Ecuador tiene el mayor número de casos de COVID-19 per cápita en América Latina. En Guayaquil, la expansión acelerada del virus ha colapsado el sistema de salud, la red de funerarias y los cementerios. En medio de todo, los médicos temen represalias por hablar sobre la situación en los hospitales, y las cifras oficiales no parecen reflejar la magnitud de la crisis. En este episodio hablamos con dos doctores en la primera línea de batalla contra la pandemia. Y la periodista Susana Morán nos explica cómo ocurrió el colapso.
Ecuador tiene el mayor número de casos de COVID-19 per cápita en América Latina. En Guayaquil, la expansión acelerada del virus ha colapsado el sistema de salud, la red de funerarias y los cementerios. En medio de todo, los médicos temen represalias por hablar sobre la situación en los hospitales, y las cifras oficiales no parecen reflejar la magnitud de la crisis. En este episodio hablamos con dos doctores en la primera línea de batalla contra la pandemia. Y la periodista Susana Morán nos explica cómo ocurrió el colapso.
Créditos:
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Producción
Silvia Viñas, Álvaro Céspedes -
Reportería
Susana Morán -
Edición
Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff, Andrea López-Cruzado -
Verificación de datos
Andrea López-Cruzado -
Diseño de sonido
Elías González -
Fotografía
Iván Castaneira
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Eliezer Budasoff: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia Viñas: Y yo soy Silvia Viñas.
Cynthia Viteri, Alcaldesa de Guayaquil: No retiran a los muertos de las casas. Los dejan en las veredas, caen frente a hospitales, nadie los quiere ir a recoger. ¿Qué pasa con nuestros enfermos también?
Silvia: Ella es la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri. Estaba infectada con el nuevo coronavirus cuando grabó ese video, el 27 de marzo. En medio de su cuarentena, le exigió al gobierno central de Ecuador que recoja los cadáveres que se estaban acumulando en las casas de las personas, y en las calles de la ciudad…
Cynthia Viteri: Las familias deambulan por toda la ciudad tocando puertas para que los atiendan o los reciba un hospital público donde ya no hay camas. Les cierran las puertas y los dejan afuera.
Eliezer: En la última semana, Ecuador se ha convertido en el país sudamericano con más contagios y fallecidos per cápita por COVID-19. Y Guayaquil, la ciudad más poblada del país, que tiene más de dos millones y medio de habitantes, se ha vuelto el epicentro de una crisis sanitaria y humanitaria sin precedentes.
Durante semanas hemos escuchado que el peligro más grande de no tomar medidas preventivas es que colapse el sistema sanitario. En Guayaquil, esa amenaza ya se convirtió en realidad.
Hoy, la historia de una crisis que sacudió un país desde el lugar donde empezó todo.
Es 10 de abril de 2020.
Doctor: Ahora sí los escucho.
Silvia: Nosotros también. Perfecto.
Silvia: Para los que tenemos el privilegio de quedarnos en nuestras casas, para los que no estamos trabajando en hospitales, es difícil imaginarse qué pasaría, en términos prácticos, si el sistema de salud de nuestras ciudades llega a colapsar. Así que hablamos con dos médicos que están enfrentando día a día esta pandemia en medio del colapso.
Ahora, muchos médicos ecuatorianos tienen miedo a represalias si hablan sobre la situación en los hospitales. Por eso, para proteger sus identidades, no los vamos a identificar.
El doctor y la doctora –así nos vamos a referir a ellos– me explicaron que en el sector público los contratos indican que pueden ser cancelados en cualquier momento, unilateralmente.
Doctor: Entonces ya hay muchos médicos que han dicho cosas que no les parece, les han llamado la atención
Doctora: O los han echado.
Doctor: Ajá, los han echado.
Silvia: Hablamos por videollamada, y los dos estaban usando mascarilla. Las usan todo el rato dentro de casa para evitar contagiar a su familia. Tienen hijos pequeños y viven con los papás de la doctora. Llevan unas dos semanas tratando a pacientes con coronavirus.
Doctora: Bueno, yo soy médico general, que somos los que en estos momentos estamos luchando en la primera línea porque es lo que más están pidiéndonos.
Silvia: Trabaja en un hospital público, de la red del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social, en Guayaquil… Estaba haciendo su residencia en otra especialidad, pero por la pandemia, la movieron de área.
Doctor: Y, bueno, yo estoy haciendo el posgrado de terapia intensiva.
Silvia: En un hospital privado.
Doctor: Pero debido a toda esta pandemia, a todos los reorganizaron. Hay gente que la han mandado de cirugía, la han mandado a la emergencia. Hay gente de otras especialidades neuro, endocrino, les han mandado a los pisos.
Silvia: Entonces, cuando se veía venir el virus, ¿qué tipo de conversaciones tuvieron con sus colegas del hospital? ¿Se entendía la magnitud de lo que se venía?
Doctor: O sea, no, no, para nada. Nadie. Nadie estaba preparado por lo que está pasando ahorita. O sea, psicológicamente, nadie. De ahí nosotros tenemos la referencia de lo que pasaba en China, en Italia, en España. Pero a veces uno estas cosas las ve de lejos. Por ahí sabíamos de lo contagioso que era. No nos hacíamos ni siquiera la idea de que vamos a estar en la casa, teníamos que ser mascarilla. Nada.
Silvia: ¿Hubo algún preparativo al comienzo por parte del gobierno, o de las autoridades de esos hospitales para que pudieran prepararse para recibir más pacientes?
Doctor: No, la verdad es que no. La verdad es que cuando llegó el primer paciente todos fueron rumores.
Silvia: El primer caso se anunció el 29 de febrero. Era una mujer ecuatoriana que llegó de visita desde España. La comunidad ecuatoriana en España es muy grande y es común que viajen en esas fechas para visitar a familiares durante carnaval y las vacaciones de enero y febrero. Llegó primero a Guayaquil, sin síntomas, según las autoridades ecuatorianas, y luego fue a una provincia vecina para visitar a su familia.
Doctor: Fue a dar a un hospital privado y de ese hospital privado ahí recién salieron las fotos con los EPP.
Silvia: EPP: Equipos de protección personal. O sea, las batas, mascarillas, guantes… ese equipo completo que hemos visto en fotos de personal de salud de todo el mundo. Y, bueno, el doctor dice que, al principio, todos estaban impactados viendo estas imágenes en un hospital de Ecuador, porque no están acostumbrados a ver a choferes de ambulancia o a camilleros, así. Pero, a la vez, la doctora, en el hospital público, veía otra cosa…
Doctora: Los médicos querían usar mascarillas y les decían que por favor no, no usen las mascarillas porque crean pánico en las personas.
Silvia: O sea, los coordinadores de piso, que también son médicos, les decían que no usaran los EPP.
Silvia: ¿Y cuándo se dieron cuenta que la situación era grave?
Doctora: Como por el 23, 24 de marzo. Me dicen que la situación de emergencia es caótica. Llegan personas ya prácticamente a morir.
Doctor: Literal.
Doctora: Literalmente llegan a morir porque todo, absolutamente todo, está lleno, está colapsado. Todas las tomas de oxígeno, ya no hay más. Ya no hay más ventiladores y lo que hacen mis compañeros es darles una muerte digna a las personas que van llegando, que según cuentan diariamente son, a mi hospital, son como aproximadamente 30 personas por guardia.
Silvia: ¿30 que fallecen? No son 30 que llegan.
Doctora: Son 30 que llegan a morir. Desde que inició casi la capacidad colapsó. De hecho nunca ha habido una capacidad completa para todos los pacientes y ahora muchísimo menos.
Doctor: Siempre, siempre había… Yo trabajé en ese hospital también. Siempre había en la emergencia una cola de gente y por ahí de uno de los 25 o 30 que está haciendo cola por ahí uno, dos, tres sí ameritaba una atención un poco más rápida. Ahor,a la cola no es de 20, sino de 200. Ya y de esos 200, tal vez 20 sí necesitan esa atención. Creo que se ha multiplicado por 10.
Silvia: Entonces, ¿cómo priorizan? O sea, si llegan tantas personas, ¿a quién deciden tratar? ¿O simplemente no los están tratando porque ya no hay cómo tratarlos?
Doctor: No hay cómo.
Doctora: Es que ya todo está lleno. O sea, no los tratan ya y solamente les ayudan a obtener una muerte digna porque todo lo que, todas las tomas de oxígeno, todos los ventiladores, ya están copados con pacientes que ya estaban previamente en el hospital. Entonces llegan y no hay manera.
Doctor: Entonces, eso es una cosa que se repite en casi todos los hospitales públicos.
Doctora: Y mucha gente, aún con seguro privado, que lo paga mes a mes… No vale ahorita el seguro privado, no vale ahorita nada. Así tengan seguro privado, no los están aceptando en hospitales, no los están aceptando en clínicas porque no hay capacidad.
Doctor: Esa es otra. Sí, los hospitales privados están bastante parecido, o casi igual. No hay camas. Yo he trabajado en un hospital privado mucho tiempo y está igualito. O sea, hay una barricada afuera y están llegando los pacientes así, cada guardia llega tres, cuatro, cinco pacientes con, ya sin signos vitales, y no los pueden recibir porque ya llegan sin signos vitales. Entonces los mandan a la casa.
Doctor: Este virus, cuando ya llega a neumonía, produce una inflamación, un estado inflamatorio severo, ya que, bueno, que no solamente en ese momento afecta a los pulmones, sino a todo el organismo. Hay pacientes, por ejemplo, que llegan con poca neumonía, con unos pulmones que uno los ve y dice, bueno, le damos un poco de ventilación y salé, pero llega con falla renal, llega con sangrando. Entonces a esos pacientes ya no se les puede rescatar, o es muy difícil rescatarlos.
Doctora: A mí llegan pacientes un poco más estables. Aunque llegan pacientes un poco más estables, igualmente hay pacientes que mueren en piso.
Doctor: Ahora, ahorita el criterio de no estar grave, es no estar en terapia intensiva.
Doctora: Realmente ahorita en Guayaquil no hay persona que no haya perdido un ser querido. Todos los días sonar el teléfono es ya sentir que viene una mala noticia que alguien más falleció. Pero para nadie… nadie se ha escapado de que un ser querido, medio cercano, medio lejano, haya fallecido.
Silvia: ¿Hay algún caso en particular que les haya tocado?
Doctor: Tenemos un buen amigo que estaba… que tiene al suegro. Él sólo tenía algo de tos, nada más. Un día, así póngale un lunes, algo de tos. El señor no salía, no estaba expuesto, para nada. Vivía en su casa. Ni siquiera él hacía las compras. Lo llevaron a hacer una radiografía y nos la mandaron por WhatsApp y la radiografía era terrible. Le dije, apenas yo vi esa placa, yo le dije a mi amigo, le dije, “¿Sabes qué? lo más responsable”… Me dijo, “¿Qué hago?” “Lo más responsable que puedes hacer ahorita es hacer que tu mujer se despida de su papá”. Y lamentablemente así fue, yo quisiera haberme equivocado, pero así fue. Lunes, martes, miércoles, jueves, ya había fallecido.
Silvia: ¿Hay miedo entre el personal que sigue trabajando?
Doctor: Muchísimo. El miedo va ahí porque mire, mucha gente trabaja en terapia intensiva. Entonces, no le digo que está acostumbrada a ver gente grave, porque a veces… uno nunca se acostumbra a ver gente mal, aún ellos. Muchos, pero pónganle, ocho de 10, tienen insomnio, lloran, se escapan al baño a llorar porque piensan en su familia. Entre nosotros nos damos ánimo, porque todos los días vemos gente que fallece y médicos que fallecen. Pero sí hay mucho, mucho miedo. Y hablo no solo de médicos, terapistas, enfermeras, auxiliares, choferes de ambulancia.
Silvia: ¿Por qué ha habido tanto personal de salud contagiado?
Doctora: Ayer estaba leyendo que en las cifras de los contagiados 44% es personal de salud oficial… 44% de las cifras es personal de salud.
Silvia: Recordemos que la doctora dijo que al comienzo no los dejaban usar mascarillas, para no causar pánico en la gente. Y dice que una vez que empezaron a llegar casos, les dieron un directivo verbal en el hospital.
Doctora: Que únicamente podían usar las mascarillas N95 el personal de emergencia y el personal de terapia intensiva. Y el resto teníamos que andar con mascarillas quirúrgicas.
Silvia: Las mascarillas N95 están diseñadas para cubrir de manera muy ajustada la boca y la nariz. Filtran el 95% de las partículas que están en el aire. Son más firmes que las quirúrgicas, que son más sueltas, filtran menos partículas y no crean este sello alrededor de la boca y la nariz como las N95.
Doctora: Poco a poco fuimos exigiendo que nos den las mascarillas. Yo, por mi parte, lo que hice fue conseguirlas por mi cuenta para poder llevarla. Pero médicos tratantes, médicos residentes, muchísimos, se vieron expuestos a lo que decía el hospital que había que hacer. Y cada guardia o cada turno es una pelea con los jefes para que nos entreguen ese equipo, porque no hay, porque ya les llevamos. Esperen un momento que ya les llevamos. Y ese es el de todos… lo de todos los días.
Silvia: Y la doctora dice que si la situación es así en su hospital…
Doctora: No quiero pensar y no quiero imaginarme las instituciones más pequeñas. Y la verdad es que estamos a la deriva. El día de ayer justamente conversaba con una amiga que tenía síntomas, y nadie nunca le dio el permiso para poder irse a su casa de descanso. Están haciendo trabajar a médicos con síntomas.
Silvia: ¿Cómo se preparan mental y emocionalmente para un turno? ¿Qué los motiva a seguir?
Doctor: Bueno, yo he trabajado en terapia, pero para mí es difícil. Siempre pienso cuando tengo que dar malas noticias que con quien voy a hablar está sufriendo más que yo. Por un momento hay que desconectarse un poquito, abrazar a los hijos y si es que hay que llorar un poquito, se llora, y seguir. Todos los días creo que es una oportunidad nueva para coger un poquito de aire y seguir.
Doctora: Sí, lo que a mí me anima y me hace ir es pacientes que también se van de alta. Mi última guardia se fue un paciente de 76 años de alta, otro de 92 años de alta y eso, la cantidad de gente que se puede ayudar.
Silvia: Y no solo en el hospital, en sus turnos, sino desde su casa, a pacientes, amigos y familiares, por WhatsApp.
Doctora: Como experiencia personal, nosotros hemos tenido a mi cuñado. Bueno, mis dos hermanas y mi cuñada con COVID. Mi cuñado tuvo necesidad o hubiese tenido necesidad de oxígeno y de hospitalización, pero le tuve que decir a mi hermana que lo deje en casa y la verdad es que nosotros lo tratamos desde aquí. Nosotros le dimos indicaciones.
Silvia: Su hermana ha tenido que aprender a inyectarle a su esposo, porque es diabético. Y del otro lado están ellos, como médicos, dándole instrucciones por videollamada para tratarlo.
Doctora: No pudimos ni siquiera irle a poner un suero porque no… por la cuarentena, porque no había… tampoco había en las farmacias. Los medicamentos de las farmacias están agotados, medicamentos que se usan de forma hospitalaria, o sea, los sueros, los equipos de venoclisis. Y eso quiere decir que hay mucha, muchísima gente tratando en casa. Tratando en casa casos que realmente deberían estar siendo tratados en un hospital. Y de esa manera hemos salido adelante y creo que mucha gente está haciendo lo mismo, por teléfono, en su casa, aprendiendo medicina de guerra, porque, digamos, es lo que estamos pasando en este momento, porque parece una guerra.
Silvia: Antes de colgar, les pregunté qué le dirían a los que ven las noticias de Ecuador desde otros países de la región, que tienen condiciones tan parecidas.
Doctora: Que el aislamiento no es chiste. Que la cuarentena no deben cumplirla a medias, no son vacaciones. Es serio, es serio. Eso. Y ahorita estamos enterrando una cantidad de muertos impresionante. Eso, que la cuarentena, que el aislamiento es real, es serio y es algo que hay que cumplirlo a cabalidad.
Silvia: Ya volvemos.
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Daniel Alarcón: Hola, soy Daniel Alarcón, director editorial de El hilo. Tengo otro trabajo también, como productor ejecutivo de un podcast en español que les puede gustar. Se llama Radio Ambulante.
En Radio Ambulante no cubrimos las noticias como El Hilo: sino que cada semana, publicamos historias en audio que retratan la diversidad y riqueza de América Latina y Estados Unidos. Hay de todo: episodios de familia, de fútbol, de amor, de política y mucho más… Son historias que te enganchan y te ayudan a conectarte con nuestra región.
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Eliezer: Ya estamos de vuelta en El hilo. Yo soy Eliezer Budasoff
Audio de archivo, noticiero: Esta es la situación que se está viviendo actualmente en el hospital como van los carros, cada carro lleva su cofre fúnebre. Alrededor de unos 20-25 carros tratando de sacar sus muertos en cajas de diferentes maneras.
Audio de archivo, noticiero: Los olores que emana el cadáver ya no se resiste. Y también hay vecindades que tenemos personas de mayor edad, yo tengo a mi madre de 80 años que también está con problemas respiratorios.
Audio de archivo, noticiero: Las autoridades distritales aquí en Santa Lucía, se está muriendo la gente.
Eliezer: Hace algunos días empezaron a circular en las redes videos de lo que sucedía en Guayaquil. Eran imágenes difíciles de digerir… y de entender. Entonces hablamos con ella…
Susana Morán: Bueno, mi nombre es Susana Morán, yo soy periodista de la revista de investigación Plan V, que es un medio digital nativo de Ecuador.
Eliezer: Susana ha estado cubriendo las defunciones y casos confirmados de infectados con el coronavirus, tratando de analizar y entender las cifras que da el gobierno.
Susana: Y por otro lado, también poder entrevistar.. O sea salir de los datos y mostrar que esos datos tienen… son familias, son personas con historias.
Eliezer: Entonces, primero tenemos que ver cómo se expandieron los contagios de este virus tan rápido. Como escuchamos antes, el primer caso en Ecuador se dio el último día de febrero. Y en esa época de vacaciones, hubo mucho tránsito entre Ecuador y Europa. Tanto ecuatorianos que estaban de vacaciones por allá, como ecuatorianos que viven del otro lado del océano y viajaban de vuelta para visitar a sus familiares. En ese momento Ecuador se estaba enfocando en personas que llegaban de países como China, o Corea del Sur, pero no ponían controles a la gente que llegaba de España, por ejemplo. Todo siguió como si nada.
Susana: Hubo matrimonios, hubo cumpleaños masivos, porque además en la costa la tradición es hacer fiestas muy grandes, muy masivas, y eso hizo que allí ya el foco de propagación creciera impresionantemente en poquísimos días.
Eliezer: Cuando se reconoció que estaba el virus en el país, ¿cuáles fueron las primeras medidas que tomó el Gobierno? ¿Se hicieron pruebas? ¿Se implementaron algún tipo de apoyos económicos? ¿Cómo reaccionó?
Susana: Bueno, las primeras reacciones fueron evidentemente sanitarias. Se empezaron a ubicar los hospitales donde podían ser tratados los pacientes con coronavirus. Ya después de varios días se tomaron varias decisiones, entre ellas las de cerrar los aeropuertos, por ejemplo. Y después se pusieron las medidas restrictivas de circulación. Primero se apeló a que las familias hagan un autoaislamiento en sus casas.
Eliezer: El 17 de marzo se puso primero un toque de queda desde las 9 de la noche a las 5 de la mañana. Unos días después se amplió… y en Guayas, la provincia donde queda Guayaquil, empezaba a las 4 de la tarde y después, a las 2 de la tarde.
Susana: En Guayas, que es una zona en la que el calor es mucho más fuerte en esta época, pues es un alivio estar fuera de las casas. Eso hizo que las primeras medidas, estas restricciones de circulación, pudieran no ser efectivas en esa zona evidentemente, porque la gente siguió saliendo. Y acá el Gobierno lo ha tomado como una desobediencia y como… ellos han utilizado la palabra de no acatar las órdenes, de indisciplina. Pero el trasfondo es muy fuerte. Existe una necesidad vital, digamos, de la gente por salir a conseguirse los dólares del día.
Eliezer: Guayas es una de las provincias costeras de Ecuador, y Guayaquil el puerto principal del país.
Susana: Guayas es una de las provincias costeras del país. Es, de hecho, la provincia, en relación habitantes, la más poblada del país. Es el centro económico y comercial del Ecuador. Una ciudad importantísima en el país. En la vida política, en la vida económica. Pero asimismo es una ciudad que muestra muchas desigualdades económicas y sociales. Allí hay unos cinturones de pobreza muy grandes por toda la ciudad que los llamamos los suburbios, acá en Ecuador. Allí también está concentrado gran parte del subempleo en Ecuador.
Audio de archivo, noticiero: Según el instituto de estadísticas y Censos, en total, 198 mil personas viven de sus ventas diarias; 198 mil personas para quienes resulta difícil cerrar la puerta de su casa y simplemente esperar a que la emergencia pase.
Susana: Guayas definitivamente es la provincia más golpeada por la enfermedad y donde estamos viendo un drama humano sin precedentes, por lo menos registrado en el último siglo, creo yo.
Audio de archivo, noticiero: En Guayaquil la epidemia de coronavirus avanza a un ritmo tan veloz que ni las funerarias ni las autoridades dan abasto para disponer de los cadáveres.
Susana: En Guayas, estamos llegando a ver escenas muy dolorosas y una de las cosas que nosotros hemos pedido desde el periodismo es transparencia en relación a las cifras por… por lograr entender lo que está pasando.
Eliezer: Veamos algunas de esas cifras. Hoy, jueves 9 de abril, antes de cerrar este episodio, según las cifras oficiales del Ministerio de Salud Pública en Guayas hay 3,400 infectados y 154 fallecidos. Esos números van a quedarse cortos cuando muchos de ustedes escuchen esto. Entonces, para tener una idea del aumento de los casos y la gravedad de la situación en Guayaquil y en la provincia del Guayas, Susana me contó sobre unos números parciales de fallecidos que publicó el gobierno el viernes pasado…
Susana: De hecho, nos dio tres cifras. Esas tres cifras tienen que ver con el número de muertos en los meses de enero, febrero y marzo. Y claro, el crecimiento es es impresionante. De febrero a marzo hubo un aumento en el número de muertes de casi el 90 por ciento.
Eliezer: Wow.
Susana: Estamos hablando que casi se duplicó la cifra del mes de febrero. Y haciendo un análisis un poco más hacia atrás de lo que ha pasado, pues, estamos tratando de armar con retazos y, con las cifras que disponemos, tener una panorámica real.
Eliezer: Me decías que hubo que pelear mucho con el Gobierno para que el INEC diera estas cifras, esa información no es pública?
Susana: Debería serlo. Esa es la paradoja que hemos visto en estos días. Ellos han emitido diariamente un boletín. Pero si tú ves que casi hay un incremento del 100%, de un mes al otro, evidentemente hay un subregistro muy grande nos va a tomar, creo yo, un tiempo tanto al periodismo como al mismo gobierno, es saber cuántos de esas personas que fallecieron efectivamente estaban contagiadas por el virus.
Eliezer: Para Susana, ver las cifras de las personas que fallecen en sus casas ha sido clave para entender el colapso en cementerios y funerarias de Guayaquil. Antes, en la provincia del Guayas se registraban entre 50 y 60 defunciones al día, aproximadamente.
Susana: Algunas en casas de salud y otras evidentemente en los hogares, porque hay que recordar que el 60% de la población ecuatoriana no tiene acceso a un seguro de salud. Menos de vida. Este indicador, digamos, de 60, 50 personas, pasó en los últimos días de marzo a más de 300 personas, es decir, cinco… o sea quintuplicó la media de fallecidos en esa provincia en dos días..
Eliezer: A esto hay que sumar otros factores para entender el colapso…
Susana: Los funerarios que empezaron a primero preocuparse muchísimo.
Eliezer: Porque, claro, por la naturaleza de su trabajo, ellos fueron de los primeros que quedaron expuestos a contagiarse.
Susana: Y segundo, vieron que no tenían las garantías como para atender a las personas que estaban viniendo a sus funerarias, porque muchos decían murió en mi casa, pero no sé de qué. O sea, tuvo mucha tos, tuvo problemas respiratorios. Entonces ellos sospecharon que eso no era normal. Me llamó mucho la atención la historia que contó la señora Viviana Olivares.
Viviana Olivares: Viviana Olivares, soy la dueña de la funeraria.
Susana: Usted es la dueña, ya. Comenteme, ¿como usted está viviendo esta situación allá en Guayaquil? ¿Desde su sector, cómo han sido afectados?
Viviana: A ver la verdad la situación está bastante difícil, yo en mis 40 años nunca había visto algo así.
Susana: Ella decía que usualmente al día atendía a dos personas, una o dos personas en la normalidad, digamos de su negocio.
Viviana: Y hoy he atendido 8 en un día.
Susana: Y de pronto empezó a atender a ocho, a 10 clientes. Y todos estos clientes coincidían en que necesitaban el servicio funerario, es decir, la caja, y que formolicen los cuerpos para que puedan aguantar un poco más. Un cuerpo se descompone a las ocho horas naturalmente, y el formol permite que eso se tarde un poco, incluso hasta tres días. Mucha gente le solicitaba eso.
Viviana: Yo lo que les he podido dar es la caja ya formolizada porque todavía no si quieren tienen claro en qué cementerio van a sepultar la mayoría. Y no se puede hacer otra cosa. No hay velación, no hay flores. No hay nada.
Susana: Los tres cementerios de Guayaquil que tienen servicio de crematorio estaban rebasados en sus límites e incluso la gente fue a hacer cola en los cementerios para conseguir un turno para que atiendan a su familiar fallecido.
Viviana: Estamos unos cuantos aquí trabajando, moviéndonos, porque también me da mucha pena no poder servirle a la población. Usted sabe, me llaman diariamente la gente a pedirme por favor que les ayude. Yo no tengo corazón para no ayudar a las personas. De alguna forma tengo que hacerlo.
Susana: Entonces los servicios que se hicieron acá hasta cierto punto solo llegaron a entregar la caja. Es decir, usted tiene un fallecido, lleve el ataúd y usted va a hacer el resto.
Eliezer: Wow.
Susana: Entonces eso derivó en una crisis muy compleja en la ciudad de Guayaquil. Y muchos cerraron sus puertas, y los pocos que funcionaron solamente atendían aquellos casos en los que ellos podían comprobar que eran por otro tipo de muertes.
Entonces hubo muchos factores que se acumularon que no se tomaron en cuenta que esto desembocó en una crisis, creo yo, humanitaria, porque finalmente lo que sucedió es que las familias se quedaron con sus fallecidos en sus casas sin recibir ninguna ayuda ni del sector tradicional, que son los funerarios, del gobierno que estaba colapsado, que tenían que atender el tema hospitalario, digamos, por decirlo así, porque los hospitales también empezaron a colapsarse.
Eliezer: Por las restricciones de movilidad entre las provincias, muchos familiares no han podido ir a buscar a sus fallecidos a Guayas. Y los familiares directos de los contagiados, no salen de sus casas porque están en cuarentena.
Susana: Y por eso muchos cadáveres empezaron a acumularse en las morgues de los hospitales y allí se creó otra situación desesperante. Porque cuando ya finalmente un familiar iba a retirar a su fallecido, primero le costaba mucho ubicarlo y para ubicarlo se les ha pedido al mismo familiar que entre a las morgues y revise de bolsa en bolsa. O sea, que busque a su pariente de bolsa de bolsa para que lo logre identificar. Es que nadie quiere, nadie quiere tocar a esta gente.
Eliezer: Es importante notar que estas son personas que sí ha podido acceder al sistema de salud.
Susana: La gente que no accedió al sistema de salud pública, pues se quedó con sus fallecidos, con sus parientes, hasta por siete días. Ha sido un impacto emocional, y no solamente para ellos, sino para el país. Porque escuchar este drama de las familias, que ellos tienen que sacar sus, los cuerpos afuera de la casa porque la descomposición ya no daban… ya no daban más, o sea, no pueden tener un muerto en una casa siete días, cinco días sin refrigeración, sin absolutamente nada. Creo que la dignidad humana en estos casos ha sido arrastrada por toda una crisis que nos explotó en la cara a todos y que evidenció las falencias como país, como sistema de salud. Como todo, ¿no?
Eliezer: Susana Morán es periodista de la revista Plan V. Vive en Quito.
Este lunes, la alcaldesa de Guayaquil anunció la ampliación de un cementerio y la construcción de otro en la ciudad con una capacidad total de cerca de 12 mil tumbas, las mismas que serán gratuitas para las víctimas de la COVID-19. Mientras se levantan esos espacios y en otro ejemplo del nivel de la crisis en la ciudad, el municipio ha empezado a repartir cientos de ataúdes de cartón. Son solo cajas, anónimas, sin ningún detalle ni lujo.
Silvia: La cifra oficial de casos en todo Ecuador es de casi 5 mil contagios y más de 270 muertes. Se sospecha que cerca de 300 personas más también han fallecido por la pandemia.
En El hilo somos Daniel Alarcón, Álvaro Céspedes, Andrea López Cruzado, Elías González, Laura Rojas Aponte, Jorge Caraballo, Miranda Mazariegos y Carolina Guerrero. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
Gracias a Susana Morán. Y un agradecimiento especial a Lisette Arévalo por su ayuda con este episodio. Gracias de nuevo al equipo de Radio Ambulante por todo su apoyo y colaboración para sacar adelante este podcast.
El hilo es una producción de Radio Ambulante Estudios y es posible gracias al apoyo de MacArthur Foundation, Ford Foundation, Arnold Ventures, y Panta Rhea Foundation.
Agradecemos de manera muy especial a los oyentes que nos han apoyado con con sus contribuciones en nuestro programa de membresías. Sin ustedes, esto no sería posible.
Yo soy Silvia Viñas.
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff. Gracias por escuchar.