Colombia
Drogas
Studio64
Bogotá
Reducción de daños
La muerte de dos jóvenes en una fiesta electrónica en Bogotá dejó en evidencia la falta de condiciones para que este tipo de eventos sean un lugar seguro, y ha vuelto a poner sobre la mesa un debate histórico: ¿cuál debería ser el enfoque de las políticas públicas en temas de drogas? Esta semana hablamos con Estefanía Villamizar, politóloga e integrante de Échele Cabeza, sobre la necesidad de contar con estrategias de reducción de daños para el consumo de sustancias en Colombia. Luego, Guillermo Garat, periodista especializado en políticas de drogas, nos cuenta sobre el testeo de sustancias como un enfoque de salud pública y por qué cuesta tanto aplicarlo en América Latina.
Créditos:
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Producción
Mariana Zúñiga, Nausícaa Palomeque -
Edición
Silvia Viñas, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
EFE/EPA / Jaime Ortega
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Audio de archivo, periodista: Las autoridades investigan la muerte de dos jóvenes luego de asistir a una rumba electrónica en Bogotá.
Audio de archivo, periodista: La rumba electrónica fue en la noche del pasado 11 de febrero en el Bar Studio 64, en la localidad de Chapinero.
Estefanía Villamizar: Había más o menos 1200 personas y el espacio estaba como hecho y para más o menos 700.
Eliezer Budasoff: Ella es Estefanía Villamizar. Politóloga e integrante de Échele Cabeza, un proyecto para la reducción de riesgos y daños en el consumo de drogas en Colombia.
Silvia Viñas: Échele Cabeza lleva más de 10 años trabajando para que los jóvenes aprendan un poco más sobre lo que consumen y puedan, así, reducir sus efectos no deseados.
Esa noche Estefanía estaba tranquila en su casa. Y ella y su equipo empezaron a recibir denuncias desde redes sociales de que había fallecido una persona en una fiesta. Luego se enteraron que eran dos.
Estefanía: Todavía creo que hay que aclarar muy bien, digamos, como cuál fue la situación alrededor de eso, pero pues lo cierto es que había pues malas condiciones en la fiesta que pudieron haber agravado como estas complicaciones derivadas del uso de sustancias.
Eliezer: En noticieros locales y en TikTok se compartieron testimonios de lo que había pasado.
Audio de archivo, testigo: Estaba demasiado, demasiado lleno.
Audio de archivo, Tiktok: Sin el mínimo vital de agua y prohibiendo a sus asistentes que rellenaran las botellas en el baño.
Audio de archivo, testigo: Casi no se podía mover. No había ventilación
Audio de archivo, Tik Tok: Hubo fallas en la logística, con el personal médico.
Eliezer: Los testigos también dijeron que no había una salida de emergencia visible. Esa noche Miguel Rodríguez y Arles Ardila, ambos de 20 años, murieron de un paro cardiorrespiratorio.
Silvia: Sus amigos le dijeron a la prensa local que la organización del evento no actuó rápido para poder atenderlos.
Estefanía: Entonces la Secretaría del Gobierno, o sea como que tomó la decisión fue más como de cerrar las fiestas en ese sentido en Bogotá después de lo que pasó y pues no era la respuesta que esperábamos. Querían tapar un poco lo que les pasó con la fiesta anterior, con su falta de diligencia ese día. Pero entonces luego tomaron el camino incorrecto.
Eliezer: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios y VICE News. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas.
Las muertes de Miguel Rodríguez y Arles Ardila en Bogotá han dejado en evidencia la falta de condiciones mínimas para que las fiestas sean un lugar seguro para los jóvenes.
Hoy, mientras los Estados siguen tratando a las drogas como un asunto criminal y se desentienden de la realidad del consumo, los usuarios quedan expuestos a sustancias adulteradas y a la falta de protocolos para reducir los riesgos a la salud.
Es 17 de marzo de 2023.
Eliezer: Después de la muerte de estos jóvenes, la alcaldía de Bogotá dijo que el bar no había solicitado los permisos para hacer el evento. Studio 64 dijo que sí cuentan con todos los permisos que exige la ley. Si bien hay testimonios de amigos cercanos que dicen que ambos jóvenes habían consumido sustancias, aún se desconocen las causas de las muertes. Y el caso está siendo revisado por las autoridades.
Eliezer: Pero esta no es la primera vez que mueren jóvenes en fiestas. Ni en Colombia, ni en América Latina. Ya sea por el consumo de sustancias, las condiciones de la fiesta o una combinación de ambas.
El año pasado, Ricardo Rojas, un chico de 26 años, murió en plena fiesta de música electrónica en Bogotá. Las condiciones del evento eran similares a las de Studio 64 – ya que los organizadores eran los mismos. No había agua. Ni tampoco ventilación.
El equipo de Échele Cabeza ha visto cómo la situación en que se desarrollan las fiestas se ha deteriorado en los últimos años. Y cree que esto se debe, en parte, a los hábitos que se crearon durante la pandemia.
Estefanía: Porque nunca se dejaron de hacer fiestas. El problema es que se hacían de manera aún más clandestina. Literalmente te invitaban a una fiesta y te soltaban la dirección una o dos horas antes de la fiesta para que tú pudieras llegar solo las personas que han comprado los boletos. Pues justamente para evitar que llegara la policía y eso era en bodegas súper lejos… Entonces, se empezó a volver eso como un poco paisaje.
Eliezer: Paisaje: Es decir, que se convirtió en lo común. Ese secretismo en torno a la fiesta hizo que las condiciones no fueran ideales. Y que los protocolos fueran casi inexistentes.
Estefanía: Y después de la pandemia algo de esas prácticas se quedaron.
Eliezer: Además, Estefanía me dijo que después de la pandemia el consumo de algunas drogas aumentó, algo que ya esperaban que sucediera.
Estefanía: Todos los jóvenes de esa generación, evidentemente lo que iban a hacer era irse de fiesta. El consumo iba a aumentar e íbamos a tener un pico, por ejemplo, como de sustancias que están muy relacionadas con este tipo de escenarios, que habían bajado mucho su consumo durante la pandemia
Eliezer: De otras, como el cannabis y los sedantes, el consumo subió durante la pandemia, pero…
Estefanía: Sustancias como el éxtasis, ¿sabes? Como el LSD, que es como más de este tipo de contextos pues según el informe que nosotros sacamos había como disminuido su consumo. Entonces, claro, sabíamos que se venía una ola de fiestas de gente muy joven que hasta ahora estaba empezando a consumir, que iba a empezar a farrear mucho.
Eliezer: En ese momento, Échele Cabeza se dio cuenta de la necesidad que tenía el país de tener protocolos serios a la hora de hacer eventos. Y por eso crearon una guía con todos los elementos que debe tener una fiesta segura.
Estefanía: En primer lugar, el tema del aforo. Yo creo que esa es una de las variables más determinantes como a la hora de hacer una fiesta. En segundo lugar, el tema del agua, como tener acceso a un mínimo vital de agua.
Eliezer: Después del incidente en Studio 64 la concejala de Bogotá — María Fernanda Rojas — denunció a través de un vídeo que muchos clubes nocturnos tienen la costumbre de cortar el suministro de agua.
Maria Fernanda Rojas: Algunas discotecas uno va a entrar a lavarse las manos y no hay agua porque cortan el suministro de agua, para que la gente que por el consumo necesita hidratarse mucho más, pues, tenga que comprar botellas carísimas.
Eliezer: Una queja común en este tipo de fiestas es que una botella de agua puede llegar a ser más cara que una de cerveza. Y es que, la cuestión del agua va más allá de la energía física que se pueda gastar en el baile; tiene que ver, particularmente, con algunas sustancias relacionadas con este tipo de fiestas, que por sus efectos elevan la temperatura corporal y también generan deshidratación.
En esta guía, Échele Cabeza también menciona la importancia de tener servicios médicos.
Estefanía: Gente preparada para atender, digamos, cualquier eventualidad. Por otro lado, el tema de la reducción de daños.
Eliezer: Es decir, que la fiesta tenga buenas prácticas orientadas a minimizar los impactos negativos del consumo de drogas. Y esto es algo que, incluso algunas autoridades, — como la concejala de Bogotá — han pedido.
Maria Fernanda Rojas: Sí queremos pedir que los organizadores de eventos den las condiciones para que la gente reduzca el riesgo y tenga la información necesaria para tomar las mejores decisiones.
Eliezer: Esta reducción de daños puede traducirse en espacios para poder descansar si alguien se está sintiendo mal. O puntos de análisis de sustancias.
Estefanía: Nosotros ofrecemos el servicio en la fiesta. Nosotros analizamos polvos, pepas y papeles.
Audio de archivo, voluntaria Échele Cabeza: Hola, ¿cómo estás? Bienvenida ¿es la primera vez que vienes a Échele Cabeza?
Audio de archivo, chica: Sí
Estefanía: La persona deja su sustancia, nosotros sacamos una muestra y a partir de unos análisis preliminares colorimétricos, lo que podemos dar o podemos decir es si hay presencia o no hay presencia de la sustancia que le dijeron. Y además una de las cosas más importantes de este servicio es la asesoría que te dan.
Eliezer: Estefanía me contó que ellos ofrecen este servicio desde hace 8 años. Y un poco nace de la necesidad de llevar el consumo de sustancias a la conversación pública, por muy complicado que eso pueda parecer en un país como Colombia.
Según, el último informe de la ONU Colombia es el país con la mayor cantidad del cultivos de coca en el mundo — con un 61%. Y…
Estefanía: más o menos el 90% de lo que llega a Estados Unidos es de Colombia.
Eliezer: Además, según Estefanía, es imposible desligar estos datos del trauma colectivo que ha significado para Colombia su largo historial con el narcotráfico.
Estefanía: Digamos, como la violencia alrededor de las guerrillas, el control de los territorios, o sea, de verdad, es algo de lo cual tenemos que hablar en este país y también, como es una de las necesidades de este tipo, no solo de proyectos, sino de apuestas para cambiar las políticas de drogas en general.
Eliezer: Los creadores de Échele Cabeza dicen que pasó de ser un proyecto centrado en informar a una iniciativa que va más allá y trabaja sobre los derechos de los consumidores.
Estefanía: Hay gente que se siente un poco también reconocida en el proyecto porque no se sienten como solos, o sea, no se sienten estigmatizados. Nosotros no, no hablamos a partir del estigma de las personas que usan drogas como que son malos, simplemente partimos de un enfoque muy claro. Es como dejar de negar la realidad. Las drogas existen, no las vamos a acabar, tenemos que lidiar con ellas ya, fin.
Eliezer: Claro, bueno, y volviendo a… hago una pregunta muy básica respecto del análisis de sustancia, ¿pero por qué es importante?
Estefanía: ¡Uf! porque es un mercado ilegal. Como es un mercado ilegal, pues no hay estándares de control de absolutamente nada.
Puede que la persona a la que siempre le hayas comprado y siempre te haya dado bien, nunca sabes cuándo le puede salir algo malo ¿sabes? Es que el análisis va muy de la mano justamente con la asesoría y con la información que a ti te dan. Es importante analizar para saber, digamos, qué vas a consumir, en qué dosis debes hacerlo, cuánto más o menos te va a durar. O sea, para evitar ese tipo de situaciones como de malos viajes o viajes difíciles, crisis psicológicas derivados del uso de sustancias, intoxicaciones, sobredosis es muy importante analizar e informarse.
Eliezer: Así como Estefanía cree que los productores de fiestas deberían ofrecer servicios para mitigar los riesgos del consumo, también cree que el consumidor se debe hacer responsable de su bienestar.
Estefanía: si tú te pasas, si no te informas lo que estás consumiendo, si no analizas, pues, o sea, tú eres el que está asumiendo el riesgo. Todo eso aquí también es una vaina de corresponsabilidad, o sea, como de cambiar un poco la cultura alrededor de los excesos. Creo que pues no sé nosotros tenemos como una forma de romantizar el exceso, que no me parece tan chévere, entonces no sé. En Colombia es como: ¡me voy a volver mierda! ¡me voy a farrear! y mejor dicho voy a quedar inconsciente. Pero eso no es lo chévere de una fiesta, lo chévere de una fiesta es pasarla bien con tus amigos. Es escuchar la música, es estar bien, es estar seguro.
Eliezer: Échele Cabeza hace alrededor de 250 pruebas al mes en clubes y festivales. Eso es una gran cantidad de sustancias por año. Lo cual les ha permitido conocer –a grandes rasgos — qué hay en la droga que circula en las calles de Colombia.
Una de las adulteraciones más comunes ocurre en las pastillas de éxtasis. Pueden contener catinonas sintéticas — que son sustitutos baratos de otros estimulantes como las anfetaminas y la cocaína.
Las catinonas sintéticas te pueden hacer sentir paranoia, alucinaciones, ataques de pánico, entre otras cosas. Síntomas que no son muy parecidos a la empatía que los consumidores buscan en el éxtasis.
Pero de todas las sustancias analizadas, Estefanía me contó que lo más extraño que encontraron fue dentro de una sustancia conocida como Tusi.
Estefanía: El Tusi, no es el 2CB como tal. El 2CB es una feniletilamina psicodélica, es una sustancia este pues que se empezó a comercializar en Europa. Pero el Tusi que nosotros conocemos es el mal llamado cocaína Rosada.
Eliezer: El verdadero 2C-B o TWO C-B — por su nombre en inglés — fue sintetizado por primera vez en los años 70 por un químico y farmacéutico en Estados Unidos. Esta sustancia tuvo su auge en los 90 en las discotecas europeas. Pero lo que se vende en Colombia no es exactamente eso, es un polvo rosado fluorescente que se inhala.
El año pasado el equipo analizó 2000 muestras de diferentes drogas. Entre ellas estaba el Tusi. Estefanía me dijo que 25 salieron con resultados muy raros. Así que decidieron investigar más a fondo.
Estefanía: Y lo mandamos a la Universidad de Caldas y allá les hicieron como unos exámenes un poco más profundos para saber exactamente que tenía. Encontramos resultados que yo estoy la verdad sin palabras, o sea, benzodiacepinas con opioides. Las benzodiacepinas son depresores del sistema nervioso central, se utilizan bastante como ansiolíticos, por ejemplo, como el clonazepam, y esas son sustancias que efectivamente no se pueden mezclar con otro tipo de depresores del sistema nervioso, como puede llegar a ser el alcohol o los opioides. Los opioides también son depresores del sistema nervioso central. Entonces en general, o sea, una recomendación muy general en este sentido es que nunca se mezclen depresores porque, o sea, porque te puede dar una presión cardiorrespiratoria y te mueres.
Eliezer: También encontraron que tenía oxicodona – un fármaco muy adictivo de la familia de los opioides. Y ketamina – que se usa como anestésico humano y veterinario.
Estefanía: Eso es una mezcla súper, súper, súper peligrosa. Entonces yo creo que eso es una de las cosas más sorprendentes que hemos visto en los últimos años.
Eliezer: Estefanía es consciente que la narrativa de la prohibición de las drogas, la cual ha venido rondando por más de cinco décadas, no es algo que va a desaparecer de la noche a la mañana. Especialmente cuando existen medios de comunicación que alimentan este relato cargado de mitos y estigmas.
Estefanía: Nosotros porque vivimos en un nicho, o sea, pero en realidad la gente ahorita que en Colombia se está debatiendo con el tema del cannabis, como la posible regulación del cannabis, todavía hay gente que de verdad cree que el cannabis es el demonio y te abre las puertas a otras drogas.
Estefanía: Nosotros sabemos que hay gente que se va a morir con las botas de la prohibición puestas. Hay gente que, con la que yo creo que ni siquiera vale la pena esa discusión. O sea, como que hay que elegir nuestras batallas. Esto va también de un cambio generacional, a eso me refiero, que cada vez como que los jóvenes un poco son más abiertos a hablar de estos temas. El mundo también está cambiando hacia otro paradigma. Entonces como que vamos avanzando, lento pero seguro.
Eliezer: Después de la pausa, el testeo de sustancias como política de salud pública y por qué cuesta tanto en América Latina.
Ya volvemos.
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Recibimos decenas de historias que son parte de nuestro episodio #149, en el que hablamos de la indolencia histórica hacia los problemas de salud de las mujeres y las múltiples formas de violencia que ejerce la medicina sobre ellas.
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Silvia: Bueno, en el primer segmento hablamos de la experiencia colombiana de Échele cabeza. ¿Esa es una experiencia aislada o hay experiencias similares de testeo en otros países de América Latina?
Guillermo: Bueno, yo diría que es la experiencia más sólida que hay en América Latina muy por lejos, y yo no sé si no es una de las más sólidas del mundo también, habría que ver, habría que comparar con el caso de España, digamos. Pero ellos además han ayudado a colectivos a testear estas sustancias de tráfico ilícito en varios países, en Ecuador, en México y en algunos otros que seguro que no conozco.
Silvia: Él es Guillermo Garat, periodista uruguayo. Desde hace 10 años, viene estudiando qué pasa en América Latina con respecto a las drogas.
Editó un libro sobre nuevas narrativas sobre drogas en la región con la Fundación Gabo. Y es autor de dos libros sobre la regulación de las drogas en Uruguay.
Guillermo dice que Échele cabeza es una experiencia aislada.
Guillermo: Porque todas estas otras que hubo en otros países de América Latina fueron discontinuadas, por distintos motivos, algunos que hicieron a las lógicas de los colectivos mismos, otros que obedecieron a problemas políticos. Y bueno, es muy dificultoso el testeo de sustancias, porque bueno, estos colectivos, que son muy frágiles, quedan siempre bajo la mira y la lupa del espectro político, de una parte de la opinión pública que sabemos que estos temas sobre drogas no son fáciles de hablar. Hay todavía mucho tabú y mucho prejuicio y preconcepto. Y lo de droga, siempre en América Latina, se enmarca en el eje de la seguridad y no de la salud pública. Entonces siempre hay un problema ahí con eso.
Silvia: O sea, el testeo de drogas, lo podemos ver como una propuesta de salud pública.
Guillermo: Sí, sin dudas. Es lo que dicen muchos de los científicos que se acercan a este mundo, que es un mundo nuevo para América Latina.
Silvia: En Uruguay, por ejemplo, este tipo de análisis de sustancias se hizo por primera vez en una fiesta electrónica en 2016.
Audio de archivo, presentador: Se analizaron 135 muestras de éxtasis, LSD, cocaína. Se busca evitar situaciones como la que ocurrió en abril en Buenos Aires donde cinco jóvenes murieron en una fiesta electrónica…
Guillermo: Y uno de los resultados fue que la Facultad de Química empezó a conocer en tiempo real porque testeaban en la fiesta, cuáles eran los alternantes de las drogas y esa información le permitió a los científicos todavía no sacar conclusiones, pero sí tener supuestos. O sea, no hay ciencia sin supuestos, no hay ciencia sin hipótesis. Entonces estamos a ese nivel.
Silvia: Además, estos testeos de sustancias en fiestas permiten que los usuarios sepan en tiempo real si lo que están consumiendo tiene o no adulteraciones. Aunque por el tipo de técnica que se usa, no les pueden decir inmediatamente con qué se cortó la droga.
Guillermo: Pero sí saber que uno compra una pastilla de MDMA y que tiene MDMA y tiene otras cosas o tiene solo MDMA, entonces eso sirve para dosificar, pero también sirve para evitar problemas.
Silvia: MDMA, también conocido como Molly, es básicamente lo que contiene una pastilla de éxtasis. En esa fiesta de 2016 en Uruguay, por ejemplo, se analizaron 100 muestras y de esas, 30 tenían adulterantes.
Guillermo: Y además estos servicios de testeo de drogas una de las cosas que hacen es como crear conciencia en los usuarios de lo que pasa, porque ¿qué es lo que ocurre? Habitualmente se vende en dosis de un gramo, por ejemplo de MDMA. Es muchísimo para el cuerpo un gramo de MDMA depende de si comiste, si no comiste, depende de tu peso, sobre todo la dosificación. Y también que no todo el mundo puede hacer estas cosas porque a veces estamos tristes, a veces estamos con problemas entonces no ayudan estas sustancias. Y creo que lo otro es bien importante y es saber qué es lo que está consumiendo la gente y cuáles son los adulterantes y cuáles son los efectos.
Silvia: En 2016 Naciones Unidas tenía identificadas más de 700 nuevas sustancias psicoactivas, que son distintos adulterantes. Y a diciembre de 2022, ya había casi 1200 sustancias en los 139 países que evalúa Naciones Unidas.
Guillermo: Esta información, que está en los laboratorios de muchos de los países que analizan sustancias, se comparte con Naciones Unidas, pero no se comparte con el público. En Uruguay tenemos uno de los sistemas de alerta temprana, no sé si diría más desarrollado, pero que sí que tiene como un trabajo multidisciplinario más interesante, y el último reporte que hay es de hace es de hace un año y tanto. Entonces no le estamos dando a los usuarios en tiempo real información sobre las composiciones químicas, sobre qué es lo que está pasando en la calle, con las pastillas sobre todo. Por ejemplo, el último alerta en Uruguay se decía que hay una pastilla de determinadas características que ha dado problemas a la salud a usuarios. Pero esa alerta ya salió cuando ya los problemas de salud habían ocurrido. Y la gente que consume estas pastillas no quiere tener un problema de salud, quiere tener una experiencia placentera.
Guillermo: Estas pastillas son muy placenteras. Tienen una sensación corporal muy importante, producen, inducen una aceptación propia y de los demás, una sustancia que es muy táctil. Es una sustancia que está muy bien valorada por los usuarios y que habitualmente es segura en el sentido de que no ocurren intoxicaciones, ¿no? Esta industria, que es una industria de una farmacología sin vigilancia digamos, de alguna manera a su manera y claramente no es la correcta ni la que debería, pero vela por los usuarios. Lo que pasa es que a veces hay adulterantes, como pasó en Argentina en el caso de la Time Warp.
Audio de archivo, testigo: Hace seis años que voy a fiestas y jamás viví eso.
Audio de archivo, entrevistadora: ¿Te diste cuenta que estaba pasando algo?
Audio de archivo, testigo: Me di cuenta en el momento en que no podía respirar. Llega un momento en el que te sofocabas. Estabas bailando y tenías la gente tan pegada que respirabas el cuerpo de la otra persona. En ese momento decidí irme.
Silvia: Murieron cinco jóvenes en esa fiesta electrónica en Buenos Aires, en 2016.
Guillermo: Y como pasa en América Latina hace 30 y pico de años. Yo me acuerdo aquí los primeros casos de intoxicación en Punta del Este, que es el balneario top, digamos de Uruguay, donde vienen muchos argentinos, brasileros, gente de la región y extra región y las muertes por esto ya vienen de los años 90, ¿no? Como cantaba Charly García Éxtasis Todo el tiempo vivo en éxtasis y eso, eso es una oda a esa droga que estuvo tan popularizada en aquel entonces. Desde aquel entonces ahora, ¿qué ha pasado? Bueno, hay muchos otros adulterantes y la información no va de la mano.
Silvia: Es decir, los usuarios no conocen exactamente con qué está cortada la sustancia que están consumiendo. Se estima que en Uruguay, por ejemplo, entre 30.000 y 40.000 personas consumen éxtasis.
Guillermo: Y yo lo que veo es que muchas veces estas personas lo toman casi como un caramelo. Y no es un caramelo. Alexander Shulgin y Ann Shulgin.
Silvia: Que fueron pioneros en los usos recreativos y terapéuticos del MDMA decían que había que tomarlo como mucho cada tres o cuatro veces por año.
Guillermo: Y muchas veces los chicos, quizás por no saber, quizás por dejarse llevar por esa sensación de bienestar, toman demasiado. Y eso también tiene repercusiones a lo largo de la vida, que todavía no están del todo claras, pero que implican disfunciones en algunos órganos del cuerpo. Y hay que cuidarlo al cuerpo.
Silvia: ¿Pero con qué lo están adulterando? ¿Qué información hay sobre lo que se está usando en América Latina para cortar las drogas?
Guillermo: Bueno, mirá, hay de todo un poco. La mayoría de los adulterantes son catinonas.
Silvia: Como escuchamos en el segmento anterior en el caso de Colombia, estos estimulantes sintéticos que pueden dar dolor de cabeza, vómitos y hasta pueden llegar a dar complicaciones cardíacas si hay una intoxicación aguda.
Guillermo: Las catinonas están asociadas a problemas cardiovasculares, problemas de memoria. Hay muchos cortes de tipo anfetamínico también. Acá, por ejemplo, hubo hace poco un caso de una pastilla que se consumió muchísimo, que tenía una carga de anfetas muy grande y la gente no dormía, pero no dormía por, por dos o tres noches ¿no? Y a veces, claro, eso se toma mucho también. Entonces al no haber una dosificación, la gente abusa y abusa también de los adulterantes, no solo del MDMA en este caso.
Silvia: También se ha encontrado aspirina, paracetamol, estimulantes, cannabinoides sintéticos, y MDA, que es un precursor del éxtasis.
Guillermo: Los efectos en general de estas sustancias están como muy por verse, aunque en las emergencias clínicas de todos los países del mundo se encuentran algunos casos que se reiteran no, pero por ejemplo, el MDA está asociado a pérdida del apetito, está asociado a presión arterial alta, a ansiedad, a vómitos, a náuseas, y más o menos esas, por supuesto que hay otras, pero más o menos esas son las consecuencias en general de los adulterantes, ¿no?
Silvia: Guillermo me dio dos ejemplos exitosos de testeo de sustancias como política de salud pública. El de Échele Cabeza en Colombia, y en España, uno que se llama Energy control.
Guillermo: que es una asociación que empezó allá en los 90 en las fiestas electrónicas y esto digamos, difundiendo información, testeando las sustancias y esto hace que el usuario también conozca cuál es, cuáles son los beneficios y por otro lado también conocer la parte que puede no estar tan buena. Uno por ejemplo, si va a una fiesta y testea y ves que lo que tenés no está bueno, lo más probable es que no lo consumas. Entonces, en España, a lo largo de tantos años, ya en unos 30 años de trabajo, sobre todo en ciudades como Barcelona, en territorios autónomos en Cataluña, ahí se ve que la prevalencia de abuso baja muchísimo. Baja muchísimo.
Guillermo: Por ejemplo, el sistema que tiene Échele Cabeza en Colombia le aporta información en tiempo real a todo, o sea al sistema de alerta temprana. Y ese sistema de alerta temprana está en coordinación con todas las puertas de emergencia del país. Eso es mucho, eso es muchísimo. Acá cuando se ingresa ahí no hay que hacer un análisis toxicológico que demora. Entonces bueno, creo que yo mencionaría a España y Colombia sin duda. No necesariamente por el Estado colombiano que ha oscilado en la política de apoyo a Échele cabeza. Y España. España, sobre todo Cataluña, ¿no?
Silvia: Pero entonces, o sea, estás dando a Colombia como un buen ejemplo. ¿Te sorprendió el caso de Bogotá, este caso reciente, donde murieron los dos jóvenes?
Guillermo: No, no, lamentablemente no me sorprende. Y cada vez que pasa así es algo muy triste porque uno va a una fiesta a pasarla bien. Nadie, nadie se va a matar a una fiesta. Y cuando uno está bajo esta o va una fiesta para buscar algo de esto, y termina muerto o termina en emergencia. La verdad son los casos muy minoritarios, muy minoritarios y también hay que decirlo, pero ocurren. Y la verdad es que, que es tristísimo y no sorprende porque pasa, pasa, pasa todos los fines de semana de intoxicaciones. Lo que pasa es que no todas llegan a este estado.
Silvia: Guillermo aconsejó no comprar estas sustancias en las fiestas, porque las que venden ahí suelen estar más adulteradas.
Guillermo: Estas sustancias no se fabrican en América Latina, por lo menos en el sur. En Uruguay, las que llegan, llegan de España, llegan de Holanda, llegan de Alemania. Estos países europeos empiezan a ser productores de estas drogas. Por ejemplo, en Uruguay se habían agarrado en 2013, 18 pastillas de éxtasis que había incautado la policía. En 2016 fue un cuarto de millón de pastillas que se incautaron de estos tres países que decía. Probablemente algunas iban en tránsito, pero habla de un volumen. También habla de que quizás la policía antes no los los detectaba, por supuesto. Pero habla de que hay un volumen y que estas drogas están viniendo de Holanda, Alemania, España. ¿Y cuáles son las drogas que vienen de Europa para América Latina? Muy probablemente las de menor calidad. ¿Y cuáles son las que se venden en la fiesta? Bueno, muy probablemente la segunda selección porque los dealers también se preocupan por ofrecer buenos productos, es generalísimo, porque necesitan su clientela. Esto es como cualquier negocio.
Silvia: El caso de los jóvenes que murieron en Bogotá a Guillermo le recordó a uno que ocurrió en una fiesta electrónica en la ciudad de Atlántida, en Uruguay, en 2018.
Audio de archivo, presentador: Una noticia que tiene que ver con la muerte de una joven de apenas 22 años por presunto consumo de drogas sintéticas.
Audio de archivo, presentador: Según dijeron a la Fiscalía los jóvenes compraron ácido y cristales dentro de la fiesta y eso fue lo que consumieron.
Guillermo: Una chica muy joven falleció en un baile que queda muy cerca de mi casa. Ella tenía una concentración en sangre de MDMA, que es el doble de lo que la literatura científica dice que es letal. Fue un caso muy triste porque era una persona muy joven. Muchos usuarios reportaban que en ese baile no había agua para hidratarse. No sé qué pasó con esa chica. Sí que sí, que no estaba deshidratada porque los análisis forense decían que la chica no estaba deshidratada. Ella murió en una sala VIP donde la entrada salía 50 $. Esa chica, por lo pronto, tuvo una altísima disponibilidad a una droga que yo no sé si conocía o no pero que tomó en una dosis, probablemente algo así como tres gramos, algo así que no es imposible de metabolizar por, por el cuerpo. Entonces, siempre que pasan estos casos hay más interrogantes que respuestas. Y en buena medida eso es por no tener medidas de salud pública preventivas. Nosotros la prevención que hacemos en drogas en nuestros países, salvo algunas muy raras excepciones, están basadas en el miedo, están basadas en la desinformación, están basadas en el prejuicio, están basadas casi todas, en la falta de evidencia científica y sobre todo en la desconexión con los usuarios.
Silvia: Guillermo dice que faltan campañas que hablen en un lenguaje que llegue a los usuarios en ocasiones oportunas, como en las fiestas.
Guillermo: No hay una preocupación que se traduzca en políticas de salud pública y no hay una preocupación que se traduzca en una política de comunicación con esta gente. Entonces, cada vez que pasa uno de estos casos yo no dejo de pensar en esas cosas y en todo lo que nos falta, en todo lo que nos falta, porque no estamos entendiendo, no estamos entendiendo. Y digo como sociedad, porque no es solo un problema de los gobiernos, es también un problema de cómo la sociedad ve estos temas.
Silvia: Guillermo ve que hay muchas desconexiones en el abordaje de las drogas. Y dice que la salud de los usuarios no debería ponerse en el ámbito de la seguridad.
Guillermo: Tenemos que poner en el ámbito de lo comunitario, de la salud, probablemente de la educación, pero la educación le pasa algo parecido, se escandaliza con esto ¿no? O sea, nosotros vivimos en un continente donde en Brasil secuestran a los usuarios de drogas y los mandan a hacer tratamientos forzados en instituciones evangélico militares, por ejemplo. Es un caso extremo, pero existe.
Silvia: O casos de niños en Quito y en Esmeraldas, en Ecuador, que hasta hace poco les revisaban las mochilas para ver si tenían drogas.
Guillermo: Para que no las distribuyeran supuestamente en colegios secundarios mientras pasaba toneladas de cocaína que se van a Europa, ¿no? Entonces tenemos una desconexión con este tema de drogas entre la realidad de la gente y del negocio, porque también uno ve quiénes están en las cárceles en América Latina y son personas desfavorecidas, con muy baja escolaridad. Mientras el negocio sigue creciendo.
Silvia: ¿Y cuáles son los riesgos de esa desconexión? ¿Porque claro, hablabas que en algunos países había políticas de reducción de daños, pero ya no hay porque, claro, depende del gobierno que esté de turno, ¿no? ¿Pero cuáles son los riesgos en general de que los gobiernos ignoren este consumo?
Guillermo: Yo creo que hay un riesgo latente para la población usuaria de drogas al ignorar el consumo por dos motivos. Uno, por los adulterantes. Pero por otro lado, la desconexión implica negarle la salud a los a los usuarios de droga de plano. Nosotros no tenemos muy desarrollados en América Latina los dispositivos de tratamiento de base comunitaria que lo que buscan es, como, por decirlo rápido, la reinserción de la persona en su medio. Y tampoco tenemos reducción de riesgos y daños que implica trabajar con usuarios en activo de drogas. La mayoría de los tratamientos en América Latina se necesita ser abstinente de la droga y muchas veces, la mayoría de las veces, la enorme mayoría de las veces, las personas van a seguir utilizando drogas.
Silvia: Además, en América Latina todavía está muy arraigada la idea de que las drogas están asociadas al delito. Y llevar adelante estas políticas de reducción de daños implica un riesgo político.
Guillermo: Porque ¿cómo le vas a dar salud a esos drogadictos que después van a ir a delinquir? Y es verdad que las visiones van cambiando, pero también es verdad que las visiones van cambiando en estamentos de la sociedad. Entonces como sociedad, no le brindamos salud a estas personas, no controlamos estas drogas, no tenemos las agallas para decir “Vamos a regular esto” y que lo venda el Estado o que lo venda alguien, que lo venda una empresa no? y que esté controlado. Y la dosis es tal y lo que podés tomar… No sé, suena medio como médico de más, pero yo no sé cuáles son las salidas, pero algo va a haber que hacer en algún momento, porque van a seguir muriendo chicos. Van a seguir muriendo chicas. Y esto no, yo estoy seguro, aunque no tengo pruebas, de que si muchos de estos chicos supieran lo que estaban haciendo o el riesgo potencial que tenía de padecer algún problema, no lo hubieran hecho.
Mariana Zúñiga: Este episodio fue producido por mí y por Nausícaa Palomeque. Lo editaron Silvia Viñas y Eliezer Budasoff. Bruno Scelza hizo el fact checking. La mezcla, el diseño de sonido y la música son Elías González.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Inés Renique, Denise Márquez, Samantha Proaño, Paola Alean, Laura Rojas Aponte, Juan David Naranjo Navarro, Elsa Liliana Ulloa y Camilo Jiménez Santofimio. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Estudios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
El hilo es un podcast de Radio Ambulante Estudios y Vice News.
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Yo soy Mariana Zúñiga. Gracias por escuchar.