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Observatorio de Arecibo
Espacio
Este martes, Puerto Rico amaneció con una noticia que rompió el corazón de sus habitantes y de la comunidad científica internacional: el radiotelescopio del Observatorio de Arecibo, el segundo más grande del mundo, había colapsado. Para entender la importancia de esta noticia y cómo se llegó a este desplome hablamos con Dánica Coto, corresponsal en Puerto Rico para Associated Press. Luego, la científica Luisa Fernanda Zambrano-Marín nos contó qué significa la pérdida de un radiotelescopio que por casi 60 años fue un símbolo de la curiosidad humana hacia el espacio y un orgullo para la isla.
Créditos:
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Producción
Álvaro Céspedes, Silvia Viñas -
Edición
Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Desirée Yépez -
Diseño de sonido
Elías González -
Música
Remy Lozano, Elías González, Pauchi Sasaki -
Fotografía
Gustavo Adolfo
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Eliezer Budasoff: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia Viñas: Y yo soy Silvia Viñas.
Audio de archivo, noticiero: Puerto Rico y la comunidad científica internacional están de duelo.
Audio de archivo, noticiero: El radio telescopio era el corazón del observatorio de Arecibo.
Audio de archivo, noticiero: La administración informó que varias compañías de ingeniería que evaluaron la estructura recomendaron cerrarla debido a que podría colapsar.
Silvia: El radiotelescopio del observatorio de Arecibo en Puerto Rico, uno de los más importantes del mundo, colapsó este martes después de haber sufrido daños irreparables.
Audio de archivo, noticiero: Tengo que informarles con el corazón en la mano, que el observatorio de Arecibo colapsó. Se derrumbó, señores.
Audio de archivo, noticiero: Es un ícono de radio ciencia no solo de Puerto Rico… del mundo entero.
Audio de archivo, reportera: ¿Qué hiciste cuando esto ocurrió?
Técnico de Arecibo: Romper llorar.
Reportera: ¿Por qué?
Técnico de Arecibo: Porque esta es mi vida. No todo el mundo tiene la misma suerte de trabajar en algo que le apasiona, que te mantiene esa chispa de algo en la vida.
Eliezer: Hoy, ¿qué pasó en Arecibo, un símbolo de la curiosidad humana por el espacio? Y, ¿qué significa para la ciencia, para los puertorriqueños y para todos nosotros el final de un radiotelescopio que ha marcado la historia moderna de la astronomía?
Es 4 de diciembre, 2020.
Dánica Coto: Cuando uno llega es tan y tan grande que parece de esas infraestructura, ¿no? como las pirámides, algo bien grande, bien masivo que, pues, impresiona, ¿no? que lo hayan construido seres humanos.
Eliezer: Ella es Dánica Coto, corresponsal de Associated Press para Puerto Rico y el Caribe. Hablamos con ella unos días antes del colapso total del radiotelescopio. Cuando Dánica llegó a vivir a la isla, hace trece años, uno de sus primeros reportajes fue justamente sobre Arecibo.
Dánica: Es bien, bien impresionante y de verdad que se ve mucho mejor que en las películas. Es… está a otro nivel.
Eliezer: Muchos lo hemos visto en el cine, como en la película Goldeneye, de James Bond, o en Contacto, el clásico de ciencia ficción con Jodie Foster.
Dánica: Queda ubicado al norte de la isla como a media hora sur de la playa.
Eliezer: En el medio del bosque.
Dánica: Y tenemos el plato reflector, ¿verdad? que mide unos trescientos cinco metros de largo.
Eliezer: Eso son dos canchas y media de fútbol. Parece un plato hondo enorme… y funciona como un oído que recibe señales desde el espacio.
Dánica: Y suspendido encima de eso hay una plataforma que le dicen la cúpula gregoriana.
Eliezer: Se ve como un iglú metálico, suspendido encima del disco con cables que conectan a tres torres inmensas. Dentro de la cúpula hay un transmisor que dirige ondas de radar a objetos en el sistema solar. Toda la plataforma –la cúpula y lo que la sostiene– pesa novecientas toneladas.
Dánica: Esos dos instrumentos es lo que de verdad usan los científicos para hacer sus investigaciones. Y es… Es impresionante, especialmente si uno tiene la oportunidad, que desgraciadamente, ¿verdad? muy pocos la tienen, pero de estar encima de esa cúpula y ver ¿verdad?, desde arriba, el plato entero y pues ¿verdad?, toda la vista desde ahí que es la zona carsa y las playas, que se ven desde ahí también.
Eliezer: El Observatorio de Arecibo fue inaugurado en 1963. Su financiamiento depende de la Fundación Nacional de las Ciencias, y su operación, de la Universidad de Florida Central. Pero su alcance es global. En el observatorio han trabajado científicos de todo el mundo, y se estima que más de doscientos cincuenta han usado el radiotelescopio. Por décadas, este centro de investigación ha contribuido con avances en el conocimiento y la exploración del espacio.
Dánica: De todos los descubrimientos que han habido, que son bastantes, el primero fue en 1974 que se usó para descubrir el primer conjunto de estrellas púlsar binarias.
Eliezer: Estrellas formadas por neutrones que giran cuarenta y un veces por segundo. Ese mismo año, científicos enviaron desde Arecibo el primer mensaje al espacio, esperando que tal vez algún día lo reciba alguna forma de vida extraterrestre.
Dánica: También se descubrió el primer exoplaneta que fue en 1992 y ese mismo año también fue usado para por primera vez descubrir hielo en los polos norte y sur de Mercurio.
Eliezer: Su sistema de transmisión es tan potente que permite que las ondas lleguen hasta el área de los anillos de Saturno. El radiotelescopio tiene uno de los radares atmosféricos más potentes del mundo, y en tamaño solo lo supera uno que está en China.
Dánica: Algunos científicos dicen que tienen una sensibilidad inigualada en frecuencias menores a los diez giga hercios.
Eliezer: A ver. Hablemos en lenguaje más aterrizado. La sensibilidad del observatorio de Arecibo permitía algo que no se consigue en casi ningún lugar en la tierra: con este radiotelescopio se podía estudiar planetas capaces de sostener formas de vida fuera de nuestro sistema solar. Pero también fue pionero en el monitoreo del movimiento y la velocidad de asteroides que podrían ser un riesgo para la tierra. Es decir, sin Arecibo, estamos todos un poco menos protegidos. Y más allá de sus logros y de todo lo que puede hacer el radiotelescopio, Dánica me explicó que era un símbolo para Puerto Rico.
Dánica: Un símbolo de orgullo. Y en las entrevistas que he hecho con las personas, ¿verdad? He hablado con varios estudiantes o científicos jóvenes que dijeron, “¡Wow! Nosotros veíamos eso y era como, nosotros podemos hacer esto. O sea, esto está como dicen en inglés en nuestro backyard. O sea, es posible”.
Eliezer: Es decir, está en el patio trasero. En la isla es común que las escuelas lleven a los niños en excursiones para visitarlo. Y no solo es popular entre los científicos o los puertorriqueños. También atrae a turistas de todo el mundo. Por año recibe alrededor de noventa mil visitas.
Pero este verano, un accidente cambió todo.
¿Me puedes describir el accidente? ¿Y cómo eso interfiere en el funcionamiento del observatorio?
Dánica: Pues el primer accidente ocurrió el 10 de agosto, alrededor de las dos y cuarenta y cinco de la mañana. Se zafó un cable que medía más o menos tres pulgadas que causó un roto de cien pies en el plato reflector y también dañó alrededor de seis a ocho paneles en la cúpula gregoriana, que ¿verdad? está encima del plato reflector.
Lo que descubrieron fue que no fue el cable como tal. O sea, ese primer cable que es uno auxiliar se manufacturó en 1992, pero no fue el cable como tal, fue el amarre que falló. Y eso pues a raíz de eso se desprendió el cable y es algo que casi nunca ocurre.
Eliezer: Se calculó que los daños sumaban más de doce millones de dólares. El observatorio primero se cerró temporalmente por la rotura de este cable auxiliar.
Dánica: En ese momento todo el mundo tenía esperanza, ¿no? de que no importa cuánto se iba a tomar, pero que se podía arreglar, y que eventualmente iba a volver a operar, no solamente, ¿verdad? para que los científicos pudieran hacer sus investigaciones, pero también, ¿verdad? abrirlo a familias y a estudiantes.
Eliezer: Pero se equivocaron. Ese cable auxiliar, parte de una instalación que se hizo en los 90, se había vencido.
Dánica: Cuando se hizo la primera evaluación, después del cable auxiliar que se zafó en agosto, ahí notaron que el cable que eventualmente falló, el principal, 12 de los cables que componen ese cable grande como tal, 12 de los 160 cables que lo componen estaban rotos. Pero en ese momento no se consideró como algo que tenía que atenderse inmediatamente. O sea, se notó, dijeron, esto es algo que tenemos que lidiar con eso eventualmente. Pero no es una emergencia como tal.
Eliezer: Inmediatamente, la Fundación Nacional de las Ciencias encaró una misión para reparar el daño, pero en noviembre hubo un segundo accidente.
Dánica: Casi tres meses después, un cable principal se desprendió y causó más daño.
Eliezer: Uno de los cables principales que sostenía la cúpula gregoriana. Esto aumentó el temor a que la estructura completa colapsara.
¿Sabes cómo se fue dañando la estructura del observatorio? ¿Por qué pasó la ruptura de estos cables?
Dánica: Pues si le preguntan a los expertos, yo creo que esto cogió a muchos por sorpresa. La última vez que hicieron una evaluación estructural externa fue después del huracán María, en septiembre de 2017. Se encontró que básicamente la estructura pues estaba sana y salva.
Eliezer: Lo mismo con los más de trescientos movimientos sísmicos que sacudieron a la isla entre diciembre pasado y enero de este año.
Dánica: Dicen los expertos que todo el mantenimiento se ha hecho al día. Todo lo que se ha tenido que hacer se hizo.
Eliezer: Pero no fue suficiente. Después del segundo accidente, ya para muchos era claro que no había solución. Varios equipos de ingenieros evaluaron la estabilidad de la estructura, buscando alternativas para salvar el observatorio.
Dánica: La intención, según ellos, nunca fue cerrarlo. O sea, siempre trataron de buscar alguna manera de salvar el telescopio, pero dijeron que el riesgo es muy grande. Incluso los ingenieros que estaban trabajando con el daño están usando cámaras remotas y drones para tratar de verificar y poder trabajar así, protegiéndose.
Eliezer: Pero a finales de noviembre, la Fundación Nacional de Ciencias tomó la decisión de clausurar el observatorio. Según las evaluaciones, no había manera de reparar el daño sin arriesgar las vidas de los obreros e ingenieros, y ninguna garantía de que una reparación sería duradera.
Entonces ahora…
Dánica: No han dicho que va a pasar exactamente con las personas que trabajan presencialmente en el observatorio. Hay otros telescopios donde, ¿verdad?, los científicos pueden hacer trabajos similares. Está el telescopio de China, que se le conoce como el FAST. Está otro telescopio bien grande en Chile también. Hay otros telescopios en los Estados Unidos, ¿verdad?, donde se pueden rastrear los asteroides. O sea, que hay otros telescopios que pueden proveer la misma función. Pero hay algunos científicos que dicen que este, la sensibilidad de este telescopio como tal, que no se encuentra en ningún otro lado.
Eliezer: Ya volvemos.
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Álvaro Céspedes: Hola, soy Alvaro Céspedes, productor de El hilo.
No te imaginas lo que es producir un episodio de El hilo cada semana. Pero te queremos compartir cómo lo hacemos. Este sábado 5 de diciembre abriremos nuestras puertas y enseñaremos cómo hacemos nuestro trabajo.
Silvia Viñas y Eliezer Budasoff darán inicio a la serie de talleres del Radio Ambulante Fest y compartirán algunas claves para producir un podcast como este: desde cómo escoger el enfoque y las voces hasta cómo producir, escribir y editar un episodio, en menos de siete días.
Todo esto te lo contaremos mañana en el taller “El Hilo: cómo contar las noticias en un podcast”, a las dos PM, hora Nueva York y Bogotá. Inscríbete en radioambulante.org/fest. Muchísimas gracias.
Silvia: Luisa Fernanda, en el segmento anterior escuchamos sobre la importancia de este observatorio. ¿Qué significa para ti, como científica, trabajar ahí?
Luisa Fernanda Zambrano-Marín: Pues es común cuando un profesional tiene la mejor herramienta. Imagínate que fuera corredora de Fórmula 1 y tuviera el mejor carro con las mejores llantas, con los mejores frenos, con el mejor sistema de inyección, que tuviera todo.
Silvia: Ella es Luisa Fernanda Zambrano-Marín.
Luisa Fernanda: Soy científica planetaria en el Observatorio de Arecibo.
Silvia: Ha trabajado ahí desde el 2013 y ahora es parte del grupo de radar planetario.
Luisa Fernanda: En el que nos dedicamos a observar asteroides o cometas u otros objetos planetarios que estén accesibles. Y hace un tiempo estaba trabajando también con un programa de educación a estudiantes de escuela superior donde hacían investigación preuniversitaria.
Silvia: Y ¿cómo era un día típico para ti, antes de todo esto?
Luisa Fernanda: Pues mi trabajo es básicamente utilizar datos que ya acabamos de tomar o que hayan estado ahí antes. Ver qué otra información se puede sacar de esa observación. Por ejemplo, nosotros con Arecibo te podemos decir qué tan grande es un asteroide, si está rotando o no está rotando y si está rotando qué tan rápido va. ¿Rota como la tierra así, veinticuatro horas? ¿O rota super rápido, como en ocho minutos, minutos? No sabemos. Te podemos decir. También te podemos decir, qué tan rápido va, ¿no? una precisión de milímetros por segundo, o sea, su dirección y su velocidad de viaje. Y obviamente con eso podemos calcular dónde estaba y a dónde va. ¿Va a volver? y si va a volver, ¿cuándo va a volver?. Y todas estas cosas pues muy importante de poder saber de estos cuerpos.
Silvia: Luisa Fernanda había estado trabajando desde casa meses antes del primer accidente en Arecibo. Porque tuvo hijo, y después por la pandemia. Pero a pesar de no estar ahí, el anuncio de ese accidente la tomó por sorpresa.
¿Cómo te enteraste que se había salido ese cable?
Luisa Fernanda: En el primer cable nos comentó alguien del grupo. Y en la ruptura del segundo cable, cuando se rompió este segundo cable ahora en noviembre, uno de los compañeros fue al observatorio a hacer su lavado de ropa, porque los científicos pues tenemos acceso a algunas facilidades, y él fue a hacer su sus cosas y le comentaron, había pasado, hacía veinte minutos había pasado. Así que él nos escribió por la comunicación grupal y nos dijo: pasó esto. Así que desde ese día todos hemos estado muy atentos a eso.
Silvia: Suena como que hubo más preocupación cuando se rompió el segundo cable, ¿no?
Luisa Fernanda: Absolutamente, absolutamente, porque el segundo cable es uno de los cables principales. Si tienen la oportunidad de ver un diagrama o ver cómo funciona: imagínate que tienes un disco redondo bien grande y alrededor hay tres torres. Esas tres torres tienen unos cables que se unen para sostener una plataforma que, imagínate como un triangulito dentro de un círculo y de tal manera que se pueda rotar y pueda enfocar lo que vas a ver. Entonces estas tres torres están sosteniendo lo que se llama la plataforma, con muchos cables, ¿no?. No es como que hay un cable o dos cables, son cientos de cables. Pero hay unos que son más gruesos, unos que tienen unos propósitos específicos. El cable principal, pues sí, es un poco más preocupante porque es un cable de los gorditos, digamos.
Silvia: ¿Pero se imaginaron en ese momento que iban a llegar a anunciar que lo querían cerrar?
Luisa Fernanda: Te digo, Silvia, que esta es mi opinión personal, no como representante del Observatorio ni de la Fundación Nacional de la Ciencia ni nada, sino mi carácter personal, para mí fue bien sorprendente. Entendiendo que es una herramienta tan fundamental para tanto la ciencia de astronomía y para las ciencias planetarias, o las ciencias atmosféricas. No me imaginaba que… que pensarían, pues que la única solución sería desmantelarlo, decomisionarlo, perdón, decomisionarlo.
Silvia: ¿Qué significa de comisionarlo?
Luisa Fernanda: Sellarle su tiempo útil, o sea ya decir, este instrumento caduco, no, no puede continuar operando, no se va a continuar utilizando. Por tal el proceso natural, usualmente en un proceso de decomisión es pues la desmantelación.
Silvia: ¿Cómo reaccionó el resto del equipo al anuncio? Tú dices que a ti te sorprendió, pero, ¿hubo gente que estaba como, “esto yo me lo veía venir”? ¿O algo así?
Luisa Fernanda: Pues creo que de cierta manera todos entendíamos que era una… siempre ha sido una posibilidad, ya que el telescopio pues tiene sus añitos, así que, que se cayera un cable, pues sí, preocupa y todo, pero… sí sorprendió. Pero también no tanto. A mis compañeros… Había unos compañeros que sintieron que ya se veía por ahí venir el búho.
Silvia: Luisa Fernanda me contó que sus alumnos del programa preuniversitario, apenas supieron que querían clausurar el telescopio, se organizaron para tratar de impedirlo.
Luisa Fernanda: Y empezaron a averiguar más de qué había pasado, qué estaba pasando y qué podrían hacer ellos. Tratar de identificar cuál podría ser su rol si alguno en ayudar. Estaban descorazonados, porque muchos de estos niños pasaron semestres enteros yendo todos los sábados, todo el día, al observatorio a hacer diferentes cosas. Y creo que pues sentían que el observatorio era como su segundo hogar de cierta manera y al ver en riesgo, pues que un sitio, tu alma mater de cierta manera, está en riesgo de no volver a existir, pues creo que fue muy fuerte para ellos.
Silvia: Cuando se anunció el cierre en redes sociales vimos que empezó a circular este hashtag. #WhatAreciboMeansToMe, con fotos de gente en el sitio, algunos como celebrando cumpleaños o incluso casándose. ¿Qué significa Arecibo para ti?
Luisa Fernanda: Significa un semillero, es como un semillero antes de tener tu gran plantación. Un semillero de todas estas futuras plantas que van a transformar el planeta, que van a transformar la ciencia en cada una de sus áreas. Porque muchos de los estudiantes que participaron en el programa, tanto en el mío como en las pasantías de verano o en las actividades de la escuela que venían al observatorio, se les queda esa semillita. Y aunque no todos estudien ciencia, sí van a llevar la ciencia con ellos a donde estén. Así que para mí es como perder ese pequeño invernadero donde estás germinando esas semillas que son las que van a crear tu población de árboles en el futuro.
Silvia: Qué bonito verlo así.
¿Qué se pierde con el cierre de Arecibo?
Luisa Fernanda: Se pierde un ícono cultural para Puerto Rico y para el mundo, ¿no? Un componente cultural pues no sólo viene de la cultura de los científicos que hemos pasado y han pasado por ahí, sino lo que significa para las personas que lo han visitado, ¿no? Una cosa es ver las fotos, verlo en la película, y otra cosa estar parado al frente del plato y ver lo gigante de la estructura, ¿no?, lo maravillosa que es la estructura. Pero creo que el legado va a seguir, ¿no? El legado va a seguir en todas las las semillitas que estuvieron hace tiempo, que ya son árboles y andan por ahí dándole sombra a las nuevas semillitas que están saliendo. Y el legado de la ciencia que ha producido Arecibo es lo que va a continuar va… perdemos también los nuevos legados que íbamos a dejar, ¿no?
Silvia: En cierto sentido, desde la ruptura del segundo cable, todo esto se sentía como una muerte anunciada. No se sabía si era cuestión de meses o semanas, pero en algún momento, iba a terminar de colapsar.
Y así fue. Mientras producíamos este episodio, en la mañana de este martes la plataforma colgante, la cúpula gregoriana, cayó más de ciento veinte metros sobre el plato reflector.
Audio de archivo, noticiero: Esta plataforma del observatorio colapsó debido a fallas estructurales en sus cables de soporte que no se atendieron a tiempo.
Audio de archivo, técnico de Arecibo: El brazo que está debajo del triángulo, cayó dentro del plato y estrellándolo se vino un poquito así, al norte, y se desprendió en el plato… treinta segundo duró.
Audio de archivo, reportera: Y en estos treinta segundos ¿qué se pierde?
Audio de archivo, técnico de Arecibo: Se pierde el ícono de la radio ciencia en el mundo.
Silvia: Días antes del colapso de este martes, Luisa Fernanda me había dicho que hasta que el radiotelescopio no estuviese en el piso, aún había esperanza. Entonces queríamos saber cómo estaba, cómo había tomado la noticia del colapso.
Luisa Fernanda: No sé cómo describir en un minuto o en diez segundos o en dos horas, cómo me siento. Ahora que colapsó la estructura lo que queda claro es que hay que reconstruir y hay que unir todos los esfuerzos a nivel internacional y a nivel nacional de empezar el proceso para reconstrucción de un telescopio más potente.
Adanis Matías Pérez: Mi nombre es Adanis Matías Pérez, tengo 20 años. De Arecibo voy a extrañar sus noches de observación.
Wilbert Andrés Rupert Hernández: Mi nombre es Wilbert Andrés Rupert Hernández. Voy a extrañar su capacidad para estudiar asteroides potencialmente peligrosos.
Kevin Ortiz Cevallos: Mi nombre es Kevin Ortiz Cevallos, y tengo 22 años. De Arecibo yo voy a extrañar el que en Puerto Rico haya un espacio en el cual yo pueda sentirme que realmente yo como puertorriqueño sí puedo llegar a cumplir mi sueño de trabajar en la astronomía.
Tamara Gonzalez Acevedo: Tamara González Acevedo, 24 de edad. De Arecibo voy a extrañar que podía ejercer mi profesión en mi propio país.
Enrique Báez Rubio: Mi nombre es Enrique Baez Rubio, tengo 19 años y de Arecibo voy a extrañar su figura en el paisaje arecibeño.
Santa Lucía Pérez: Mi nombre es Santa Lucía Pérez, tengo 22 años, y lo más que voy a extrañar de Arecibo es la grandeza del plato, y sentir como una adrenalina en mis venas donde sabía que nosotros teníamos un instrumento tan poderoso que nos conectaba con el más allá, con el espacio.
Eliezer: En El hilo somos Daniel Alarcón, Álvaro Céspedes, Mariana Zúñiga, Elías González, Desirée Yépez, Paola Alean, Jorge Caraballo, Miranda Mazariegos y Carolina Guerrero. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki. Parte de la música de este episodio fue compuesta por Remy Lozano.
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Yo soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas, gracias por escuchar.