Haití
República Dominicana
mujeres embarazadas
violencia de género
Esta historia fue producida con el apoyo del Pulitzer Center.
Este año, República Dominicana ha deportado a cientos de mujeres haitianas embarazadas. Es una práctica que el gobierno supuestamente estaba reduciendo luego de recibir duras críticas de Naciones Unidas y otras organizaciones. Aunque los números de estas deportaciones han bajado en comparación con el año anterior, aún son parte de una política migratoria que va dirigida contra los migrantes haitianos. Nuestra productora Mariana Zúñiga viajó a República Dominicana para investigar la situación, y allí conoció a Nathalie Dolival, una haitiana que casi fue deportada cuando estaba a punto de dar a luz. También habló con la gineco-obstetra Liliam Fondeur para entender cómo la violencia obstétrica afecta a estas mujeres. Y la activista Ana Belique le explicó cómo la decisión de un tribunal en 2013 sigue afectando a personas de ascendencia haitiana, especialmente a las mujeres.
Créditos:
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Producción y reportería
Mariana Zúñiga -
Edición
Silvia Viñas, Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González, Remy Lozano -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Erika Santelices
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Silvia Viñas: Cada semana en Latinoamérica pasa de todo. Y cada semana hay cientos, miles, de titulares sobre las noticias de este continente frenético y complejo. En El hilo creemos que para comprender esta región hay que ir más allá de los titulares y profundizar en las historias detrás de las noticias. Eso es lo que hacemos cada semana. Si valoras nuestro trabajo, esta es la oportunidad de que nos ayudes a seguir haciéndolo. Estamos en la campaña de fin de año de Deambulantes, nuestro programa de membresías. Y tu donación, aunque pequeña, nos será de gran ayuda para cumplir la meta que nos hemos puesto: sumar 1750 donaciones antes de que se termine el año. Ve al elhilo.audio/apoyanos y permite que sigamos explicando América Latina. ¡Mil gracias!
Eliezer Budasoff: La historia que están a punto de escuchar fue producida con el apoyo del Pulitzer Center.
Mariana: Es casi mediodía en el pueblo de Belladere, Haití.
Traducción: En este espacio es donde ponen a dormir a los migrantes…
Mariana: Estoy en un albergue dirigido por GARR. El Grupo de Apoyo para Retornados y Refugiados en Haití.
Eliezer Budasoff: Ella es nuestra productora, Mariana Zúñiga.
Silvia Viñas: El albergue queda en la frontera de Haití con República Dominicana.
Mariana: Me acompaña Rigard Orbé. Coordinador de GARR. Pero, esa que acaban de escuchar, la voz en español, es Ana – quien me acompañó como intérprete. Me está mostrando dos casitas color verde, de techo de lata, donde duermen los migrantes que llegan aquí.
Traducción: Anteriormente estaba dividido, o sea, había uno para las mujeres y uno para los varones. Pero, por el aumento de la deportación y el aumento de los migrantes, han decidido dejar este espacio solamente para hombres y dejar a las mujeres en la sala que está allá adelante. Esa casa que está allá adelante…
Silvia: Hasta noviembre de este año, República Dominicana envió a Haití de manera forzosa a más de 136 mil personas. Entre las que estaban 1.800 niños no acompañados.
Traducción: Este año ha aumentado muchísimo la deportación. Demasiado, en comparación con años anteriores.
Mariana: En el patio hay una mujer con su hija de tres años sentada en su regazo. Es hora de almorzar y muchos no han comido desde ayer. También hay un hombre que descansa bajo un árbol, se agarra la cabeza… cuando lo deportaron perdió su teléfono. Y ahora no recuerda el contacto de su esposa para decirle lo que le sucedió. Rigard abre una puerta y se detiene frente a un gran cuarto que tiene un par de colchones en el piso.
Traducción: Este salón es el salón de actos, como, donde realizan actividades, capacitaciones a su personal. Pero, por el gran flujo, ellos decidieron utilizar este salón para las mujeres embarazadas.
Mariana: Y es que… en septiembre del año pasado, Rigard comenzó a ver un grupo inusual de migrantes que llegaban al albergue: mujeres embarazadas.
Traducción: Ellos anteriormente no trabajaban con mujeres, o no estaban acostumbrados a recibir mujeres embarazadas en las deportaciones.
Mariana: Recibir a estas mujeres fue algo que los sorprendió.
Eliezer: Es que de acuerdo a Ley General de Migración dominicana, las mujeres embarazadas y lactantes no pueden ser detenidas, un paso previo a la deportación.
Traducción: Lo que le llamó más la atención a ellos es que la mayoría de las mujeres eran mujeres que estaban a punto de dar a luz. Otras fueron detenidas dentro de los hospitales, unas que tenían cita médica, otras que fueron por chequeo y otras que estaban para dar a luz. Entonces ahí Migración las detuvo dentro del hospital y realizó la deportación.
Mariana: En los últimos dos meses del 2021, más de 400 mujeres embarazadas fueron deportadas. Rigard dice que las mujeres llegaban en muy malas condiciones. Algunas sin comer, otras con dolores de parto, asma y problemas de tensión…
Silvia: Del otro lado de la frontera, en República Dominicana, esto no pasó desapercibido. Entre noviembre del 2021 y abril de este año salieron algunos reportes en la prensa. Pero después de eso no ha tenido mucha cobertura.
Traducción: Naciones Unidas y otras organizaciones hablaron con el Estado, hicieron movimientos, que obligó al Estado a disminuir esa práctica.
Mariana: Disminuirla, pero no pararla. En 2022, más de 300 mujeres embarazadas han sido deportadas.
Eliezer: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios y VICE News. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas.
Las deportaciones de mujeres haitianas embarazadas es una práctica que sigue pasando. Y si bien la proporción no es la misma, y ya no las sacan de los hospitales para deportarlas, aún son parte de una dura política migratoria que va dirigida contra los migrantes haitianos.
Eliezer: Recientemente, la ONU le pidió al gobierno de República Dominicana que detuviera las deportaciones de haitianos que huyen de una grave crisis humanitaria. A esto el presidente respondió:
Archivo Luis Abinader: Y la República Dominicana no solo va a mantener las deportaciones sino que las va a incrementar las deportaciones.
Silvia: Y así fue. Desde noviembre las deportaciones se han intensificado drásticamente. A tal punto que la embajada de Estados Unidos en Santo Domingo advirtió a sus ciudadanos de “piel más oscura” –así dicen en un boletín– que corren el riesgo de ser detenidos por la represión que existe contra los inmigrantes haitianos.
Eliezer: Hoy, el último capítulo en la cruel saga de una de las fronteras más disputadas de América Latina, y cómo afecta de manera desmedida a las mujeres.
Es 02 de diciembre del 2022.
Silvia: Mariana nos sigue contando.
Mariana: En noviembre del año pasado, las redes sociales se llenaron de videos grabados a las afueras de los hospitales
Hay uno que comienza en la entrada de un hospital. Se pueden ver unas letras rojas que indican: EMERGENCIA. Acto seguido se ve un autobus amarillo, tipo escolar. Tiene barrotes en las ventanas y en el frente dice: Dirección General de Migración. Luego se ve cómo un inspector de migración, uniformado de negro, lleva a una mujer embarazada del brazo y la mete dentro del autobus.
Este video se grabó luego de que el Ministerio de Interior y Policía de República Dominicana implementara medidas restrictivas contra mujeres migrantes en septiembre de 2021. Estas medidas, lo que hicieron fue limitar el acceso de estas mujeres al sistema de salud pública. Y la consecuencia más grande fue lo que muestran videos como ese: la detención de mujeres embarazadas dentro de los hospitales del país. Para luego ser deportadas…
Este video sólo muestra el caso de una mujer entre los muchos otros que encuentras en internet. Mujeres cuyos nombres o historias no sabemos. Pero hubo uno que se volvió viral. El caso de Nathalie Dolival.
Mariana: Conocí a Nathalie en octubre de este año. Fui hasta su casa, en un barrio de Santo Domingo Oeste. Donde vive con su esposo y sus dos hijas de 1 año y 2 años y medio.
Nathalie es de Cabo haitiano – la segunda ciudad de Haití. Tiene 34 años. Llegó a República Dominicana en 2019 para reunirse con Josnef, a quien conoció en Haití gracias a su hermana y se enamoró. Ella no tiene documentos y Josnef los tiene vencidos.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: Nathalie quedó embarazada de su última hija cuando la anterior tenía sólo ocho meses. Al principio pensó en no tenerla, me dijo. Pero como ella es una mujer cristiana, por su fé se sintió obligada.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: Su embarazo no fue fácil. Estuvo sangrando regularmente hasta los nueve meses. La tensión también le subía de vez en cuando. Dice que sufrió mucho.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: El 10 de noviembre del 2021 fue el día del parto. Salió bien temprano, a las 4 de la mañana de su casa. Mientras estaba haciendo la fila en la maternidad para que la atendieran, un seguridad se le acercó y le pidió sus documentos.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: Ella pensó que con documentos el señor se refería a su historial médico, pero no. Quería ver su cédula o pasaporte. Ella no tenía nada que mostrarle. Así que el seguridad llamó a migración.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: Se llevaron a todas las mujeres embarazadas que estaban allí esa mañana. Nathalie me dijo que cuando el autobús de migración llegó, ya estaba lleno. Ya habían pasado por otro hospital recogiendo mujeres que estaban en su misma condición. Entonces, cuando le tocó entrar al bus… no había casi espacio.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: Al llegar al centro de detención de Haina, Nathalie me dijo que fue directo al baño porque tenía muchas contracciones y había roto fuentes. Un guardia la vio, así que llamó a un médico para que la atendieran y allí fue que se dieron cuenta que estaba a punto de dar a luz.
Cuando Josnef, su esposo, se enteró de la detención de Nathalie, pensó que se trataba de una broma.
Josnef: Porque yo nunca he visto a la migración llevarse a mujeres embarazadas. Y la llevan para Haina cuando yo fui para allá, yo fui a preguntar y me dijo que estaba ahí. Había mucha migración a la puerta, mucha migración…
Mariana: ¿Qué te dijeron allí?
Josnef: A esa mujer la van a deportar, no puedes hacer nada. Y así…
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: Nathalie me dijo que se sentía muy mal. Su barriga estaba dura… tenía mucho dolor y mucho miedo que la llevaran en ese estado hasta Haití. De dar a luz en plena frontera.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: Pero no la llevaron a la frontera, la llevaron a un hospital. Nathalie me dijo que llegaron alrededor de las 11 de la noche… y a la medianoche le hicieron una cesárea.
Después de la cesárea le dió eclampsia – Una complicación del embarazo, asociada con una subida de tensión que causa convulsiones en la paciente. Nathalie dijo que no la trataron bien en el hospital, que no le colocaron bien el suero y que su brazo se hinchó a tal punto que sentía que lo tenía volteado.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: Dos días después del parto, migración regresó por ella. Y con su recién nacida en brazos la llevaron de vuelta al centro de detención. Después de todo lo que había pasado, el sufrimiento continuaba, me dijo.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: En el centro de detención sentía mucho dolor. Dice que ni siquiera podía acostarse, solamente le dieron una camita para acostar a la bebé.
Josnef: Es una cosa increíble. Y mandarlo para allá así. Es un caso muy fuerte. Y más por cesárea…
Mariana: La cesárea es un procedimiento mucho más complejo que un parto vaginal. Las mujeres usualmente se tienen que quedar cuatro días en el hospital y la recuperación completa toma entre 10 a 15 días. Mientras Nathalie estaba en el centro de detención, su esposo fue a la embajada de Haití para buscar ayuda.
Logró que CONANI, el Consejo Nacional para la Niñez y la Adolescencia, lo ayudara. Entonces, la embajada junto con esta institución le otorgaron un documento para que Nathalie pudiese estar tres meses legalmente dentro del país. A las 10 am del 13 de noviembre – o sea, tres días después del parto– la dejaron libre.
Ha pasado un año desde este episodio y la vida de Nathalie no ha mejorado.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: El lapso de los tres meses ya se venció, claro. Nathalie me dice que no ha podido llevar a su hija a vacunarse porque tiene miedo de ir al hospital. Recordemos que ella no tiene documentos y que su esposo los tiene vencidos. Entonces salen poco. Están viviendo escondidos, porque tienen miedo a ser deportados. Es como vivir bajo la lupa, dice.
Josnef: Demasiado maltrato. No sé, a los morenos nos lo ponen todo difícil. Voy a esperar a Dios a ver qué vamos a hacer. Porque sin papel no se puede quedar aquí.
Mariana: Antes de partir, le pregunto a Nathalie sí a veces piensa en ellas. En las otras mujeres que estaban ese día en el autobús con ella.
Nathalie: HABLANDO CREOLE
Mariana: Me dice que sí porque todas estaban viviendo lo mismo. La situación en Haití va de mal en peor y por eso ora por ellas, para que todo les salga bien. Nathalie dijo que tuvo suerte. Si es que a eso se le puede llamar suerte. Pero sí es cierto que hay mujeres que tuvieron un desenlace mucho peor.
Mientras reportaba esta historia conocí el caso de Katiana Louis, una mujer haitiana que deportaron cuando tenía 9 meses de embarazo… A los días de llegar a Haití, después de un viaje largo en autobús, perdió a su bebé.
Las personas que apoyan esta medida usan este argumento: que las madres migrantes –haitianas, usualmente– están colapsando los servicios gineco-obstétricos en el sistema de salud.
Así que, para entender un poco más sobre esta afirmación, visité el Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina, en Santo Domingo.
De aquí, según reportes de prensa, se han llevado a mujeres embarazadas para deportarlas. Aquí conocí al Dr. Leonardo Aquino, director de este hospital público.
Mariana: ¿Sabrá usted cuál es el porcentaje de mujeres embarazadas extranjeras que vienen aquí a dar a luz en este hospital?
Dr. Aquino: Aquí en esta maternidad, nuestra estadística oscila entre un 50 a un 53% son de nacionalidad extranjera.
Mariana: Y, a su parecer, sí tienen colapsadas las maternidades del país.
Dr. Aquino: Claro que sí mija, claro que sí, claro que sí, porque no se le cobra a este tipo de pacientes, independientemente de su condición, de su raza, de sus condiciones económicas, no se le cobra. Entonces, la institución no puede tener sostenibilidad desde el punto de vista económico.
Mariana: Pero el Dr. Aquino no es el único que piensa así. Esta es una postura compartida por diversas autoridades del estado domicano.
Por ejemplo, las autoridades del Servicio Nacional de Salud han dicho que el 13% del gasto de salud pública se invierte en los pacientes extranjeros, principalmente haitianos. Y meses después, cambiaron esa cifra al 40%, y dijeron que el gasto se hace especialmente en las mujeres embarazadas haitianas. Los contactamos para corroborar estas cifras y nos refirieron al Ministerio de Salud. Al cierre de este episodio no habían respondido nuestra solicitud.
Pero, según los datos oficiales del mismo Servicio Nacional de Salud, los migrantes reciben menos del 10% de los servicios que representan el mayor gasto, que son emergencias, consultas externas y laboratorios.
Por otro lado, el Ministro de Salud dijo que el año pasado se gastó 10 mil millones de pesos dominicanos – es decir más de 175.5 millones de dólares – en partos de migrantes embarazadas.
Pero esa cifra también fue desmentida por el ex-director del Servicio Nacional de Salud.
Audio Archivo Chanel Rosa: Eso es imposible que se gasten 10 mil millones de pesos en parto. Porque para eso, de acuerdo a los mismos gastos que ofrece el Ministerio de Salud Pública tendría un parto que costar más de 300 mil pesos.
Mariana: Un parto vaginal, sin complicaciones, cuesta alrededor de 7 mil pesos. En caso de presentar alguna complicación podría llegar a los 25 mil.
También existe el mito de que la mayoría de las mujeres haitianas embarazadas vienen exclusivamente a parir aquí.
Liliam: Como que todas vienen de la frontera y no todas vienen de Haití.
Mariana: Ella es Liliam Fondeur, ginecóloga-obstetra dominicana.
Liliam: Hay algunas que ya nacieron aquí o tienen mucho tiempo viviendo aquí, que no vinieron por el embarazo, nada más.
Mariana: Hay cifras que apuntan a esto. Según un estudio del Fondo de Población de las Naciones Unidas, el 74% de las inmigrantes embarazadas, la mayoría de ellas haitianas, tiene más de cuatro chequeos prenatales. Es decir, no llegan a República Dominicana al final de su embarazo, exclusivamente para tener su bebé allí.
Liliam: Nos venden que ella viene al país a robarle al sistema de salud y no como con una esperanza de vida, porque ellas vienen aquí con una esperanza de vida, como vamos nosotros a Estados Unidos y a Europa. Y cada vez, República Dominicana, las autoridades, los grupos de poder cada vez son más anti haitianos. Cada vez más, los políticos y los grupos de poder, incluyendo a la sociedad de gineco.
Mariana: Liliam me contó que, como en muchos países de América Latina, la violencia obstétrica en República Dominicana es común. De hecho, dice que está normalizada.
Liliam: Una de las principales variables es el tema de que no se le diga lo que está ocurriendo con su cuerpo. Sino que yo decido desde la bata, desde mi rol de prestador de servicios de salud, qué te voy a poner sin ser tú un ente activo.
Mariana: Sin importar de dónde vengas, es algo que todas las mujeres pueden llegar a sufrir. Pero la violencia se agudiza si la mujer es haitiana o de ascendencia haitiana.
Liliam: Pues claro que la violencia es mayor porque no tienen derechos, ni ellas son sujetos de derecho y ningún personal de salud las considera sujetos de derecho. O sea, las inmigrantes haitianas, pues la montan en un camión para sacarla embarazada. Y eso te dice a ti si tienen derechos.
Mariana: Liliam trabajó toda su vida en hospitales públicos y hace apenas dos años se cambió a la consulta privada. Durante todo ese tiempo, dice que vió muchas prácticas contra las mujeres haitianas. La primera que se le viene a la mente es el hecho de que nadie hable su idioma.
Liliam: O sea, nosotros no tenemos un personal de salud que hable creole. Y sí, es necesario, porque cuando tú vas, los dominicanos en Estados Unidos les ponen a elegir una intérprete, o una población médica, que hable español. Entonces, aunque eso se ha hablado mucho aquí, todavía no tenemos una cobertura en salud que te permita tener en las maternidades más grandes, o en los sitios donde hay más población inmigrante haitiana, una población que sirva de traductora. Entonces, ya eso es una barrera grandísima, porque tú estás viviendo un momento donde tú estás en condiciones de vulnerabilidad, pero ni siquiera te pueden hablar en tu idioma.
Mariana: Esta violencia también puede venir en formas de agresiones verbales, emocionales o incluso calificativos por parte del personal de salud.
Liliam: Pero sobre todo es la indiferencia. Y tomar decisiones sin consultarla. Eso es parte de la indiferencia, sin consultarla. Dejarla sola. A veces la dejan sola en la sala de parto.
Mariana: Qué tipo de consecuencias tiene…
Liliam: Desde una mortalidad materna, a una mortalidad neonatal. De todo puede pasar, porque es indiferente. Es como si no existieran. O no, sólo que no existieran. Vienen a molestar.
Mariana: Y eso es exactamente lo que sintió Ángela hace unos meses. Que estaba molestando…
Angela tiene 23 años. Es dominicana de ascendencia haitiana. Tiene una pequeña peluquería improvisada en la sala de su casa. Aquí hace alisado, peinados…
Angela: Todo, desde corte, color…
Mariana: Angela vive con su pareja y José Ángel, su bebé de 4 meses. Para ser primeriza se le ve muy confiada. Pero no siempre estuvo así de segura, especialmente durante el embarazo.
Ángela: Ay, no, fue como con trauma, porque pasé mucho. No quisiera ver a ninguna mujer pasar por lo que yo pasé. Cuando me enteré que estaba embarazada, que voy a los centros médicos, tuve inconvenientes con los médicos. Me decían: no, porque tú no tienes tus papeles, tu no te puedes atender aquí.
Mariana: Angela es la hija de una pareja mixta. Es decir, su madre es haitiana y su padre dominicano. Pero como su padre no la reconoció al nacer, Angela ha tenido problemas para acceder a sus documentos legales.
Ángela: La doctora me dijo no, porque no se estaban atendiendo extranjeros aquí, porque el presidente ha dado una ley que no se puede. Que ninguna extranjera podía dar a luz en los centros médico y que no se podían atender.
Mariana: Ella se refiere a las medidas restrictivas contra mujeres migrantes que mencionamos antes.
Después de ese incidente, Angela no volvió más al centro médico. Dice que se acobardó por la manera en que la doctora le habló y que no quería volver a verla. Durante 8 meses Angela no supo nada del estado de su bebé. No tuvo acceso a una ecografía, a exámenes, a vitaminas… Nada.
Ángela: Y yo decía: bueno, ojalá que mi muchacho no salga con problemas. Pensé que iba a salir con problemas, mi muchacho.
Mariana: Ángela dormía mal. Empezó a comprar vitaminas… ácido fólico, algo que usualmente le recetan a las embarazadas. Un poco para compensar la situación.
Ángela: Muy estresada, todo el tiempo. A mí se me cayeron todos los cabellos. Paraba peleando con mi pareja, no lo quería escuchar. Como estaba estresada, me cogió con eso, de no querer saber de él.
Mariana: Hasta que un día fue a casa de una vecina, que es enfermera, y le contó lo que le pasaba. Juntas hablaron con la pastora de la comunidad y fueron al centro médico.
Ángela: Me fueron a apoyar, fueron conmigo y la misma doctora se negó que ella no había dicho eso y que… al fin y yo me quedé callada para no indagar mucho en el tema, que se hiciera un conflicto y eso.
Mariana: Pero igual ya era muy tarde para que la atendieran en ese centro, porque le dijeron que ahí solo atienden hasta antes del tercer trimestre y Ángela ya estaba al final de su embarazo. Así que la llevaron a otro hospital…
Ángela: Me pusieron las vacunas que había que ponerme, me dieron pastillas y vitaminas y cosas así, prenatales. Y nada, aquí tengo yo a mi muchacho. No tiene ningún problema, gracias a Dios.
Mariana: Este ha debido ser uno de los momentos más angustiantes de su vida. No saber cómo viene tu hijo, cómo late su corazón… cositas normales, como lo viven el resto de las madres. Aún así, Ángela se siente agradecida. Y pareciera haber dejado todo el embarazo atrás, pero no deja de sentir un tanto de tristeza por el trato que recibió.
Ángela: Porque si yo estudio medicina, yo tengo que ayudar a las personas. Yo no tengo que llevarme de ningún ley, porque somos humanos. Una vida vale mucho, eso es lo que entiendo, sin importar nacionalidad.
Mariana: Por su parte Liliam, la ginecóloga-obstetra, cree que en República Dominicana hay una necesidad de humanizar el sistema de salud. Especialmente en la parte obstétrica… Dice que este tipo de tratos y medidas como las deportaciones de mujeres embarazadas, lo único que hacen es alejar al sistema de ese objetivo.
Liliam: Y yo no estoy diciendo que unamos la isla, que quede bien claro que no soy pro haitiano, yo que soy cristiana. O sea, humana. Y sé cómo tengo una población dominicana que vive fuera, que está haciendo lo mismo que los haitianos y las haitianas. Lo mismo. Y de hecho nosotros nos vamos en yola y morimos en el mar tratando de buscar una mejor vida. Eso pasa en todos los países, eso no es en República Dominicana. Pero claro, ellos tienen el problema de haber nacido negro y recordarnos a nosotros que también somos negros. Ese es el tema, no que sean negros ellos, es que nos recuerden que nosotros también.
Eliezer: Ya volvemos.
Silvia: Tenemos un anuncio muy emocionante: El hilo va a estar en el Hay Festival de Cartagena. El viernes 27 de enero de 2023 grabaremos un episodio especial en vivo. Eliezer y yo vamos a conversar con la cantante y compositora puertorriqueña Ileana Cabrera, conocida como iLe. Hablaremos sobre la mirada latinoamericana y la voz de las mujeres, sobre el poder de las canciones para contar historias… y más.
El festival es del 26 al 29 de enero y habrá muchos otros eventos con grandes figuras de la literatura, del periodismo, del arte y de las ciencias. Ya puedes revisar toda la programación en hay-festival-punto-org-diagonal-cartagena.
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo.
Silvia: Antes de la pausa Mariana nos contaba cómo las políticas de inmigración dominicanas han llevado a la deportación de cientos de mujeres embarazadas. Esas deportaciones se han reducido, pero no han parado por completo.
Y, como vimos, este no es el único reto que enfrentan las haitianas embarazadas en el país. También son víctimas de violencia obstétrica.
Eliezer: Pero hay más: porque una decisión de un tribunal de 2013 sigue afectando a las personas de ascendencia haitiana, en especial a las mujeres. Mariana nos sigue contando.
Ana Belique: Yo ni siquiera sabía qué era… ¿Qué significa esa palabra? Activismo. Pero increíblemente, siempre he sido activista sin saber qué era eso.
Mariana: Ella es Ana Belique. Ha pasado gran parte de su vida luchando por los derechos de los dominicanos de ascendencia haitiana — como ella. Sus padres llegaron al país a finales de los 60 — previo al apogeo de la industria azucarera. Fueron contratados por el estado como mano de obra para picar caña. Ana nació aquí y desde muy pequeña sintió que había una diferenciación. Y que no todas las personas eran iguales.
Y un poco ahí surge su curiosidad por defender los derechos de los inmigrantes. Pero en 2013, toda esa discriminación que ella venía sintiendo se materializó. Algo cambió para ella y para otros miles.
Ana Belique: Sucede, la sentencia 168 13. Desnacionaliza de manera retroactiva a todas las personas dominicanas de ascendencia haitiana que habían sido inscritas en el Registro Civil.
Mariana: Es decir, que el Tribunal Constitucional de la República Dominicana determinó que más de 200 mil personas que nacieron y crecieron aquí, hijos de extranjeros, no les correspondía el derecho a la nacionalidad dominicana.
Ana Belique: La sentencia lo que hace es que lleva la ley hasta 1929. O sea, más de cuatro generaciones de personas desnacionalizadas de manera retroactiva. Y eso es como una de las mayores aberraciones de esa sentencia.
Mariana: Ana recuerda con dolor el día que se hizo pública la sentencia. Dice que nunca había sentido algo tan fuerte en su vida. Lo describe como una especie de transe.
Ana Belique: Fue horrible. Era como sentir que se me estaba abriendo el suelo y yo me estaba hundiendo porque jamás pensé, como que, la instancia que está llamada a reconocer, a proteger nuestros derechos iba a ser la misma instancia que nos iba a dejar en el total desamparo. O sea, era algo como, tú sabes, como cuando tu estás en un sueño que tú no crees que todavía dentro del sueño, tú no puedes creer que tú estás soñando eso. Bueno, pues yo estaba como en shock, fue horrible.
Mariana: La sentencia del 2013 creó la mayor comunidad en situación de apatridia en el hemisferio occidental. Recibió muchas críticas. Y el Gobierno se vió obligado a emitir, en 2014, la Ley 169-14, también conocida como Ley de Nacionalización.
Esta Ley dividió a las personas en dos grupos. El Grupo A: personas que ya estaban inscritas en el registro civil. Es decir, que tenían acta de nacimiento, cédula o pasaporte dominicano. Y el Grupo B, personas que nunca fueron inscritas en el Registro Civil.
Al Grupo A, se le restituyó su nacionalidad y su documentación.
Ana Belique: Es cierto que la ley restituyó los documentos, pero no de la misma manera, que legalmente no somos dominicanos en la misma categoría o nivel que todos los demás dominicanos. Hay una fragilidad.
Mariana: Hasta el momento, no se sabe exactamente cuántas personas han recuperado sus documentos de identidad.
Ana Belique: Y hoy en día esa es un poco la situación en la que están una parte de la población.
Mariana: Al Grupo B se le planteó inscribirse en un Plan de Regularización. Les prometieron que, después de dos años, serían naturalizados. Pero han pasado casi 10 años desde la sentencia y todavía no hay ni una sola persona naturalizada.
Ana Belique: Han tenido que prácticamente declararse como extranjero en su propia tierra, adquirir un documento de extranjero que hoy en día está vencido y las autoridades no tienen el mínimo interés de abrir procesos para que estas personas regularicen su situación, obtengan la nacionalidad dominicana y puedan gozar de su vida como personas normales.
Mariana: La ley de nacionalización hizo creer a la opinión pública que la situación se resolvió. Pero, Ana dice que…
Ana Belique: La sentencia sigue vigente, sigue viva y sigue lacerando la vida de las personas.
Mariana: En especial de las mujeres…
Ana Belique: Las mujeres han sido las más afectadas por la sentencia. Si tú eres dominicana y no tienes documento y das a luz a un bebé, se hace más difícil declararlo para ti si no tienes documento que si tuvieras. Aunque tu pareja sea dominicana. Entonces, como todo el peso del tema de la documentación, de la transmisión de la nacionalidad recae sobre la mujer y por lo tanto ella se ve no solo impedida a ella de poder acceder, sino de poder transmitirle a su descendencia esto. Y al final uno siente, conchole, que yo soy la que estoy truncando el camino a mis hijos o a mis nietos.
Juan Alberto: Estamos yendo a Carmona de Gonzalo, que es uno de los bateyes que pertenecía al ingenio Río Haina…
Mariana: Durante mi viaje, conocí a varias madres en esta situación. Madres que por esta sentencia se han quedado sin documentos. Pero, de todas ellas, la historia que más me llamó la atención fue la de Ramona Pierret. Juan Alberto Antoine, defensor de derechos humanos y miembro del movimiento Reconocido, me llevó a un batey a conocerla.
Juan Alberto: Un batey aquí en República Dominicana, ese era el lugar que las empresas azucareras construían pequeñas viviendas, vamos a decir, para que vivieran los migrantes haitianos que contrataban para venir al corte de la caña de azúcar aquí en República Dominicana.
Mariana: Los bateyes son comunidades pobres que están lejos de las ciudades. Aquí viven, generalmente, los descendientes de los braceros haitianos. Este batey, en particular, ya no es un batey tradicional, porque hace mucho tiempo que la empresa azucarera que lo manejaba dejó de existir.
Hoy en día, hay bateyes en tierras privadas y en tierras que le pertenecen al estado. Es importante decir que, en noviembre, el presidente Abinader decretó la expulsión de extranjeros que ocupen irregularmente propiedades públicas o privadas. Es decir, que todas las personas que hoy en día viven en los bateyes están bajo amenaza. No solo de expulsión, sino también de destierro de por vida. Ya que se plantea una sanción que les impide el retorno al territorio dominicano.
Mariana: Cuando llegué a la casa de Ramona, la encontré fregando una gran olla. Recién estaba llegando del trabajo. Cargaba un olor a cítrico en su vestido…
Ramona: Yo estoy aquí en un trabajito. Es como una fábrica de pelar naranja. Uno coge la masa para hacer el dulce y eso lo envían a la ciudad, a la Goya, donde fabrican los dulces y toda esta cosa.
Mariana: Ramona es bajita, lleva el pelo trenzado y una gran sonrisa. Tiene cinco hijos — tres niños y dos niñas — con los que pasa la mayoría del tiempo cuando no está trabajando.
Ramona: Son lo más hermoso que me ha pasado en la vida. Ellos son buenos realmente. El de 14, le gusta la música y se lo pasa cantando. A la de 12 le gusta cocinar y la de ocho años le gusta bailar. Hasta al pequeñito, le gusta el baile y el otro se lo pasa ahí en su tablet, ya tu sabes… pero son obedientes.
Mariana: Ramona tiene toda la vida viviendo en este batey.
Ramona: Mis padres en esos tiempos de antes los trajeron de Haití para que picaran caña. Y nosotros nacimos aquí.
Mariana: Me contó que tuvo una infancia difícil. Fue abusada de niña y además le hacían bullying en el colegio.
Ramona: A veces yo lloraba porque los compañeros dominicanos me decían haitiana, vete a picar caña, si vieras que me decían. Y yo me sentía mal.
Mariana: En el 2013, cuando el Tribunal Constitucional dictó la sentencia, Ramona pertenecía al grupo B. Es decir, personas que nunca fueron inscritas en el Registro Civil. Como a todos, le hicieron una promesa que no se cumplió…
Ramona: Me dieron la cédula que dice no vota.
Mariana: A pesar de haber nacido en República Dominicana, le dieron una cédula que dice extranjero.
Ramona: Me dijeron que dentro de dos años nos iban a dar la cédula para poder votar. Me dijeron que me iban a dar mi cédula dominicana y todavía, todavía no se ha hecho nada.
Mariana: Desde ese momento han pasado 8 años.
Ramona: Bueno, vivir sin documento es como un callejón sin salida. No puedo comprar una cama, unos muebles, no puedo… sino al nombre de otra persona porque dice extranjero y ni siquiera está en el sistema.
Mariana: No puede comprar un teléfono, porque le piden cédula… y también le ha afectado a la hora de conseguir trabajo.
Ramona: Al fin y al cabo, cuando envío la foto y mi cédula me dicen que no, que yo soy extranjera.
Mariana: Ramona tampoco puede estudiar, ni abrir una cuenta bancaria y lo más importante de todo: no puede declarar a sus hijos.
Ramona: Porque mi cédula dice extranjero, no es dominicana. En vez de decir dominicana, dice Haití. Si yo lo declaro así, con esta cédula, cuando sea mayor se lo van a entregar extranjero. Por esta razón no puedo. La misma lucha que estoy cogiendo ahora por mi documento ellos van a repetir esta misma lucha y yo no quisiera que ellos pasaran por esto.
Y entonces me preocupa porque a cada rato me piden su documento. Pero yo le digo siempre que está en proceso, ellos están ahí, siempre les digo que está en proceso, pero no sé cuándo es que me lo van a cambiar.
Mariana: A Ramona le preocupa que algún día no los dejen estudiar más. Es una situación común si los niños no tienen acta de nacimiento. Especialmente cuando empiezan la secundaria, como pronto será el caso de su hija mayor.
Ramona me contó que sus hijos también han comenzado a hacerle algunas preguntas…
Ramona: Me han dicho mami: ¿por qué no tengo acta de nacimiento? y yo le explico el caso por qué razón. Se sienten tristes porque muchos de sus compañeros tienen documento y cuando van le pregunta ¿Y tu documento? Ellos se sienten con vergüenza, tú sabes, se sienten tristes.
Mariana: Y a los que no les preguntan, directamente le hacen bullying. Tal como le hacían a Ramona. La historia se repite. Esto le pasa a su hija menor.
Ramona: Bueno, a veces ella viene del colegio. Ella ha tenido varias veces problemas con los que están allá. Le han dicho haitiana, vete a picar caña, le han dicho un sin número de cosas, pero yo le dije concéntrate en tu tarea, no te lleves, tú eres igual como ellos, tú eres dominicana. No te pongas eso en mente, sigue adelante.
Ana Belique: No importa qué tan dominicana tu seas.
Mariana: Otra vez, Ana Belique, la activista que escuchamos al comienzo de este segmento.
Ana Belique: Mientras más negra eres, más eres vista como haitiana. O sea, si eres negra, si eres aunque seas dominicana, en algunos espacios eres vista automáticamente como haitiana. El perfil fenotípico nuestro, es lo que nos delata. Es lo que se toman como excusa para detenernos o dejarnos.
Mariana: Ana creó una iniciativa de la cual la hija de Ramona, Mariela, es parte. Se llama Muñecas Negras. Este es un proyecto contra el racismo y para el empoderamiento de las mujeres y niñas dominicanas de ascendencia haitiana. Empezó con la idea de hacer muñecas negras como una manera de que se reconocieran como afrodescendientes.
Mariana: Esa tarde, las niñas estaban practicando un acto que muy pronto le iban a presentar a sus padres.
Mariana: Estas chicas tienen entre 11 y 22 años. Después del acto, me senté a conversar con ellas. Quería saber qué las había motivado a unirse a este grupo.
Maria Altagracia: Yo al principio yo decía: Ay Dios, esa muñeca si es fea. Es como una muñeca de seibola. Ay no, no me gusta esa muñeca. Pero después vi como que yo me estaba empezando a sentir bien con la muñeca, a relacionarme más con la muñeca y así.
Esmeralda: Quieran su color porque…
Mercedes: Algunos quisieran tenerlo y no lo tienen.
Maria Altagracia: Eso no es malo, ser negra. Si tú tienes tu color, quiérelo como te lo mandó Dios.
Ana Luisa: Muñecas Negras me ha hecho entender que tengo que amarme tal y como soy.
Iliana: Una persona hermosa, fuerte, una persona en la cual Dios se esmeró porque soy hermosa, porque soy negra, me siento súper genial.
Yanilda: Es incómodo. También en la escuela, porque uno viene creciendo sin ese entendimiento de saber qué es ser negro y como con eso por dentro de cuando la persona te acusa y te dice mira tú morena, negra o piti, como le dicen, uno se siente ofendido y yo siempre digo ustedes están desacreditando mi color, pero ustedes no saben la fortuna que yo tengo de ser negra.
Ana Belique: El hecho de ayudar a las niñas a verse como bellas, como inteligentes, como capaces, para mí también es una ganancia, porque nuestros niños sufren mucho. Ya como que nacemos con esa marca del bullying, tú sabes. Y yo siento que este proceso de muñecas negras, por lo menos con este pequeño grupo de niñas que estamos trabajando, está marcando una diferencia.
Mariana: Una diferencia que están notando hasta los padres, esta es Ramona.
Ramona: Se siente más segura. Con el curso, ella ha aprendido a desahogarse. Ella se siente orgullosa de ser dominicana de ascendencia haitiana. Se siente orgullosa.
Mariana: Y ver a su hija más segura de sí misma también ha tenido consecuencias positivas para la propia Ramona.
Ramona: Yo me siento feliz. Me siento con más fuerza para seguir adelante, seguir luchando para obtener lo que realmente necesito.
Mariana: Este viaje comenzó en el lado haitiano de la frontera y vamos a terminar en Dajabón, una ciudad fronteriza en el noroeste de República Dominicana. El martilleo que se escucha de fondo es la construcción de un muro — o “verja perimetral inteligente” como le dicen — que separara República Dominicana y Haití.
Se comenzó a levantar en febrero de este año. Pero la primera vez que la construcción de este muro fue planteada fue hace mucho. Lo propuso el ex-presidente Danilo Medina, pero el actual presidente, Luis Abinader, lo volvió una prioridad de su agenda. Con el fin de reducir la inmigración ilegal, el tráfico de drogas y el robo de ganado.
Mariana: Se esperan 160 kilómetros de hormigón armado y estructura metálica. 170 torres de vigilancia y 71 puertas de acceso. A primera vista no parece tan imponente, ni tan alto. Unos 4 metros de altura más o menos.
Santiago Riverón: Realmente al principio nosotros estábamos opuestos a esa idea, pero hemos ido recapacitando porque realmente nosotros mismos, como dominicanos, estamos siendo afectados con este tema porque se nos recarga este tipo de situación y es una carga más para este país.
Mariana: Este es Santiago Riverón, alcalde de Dajabón. Lleva puesto un sombrero estilo vaquero, blanco, una camisa azul y unos jeans. En su escritorio hay un busto de Juan Pablo Duarte – héroe de la independencia. Y en la pared, cuelga un rifle, junto a la bandera del país.
Si bien Riverón está a favor de la construcción del muro, no cree que vaya a ser la panacea.
Santiago Riverón: Aunque yo sé que con el tema de la migración no creo que vaya a resultar tanto. Yo lo veo más por el tema de la seguridad. Ese muro debe venir acompañado también con un muro en la mente de los que cuidan la frontera, porque si ponemos ese muro, también, un muro de conciencia, de que sepan que por 100 pesos tú no puedes dejar cruzar una persona indocumentada a tu país, que no puedes hacer trata de personas y ese tipo de cosas. Yo creo que con eso, sería exitoso.
Mariana: Para Riverón, como para muchas otras personas dentro del partido de gobierno, este muro representa la soberanía de República Dominicana.
Santiago Riverón: Mira, lo que pasa es que el muro, cómo te digo, hay un tema nacionalista, patriótico y la gente ve este muro como un símbolo patrio ya ¿me entiende?
Mariana: Históricamente, todos los gobiernos de República Dominicana han capitalizado el nacionalismo. Y el gobierno de Abinader no es ajeno. El muro aún no está listo, pero su creación está ayudando a alimentar la narrativa anti-haitiana que ha existido por años. Esto es algo que se puede ver en la prensa, no es raro ver titulares o editoriales que promueven estereotipos negativos sobre esta población.
Aunque en el nivel macro, nivel de gobierno, instituciones y de medios parece imperar esta narrativa. A nivel micro, el de todos los días, el discurso es otro. Muchas personas con las que hablé, ciudadanos de a pie, admiten que la convivencia a nivel general es buena. Y que al menos, a nivel fronterizo, los lazos económicos unen a estos dos países.
Además, no obvian el hecho de que los trabajadores haitianos son el pilar de la agricultura y la construcción en República Dominicana.
Mariana: El último día del viaje, fuimos a conocer el Mercado binacional de Dajabón. Desde aquí se puede ver Haití y también se puede ver el muro. El mercado abre lunes y viernes, con el fin de que comerciantes de ambos lados de la frontera se encuentren e intercambien.
Hoy es viernes, son las 8 de la mañana. Las puertas del lado dominicano acaban de abrir. Se espera que en un par de minutos el puente se llene de haitianos cargados de mercancía. Ellos vienen principalmente a vender ropa. Y compran comida aquí.
Los soldados dominicanos, uniformados en color caqui, esperan que del otro lado abran las puertas. Pero hoy, el lado haitiano no abrió. No se sabe la razón precisa, pero se ve un gran camión verde que bloquea la puerta. Hay cientos de personas que esperan para cruzar, se ven molestos. Y es que para muchos esta es su principal fuente de ingresos y suministro.
El mercado no abrirá hoy. Lo cual es una rareza. Estábamos a punto de irnos cuando llegó el camión de la Dirección General de Migración con los deportados del día. Se bajaron varios y apretados entre ellos había una mujer embarazada. Su barriga indica que tiene unos 6 meses…
Silvia: Este episodio fue producido y reportado por Mariana Zúñiga. Y editado por Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff y yo. Bruno Scelza hizo el fact checking. La mezcla y el diseño de sonido son de Elías González, con música de él y Rémy Lozano.
Queremos agradecer de nuevo al Pulitzer Center por su apoyo para producir esta historia. También agradecemos a Juan Carlos González, Masaya Llavaneras, Simón Rodríguez, Juan Alberto Antoine, Roudy Joseph, Bridget Wooding y Paola Tejeda por su ayuda en este episodio.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Inés Rénique, Denise Márquez, Samantha Proaño, Paola Alean, Laura Rojas Aponte, Juan David Naranjo Navarro, Elsa Liliana Ulloa y Camilo Jiménez Santofimio. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Estudios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
El hilo es un podcast de Radio Ambulante Estudios y Vice News. Pueden escuchar una versión en inglés de este episodio en el podcast Vice News Reports.
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Yo soy Silvia Viñas. Gracias por escuchar.