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Una especie de vacío legal permite que hospitales estadounidenses envíen de vuelta a su país de origen a migrantes en condiciones críticas, sin tener que rendir cuentas a nadie. Es una práctica que algunas organizaciones describen como “deportación médica”, porque los casos siguen un patrón: personas sin papeles y sin seguro médico que tienen un accidente y terminan internadas, muchas veces en coma, y el hospital busca deportarlas para ahorrarse los costos de internación. Esta semana cubrimos el caso de Marvin, un hombre guatemalteco de 49 años que está en coma desde mediados de junio en Louisville, Kentucky. Su hija Virginia nos cuenta su historia y nos explica la decisión imposible que le pidió tomar el hospital: desconectar a Marvin de las máquinas que lo mantienen vivo, o deportarlo. Para entender cómo funciona este procedimiento hablamos con Adrianna Torres-García de Free Migration Project, una ONG que ha investigado estos casos y que logró un cambio en Filadelfia que podría sentar un precedente para el resto del país.
Créditos:
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Producción
Silvia Viñas -
Edición
Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Producción en redes sociales
Analía Llorente, Samantha Proaño -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Free Migration Project
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Silvia Viñas: Hace solo un par de semanas, a mediados de junio, los médicos le dijeron a Virginia que tenía dos opciones.
Virginia: Que si queremos seguir tratamiento podemos seguir haciéndolo o si no, la otra opción sería que paramos todo esto y que mi papá… que ya no respirara, que ya fallece, básicamente, en paz.
Eliezer Budasoff: Pero la opción de seguir el tratamiento del padre de Virginia venía con una consecuencia.
Virginia: Que lo van a deportar a su país de origen, que es Guatemala. Y varias veces me han dicho qué es lo que va a pasar y que no necesitan mi permiso para eso.
Silvia: El papá de Virginia se llama Marvin. Tiene 49 años y está internado en el hospital de la Universidad de Louisville, en Kentucky, desde el pasado 12 de junio.
Virginia: A mi papá le dio una convulsión, que siempre le ha dado convulsiones, pero nunca se golpeó la cabeza . Y esta vez se golpeó la cabeza y por eso está en coma y aún estamos aquí. Ya lleva como tres semanas.
Eliezer: Las convulsiones no son algo nuevo para Marvin y su familia. Le empezaron a dar hace unos 15 años. Ya llevaba más de una década en Estados Unidos y tuvo un accidente mientras montaba a caballo. Su cabeza pegó en un poste, según nos contó Virginia, y eso le causó daño cerebral. Durante años ha estado tomando medicina para evitar las convulsiones.
Silvia: Esta última vez que le dio una, se cayó por las escaleras de su casa y se dio en la cabeza, como hace años. Llegó al hospital en ambulancia.
Virginia: Y no me preguntaron si tenía papeles. Lo único que está afectando es que mi papá no tiene seguro médico y debido al seguro médico que no lo pueden trasladar a otro facility.
Eliezer: A otro hospital. Entonces, Marvin no tiene seguro, no tiene papeles. Y por eso está en riesgo de que lo deporten. La otra opción que le dio el hospital a Virginia y a su familia, recordemos, es que lo desconecten de las máquinas que lo mantienen con vida mientras está en coma.
Virginia: Y pues ellos querían una respuesta ahí, ahí, después que nos dijeron y pues… con lo que dijeron eso empezamos a llorar, mi mamá, mi hermana, mi tía, porque es duro lo que dijeron y no hubo compasión tampoco.
Virginia: Nomás lo quieren mandar como si fuera paquete, porque lo que al hospital le importa es el dinero. Ellos no están preocupados de separar a una familia. Ya que mi papá estuvo aquí desde el año 1994. Mi papá llegó aquí a joven edad y pasó más tiempo acá que en Guatemala. Y es injusto eso, que mi papá tanto que hizo sacrificios para nosotros. No es justo eso.
Eliezer: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Studios. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas.
Una especie de vacío legal permite que los hospitales estadounidenses trasladen a migrantes en condiciones críticas a sus países de origen, sin tener que rendir cuentas a nadie, para ahorrarse los costos de internación.
Hoy, el caso de Marvin y las deportaciones médicas que pasan desapercibidas en Estados Unidos.
Es 5 de julio de 2024.
Eliezer: Después de que en el hospital le dijeran que podían deportar a su papá, Virginia se metió a Google. Buscó información sobre este tipo de deportaciones de personas en estado crítico, como Marvin, se encontró con la organización donde trabaja Adriana Torres- García.
Adrianna Torres-Garcia: Mi nombre es Adrianna Torres-García, yo soy subdirectore de Free Migration Project en Filadelfia.
Silvia: Free Migration Project es una organización sin fines de lucro que defiende el derecho a migrar y se opone a la deportación. Da servicios legales a migrantes y también trabajan con grupos que luchan por sus derechos.
Eliezer: Y Adrianna nos explicó que ellos usan el término “deportación médica” para referirse a lo que hacen los hospitales en Estados Unidos cuando sacan a pacientes del país de manera forzosa.
Adrianna: O a través de la coerción, porque no puede pagar el cuidado médico y es una persona sin estatus migratorio.
Adrianna: Es interesante porque no existe como una definición oficial. El término deportación médica lo usamos nosotros. Sin embargo, muchos de los hospitales y abogados de inmigración te van a decir que solamente el gobierno federal puede deportar, técnicamente. Sin embargo, pues como sabemos, una vez las personas salen de Estados Unidos o los sacan de Estados Unidos, es bien difícil que puedan regresar. Entonces es una deportación en sí.
Silvia: He visto que en algunos reportes lo llaman repatriación. Eso es una cuestión de términos o…
Adrianna: Bueno. La repatriación médica sí es un término legal. Y tiene un uso legítimo. Cualquiera de nosotros puede ser repatriado médicamente si sufrimos un accidente fuera del país donde queremos recibir cuidado médico. Sin embargo, nosotros no le llamamos a esto repatriación médica porque las personas no están consintiendo a ese transporte.
Silvia: ¿Y cuándo y por qué empezaron a investigar sobre las deportaciones médicas? ¿Cómo llegaron a estos casos?
Adrianna: En el 2020 una persona de la comunidad se comunicó con nosotros. Su nombre es Claudia. Ella aún trabaja con nosotros. Y en ese momento nos dijo que su tío, que nosotros le llamamos A.V. en los medios, etcétera, que el Hospital Jefferson Torresdale aquí en Filadelfia lo iba a deportar.
Eliezer: Se llama Armando Vargas. Lo atropelló una moto y quedó con daño cerebral.
Adrianna: En aquel momento tenía las costillas rotas, no podía caminar, estaba encamado. Él estaba esencialmente en coma porque no podía tomar decisiones por sí mismo. Necesitaba un tubo para respirar y uno para comer. Y en aquel momento era cuarentena. Así que las fronteras de Guatemala estaban cerradas. Ellos no estaban recibiendo a nadie. Y aún así, el hospital quería sacar a este hombre y llevarlo a Guatemala. Y entonces su sobrina, que es Claudia, fue quien nos alertó de la situación y nosotros pues no sabíamos que esto estaba pasando en nuestra ciudad, no sabíamos qué se hacía, en realidad no había como un, un set de instrucciones para nosotros trabajar con esta situación.
Silvia: Lo que hicieron fue ir hasta el hospital donde estaba internado Armando. Llevaron estudiantes de medicina, medios de comunicación, autoridades de la ciudad de Filadelfia, personas interesadas en apoyar y meter presión.
Adrianna: Entonces, cuando el hospital se dio cuenta de que nosotros no íbamos a dejar a esa familia sola, pues decidieron detener la deportación por un mes. Nos dieron un mes para trabajar en el caso y nos tomó semanas identificar un lugar donde pudiera ir esta persona, donde pudiera recibir el cuidado que necesitaba, que fuera para su condición específica, y un lugar donde aceptaran el tipo de seguro médico que nosotros le habíamos identificado.
Eliezer: Adrianna nos dijo que todo esto tomó mucho esfuerzo: unos tres abogados con diferentes especialidades, tres o cuatro organizaciones trabajando sin parar.
Adrianna: Y eventualmente, si, encontramos un lugar donde él vivió por varios años y se pudo recuperar. Hoy día él pues todavía tiene un poco de trauma cerebral en su memoria y no se acuerda de muchas cosas, pero está vivo, puede caminar, está con su familia y recibió el cuidado médico que necesitaba en aquel momento. Si a él lo hubieran deportado en aquel momento, él se hubiera muerto.
Silvia: Nosotros, cuando nos enteramos del caso actual, ¿no? de Marvin, nos sorprendió bastante porque no habíamos escuchado sobre este tipo de deportaciones. ¿Se sabe qué tan comunes son las deportaciones médicas?
Adrianna: Pues nosotros, esto es un asunto que hemos estado trabajando por… desde que nos enteramos en el 2020 y empezamos a trabajar. Nosotros continuamos el trabajo precisamente porque Claudia nos pidió que continuáramos, porque ella no quería ver que nadie más pasara por esta situación. Y en ese proceso pues empezamos a investigar cuál era la prevalencia, en qué situaciones esto pasaba, etcétera, y nos dimos cuenta de que los hospitales no tienen que rendirle cuentas a nadie cuando hacen esto. No hay una prueba que uno pueda seguir y decir: ah, pasa tantas veces, etcétera.
Eliezer: Las compañías de transporte médico, las ambulancias aéreas, también son privadas, así que tampoco tienen que hacer públicos sus datos. No hay información que muestre realmente cuáles son repatriaciones legítimas y cuáles son deportaciones.
Adrianna: Entonces, no hay un número que yo te pueda decir tantas veces. Sin embargo, nosotros hemos trabajado con expertos en este tema en Estados Unidos y podemos decir y nos han dicho ellos que probablemente está en los miles al año.
Silvia: Wow. Me imagino que varía un poco de caso a caso, pero si tuvieras que pensar como en un caso típico, ¿cómo funcionan usualmente este tipo de deportaciones? ¿Hay un patrón que siguen?
Adrianna: Si, nosotros hemos identificado varios elementos que se repiten.
Uno es que la persona tiene un accidente. Puede ser, como le dije, un accidente de carro o algo así, o puede ser una situación de salud que ya la persona tenía, pero se le empeoró.
Eliezer: Como Marvin, el papá de Virginia. Él ya sufría de convulsiones, pero la más reciente lo dejó en coma por el golpe que se dio en la cabeza.
Adrianna: Entonces ese es un patrón que tiene un accidente y llegan al hospital, los hospitales por ley tienen que proveer servicios médicos que les salven la vida a las personas. O sea, ellos no pueden dejar a nadie morir, obviamente. Pero una vez las personas están estables o los hospitales dicen que ya la persona está estable, pues ellos ya pueden dar de alta. Y ahí es que se dan cuenta, porque esta persona no tiene seguro médico y porque a lo mejor no tiene estatus migratorio, pues deciden que lo más fácil es sacarlos de Estados Unidos, pagar un avión, que a veces son hasta 50 mil dólares por vuelo y sacarlos de Estados Unidos.
Silvia: O sea, se ahorran más dinero al pagar esos 50 mil dólares para sacar a la persona del hospital y mandarla de vuelta a su país, que mantenerlos en el hospital dándoles el cuidado que necesitan.
Adrianna: Exacto.
Eliezer: Después de la pausa: el vacío legal que permite estas deportaciones y cómo un precedente en Filadelfia le da esperanza a familias como la de Marvin.
Silvia: También regresamos a su caso con Virginia, que sigue luchando sin descanso por su padre.
Ya volvemos.
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Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo.
Silvia: ¿Entonces esto es legal?
Adrianna: Técnicamente. It’s like a loophole.
Silvia: Como un vacío legal.
Adrianna: Porque los hospitales no tienen el poder de deportar a la gente, pero los pueden sacar en contra de su voluntad.
Silvia: Claro, o sea, legalmente, el que deporta es el gobierno, no un hospital.
Adrianna: Quien deporta es el gobierno federal. Por eso algunos hospitales dicen “no, esto no es deportación, porque nosotros no tenemos ese poder de deportar, solamente el gobierno federal puede deportar”. Así que técnicamente es legal. Pero nosotros decimos que no es legal porque ellos tienen que coaccionar a las personas para que den su consentimiento.
Eliezer: Y si están en coma, como Marvin, no pueden darlo. Entonces recae en las familias.
Adrianna: Por eso es que al papá de Virginia no lo han deportado. Porque ella dijo: “Yo no voy a firmar”.
También una táctica que ellos usan es no darle a las personas toda la información en el idioma que ellos entienden. Así que, por ejemplo, a Claudia le estaban dando toda la información de su tío en inglés. Claudia no habla inglés.
Silvia: Este, recordemos, es el primer caso de ese tipo que vieron en el Free Migration Project, la organización donde trabaja Adrianna. Era un hombre que quedó con lesiones cerebrales después de que lo atropellara una moto. Claudia, su sobrina, pidió que le pusieran un traductor en el hospital.
Adrianna: Y a veces le traducían, a veces no.
Eliezer: Adrianna vio algo parecido con otro caso. Una mujer estaba en riesgo de que el hospital la deportara y a su esposo le daban documentos en inglés…
Adrianna: Él no habla inglés, él habla español. Entonces él le pedía: “Ustedes tienen esto…” sobre lo que le iban a hacer a ella, cualquier procedimiento médico y cualquier papel que le daban como por escrito, él le pedía que se lo dieran en español y a veces le decían: “No, no tenemos eso en español, pero usted tiene que firmar porque si no, no podemos ayudar a su esposa”.
Silvia: ¿Y a quién contratan para hacer esto? Decías que hay compañías que se dedican a hacer este tipo de repatriaciones o deportaciones.
Adrianna: Que promueven sus servicios con ese con, con ese sentimiento como que vamos nosotros ayudamos a los hospitales a resolver este problema de los inmigrantes que no tienen seguro médico.
Eliezer: Es algo que algunas de estas compañías dicen abiertamente en su página web. Revisamos la de una que nos mencionó Adrianna: MedEscort. Está en Pensilvania. Lo primero que ves en su página web son dos opciones, o dos categorías. Si eres un trabajador social o un familiar que busca transferir a alguien, puedes hacer click en un botón.
Silvia: Y si eres un ejecutivo de una compañía que quiere solucionar lo que la página llama, “el problema de los pacientes extranjeros sin financiación en los hospitales de Estados Unidos”, puedes hacer click en otra parte.
Adrianna: Sí, ellos no pretenden de que hacen otra cosa, ¿no? Son bien claros en su website. Hay una compañía que se concentra más en los trabajadores y en vez de usar este lente de “ah, son pacientes que no tienen seguro médico”, pues dicen: “Nosotros ayudamos a las compañías a que si hay un trabajador que no tiene seguro médico y que ha sufrido un accidente en el trabajo, pues podemos ayudar a las compañías a sacar a esos pacientes”.
Silvia: Esta compañía que menciona Adrianna se llama Comp-X Medical. Los contactamos para pedirles un comentario, pero al cierre de este episodio no nos habían contestado.
Eliezer: La compañía que sí respondió fue MedEscort. Su presidente, Craig Poliner, negó que ellos estén involucrados en deportaciones de inmigrantes indocumentados que no han dado su consentimiento. Dice que trabajan con hospitales en nombre de pacientes y familias para facilitar un alta segura, ya sea que la persona se vaya con un familiar o a seguir su tratamiento médico.
Silvia: Nos dijo que, de hecho, para los estándares de los hospitales, no es inusual que la estadía de los pacientes sea monitoreada y limitada. Que si el paciente solo necesita cuidados asistenciales, el hospital se ve obligado a considerar un nivel de cuidado más barato. Según Poliner, eso a veces significa que pueden irse a casa o de vuelta a su país, siempre y cuando se cumplan las pautas nacionales e internacionales. También dijo, y cito: “Hay que tener en cuenta que los hospitales, bajo la ley estadounidense, ya han cumplido con su obligación de brindar el tratamiento necesario para estabilizarlo, independientemente de su cobertura médica o su capacidad para pagar”.
Eliezer: O sea, en otras palabras, lo que está diciendo es lo mismo que señalaba
Adrianna: que lo que hacen es legal. Poliner aseguró además que los pacientes incluso pueden beneficiarse de regresar a su país de origen, que si han tenido una lesión cerebral, por ejemplo, les hace bien ver de nuevo a familiares y volver a una vida que recuerdan. Y contó que hace poco reunieron a una madre e hijo que no se veían hace 25 años. Pero hay reportes de deportaciones médicas que terminan muy diferente.
Silvia: ¿Y qué han averiguado sobre lo que le pasa a los pacientes que son deportados?
Adrianna: Nosotros no hemos tenido hasta ahora ningún paciente que lo han deportado. Con los que nosotros hemos trabajado se han quedado aquí. Pero sabemos por, pues, casos que se han reportado anteriormente en la literatura, de que cuando llegan a su país que los recibe, o se mueren cuando están siendo transportados o cuando llegan allá no tienen acceso al cuidado de salud que necesitan y entonces empeoran o terminan muriéndose.
Eliezer: Hay varios casos, como el de Quelino Ojeda, un mexicano que en 2010 tuvo un accidente en el trabajo, se quedó cuadripléjico y estuvo cuatro meses en un hospital en Chicago. No podía respirar sin asistencia. Lo deportaron, y en México llegó a un hospital que no tenía suficientes recursos para mantenerlo en su estado de salud tan delicado. Estuvo internado por más de un año hasta que falleció.
Silvia: Adrianna, ¿Qué crees que nos dice esto sobre el sistema de salud de Estados Unidos?
Adrianna: Que necesitamos mejores sistemas de salud. O sea, yo creo que esto no es un problema solamente de los inmigrantes, esto es un problema de acceso a la salud de todo el mundo. O sea, nosotros… La salud en Estados Unidos es para quien la pueda pagar y no todo el mundo puede pagarla, sea de Estados Unidos o no, o sea, sea residente o no, tengas estatus o no. No todo el mundo la puede pagar. Y entonces esto realmente es un reflejo de lo basura que es este sistema de salud.
Eliezer: El único lugar en Estados Unidos que ha logrado avanzar para proteger a las personas de este tipo de deportaciones es la ciudad de Filadelfia. El año pasado, el ayuntamiento aprobó un proyecto de ley que prohíbe las deportaciones médicas.
Adriana: La campaña de nosotros logró que la ciudad de Filadelfia pasara una ley que no permite que los hospitales coaccionen a las personas a firmar su propia deportación. Y que le den toda la información que las personas necesiten en su idioma, en el idioma que hablan, para que ellos puedan tomar la mejor decisión para sus familiares o para ellos. Esta es la única ley en Estados Unidos de ese tipo y no sabemos de ningún otro sitio que esté activamente trabajando para acabar con las deportaciones médicas.
Silvia: ¿Y en tu experiencia con esto, qué tiene que pasar para que más ciudades o estados hagan algo como lo de Filadelfia?
Adrianna: Pues las personas que viven en esos lugares tienen que hacer una campaña igual que nosotros lo hemos hecho aquí en Filadelfia, porque nosotros tenemos la experiencia y tenemos las herramientas que le podemos proveer a otros grupos, si quieren organizarse para hacer algo igual que en Filadelfia. Pero nosotros no podemos hacer ese trabajo por otras ciudades. Entonces tienen que hacer eso de ciudad en ciudad, casi como se hizo con las ciudades Santuario.
Eliezer: Las políticas varían, pero en general limitan cuánto trabajan con las autoridades federales de inmigración. Estas ciudades y estados santuario son cruciales para proteger los derechos de los migrantes.
Adrianna: Eso no es un estatuto federal, pero hay muchas ciudades que sí lo acogieron y entonces las personas tienen más opciones alrededor de Estados Unidos. Más o menos así tiene que pasar, o que se cambie la ley a nivel nacional, la ley federal, para que las personas indocumentadas puedan acceder a servicios médicos a través de Obamacare, por ejemplo, el marketplace, etcétera.
Silvia: ¿Qué consejo tienes para familias que están pasando por esta situación? ¿Qué pueden hacer?
Adrianna: Mi consejo número uno es que hablen sobre lo que está pasando. Que alerten a alguien. Por ejemplo, Virginia. Ella está en Kentucky. Nosotros estamos en Pensilvania. Pero ella nos alertó a nosotros. Y nosotros rápidamente comenzamos a buscar personas en Kentucky que pudieran ayudarla. Y ahora ella tiene un equipo en Kentucky, en Louisville, de abogados, de organizadores, de personas que la pueden apoyar. Pero si ella no nos hubiera dicho nada, nadie iba a saber.
Virginia: Por el momento hablé con la trabajadora social que me dijo que están más preocupados por la salud de mi papá.
Eliezer: De nuevo, Virginia. Le han dicho que Marvin ahora tiene neumonía. Y, según el hospital, ya no está en peligro de que lo deporten.
Virginia: Pero el hospital le está diciendo a las noticias que nunca me maltrataron con eso, que ellos me están ayudando a buscar una solución. Que no es cierto.
Silvia: Virginia tiene pruebas. Grabó un video cuando le estaban hablando sobre la posibilidad de deportar a su papá. Está en inglés…
Audio de archivo, Virginia: And then you said that my consent isn’t needed with the medical deportation part.
Audio de archivo, Trabajador del hospital: Correct.
Eliezer: Virginia le dice a un trabajador del hospital: “Tú dijiste que no se necesita mi consentimiento para la parte de la deportación médica”. Y esta persona le contesta: “Correcto”.
Silvia: Virginia no aceptó que a Marvin le hicieran una traqueotomía…
Virginia: Porque ellos me dijeron que ya cuando tuviera eso y estuviera estable mi papá, que lo iban a mandar.
Silvia: O sea, que lo iban a deportar.
Virginia: Y les dije que por el momento no, no estoy de acuerdo que le hagan eso a mi papá. Y dije eso para buscar más tiempo, para más ayuda, porque honestamente no sabía qué hacer. Estaba sola.
Eliezer: El escenario ideal para Virginia es que su papá pueda quedarse en Kentucky con su familia.
Silvia: Y dice que tiene esperanzas de que lo que le han dicho los médicos sobre Marvin, que no va a mejorar, no sea verdad.
Virginia: Que sí va a despertar. Y es lo que quiero, y que quiten el maltrato de deportación porque es una cosa inhumana que no, no es justo.
Que uno llega a este país para mejor futuro, más ayuda, porque ya ve que en el país de uno no es igual como acá. Y lo que diría a los familiares es que no hay que perder la fe. Que cuando te sientes solo, siempre hay gente que te va a ayudar, aunque estén en otro estado. Que no hay que estarse callado uno, siempre hay que responder para que vean que uno no se va a quedar callado, que ellos no pueden hacer lo que quieran con uno, que solo porque mi papá está inconsciente, ellos pueden hacer lo que quieran, que no es así, que aquí estoy para mi papá, para defenderlo y que el hospital no tenga su manera.
Eliezer: Contactamos al hospital para confirmar que Marvin no está en peligro de deportación, y para darles la oportunidad de comentar sobre el caso y lo que le dijeron a Virginia. Al cierre de este episodio, no habían contestado.
Silvia: Este episodio fue producido por mí y editado por Eliezer y el equipo de producción. Bruno Scelza hizo la verificación de datos. El diseño de sonido y la música es de Elías González.
Queremos agradecer a Julian Abraham por alertarnos sobre el caso de Marvin.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Mariana Zúñiga, Nausícaa Palomeque, Analía Llorente, Samantha Proaño, Paola Alean, Juan David Naranjo Navarro, Elsa Liliana Ulloa y Natalia Ramírez. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Studios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
El hilo es un podcast de Radio Ambulante Studios. Si valoras el periodismo independiente y riguroso sobre América Latina, hoy más que nunca te pedimos que te unas a nuestras membresías. Tu apoyo nos permitirá seguir explicando a profundidad lo que ocurre en la región. Visita elhilo.audio/donar y ayúdanos a que El hilo siga vivo cada semana. Muchas gracias.
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