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Haití vive una descomposición que parece no tocar fondo: mientras las pandillas han tomado el control de Puerto Príncipe, el país enfrenta escasez de alimentos, inflación y una nueva crisis sanitaria. Solo el año pasado hubo más de 1300 secuestros en el país, y en lo que va de 2023 más de 530 personas han sido asesinadas a manos de las pandillas. Los desplazados internos se cuentan por decenas de miles. La comunidad internacional, que perjudicó gravemente a Haití cuando intervino en otras crisis, hoy parece mirar hacia otro lado. La periodista colombo-haitiana Sandrine Exil, de France 24, nos explica las múltiples crisis que atraviesa Haití y por qué se trata de una situación sin precedentes.
Créditos:
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Producción
Mariana Zúñiga -
Edición
Silvia Viñas, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Imagen
EFE/ Johnson Sabin
Transcripciones:
Transcripción:
Elías González: Este episodio tiene escenas fuertes y puede que no sea apto para todos los oyentes.
Silvia Viñas: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios y VICE News. Soy Silvia Viñas.
Eliezer Budasoff: Y yo soy Eliezer Budasoff.
Archivo, reportera: La violencia inunda las calles de Haití.
Reportera: Donde más de 150 bandas imponen su ley.
Miembro de pandilla [traducción]: Lo decimos nosotros! ¡Aquí está el Talibán! ¡Nosotros somos el Talibán de Canaán!
Silvia: En Haití, las pandillas han matado a más de 530 personas en lo que va del año.
Eliezer: Solo en marzo, murieron más de 200.
Archivo, reportera: La ONU también denunció un aumento en el número de secuestros de padres y de escolares en las inmediaciones de los centros de estudios. Lo que ha obligado al cierre de muchos colegios.
Silvia: El fenómeno de las pandillas en Haití no es nuevo. Durante años han acumulado dinero, armas e impunidad. Pero su poder ha crecido desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse, en julio de 2021.
Eliezer: Haití ha enfrentado problemas graves en el pasado, pero lo que sucede hoy en día es una crisis sin precedentes. Los haitianos tienen miedo de salir de sus casas, ya que las pandillas dominan casi todos los aspectos de la vida cotidiana.
Silvia: Las autoridades no tienen capacidad de controlar a las pandillas, o bien son acusadas de utilizarlas en su propio beneficio. Y la comunidad internacional, por un lado, no parece estar dispuesta a ayudar a los haitianos, y por otro, tiene un historial de haber perjudicado gravemente al país cuando intervino en otras crisis.
Eliezer: Hoy, Haití vive una descomposición que parece no tocar fondo: mientras las pandillas han tomado el control de Puerto Príncipe, el país enfrenta falta de alimentos, inflación y una nueva crisis sanitaria.
Es 14 de abril de 2023.
Eliezer: Puerto Príncipe es una ciudad pequeña, rodeada por colinas verdes. En la zona metropolitana viven casi tres millones de personas. Eso es una cuarta parte de la población del país.
Silvia: Hoy parece una ciudad olvidada. En algunos lugares las calles están completamente inundadas de basura. Y en otros, los casquillos de bala cubren el suelo.
Sandrine Exil: Digamos que se siente una tensión calma en el país. Se escuchan tiros por un lado, pero la vida tiene que continuar.
Eliezer: Ella es Sandrine Exil, una periodista colombo-haitiana. En febrero estuvo en Haití reportando para France 24.
Sandrine: El comercio, digamos, muchos mercados siguen habilitados, que sorprendentemente son los espacios que más atacan las pandillas. Se ven muchos, muchos tiros digamos en algunas tiendas. Vimos muchos carros vacíos también. Al ver un carro vacío sabíamos que acababa de ocurrir un secuestro.
Silvia: Se han vuelto tan comunes que hasta hay horas punta: de 6 a 9 de la mañana y luego de 3 a 6 de la tarde. Y los rescates que piden pueden llegar hasta el millón de dólares. Solamente el año pasado hubo más de 1300 secuestros, según cifras de la ONU. Muchos contra extranjeros, pero la mayoría los sufren los locales. Y por eso Sandrine nos dijo que muchos comercios están cerrando.
Sandrine: La gente no tiene cómo ir a trabajar por el miedo. Muchas veces hay una especie de carros que se llaman tap tap, que son unas pickups que tienen cubierta la parte de atrás y ponen una silla. Un modus operandi, digamos, de las pandillas es incendiar esos tap tap en los que se transporta la gente.
Eliezer: Naciones Unidas estima que las pandillas controlan el 60% de la capital.
Sandrine: Cuando nosotras llegamos, nos dimos cuenta que no se hablaba de ese 40% que estaba libre de pandillas, por decirlo así, en el que hay presencia de pandillas y es mucho más fuerte. O se siente mucho más porque están intentando tomar el control de ciertos sectores. Entonces están en cruce de fuego y están intentando pelear por ese territorio. Hablando con la Red Nacional de Defensa de Derechos Humanos en Haití, ellos nos decían que el 100% de la capital está tomada y que desde que estuvimos ya estaba tomada al 100%.
Silvia: Es decir, la capital está en un estado de guerra de facto en el que no se sabe a ciencia cierta qué zona es más o menos segura y transitable. Porque ese supuesto 40% que aún no está controlado por una u otra pandilla, dice Sandrine, es peor: son zonas en disputa.
Eliezer: Según la ONU, en Puerto Príncipe hay más de 200 pandillas, que están afiliadas principalmente a dos grupos que luchan por el control de la capital. Uno es el grupo G-Pep y el otro…
Sandrine: Es la pandilla G9. El líder de esta pandilla es expolicía.
Silvia: Se llama Jimmy Cherizier, alias Barbacoa.
Sandrine: Él se retiró de la policía para armar, digamos, un grupo revolucionario que terminó pues con mucha violencia y demás.
Eliezer: Esta pandilla es conocida por cometer graves abusos contra los derechos humanos. Incluidos secuestros, violaciones y masacres. Un reporte de la ONU dice que aterrorizan a la gente con francotiradores que matan a cualquiera que entre en su rango de visión. En entrevistas a medios internacionales, Cherizier ha dicho que él no está involucrado en nada de eso, sino que está llevando a cabo una lucha social.
Silvia: Pero él no es el único expolicía involucrado con las pandillas. Según el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos de Haití, hay por lo menos dos policías retirados en cada pandilla.
Eliezer: ¿Cómo es que las pandillas llegaron a tener tanto control del país?
Sandrine: Bueno, digamos que hay muchas teorías en cuanto a esto. Lo que sí digamos sabemos es que Estados Unidos y Canadá han sancionado a varios políticos por tener lazos o relación con las pandillas, financiando a estas pandillas, dándoles, digamos, el control de ciertos barrios, permitiendo alcaldes, gobernadores y demás, les permiten esto.
Silvia: En noviembre del año pasado, el expresidente haitiano, Joseph Michel Martell — y otros dos ex políticos que ocuparon el cargo de primer ministro — fueron sancionados por Canadá por financiar a las pandillas.
Eliezer: Los expertos dicen que las pandillas son algo así como unos subcontratistas de las elites en el poder. Y su rol es crear violencia e inestabilidad. De hecho, el mismo expresidente Jovenel Moïse y otros miembros de su gobierno presuntamente operaban junto con las pandillas.
Silvia: Sandrine nos explicó que la violencia en Haití en realidad es algo que viene creciendo desde hace más de una década.
Sandrine: Esto ha sido un tema, desde el expresidente Jean-Bertrande Aristide, empezaron a surgir estas pandillas.
Eliezer: Daniel Foote, ex enviado especial de Estados Unidos a Haití, le dijo al medio Vox que la actual estructura pandillera en Haití comenzó antes de su presidencia, en los años 80, cuando era un líder de la oposición a la dictadura de los Duvalier.
Silvia: Foote dice que Aristide creó a las pandillas a propósito como una forma de dar voz y poder al ciudadano común y que fueron mutando a lo largo de los años. Pero a partir del magnicidio de Jovenel Moïse en julio de 2021 tomaron más control sobre Puerto Príncipe.
Sandrine: Yo creo que aprovechándose un poco del caos político y pues un Estado que básicamente no tiene un jefe de gobierno.
Eliezer: Cuando asesinaron a Moïse, el primer ministro Ariel Henry asumió el poder. Pero Henry realmente no tenía ningún tipo de legitimidad, porque en ese momento no había un parlamento que confirmara que él debía tomar las riendas del país.
Silvia: Además, las instituciones en Haití son casi inexistentes, entonces Henry no tiene un aparato estatal que lo sostenga.
Eliezer: Le preguntamos a Sandrine si para ella había algún símbolo que representara la degradación de Puerto Príncipe. Sin pensarlo, dijo el Palacio Presidencial, que se derrumbó en 2010 durante el terremoto.
Sandrine: Donde quedaba el palacio estaba completamente cercado y digamos que hoy en día no se puede ver hacia adentro. Todo está cubierto con una lona verde, pero adentro de lo que pudimos ver son counters que están donde estaba situado el palacio y básicamente forman una especie de cuadrado, entonces son varios counters pegados uno del otro formando un cuadro y ahí están las oficinas de absolutamente todo el mundo. Y pues, nunca se reconstruyó. Yo creo que eso también representa ya en sí ese vacío de Estado, ¿no?
Silvia: Y justo al lado del Palacio presidencial, hay una especie de parque. Cuando Sandrine lo visitó en febrero de este año, ese parque estaba lleno de personas… Muchas familias estaban viviendo allí porque las pandillas las habían expulsado de sus hogares.
Sandrine: Donde queda el Palacio Nacional, hay tiendas como una especie de campamento de refugiados. La gente vive en el parque. Ya se volvió como ese símbolo un poco de escape para las personas que son afectadas en ciertos barrios. Y digamos que ese fue un fenómeno que tal vez nos impresionó mucho o me impresionó mucho.
Silvia: Hoy, ese parque está vacío porque las pandillas se están disputando ese espacio. Las familias tuvieron que moverse una vez más. Están en constante movimiento. Algunas personas terminaron en otros parques o en lugares que consideran seguros. Sandrine fue al patio de una iglesia para hablar con algunos desplazados por la violencia.
Eliezer: Allí la gente se acomoda como puede. Duermen en el pavimento, algunos usan sábanas para amortiguar la dureza del suelo y otros tienen cartones.
Archivo, Rozeph Eleyom: Vivimos aquí en una situación bestial. Dormimos a la luz de la luna. Ninguna autoridad nos ha visitado. Tenemos gripa, fiebre, estamos expuestos a todo tipo de enfermedades porque no estamos acostumbrados a vivir así.
Silvia: Él es Rozeph Eleyom, un carpintero y artesano de 67 años. Rozeph le contó a Sandrine que duermen a la luz de la luna. Dice que muchos tienen gripe y fiebre. Que están expuestos a enfermedades porque no están acostumbrados a vivir así.
Archivo, Beatrice Theobal: Estamos aquí en este campo, luchando y sufriendo. Tengo dos hijos. Antes vendía pollo en el mercado.
Eliezer: Sandrine también habló con Beatrice Theobal, una mujer de 32 años que vive en este campo con sus dos hijos. Antes de dejar su casa vendía pollo en el mercado municipal.
Archivo, Beatrice Theobal: Nuestra situación es precaria. Comemos mal y no tomamos agua. Cuando llueve no sabemos qué hacer. Nos quedamos de pie y esperamos a que pare para poder dormir. Sino utilizamos el tejado para cubrir el suelo y dormir.
Silvia: Beatrice dice que su situación es precaria. No comen, ni tampoco toman agua. Y en las noches, cuando llueve, agarran los cartones que normalmente usan de techo, para cubrir el suelo mojado. O simplemente esperan que pase la lluvia para poder dormir.
Eliezer: Según un informe de octubre del año pasado de la Organización Internacional para las Migraciones, más de 90 mil personas habían sido desplazadas por la violencia en Puerto Príncipe.
Sandrine: Entre estas personas hay muchas madres solteras con muchísimos niños. Estas personas que salen es porque les quemaron sus casas, entonces se quedan sin absolutamente nada y tienen que optar por salir de los barrios. Entonces esto implica que recorren casi toda la capital buscando espacios donde se sientan seguros.
Eliezer: El nivel de brutalidad es tal que la violencia sexual se ha convertido en un arma. Los pandilleros violan mujeres que viven en los territorios de sus rivales y que ellos quieren tomar. Durante su reporteo, Sandrine conoció tres mujeres víctimas de violación. Una de ellas es Marjorie.
Archivo, Marjorie Destin: Después de eso los oí decir, hay fuego, fuego, dije, no me puedo quemar con mis niños, cerré la puerta de un solo golpe y corrí con los niños, pasé por debajo de un arbusto.
Silvia: La casa de Marjorie fue incendiada cuando ella y sus dos hijos estaban adentro. Cuando huyó, dejando todo atrás, se escondió detrás de un limonero.
Archivo, Marjorie Destin: Cuando llegué a pasar por debajo del arbusto, vi a dos hombres encapuchados que pasaban delante de mí, se pararon, le pedí al niño pequeño que me agarrara de la muñeca, nos dieron la orden de parar, y me paré con los niños. Uno de ellos cogió al niño mayor, lo empujó y yo dije Jesús voy a morir aquí, el otro cogió al pequeño y lo tiró en un rincón, y los dos tipos me violaron por horas.
Silvia: Pero mientras esperaba a que fuese seguro salir, dos hombres con pasamontañas pasaron frente a ella. Le vendaron los ojos y la violaron. Dice que sus hijos tuvieron que presenciar todo.
Sandrine: El modus operandi a estas tres personas en específico: asesinaron a sus esposos, y luego las violaron, quemaron sus casas, lo hacen enfrente de sus hijos. Bueno, me parece que es un trauma completo para ellas. Y en medio de la desesperación, buscan salir de sus barrios.
Eliezer: Después de la pausa, ¿cuál es el rol del estado en esta crisis? Y ¿cuántas crisis simultáneas está viviendo Haití?
Ya volvemos.
Silvia: Esta semana quiero recomendarte el podcast La Captura. Hace poco lanzaron su segunda temporada, donde revelan el lado oscuro de la pesca en el alto Golfo de California. Aquí su presentadora, Ruxandra Guidi:
Ruxandra Guidi: En esta temporada de La Captura me dirijo al alto Golfo de California para echarle un vistazo a la pesca del camarón y lo que se está haciendo para hacerla más sostenible y menos dañina para la vida marina y para las mismas comunidades pesqueras.
Únete a mi viaje donde oirás directamente de pescadores, ambientalistas y oficiales de gobierno sobre lo que están haciendo para desenredar este problema y con suerte, revivir esta área que Jacques Cousteau llamó “el acuario del mundo”.
Echa un vistazo a la temporada dos de La Captura donde quiera que escuches tus podcasts.
Silvia: Estamos de vuelta en El hilo.
Eliezer: ¿Dónde está el gobierno en todo esto? ¿Qué están haciendo?
Sandrine: Bueno, digamos, por una parte está la policía., son muy pocos los policías.
Silvia: Alrededor de 10.000 para un país de 11 millones de personas. Es una fuerza de seguridad muy mal pagada. Y según fuentes locales, 80 policías han sido asesinados desde que Ariel Henry tomó el poder.
Sandrine: No tienen el equipo para poder enfrentarse a las pandillas. Estamos hablando de pandillas que tienen Kalashnikovs. Y el año pasado, en el 2022 el primer ministro Ariel Henry hizo un llamado a la comunidad internacional pidiendo una intervención para poder enfrentar a esas pandillas con una fuerza armada internacional ¿no?
Eliezer: Pero los haitianos no estuvieron muy contentos con esta petición.
Sandrine: La gente se rebeló. Hubo manifestaciones muy intensas. Hubo mucha violencia en medio de esas manifestaciones, porque la gente no quiere realmente una intervención internacional.
Silvia: Y es que en Haití las intervenciones internacionales han causado mucho daño. Entre 2004 y 2017, por ejemplo, la misión de paz de la ONU fue acusada de abusar sexualmente a mujeres y niñas haitianas. Según las investigaciones, más de 200 niños nacieron como consecuencia de esas violaciones. Era una misión que buscaba desarmar a las pandillas, remontar la economía y en general estabilizar el país.
Eliezer: Además, es bien conocido que los cascos azules que envió el gobierno de Nepal llevaron el cólera a Haití a finales del 2010. Murieron casi 10 mil personas por la enfermedad.
Silvia: Varios países han recalcado la necesidad de que una fuerza armada externa ingrese en Haití, pero por el momento ningún país ha dado un paso al frente. Esta semana, el presidente Joe Biden envió a su vicesecretaria de Estado a República Dominicana para discutir, entre otras cosas, la situación en Haití.
Eliezer: Y mientras el destino de Haití se debate fuera de sus fronteras las pandillas ganan cada día más terreno. Sandrine y su equipo intentaron entrevistar al primer ministro Ariel Henry cuando estuvieron en Haití en febrero, pero les canceló a último minuto.
Sandrine: No sabemos realmente cuáles son sus intenciones. No hay apoyo, digamos, frente a la frente a la Policía Nacional. En la última semana de enero mataron a 14 policías despiadadamente, de una manera muy brutal. Y creo que esto también representa, digamos, la ira que tiene la población hacia el gobierno y el poder actual, que es un gobierno interino que hasta el día de hoy no ha lanzado elecciones. Ya ha pasado más de un año y medio en el que no hay presidente y pues, según la Constitución, lo que está pasando en este momento es completamente ilegal.
Silvia: En marzo, Henry propuso movilizar al ejército para ayudar a la policía a combatir a las pandillas.
Eliezer: La crisis en Haití no es únicamente de violencia. Parecieran ser múltiples crisis al mismo tiempo. A nivel económico se registra una inflación de casi 50%.
Silvia: Y a nivel sanitario, el cólera, una enfermedad que se consideraba superada, está de vuelta.
Sandrine: Hubo una crisis de epidemia del cólera en octubre de 2022, esto por el cierre de la central petrolera.
Archivo noticiero, periodista: La coalición de pandillas G9 liderada por alias Barbacoa se había tomado la terminal Varreaux, encargada del almacenamiento del 70% del combustible del país.
Silvia: Fue después de que el primer ministro Henry anunciara un aumento en el precio del combustible.
Archivo noticiero, periodista: Bandas criminales mantuvieron secuestrados envíos de petróleo en el puerto durante semanas.
Eliezer: Y esto causó un caos total. Es que en Haití, el que controla el combustible también controla el agua limpia… porque sin diesel no pueden operar los generadores de luz, que a su vez hacen funcionar las bombas de agua. Esto es importante porque Haití es uno de los países de la región con menor acceso al agua potable. Y eso implica que tiene que comprar su agua.
Silvia: Pero no llegaba a la gente. Con la falta de gasolina por el cierre de la central petrolera, los camiones no podían transportar los galones con agua potable… y el cólera es una enfermedad que se transmite a través del agua contaminada.
Sandrine: Esto hizo que brotara esta epidemia del cólera de nuevo, que desde hace años, la última crisis fue para el terremoto, en el 2010.
Silvia: Para un país como Haití, que ya había vencido esta enfermedad, ha sido un golpe muy duro.
Eliezer: Después de dos meses, la escasez de gasolina mejoró. Por lo tanto, los casos de cólera bajaron, pero el brote ha dejado — hasta la fecha — más de 450 muertos.
Silvia: A la crisis económica y al cólera hay que sumarle la escasez de alimentos. Casi cinco millones de personas están pasando hambre aguda en Haití. Eso es casi la mitad de la población del país. Y en los barrios de Puerto Príncipe con mayor control de las pandillas la inseguridad alimentaria empeora cada día.
Eliezer: Sandrine habló con Jean-Marc, un franco marroquí que tiene más de 30 años viviendo en Haití y que se dedica a la importación de alimentos.
Archivo, Jean-Marc Nouaisser: ¿Ves ese muro que está allí? Yo lo construí para…
Sandrine: Y él nos comentaba que para él la situación es insoportable, porque entonces las pandillas toman sus camiones cuando él está transportando todo a los restaurantes a los que lleva comida o a los mercados, incluso. Eso por un lado y por el otro, él tiene que vivir en su bodega. Construyó una casa al lado de su bodega. Todo esto afectado por la violencia. Entonces él dice: las personas que estamos, digamos, viviendo en Haití, creyendo en la oportunidad de poder crear empresa, de poder traer alimentos, nos estamos viendo en la obligación de tener que salir del país.
Silvia: Así como Jean-Marc, hoy son miles los haitianos que buscan irse del país.
Eliezer: En enero de este año, Joe Biden creó un programa que permite la entrada de hasta 30.000 inmigrantes de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití por mes. Pero como condición, las personas deben solicitar la entrada desde sus países de origen y no en la frontera. Es por esto que hoy son tantos los haitianos que intentan sacar un pasaporte.
Silvia: Sandrine visitó las oficinas de la Dirección de Emigración e Inmigración en Puerto Príncipe. Allí encontró cientos de personas esperando para tramitar un pasaporte que les permita emigrar.
Sandrine: La cantidad de gente que se ve es impresionante. Son filas de cuadras enteras. Me atrevería a decir que kilómetros y las personas pasan toda la noche esperando a poder ser atendidos al día siguiente, les cobran de más para poder hacer el proceso de obtener ese pasaporte. Y yo creo que ahí es donde se ve realmente el descontento de la población.
Eliezer: En las puertas de la oficina de migración, bajo un sol inclemente, Sandrine conoció a un hombre de unos 30 años que prefirió no decir su nombre, pero buscaba salir del país.
Sandrine: Haciendo la fila para migración y nos decía. Haití es un infierno.
Audio migración: It’s like living in hell Haiti. It’s a fucking hell, we’re dying.
Sandrine: Vivir en Haití es un infierno. Nos están matando. Nadie se preocupa por nosotros. Estamos completamente abandonados.
Sandrine: Pero la voz y la forma en la que lo decía nos tocó mucho porque decíamos: “Este hombre acaba de decir lo que tal vez ninguna de las personas que entrevistamos había dicho”. Todos decían “bueno, no, pero así es el país, es así. Ya estamos acostumbrados, cada vez está peor. Sí, ¿pero qué hacemos?”. Y ver a este hombre tan triste y sin esperanza alguna, porque también llevaba días haciendo fila para su pasaporte, creo que describe lo grave que está la situación actual
Eliezer: Lamentablemente, Haití no es un país ajeno a vivir en crisis ¿no? Ahora, ¿tú crees que esta coyuntura es de lo peor que ha tenido que vivir Haití?
Sandrine: Sin duda alguna, diría que sí. Yo creo que el país ha vivido cosas muy fuertes desde hace muchísimos años, pero en esta ocasión creo que lo más duro es ver ese vacío de Estado y de instituciones. No hay ni siquiera una respuesta simbólica para estas personas que están completamente desesperanzadas. Y que están buscando salir del país. Yo viví en Haití hace muchos años y ya la situación era complicada, pero en este momento ya se descontroló absolutamente todo.
Mariana Zuñiga: Este episodio fue producido por mí, Mariana Zúñiga. La edición es de Silvia Viñas y Eliezer Budasoff. Bruno Scelza hizo el fact checking. La mezcla, el diseño de sonido y la música son de Elías González.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Nausícaa Palomeque, Inés Renique, Denise Márquez, Samantha Proaño, Paola Alean, Laura Rojas Aponte, Juan David Naranjo Navarro, Elsa Liliana Ulloa y Camilo Jiménez Santofimio. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Estudios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
Queremos agradecer a France 24 por dejarnos usar sus audios para este episodio.
El hilo es un podcast de Radio Ambulante Estudios y Vice News.
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