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Remain in Mexico
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Moisés y Meya querían una vida más segura para su familia lejos de las pandillas, del abuso policial, de la pobreza. En marzo de 2019 migraron desde Honduras rumbo a Estados Unidos con su hija de un año y medio. Pero en México chocaron con el muro de las políticas antiinmigrantes del Gobierno de Donald Trump. Esta semana el fotoperiodista Tomás Ayuso nos cuenta su historia. Luego, la periodista Fernanda Echávarri, de Mother Jones, nos explica cuál ha sido el impacto de las políticas migratorias de los últimos cuatro años y qué se puede esperar de las promesas de Joe Biden para revertirlas.
Créditos:
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Producción
Silvia Viñas, Inés Rénique, Mariana Zúñiga -
Edición
Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Desireé Yépez -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González, Remy Lozano -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Tomás Ayuso
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Moisés: Para los jóvenes, en una zona roja significa muerte o prisión. Andás en la calle y los policías no son profesionales. Piensan que… Tú ya vives en un barrio de zona roja y ya piensan que tú eres pandillero.
Silvia Viñas: Él es Moisés, un joven hondureño de veinte años. Salió de su país con su pareja, Meya, y su hija Gimena en marzo del 2019, escapando de la falta de oportunidades, la violencia de las pandillas y el acoso de la policía.
Moisés: Muchos amigos míos están en prisión por nada y arruinaron sus vidas. Ahora son y pertenecen a estructuras, ¿me entendés? Entonces ese era mi miedo.
Eliezer: El plan de Moisés y Meya era llegar a la frontera de México con Estados Unidos y pedir asilo. Pero chocaron con el muro de políticas antiinmigrantes construido por el Gobierno de Donald Trump.
Silvia: En su primer día en la Casa Blanca, el presidente Joe Biden suspendió la política conocida como “Permanecer en México”, que había forzado a decenas de miles de solicitantes de asilo a quedarse en ese país mientras esperaban audiencias en tribunales de Estados Unidos.
Eliezer: Hoy, la historia de Moisés y Meya, y ¿qué pueden esperar los inmigrantes como ellos de este nuevo Gobierno?
Es 5 de febrero de 2021.
Tomás: Moisés es increíblemente carismático. Rápido a la hora de sus ocurrencias, su sentido de humor, su perspectiva. No se le escapa nada. Valora lo que tiene y lo que tiene bastante él es familia y amor hacia su familia.
Silvia: Él es Tomás Ayuso, un fotoperiodista hondureño. Tomás conoció a Moisés en el 2017, mientras trabajaba en un proyecto sobre el desplazamiento forzoso en Honduras.
Tomás: Desarrollamos rápidamente una amistad muy bonita. Una conexión de esas que a veces pasan.
Silvia: Cuando lo conoció, Moisés ya estaba saliendo con Meya.
Tomás: Yo diría que Meya específicamente tiene un corazón muy grande y una devoción, digamos, a sus amigos y específicamente a su mamá. Es hija de madre soltera.
Silvia: Moisés y Meya crecieron en un sector de San Pedro Sula que se llama Rivera Hernández. Ellos son de la colonia Cerrito Lindo, donde hay poco acceso a educación, a servicios de salud, y no cuentan con algunos servicios básicos.
Tomás: Hay muchos recortes de luz, hay problemas con agua, con desagües. Cuando llueve siempre se inundan, cosas de ese tipo.
Silvia: Y es una de las zonas más castigadas por la violencia. Esta es Meya:
Meya: Hay mucha extorsión, hay muchos problemas entre pandillas, con los policías. Es un lugar inseguro, pues. No puede uno salir adelante.
Silvia: Tomás me explicó que Cerrito Lindo es una colonia bastante representativa de muchas de las zonas semi-urbanizadas alrededor de San Pedro Sula.
Tomás: Son las partes que son focos rojos, son áreas disputadas entre los grupos criminales. Tanto las pandillas tradicionales digamos y grupos nuevos que son híbridos, que son mezcla de elementos más típicos con crimen organizado mexicano y cosas con silueta más propiamente hondureña.
Silvia: Y ¿qué te contaron ellos sobre cómo es crecer en este lugar y con esa violencia?
Tomás: Reconocen, que no es algo normal y que no es algo bueno. O sea, no se ha normalizado… el horror y las atrocidades los afectan.
Moisés: Y yo cuando ya iba creciendo y ya iba viendo cosas que… de miedo, ¿me entendés?
Tomás: Ellos crecen traumatizados.
Moisés: Y sabía el peligro de camino a la escuela, los enfrentamientos, balaceras ¿Me entendés? Y hay niños heridos, hasta muertos.
Tomás: Han visto muchos actos violentos. Han sido víctimas ellos de parientes o seres queridos que han sido arrebatados, ya sea por bala perdida o por un acto violento directo.
Meya: Ahí mataron a mi hermana, una menor de quince años, tenía toda una vida por vivir, se la arrebataron la vida.
Moisés: Ya en lo que iba creciendo como que me iba acostumbrando y aprendí a controlar el miedo, los nervios. Tantas cosas que miraba.
Meya: Y pues por un poquito, gracias a Dios, pues, que no me metí a ninguna pandilla ni nada.
Moisés: Y así fue mi niñez.
Silvia: Cuando tú los conociste ¿en qué momento de su vida estaban?
Tomás: Cuando yo conocí a Moisés, él estaba entre irse y no irse, porque la presión en ese momento estaba particularmente tenaz.
Silvia: Unos años antes, en el 2013, se había lanzado una estrategia de seguridad con un grupo de la policía que se llama la Policía Militar.
Audio de archivo, periodista: Una de sus cualidades eran los allanamientos y detenciones de personas consideradas peligrosas para la seguridad pública, en un país que reporta mayor cantidad de muertes que una nación en guerra.
Tomás: Entran a estas colonias como una fuerza de ocupación y toman control. Y establecen como una base de operaciones y empiezan a hostigar a cada… cada joven que ven. Y Moisés fue víctima de eso.
Moisés: Había un policía llamado Prado, asignado a la posta policial de la colonia. Me lo encontraba y muchas veces me paraba y me registraba.
Silvia: Moisés cuenta que una noche, por ejemplo, este policía lo paró, lo agarró del cuello, le pegó y le dijo que no lo quería volver a ver.
Moisés: Y que si me volvía a ver me podía matar o me podía poner droga o extorsión para que yo fuera a prisión porque ya no me quería ver.
Tomás: Lo atormentaban, atormentaban, atormentaban, acusándolo básicamente de que era, de que pertenecía a un grupo. Y eso, pues, lo tenía harto.
Moisés: Las veces que la policía me agarró y nunca me encontró nada y sólo me metían veinticuatro horas en una bartolina. Un policía me puso vendedor de droga y me manchó los antecedentes penales.
Tomás: El miedo era de que tarde o temprano iban a haber consecuencias con él, a pesar de que era, iba a ser víctima, iba a ser inocente. Pero en este país gente inocente muerta sobra.
Tomás: Entonces él estaba en una encrucijada de que estoy harto, estoy enojado. Me están acusando de algo de que no soy –pandillero– y ¿qué hago?
Silvia: Moisés al comienzo no quería migrar, porque no quería dejar solo a su familia.
Tomás: Hasta que un día viene Meya viene y le dice a Moisés que está embarazada. Ahí es el momento que las cosas cambian.
Silvia: A comienzos del 2018, por este hostigamiento de la policía, la violencia, la falta de oportunidades y ahora esta nueva responsabilidad, Moisés decidió irse a Estados Unidos. Pero solo.
Tomás: Es en el momento que decide que ya no es un chavo cualquiera, ya no como decimos acá, ya no es un güiro, ya es un hombre, es un padre de familia y con esa presión, la presión de no querer dejar huérfana a su niña, Moisés decide: “me voy a ir para salvar mi vida y a la vez poder proveer por mi nueva familia”.
Silvia: Pero Moisés no lo logró. Llegó a Estados Unidos, sí, pero lo deportaron.
Por un tiempo, Moisés, Meya y Gimena vivieron en familia en Cerrito Lindo. Pero nada había cambiado. Moisés había regresado a la misma violencia, el mismo hostigamiento de la policía. La misma falta de oportunidades…
Moisés: Y no había trabajo. Entonces pues mi otra opción era venirme otra vez, pero no dejar la fami botada.
Silvia: A comienzos del 2019 empezaron a hablar sobre irse juntos…
Moises: Sólo le dije a Meya: ¿nos vamos?
Meya: Pues me sentí nerviosa y también un poco contenta, sí.
Moisés: Y ella me dijo: “Sí, de acuerdo”. Más bien ella anteriormente ya se había querido venir conmigo, pero yo no la quería traer.
Meya: No lo pensé tanto y me decidí venirme con él. Me sentía un poco segura, pues, porque él ya había viajado y ya sabía cómo era. Pero sí, sentí nervios por la niña, más todo por la niña, que la niña estaba chiquita.
Silvia: Gimena tenía un año y medio. Era una oportunidad para darle algo que Meya siempre quiso, pero que por sus circunstancias nunca pudo tener: una buena educación.
Tomás estuvo con ellos ahí, en marzo de 2019, cuando estaban empacando las latas de leche en polvo y los pañales para Gimena… cuando se despidieron de su familia y comenzaron su viaje. Los acompañó en bus hasta Ciudad de Guatemala y allí Moisés, Meya y Gimena abordaron un bus hacia la frontera con México.
Tomás: En todo momento ellos trataron de que la niña estuviera como si nada estuviera pasando.
Meya: Todo lo que hicimos es mantenerla contenta: llevar medicina darle comida llevar su mamila para que no se sintiera ella mal, darle calor y que fuera jugando, que fuera distraída.
Silvia: Cantaban, le mostraban fotos de la familia, de sus abuelos, sus tías. Iban siguiendo la ruta que Moisés escogió, la que él conocía.
Moisés: Es complicado venir con familia. Hay que saber dónde se va a parar uno, ¿me entendés? No pararse en lugares oscuros, no meterse calles oscuras o montarrales.
Tomás: Moisés siempre estaba alerta, viendo hacia adelante, planeando cómo hacer todo, cómo moverse, predecir cuál posible problema podía existir en los próximos cinco minutos.
Silvia: Algo que fue especialmente importante una vez que llegaron a México…
Moisés: No acercarse a donde hay mucha gente siempre algo retirado. Despistando que uno va cruzando México o va subir el tren.
Tomás: Él sabía cómo maniobrar estas áreas de la ruta migratoria. Moverse en los pueblos para que no se aprovechen de ellos.
Moisés: Porque hay mucho secuestrador y ladrón.
Silvia: No fue fácil viajar con Gimena tan chiquita. Como miles de migrantes que cruzan México, tenían que tomar el tren…. La bestia.
Moises: Yo sabía el riesgo que es agarrar el tren, ¿me entendés?, con familia.
Meya: Yo soy muy nerviosa. Yo cada vez que miraba el tren me pegaba un dolor de estómago, un dolor de cabeza cuando la escuchaba pitar.
Silvia: Pero Moisés tenía una estrategia:
Tomás: Él se montaba y después con la niña y después ayudaba a Meya a subirse.
Meya: Tuve que subirme a fuerza como pude. No sé, sacar fuerza de todos lados porque uno no está ágil para eso, pues, no, no es ágil para subirse a eso y todo. Y sentí mucho miedo. Yo sentí que, ay, que me iba a quitar un pie, pues, que me iba a morir o que me iba a quedar botada porque miraba que me llevaban la niña y digo yo “ tengo que subir porque si yo me quedo aquí, la niña me la llevan y yo me quedo aquí sola.”
Silvia: Cuando era posible, trataban de tomar el tren en estaciones, o Moisés hablaba con los guardias que cuidaban el tren…
Moisés: Y pues ellos al verme así con familia y niños pequeños ¿me entendés? Ellos me decían, sí está bien. Me dejaban pasar y yo tomaba el tren parado.
Silvia: Recibieron bastante ayuda en el camino.
Tomás: Hay un dicho que se dice dentro en la comunidad migratoria, digamos, es de que “paisano ayuda a paisano; migrante ayuda a migrante”. Entonces a la niña le daban comida, le daban puestos privilegiados. Sí había un hombre sentado sobre una sección del tren que era más seguro o donde tenía más de agarrarse, se lo cedían a Meya y a la niña.
Silvia: Después de casi tres meses, en mayo de 2019, llegaron a la frontera de México con Estados Unidos. Tomás se juntó con ellos en Tijuana un día que tuvieron que ir a hacer un trámite de asilo.
Tomás: Y ellos están muy flacos, su piel muy quemada, había sido afectada por el viento de viajar sobre el tren. Piel muy seca. Estaban llenos de mordidas de insectos. Pero la niña no, porque la tapaban, la guardaban. La niña estaba más gordita. Y eso es lo que me decía a mí de que habían hecho lo que habían dicho que iban a hacer, que la niña no se iba a dar cuenta que iba a cruzar por todo México.
Moisés: ¡La barda! ¡Estamos en la barda! México, United States, amigo.
Meya: Decí “hola”, Gimena. Mirá, el mar.
Meya: El pilla muy, muy aliviada que ya había pasado todo ese camino, ese frío, esa hambre, todos los peligros, que ya por fin me iba a costar en una cama, con la ilusión de cruzar, que íbamos a cruzar inmediatamente.
Tomás: El plan era entrar como familia porque Moisés estaba amenazado fuertemente, tiene las cicatrices para demostrarlo. Y son una familia joven.
Silvia: Pero se encontraron con los efectos de una política del gobierno de Donald Trump que había empezado a comienzos del 2019: Un programa llamado Protocolo de Protección de Migrantes, más conocido como “Permanecer en México”. Bajo esta política, los solicitantes de asilo que no son mexicanos eran enviados a ciudades de México mientras esperaban sus audiencias de asilo.
En mayo del 2019, cuando Moisés y Meya llegaron a la frontera, en Tijuana se habían procesado mil trescientos casos de asilo… Pero había seis mil cuatrocientos solicitantes en una lista de espera que mantienen oficiales de migración mexicanos. Es una lista previa a pedir asilo. O sea, es para que les den un turno para poder entrar a Estados Unidos y solicitar asilo formalmente. Esas listas, que también se mantenían en otras ciudades, fueron creciendo en los meses siguientes del 2019, hasta llegar a las decenas de miles.
Tomás: Se dan cuenta de que ya no sólo es de entrar y presentarse y poder pasar como había sido en los años pasados. Hay más presencia de seguridad de los cuerpos migratorios de México cierran casi las oficinas de atención a recibir cuestiones de asilo y deciden esperar a ver qué pasa.
Silvia: Se asentaron en Mexicali, una ciudad fronteriza en el estado mexicano de Baja California.
Tomás: Moisés está preparado para todo, entonces él viaja por toda la zona y trabaja en construcción con los otros migrantes y él se empieza a integrar, digamos a la a la a la sociedad migrante que existe en la sombra de Mexicali.
Moisés: Aquí venís a competir con la miseria, no tenés familia, no tenés gente, uno tiene que adaptarse y ubicarse bien y ser realmente fuerte. Porque si uno es mente débil pues solo llorando pasaría aquí y más rápido volvería otra vez al agujero donde uno salió.
Silvia: Primero vivieron en un espacio muy chiquito. Tomás me lo describió como una caseta en un basurero municipal. Luego pudieron alquilar un apartamento, todavía pequeño, pero con mejores condiciones. Y a finales del 2019 tuvieron otro hijo….
Tomás me explicó que Moisés y Meya se chocaron contra un muro burocrático en México que no les ha permitido llegar a lo más básico en este proceso de pedir asilo: meter una solicitud en Estados Unidos.
Y en medio de todo esto, como sabemos, empezó la pandemia. Si ya era básicamente imposible obtener asilo bajo la política de permanecer en México y las listas de espera, con la pandemia Estados Unidos se cerró por completo a migrantes en su situación.
Meya: Ya migración ya no acepta a la gente, la devuelve el mismo día, la misma noche.
Moises: Con lo del asilo no sé nada desde marzo que comenzó la pandemia migración no volvió a agarrar gente, lo del asilo todo mundo perdió.
Silvia: ¿Cuáles son sus opciones ahora?
Tomás: La opción principal –o alternativas, no sé si hay opciones, no sé si tengan el lujo de tener opciones– es quedarse. Porque a pesar de todo puede trabajar Moisés, puede trabajar Meya en limpieza y hay una mejor economía y está seguro ahí Moisés.
Silvia: La otra alternativa sería volver a Honduras, claro. Pero sería volver a la violencia, al hostigamiento de la policía que los empujó a salir, entonces esa alternativa la tienen prácticamente descartada. Han pensado en la posibilidad de que Moisés cruce la frontera de forma irregular. Pero no quiere dejar sola a Meya y a los niños.
Tomás: Entonces eso nos reduce a quedarse.
Silvia: ¿Tienen cierta esperanza ellos de que las cosas pueden cambiar ahora?
Tomás: Sí. Los migrantes están pendientes de todo lo que está pasando y cuando se trata de temas de administraciones, ellos saben de que muchas de las cosas que complicaron el paso de ellos, particularmente es de gente que estába buscando asilo como Moisés y Meya, sabe que fue causado por las decisiones de un hombre y de una presidencia.
Silvia: Después de la pausa, cómo cambiaron las políticas migratorias bajo la presidencia de un hombre: Donald Trump; y qué se espera de los próximos cuatro años de Joe Biden.
Silvia: Si estás buscando nuevos podcasts en español tenemos uno para recomendarte. Se llama DianaUribe.fm. Escúchalo, son historias desde diferentes épocas y lugares del mundo contadas con un poder narrativo extraordinario. Esta es Diana…
Diana Uribe: Buenas, mi nombre es Diana Uribe. Yo tengo un podcast que cuenta historias del mundo, y me parece muy importante el trabajo que hace El hilo de contextualizar las noticias, sobre todo en una época de tanta desinformación. Si a ustedes les parecen importantes los contextos, los invito a que escuchen mi podcast, DaianaUribe.fm, donde exploro diferentes profundidades y contextos de hechos del mundo como el Brexit, como la caída de Berlin. Me pueden escuchar en cualquiera de las aplicaciones de podcast. Creo que hay una profunda afinidad entre este trabajo y lo que hacemos.
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo. La historia de Moisés y Meya es como la de miles de migrantes centroamericanos que huyen de la violencia, de las pandillas, de la brutalidad policial, de la pobreza y la falta de oportunidades. Y llegan a la frontera de México con Estados Unidos para tratar de rehacer su vida… para pedir asilo.
Fernanda: En Estados Unidos, el asilo se supone que es una protección para personas extranjeras que están o amenazadas o sufren persecución en su país por raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un grupo social en particular u opinión política.
Eliezer: Ella es Fernanda Echávarri, periodista para la revista Mother Jones. Fernanda cubre temas de inmigración y comunidades migrantes desde hace años.
Fernanda: la ley en Estados Unidos es que una persona se puede presentar con agentes migratorios, hacer entrevistas, llenar solicitudes muy largas, papeleo necesario, presentar evidencia, pasar frente a un juez en una corte inmigración. Todo esto para ver si su caso tiene suficiente mérito, digamos, bajo la ley.
Eliezer: Ya pero si alguien cumple con estos requisitos, ¿Qué tan probable es que se apruebe su solicitud de asilo?
Fernanda: En práctica, el que haya sido víctima de persecución política en tu país o por alguna otra razón, a veces no es suficiente para ganar un caso de asilo.
Eliezer: El porcentaje de casos de asilo que llegan a ser aprobados es muy bajo. Y sin un abogado, las probabilidades se reducen a la mitad.
Fernanda: Puede llegar el juez a decir en la Corte simplemente no tienes méritos, no veo aquí tu caso, se acabó, no puedes entrar al país o si ya estás en el país se te niega el asilo y tienes que buscar otra forma de cómo quedarte aquí.
Eliezer: ¿Siempre ha sido así de complicado?
Fernanda: El pedir asilo en Estados Unidos, el que te den asilo nunca ha sido un proceso fácil y nunca ha sido un proceso así como que super justo porque diferentes presidentes lo han hecho algo muy político.
Eliezer: Es decir, quién es el presidente, cuando alguien pide asilo, puede afectar los resultados de su caso. Fernanda me contó que a principio de los años 2000, por ejemplo, se negaba más o menos entre el 50% y el 60% de los casos de asilo. En 2012, bajo el Gobierno de Barack Obama, ese número llegó al punto más bajo: un 44%.
Fernanda: Pero luego se nota, cuando entra Trump a la Casa Blanca, más y más casos se niegan y se hace más y más difícil el que te otorguen asilo. En el 2019, 70% de los casos fueron negados.
Eliezer: Y es justo a principios del 2019 que los agentes fronterizos empezaron a implementar esta política de permanecer en México, como escuchamos en el primer segmento. Una política que ha hecho que decenas de miles de migrantes como Moisés y Meya tengan que quedarse esperando del otro lado de la frontera.
Fernanda: En México están sin recursos, sin ayuda, sin idea de qué es lo que va a pasar cuando vayan a corte. Y cuando ya llega su día, tres, cuatro meses después y les toca presentarse en corte en Estados Unidos hay veces que les decían, “preséntate a las cuatro de la mañana”. Entonces a media noche mamás con niños chiquitos caminando por las calles de Tijuana o de Ciudad Juárez. Los procesan por horas, lo suben a un camión, los llevan a San Diego o a El Paso, a donde los vayan a llevar, y entran a una corte donde no saben ni qué onda. Les hacen como la audiencia todos al mismo tiempo. Salen y se regresan con otro papelito que dice vuelve a regresar en tres, cuatro meses.
Fernanda: Este programa ha hecho que más de setenta mil personas fueran regresadas a México, la verdad indefinidamente… muchas veces. Yo he hablado con familias que conocí en Tijuana, por ejemplo en marzo del 2019 y ahí siguen, atorados.
Eliezer: Con la llegada de la pandemia el año pasado, Trump y su mano derecha, Stephen Miller, tomaron una decisión radical y dramática.
Fernanda: Cerrar la frontera, negar el acceso a los migrantes. Punto y se acabó.
Eliezer: Pero bajo leyes internacionales de derechos humanos, Estados Unidos tiene la responsabilidad de escuchar casos de asilo de las personas que llegan a la frontera y piden este amparo. Algo que la política de “Permanecer en México” no respetaba.
Fernanda: La pandemia les dio permiso de ignorar las leyes humanitarias y decir, OK por la infección del coronavirus para que no se contagie a la gente no pueden ni acercarse a pedir asilo.
Fernanda: La administración de Trump usa la pandemia ––no hay otra palabra más que “usan” la pandemia–– para cerrar la frontera. Pero también es importante mencionar que la frontera no está cerrada, cerrada. Si eres turista, si eres comerciante, o sea, ciudadano americano, la frontera sigue abierta. A menos que seas un inmigrante pidiendo asilo.
Eliezer: A Fernanda no le sorprende que las políticas migratorias de Trump hayan llegado hasta este punto.
Fernanda: Desde que anunció y se postuló como candidato para presidente. Desde ese momento, en el 2015, ya sabíamos a lo que iba ¿no? Ya había empezado sus ataques contra los inmigrantes diciendo que los mexicanos venimos a Estados Unidos como delincuentes, que México manda su peor gente, a violadores, lo que sea. A una semana de llegar a la Casa Blanca firma una orden ejecutiva que, entre comillas, era para proteger a la nación de terroristas extranjeros. Esta política se conoce como el “muslim ban”, porque afectó a personas de países con mayoría musulmanes. Entonces era ataque tras ataque. Se la pasó hablando de construir y reemplazar un muro fronterizo entre México y Estados Unidos y que iba a ser enorme para que no entrara nadie de los hombres malos, de la gente mala. Desde el principio empezaron sus ataques y solamente se volvieron más y más fuertes. Conforme pasaban los años.
Eliezer: Como ejemplo, Fernanda me mencionó la politica de Trump de separar a familias migrantes en la frontera.
Audio de archivo, noticiero: En las últimas horas, grabaciones de niños llorando en la frontera de Estados Unidos han recorrido el mundo.
Audio de archivo, noticiero: Voy a llamar a mi tía para que después de comer me venga a recoger. Tengo el número ya de memoria, treinta y cuatro, setenta y dos…
Audio de archivo, noticiero: Continuamos con la terrible situación que enfrentan más de quinientos niños migrantes en suelo Estadounidense.
Audio de archivo, noticiero: El gobierno de Estados Unidos admitió que los niños migrantes que fueron separados de sus padres en la frontera sur con México sufrieron problemas psicológicos.
Eliezer: Todavía hay cientos de familias esperando ser reunificadas.
Fernanda también me recordó los esfuerzos de Trump para acabar con el programa DACA, del cual hemos hablado antes aquí en El hilo.
Fernanda: Este programa que protege a más de setecientos mil dreamers, como se les conoce acá, las personas que fueron traídas a Estados Unidos siendo menores de edad.
Eliezer: Y bajo el gobierno de Trump, el número de refugiados que aceptó Estados Unidos bajó a cifras históricas.
Fernanda: Cuando Trump llegó a la Casa Blanca estaba a ochenta y cinco mil el número de refugiados cuando se fue la dejó a dieciocho mil.
Eliezer: ¿Tú crees que estas modificaciones que él fue implementando tendrán un efecto a largo plazo sobre el sistema de inmigración de Estados Unidos?
Fernanda: Yo creo que sí, y yo creo que es no nada más en el sistema de inmigración, sino en la vida de millones de personas. Y no, no estoy exagerando. Millones de personas en Estados Unidos indocumentadas en este país que vivieron con una ansiedad enorme.
Eliezer: Una ansiedad que no se va inmediatamente con la llegada del presidente Joe Biden. Especialmente para los niños que fueron separados de sus padres en la frontera.
Fernanda: Con la regla de separar familias, el daño físico y emocional que sufrieron, que sufrieron y que siguen sufriendo los padres y los hijos separados, va a tardar mucho en repararse, si es que se repara. Todos estos son ejemplos de cómo una orden ejecutiva, un cambio escrito en un memo o en un mail, lo que quieras, de la Casa Blanca tiene consecuencias irreparables…
Eliezer: Que durarán más allá de los cuatro años de la presidencia Trump. A pesar de esto, Fernanda me cuenta que sí hay algo prometedor para el presidente Biden… Y es que mucho de lo que implementó Trump no fue permanente, sino que fue implementado a través de órdenes ejecutivas.
Fernanda: Todas estas órdenes ejecutivas, muchas de las cosas que hizo Trump, como no pasan por el Congreso y no se convierten en leyes, es más fácil que el próximo presidente llegue y las cambie.
Eliezer: Y eso es lo que ha prometido hacer Biden. Revertir las políticas migratorias de Trump.
Fernanda: Y la verdad es que Trump le dejó un nudo como súper enredado. Entonces Biden tiene que deshacer ese nudo mientras hace otros cambios. No va a ser fácil.
Eliezer: Una de las primeras cosas que hizo Biden –en su primer día– fue detener la inscripción de nuevos migrantes al programa Permanecer en México. O sea, que las personas que lleguen a pedir asilo a Estados Unidos ya no tendrán que ser mandados de vuelta a México mientras esperan su audiencia. Pero, según Fernanda, todavía no queda claro exactamente qué pasará con los que ya están en el programa.
Y esto no es lo único que ha hecho Biden relacionado con políticas de inmigración…
Fernanda: Por lo que vimos en la primera semana de su presidencia después de la pandemia, inmigración fue la prioridad obvia, en sus primeros días como presidente. Ya firmó órdenes ejecutivas con las que terminó con el Muslim Ban, puso un alto a la construcción de más muros y rejas en la frontera, dijo que DACA está, digamos, intocable por ahora y que los Dreamers tienen protección. También mandó un directivo congelando las deportaciones por cien días, aquí en el país. No todas las deportaciones, pero la mayoría. Entonces ya estamos viendo que está haciendo lo que él puede hacer por medio del Poder Ejecutivo, que es de la manera en la que Trump hizo muchas de estas cosas, ¿no?
Eliezer: Además de estas órdenes ejecutivas, Biden tiene un plan para reformar todo el sistema migratorio… y eso necesitaría la aprobación del congreso.
Fernanda: Esta sería la manera de hacer reforma migratoria permanente. De hacer legislación y leyes que cambien el sistema migratorio. Lo que propone Biden es abrir un camino para que más de once millones de personas indocumentadas que ya viven aquí puedan solicitar residencia permanente y después ciudadanía. Es importante mencionar que esta oportunidad tendrá restricciones y sólo estará disponible para personas que ya estaban en Estados Unidos antes del primero de enero. Esta propuesta les daría Green Cards, digamos, como residencia permanente, automáticamente a las personas que tienen DACA, que son setecientos mil más o menos, y a las personas que tienen TPS que es un estatus temporal de protección y también les daría Green Cards automáticamente a algunos trabajadores agrícolas.
Eliezer: Como parte de su plan, Biden también haría cambios al proceso de asilo. Además de acabar con el programa “Permanecer en México”, quiere poner fin al caos que se ha creado en la frontera. Ha prometido invertir los recursos necesarios para garantizar que las solicitudes de asilo puedan procesarse de manera justa y eficiente.
Fernanda: Subiría el número de refugiados que acepta el país cada año. Dijimos hace rato que Trump lo bajó a dieciocho mil. Biden quiere subir de nuevo a ciento veinticinco mil. En Centroamérica, este plan propone mandar más ayuda económica para ayudar a estabilizar esos países con la idea de que la gente no tenga que salir de sus países. Propone también el restablecer un programa que Obama intentó pero no funcionó muy bien para que los menores de edad en Centroamérica, en vez de irse solos hasta Estados Unidos, puedan solicitar refugio en sus países para reunirse con sus padres en vez de salir de Centroamérica. Y otra cosa que, aunque parezca algo mínimo: en esta propuesta, manda un mensaje muy grande al proponer quitar la palabra alien o extranjero, digamos, de los documentos migratorios.
Eliezer: La palabra “alien” o “extranjero”, como me dijo Fernanda, ha sido denunciada por su connotación ofensiva y hasta deshumanizante. Biden propone reemplazar la palabra con el término “no-ciudadano”.
Fernanda: Aunque sea simbólico. Nos da un poquito de idea de qué tan diferente va a ser lidiar con inmigración, con un gobierno de Biden a con un gobierno de Trump.
Eliezer: Algunas de las reformas que cuentas son super ambiciosas, y lo que yo me pregunto es, ¿cuáles van a ser los retos principales, crees tú, para poder implementar algunas de estas reformas? ¿No?
Fernanda: Los retos, yo creo, van a llegar de varios lados. El primero es el Congreso. Como esto va a ser ley y tiene que pasarse por el Congreso, va a ser, va a ser difícil, porque aunque el partido de Biden, que son los demócratas, técnicamente tienen la mayoría en el Senado y en la Cámara de Diputados.
Eliezer: Es un congreso extremadamente dividido. Aunque en la Cámara de Representantes los Demócratas tienen una mayoría clara, en el Senado hay cincuenta Republicanos y cincuenta Demócratas. Y, para aprobar una ley como la reforma de Biden, los Demócratas necesitan sesenta votos, lo que significa que deben conseguir el apoyo de por lo menos diez Senadores Republicanos.
Fernanda: Los republicanos, quienes en el 2013 apoyaban cambios para reformar el sistema migratorio, hoy en día ya no. Va a estar difícil que pase de la manera en la que está ahorita esta propuesta, que pase y que los Republicanos digan, “OK, sí, me parece perfecto”.
Eliezer: Efectivamente, ya hay quienes han desafiado el mandato de Biden.
Fernanda: En la primera semana de Biden, cuando dicen vamos a congelar las deportaciones por cien días hasta que como que veamos cuáles van a ser las prioridades, un juez en la corte de Texas bloqueó eso y dijo no, no pueden poner pausa en las deportaciones. Entonces, esto puede pasar en otros estados, puede pasar con otros jueces. No va a ser fácil para Biden pero tampoco va a ser imposible porque igual como Trump hizo muchos cambios usando su autoridad como presidente, Biden también lo puede hacer.
Eliezer: Fernanda, ¿tú crees que el gobierno de Biden logre hacer los cambios necesarios para que jóvenes en situaciones como Moisés y Meya puedan recibir asilo en Estados Unidos?
Fernanda: Pues yo diría que en un mundo perfecto, los cambios que hace Biden –cambios que se pueden hacer hoy en día, hay cambios que van a tardar más tiempo– deberían de volver a darles oportunidades a jóvenes como ellos, de tener la oportunidad de, de empezar un proceso justo, de darse su chance a ver cómo les va con el juez a que de veras se les dé una oportunidad, no nada más de la boca para afuera, como decimos en México, sino una oportunidad bien, ¿no? donde el sistema trabaje para veras ver qué mérito tiene su caso y qué tipo de protecciones se les deben a ellos por leyes humanitarias.
Eliezer: Fernanda, muchas gracias.
Fernanda: Gracias a ustedes.
Eliezer: Esta semana el Congreso confirmó como secretario del Departamento de Seguridad Nacional a Alejandro Mayorkas. Es el primer latino e inmigrante en dirigir esta agencia. El presidente Biden también anunció un equipo de trabajo que se dedicará a reunificar a familias separadas en la frontera.
En El hilo somos Daniel Alarcón, Álvaro Céspedes, Mariana Zúñiga, Elías González, Desirée Yépez, Inés Rénique, Paola Alean, Miranda Mazariegos y Carolina Guerrero. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki. Parte de la música de este episodio fue compuesta por Remy Lozano.
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