Política
Violencia
Derechos humanos
Juanita Goebertus
Venezuela
Nicolás Maduro
Human Rights Watch
Presos políticos
La promesa de cambio que ilusionó a gran parte de los venezolanos ante las elecciones presidenciales de 2024 ha sido clausurada con una escalada represiva del régimen de Nicolás Maduro, que declaró una victoria que no fue reconocida ni siquiera por aliados políticos como Lula. Cuando miles salieron a las calles a protestar, el gobierno respondió con la persecución a opositores, detenciones arbitrarias, torturas y desapariciones que no han parado hasta la fecha. Esta semana hablamos con una testigo de mesa, un activista excarcelado y los familiares de dos personas que siguen presas, que nos cuentan cómo ha operado el chavismo durante el último año para aplastar cualquier disidencia. Además, Juanita Goebertus, directora de la división de las Américas de Human Rights Watch, nos explica cómo se profundizaron las violaciones a los derechos humanos tras las elecciones y cómo ha cambiado el escenario para Maduro con el regreso de Donald Trump.
Créditos:
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Producción
Equipo de El hilo -
Edición
Eliezer Budasoff, Silvia Viñas -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Producción en redes sociales
Samantha Proaño, Melisa Rabanales, Diego Corzo -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Getty Images / Federico Parra
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Marianela: Yo soy Marianela. Ese no es mi nombre real, porque estoy, vamos a decir, en la clandestinidad. Tuve que salir del país por acoso, por persecución, por amenazas de muerte, por haber trabajado en las elecciones y haber probado que hicieron fraude.
Silvia: Te quiero preguntar sobre eso, Marianela, porque la última vez que hablamos contigo fue en agosto del año pasado, casi un mes después de que el Consejo Nacional Electoral, declarará a Maduro como el ganador de las elecciones, sin mostrar ninguna prueba.
Audio archivo, CNE resultados: Nicolás Maduro Moros, del Gran Polo Patriótico, obtuvo 5 millones 150 mil 92 votos, con un 51.20 %.
Silvia: Y como nos contabas, tú fuiste testigo de mesa en un centro de votación. Estabas encargada de cuidar las actas de tu centro. Ya pasó un año desde ese momento, y queríamos preguntarte: ¿cómo ha cambiado tu vida desde aquel día?
Marianela: Totalmente. Porque de estar esperanzada a recuperar la democracia, de haber ganado las elecciones, tuvimos que salir muchos de allá. Dejando, dejando todo.
Eliezer Budasoff: El día después de las elecciones en Venezuela empezaron las detenciones en masa. Además, personas como Marianela, que de una u otra manera cuidaron el voto, fueron acosadas y perseguidas.
Marianela: Me empezaron a perseguir colectivos y Policía Nacional cerca de mi casa. Yo era una líder de mi zona, era una líder comunitaria y aún presido el grupo de vecinos, de los que trabajamos en la oposición. Estamos marcados desde hace muchos años, pero una vez que presentamos las pruebas del fraude en las elecciones, pues la persecución se agudizó. Y llegó un momento que ya no pude aguantar, porque fue un ataque muy fuerte: me pegaron, me tiraron contra el piso, me iban atropellando, salieron con motos, y ya dije, el próximo paso es que me maten. Entonces tuve que salir.
Marianela: Eso fue un miércoles, el ataque. El viernes compré el pasaje, el domingo salí. Fue así de violento.
Eliezer: Marianela tuvo que dejar la vida que había construido con su pareja, con su familia, tuvo que dejar a su perra y viajar a Estados Unidos.
Silvia: La gente de otros países se sorprende cuando les cuentas lo grave que está la situación en Venezuela.
Marianela: Sí, algunos no tienen realmente conciencia. La mayoría sabe que hay un régimen, que hay una gente que no quiere salir. Pero cuando uno les cuenta realmente, desde afuera, a qué fuimos sometidos, pues sí se sorprenden.
Marianela: Después de las elecciones, había 2,000 y tantos presos políticos, nada más a partir de allí. Y, digamos, se va agravando. Se va agudizando la violencia, la agresión en las cárceles, el hambre, el hambre que pasan, el maltrato que pasan y los abusos que pasan. Las torturas que pasan. Eso no lo sabe la gente en el exterior.
Eliezer: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas.
Eliezer: La promesa de cambio que ilusionó a gran parte de Venezuela frente a las elecciones presidenciales de 2024 ha sido clausurada con una escalada represiva del régimen de Nicolás Maduro, que declaró una victoria que no fue reconocida ni siquiera por aliados políticos como Lula.
Hoy, cómo el chavismo ha intensificado la persecución a opositores y la detención de ciudadanos en el último año, y por qué la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha fortalecido la posición de Maduro.
Es 01 de agosto de 2025.
Silvia: Bueno, Juanita, queremos repasar contigo qué ha pasado desde las elecciones en Venezuela. Sabemos que a finales de julio de 2024 el Consejo Nacional Electoral declaró a Maduro como el ganador sin mostrar ninguna prueba. La oposición y los observadores internacionales cuestionaron los resultados. Y nos gustaría empezar justo con esos días después de las elecciones, cuando miles de venezolanos salieron a exigir un conteo de los votos.
Audio archivo protestas, Manifestantes: ¡El pueblo unido, jamás será vencido! ¡El pueblo unido, jamás será vencido!
Silvia: Recuérdanos qué pasó.
Juanita: Bueno, la gente con razón salió a las calles a exigir que hubiese lo básico, lo que está en la ley venezolana, que es la publicación de las actas. Se volcaron de manera pacífica, en la mayoría de lo que nosotros pudimos documentar. En la medida en la que más y más personas salían a la calle, empezó a haber un patrón de represión muy claro.
Eliezer: Ella es Juanita Goebertus, directora de la división de las Américas de Human Rights Watch, una organización que investiga violaciones de derechos humanos en todo el mundo.
Silvia: Durante meses, Juanita y su equipo entrevistaron a más de 100 personas para escribir un informe detallado sobre la situación en Venezuela. Hablaron con víctimas, familiares, defensores de derechos humanos y periodistas. También analizaron videos y fotografías de la represión después de las elecciones.
Juanita: Y el patrón fue siempre el mismo: sacaban típicamente a la policía para dispersar la manifestación, haciendo uso de armas menos letales, con gases lacrimógenos para dispersar. Y cuando la gente no se daba por vencida y seguía protestando, salían estos colectivos, estos grupos de civiles que colaboran con las fuerzas de seguridad en Venezuela, haciendo uso de armas de fuego y disparando de manera directa a la manifestación. En muchos de los casos, pudimos verificar, a través de nuestro laboratorio de investigación digital, la participación directa de estos colectivos en los disparos que terminaron con la vida de 24 personas en esos primeros días posteriores al 28 de julio.
Eliezer: Según el Foro Penal, una organización venezolana que documenta y asiste en casos de detenciones arbitrarias, entre julio y diciembre de 2024 detuvieron a 2,062 personas.
Silvia: Aunque la mayoría de los arrestos fueron entre el día de las elecciones y las dos primeras semanas de agosto, las detenciones arbitrarias siguen hasta hoy. Desde el 19 de julio de este año, han detenido a más de 20 personas. Al cierre de este episodio, hay 818 presos políticos.
Juanita: Estamos hablando de opositores, líderes de Vente Venezuela, no solo en altos niveles, sino también personas que, a nivel local, cumplieron tareas fundamentales como ser testigos de mesa, participar luego en la recolección y protección de las actas. Líderes de sociedad civil, defensores de derechos humanos, personas que estaban reportando sobre lo que estaba sucediendo. Incluso, en muchos casos, simplemente —insisto— transeúntes que estaban pasando por allí en el momento de una manifestación y terminaron en varias de estas redadas de detención.
Eliezer: Y también hay niños y adolescentes. Al menos 176 chicos y chicas entre 14 y 17 años fueron detenidos el año pasado. Aunque la mayoría de ellos han sido liberados, todavía hay cuatro en prisión.
Silvia: Hablamos con el papá de uno de ellos.
Armando: Mi nombre es Armando Rivero y el nombre de mi hijo es Danner Abraham Rivero Maitán. Yo tengo 65 años y mi hijo tiene 17.
Silvia: Armando describe a su hijo como un chico tranquilo que hace las cosas típicas de alguien de su edad. Estudia, hace deporte…
Armando: Le gusta el fútbol y sí tiene demasiadas amistades. Uff, muy querido, pues. Él es muy querido en el barrio.
Eliezer: Justamente, la noche del 29 de julio, un día después de las elecciones, Abraham salió con un grupo de amigos a llevarle una bolsa de comida a la abuela de uno de ellos. Cuando los chicos volvían, la policía los detuvo.
Silvia: Esa noche hubo protestas en todo el país. En el estado La Guaira, donde viven Armando y Abraham, fueron bastante fuertes.
Audio archivo, estatua.
Manifestantes: ¡Abajo! ¡Tumben esa mierda…!
Silvia: Lo que acaban de escuchar son manifestantes que, indignados por el anuncio de los resultados, derribaron una estatua de Hugo Chávez. Y a Abraham y a sus amigos los acusaron de participar. Sus familias insisten en que no estaban ahí.
Eliezer: Los padres de los chicos se enteraron de que los habían detenido por imágenes que vieron en redes sociales.
Armando: Y los otros padres me avisaron a mí porque reconocieron a los muchachos, y así fue como supimos de la detención de ellos. Y nosotros empezamos a movernos, llamando para acá, llamando para allá.
Silvia: A Armando le tomó dos días encontrar a Abraham. Buscó en diferentes estaciones de policía. Comparado a otras familias, lo encontró bastante rápido. Esto es lo que nos explicó Juanita:
Juanita: Típicamente, lo que sucede es, primero, una desaparición forzada. Es decir, se hacen detenciones sin orden judicial y luego lo que sucede es que no se presenta ante tribunales una orden ni una notificación a las familias. Y lo que pasa es que las familias se pasan días, incluso semanas, visitando distintos centros de reclusión para entender el paradero de sus seres queridos. En algunos casos, incluso los fiscales directamente niegan la información sobre el paradero de las personas.
Eliezer: La fiscalía acusó a Abraham de terrorismo y daños al patrimonio público. Según el Comité por la Libertad de los Presos Políticos, una organización que ha estado siguiendo su caso, su proceso judicial ha estado viciado. En las audiencias, los policías que los detuvieron han presentado versiones contradictorias de lo que pasó, y un día el juicio se detuvo durante varias semanas por falta de pruebas.
Silvia: El Comité por la Libertad de los Presos Políticos dice que el juez presionó y manipuló a Abraham para que se declarase culpable. Dijo que le bajaría la pena. Pero Abraham no lo hizo. Se declaró inocente. Así que el juez lo pasó a juicio.
Juanita: Estas imputaciones, por delitos de definición muy amplia, en donde el proceso se lleva sin presentación de evidencia, sin que las personas tengan acceso a la carpeta para poder ejercer su defensa, sin que se les permita tener un abogado de confianza. En el mejor de los casos, les asignan un defensor de oficio. Muchas de las familias con las que hemos hablado nos dicen: “Incluso el abogado defensor nos dice: ‘Mire, esto es un proceso político, no hay nada que yo pudiera hacer, incluso si tuviera acceso a la carpeta’”.
Silvia: Abraham ya lleva un año detenido y su juicio está entrando en la etapa final. Se ha perdido de muchas cosas. Pasó su cumpleaños 17 encerrado. Su papá ha podido visitarlo pocas veces, pero Armando siempre encuentra la manera de hacerle saber a su hijo que no está solo.
Eliezer: Todos los días se para afuera de la cárcel de menores donde está Abraham y grita su nombre.
Armando: Uno le grita y… por ahí uno medio se comunica con él. Yo me comunico con él todos los días. “¡Hijo!”, le grito, pues. Él me grita desde adentro y nos podemos comunicar. Pero está desesperado. Me dice que no aguanta más tiempo ahí. Porque en verdad es mucho tiempo, ¿oyó?
Silvia: Ya volvemos.
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo.
Silvia: De lo que ustedes han podido documentar, ¿cuál es la situación dentro de las cárceles? ¿Qué tipo de tratos reciben?
Juanita: Bueno, hay muchísima preocupación. Lo primero que señalaría es este tema muy grave de mantener a las personas incomunicadas, particularmente los presos de más alto rango, los miembros de la oposición, también sus familiares, personas con otras nacionalidades.
Eliezer: Ese es el caso de Brayan Navarro, un colombiano de 28 años. A él lo detuvieron meses después de las elecciones. Había empezado a trabajar como chofer privado y, para las navidades, volvió a Colombia para pasarlas con su familia. Brayan tenía que regresar en enero.
Silvia: Volvió a Venezuela a principios de ese mes, cinco días antes de la toma de posesión de Nicolás Maduro. Pero Brayan nunca llegó a su primer día de trabajo.
Yarileinis Navarro: Cuando él se fue para Venezuela, nosotros desconocíamos totalmente la situación que estaban viviendo en Venezuela a raíz de las elecciones.
Eliezer: Ella es Yarileinis Navarro, la tía de Brayan.
Yarileinis Navarro: Por tal motivo, pues, no le vimos ningún problema en que él se fuese a trabajar a Venezuela, ya que Pueblo Bello es un pueblo o un municipio bastante pequeño, sin muchas oportunidades laborales.
Yarileinis: Brayan, en su viaje a Venezuela, se iba comunicando con la familia a través de WhatsApp. Él se comunicó con el tío, comentándole que había sido bajado del bus en el que viajaba por la Guardia de Venezuela. En el momento en el que Brayan comentó que había sido detenido por la Guardia de Venezuela, no le vimos ningún problema. Tal vez por protocolos, estaba la posesión del mandato del señor Nicolás Maduro, que era el 10 de enero.
Silvia: Casi dos horas después de ese primer mensaje, Brayan dejó de responder el teléfono. Yarileinis y su familia no volvieron a saber de él hasta el 15 de mayo.
Yarileinis: Fueron cuatro meses buscando a Brayan por todas partes. La tía de Brayan viajó a fines de enero, el 28 de enero, a Caracas, preguntando en las diferentes cárceles y sitios de reclusión masculina, donde no dieron ningún tipo de respuesta. Brayan se logró comunicar después de cuatro largos meses de sufrimiento. El 15 de mayo les permitieron a los colombianos una llamada de cinco minutos. Esa llamada fue para pedir auxilio. Esa llamada fue manifestando que él estaba bien, pero que, por favor, gestionaran desde Colombia por la vía diplomática. Que hablaran con la embajada, con la Cancillería y con el Presidente para que ellos fueran liberados, no solamente Brayan, sino todos los colombianos que están detenidos allá.
Eliezer: Las detenciones de extranjeros crecieron drásticamente después de las elecciones del 28 de julio. En este momento, hay más de 80 presos políticos con nacionalidad extranjera. 37 son colombianos. A la mayoría se les acusa de ser terroristas o mercenarios, pero no hay pruebas que respalden esos cargos.
Silvia: La llamada que mencionó Yarileinis, la del 15 de mayo, es la única que le han permitido a Brayan en siete meses, desde que lo detuvieron.
Yarileinis: No se le ha permitido visitas, no se le ha permitido entregar paquetería, no se le ha permitido una carta, no se le ha permitido nada. Volvió y desapareció. Meses de no volver a saber absolutamente nada de él. Saber en qué condiciones se encuentra, saber cuál es su estado físico, su estado emocional, su estado mental. Es una injusticia lo que se está cometiendo. Es algo difícil de afrontar.
Eliezer: Juanita nos explicó que los malos tratos en las cárceles han aumentado muchísimo entre 2023 y 2024. Y dejar a los presos incomunicados, como hicieron con Brayan y tantos otros, no es la única forma de maltrato.
Juanita: Tratos crueles, incluyendo golpizas, falta de atención médica, privación de alimentos, palizas, descargas eléctricas, casos de asfixia, casos de aislamiento.
Juan: Pues realmente sentí que estábamos llegando, automáticamente, a un campo de concentración.
Silvia: Él es Juan. Este no es su nombre real. Juan es activista político, defensor de derechos humanos y miembro del partido de oposición Primero Justicia. Tres días después de las elecciones, agentes de la policía lo detuvieron cuando trataba de salir del estado donde vive. Un conocido le dijo que estaban buscando a todos los dirigentes políticos que cuidaron las actas el día de la elección, así que trató de escapar. Pero no pudo.
Eliezer: Lo acusaron de siete delitos y estuvo cuatro meses preso en la cárcel de Tocorón.
Juan: Todos los días había una tortura tanto psicológica. No nos dejaban dormir. La comida era asquerosa. Era un trato inhumano por parte de todos los custodios, incluso los dos directores que estuvieron allí. No hay las condiciones. No teníamos agua para beber. O sea, eran unas condiciones muy inhumanas.
Juanita: En la mayoría de los casos, este tipo de víctimas de tortura son personas que han tenido un rol público, al ser críticos del gobierno o al menos ser percibidos por el Gobierno como críticos. Y en varios de los casos, los responsables de los malos tratos supuestamente trataban de extraer información sobre miembros de la oposición o forzar confesiones sobre su presunta implicación en hechos violentos. Es decir, son torturas en el marco de interrogatorios supuestamente para extraer información.
Juan: Siempre nos trataron mal, siempre nos golpearon. En mi caso, siempre me pegaron, pero yo todos los días, con valentía, me levantaba a cantar el himno nacional como forma de rebeldía.
Juanita: Algunos de los testimonios que recolectamos, por ejemplo, incluyen personas que dicen haber visto marcas de quemaduras en las costillas y en los brazos de los detenidos. La madre de un adolescente de tan solo 15 años dijo que su hijo fue sometido a descargas eléctricas, que, según ella, incluso le provocaron convulsiones. Documentamos también casos de celdas de castigo. Cinco personas que pudimos documentar que estuvieron detenidas y que señalaron que los guardias los encerraron en celdas pequeñas, hacinadas, oscuras, donde los detenidos permanecieron aislados durante horas o incluso días.
Juan: La tortura del régimen es imborrable. Daños psicológicos, secuelas, como la visión, como mucha migraña, dolor de cabeza, mareos. Síntomas que dejó esto, pues.
Eliezer: Algunas personas han muerto. Según el Observatorio Venezolano de Prisiones, al menos cuatro de los detenidos después de las elecciones del año pasado murieron en la cárcel.
Juanita: Y según la información de organizaciones de sociedad civil con las que Human Rights Watch trabaja, las causas de las muertes estaban relacionadas con la falta de atención médica oportuna y, posiblemente, con malos tratos. Estos son los casos de Jesús Manuel Martínez Medina, Jesús Rafael Álvarez, Oswaldo Alexander González y Reynaldo Araújo.
Silvia: Varias personas que fueron detenidas han sido ya ex-carceladas, pero muchas aún son perseguidas y acosadas aunque estén fuera. ¿Cómo es la vida de estas personas que han salido de la cárcel pero siguen viviendo en Venezuela?
Juanita: Bueno, lo primero es que tienen que presentarse constantemente a estas citaciones judiciales.
Eliezer: Juan, a quien escuchamos hace un momento, tiene que hacer esto. Aunque fue liberado en noviembre del año pasado, tiene que presentarse a tribunales dos veces al mes.
Juan: Me presentó cada 15 días en Caracas. Viajar a Caracas es una angustia, buscar el dinero. Se me ha hecho difícil conseguir un trabajo estable por el tema de las presentaciones.
Juanita: Tienen a veces restricciones para salir del país. Muchas de estas personas han sido vigiladas, sus comunicaciones interceptadas, han sido seguidas y, por lo tanto, viven constantemente bajo el miedo de estar siendo vigiladas, simplemente por el hecho de estar haciendo su trabajo: documentar violaciones a derechos humanos, investigar y escudriñar el poder público.
Juan: Nunca he estado tranquilo ni aliviado. Jamás, jamás, desde el día que salí. A cada rato van a mi casa, se paran funcionarios del Sebin. Toman fotos. Entonces esto es a diario. La persecución es a diario. No hay una tranquilidad mental. Todavía no la hay. Hasta que el régimen no caiga, esa tranquilidad no va a haber, porque aún vivimos con miedo de que nos vuelvan a meter preso o de que nos asesinen.
Silvia: Hacemos una última pausa y volvemos.
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo.
Silvia: Y ustedes, en el informe, cuentan que hay otras personas, como coordinadores de campaña, personal de centros de votación y periodistas, que, por la represión después de las elecciones, tuvieron que salir del país. ¿Qué encontraron ustedes que los llevó a tomar esa decisión y en qué condiciones migratorias están ahora?
Juanita: Claro, nosotros pudimos documentar varios de los casos de personas que emigraron luego de haber sido quienes directamente recolectaron las actas de votación, que habían tenido un rol de movilización para lograr que la gente saliera a votar, para que la gente estuviera organizada, para que no tuviera miedo de ir a las urnas. Y esas personas sufrieron una persecución directa en esta represión de los primeros días luego de las elecciones, con personas siguiéndolos en su casa, recibiendo incluso mensajes que les decían: “Los van a perseguir, los van a detener. Salgan del país porque vienen por ustedes”.
Eliezer: Lo que cuenta Juanita le pasó a Marianela, la mujer que escuchamos al principio del episodio. A ella también le dijeron que su mejor opción era salir. Se lo dijo alguien de su equipo, un testigo como ella, de su mismo centro de votación. Fue acosado y perseguido.
Marianela: Lo agarraron, pero él no firmó las actas. Yo fui quien firmé las actas y me las escondí en mis partes íntimas y, bueno, a él lo agarraron, pero en lo que vieron que él no había firmado las actas, lo soltaron. Y él me alertó, me dijo: “Mira, van por ti”.
Silvia: Marianela se fue de Venezuela a finales de septiembre del año pasado. Llegó a Estados Unidos y pidió asilo.
Marianela: La verdad me han recibido muy bien. Y, bueno, mis pruebas eran contundentes y me aprobaron el asilo, gracias a Dios. Bueno, es una oportunidad para empezar, pero es muy duro empezar. Dejar a mi pareja atrás, mi padre atrás que tiene 89 años, mi perra que tiene cinco, mi trabajo, mi vida. Entonces, desde el punto de vista emocional es muy fuerte. Desde el punto de vista personal, muy agradecida porque me abren las puertas, me dan una oportunidad de vivir que no tenía en mi país. En mi país no tenía opciones.
Eliezer: Pero no todos los que salieron de Venezuela tuvieron la misma suerte.
Juanita: Todo este año coincide, a su vez, con el gobierno Trump en Estados Unidos, que ha tomado medidas muy restrictivas migratorias incluyendo para venezolanos.
Silvia: Juanita se refiere al TPS y al parole humanitario, permisos a los que los venezolanos ya no pueden acceder. El gobierno de Donald Trump los eliminó a principios de este año. En junio, Trump también suspendió las visas de trabajo, negocio, educación y turismo para los venezolanos, aunque hay algunas excepciones.
Eliezer: Además, han cerrado los Centros de Movilidad Segura, que eran oficinas en países como Colombia, Costa Rica o Ecuador para pedir citas y tramitar solicitudes para entrar a Estados Unidos. Así no tenían que hacer el peligroso viaje al norte.
Juanita: Y con la llegada del presidente Trump, cancelan todas estas citas y estas personas quedan varadas en Colombia, sin la posibilidad de tener una protección. Es un caso dramático porque muestra personas que se la jugaron por defender la democracia en Venezuela, y sin embargo el gobierno Trump los dejó a su suerte en un país como Colombia, que tiene sus propios retos hoy de inseguridad, y que además ya no tiene un programa que permita proteger a venezolanos que estén entrando ahora en una nueva oleada de migración al país.
Silvia: Sí, justamente te quería preguntar sobre el regreso de Donald Trump. Además de dejar desprotegidas a estas personas, ¿ha afectado de alguna manera la situación en Venezuela en términos de derechos humanos?
Juanita: Claro. Gran parte de lo que pasa en toda la región, y Venezuela no es la excepción, es que se manda esta señal de que todo vale. Yo creo que una de las imágenes más vívidas es la forma en la cual Estados Unidos toma la decisión de deportar venezolanos a El Salvador, a una cárcel de máxima seguridad, a pesar de que había una orden judicial que buscó detener la salida de esos dos aviones.
Audio archivo, Presentadora: El juez de distrito James Boasberg ordenó parar los vuelos de deportaciones y pidió que dos aviones que se dirigían a El Salvador dieran media vuelta, pero no lo hicieron.
Juanita: Esa imagen, de que ya ni siquiera vale cumplir con las sentencias judiciales, es una imagen muy peligrosa para América Latina, una región que ha visto el deterioro de sus democracias, la erosión de distintas instituciones que están allí para generar un sistema de pesos y contrapesos. Y yo creo que Venezuela no es la excepción.
Eliezer: A finales de julio, el gobierno de Donald Trump y el régimen de Maduro canjearon prisioneros.
Audio archivo, periodista: Los 252 venezolanos que estuvieron en el CECOT desde marzo, cuando el gobierno de Donald Trump decidió deportarlos a El Salvador, regresaron a su país gracias a un acuerdo con Estados Unidos.
Audio archivo, periodista: Como parte del intercambio, Venezuela liberó hoy a 10 reos estadounidenses.
Audio archivo, periodista: Que se encontraban en las cárceles del régimen de Nicolás Maduro.
Silvia: Esta no es la primera vez que el gobierno de Trump negocia con Venezuela. En enero de este año, liberaron a seis presos estadounidenses y Maduro aceptó recibir aviones con venezolanos deportados desde Estados Unidos. Hasta la fecha, han llegado más de 8,000 migrantes de vuelta a Venezuela.
Eliezer: Para Juanita, esta clase de negociaciones entre Venezuela y Estados Unidos mandan una clara señal.
Juanita: Justamente manda la señal de que ya no es un país que esté dispuesto a apostarle todo por el retorno de la democracia a Venezuela, sino que es perfectamente posible que un régimen como el de Nicolás Maduro siga violando de manera sistemática los derechos humanos, siempre que esté dispuesto a negociar con un gobierno como el de Trump para que le reciba migrantes. Sin duda, de una manera bien paradójica, termina empoderando al régimen de Nicolás Maduro.
Eliezer: Como parte de la última negociación entre Estados Unidos y Venezuela, Maduro se comprometió a liberar a 80 presos políticos. Al cierre de este episodio, han excarcelado a más de 60.
Silvia: El régimen de Maduro no ha publicado una lista de las personas que liberaron, ni tampoco explicaron cuáles fueron los criterios para escoger quién sale y quién no. Lo que sí sabemos es que no han excarcelado a los presos con enfermedades graves, ni a los adolescentes, ni a las personas de la tercera edad.
Eliezer: Para Yarileinis, la tía de Brayan Navarro, el colombiano de 28 años que detuvieron en enero, ha sido duro ver cómo algunos salen libres mientras su sobrino sigue en prisión.
Yarileinis: Pues para nosotros ha sido bastante difícil y compleja la situación, al ver que se hizo la negociación con El Salvador para la liberación de los presos políticos. Pues en el primer comunicado que hizo Bukele, ahí mencionaba a Colombia. De Colombia no ha sido ni uno solo liberado. No nos han dado respuesta. Pareciera que algunas vidas valieran más que otras.
Silvia: Y mientras el régimen libera a algunos, sigue deteniendo a otros. Como mencionamos al comienzo del episodio, desde el 19 de julio han arrestado a más de 20 personas. Este patrón se ha vuelto tan común que incluso los expertos le han puesto un nombre: la política de la puerta giratoria.
Eliezer: Se trata de liberar selectivamente a unos para encarcelar a otros. Unos entran, otros salen. Y así.
Silvia: Quiero volver un poco al informe de ustedes. Después de participar en esto y de documentar lo que está pasando en Venezuela desde hace un tiempo, ¿para ti qué es lo más preocupante en este momento?
Juanita: Yo diría que, tristemente, esta normalización, Yo creo que es hoy innegable que Venezuela pasó por un ciclo de mucha esperanza, de mucha movilización, y hoy, por vía de esa represión brutal que mantiene a la ciudadanía amedrentada a través de las desapariciones, las detenciones, las torturas, la incomunicación en la detención, es hoy, tristemente, un pueblo que ha perdido esa esperanza, al menos en el corto plazo. Y yo solo hago votos para que, a través de esa resistencia de la sociedad civil, sea posible recuperar esa esperanza.
Silvia: El domingo 27 de julio hubo elecciones municipales en Venezuela. Como era de esperarse, el partido de Maduro ganó la mayoría de las alcaldías, más del 80 %. El Consejo Nacional Electoral dijo que participó el 44 % del electorado, pero los expertos en temas electorales dicen que realmente fue un 29 %. Periodistas locales coinciden en que muchos centros electorales estaban vacíos.
Eliezer: La baja participación y la apatía se deben a que los principales partidos de oposición le pidieron a la gente que no fuera a votar. La ilusión de cambiar algo a través del voto, que muchos venezolanos habían recuperado brevemente en 2024 después de años de decepción, parece haberse perdido definitivamente después de lo que pasó en la última elección presidencial.
Silvia: Este episodio fue producido por el equipo de El hilo. Lo editamos Eliezer y yo. Bruno Scelza hizo la verificación de datos. La música y el diseño de sonido son de Elías González.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Mariana Zúñiga, Samantha Suazo, Samantha Proaño, Melisa Rabanales, Diego Corzo, Natalia Ramírez, Paola Alean, Camilo Jiménez Santofimio y Elsa Liliana Ulloa. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Studios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
El hilo es un pódcast de Radio Ambulante Studios. Si valoras el periodismo independiente y riguroso, te pedimos que te unas a nuestras membresías. América Latina es una región compleja, y nuestro periodismo necesita de oyentes como tú. Visita elhilo.audio/donar y ayúdanos con una donación.
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Soy Silvia Viñas. Gracias por escuchar.
Transcript:
Marianela: I’m Marianela. That’s not my real name, because I’m, let’s say, in hiding. I had to leave the country because of harassment, persecution, death threats, for working in the elections and proving that fraud had taken place.
Silvia: I want to ask you about that, Marianela, because the last time we spoke with you was in August of last year, almost a month after the National Electoral Council declared Maduro the winner of the election without presenting any evidence.
Audio archive, CNE results: Nicolás Maduro Moros, from the Great Patriotic Pole, received 5,150,092 votes, with 51.20%.
Silvia: And as you told us, you were a poll watcher at a voting center. You were in charge of safeguarding the records from your precinct. It’s been a year since that moment, and we wanted to ask you: how has your life changed since that day?
Marianela: Completely. From being hopeful that we would recover democracy, from having won the election, we had to leave. Many of us. Leaving everything behind.
Eliezer Budasoff: The day after the elections in Venezuela, mass arrests began. And people like Marianela, who in one way or another protected the vote, were harassed and persecuted.
Marianela: I started being followed by collectives and the National Police near my house. I was a leader in my area, a community leader, and I still head the neighborhood group of those of us who work in the opposition. We’ve been marked for many years, but once we presented the evidence of electoral fraud, the persecution got worse. And it reached a point where I couldn’t take it anymore. It was a brutal attack: they beat me, threw me to the ground, and ran over me with motorcycles. And I said, the next step is they kill me. So I had to leave.
Marianela: That happened on a Wednesday, the attack. On Friday I bought the ticket, and on Sunday I left. That’s how fast and violent it was.
Eliezer: Marianela had to leave the life she had built with her partner, with her family. She had to leave her dog behind and travel to the United States.
Silvia: People from other countries are surprised when you tell them how bad things are in Venezuela.
Marianela: Yeah, some people don’t really grasp it. Most know there’s a regime, that there are people who refuse to step down. But when you tell them from the outside what we were actually subjected to, they are surprised.
Marianela: After the election, there were over 2,000 political prisoners, just from that moment on. And it keeps getting worse. Violence and aggression in prisons keep intensifying, the hunger, the abuse they suffer. The torture they endure. People outside the country don’t know that.
Eliezer: Welcome to El hilo, a podcast by Radio Ambulante Studios. I’m Eliezer Budasoff.
Silvia: And I’m Silvia Viñas.
Eliezer: The promise of change that gave so much hope to many in Venezuela ahead of the 2024 presidential elections has been shut down by an increasingly repressive crackdown from Nicolás Maduro’s regime, which declared a victory that wasn’t even recognized by political allies like Lula. Today, how Chavismo has ramped up its persecution of opposition figures and the detention of citizens over the past year, and why Donald Trump’s return to the White House has strengthened Maduro’s position.
It’s August 1, 2025.
Silvia: So, Juanita, we’d like to go over with you what’s happened since the elections in Venezuela. We know that at the end of July 2024, the National Electoral Council declared Maduro the winner without presenting any evidence. The opposition and international observers questioned the results. And we’d like to start with those first few days after the election, when thousands of Venezuelans took to the streets to demand a vote recount.
Audio archive, protesters: The people united will never be defeated! The people united will never be defeated!
Silvia: Remind us what happened.
Juanita: Well, people rightly took to the streets to demand something very basic, what’s written in Venezuelan law, the publication of the tally sheets. They turned out peacefully, for the most part, based on what we were able to document. And the more people who came out, the clearer the pattern of repression became.
Eliezer: That’s Juanita Goebertus, director of the Americas Division at Human Rights Watch, an organization that investigates human rights violations around the world.
Silvia: For months, Juanita and her team interviewed more than 100 people to write a detailed report on the situation in Venezuela. They spoke with victims, family members, human rights defenders, and journalists. They also analyzed videos and photographs of the crackdown after the elections.
Juanita: And the pattern was always the same: they would typically deploy police to break up the protests, using less-lethal weapons like tear gas to disperse the crowds. And when people didn’t give up and kept protesting, these colectivos would show up, civilian groups that collaborate with Venezuela’s security forces, armed with firearms, shooting directly into the protests. In many of the cases, we were able to verify through our digital investigations lab the direct involvement of these collectives in the shootings that killed 24 people in the first days after July 28.
Eliezer: According to Foro Penal, a Venezuelan organization that documents and supports cases of arbitrary detention, between July and December 2024, 2,062 people were detained.
Silvia: While most arrests happened between election day and the first two weeks of August, arbitrary detentions are still ongoing. Since July 19 of this year, over 20 more people have been arrested. At the time of this episode, there are 818 political prisoners.
Juanita: We’re talking about opposition members, leaders of Vente Venezuela, not just high-level figures but also people who played key roles locally, like poll watchers, or those who helped collect and safeguard the tally sheets. Civil society leaders, human rights defenders, people who were reporting on what was happening. And in many cases again, I insist, bystanders who just happened to be in the area when a protest was taking place and ended up caught in one of these mass arrests.
Eliezer: And there are also children and teenagers. At least 176 minors between the ages of 14 and 17 were detained last year. While most have been released, four are still in prison.
Silvia: We spoke with the father of one of them.
Armando: My name is Armando Rivero, and my son’s name is Danner Abraham Rivero Maitán. I’m 65 years old, and my son is 17.
Silvia: Armando describes his son as a calm kid who does all the typical things for his age, he studies, he plays sports…
Armando: He likes soccer, and yeah, he’s got a ton of friends. Phew, he’s really well-liked. Everyone loves him in the neighborhood.
Eliezer: On the night of July 29, the day after the election, Abraham went out with a group of friends to deliver a bag of food to one of their grandmothers. On the way back, the police stopped them.
Silvia: That night, protests broke out across the country. In La Guaira state, where Armando and Abraham live, they were particularly intense.
Audio archive, statue protest:
Protesters: Tear it down! Smash that shit!
Silvia: What you just heard were protesters, enraged by the election results, tearing down a statue of Hugo Chávez. Abraham and his friends were accused of taking part. Their families insist they weren’t there.
Eliezer: The boys’ parents found out they had been detained through images they saw on social media.
Armando: And the other parents called me because they recognized the boys. That’s how we learned they’d been arrested. And then we started scrambling, calling here, calling there.
Silvia: It took Armando two days to find Abraham. He searched through different police stations. Compared to other families, he found him relatively quickly. Here’s how Juanita explained it to us:
Juanita: Typically what happens is, first, a forced disappearance. That is, arrests are made without a warrant, and then there’s no court order or notification given to the families. And families spend days, even weeks, going from one detention center to another trying to find out where their loved ones are. In some cases, prosecutors outright deny any information about the person’s whereabouts.
Eliezer: The Attorney General’s Office charged Abraham with terrorism and damage to public property. According to the Committee for the Freedom of Political Prisoners, an organization that’s been tracking his case, the legal process has been deeply flawed. In court hearings, the police officers who arrested him have given conflicting accounts of what happened, and at one point, the trial was delayed for several weeks due to lack of evidence.
Silvia: The Committee says the judge pressured and manipulated Abraham to plead guilty, promising him a reduced sentence. But Abraham didn’t do it. He pleaded not guilty. So the judge sent him to trial.
Juanita: These charges are based on vague and overly broad definitions of crimes, and the process is carried out without the presentation of evidence, without the accused having access to the case file to mount a defense, and without being allowed to choose their own lawyer. In the best-case scenario, they’re assigned a public defender. Many families we spoke with told us, “Even the public defender told us, ‘Look, this is a political case, there’s nothing I could do even if I had access to the case file.’”
Silvia: Abraham has now been in detention for a year, and his trial is entering its final phase. He’s missed out on so much. He spent his 17th birthday behind bars. His father has only been able to visit him a few times, but Armando always finds a way to let his son know he’s not alone.
Eliezer: Every day, he stands outside the juvenile detention center where Abraham is being held and shouts his name.
Armando: I shout, and through that we manage to sort of communicate. I talk to him every day. “Son!” I yell. And he yells back from inside, and we can talk that way. But he’s desperate. He tells me he can’t take it anymore. Because it really is a lot of time, you know?
Silvia: We’ll be right back.
Eliezer: We’re back on El hilo.
Silvia: Based on what you’ve documented, what’s the situation like inside the prisons? What kind of treatment are detainees receiving?
Juanita: Well, there’s a lot of concern. The first thing I’d point out is the very serious issue of keeping people incommunicado, especially high-ranking political prisoners, opposition leaders, their families, and people with foreign nationalities.
Eliezer: That’s what happened to Brayan Navarro, a 28-year-old Colombian. He was arrested months after the elections. He had started working as a private driver and returned to Colombia for Christmas to spend the holidays with his family. Brayan was supposed to come back in January.
Silvia: He returned to Venezuela at the start of the month, five days before Nicolás Maduro’s inauguration. But Brayan never made it to his first day of work.
Yarileinis Navarro: When he went back to Venezuela, we had no idea what the situation was like there after the elections.
Eliezer: That’s Yarileinis Navarro, Brayan’s aunt.
Yarileinis: So for that reason, we didn’t see any issue with him going to work in Venezuela, especially since Pueblo Bello is a small town, a municipality with very few job opportunities.
Yarileinis: On his trip to Venezuela, Brayan kept in touch with us via WhatsApp. He messaged his uncle to say he’d been taken off the bus by the Venezuelan National Guard. At the time, when Brayan said he’d been stopped by the Guard, we didn’t think anything of it. Maybe it was just standard protocol because of Maduro’s inauguration on January 10.
Silvia: Almost two hours after that first message, Brayan stopped responding. Yarileinis and the rest of the family wouldn’t hear from him again until May 15.
Yarileinis: We spent four months looking for Brayan everywhere. His other aunt traveled to Caracas at the end of January 28 and asked around at different male detention centers, but no one gave any answers. Brayan was finally able to call us after four long months of suffering. On May 15, they allowed the Colombian detainees a five-minute phone call. That call was a cry for help. He said he was okay, but begged us to get the Colombian government involved, to contact the embassy, the Foreign Ministry, and the President, so they could negotiate the release not only of him, but of all the Colombians detained there.
Eliezer: The number of foreigners detained in Venezuela has spiked dramatically since the July 28 elections. At the moment, there are more than 80 political prisoners with foreign nationalities. Thirty-seven of them are Colombian. Most are accused of being terrorists or mercenaries, but no evidence has been provided to support those charges.
Silvia: That call Yarileinis mentioned the one from May 15, is the only one Brayan has been allowed to make in the seven months since his arrest.
Yarileinis: He’s not allowed visits, not allowed to receive care packages, not even a letter. Nothing. And then he vanished again. We’ve gone months without hearing anything from him, no idea what condition he’s in physically, emotionally, or mentally. What’s being done to him is an injustice. It’s incredibly hard to deal with.
Eliezer: Juanita explained to us that the mistreatment inside prisons increased significantly between 2023 and 2024. And keeping prisoners incommunicado, as they did with Brayan and many others, is just one form of abuse.
Juanita: Cruel treatment, including beatings, lack of medical care, food deprivation, physical abuse, electric shocks, suffocation, solitary confinement.
Juan: I honestly felt like we were arriving, just like that, to a concentration camp.
Silvia: This is Juan. This isn’t his real name. Juan is a political activist, human rights defender, and member of an opposition party. Three days after the election, police agents arrested him while he was trying to leave the state where he lives. A contact had told him that authorities were targeting all political organizers who had helped safeguard the tally sheets on election day, so he tried to escape. But he didn’t make it.
Eliezer: He was charged with seven crimes and spent four months imprisoned in Tocorón prison.
Juan: Every single day there was a torture, such as a psychological one. They wouldn’t let us sleep. The food was disgusting. The treatment from all the guards, including both wardens, was inhumane.There were no basic conditions. We didn’t even have drinking water. I mean, it was completely inhumane.
Juanita: In most cases, the victims of torture are people who have had a public role, either as vocal critics of the government or as people the government perceives as such. And in several of the cases, those responsible for the mistreatment were allegedly trying to extract information about other opposition members or to coerce confessions related to alleged violent acts. In other words, the torture took place during interrogations supposedly meant to obtain information.
Juan: We were always mistreated, always beaten. In my case, I was hit constantly. But every single day, I’d wake up with courage and sing the national anthem as a form of resistance.
Juanita: Some of the testimonies we collected include people who said they saw burn marks on the ribs and arms of fellow detainees. The mother of a 15-year-old boy said her son was subjected to electric shocks, which, she said, even caused him to convulse. We also documented cases of punishment cells. Five people told us they had been locked up by guards in tiny, dark, overcrowded spaces, where they remained isolated for hours or even days.
Juan: The torture by the regime is unforgettable. Psychological trauma, lasting effects, my vision is damaged, I get constant migraines, headaches, dizziness. All symptoms caused by what I went through.
Eliezer: Some people have died. According to the Venezuelan Prison Observatory, at least four detainees arrested after last year’s elections have died in prison.
Juanita: And based on information from civil society organizations we work with at Human Rights Watch, the causes of death were related to a lack of timely medical care and, possibly, mistreatment. These were the cases of Jesús Manuel Martínez Medina, Jesús Rafael Álvarez, Oswaldo Alexander González, and Reynaldo Araújo.
Silvia: Several of the people who were arrested have since been released from prison. But many are still being persecuted and harassed, even now, even from the outside. What is life like for those who’ve been released from prison but still live in Venezuela?
Juanita: Well, first of all, they’re required to constantly report to judicial authorities.
Eliezer: Juan, who we just heard from, has to do this. Even though he was released in November of last year, he’s still required to report to court twice a month.
Juan: I have to check in every 15 days in Caracas. Traveling to Caracas is stressful. Trying to get the money together, it’s hard. It’s also made it really difficult for me to find a stable job because of these check-ins.
Juanita: Some are also barred from leaving the country. Many of these individuals are under surveillance, their communications are intercepted, they’re followed, and as a result, they live in constant fear of being watched. And all of this just for doing their work: documenting human rights violations, conducting investigations, scrutinizing those in power.
Juan: I’ve never been at peace. Never, not since the day I got out. Agents from SEBIN show up at my house all the time. They park outside, take pictures. It happens every day. The persecution is daily. There’s no peace of mind. Not yet. And there won’t be until the regime falls. Because we still live in fear that they’ll arrest us again, or kill us.
Silvia: We’ll take one last break. Be right back.
Eliezer: We’re back on El hilo.
Silvia: And in your report, you write that other people, like campaign coordinators, poll center staff, and journalists, also had to flee the country because of the post-election crackdown. What did you find that led them to that decision, and what are their immigration situations now?
Juanita: Yes, we were able to document several cases of people who emigrated after directly collecting the vote tally sheets, or who had played an organizing role, getting people to the polls, helping communities mobilize, encouraging voters not to be afraid. And these people were directly targeted during those first days of repression after the election. They were followed to their homes, and some even received messages that said: “They’re coming for you. You’ll be arrested. Leave the country.”
Eliezer: That’s exactly what happened to Marianela, the woman we heard at the beginning of the episode. She was also told that her best option was to get out. A fellow poll watcher from her same voting center, someone who was also harassed and persecuted warned her.
Marianela: They caught him, but he hadn’t signed the tally sheets. I was the one who signed them, and I hid them in my intimate parts. They let him go as soon as they saw he hadn’t signed anything. And he warned me. He said, “They’re coming for you.”
Silvia: Marianela left Venezuela at the end of September last year. She arrived in the United States and requested asylum.
Marianela: Honestly, I’ve been very well received. And, well, my evidence was solid, and my asylum was approved, thank God. It’s an opportunity to start again, but starting over is hard. I left my partner behind, my father who’s 89, my dog who’s five, my job, my whole life. So emotionally, it’s really hard. But personally, I’m very grateful because I’ve been given a chance to live, a chance I didn’t have in my own country. In Venezuela, I had no options.
Eliezer: But not everyone who fled Venezuela has been as fortunate.
Juanita: This entire year has overlapped with the Trump administration in the United States, which has enacted extremely restrictive immigration policies—including for Venezuelans.
Silvia: Juanita is referring to TPS and humanitarian parole, both programs that Venezuelans can no longer access. The Trump administration eliminated them earlier this year. In June, Trump also suspended work, business, education, and tourist visas for Venezuelans, though there are some exceptions.
Eliezer: The Safe Mobility Offices which were operating in countries like Colombia, Costa Rica, and Ecuador to help migrants book appointments and apply to enter the U.S. have also been shut down. They were meant to offer a safer alternative to the dangerous journey north.
Juanita: And with Trump’s return, all of those appointments were canceled, and people were left stranded in Colombia, without protection. It’s a devastating situation because these are people who risked everything to defend democracy in Venezuela, and yet the Trump government left them to their fate in a country like Colombia, a country that already faces its own security challenges and no longer has a program to protect Venezuelans who are now arriving in a new wave of migration.
Silvia: That’s exactly what I wanted to ask you, about Trump’s return. Beyond leaving these people unprotected, has his administration affected the human rights situation inside Venezuela?
Juanita: Absolutely. A lot of what’s happening across the region, and Venezuela is no exception, is that a message is being sent that anything goes. I think one of the clearest examples is the way the United States chose to deport Venezuelans to El Salvador, to a maximum-security prison, even though a court order had tried to block the flights.
Audio archive, anchor: District Judge James Boasberg ordered the deportation flights to stop and requested that two planes headed to El Salvador turn around, but they did not comply.
Juanita: That image, that not even court rulings are being respected anymore, is a very dangerous one for Latin America. It’s a region that has seen the erosion of democracy, the weakening of institutions meant to uphold checks and balances. And I believe Venezuela is no exception.
Eliezer: At the end of July, the Trump administration and Maduro’s regime carried out a prisoner swap.
Audio archive, journalist: The 252 Venezuelans who had been held in CECOT since March, when the Trump administration deported them to El Salvador, returned to Venezuela thanks to an agreement with the United States.
Audio archive, journalist: As part of the deal, Venezuela released 10 U.S. citizens today…
Audio archive, journalist: Who had been imprisoned in facilities run by Nicolás Maduro’s regime.
Silvia: This isn’t the first time Trump’s administration has negotiated with Venezuela. In January, six American prisoners were freed, and Maduro agreed to accept deportation flights carrying Venezuelan migrants from the U.S. So far, over 8,000 migrants have been sent back to Venezuela.
Eliezer: For Juanita, this kind of negotiation between the U.S. and Venezuela sends a very clear signal.
Juanita: It signals that the U.S. is no longer fully committed to restoring democracy in Venezuela. That it’s entirely possible for a regime like Nicolás Maduro’s to continue systematically violating human rights, as long as he’s willing to negotiate with Trump’s government to take back deported migrants. Ironically, and very dangerously, it ends up empowering Maduro’s regime.
Eliezer: As part of the latest deal between the U.S. and Venezuela, Maduro pledged to release 80 political prisoners. At the time of this episode, more than 60 have been released.
Silvia: But Maduro’s regime hasn’t published a list of those released. Nor have they explained the criteria used to decide who gets out and who doesn’t. What we do know is that they haven’t freed any of the seriously ill, any of the teenagers, or any elderly prisoners.
Eliezer: For Yarileinis, the aunt of Brayan Navarro—the 28-year-old Colombian arrested in January, it’s been hard watching some people walk free while her nephew remains imprisoned.
Yarileinis: For us, this situation has been incredibly difficult and painful, seeing that a deal was struck with El Salvador to release political prisoners. In Bukele’s first statement about it, he mentioned Colombia. But not a single Colombian has been released. We’ve received no answers. It’s as if some lives matter more than others.
Silvia: And while the regime releases some, it keeps arresting others. As we mentioned at the beginning of the episode, since July 19 more than 20 people have been arrested. This pattern has become so common that even experts have given it a name: the revolving door policy.
Eliezer: It means selectively releasing some people just to imprison others. Some go in, some come out. And so it goes.
Silvia: I want to return to your report. After everything you’ve seen and documented about Venezuela, what do you find most concerning right now?
Juanita: I’d say, sadly, it’s the normalization of all this. I think it’s undeniable that Venezuela went through a cycle of deep hope and mass mobilization—and now, because of the brutal repression, the disappearances, the arrests, the torture, and the isolation, the people have been left in fear. They’ve lost hope, at least in the short term. All I can do is hope that the resilience of civil society eventually helps bring that hope back.
Silvia: On Sunday, July 27, municipal elections were held in Venezuela. As expected, Maduro’s party won the majority of mayorships, over 80 percent. The National Electoral Council claimed that 44 percent of eligible voters turned out, but electoral experts say it was really just 29 percent. Local journalists agree that many polling centers were empty.
Eliezer: The low turnout and public apathy are due to the fact that the main opposition parties had urged people not to vote. The brief resurgence of hope in voting as a tool for change, which many Venezuelans felt in 2024 after years of disappointment, now seems to have vanished for good following the most recent presidential election.
Silvia: This episode was produced by El hilo’s team. It was edited by Eliezer and me. Bruno Scelza did the fact-checking. Music and sound design by Elías González. The rest of El hilo’s team includes Daniela Cruzat, Mariana Zúñiga, Samantha Suazo, Samantha Proaño, Melisa Rabanales, Diego Corzo, Natalia Ramírez, Paola Alean, Camilo Jiménez Santofimio, and Elsa Liliana Ulloa. Daniel Alarcón is our editorial director. Carolina Guerrero is CEO of Radio Ambulante Studios. Our theme music was composed by Pauchi Sasaki.
El hilo is a podcast from Radio Ambulante Studios. If you value independent, rigorous journalism, we ask that you join our membership program. Latin America is a complex region, and our journalism depends on listeners like you. Visit elhilo.audio/donar and support us with a donation.
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I’m Silvia Viñas. Thanks for listening.