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En lo que va del año, en Colombia han asesinado, en promedio, a un líder social cada dos días. Estas cifras se suman al récord de 2020, el año en que se registraron más homicidios de este tipo desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016. ¿Qué significa ser un líder social y por qué son el blanco de ataques de distintos grupos armados en todo el país? Para responder, esta semana hablamos con Yuri Quintero, una lideresa social amenazada que ha visto morir a varios de sus compañeros. También conversamos con el periodista Santiago de Narváez para entender el contexto tras la violencia.
Créditos:
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Producción
Silvia Viñas, Daniela Cruzat, Inés Rénique -
Edición
Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Desirée Yépez -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González, Remy Lozano -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
WikiCommons
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Eliezer Budasoff: La historia de hoy empieza en el Departamento de Putumayo en Colombia, una zona de la región amazónica en la frontera con Ecuador y Perú.
Silvia Viñas: A las 6:45 de la tarde del 17 de marzo de 2021, cuatro mujeres se trasladaban en motocicleta de vuelta a sus casas cuando fueron interceptadas por hombres armados.
Yuri Quintero: Algunas personas dicen que las estaban esperando. Otras personas dicen que la moto también iba pasando y mientras iban las dos andando, entonces se dan los disparos.
Eliezer: Ella es Yuri Quintero, una lideresa social de Putumayo.
Yuri: Lo que sí está claro es que fueron disparos dirigidos, que no fue bala perdida, que no fue fuego cruzado. Y lastimosamente ellas, pues, reciben el impacto y de una se caen de la moto, quedan, quedan tiradas, pues, en la carretera, todavía les faltaba un poco para llegar a su lugar de habitación.
Silvia: Así es como murió la alcaldesa indígena y lideresa social María Bernarda Juajibioy y junto a ella, su nieta de solo un año y cinco meses de edad.
El asesinato de líderes y lideresas sociales como María Bernarda Juajibioy no es un hecho aislado en Colombia.
Audio de archivo, noticiero: Líderes y lideresas sociales y defensores de los derechos humanos viven en un escenario de violencia sistemática en Colombia.
Audio de archivo, noticiero: El confinamiento por la pandemia ha hecho más vulnerables a los líderes sociales.
Audio de archivo, noticiero: Se registra día a día las cifras de asesinatos y amenazas, pusieron a Colombia como el país donde más ocurren estos hechos en el mundo.
Eliezer: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas.
La alcaldesa María Bernarda Juajibioy fue la líder social número treinta y cuatro asesinada este año. Y antes del cierre de este episodio, seis personas más se sumaron a la lista de asesinados que lleva el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, INDEPAZ.
Eliezer: Esta organización no gubernamental ha registrado más de 1150 de estos homicidios desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016. En estos casi cinco años, 2020 tuvo la mayor cantidad de casos– casi uno por día en promedio–, y 2021 no parece ir mejor.
Hoy, cuáles son las razones detrás de los asesinatos de líderes sociales y por qué la violencia política parece tan arraigado en Colombia.
Es 2 de abril de 2021.
Yuri: María Bernarda siempre se destacó por ser una mujer muy solidaria, propositiva en todo el sentido de la palabra. Siempre se la guerreó, como decimos nosotros, por rescatar su cultura, por mantener su cultura. Y desde que su nietecita nació, incluso, la habíamos visto muchas veces con ella en escenarios públicos, portando sus trajes propios, sus trajes ancestrales.
Silvia: Quien habla es Yuri Quintero. La lideresa que escuchamos al comienzo de este episodio.
Yuri: Un líder social es una persona que dedica su vida a hablar por los demás. A hablar por un colectivo, hablar por un número de personas, a representarlos en distintos escenarios, a buscar conductos de ser escuchados, a buscar conductos para la gestión en términos de reivindicar las necesidades de esa comunidad.
Silvia: Yuri es coordinadora de la Red de Derechos Humanos del Putumayo.
Yuri: Mi fuerte es la defensa de derechos humanos y el trabajo y la representatividad de la mujer en distintos escenarios. Esa es como mi carta de presentación.
Silvia: El trabajo comunitario unió los caminos de María Bernarda y Yuri. Estudiaron en la misma universidad. Y aunque Yuri era compañera de la hermana menor de Maria Bernarda, recuerda cómo la alcaldesa destacaba en ese círculo.
Yuri: Siempre se había caracterizado por ser una mujer con posturas, con carácter fuerte, con esa capacidad importante de tomar decisiones bajo la consigna de la defensa del territorio y la cosmovisión de su pueblo indígena. Y bueno, con la tarea que tenía desde la comunidad indígena, venía de alguna forma marcando postura frente a situaciones que estaban generando mucha preocupación y mucha alteración al interior de su comunidad.
Silvia: Posturas como, por ejemplo, que no se permitiera la presencia de actores armados en su territorio. También posturas contra la expansión del cultivo de coca en su territorio y la eliminación gradual de este cultivo para fines ilícitos.
Yuri: Pero además también posturas con respecto a la no expansión de proyectos petroleros. Porque muchos de ellos correspondían a atravesar el territorio indígena no solo de su comunidad sino de otras comunidades indígenas cercanas al territorio donde ella se encontraba. Ese era un poco como el papel que María venía jugando al interior de su comunidad.
Silvia: Un papel que la ponía en contra de grupos armados que han ocupado el vacío que dejó las FARC tras la firma del Acuerdo de Paz de noviembre de 2016. Agrupaciones ilegales que buscan el control territorial para la producción de coca y otras actividades ilícitas y cuya presencia ha hecho que aumenten los asesinatos a defensores de los derechos humanos en Colombia.
¿Quién se cree que está detrás del asesinato de María Bernarda?
Yuri: Bueno, en estos momentos, con la situación tan compleja que se vive en el departamento del Putumayo, es muy difícil poder decir nombres o personas exactas o grupos.
Silvia: Es que esa es parte de la tragedia de esta zona. Hay grupos de paramilitares, disidentes de las FARC, mafias… Un día después del asesinato, el director de Human Rights Watch en las Américas, José Miguel Vivanco, escribió en Twitter que María Bernarda había recibido amenazas del grupo Comandos de la Frontera y que la situación en Putumayo es aterradora. La justicia aún no ha identificado a los responsables.
Yuri: María Bernarda no había hecho mucha bulla con respecto al tema de las amenazas. Pero, sin embargo, nos dicen que el grupo armado presente en el territorio estaba molesto con con la comunidad y con ella como alcaldesa por las decisiones que estaban tomando. Creo que es una situación que está hoy presente en el territorio de muchos y muchas. Decidimos no hacer mucha bulla porque a veces eso lo pone a uno más en riesgo.
Silvia: Yuri habla por experiencia propia. Primero, porque su mamá también es líder social y recibió amenazas muy fuertes cuando Yuri era adolescente. Y, segundo, porque ahora es ella quien recibe las amenazas.
Yuri: Mi caso en particular, que es es bastante complejo, porque nosotros nos abanderamos mucho el tema del Acuerdo de Paz al interior del territorio. Siempre fuimos muy enfáticos con la gente, con la comunidad, de manera amplia, de manera abierta, de que la gente tenía que apostarle al Acuerdo de Paz, que teníamos que materializarlo, el programa de sustitución, todo lo que el Acuerdo de Paz conllevaba.
Silvia: Cuando dice “sustitución”, Yuri se refiere al Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, que, en palabras simples, busca que familias campesinas que están en situación de pobreza y viven del cultivo de coca, sustituyan sus plantaciones por otras que no sean de uso ilegal.
Yuri: Pues, las apuestas del grupo de los grupos armados al interior del territorio es: aquí no se arranca una mata de coca, aquí no se va a sustituir nada. Entonces ya nos habían dicho que dejáramos en palabras textuales nos habían dicho, “dejen la joda con eso el programa de sustitución, dejen la joda con eso de derechos humanos y paz, porque el gobierno no les va a cumplir y nosotros no vamos a permitir que sigan hablando de eso en las comunidades”. Hicimos caso omiso y lamentablemente haber hecho caso omiso, pues nos dio resultado que mataran a nuestro compañero Yordan Tobar, en la tienda comunitaria de nuestra organización.
Silvia: Eso fue en enero de 2020. Dos meses después, en marzo de 2020, otro asesinato de un líder amigo, Marcos Rivadeneira, colmó la paciencia de Yuri.
Yuri: Salí a los medios y rechacé con mucha fuerza el asesinato de Yordan y el asesinato de Marcos. Ya eran dos golpes muy fuertes para nosotros y eran en un mismo territorio, en nuestro corredor, el Puerto Vega Teteyé en zona de frontera. El 8 de abril del 2020 me llega un mensaje de WhatsApp diciéndome, un compañero que estuvo en una reunión que convocó un actor armado, “Compañera vea, acá dijeron que usted había rechazado la muerte de Marco Rivadeneira y de que que la próxima era usted”. Y efectivamente, en el… Media hora después que me llegó el mensaje, llegaron dos personas al frente de la casa que uno sabía quiénes eran. Y a medianoche de ese día salí de mi casa con mis dos hijos.
Silvia: Sus hijos de trece y dieciocho años. Quizás ya lo notaron, pero la conexión de Yuri falla a ratos. Tuvo que tomar esta entrevista desde el celular de su hijo mayor, porque están en ruta. Por las amenazas, ha tenido que salir de su territorio.
Yuri: Yo digo, yo soy mamá, yo tengo que pensar también en mis hijos y todo eso, pero, pero yo considero que logran sacarlo a uno del territorio, logran que uno deje su casa. Uno tiene que dejar muchas cosas, muchas cosas, y pues extraño mucho a mis hermanos, extraño mucho la casa, el vecindario, como la vereda, como tal, lo que significa vivir en el campo. Uno siente que como que lo están obligando a uno a desprenderse de eso, ¿no? Pero además, le complican a la comunidad. Es que, pues un dirigente lastimosamente se vuelve como la insignia, como esa motivación para hacer, para proponer, para encontrarnos. Entonces, cuando uno no está en los territorios la gente como que se desanima, la gente como si perdiera la esperanza…. Como que empieza, ‘No, pues ya se fue Yuri, imagínese mañana quien se va’ y así sucesivamente. O sea, es una cosa que genera mucho tormento, que genera mucha preocupación, mucho… mucho dolor además y mucho silencio ¿no?
Silvia: ¿Qué ha significado la pandemia para la labor de líderes sociales como tú?
Yuri: Fue una cosa muy compleja. Nosotros no hemos podido desde hace, lo que va del tiempo de la pandemia, no hemos logrado reunirnos. Lo único que no pararon fueron los asesinatos, porque los actores armados sí se movieron, decimos nosotros, perdónenme la expresión como perro por su casa al interior de los territorios, cogieron mucha fuerza, aprovecharon la pandemia para posicionarse al interior de las comunidades.
Silvia: O sea, los grupos armados han aprovechado la pandemia para consolidar su control. Algunos incluso han actuado como la autoridad sanitaria, imponiendo medidas y castigando a los que nos las cumplen. Y Yuri dice que la fuerza pública, por la pandemia, no está actuando para protegerlos.
Yuri: Entonces es una cosa que viene muy compleja. Se está dando de manera sistemática, es un patrón de amenazas bastante fuerte. Como te digo, no es solamente mi caso, es el caso de varios compañeros. Es una cosa en contra de un proceso. Es… Son campañas de exterminio en contra de colectivos, de organizaciones históricas y organizaciones que representan mucho, además, ¿no?
Silvia: ¿Qué significa un asesinato como el de María Bernarda para su comunidad?
Yuri: Sí, me da hasta escalofrío cuando me hacen esa clase de pregunta. Para la comunidad indígena como tal, la muerte de un comunero, de un indígena, es como dañar la tierra. Es como hacer un hueco en la tierra o como dañarle el canal a un río, a una quebrada. Para la comunidad del Putumayo, para el departamento en pleno, por ejemplo, el asesinato de María Bernarda representa la crudeza de la guerra. Pero, además, también esa actitud tan arrogante, tan chocante, tan inhumana del actor armado que no solamente le quita la vida a una mujer que representa un sueño, que representa una recuperación de su cultura ancestral, sino, además, que le quita la vida a una bebé que iba a heredar todo eso que María Bernarda es.
Silvia: Ya volvemos.
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Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo. En el segmento anterior escuchamos sobre el asesinato reciente de María Bernanda Juajibioy y la experiencia de la lideresa Yuri Quintero. Queríamos entender mejor el contexto detrás de esta violencia, así que hablamos con él:
Santiago de Narváez: Yo soy Santiago de Narváez y soy periodista colombiano.
Eliezer: Santiago ha estado cubriendo el conflicto armado en Colombia desde 2018.
Me explicó que el término líder social es bastante reciente para la opinión pública colombiana. Empezó a tomar fuerza después de la firma del acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, en el 2016. Y es una categoría bastante amplia.
Santiago: Cabe, por ejemplo, los liderazgos medioambientales, o defender los derechos humanos o liderazgos comunitarios y barriales que se dan en distintas ciudades y pueblos del país. Pero el asesinato a líderes sociales, en los 80 ya hay las primeras cifras.
Eliezer: Pero no fue hasta después de la firma del acuerdo de paz de 2016 que se empieza un conteo, digamos, oficial. Lo hace la Comisión de la Verdad, una institución que surgió del Acuerdo de Paz. Busca esclarecer lo que pasó durante el conflicto armado y dar recomendaciones sobre cómo prevenir otro. En un informe preliminar, la Comisión estimó que entre 1986 y 2018 al menos cuatro mil setecientos cincuenta líderes sociales fueron asesinados en Colombia.
Santiago: Lo que pasa con el conteo actual es que a estas cifras se le sumaron el conteo proveniente de medios de comunicación o de otras nuevas organizaciones que empezaron a ver en este asesinato, pues, una situación preocupante, entonces, actualmente existen al menos en cifras confiables, como de cinco instituciones y medios de comunicación. La ONU tiene su propio conteo, y estas cifras varían.
Eliezer: Porque también varía qué se considera un líder social. Algunas organizaciones tienen definiciones más estrictas y otras más amplias.
¿Me puedes contar cuáles son las principales razones tras estos asesinatos?
Santiago: Hay al menos tres razones. Por encima de todas, está los líderes que están jalonando procesos de sustitución de cultivos de uso ilícito.
Eliezer: Como escuchamos en el segmento anterior sobre los líderes en Putumayo, que ayudan a campesinos a sustituir cultivos de coca por otros cultivos agrícolas.
Santiago: En los lugares donde hay poca institucionalidad y poca oferta institucional y estatal, la coca sirve como el principal modo de supervivencia de muchos campesinos porque, pues, tiene una demanda estable, y el precio es estable. Les compran la hoja directamente los grupos armados, y los líderes comunitarios que están jalonando procesos de sustitución de cultivos, pues, son vistos por los propios grupos armados como una piedra en el zapato para su negocio.
Eliezer: Santiago me explicó que otra razón detrás de estos asesinatos a líderes sociales tiene que ver con la protección ambiental.
Santiago: Colombia es actualmente el país más peligroso para ejercer liderazgos medioambientales en el mundo por encima de Filipinas, por encima de Brasil. Y esto tiene que ver también con personas que se están oponiendo por un lado a grandes proyectos de transnacionales que tengan que ver con minería, por ejemplo.
Eliezer: O proyectos de infraestructura como la construcción de represas.
Santiago: Que vayan en contravía de las formas de vida, digamos, tradicional de esas comunidades. Entonces, los líderes ambientales son vistos también por los grupos armados que tienen negocios de minería ilegal, pues, también de nuevo como como un obstáculo en su negocio.
Eliezer: Y una tercera razón que me mencionó Santiago tiene que ver con los procesos de restitución de tierras.
Santiago: En el 2011 se aprobó una ley muy importante, que fue como el granito antes del acuerdo de paz que es la Ley de Víctimas. Reconocía para empezar que hay un conflicto armado interno en Colombia, que hay unas personas que por cuenta de ese conflicto han sufrido y, en muchos casos, los han despojado de su tierra y que propone mecanismos para que les devuelvan esa tierra que les quitaron durante la violencia.
Eliezer: El conflicto armado interno en Colombia afectó a personas en casi todo el territorio nacional. Según las cifras oficiales, desde 1985 hasta el final del 2019 hubo casi ocho millones de desplazados internos en el país.
Santiago: Y entonces, esas tierras fueron adquiridas por terceros. Que luego en muchos casos también iniciaron ahí grandes proyectos agroindustriales.
Eliezer: Entonces, hay líderes sociales que luchan por devolverle sus tierras a esas personas que las perdieron.
Santiago: Y ese proceso, pues, es visto por poderosos a nivel local y regional, económica y políticamente, pues, como un obstáculo y como una amenaza que les va a quitar las tierras que consiguieron ellos por consecuencia de la guerra. Las razones son diversas, pero tiene que ver también con la falta de implementación del Acuerdo de Paz. El Acuerdo de Paz hay un punto que dice que, digamos, profiere o medidas para la protección de los… ellos los llamaban en ese momento “defensores de derechos humanos”, porque se sabía que esta era una posibilidad.
Eliezer: O sea, que luego del Acuerdo de Paz, podría aumentar la violencia contra líderes sociales. Por lo que escuchamos en el segmento anterior, que la salida de las FARC creó un vacío de poder que está siendo ocupado por distintos grupos armados que se disputan los territorios. Entonces, el Acuerdo de Paz incluyó puntos específicos para prevenir estos asesinatos.
Santiago: Lo que no se esperaba es que no se fuera a implementar a fondo como era la idea. Y, pues, es también una de las razones que está detrás de todo esto, ¿no? La falta… El Acuerdo de Paz también es proponer un modelo de país en el que el Estado empiece a llegar a ciertas regiones, en el que se reparta la tierra tan desigualmente repartida históricamente, en el que los conflictos políticos no se decidan de manera violenta, sino democráticamente. Y la falta e implementación de distintos puntos del acuerdo, pues también explica de cierta manera el asesinato y sobretodo el exponencial número de asesinatos tras la firma.
Eliezer: ¿Quién se cree que está detrás de estos asesinatos?
Santiago: Bueno, esa respuesta es difícil porque como la categoría de líder social, te decía, es una categoría tan amplia y en la que caben tantos liderazgos, depende. Depende de la región a la que tú mires y depende del líder que haya sido asesinado.
Eliezer: Es decir que, para tener una mejor idea de quién está matando a líderes sociales en Colombia, hay que ir de caso en caso y región por región.
Santiago: Los principales grupos armados que están asesinando actualmente son los Gaitanistas, que es el grupo de narcotráfico más grande que hay en Colombia, heredero de las AUC, el grupo paramilitar con el que el gobierno de Uribe hizo un acuerdo de paz. Están también algunas disidencias de las FARC, personas de esta guerrilla que no se acogieron al Acuerdo de Paz y que siguieron en el negocio del narcotráfico y de la minería ilegal. Está el ELN, La otra guerrilla que estaba disputando el poder junto con las FARC. Y están pequeños grupos paramilitares, los Pelusos, los Caparros, que de nuevo, dentro del control territorial que tengan en las distintas regiones del país, ven afectado cómo estos liderazgos son una afrenta para su dominio territorial y político.
Eliezer: El año pasado, la cifra de líderes asesinados ha sido la mayor desde la firma del Acuerdo de Paz.
Santiago: Y quizás desde los últimos veinte años, son más de trescientas personas asesinadas por cuenta de desde de sus liderazgos en distintos territorios. Y tiene que ver con eso, con una falta de interés real del Gobierno por frenar estos asesinatos.
Eliezer: La semana pasada, el Tribunal Permanente de los Pueblos sesionó en Colombia. Históricamente, este Tribunal ha juzgado violaciones a los derechos humanos a través del mundo, incluyendo las perpetradas durante dictaduras en Latinoamérica. Y aunque sus sentencias no son vinculantes, se espera que puedan tener un impacto real, especialmente porque este año la Comisión de la Verdad dará su informe final con recomendaciones.
El Tribunal escuchó unos cincuenta casos sobre crímenes contra la paz y de genocidio político, incluyendo asesinatos de líderes sociales. Y Santiago me contó que catalogar esas muertes como “genocidio” es todo un debate en Colombia.
Santiago: Quienes dicen que no se puede catalogar el asesinato de líderes sociales como un genocidio argumentan que no existe un plan, ordenado desde alguna cúpula, por ciertas personas para exterminar a todos los líderes sociales que hay en el país. Por otro lado, quienes aseguran que sí hay sistematicidad dicen que sólo hace falta ver cómo está aumentando cada vez más el número de muertos y que el hecho de que una persona esté ejerciendo un liderazgo social ya lo pone en riesgo, simplemente porque existe algo así como un clima ideológico que desde hace unos años permite a los grupos armados a asesinar sin que haya justicia sobre estos asesinatos. La impunidad es altísima.
Eliezer: ¿Cuál es la actitud del Estado frente a lo que le ocurre a los líderes sociales?
Santiago: Bueno, la actitud del Estado varía dependiendo de a qué parte del Estado le preguntes. Si hablamos del gobierno, el gobierno actual es un gobierno que llegó al poder con la bandera de, cuando menos, revisar los acuerdos de paz. Y no era, no era ni es amigo del proceso de paz que hizo el gobierno de Santos con las FARC. Entonces, se le achaca mucho la falta de implementación y la falta de voluntad política.
Eliezer: Por ejemplo, en vez de trabajar activamente para ayudar a los campesinos a sustituir sus cultivos de coca, el gobierno de Duque se ha enfocado en la erradicación manual de cultivos, o sea, retirar las matas de coca una por una. Además, planea retomar las fumigaciones con glifosato, suspendidas en 2015 por una medida del Consejo Nacional de Estupefacientes, a causa del peligro que podrían implicar para la salud humana y el medioambiente. Relatores de la ONU han dicho que esto atentaría con el Acuerdo de Paz y han pedido al gobierno reevaluar la medida, pero Duque no ha dado un paso atrás.
Santiago: Pero, por otro lado, hay instituciones estatales como el Ministerio Público, la Procuraduría, o la misma Defensoría del Pueblo, que están desde hace unos años poniendo la advertencia y señalando, digamos, estos asesinatos y tratando de disponer de todas las medidas posibles para tratar de evitar el asesinato de líderes sociales.
Eliezer: ¿Qué crees que debería cambiar para que paren las amenazas, la violencia, los asesinatos?
Santiago: Pues, esa es la gran pregunta. Yo creo que, como te decía, el acuerdo contemplaba esta situación y esta posibilidad, planteaba en uno de sus puntos hacer un gran pacto nacional en el que estuviera incluido el Gobierno, las FARC, la sociedad civil, para dejar de usar, de una vez por todas, digamos, el uso de la violencia dentro de la política, que es algo que ha caracterizado la política colombiana, desde, yo diría, desde siempre. Lamentablemente estamos en un país que todavía sigue en guerra y que no ha solucionado de fondo las causas del conflicto armado, que tienen que ver con el buen reparto de la tierra equitativo, con la posibilidad de que sectores participen en política sin que se los extermine. Y esos cambios, que son cambios que también no se dan de la noche a la mañana, pues, creo que tienen que estar a la base para frenar y disminuir el uso de la violencia política para callar a un adversario.
Eliezer: En El hilo somos Daniel Alarcón, Daniela Cruzat, Mariana Zúñiga, Elías González, Desirée Yépez, Inés Rénique, Paola Alean, Miranda Mazariegos y Carolina Guerrero. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki. Parte de la música de este episodio fue compuesta por Remy Lozano.
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Yo soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas, gracias por escuchar.