación, pero en algún momento Marroquín le advierte al pandillero que el gobierno va a endurecer su respuesta.
Carlos Marroquín: Y ahorita lo que sé, brother, según me tiraron un dato, es que se va a poner peor en las comunidades. Entonces, entonces pues sí, pongan en alerta ahí a la gente, brother, porque sí se va a poner más, más cañón, va, más cabrón y hay que cuidar ahí pues que, que no se duerman en clases. ¿Me entiende?
Silvia: Unos días después de ese sangriento fin de semana de marzo, se aprobaron una serie de reformas legales. Aumentaron las penas de cárcel, incluso para menores, cuando se trata de delitos cometidos por miembros de pandillas o personas relacionadas a ellos; reforzaron el presupuesto para comprar armamento para la policía y las fuerzas armadas; y crearon un esquema de recompensas para las personas que den información que lleve a la captura de pandilleros. Luego, a finales de abril, el estado de excepción se extendió por otros 30 días.
Carlos: Y que ahora ha estado a punto de refrendar por unos nuevos 30 días más. Este estado de excepción limita los derechos constitucionales de los que gozamos los ciudadanos en El Salvador y le permite a la policía y al ejército en El Salvador hacer labores de seguridad pública, arrestar a quienes consideren sospechoso de ser pandillero o sospechoso de apoyar a las pandillas.
Silvia: se han hecho más de 30,000 capturas durante el estado de excepción.
Carlos: Personas que no han tenido derecho a que se les explique por qué se les detiene, que no han tenido derecho a tener un abogado y que no deben ser presentados ante un juez, sino hasta luego de 15 días de haber sido detenidos.
Silvia: A Carlos, que la misma pandilla le haya dicho que se ha terminado cualquier posibilidad de diálogo con este gobierno, que los puentes estén rotos, le genera un montón de dudas sobre el futuro de El Salvador.
Carlos: Creo que se va a aprobar una nueva extensión del régimen de excepción. Y creo además que, sobre la base de lo actuado al día de hoy por el gobierno de Bukele, la llamada “guerra contra las pandillas” y el asesinato de estas 87 personas fue capitalizado y convertido en un arma política en contra de quienes consideran opositores.
La sangre de ese montón de gente, cuyas razones conocemos ahora, se ha convertido en un instrumento del régimen en El Salvador para perseguir, para difamar y para acusar a la oposición de ser aliado de una estructura criminal en la que ahora queda muy claro algo. Claro que esa estructura criminal tenía aliados: era el Gobierno del Salvador.
Me parece que esto dibuja una circunstancia muy cínica. Muy fría, además, y de un cálculo al que me atrevo a llamar un cálculo criminal.
Silvia: Después de la pausa, qué podemos esperar de la reacción de Nayib Bukele a estas nuevas revelaciones, y qué significaría una respuesta de mano dura para los periodistas involucrados y para la ya debilitada democracia de El Salvador.
Ya volvemos.
Elías González: Soy Elías González, diseñador de audio y creador de música para El hilo. Hoy quiero contarte sobre una forma en la que podemos estar en contacto directo contigo. Cada semana, mi colega Desirée Yepez escribe un boletín para ti, que formas parte de nuestra comunidad. Todos los viernes se envía una ampliación del tema, algunas noticias relevantes de Latinoamérica y más. Queremos alcanzar los 10 mil suscriptores y necesitamos tu ayuda.Sólo tienes que dar clic en el hilo (punto) audio (diagonal) boletín y suscribirte para tener más contexto sobre nuestra región y estar mejor informado. O reenviar el correo que recibes a algún familiar o amigo a quien consideres que esta información puede ser útil. ¡Contamos contigo!
Eliezer: Óscar, ¿cómo ha reaccionado antes Bukele a lo que ustedes han revelado en el Faro sobre las negociaciones entre el Gobierno y las pandillas?
Óscar Martinez: Mira, por lo general hay dos formas con las que el gobierno de Nayib Bukele responde a las publicaciones sobre sus negociaciones con pandillas.
Eliezer: Él es Óscar Martínez, hermano de Carlos, periodista de El Faro y jefe de redacción del periódico.
Óscar: La primera es con un absoluto silencio.
Ha habido algunos detalles de las negociaciones que hemos revelado y ningún funcionario ha dicho absolutamente nada a día de hoy. Pero la segunda forma es atacando a los periodistas atacándolos con cosas brutales.
Eliezer: Por ejemplo, Óscar me cuenta que el gobierno lanzó una campaña de difamación personal terrible contra Carlos cuando reveló que Bukele llevaba más de un año negociando una tregua con las pandillas. Carlos, Óscar y decenas de periodistas también fueron hackeados con Pegasus, un programa espía que han usado gobiernos para monitorear a críticos y opositores. El celular de Carlos fue pinchado durante 269 días, y justo en ese periodo estaba encontrando pruebas sobre las negociaciones del gobierno con las pandillas.
Pero el acoso no es nuevo. Desde el 2019, Óscar y sus colegas han sido el blanco de diversos ataques de este Gobierno.
Óscar: Al periódico le ha prohibido ingresar a conferencia de prensa. Algunos de sus reporteros hemos tenido auditorías de Hacienda que han buscado acusarnos de delitos que no existen. Hemos tenido al presidente acusándonos de ser lavadores de dinero en cadena nacional, hemos tenido persecución de parte del organismo de Inteligencia del Estado y debo decirlo, y hay algunas personas de la redacción, que por respeto a esas personas, dejaré que sean ellas quienes revelen esto, pero ya hay personas de la redacción que por acoso a sus familias y a sus vidas personales, están preventivamente fuera del país.
Eliezer: Óscar, ¿qué tenemos que saber para entender la relación de Bukele con el periodismo que le incomoda?
Óscar: Bukele es un autócrata. Bukele es alguien que además tiene otras características, una característica muy particular. Bukele se rodeó de gente que le alaba, exempleados de su empresas, sus hermanos, sus familiares, gente que siempre fue subordinada a él durante su gestión como alcalde. Bukele no está rodeado de absolutamente nadie que de una forma severa y crítica puede decirle la verdad al oído. Y eso te describe a una persona.
A Bukele no le gusta escuchar críticas. Bukele es un hombre al que le encanta escuchar atronadores aplausos y la prensa crítica en el país, forjada durante largas décadas de gobiernos corrupto de otros partidos políticos que han atacado a la prensa, que han perseguido a la prensa, que han obligado a que algunos abandonáramos en un momento el país con nuestras familias, o que incluso tuviéramos algún tipo de seguridad privada. La prensa en El Salvador es crítica. La prensa en El Salvador, y yo creo que El Faro es uno de los buenos representantes de esto, está acostumbrada a cubrir al poder. Pero no solo a cubrir al poder, a cubrir al poder mientras el poder se ejerce. Y Bukele no puede soportar esto.
Eliezer: Óscar dice que Bukele también ha logrado anular a la mayor parte de aquellos a los que considera sus enemigos.
Óscar: Los otros partidos políticos los redujo a nada. La Asamblea Legislativa se la tomó, los jueces los largó y la Corte Suprema de Justicia ahora es suya. A Bukele, aparte de algunos pequeños destellos de la sociedad civil organizada, lo que le queda por delante como obstáculo es la prensa crítica y la prensa independiente del país, nada más.
Eliezer: Desde que Bukele empezó su mandato, los casos de agresiones a periodistas han aumentado. La Asociación de Periodistas de El Salvador, Apes, registró más de 400 casos de diferentes vulneraciones entre 2019 y 2021. Y ha notado una campaña de descalificaciones y estigmatizaciones constantes a periodistas que viene directamente desde la Presidencia.
Óscar: Las maneras son esas. ¿Cuál es el problema? El problema es que ahora mismo tienen una nueva arma. El problema es que ahora mismo tienen una ley de censura. Tienen una ley mordaza y creemos que la van a ocupar.
Eliezer: Como escuchamos en el segmento anterior, después de esa ola de homicidios a finales de marzo, Bukele reaccionó con un estado de excepción y una serie de reformas legales.
Óscar: Y en medio de esas reformas, Bukele y sus aliados, sus acólitos, aprovecharon para meter la “ley mordaza”, que no es sino una ley ambigua que deja a criterio del régimen lo siguiente: cualquiera que revele información que provenga de las pandillas o presuntamente de las pandillas y que genere zozobra entre la población, puede ir 15 años preso. ¿Qué es lo grave de esto? Una fotografía de un graffiti de pandillas es información que proviene de las pandillas para demostrar su control en un barrio. Un fotógrafo que tome su imagen, si al régimen se le ocurre, puede ir 15 años preso. Pero ahora, digamos, lo más importante: el periodismo, y en particular el periodismo de El faro, ha descubierto pactos entre pandillas y gobiernos desde marzo de 2012, en gran medida porque ha tenido fuentes adentro de las pandillas y porque, entre otras cosas, ha obtenido filtraciones de videos y audios que desde hace más de una década revelan las negociaciones entre gobierno y pandillas. Es decir, la “ley mordaza” está hecha también para intentar proteger al régimen de lo que justo hemos hecho: revelar de qué forma y con qué detalles llevan negociando con estos grupos criminales a los que dicen combatir desde que prácticamente Bukele se instaló en el poder en junio de 2019.
Eliezer: ¿Te preocupa que ahora, después de esta revelación, la reacción del gobierno sea más fuerte?
Óscar: Yo creo que lo será. Mira, si me quisiera poner ingenuo, podría especular que quizás el silencio vuelva a ser una medida. Y si me pusiera severo o le hiciera caso a lo que pienso, creo que nos van a perseguir penalmente con esa ley espuria. Creo que van a intentar encarcelar a miembros del periódico, principalmente al autor de la nota, debido a esta ley espuria, utilizando esta ley, esta espada oxidada que tienen en sus manos. Ahora, en el punto intermedio, hay un serio problema. ¿Cuál es el problema que queda en medio? Ya no hay vida con tranquilidad para un periodista en El Salvador, no para un periodista que ha firmado esto, esa ley no es una ley que caduque en unos días. Esa ley la pueden blandir como una espada para atacarlos cuando les dé la gana a partir de ahora. Es decir, no solo hemos revelado esto, venimos revelando mucha información al respecto y ahora sabemos que hay una espada de Damocles que pende sobre nosotros.
Eliezer: Óscar, ¿qué nos dice esta ley y la reacción de Bukele al periodismo que hacen ustedes y otros sobre el estado de la democracia en El Salvador?
Óscar: La democracia en El Salvador es solo un maquillaje, una cara que está completamente deformada. En El Salvador no hay más democracia. En El Salvador si lo querés ver como un régimen híbrido, lo que quedan son pedazos mal puestos de maquillaje en los ojos y alrededor de la boca. El Salvador ya mostró su verdadera cara, y la verdadera cara es la de una autocracia, y la verdadera cara, o el verdadero camino hacia el que podés prever que se va a convertir ese ser deforme que es el Salvador ahora mismo, es una dictadura. Es decir, no veo por qué pensar que Bukele vaya a echar para atrás. No veo por qué es aventurado ahora mismo decirte que si no estamos ya ahí, estamos a unos pasos de ser una dictadura.
Mariana Zúñiga: Queremos agradecer a El Faro por dejarnos usar las grabaciones que obtuvieron en este episodio. Este episodio fue producido por Silvia Viñas y por mí, Mariana Zúñiga. Lo editó Daniel Alarcón. Desirée Yépez hizo el fact checking. La mezcla, el diseño de sonido y la música son de Elías González.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Inés Rénique, Denise Márquez, Samantha Proaño, Paola Alean, Elsa Liliana Ulloa y Camilo Jiménez Santofimio. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Estudios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
El hilo es un podcast de Radio Ambulante Estudios y Vice News. Gracias a quienes se han unido a Deambulantes, nuestras membresías. Dependemos de miembros como ustedes para garantizar el tipo de periodismo que hacemos en El hilo. Si este podcast te ayuda a entender mejor lo que ocurre en América Latina, considera hacer una donación hoy. Sin importar el monto, tu contribución nos ayudará a garantizar nuestro periodismo riguroso e independiente. Súmate tú también, en elhilo.audio (slash) apóyanos. ¡Muchas gracias!
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