Lila Downs
Hay Festival
Querétaro
Música
En Vivo
En septiembre entrevistamos a la cantante y antropóloga Lila Downs en el Hay Festival de Querétaro. La artista mexicanoamericana, que ha vivido a ambos lados de una frontera que se convirtió en símbolo de la polarización política de Estados Unidos, creció entre comunidades de México donde migrar es parte de la vida colectiva desde hace generaciones. En este episodio grabado en vivo, Lila nos cuenta cómo construyó su mirada entre las raíces y el contraste de dos culturas, sobre cómo ha usado la música para narrar identidades y realidades atravesadas por prejuicios; y también, como en su último disco, para encontrar un camino de regreso en medio del duelo.
Créditos:
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Producción
Eliezer Budasoff y Silvia Viña -
Producción en redes sociales
Analía Llorente y Samantha Proaño -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Gentileza Hay Festival
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Silvia Viñas: Antes de comenzar, queremos recordarte que estamos en la campaña de donación más importante del año. Nos quedan cuatro días y queremos pedir tu apoyo.
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Eliezer: Gracias desde ya y feliz 2025. Aquí el episodio.
Silvia: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Studios. Yo soy Silvia Viñas.
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff. En septiembre de este año, en el Hay Festival de Querétaro, en México, nos sentamos a conversar con la cantante y compositora Lila Downs para hacer un episodio especial en vivo.
Silvia: Cuando tenemos la oportunidad de entrevistar a una artista, como en este caso, tratamos de aprovechar la ocasión para mirar la realidad con unos ojos prestados. Para entender partes de este continente que cada semana cubrimos con El hilo desde otra perspectiva. En este caso, una que nace de un lugar clave, sobre todo en esta época: la frontera.
Hoy: Canciones para volver a casa, una conversación con Lila Downs.
Es 27 de diciembre de 2024.
Eliezer: Antes de lanzar su último disco solista en el 2023, los dos trabajos previos de Lila Downs —como parte de su obra— estaban atravesados por la migración y el desengaño, por la relación agridulce entre México y Estados Unidos y por el orgullo por lo propio, aunque cada uno a su manera.
Silvia: La cantante, compositora y antropóloga mexicoamericana ha contado que el disco Salón, lágrimas y deseo, que salió en 2017, lo empezó a trabajar después de la primera elección de Donald Trump como presidente, que la sumió en la desesperanza. Es un disco que en cierta forma acusa el golpe, asume lo que significa esa elección, pero por otro lado es una especie de advertencia. Como si dijera: no sabes con quién te has metido.
Eliezer: En el disco siguiente, Al Chile, que salió en 2019, Lila Downs parece querer ir de pueblo en pueblo levantando a la gente para que baile, reivindicando el derecho a la alegría en medio de las penurias, pero también como una forma de resistencia. Es como si estuviera poniendo las cosas en su lugar de nuevo.
Silvia: Cuando hablamos con ella, a principios de septiembre, estábamos a dos meses de las elecciones de Estados Unidos. Había, por un lado, una sensación de repetición de ciclo. Por otro lado, muchos textos y publicaciones en redes subrayaban que esta vez lo que estaba en juego era más trascendente. Ahora sabemos el resultado. Pero ya sabíamos que cualquier opción implicaba un mensaje sobre uno de los ejes de la campaña: la migración.
Eliezer: Las crisis sucesivas de América Latina y el uso político de la migración la han convertido en una de las historias centrales de esta época en todo el continente. Pero no es una historia nueva. Sobre todo para las comunidades mexicanas en las que migrar es parte inseparable de la vida colectiva desde hace generaciones. Ahí es donde se forjaron las primeras canciones de Lila Downs.
Silvia: Hablamos con ella un viernes por la noche, desde el Teatro de la Ciudad de Querétaro, donde cientos de personas escuchaban la entrevista en vivo. Lila salía por pantalla gigante desde un rincón de su casa en Oaxaca, la capital del estado donde nació. Le preguntamos por qué, justamente, la migración fue el primer tema que quiso narrar en los comienzos de su carrera como cantante, el tema que da nombre a su primer disco, Ofrenda, que salió hace 30 años.
Lila: Bueno, yo había terminado la carrera de antropología social. Había estudiado el textil indígena triqui, y había vuelto a la región mixteca alta, en donde mi madre tenía un negocio de refacciones para autos, y yo trabajaba ahí parte del tiempo. Y me iba a cantar, me venía a la ciudad de Oaxaca o a otros pueblos a cantar en las fiestas de los pueblos. Pero una tarde llegó un señor de una comunidad mixteca y me dio un acta de defunción y quería que yo tradujera esa acta, porque sabía que yo hablaba inglés. Y lo traduje, y decía que esta persona había muerto por causas desconocidas. Me parece en el All American Channel en la frontera de Mexicali. Y después el Señor me dijo: “Sí, y yo tengo el cuerpo de mi hijo que falleció y lo mandaron a Acapulco, que es a donde habían enviado el cadáver de su hijo”. Y después, bueno, con su escaso español, él se fue manejando con el la caja de su hijo en la camioneta ¿no? En la que iba manejando. Y me impactó tanto porque vi esa realidad de cerca, ¿no? Y tuve que participar en ella. Y eso me marcó y compuse ese ese primer tema, también con un poco de humor, porque pues es un tema tan tan oscuro y al mismo tiempo, cuando visitas algunos de estos pueblos, en particular San Juan Mixtepec, que es un pueblo al que yo dediqué mi primer tema que se llama Ofrenda, es muy bello ver cómo regresan todas los todos los señores de mediana edad, de sus veintes a sus cincuentas, regresan a su comunidad de origen el día del santo patrón del pueblo, con sus trocas y con su música y con su alegría, a dedicarle al santo el trabajo que han hecho cruzando la frontera ilegalmente, ¿no? Y entonces en mi comunidad, en Tlaxiaco, donde yo crecí, pues se sabía de este movimiento a grandes rasgos, pero cuando compuse la canción tuve que acercarme un poco más a la comunidad y conocerla. Y era muy interesante porque el 90% de la comunidad no está en esa comunidad y regresan ese día de la fiesta. Entonces quise describirlo en la canción y quise mostrar el lado ritual y bello de la expresión humana en esta historia trágica de la migración mixteca.
Silvia: Y Lila, cuéntanos un poco más sobre tu identidad como migrante, bicultural. ¿De dónde y de quién vienes? ¿De dónde te sientes tú?
Lila: Pues creo que ese es el tema interesante que… que sí, justo hablar de la identidad es algo que no era tan permitido, en mi generación no se acostumbraba. Recuerdo que es ahora como cuando empiezas a hablar de feminismo, hay a veces hay personas que esquivan la mirada y miran a un lado, porque hay incomodidad. Y bueno, pasa menos y menos ahora. Pero también me tocó vivir todo eso, un cambio ¿no? hacia este tema. Y creo que para mí fue perder la identidad para volver a encontrarme con ella. Porque crecí en mi pueblo, Tlaxiaco, desde chiquita, una parte de mi vida, mi padre, como era cineasta y pintor, profesor universitario de la Universidad de Minnesota, me llevaba con él a Estados Unidos un año y un año regresaba con mi madre. No es que estuvieran separados, pero habían hecho ese trato. Y así fue mi Primaria y también mi Secundaria. Bueno, volví a Tlaxiaco a la Secundaria. Pero esto hace que tenga una, pues sí, una cercanía con la comunidad mestiza de mi pueblo. Y me daba cuenta de la discriminación hacia mí, por un lado, porque de madre indígena, entonces me decían la hija de la india, y por el lado yanqui de mi padre ¿no?, era la hija del gringo. Entonces por las dos partes había rechazo, pero también había cariño ¿no? Había como, pues que con qué se come esta salsa, ¿no? Y eso, bueno, ahora me rio. ¿No? Pero cuando estás chiquita esas cosas te afectan, ¿no? Te van afectando. Entonces me sentía pues, quizás como una persona distinta pero aceptada, así como es Estados Unidos ¿no? aceptada cuando tienes el ánimo de pertenecer por tu visión y por lo que académicamente alcanzas a hacer, ¿no? Yo creo eso, es muy importante en Estados Unidos. Pero poco a poco me iba dando cuenta de esa discriminación que había entre países y por supuesto, cuando cruzábamos la frontera siempre el trato era muy diferente cuando yo iba de la mano de mi padre, que era el hombre anglosajón y muy diferente cuando iba con la morenita de mi madre. Y esto pues va afectándome, ¿no? con los años. Y también me voy dando cuenta de las contradicciones del mundo mestizo, ¿no? Y al que yo pertenezco, por supuesto, pero que también no, no me acepta del todo. Entonces creo que sí, las primeras canciones, y bueno, escritos que yo hice tienen que ver con la búsqueda. Acabo de encontrar una libreta. De pronto me encuentro con libretas de mi niñez que llevaba un diario de mis sueños. Y es interesante mi concepto de mí misma, siempre muy dura conmigo misma, ¿no? Porque creo que estas tres culturas son mucha presión para los niños. Pero poco a poco, estas cosas fueron dividiéndose en mi camino como artista, como ser humano. Creo que me interesó mucho conocer por eso a través de la antropología, la historia, ¿no?
Silvia: Y Lila, ¿qué crees que entiende alguien como tú, o la gente que migra, los que viven en comunidades donde la gente siempre se marcha? ¿Qué entienden sobre la realidad que no comprenden los políticos o los medios o otras personas que no tienen esa experiencia?
Lila: Pues yo creo que es la humanidad, ¿no? Es esa parte humana que, que bueno, gracias al arte yo he tenido el gran privilegio de crear y de compartir la empatía con otros seres humanos, que sí son diferentes a mí quizá o son diferentes a al bajista o a la percusionista, pero que finalmente somos seres humanos y tenemos historias muy interesantes cada quien. Creo que desde las narrativas puede haber un acercamiento a entender, ¿no? Esa ignorancia tan profunda que tienen, la lejanía los políticos, ¿no? Y yo creo que eso sucede en todas partes. Se ponen a legislar o están ahí, en sus palacios de… Bueno, no voy a insultar a nadie, pero este… Están legislando y están muy lejanos a el origen.
Eliezer: Una pausa y volvemos.
Silvia: Estamos de vuelta en El hilo.
Eliezer: Lila, justo sobre esto que estabas comentando recién, te queríamos preguntar porque claro, queríamos analizar un poco cómo construiste tu mirada como artista. Si crees que cantar o si eso de alguna manera influyó mucho para para lo que haces es una forma de romper la indiferencia con la belleza, ¿no? De retomar un poco el relato sobre uno mismo, ¿no? Una forma de mostrar la historia y la identidad propias de una manera que digamos que rompa la imagen que otros pueden tener sobre nosotros y lo que representamos.
Lila: Claro. Definitivo. Porque creo que sí se sorprenden, ¿no? Y eso hace el arte. Cuando la fuerza del arte te inmoviliza, de pronto cambia tu ser, ¿no? Pero tienes que, pues, yo creo que de cierta forma conectar con ese público y con esas personas que muchas veces están cerradas a conectar. ¿Cómo hacerlo? A través de desmitificar, a través de hacer bromas, a través de hacer diversión, a veces seriedad, a veces mostrar que, por ejemplo, los idiomas indígenas de nuestro continente están vivos. Hay más de 500 naciones que participan y que tenemos en común el maíz, la calabaza, el frijol, estos elementos primordiales de nuestra dieta y de lo que somos, ¿no? en esencia. Y poder comunicar eso a la gente y entender que estamos en este continente y que debemos respeto a eso que es parte de la gastronomía, pero que en realidad son símbolos de quiénes somos y de cómo nos nutrimos, ¿no? Y estas cosas que pueden ser rituales y hermosas, ¿no? Todo está conectado. Yo creo.
Silvia: Lila, para prepararnos para esta entrevista por supuesto estuvimos escuchando, leyendo, aprendiendo más sobre ti. Y hay un momento que nos parece importante, especialmente porque nosotros tenemos una audiencia latinoamericana. Y hay algo que muestra cómo desde tus comienzos te han inspirado artistas de otras partes del continente. Y me refiero cuando eras estudiante de antropología, jovencita, ¿no? En tus veintes y estabas haciendo tu tesis sobre textiles de los triquis y escuchaste por primera vez la canción Gracias a la vida de Violeta Parra en voz de Mercedes Sosa. Nos encantaría que nos cuentes sobre ese momento y cómo entendiste que podías ser cantante después de escuchar por primera vez esa canción en ese contexto.
Lila: Claro, pues es que ese es el poder, ¿no? De la música y de algo tan profundo que puede cambiar tu camino, ¿no? De un día para otro, y volverte humilde ante la vida y ante la grandeza del arte. Creo que, pues me sorprendió porque yo había escuchado a Pablo Milanés, a Silvio Rodríguez, ¿no? En mi pueblo había una izquierda muy fuerte, había una preparatoria junto a la casa de mis padres que tocaban mucho, ¿no? El Che Guevara, la música que se relacionaba con la revolución de Cuba, por supuesto, pero también como algo nuevo, ¿no? Y yo escuchaba eso, pero no había escuchado nunca esta voz que pensé originalmente que era hombre, quizás. Y el compañero triqui que tenía este cassette me dijo: ella es Mercedes Sosa, ¿no la conoces? Y no la conocía. Y pues fue, me enamoré, ¿no? de esa canción, de las palabras. Creo que representa mucho de mi visión después, ¿no? Porque creo que sí estaba yo muy enojada por muchas cuestiones históricas en las que yo me encuentro como ser humano. Pero sentía que esa canción te llevaba a otro lugar, apacible, agradecido, humilde. Y bueno, la voz de, de doña Mercedes, pues, un instrumento que conduce temor, alegría, conocimiento, humildad. Todo eso puede hacer un solo instrumento, ¿no? Y también… Sí, eso tiene la música.
Silvia: ¿Y cómo fue años después poder cantar con ella? Cuéntanos un poco cómo se dio esa oportunidad y cómo fue.
Lila: Conocimos a alguien que conocía a su asistente, que se llamaba María, me acuerdo. Y Fabián pues todavía vivía, el hijo de Mercedes. Y entonces pude hablar con María. Y ella me conectó y me dijo: sí, ya te la paso. Y le pregunté si quería grabar conmigo un tema que yo había compuesto sobre mi tierra, sobre Oaxaca, que en ese momento estaba, pues en una dificultad social muy fuerte en 2016. Y creo que le dije, le canté un poquito de la canción: “¿Dónde estás? Tierra de mi corazón. No es que yo esté llorando. El río se desbordó. ¿Dónde estás? Yo soy solo un pasajero. Tierra de mi sentimiento. Conmigo vas. Conmigo vas. Conmigo vas. Conmigo vas”. Esta historia de un exilio, ¿no? Bueno, a mí no me tocó vivirlo tanto como le tocó a ella. Pero sí tuve una censura de un término, ¿no? De un término de seis años aquí en mi tierra. Y ella pues, lo escuchó y con cariño me dijo: “Sí, eh, Lila, mándamelo y yo voy a escuchar”. Y después, cuando grabamos me mandó una narración, así como ella decía las cosas, ¿no? como Atahualpa Yupanqui, así que no de una manera muy hermosa. Y pues luego fui, en Córdoba, coincidimos con Susana Baca y estuvimos ahí las tres.
Eliezer: Justo de esto que nos cuentas cuando le contamos a nuestro equipo que te íbamos a entrevistar, todos estaban muy emocionados, ¿no? Nosotros somos muchos latinos que vivimos a lo largo de América y también en Europa, pero de hecho no tenemos en este momento a nadie mexicano en el equipo de El hilo, ¿no? De hecho, la compañera que más se emocionó es uruguaya y hablábamos con Silvia de que los que estamos muy al sur tenemos la impresión de que el Cono Sur no mira mucho hacia arriba, mira mucho hacia hacia Europa, y a veces de que desde México no se mira hacia abajo, se mira hacia arriba, ¿no? Pero vos tenés una conexión muy fuerte con toda Sudamérica, y mucha de tu música suena muy familiar por la cumbia, porque se cuela el tango por ahí, digamos, ¿no? por los boleros. ¿Qué otros artistas latinoamericanos te han inspirado? Digamos. ¿Y cómo te llegaron los otros?
Lila: Pues creo que desde la niñez oíamos mucho jazz y también la música mexicana, pero siempre analizada. Creo que como mi padre era profesor, le gustaba sentarse… Recuerdo que se sentaba a enseñarme a escuchar a Bob Dylan y decía “Mira, escucha esto. ¿Qué crees que signifique?”. Y oíamos a The Beatles. Y lo menciono porque, cosa curiosa, creo que los latinos nos identificamos con cierta música anglo y la hacemos nuestra y también somos parte de un amor y odio con ello, ¿no? Creo. Y bueno, cada país tiene sus relaciones complicadas con sus fronteras, por supuesto, pero también con lo que significa esta colonización que hemos vivido, y nuestra manera de compensar y de mirarlo de frente, ¿no? Porque creo que… Recuerdo que cuando fui a Argentina la primera vez me sorprendió mucho la presencia de los cabecitas negras, ¿no? Eso me dio mucho gusto ver que hay un mestizaje muy maravilloso así como el nuestro.
Eliezer: Y esta, digamos, como esta actitud de relacionarte mucho con Sudamérica, ¿ha sido como una actitud consciente tuya o, digamos, es algo que se dio naturalmente? Cuéntanos un poco sobre eso.
Lila: Claro, bueno, perdón, no contesto directamente la pregunta porque pienso en todo lo complicado que es, ¿no? ser cercana al Cono Sur, sentirme cercana, ¿no? Y sentir que también que parte de lo que me formó a mí es Argentina, ¿no? Y de ese respeto que tienen a sus géneros, a la chacarera, a diferentes géneros que que también son muy nuestros, ¿no? Yo lo siento como… Y sí, cuando tú platicas con un peruano o con un venezolano, con una colombiana decimos “Ah sí yo tengo un ritmo así como ese, ese se parece mucho a este ritmo, aquí”, ¿no? Cuando hacemos estas reuniones con etnomusicólogos y pues hablamos de los orígenes, ¿no? de esta música. Pero bueno, tu pregunta era ¿cuándo fue? Yo creo que fue cuando de pronto, diez años después de carrera, de trabajar así, en contracorriente, empezamos a oír que había gente en Argentina que nos buscaba y que tenemos amigos argentinos en México, por supuesto músicos, y creo que por ahí empezamos a buscar la manera de llegar al Cono Sur.
Silvia: ¿Y en y en tu proceso creativo qué tan importante es esa relación con Sudamérica y su música?
Lila: Es muy importante, es constante, es siempre. Yo creo que no pasa un día que yo no escuche algo del Cono Sur y siempre escuchando a alguien nuevo también como ahora hay una chica que se llama Lala de Perú que estoy impresionada con sus composiciones. Y cuando hay la oportunidad de hacer colaboraciones, pues creo que eso hace que Latinoamérica camine, que caminemos juntos, ¿no? Eso creo que hace que avancemos mucho más que todos estos planes políticos y estas cosas, ¿no? Creo que el arte hace que crezcamos, ¿no? En niveles así, vastos del cerebro, del alma, del corazón.
Eliezer: Después de la pausa hablamos con Lila sobre su último disco solista. Ya volvemos.
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo.
Silvia: Lila, queremos hablar sobre tu último disco, La Sánchez. Y primero que nada, nos gustaría que nos cuentes sobre el título. Tu madre se llama Anita Sánchez. ¿Es un homenaje a ella, ese nombre?
Lila: Sí, lo es, pero también es sobre… yo creo que ese apellido representa para mí la libertad de mí misma. Y tristemente sucede cuando también muere mi pareja, mi esposo muere hace un año con ocho meses, y era una relación de 30 años que tuvimos. Pero por supuesto había esta cuestión que pasa yo creo en las parejas y también en las parejas creativas, ¿no? que te vuelves un todo, ¿no? juntos. Y luego pierdes un poco de ti. Y entonces quieres volver a encontrar esa yo. Yo creo que eso es. Y tiene que ver con el Norte, porque creo que había una inquietud mía de hacer cosas con algunos músicos norteños y afortunadamente conocí a este productor que empezamos a trabajar… A ver, empezamos a trabajar antes de que Paul falleciera. Y fue bastante difícil todo el proceso porque estábamos como a medias y yo seguí trabajando el disco. Y entonces con más razón pensé que tenía que ser sobre la independencia, ¿no? Sobre, sí, esa visión de mí conmigo misma.
Eliezer: Hace un ratito estabas hablando de cómo alguna gente cuando hablas de feminismo desvía la mirada, digamos, porque no, no se siente cómoda con el tema. Y nosotros viendo entrevistas, tú comentas mucho a veces la historia de tu madre, digamos, ¿no? Que a los 14 años escapó de una tradición, digamos, de una de un destino que no quería. ¿Nos puedes contar primero esta historia?
Lila: Bueno, ella, en la costumbre de su comunidad, sí se casaban las niñas a los 14 años. Y ella parece que tuvo más independencia al casarse, porque de esa manera la abuela mía pudo ayudarla a escapar ese matrimonio. Y ella se fue a la Ciudad de México descalza. Recuerdo que nos platica eso y bueno, es impresionante, ¿no? Con mis hijos ahora que están chiquitos se quedan impactados. Y pues sí, caminaban por días, ¿no? para llegar de un pueblo a una ciudad. Y ella, digamos, es una mujer feminista, ¿no? Mi madre desde mi niñez me contaba un poco sobre esto, pero no tantos detalles. Y bueno, tiene que ver con su fuerza de persona que es. Pero estas historias son pues, pues sí, es un ejemplo, ¿no?, de cómo es alguien que no, que no aceptó esa esa vida, fue alguien diferente.
Eliezer: Te pedía que nos contaras esta historia, porque una cosa que conversábamos hoy con Silvia y tú siempre has hablado y tu obra en muchos temas gira alrededor, digamos de luchas de las mujeres, de sus historias. Hablábamos de este meme muy conocido que vuelve a salir cada tanto, cada vez que hay una protesta feminista, que hay una señora que ya está con un andador o con un bastón y está en una marcha feminista con un cartel que dice: “No puedo creer que tengo que seguir protestando por esta mierda”, ¿no? O sea, es en inglés habitualmente, que es muy elocuente, y pensábamos en esto de bueno, la historia que traía tu mamá y que tú dices es una mujer feminista y han pasado tantos años. ¿Qué sientes que ha cambiado al respecto?
Lila: Pues creo que podemos ya hablar estas cosas libremente, por ejemplo. Y eso es hermoso, ¿no? Porque creo que sí pesaba no poder decir que nuestras madres querían ser independientes o querían escaparse de un matrimonio, ¿no? Esas cosas eran mal vistas. Y creo que ahora pues vamos abriendo el campo y demostrando nuestra capacidad en todas las áreas. Y claro, alguien me preguntaba ayer que si creo que esto ya está mucho mejor en las comunidades indígenas. Y no, pues claro que no, o sea, falta mucho por hacer, pero ya hay ahora más respeto y hay posibilidades de expresar realidades y necesidades que tenemos las mujeres, ¿no? Hablar del aborto, que era, por ejemplo, un tema tabú que no se podía decir para nada en las comunidades indígenas, ¿no?
Silvia: Ya que estamos en el tema de mujeres, y hablamos de tu mamá, nos gustaría que nos cuentes cómo te imaginabas cuando eras pequeña. ¿Cómo te imaginabas que serías tú como mujer, como una mujer grande, digamos?
Lila: Uy, pues me imaginaba, déjame pensar. Porque sí estaba… Recuerdo que, bueno, mi hijo quiere estudiar, quiere ir a Japón y quiere estudiar japonés. Y mi madre le decía, “¿sabes qué? que tu mami cuando era chiquita quería casarse con un japonés y quería ser la primera sacerdotisa”. No, no es que estuviéramos tan acercadas a la iglesia, pero ya había algo ahí, un algún rastro, bueno, alguna herencia de la espiritualidad que mi abuela fue… Mi abuela era una persona, una mujer muy espiritual y creo que me imaginaba porque yo quería cantar ópera en Nueva York. Yo quería ser cantante del MET. Y llegué a las finales regionales en la Universidad de Minnesota. Pero luego, cuando estudié antropología, eso hace que cambie mi vida. Y creo que estoy sorprendida con el camino en el que estoy ahora. Y estoy contenta. Estoy, creo que sorprendida de que yo misma hice ese camino, ¿no? Porque sí pensaba que iba a ser, que iba a estar en la ópera, pero me doy cuenta que la en la ópera creo que no hubiera sido tan libre. Y eso es bien importante.
Eliezer: Entre estos destinos posibles ¿no? de ser sacerdotisa en Japón y cantante de la Ópera de Nueva York, a mí igual hay una escena que me gusta mucho que tú cuentas en algunas entrevistas de cuando fuiste de niña con tus padres por primera vez a Garibaldi.
Lila: Ah, sí. Sí, eso sí está marcado en mi memoria. No sé si es la parte que vi a una mujer, ¿no? una mujer sola. Sí, eso se me marcó porque vi a esta mujer sentada en uno de los sillones grandes, sola, con su botella de tequila. Y ella llamaba al mariachi, el mariachi alrededor de ella cantaba, pues, las canciones que ella pedía y así le pegaba a la mesa y estaba encabronada, ¿no? Y yo decía, ay, pero esa mujer. A mí me impresionó que esta era una mujer sola. Yo vivía en un pueblo. Yo estaba en un pueblo. Jamás había visto una mujer así. Estaba en su independencia y estaba pagando al mariachi para que le cantaran sus canciones. Y yo dije… Me impactó. Y yo creo que me quedé con esa, con esa poesía en mi mente de lo que es la independencia, ¿no? Es, es la música, es la pasión, es ser mexicana, ¿no? Ser mexicana.
Silvia: Lila, nos queda poco tiempo. Pero para cerrar, tenemos un par de preguntas de nuevo sobre tu último disco. Te queríamos preguntar cómo fue el proceso de de grabar este disco, quizás cómo se diferencia anteriores.
Lila: Pues yo creo que fue un disco muy hermoso para mí vocalmente. Ahora que lo pienso ya tiempo después, sin tener que tener las lágrimas aquí en la garganta. Y yo creo que es porque las emociones cuando son tan fuertes, y tienes la oportunidad de conducir a través de tu voz, esa emoción tan profunda, pues creo que es…para eso vivimos. Para eso vivimos los músicos. Para dejar ese rastro de ese momento de vida que no se volverá a repetir jamás, que es efímero, que las letras de algunas de estas canciones siguen siendo muy difíciles para mí escuchar. Escuchar y cantar ¿no? Entonces he escogido algunos temas para cantar en mis conciertos y he estado evitando los que son más dolorosos aún. Y eso me gusta, porque me da la oportunidad de poder volver a ello y trabajar con esas emociones ¿no? La música ha sido mi salvación, mi terapia, y seguirá siendo. Este disco creo que sí es es una poesía a la vida y a la mujer.
Silvia: Lila, ¿este disco es parte de un ciclo, una forma de finalmente volver o reparar lo que vivió tu mamá, de dar toda una vuelta para que puedas ser quien eres ahora en tu tierra?
Lila: Pues yo creo que sí. Es curioso que un disco norteño que como ir a la frontera de nuevo, es de cierta forma volver a casa para mí. Y eso yo me di cuenta cuando hice este disco llamado Border, La Línea. Me di cuenta de lo mucho que soy fronteriza, y de la importancia de lo que es ser fronterizo en el mundo y pensar en esa, en ese estado de mente, ¿no? Porque es una casa que siempre está en movimiento.
Eliezer: Lila, muchísimas gracias por estar con nosotros a la noche. Acá hay un montón de gente. El silencio es absoluto. Muchas gracias por hacerte unos minutos para hablar con nosotros.
Lila: Muchas gracias a ustedes.
Silvia: Gracias, Lila
Lila: Y que bueno que llegamos a esta hora de la noche.
Eliezer: Sí.
Silvia: Sí, gracias.
Lila: Pobres de ustedes. Muchas gracias.
Eliezer: En noviembre, Lila Downs ganó un Grammy Latino a mejor álbum folclórico por “Raíz: nunca me fui”, una colaboración con Nina Pastori y Soledad Pastorutti.
Silvia: Este episodio fue producido por Eliezer y por mí. La mezcla es de Elías González.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Mariana Zúñiga, Nausícaa Palomeque, Bruno Scelza, Analía Llorente, Samantha Proaño, Desirée Yepez, Paola Alean, Juan David Naranjo Navarro, Elsa Liliana Ulloa y Natalia Ramírez. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Studios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
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Yo soy Silvia Viñas. Gracias por escuchar.