Astronomía
Webb
telescopio Webb
NASA
Desde la semana pasada, la humanidad está más cerca que nunca de entender el origen del universo. La NASA publicó las primeras imágenes del James Webb, el telescopio más poderoso del mundo. En este episodio hablamos con Begoña Vila, ingeniera y jefe de sistemas de instrumentos en el Webb, para entender cómo funciona el telescopio y qué nos revelan estas imágenes sobre nosotros mismos y sobre el universo. Luego, la astrofísica chilena Javiera Rey nos habla del estado de la astronomía en América Latina.
Créditos:
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Reportería
Lisette Arevalo -
Producción
Mariana Zúñiga, Inés Renique -
Edición
Silvia Viñas, Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Desirée Yépez, Bruno Scelza -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
NASA, ESA, CSA, and STScI HANDOU
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Samantha Ezeiza: Yo me acostaba y veía las estrellas… Llegamos a tener por un momento un telescopio. Y en ese telescopio a veces me sentaba en la terraza de mi casa y me ponía a ver la luna, las estrellas.
Silvia Viñas: Ella es Samantha Ezeiza.
Wanda Cudisevich: Yo de pequeña me quedaba viendo la televisión hasta tarde y pasaban unos programas sobre las estrellas, el universo, los planetas…
Eliezer Budasoff: Y ella es Wanda Cudisevich.
Wanda: Desde ahí ya nació mi interés por la astrofísica. Tendría yo cinco o seis años.
Silvia: Las dos ahora tienen 15 años, estudian 4to de bachillerato en Venezuela y desde muy pequeñas tienen una fascinación por el espacio.
Eliezer: Pero no fue sino hasta hace un par de años, cuando ya eran adolescentes, que su interés por el espacio las llevó a una práctica poco común para chicos y chicas de su edad: la búsqueda de asteroides.
Samantha: Un asteroide es básicamente un planeta chiquito que está orbitando.
Wanda: No tiene una forma definida. O sea, no va a ser una esfera perfecta como algún planeta y puede estar compuesto de diferentes materiales
Silvia: La mayoría de los asteroides están en lo que se conoce como el cinturón de asteroides… Es una región entre Marte y Júpiter.
Eliezer: Samantha y Wanda empezaron a buscarlos con una organización que se llama Órbita 130. Se enfoca en darle mentoría a niños y adolescentes venezolanos con altas capacidades.
Silvia: Y esto de buscar asteroides es más sencillo de lo que se imaginan. Un programa de ciencia ciudadana auspiciado por la NASA le manda a Órbita 130 un paquete de imágenes tomadas por un telescopio. Y las chicas las analizan usando sólo una computadora y un software especial.
Wanda: Nosotros teníamos que primero abrir el programa, que tarda bastante porque tienen que cargar la base de datos, después abrir las imágenes que nos mandan y después es, literal, ver las cuatro imágenes que nos mandan y ver qué se mueve.
Samantha: Tienes 72 horas para estudiar y analizar cada paquete, porque si no ya se pierde el asteroide de la vista del telescopio y además los de otros equipos internacionalmente están revisando esos mismos paquetes que tú. Entonces, no quieres que alguien más encuentre el asteroide primero.
Silvia: A simple vista las imágenes no son tan sencillas de analizar. Requiere mucha paciencia. Samantha y Wanda dicen que lo que se ve son como unos puntitos blancos y negros.
Samantha: Básicamente cuando se va la señal del televisor, que se ve todo como blanco y negro, puntico… o sea se ven puros punticos blanco y negro básicamente se ve así. Lo que pasa es que hay unos punticos negros que son un poquito más grandes y que se mueven de otra forma.
Wanda: Un asteroide es el puntico negro que tú ves que se mueve en línea recta. Y por eso mismo tienes que verlo en tres imágenes, como mínimo, para poder reportarlo. Porque si no, puede ser basura.
Eliezer: Para reportarlo hay que escribir un informe. Un astrónomo revisa ese informe y, si varios observadores en diferentes partes del mundo coinciden en que se trata de un nuevo objeto, se convierte en un descubrimiento provisional.
Silvia: Wanda descubrió su primer asteroide en 2019, cuando tenía 13 años. Es la venezolana más jóven en descubrir uno. Lo llamaron asteroide 2019 SN23. Pero después de un tiempo Wanda podrá sugerir un nombre.
Wanda: Me acuerdo que mi papá quería que le pusiera Bereshit. Bereshit significa inicio en hebreo. Creo que es el primer libro de la Biblia de La Torá, pues y dijo que esto podía marcar como un nuevo comienzo en tu vida, que es el inicio de cosas más grandes.
Silvia: Y así fue, porque desde ese día, cuando Wanda ve al cielo ya no lo ve de la misma manera.
Wanda: Se hacía de noche, miraba al cielo y yo decía: Y eso de allá atrás, eso un satélite. Y empezaba a calcularlo todo y ¿por qué eso era así?. Y ya no era ver el cielo lindo y ya, sino que empezaba a pensar y allá debería estar ese planeta. Y si, mira la luna es más grande de lo que se ve y tal porque la tierra es gigantesca. Y empiezas a calcular el tamaño de las cosas. Y bueno, no era el mismo cielo.
Eliezer: Samantha, por su parte, después de varias campañas de búsqueda de asteroides recibió una noticia…
Samantha: Me llegó un e-mail vi que me dice certificado y me dice las siglas de IASC, que es lo del International Astronomical Search Collaboration. Y yo digo bueno, no sé qué es esto, lo voy a abrir. Veo el diploma, veo que dice que el reconocimiento a mi nombre por haber descubierto el asteroide 2020 SF75 y yo me emocioné muchísimo. Yo no sé qué estaba haciendo. Yo sé que está acostado en el sofá. Me paré, empecé a pegar gritos, llamé a todo el mundo de mi familia tipo, a mi mamá, a mi hermano y a todos ellos. Los llamé y les dije la noticia.
Yo dije, wow, sabes, hay algo en el espacio que no se ha descubierto y lo descubrí yo. Entonces me sentí como importante. Me sentí especial. Me sentí capaz, como útil. Me sentí como, sabes, estoy haciendo algo para parar el mundo. No sólo para mí, para el planeta entero. Y me pareció, no sé, una experiencia muy linda. Me sentí demasiado bien conmigo misma.
Silvia: Ese fue el primero de tres hallazgos de Samantha.
Eliezer: Y para ella el cielo tampoco volvió a ser el mismo. De hecho, ahora tiene como meta dedicarse a estudiar el espacio.
Silvia: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios y VICE News, soy Silvia Viñas
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Para jóvenes como Samantha y Wanda, y millones de otros alrededor del mundo, la semana pasada fue muy especial. La NASA nos sorprendió con las primeras imágenes del James Webb, el telescopio más poderoso del mundo.
Eliezer: Hoy, una de sus ingenieras nos cuenta cómo funciona y lo que nos enseña sobre nosotros mismos y sobre el universo. Luego, una astrofísica chilena nos habla del estado de la astronomía en América Latina.
Es 22 de julio de 2022.
Begoña: Este telescopio es especial por muchas razones. Es el telescopio más grande y más complejo que hemos lanzado al espacio hasta la fecha.
Silvia: Ella es Begoña Vila. Es ingeniera, jefe de sistemas de instrumentos en el telescopio Webb.
Begoña: Desde la zona de ingeniería fue un logro muy importante el mandar un telescopio así de grande, doblado para que entrara dentro del cohete y que pudiéramos abrir una vez que estuviéramos en el espacio.
Silvia: Otra cosa que hace especial a este telescopio es que opera en el infrarrojo. Eso significa que Webb produce imágenes de luz que no son visibles para el ojo humano.
Begoña: Este observatorio está diseñado para mirar hacia atrás en el tiempo, a las primeras galaxias y estrellas que se formaron en el universo. La luz de esos objetos ha estado viajando por billones de años hasta llegar a verla ahora y durante ese tiempo en un universo que se está estirando, esa luz se estira. Cuando se estira quiere decir que se mueve a esta parte del espectro que es el infrarrojo. Entonces, allí es donde queremos hacer las fotos y los espectros para coger esas imágenes.
Silvia: Begoña me explicó que uno de los desafíos en el desarrollo de este telescopio fue crear una tecnología para controlar su temperatura.
Begoña: Como este observatorio va a ver en esta longitud que es el infrarrojo, que lo podemos entender un poquito como calor, entonces necesitamos eliminar el calor. Todo emite calor. Entonces, tenemos que eliminar el calor de todo alrededor, para que la señal que tengamos sea de los objetos que queremos ver. Y hacemos esto con este parasol. Es un parasol enorme que tiene cinco capas. Está hecho de un material especial. Es tan grande como un campo de tenis, o sea, es inmenso. Y lo podemos pensar un poquito como una sombrilla de playa. Cuando nos ponemos debajo de la sombrilla, estamos a la sombra y estamos más fresquitos. Pues, este parasol se pone orientado siempre mirando hacia la tierra y el sol, de modo que los instrumentos y los espejos siempre están a esa sombra. Y así le permite rebajarse a esos 40 grados Kelvin que es cerquita del cero absoluto para poder operar como tiene este observatorio.
Silvia: Estos espejos que menciona Begoña son 18 segmentos hexagonales que forman el espejo principal, que es grandísimo. El diámetro mide seis metros y medio. Y cada uno de esos segmentos pesa 20 kilos. Este espejo en sí es todo un logro. Nunca se había lanzado un espejo tan grande al espacio.
Silvia: ¿Qué tan delicado es? O sea ¿qué elementos tienen que estar en orden para que funcione?
Begoña: Sí, pues, había elementos súper importantes que tenían que pasar una vez que estuviéramos en órbita. Una era que se abriera este parasol. Este parasol es crítico porque es lo que permite a los espejos y a los instrumentos enfriarse a esas temperaturas que son necesarias. Si no se hubiera abierto, pues, habría sido una pérdida de la misión.
Silvia: Y no solo tenía que abrirse esta estructura que es como un parasol… también ese espejo grandísimo compuesto por espejos más pequeños.
Begoña: También tenían que abrirse, tenían que desplegarse para poder recoger la luz claro de lo que necesitamos.
Silvia: En la misión había más de 300 “puntos de fallo único”, o sea, momentos en que si algo no pasaba exactamente cuando debía pasar, la misión fallaba.
Begoña: Después, claro, hubo otras partes muy importantes. Cuando hicimos la primera foto de una estrella, nosotros tenemos 18 espejos individuales, veíamos 18 estrellas. Cada espejo se comportaba como un espejo individual. Entonces, hubo un proceso que ya lo habíamos practicado aquí en la tierra, de alinear esos espejos que tardamos casi dos meses en poner todas esas estrellas unas encima de otra, y ponerlas bien enfocadas y con buena calidad. Y después, claro, había que encender todos los instrumentos, que se encendieran todos y que los pudiéramos calibrar. O sea, que eran muchos procesos necesarios para llegar a donde estamos ahora en estos primeros seis meses después del lanzamiento.
Silvia: Es un lanzamiento que se había planeado para el 2013. Una meta que, según Begoña, quizás fue demasiado optimista.
Begoña: En nuestro caso en particular teníamos que desarrollar muchas tecnologías que en aquel momento no existían y había que realizar muchas pruebas en la Tierra para estar seguros de que todo iba a funcionar bien. Estamos a un millón y medio de kilómetros de la Tierra, a cuatro veces la distancia de la Luna. Y a diferencia de Hubble, que da vueltas a la Tierra y pudimos mandar astronautas para arreglarlo y para ponerle instrumentos nuevos, no podemos ir a reparar.
Silvia: El Hubble es el observatorio predecesor al Webb. La NASA lo lanzó en 1990, y en las últimas décadas nos ha ayudado a entender mejor las galaxias. Ahora, el telescopio Webb va aún más allá.
La NASA lo lanzó al espacio el 25 de diciembre del 2021.
Silvia: Unos seis meses después, la semana pasada, la NASA reveló las primeras imágenes que capturó. Y antes de repasar algunas, vale la pena entender cómo se generan estas imágenes. Es un proceso largo, Begoña me explicó que el telescopio tardó más de 10 horas para capturar la primera que se hizo pública.
Begoña: Esto comparado con imágenes similares de campos profundos de Hubble que se han hecho en días. Nosotros hacemos estas imágenes. Es como si fueras a hacer una foto. Pero en vez de hacernos una foto que hacemos un segundo, nosotros queremos recoger luz, la más posible. Entonces tenemos distintos algoritmos que sabemos: bueno, pues vamos a integrar, a coger la luz por un periodo de tiempo. Y después ya esas imágenes quedan grabadas a bordo en una grabadora y cuando hay contacto con la Tierra, que es dos veces al día, por cuatro o seis horas, los datos vienen a la Tierra, bajan a la Tierra y entonces hay un proceso de calibración, de análisis, como se harían cuando nosotros sacamos una foto, que la queremos comprobar que está bien, y después ya se distribuyen.
Silvia: Este ha sido el caso con las imágenes que han revelado en los últimos días. El presidente Joe Biden presentó la primera.
Begoña: La que presentó el presidente Biden es el primer campo profundo.
Silvia: Seguro han visto esta imagen. Es la que tiene muchos puntos amarillos, naranjas… algunos más brillantes que otros. A primera vista la imagen podría parecer a un cielo estrellado… pero en realidad son miles de galaxias. Y como decía Begoña al comienzo, con el Webb quieren mirar hacia atrás, al universo que se formó, a los primeros objetos hace unos 13,5 mil millones de años y con este telescopio están más cerca que nunca.
Begoña: Una de las galaxias que hemos encontrado en esta imagen está a 13,1 mil millones de años, o sea ya casi sin probar, sin integrar mucho ya notamos que sí, que vamos a poder mirar hacia atrás como queremos.
Silvia: ¿Eso es lo más atrás que se ha visto hasta ahora, verdad?
Begoña: Sí. Es lo más atrás. Y eso es el objetivo de Webb, ¿no? ¿Cómo eran estas primeras galaxias, cómo cambiaron para llegar a una galaxia en la que vivimos nosotros este proceso de formación y evolución?
Silvia: Hay una imagen que es particularmente impresionante por su nivel de color y detalle. La de los precipicios cósmicos. En primer plano se ve lo que parece ser polvo entre naranja y marrón que forma como una nube. El fondo es azul con estrellas brillantes. Es la que muchas personas ya han puesto como su protector de pantalla.
Begoña: Es una cuna de estrellas, es donde nacen las estrellas, se puede ver en la parte de arriba, ya estrellas que ya han empezado a brillar y se ve esta zona azul. Entonces, la energía que generan estas estrellas hace que se empuje ese polvo y gas que se puede ver en la parte de abajo que es precisamente necesitamos ese polvo y ese gas para que se formen nuevas estrellas.
Silvia: Entonces, esta como nube, medio marrón, marrón clarito, amarilla, naranja. ¿Eso es gases y polvo que se van a convertir en estrellas?
Begoña: Efectivamente. Entonces, aquí tenemos estrellas ya formadas, estrellas que están empezando a formarse, que aún no han empezado a quemar el hidrógeno, aún no están brillando y bueno, alrededor de estas estrellas habrá planetas, entonces una parte muy importante del Webb es el estudiar este nacimiento de estrellas, la evolución y la formación de planetas a su alrededor.
Silvia: Cuando se publicaron las imágenes del Webb, hubo una reacción global que alcanzó mucho más allá de la comunidad científica.
Esta chulada de imagen nos muestra cómo se veía el SMACS 0723 hace 4 mil 600 millones de años.
Woah! Oh my gosh! Wow!
Quiero que veas esto, wey. Esta es una de las fotos tomadas por el telescopio espacial más grande y poderoso que ha existido.
The first image from the James Webb Space Telescope! Here it is! Oh my gosh!
Y esto, apenas es el principio.
Silvia: ¿Cómo fue para ti verlas por primera vez, qué sentiste? ¿Cuál fue tu reacción?
Begoña: Bueno, súper emocionada. Yo creo que estábamos todos. Yo llevo trabajando en este observatorio más de 15 años y participé no solo en las pruebas en la Tierra, pero también en el periodo de comisión. Y sabíamos que habíamos hecho, sabíamos que los datos se habían recogido, que las habíamos observado y estábamos todos ilusionados de verlas y cualquiera de ellas excede nuestras expectativas. Entonces, es una emoción, un sentimiento súper especial ese día de verlas oficialmente y bueno saber que todo ha merecido la pena y que realmente va a ser un telescopio increíble.
Silvia: Es como contagioso, esa emoción que sienten ustedes ¿no? Pero para los que no somos astrónomos, que también es súper emocionante, pero la pregunta que nos hacemos es bueno, ¿de qué nos sirve conocer esto, no? ¿De qué nos sirve saber tanto de nuestro universo o poder viajar en el tiempo a tanto, tanto tiempo atrás?
Begoña: Sí, bueno, yo creo que todos un poquito como humanos, yo creo que somos todos exploradores y queremos aprender ¿no? Tanto de nosotros mismos, de nuestro cuerpo, de la tierra, pero también del mundo a nuestro alrededor.
Creo que queremos saber cómo hemos llegado hasta aquí y a lo largo… Si miras la astronomía a lo largo de la historia, no sabes desde el momento inicial donde pensábamos que todo daba vueltas a nuestro alrededor hasta que supimos que no, que nosotros damos la vuelta alrededor del sol, a aprender los objetos que hay en nuestro sistema solar y que hay billones de galaxias. Yo creo que una parte es esta ansia humana de conocimiento, pero después esta exploración espacial trae un montón de cosas que usamos en la Tierra en nuestro día a día.
Silvia: Y que pasan desapercibidas como la tecnología detrás del GPS y de nuestros celulares.
Begoña: Hay montones de ejemplos que usamos, no lo asociamos que se tuvieron que desarrollar para otros propósitos. Por ejemplo, una de las cosas que he mencionado: alineamos estos espejos del Webb, pues ese proceso se utiliza para esta esta cirugía LASIK que nos permite alinear un poco nuestros ojos. Entonces, hay muchos conocimientos que bueno, que nos benefician a todos en la Tierra y aparte de eso esta ansia de saber cómo llegamos aquí y vete tú a saber en el futuro donde podamos viajar y que esa generación mire para atrás y diga bueno, pues así fue como empezó todo.
Las generaciones nuevas son las que van a poder observar y aprender un montón de cosas del universo. Entonces muchos jóvenes astrónomos se beneficiarán de este telescopio
Silvia: Después de la pausa ¿cuál es el estado de la astronomía en América Latina?
Ya volvemos.
Bruno Scelza: Hola, soy Bruno Scelza, fact checker de El hilo. Para este episodio que estás escuchando, generamos 119 notas de verificación. Una de las cosas más interesantes que sucedieron fue haber descubierto todo el contenido de divulgación que la NASA tiene en su página web, con explicaciones, tanto para adultos como para niños, sobre diferentes fenómenos. Hacemos visible este proceso para que sepas que en cada episodio trabajamos duro para que recibas la información más amigable, clara y precisa sobre los temas que tratamos. Puedes escribirnos por redes sociales en @elhilopodcast en Twitter o Instagram si hay algún dato que te gustaría comprender de manera más profunda, así buscaremos la manera de incorporarlo para tu escucha. ¡Muchas gracias por escucharnos!
Hola, soy Mariana Zúñiga, periodista y productora de El Hilo. Si quieres profundizar sobre uno de los muchos aportes que la ciencia latinoamericana ha hecho a la astronomía, te invito a escuchar nuestro episodio #37 “Puerto Rico y el colapso de Arecibo”. En él conocerás el importante testimonio de la científica Luisa Fernanda Zambrano-Marín, quien nos contó qué significa la pérdida de un radiotelescopio que por casi 60 años fue un símbolo de la curiosidad humana hacia el espacio y un orgullo para la isla. Búscalo en el hilo.audio/episodios.
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo.
Eliezer: Javiera, ¿cuándo decidiste ser astrofísica? ¿Recuerdas el momento exacto?
Javiera: Sí, sí. La verdad es que siempre me llamó un poco la atención desde chica, porque con mi familia veníamos de vacaciones acá a una ciudad en Chile que se llama La Serena, que es una de las ciudades más importantes porque se concentran muchos observatorios astronómicos de la región.
Eliezer: Ella es Javiera Rey, astrónoma y astrofísica de la Universidad de Ginebra y cofundadora de Star Tres. Con otras dos astrónomas chilenas, Javiera se dedica a hacer contenido de divulgación. Publican artículos y vídeos que explican de forma sencilla conceptos usualmente no son tan fáciles de entender para los que no conocen de astronomía.
Javiera: Pero el momento que marcó más la decisión fue cuando yo estaba en 8.º básico acá en Chile, que debe haber sido como a los 13 o 14 años, algo así. Y me tocó hacer una presentación de un tema libre y en ese tiempo se hablaba mucho de una misión que era la Cassini Huygens, que fue una misión que fue a visitar Saturno.
Presentadora: Ahora, en una audaz órbita en espiral la nave espacial Cassini rozará el corazón de Saturno…
Javiera: Y cuando leí de qué se trataba y lo que querían buscar y lo que querían estudiar, una de las lunas de Saturno que se llama Titán y ver un poco como podría haber sido la Tierra en sus inicios. Ahí yo quedé enamorada de la astronomía y empecé seriamente a buscar dónde la podía estudiar y todo de forma más profesional.
Eliezer: Para el 2003, cuando Javiera salió del colegio, en Chile había dos universidades que ofrecían astronomía como carrera de pregrado. En ese sentido, tuvo más suerte que generaciones anteriores. Pero el camino no fue nada fácil.
Javiera: La verdad es que fue difícil. Creo que mi primer error y varias colegas me han comentado lo mismo, fue que nos gustaba la astronomía, pero nunca nos dedicamos a ver qué hace un astrónomo o una astrónoma, de qué se trata la carrera y qué ramos son los que se dictan. Entonces estábamos muy enfocados en sí nos gusta la astronomía y uno llega después de estudiarla y se da cuenta de que es mucha matemática, es mucha física y es una carrera que requiere esfuerzo. Y yo la primera vez que la estudié no me fue bien. Estuve en la Universidad Católica de Chile, estuve dos años y me tuve que retirar porque no, no tuve los resultados académicos que necesitaba y después decidí intentar de nuevo. Y la segunda vez, sí funcionó. Ahí estudié en mi ciudad natal, en Valparaíso y ahí sí pude terminar la carrera sin problema y después hacer mi magíster y mi doctorado. Pero son cosas que pasan. A veces uno falla y hay que intentarlo de nuevo.
Eliezer: Hasta hace sólo unas décadas no sabíamos que existían otras galaxias allá afuera. Pero hoy, inventos como el Telescopio James Webb nos dan una imagen del universo que ni soñábamos con conocer. Hay expertos que dicen que estamos en una edad de oro para la astronomía. Eso podría influir en la cantidad de jóvenes que decidan estudiar este tipo de carreras. Y esto no sería nada raro en un país como Chile, que tiene la mayor cantidad de astrónomos per cápita en el mundo y ha hecho importantes aportes a la astronomía y la astrofísica. Un ejemplo de esto es el proyecto Calán Tololo en los 90.
Javiera: Este fue un proyecto que se realizó en colaboración con la Universidad de Chile y el Observatorio de Cerro de Tololo y se concentró en el estudio de un objeto particular que se llaman las supernovas.
Eliezer: Así se le dice a la explosión de una estrella.
Javiera: Y estas supernovas la gracia que tienen es que permiten estimar distancias en nuestro universo. Y este estudio que se hizo tenía una muestra grande de supernovas y eso permitió que fuese súper importante cuando se hizo un descubrimiento que fue crucial en esa época, que fue que la expansión del universo no solo era una expansión normal, sino que encima era acelerada. Entonces, esa expansión acelerada del universo no hubiese sido posible si no hubiese sido gracias a estos datos que se tomaron desde Chile. Y el hallazgo fue tan importante que el grupo que finalmente publicó este resultado de que el universo se expandía de forma acelerada, ganó el Premio Nobel en el año 2011 y también dentro del, digamos, del discurso que se hizo durante el Premio Nobel, se reconoció, por supuesto, el aporte de este proyecto que se lleva a cabo desde América Latina.
Eliezer: El descubrimiento de los primeros planetas fuera de nuestro sistema solar también se hizo desde América Latina.En el ya extinto radiotelescopio de Arecibo, en Puerto Rico, que colapsó en diciembre de 2020.
Presentadora: Estaba a punto de derrumbarse y se cayó.
Presentadora: Colapso del célebre telescopio de Arecibo en Puerto Rico
Presentadora: Este fue el ícono científico más importante de nuestra isla por 57 años.
Javiera: Y durante mucho tiempo el radiotelescopio de Arecibo fue uno de los más grandes, por lo tanto tuvo muchos descubrimientos importantes. Hizo cosas muy curiosas, como por ejemplo enviar mensajes al espacio y mensajes que llevaban información sobre la civilización humana, sobre la tierra… así que fue una gran pérdida igual para los observatorios de América Latina.
Eliezer: Más allá de los aportes de Arecibo y proyectos como Calán Tololo en Chile en los 90, hoy en la región hay varias iniciativas y avances que vale la pena resaltar.
Javiera: Hay varias universidades que están involucradas en un tema que está muy de moda, que es el tema de los planetas extrasolares, que son todos estos planetas que están fuera de nuestro sistema solar, son los que orbitan otras estrellas diferentes a nuestro sol.
Eliezer: Se han descubierto miles de estos planetas extrasolares, y el Instituto de Astronomía de la Universidad Nacional Autónoma de México ha contribuido en algunos de estos descubrimientos.
Javiera: En Chile también se da este estudio. He conocido gente de Brasil también que ha participado en este tipo de ciencias. Y también vi que están trabajando en temas un poco más grandes como son las galaxias. Hay una especie de mapeo, de muestreo, que busca galaxias cercanas que se llama MaNGA y también ahí está participando un grupo mexicano. Y en el caso de Argentina también con sus observaciones han podido aportar a un montón de áreas. Y una que me llamó la atención fue estudiar cometas.
Eliezer: En el Observatorio Félix Aguilar, ubicado en la provincia de San Juan, han descubierto seis cometas. El más reciente fue el Cometa Master, en el 2020. Los cometas son de los fenómenos astronómicos que más se estudian. Están compuestos por gases y polvos que se condensaron hace cinco mil millones de años, cuando se formó el sistema solar. Son objetos primitivos y por eso es importante estudiarlos.
Eliezer: ¿Cuáles son los retos que enfrentan los astrofísicos en América Latina en general?
Javiera: Yo creo que uno de los más grandes y es para la ciencia en general son los temas de financiamiento. Pasa mucho acá en América Latina que no se invierte suficiente, ya sea un porcentaje del Producto Interno Bruto, o dinero en general, a lo que que es la ciencia. Y eso es preocupante porque de repente hay mucha gente preparada que no logra encontrar un espacio para trabajar dentro de su país. Incluso si lo encuentra, a veces los fondos son súper limitados, las condiciones no suelen ser las mejores y eso también hace que la investigación que pueden hacer se vea un poco truncada.
Eliezer: La falta de espacios para los astrónomos, como decía Javiera, es un reto bastante común en América Latina.
Javiera: En el caso de Chile, yo cuando estudié mi magister y mi doctorado lo hice con una beca que es una beca que entrega el gobierno y esa beca pide volver a retribuir lo que uno digamos el mismo tiempo que uno estudió en el extranjero, pero no te aseguran que vayas a tener un puesto de trabajo en lo que estudiaste. Entonces, hay mucha gente que le pasa eso, que estudia con estas becas, que vuelve al país y que no encuentra un puesto en lo que estudió y tiene que terminar trabajando en otra cosa.
Eliezer: Eso fue lo que le pasó a Javiera. Dejó la investigación hace unos años y ahora se dedica a la ciencia de los datos y a difundir información sobre astronomía.
Eliezer: ¿Cuáles crees que son los mitos más comunes sobre la astronomía?
Javiera: Hay muchas cosas que han salido, sobre todo con el tema, por ejemplo, de los asteroides. De repente, cuando los asteroides están relativamente cerca, la NASA tiene una clasificación que se llaman asteroides potencialmente peligrosos y pasa mucho que la gente piensa que eso es que va a chocar con la tierra.
Presentador: Un asteroide potencialmente peligroso se acerca a la tierra.
Presentador: Ha ocurrido antes en la historia de la tierra y podría volver a ocurrir.
Presentadora: Por su magnitud y la cercanía a la Tierra, podría amenazar el planeta.
Javiera: Entonces se ve de repente en los medios una foto bien catastrófica con un asteroide chocando con la Tierra. Y eso pasa bastante seguido y hay que estar desmitificando porque es algo que a la gente le preocupa y eso a mí, no sé, me da mucha pena, porque la astronomía es algo tan lindo que no me gusta que la gente se asuste porque sí. Entonces hay que invertir tiempo en eso también.
Presentador: Argentina y Chile han sido testigos de un avistamiento increíble.
Javiera: También dentro de los mitos, uno que ha estado de moda últimamente es el de los satélites Starlink de Elon Musk.
Presentadora: La gente miraba al cielo y decían ¿qué es eso que está pasando por ahí arriba?
Javiera: No toda la gente está familiarizada con estos satélites y cuando uno los ve en el cielo tienen una forma bastante peculiar. Y suele pasar que cuando pasan sobre los cielos la gente los graba porque los encuentra sospechosos y no sabe qué son. Y esto pasa porque estos satélites van en línea, entonces uno cuando los ve en la noche es una línea de luces que va pasando por el cielo, es bastante larga, es bastante notoria y la gente se asusta porque dice qué es esto. Esto se ve sospechoso, claramente se ve como algo artificial. Y cuando no están familiarizados con el tema de estos satélites, obviamente genera un poco de entre curiosidad y miedo. Y empiezan a salir estos vídeos preguntando ¿qué es esto?
Eliezer: Otro de los grandes mitos de la astronomía es que el astrónomo es un personaje solitario que mira por un telescopio. Hoy día, en realidad, proyectos como el James Webb involucran a miles de personas, en diferentes partes del mundo, trabajando colaborativamente.
Javiera: En la actualidad es muy poca la gente que trabaja por sí sola en un área de la astronomía y de la física en general también. Ya no es como antiguamente que uno tenía cierto, un Galileo, un Einstein, que eran un poco más como figuras solitarias. Actualmente son conglomerados de montones, montones de investigadores e investigadoras. Son miles de personas que colaboran y eso permite también que se pueda hacer desde distintos países. Entonces, afortunadamente, la gente en Latinoamérica no sólo tiene sus grupos dentro del país, sino que también puede colaborar con gente de otros lados y eso ya no limita tanto a la gente, actualmente. Gracias a Internet, hay un montón de medios de comunicación que facilitan todo esto. Ya no es como hace 30 años atrás, que quizás era mucho más complicado, quizás había que viajar porque no teníamos las facilidades que tenemos ahora, pero actualmente eso ya es mucho más libre.
Eliezer: Tal vez por eso, también, las primeras imágenes del James Webb conmovieron de inmediato al mundo. No solo por su belleza, que consigue despertar la fascinación que siempre hemos sentido al mirar al cielo de noche, sino porque nos recuerdan que no hay límites. Que no hay límites para observar el espacio, pero tampoco para lo que se puede lograr cuando miles de personas de 14 países se ponen a trabajar con un mismo objetivo. Si uno de los impulsos primitivos de la astronomía ha sido la pregunta de si estamos solos en el universo, proyectos como el James Webb ofrecen una respuesta terrenal: que nunca estamos solos cuando nos enfrentamos a las mismas preguntas.
Mariana Zúñiga: Este episodio fue producido por mí, Mariana Zúñiga, y por Inés Rénique. Queremos agradecer a Lisette Arévalo. Ella entrevistó a Samantha Ezeiza y a Wanda Cudisevich. El episodio fue editado por Silvia Viñas, Daniel Alarcón y Eliezer Budasoff. Bruno Scelza y Desirée Yépez hicieron el fact checking. La mezcla y el diseño de sonido son de Elías González con música de él, Andrés Azpiri y Rémz Lozano.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Denise Márquez, Samantha Proaño, Paola Alean, Elsa Liliana Ulloa y Camilo Jiménez Santofimio. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Estudios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
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