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La ruta migratoria de San Andrés se ha convertido en una opción cada vez más utilizada por las personas que buscan llegar a Estados Unidos y evitar el Tapón del Darién. Pero, aunque en esta ruta marítima los migrantes no enfrentan los peligros que existen al cruzar la selva, eso no significa que esté libre de amenazas. Entre 2022 y 2023, cien personas desaparecieron en este camino intentando llegar al norte. Esta semana contamos la historia de Ruben Quintero, un padre que desde hace más de un año busca a su hijo desaparecido en la ruta de San Andrés. Su historia, como la de muchos otros familiares que han perdido el rastro de sus seres queridos, refleja la dificultad de emprender una búsqueda cuando las autoridades no dan respuestas.
Créditos:
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Producción
Mariana Zúñiga -
Edición
Silvia Viñas, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Producción en redes sociales
Analía Llorente, Samantha Proaño -
Diseño de sonido y mezcla
Andrés Azpiri -
Música
Andrés Azpiri -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Cortesía de Rubén Quintero
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Esta historia de El hilo fue producida con el apoyo de Grupo SURA, gestor de inversiones con foco en servicios financieros. SURA impulsa el periodismo independiente que fortalece la democracia en América Latina y contribuye a una ciudadanía mejor informada.
Rubén audio mensaje: Ahorita voy saliendo a esperar a la periodista. ¿Cómo está la vaina, hijo?
Silvia Viñas: Él es Rubén Quintero.
Rubén audio mensaje: De momento no me puedes oír. Pero me oirás algún día. Nos vamos a ver. Nos vamos a encontrar, hijo. Tengo toda mi fe puesta en Dios y en todos los santos posibles. Para nuestro reencuentro.
Silvia: Quintero, como le dice cariñosamente su hijo, es un hombre de sesenta y seis años. De ojos grandes y cabello blanco.
Eliezer Budasoff: Todos los días hace lo mismo: Agarra su teléfono, abre Whatsapp, busca la conversación con su hijo y le manda un mensaje de voz. Todos los días desde el 12 de octubre de 2022, el día en que su hijo, Rubén Antonio, desapareció cuando iba camino a los Estados Unidos.
Rubén: Todos los días. Entonces, no veo por qué no lo puedo hacer ahora. No tengo ninguna noticia que me diga: no mandes más mensajes.
Silvia: Al momento de publicar este episodio, Rubén llevaba 471 días haciendo esta especie de ritual que le ha permitido, de alguna manera, mantenerse conectado con su hijo.
Eliezer: Muchos de los mensajes son breves resúmenes de su día a día. Otros, son felicitaciones. Por su cumpleaños, en navidad… Y otros son desahogos, simples mensajes para decirle cuánto lo extraña.
Rubén: Aquí encuentras de todo. Lo que busques en este teléfono. Cualquier tono de voz de mensaje lo encuentras allí, pues todo se lo he dicho.
Silvia: Desde que salió de Venezuela rumbo a Estados Unidos, Antonio le estuvo mandando mensajes de texto a su papá durante todo el viaje. La última vez que Rubén recibió un mensaje de su hijo fue aquel 12 de octubre de 2022 en la madrugada. Estaba por abordar una lancha en la isla de San Andrés, en el caribe colombiano, con destino a Nicaragua.
Rubén recuerda que el mensaje decía algo así:
Rubén: Papaíto, váyase a dormir, porque de dos o tres nos vienen a buscar para montarnos en la lancha. Ese fue el último mensaje que tengo de Rubén Antonio.
Eliezer: Su hijo es parte de las 100 personas que desaparecieron entre 2022 y 2023 en la ruta migratoria de San Andrés. Un camino por mar que se ha popularizado entre los migrantes que buscan evitar el Darién, la selva de 5.000 kilómetros que conecta Suramérica con Centroamérica. Cruzarla puede tomar diez días o más. Y no todo el que empieza termina el recorrido. Por eso tantos migrantes deciden tomar rutas alternativas como la de San Andrés.
Rubén: No sabemos nada. Parece un acto surrealista del mago Houdini. Los desaparecieron y ya.
Silvia: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Silvia Viñas.
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff.
La ruta desde la isla colombiana San Andrés hacia Nicaragua se ha convertido en una opción cada vez más utilizada por personas que buscan llegar a Estados Unidos y evitar el Darién. Pero este camino enfrenta a los migrantes a otras amenazas.
Hoy, la historia de un padre que, desde hace más de un año, busca a su hijo desaparecido en la ruta de San Andrés, y los peligros de una vía alternativa para llegar al norte.
Es 26 de enero de 2024.
Eliezer: Nuestra productora, Mariana Zuñiga, reportó esta historia y nos sigue contando.
Mariana: Rubén Quintero nunca se imaginó ser papá.
Rubén: No, pensé que mi vida iba a pasar así malentendido en libertad, porque casarse no es una prisión.
Mariana: Se casó con Liliana y tuvieron tres hijos. Ahora, no imagina su vida sin jugar este rol de padre, que define así:
Rubén: Lo más grande que Dios me haya permitido ser.
Mariana: Como la mayoría de los padres, Rubén quiere a todos sus hijos por igual. Pero con su primer hijo, Rubén Antonio, tiene una relación especial.
Rubén: No lo quiero porque sea mi hijo. Lo quiero porque es mi amigo, consejero, confidente, asesor… Nadie conoce más a Ruben que yo. Te puedo decir cómo tienes los dedos de los pies, dónde tienes las cicatrices, porque nadie lo conoce más que yo.
Mariana: A pesar de que sus padres estaban divorciados, Antonio creció muy cerca de su papá. A dos cuadras, para ser más específicos. Y como muchos otros niños que nacieron en Venezuela en los 80s, Antonio tuvo una infancia tranquila y feliz.
Ya de adulto, las cosas cambiaron un poco. Cuando Antonio tenía 30 años, empezó a hacer suplencias en el área de informática en Corpoelec, la empresa estatal de energía.
Rubén: Hizo una, dos, tres, diez…
Mariana: Pero la empresa nunca lo contrató. Era el año 2016 y en ese momento miles de venezolanos estaban dejando el país por el colapso de la economía, la inestabilidad política, la escasez de comida, medicinas… entre otras varias razones.
Rubén: Y mi hijo fue uno de ellos. Buscando un futuro en mejores condiciones que las que aquí.
Mariana: El primer destino de Antonio fue Perú.
Rubén: Inicialmente empezó vendiendo caramelos en los autobuses en Perú, vendía Doritos, vendía tizana, vendía caramelos para recaudar dinero y religiosamente le enviaba a su mamá.
Mariana: Pero la vida en Perú, cuenta Rubén, se puso muy parecida a la de Venezuela. Así que apenas pudo, se fue a probar suerte en Argentina, donde había otra perspectiva de trabajo. Con un amigo, montaron un autolavado…
Y la vida iba bastante bien, se enamoró y se mudó con Lola. Y en esto estaba hasta el 2022 cuando se vio forzado a regresar a Venezuela.
Rubén: Porque yo empecé a padecer de la enfermedad y se vino. Él venía a renovar el pasaporte, a visitar a su familia: a su papá, a su mamá, a sus hermanos… y en el camino se enteró de mi situación.
Mariana: Rubén tenía cáncer en la base de la lengua.
Rubén: Lo primero que hizo aquí fue un acto de buena voluntad: compró un carro. Para llevarme, traerme, buscar medicinas. De no ser por Rubén Antonio yo no estuviera aquí hoy hablando contigo, Mariana. Entregó su vida a devolverle la vida a su papá.
Mariana: Y lo logró. Hoy en día Rubén está en remisión.
Pero la situación en Venezuela aún no había mejorado y Antonio sentía que ya no tenía nada más que hacer allí. Entonces, tomó una decisión. Una que ya había tomado hace algunos años atrás. Pero esta vez era diferente: Era mayor, estaba en pareja y pronto se convertiría en papá.
El 21 de septiembre del 2022, Rubén tuvo su última radioterapia.
Rubén: A la semana me dijo: papaíto, me voy.
Mariana: Rubén no sabía que el viaje en lancha sería tan largo, de lo contrario le hubiese pedido que no se fuera.
Rubén: Fue una decisión que tomó y jamás he dicho ¿por qué tomaste esa decisión, ¿no? Si él hubiese sabido que iba a pasar lo que pasaba, no lo hace.
Mariana: Esta vez, el destino final de Antonio era Estados Unidos. Para cruzar parte de Centroamérica, él y su pareja eligieron la ruta desde San Andrés a Nicaragua. Una ruta por mar, que se hace en una lancha y toma entre 6 y 15 horas – dependiendo del clima y el estado del mar. En los últimos años, este se ha convertido en un camino muy popular hacia el norte, para evitar cruzar a pie por la selva del Darién, donde los migrantes enfrentan muchos riesgos.
Archivo de Noticias, reportero: Uno de los pulmones de América esconde también un infierno.
Archivo de noticias, migrante: No sabemos ni cómo estamos vivos…
Archivo de noticias, migrante: Tuvimos que caminar cuatro días y medio dentro de la selva donde vimos muertos, animales, personas hinchadas…
Mariana: Desde 2018 más de 250 personas han muerto o desaparecido en esta selva. Sin embargo, las mismas autoridades creen que esta cifra es muy inferior a la cantidad real de personas que han muerto en el Darién. En el camino hay que escalar montañas y cruzar ríos rápidos donde frecuentemente las personas se ahogan. Esto sin contar que es una zona donde hay bandas que roban, secuestran, matan y abusan sexualmente de los migrantes. En 2023, cerca de 400 mujeres fueron víctimas de violencia sexual en esta ruta.
Esta larga lista de atrocidades hacen que muchas personas elijan rutas alternativas para llegar a Estados Unidos.
Cuando Antonio se fue de Venezuela, en octubre del 2022, la ruta de San Andrés se publicitaba como una opción VIP para emigrar. Una especie de paquete turístico que, en algunos casos, incluía ticket de avión hasta San Andrés, alojamiento en la isla y el traslado en lanchas clandestinas hasta Nicaragua. Todo esto por un monto que va desde los 1.500 hasta los 5.000 dólares.
Rubén: Mira, hasta donde sé, ellos conversaron con un amigo que les orientó que esa ruta era casi segura. Tomaron un vuelo de Bogotá a San Andrés. Los atendió un gestor.
Mariana: Un lanchero local llamado Clins Henry, que al día de hoy no se sabe dónde está.
Rubén: Los alojó en una posada, con comida. [Hicieron vida tres, cuatro días, en San Andrés, en un hotel. Comieron, piscina, foto… esperando el día de zarpar. Teóricamente, el día de zarpar fue el 12 de octubre, no sabemos. Hay gente que me dice: sí ellos tomaron la lancha. Lo sabría yo. No tengo una foto que diga: aquí vamos. ¿Un selfie? no hay. No lo hay.
Mariana: El recorrido en lancha desde la isla de San Andrés a Nicaragua que planeaba tomar Antonio se publicitaba mucho por redes sociales, especialmente en Tik Tok, por quienes ofrecen el servicio:
Archivo TikTok: Desde la isla de San Andrés nos encontramos recibiendo pasajeros que no quieran pasar por selva, 100% garantizado.
Mariana: Y también por personas que han hecho el viaje.
Archivo Kevin TikTok: Hola, actualmente nos estamos quedando en una posada en San Andrés, esperando ya por la salida que aparentemente puede ser hoy. Esperemos con el favor de Dios que todo salga bien y pues nada…
Mariana: El que acaban de escuchar es Kevin Velasquez.
Kevin: Soy de Venezuela y tengo 29 años.
Mariana: El año pasado, mientras navegaba por TikTok buscando información sobre esta ruta, me encontré con los videos de Kevin. Él grabó una especie de bitácora en la que contaba paso a paso el viaje que hizo, junto a su esposa, desde Venezuela hasta Estados Unidos.
Lo contacté porque quería saber cómo fue el tramo desde San Andrés a Nicaragua.
Kevin: Ya estando en Venezuela yo empecé ya a averiguar más o menos cómo era la cosa para Estados Unidos y todo eso. Vi lo de la selva, pero la selva no me terminaba de convencer. Entonces, leí sobre una ruta de San Andrés que pasa por lancha y son 12 horas y yo dije: wow, ok, si me voy por San Andrés, hay que tener en cuenta de que también están los riesgos, porque quizás no hay selva, pero la selva es el mar. O sea, si caes o llega a pasar algo, imagínate.
Mariana: Aunque los organizadores prometen un viaje seguro a Nicaragua, las condiciones de las lanchas son bastante precarias. Algunas, incluso tienen un solo motor. Kevin lo describe como un bote pesquero hecho de un material muy liviano.
Kevin: No era muy grande. Era pequeño. O sea, como de aproximadamente cinco filas. Cinco filas. Y en cada tramo había dos personas. Pero ellos metían mucho más. Eso es lo que realmente daba miedo de que ellos sobrecargan esas lanchas.
Mariana: Su lancha zarpó el 29 de octubre de 2022 a las ocho de la mañana. Casualmente, 17 días después que la de Antonio, el hijo de Ruben. Al principio del viaje Kevin se dedicó a hablar con los otros pasajeros, les contó de su vida y escuchó sobre la de ellos. Pero al cabo de un rato…
Kevin: Había demasiado mar. Hay un momento que ya no hablabas. Todos trataban de acomodarse para estar cómodos, para dormir…
Mariana: El primer tramo del viaje duró aproximadamente cuatro horas, hasta que llegaron a un cayo llamado Alburquerque que queda en el medio de la nada… en pleno mar Caribe. Es el límite marítimo entre Colombia y Nicaragua.
Kevin: A nosotros nos dijeron que íbamos a tener una parada. No sabíamos que iba a ser de tanto tiempo, pero sí sabíamos que iba a ser una parada.
Mariana: En ese momento se bajaron de la lancha. Era como una especie de trasbordo. Allí esperaron un par de horas con la ropa mojada y sentados en la arena hasta que otro barco, que venía de Nicaragua, los fue a recoger.
Kevin: Lo más traumático fue la noche. En la noche en el mar, en el medio del mar, tú no ves absolutamente nada, no ves ni el mar, no ves nada y ellos no pueden tener nada prendido, nada. O sea, el agua lo que sientes es que te salpica ¿ok?
Mariana: En la oscuridad, solo las gotas de agua y el ruido del motor les recordaba que estaban en el medio del mar. Y en ese momento, Kevin tenía un pensamiento recurrente.
Kevin: Si algo pasa, cómo mi familia sabe dónde estoy. Creo que era lo que uno más, la pregunta que uno más se hacía, porque teníamos los teléfonos apagados. Por lo menos los iPhone tienen la función de que te pueden encontrar, sí, pero con los teléfonos apagados la última señal que da el iPhone es en la costa, no en el mar. Entonces, creo que también era como que lo que más a uno le preocupaba ¿no? del viaje. Aunque sea para que me busquen, o que busquen mi cuerpo. Porque en todo ese mar, por mucho que sepas nadar, o sea, hay un momento que te vas a cansar. O sea, y creo que era lo que más, lo que más temíamos nosotros.
Mariana: Esa noche, Kevin y su esposa Liliángel, llegaron a salvo a la isla de Corn Island en Nicaragua. Kevin me contó que pasaron dos días en esa isla, luego tomaron un barco de carga, donde iban escondidos debajo de una lona de plástico. Ese trayecto duró aproximadamente 45 minutos y desembarcaron en el puerto nicaragüense de Bluefields.
Una vez en tierra firme, siguieron caminando dirección norte. Dos meses después cruzaron la frontera sur de Estados Unidos y hoy viven en Tennessee.
Pero no todos los que toman este camino han tenido la misma suerte.
Eliezer: Una pausa y volvemos
Nathaly Epitia Diaz: ¡Hola! Soy Nathaly Espitia Diaz, de Internews. Con el apoyo del Center for Disaster Philantrophy, estamos investigando sobre las necesidades de información de migrantes y habitantes del Darién, en la frontera entre Colombia y Panamá. Esta es una de ellas:
Karen: Hola, mi nombre es Karen Sofia Scott y soy una chica trans, migrante afro indígena.
Nathaly: ¿Sabías que al 74% de las personas en el Darién les interesa acceder a más información sobre salud mental? Si quieres enterarte sobre esta y otras necesidades, sigue las redes de Internews y de El hilo donde en unas semanas encontrarás la investigación y el proyecto realizado junto a Sinergias, SentARTE y Nois Radio en el Darién. Visita arroba el hilo podcast y arroba internews.
Eliezer: En Radio Ambulante Studios nos obsesionan las grandes historias. Pero sabemos que hay acontecimientos que no pueden contarse en un solo episodio. Por eso, llegó Central, nuestro canal de series.
Archivo Bukele: La gente escucha populismo y dice: populismo. ¿Alguien quiere un presidente populista?
Silvia: Y una de las historias más relevantes en el continente es la del presidente de El Salvador, Nayib Bukele.
Archivo Bukele: Nadie. ¿Nadie? Bueno, yo sí.
Eliezer: El poder de Bukele abre una pregunta para toda América Latina: cuál es el punto en el que las promesas de la democracia ya no importan.
Silvia: Escucha Bukele: el señor de Los sueños, una serie de seis episodios sobre cómo un publicista se convierte en político, y convence a una sociedad de entregarle un poder sin límites. Puedes suscribirte buscando Central en tu aplicación de podcasts favorita… O visítanos en www.centralpodcast.audio
Silvia: Estamos de vuelta en El hilo. El riesgo de naufragar es real. En los últimos 15 meses, la Armada colombiana rescató a más de 1.000 personas que venían de países como Venezuela, Ecuador, Haití, China y Vietnam. El naufragio más reciente fue hace un mes, en diciembre de 2023.
Archivo Armada nicaragüense: Que agarren el aro. El aro, el aro, el aro… tírenle el aro. Tranquila, tranquila.
Archivo presentador: En las últimas horas en Nicaragua, pues, las autoridades dieron a cuenta un naufragio que al parecer salió de San Andrés en la noche del 23 de diciembre.
Archivo capitán del navío: Llevaba 32 migrantes a bordo, de los cuales dos lamentablemente fallecieron.
Archivo presentador: Los dos fallecidos son venezolanos, una de ellas era una menor de cuatro años, según la información oficial.
Eliezer: Mariana nos sigue contando.
Mariana: Además de los naufragios, el año pasado desapareció una embarcación, y tres en 2022. En una de esas lanchas viajaba Antonio, el hijo de Rubén. Desapareció el 12 de octubre del 2022.
Cinco días después, al celular de Ruben llegó la alerta de la desaparición de su hijo y los otros 14 pasajeros.
Rubén: Cuando me dijeron “están desaparecidos” la primera imagen que me llegó al pensamiento fue: bueno, los tiraron al mar. Se los entregaron a los tiburones. Después: mafia, guerrilla, trata de personas, los vendieron.
Mariana: Rubén hizo una publicación en redes sociales denunciando la desaparición de Antonio y pidiendo información sobre su posible ubicación. Me enteré de su historia porque vi este anuncio en Twitter. Y, claro, no fui la única.
Un día, Rubén recibió un mensaje por Whatsapp de un hombre que decía tener secuestrado a Antonio.
Rubén: Tengo a tu hijo. Y bueno, mándame una fe de vida, mándame una fotico de la frente, del pie, de la mano, de la espalda. Mándame un audio.
Mariana: En la foto que le mandaron, Antonio aparecía con una barba muy larga, como si no se hubiese afeitado en meses. Por un momento Rubén dudó y pensó que la foto era real, porque el hombre de la imagen era muy parecido a Antonio.
Rubén: Pero, en 37 años que tengo viéndolo todos los días te puedo decir cuántas rayitas tiene la frente. Y le dije: Y esta foto que me estás mandando, ¿cómo se la tomaste pues? ¿O es que tú crees que yo no sé que existe el Photoshop?
Mariana: Esta no fue la única vez que lo trataron de engañar. Pero, este intento de extorsión no lo desanimó para seguir buscando a su hijo.
Cuando lo conocí, en julio del 2023, Rubén iba cada 15 días, religiosamente, al Ministerio Público en Caracas en busca de respuestas.
Rubén: Emprendimos acciones, introdujimos cartas en la Oficina Internacional con destino a Costa Rica, México, Nicaragua, Colombia, Venezuela. No hemos obtenido respuesta oficial. Vamos al Ministerio Público, nos entrevistamos con la abogada y siempre hay la misma respuesta: Estamos esperando respuesta. Ellos están esperando respuesta de esos cuatro países que te nombré.
Mariana: Se comunicaron con Colombia por ser el país de donde salió la lancha. Con Nicaragua por ser el destino. Costa Rica porque queda en el camino hacia Nicaragua. México por su cercanía a Estados Unidos y Venezuela porque los desaparecidos en su mayoría, vienen de allí.
Rubén: No hay respuesta, porque para este país y para los otros cuatro, ellos son unas personas irregulares. Para nosotros son seres queridos. Para el resto del mundo son 13 personas que se fueron.
Mariana: Rubén habla en plural porque es parte de un grupo de personas cuyos familiares también desaparecieron ese 12 octubre.
Al no obtener respuestas de las autoridades en Venezuela, este grupo le pidió apoyo al Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica en Caracas. Esta es una institución que no solo se dedica a investigar la migración venezolana, sino que también tiene sede en Colombia.
Ligia: Y lo que hicimos desde Colombia fue facilitar un contacto con las autoridades de Colombia.
Mariana: Ella es Ligia Bolívar, investigadora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica.
Ligia: La respuesta siempre ha sido receptiva en el sentido de que no les han dicho: nosotros no tenemos nada que ver con eso. A diferencia por ejemplo de las autoridades venezolanas que no han dado una respuesta receptiva a ninguno de estos grupos, hasta donde tenemos información. En el caso de Colombia, ha habido una respuesta receptiva, pero los esfuerzos de búsqueda, pues se han agotado porque ha pasado mucho tiempo. Y en este momento, si, siguen las investigaciones sobre las responsabilidades, sobre los grupos de traficantes que están detrás de todo este negocio.
Mariana: En octubre del año pasado, casi un año después de la desaparición de Antonio y los otros 13 venezolanos, Ligia viajó a San Andrés. Un poco para entender qué pudo haber ocurrido con Reyshel 1674, la lancha donde supuestamente zarpó este grupo. Y también para conocer la dinámica de esta ruta.
De las primeras cosas que notó al llegar fue que San Andrés es un archipiélago muy tranquilo.
Ligia: Porque está circundado por la segunda, tercera, perdón, barrera de coral más grande del mundo. Entonces, son aguas muy tranquilas porque están protegidas por estos arrecifes. Una vez que tú sales de los arrecifes te consigues con mar abierto, con Océano Atlántico. El mar no es un mar tranquilo, el mar es un mar que puede tener un oleaje bastante considerablemente fuerte. Entonces ese es un riesgo.
Mariana: Así que, como las aguas en San Andrés son tranquilas, lo más probable es que, si hay un naufragio, ocurriría fuera del territorio colombiano. Otro de los riesgos que Ligia me mencionó son las estafas por parte de los coyotes.
Ligia: Estas mismas personas, muchas veces dejan… les cobran lo que les iban a cobrar, pero además los dejan botados en una isla cualquiera, en un cayo cualquiera, y le dicen ya están en Nicaragua, después vendrá una lancha a buscarlos y esa lancha nunca llegue, ¿no? Ya la Armada está haciendo como un patrullaje más frecuente en los cayos y se están consiguiendo familias y grupos completos de personas que son abandonados allí, sin pertenencias y sin nada.
Mariana: Y hay algo que a Ligia le llamó la atención durante su estancia en la isla…
Ligia: No se ven migrantes en ninguna parte.
Ligia: Antes, la operación era abierta. En este momento es una operación completamente oculta ¿no? No es solamente lo que uno ve, sino lo que no ve.
Mariana: Y lo que se escucha y lo que no. Ligia me contó que el tráfico de migrantes en la isla no es un tema del que se hable directamente, pero que todo el mundo conoce.
Ligia: Siempre está el rumor ¿no? O sea, el rumor de que esto está pasando, pero nadie tiene, o nadie quiere dar, abiertamente, información al respecto.
Ligia: Mira, yo fui a San Andrés con muchísima precaución. Yo fui como turista porque estas redes de tráfico no son un juego de niños.
Mariana: La única autoridad con la que Ligia se entrevistó durante su visita fue Iracema Taylor, la directora regional en San Andrés de Migración Colombia. Durante la charla, la directora le contó a Ligia cómo pocos días después de asumir el cargo, en septiembre del 2023, fue amenazada por bandas dedicadas al tráfico de migrantes.
Ligia: Ella sí me contó cómo habían sido las amenazas y las amenazas hacían referencia a datos personales, a datos privados.
Mariana: La amenaza se hizo a través de un mensaje de Whatsapp en el que describen detalles de su vida familiar, específicamente de sus hijas.
Ligia: Lo que da cuenta de una situación de seguimiento muy rápida, porque estamos hablando de una persona que tiene una semana en el cargo y ya inmediatamente vino esto. Y había menciones específicas a situaciones que tienen que ver con tráfico de personas.
Mariana: En diciembre del año pasado, 24 personas que formaban parte de una banda dedicada al tráfico de migrantes y drogas fueron detenidas en San Andrés. Entre los detenidos había 10 miembros activos de la Armada colombiana.
Entonces, si bien la búsqueda de las lanchas desaparecidas paró, las investigaciones continúan.
Ligia: Entre otras cosas porque también hay que descartar si estamos frente a un secuestro, si estamos frente a una situación de trata, si estamos frente a una estafa y los dejaron botados en otra isla este. O sea, hay que descartar muchas cosas también. Entonces por eso la investigación continúa, porque hay que descartar diferentes hipótesis.
Mariana: En 2023, Rubén también fue a Colombia a buscar respuestas. Pero el viaje, para el que ahorró por meses, no fue lo que esperaba. Me dijo y aquí lo cito: “Prácticamente fuimos de turismo, el balance fue pérdida total”.
Las semanas se convirtieron en meses. Los meses, en un año… Y todavía no hay noticias de Antonio. El mar no ha devuelto cuerpos, ni tampoco las pertenencias de la mayoría de los desaparecidos. El único objeto relacionado con este caso fue un celular que encontraron unos pescadores costarricenses. En la memoria del teléfono, había un video donde aparecía una de las 14 personas que viajaba con Antonio.
Por su parte, Rubén tiene la convicción de que su hijo está vivo. Quizás secuestrado o siendo víctima de trata… Para él, esto implicaría que quizás algún día, podría volver a casa.
Rubén: Delgado, con chiva, muerto de hambre, irreconocible. Pero, hoy lo único, lo único que necesito es que aparezca… Cuando apareció la alerta Desaparecidos. Ahí dejé de cumplir días de vida. Ahí dejé de cumplir años. Se detuvo mi vida. Ni hacia adelante, ni hacia los lados, ni hacia atrás. Estoy ahí, inerte. Pero llegará el momento donde todos estos planes que están ahí detenidos. Bueno, rienda suelta… porque tengo la certeza de que va a regresar.
Mariana: Al día de hoy, Rubén le sigue mandando dos mensajes diarios a su hijo. Uno por la mañana y otro en la noche, antes de irse a dormir. Como quien lanza una carta dentro de una botella al mar, con la esperanza de que algún día alguien le responda.
Mariana: Este episodio fue reportado y producido por mí. Lo editaron Silvia y Eliezer. Bruno Scelza hizo la verificación de datos. La música, mezcla y el diseño de sonido son de Andrés Azpiri.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Nausícaa Palomeque, Analía Llorente, Samantha Proaño, Paola Alean, Juan David Naranjo Navarro, Elsa Liliana Ulloa y Natalia Ramírez. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Estudios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
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Yo soy Mariana Zúñiga, gracias por escuchar.