Varios gobiernos de América Latina han lanzado aplicaciones que prometen ayudar a prevenir contagios del coronavirus. Pero, ¿qué tan efectivas y seguras son?
En el episodio de hoy vamos primero a Corea del Sur, donde Andrés Sánchez Braun, corresponsal de EFE, nos cuenta cómo funciona realmente el ejemplo que todos mencionan. Luego hablamos con Carolina Botero, directora de la Fundación Karisma en Colombia, donde ciudadanos y organizaciones están cuestionando apps y plataformas que piden datos personales y detectan la ubicación de sus usuarios. Finalmente, la periodista española Marta Peirano explica cuáles son los riesgos de que nuestra información personal se recopile sin que sepamos cómo —ni hasta cuándo— va a ser utilizada.
Varios gobiernos de América Latina han lanzado aplicaciones que prometen ayudar a prevenir contagios del coronavirus. Pero, ¿qué tan efectivas y seguras son?
En el episodio de hoy vamos primero a Corea del Sur, donde Andrés Sánchez Braun, corresponsal de EFE, nos cuenta cómo funciona realmente el ejemplo que todos mencionan. Luego hablamos con Carolina Botero, directora de la Fundación Karisma en Colombia, donde ciudadanos y organizaciones están cuestionando apps y plataformas que piden datos personales y detectan la ubicación de sus usuarios. Finalmente, la periodista española Marta Peirano explica cuáles son los riesgos de que nuestra información personal se recopile sin que sepamos cómo —ni hasta cuándo— va a ser utilizada.
Créditos:
-
Producción
Silvia Viñas, Álvaro Céspedes -
Edición
Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Andrea López-Cruzado, José Luis Peñarredonda -
Diseño de sonido
Elías González -
Pasante de producción
Inés Rénique -
Fotografía
Laura Rojas Aponte
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Silvia: Bienvenidos a El Hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Silvia Viñas
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff.
Eliezer: México, Argentina, Colombia, Uruguay y otros países de la región han lanzado aplicaciones y plataformas digitales que prometen ayudar a prevenir contagios del nuevo coronavirus.
Silvia: Pero hay muchas dudas sobre qué pasa con los datos que los gobiernos están recolectando de sus ciudadanos… sobre qué tan efectivas son estas aplicaciones, especialmente en países que no tienen la capacidad de hacer pruebas y tratar a las personas que estas tecnologías marcan como posibles contagiados.
Hoy, ¿por qué debería preocuparnos que nuestros gobiernos usen aplicaciones para tratar de enfrentar la pandemia?
Es 12 de junio, 2020
Audio de archivo, noticero: El gobierno surcoreano está utilizando una aplicación para frenar la expansión del coronavirus y ya está dando frutos.
Audio de archivo, noticero: En uno de los países más avanzados en términos de innovación y tecnología, numerosos programadores diseñaron aplicaciones como Corona100m o CoronaMap, servicios que permiten, entre otras funciones, saber cuán cerca están los usuarios de los pacientes que portan el virus.
Silvia: Desde temprano en esta pandemia, Corea del Sur se ha visto como un caso de éxito, donde el uso de tecnología, combinado con su experiencia previa con otras epidemias, ha logrado que la curva de contagios se aplanara rápidamente.
Veamos en específico su uso de apps, algo que se ha reportado mucho en los medios como un elemento fundamental para su éxito.
Andrés Sánchez Braun: Bueno, en primer lugar existen dos apps, en realidad. Esas apps en realidad no sirven para hacer un rastreo de contagios, como muchas veces la gente cree.
Silvia: Él es Andrés Sánchez Braun, corresponsal de EFE para la península de Corea desde el 2017. Y cuando dice que existen dos apps, se está refiriendo a aplicaciones oficiales, del gobierno. Hay otras, como las que escuchamos hace un ratito, que han lanzado estudiantes universitarios, startups o desarrolladores, usando datos públicos.
Pero hoy vamos a concentrarnos en las oficiales: una la gestiona el Ministerio de Salud y Bienestar, y la otra el Ministerio del Interior y Seguridad. En la del Ministerio de Salud hay un formulario para mandar reportes diarios.
Andrés: Te insta a tomarte la fiebre, entonces “tiene usted más de treinta y siete con cinco grados, etcétera, etcétera. Tiene tos, tiene lo que sea”, ¿no?
Silvia: Es la aplicación que se usa cuando la gente entra al país. Hay que recordar que Corea del Sur, aunque ha puesto algunos límites para disminuir el flujo de personas, no ha cerrado sus fronteras.
Andrés: Si el cuestionario no se enviaba, entonces un funcionario del Ministerio de Salud llamaba por teléfono para consultar estos síntomas, ¿no?
Silvia: ¿Y el cuestionario solo pregunta por eso? ¿la temperatura? o ¿qué otros datos te pide?
Andrés: Temperatura, básicamente síntomas. Es una app muy sencilla. Como puedes ver, no es en realidad nada muy sofisticado.
Silvia: OK, y la otra, la que gestiona el Ministerio del Interior y Seguridad, va un paso más allá: también tiene un cuestionario sobre síntomas, pero además usa GPS para controlar que las personas que entran al país o han estado en contacto directo con casos positivos cumplan las cuarentenas.
Andrés: Esta va conectada con un funcionario del Ministerio del Interior y por ejemplo, alertaba si la persona que debía permanecer en aislamiento abandonaba su hogar o no. ¿Qué pasa? Que también mucha gente descubrió que era tan fácil como dejar el teléfono en la casa e ir a pasear a un parque, ¿no?
Silvia: Cuando el gobierno se dio cuenta que la gente estaba haciendo esto, empezaron a implementar unas pulseras para los infractores.
Andrés: Eso serían las dos apps que existen acá.
Silvia: Entonces, ¿cómo rastrean los casos en Corea? Bueno, Andrés me explicó que su metodología tiene origen en la epidemia que sufrió el país en el 2015 de MERS, Síndrome Respiratorio de Oriente Medio.
Andrés: La respuesta de las autoridades fue muy criticada. Las autoridades no difundieron mucha información para no generar pánico. Y bueno, resultó en una falta de comunicación entre hospitales, personal de rastreo epidemiológico, etcétera. De manera que las autoridades tomaron nota muy bien y legislaron al respecto.
Silvia: Ya existía una ley para control y prevención de enfermedades infecciosas, pero después de MERS, se cambió, para permitir que el Estado pueda recopilar información personal de personas infectadas o potenciales casos, sin pedir autorización. Fue un cambio importante.
Entonces, en esta pandemia, así funciona el rastreo de contactos, o contact tracing en Corea, a grandes rasgos:
Cuando el Estado detecta un caso positivo, además de entrevistar a la persona para recopilar información sobre dónde estuvo, con quién, con quién vive, etcétera…
Andrés: Esa información se completa, además, utilizando, eh, básicamente tres tipos de información de datos. Una es, eh, el pago con tarjetas de crédito o de débito.
Silvia: Andrés me explicó que en Corea del Sur prácticamente no se usa el efectivo, entonces, como en todos lados, cuando usas tu tarjeta vas dejando un rastro de tus movimientos.
Andrés: El otro, incluso más efectivo es: los datos GPS del teléfono, con eso uno va dejando también un rastro geográfico de por dónde se ha ido moviendo.
Silvia: Y luego está el tercer tipo de información: cámaras de circuito cerrado, o CCTV, en inglés.
Andrés: ¿Para qué sirven esas imágenes del CCTV? Para saber si la persona llevaba máscara, mascarilla, o no, cubrebocas, ¿no? Lo cual, obviamente da una idea del peligro que ha podido provocar que alguien visite, pues por ejemplo, un establecimiento cerrado sin usar el tapabocas o la mascarilla.
Silvia: Y vale la pena reiterar: toda esta información se recoge sin que ninguna entidad del gobierno tenga que pedirte permiso.
Las autoridades comparten la información para que la gente sepa si pudo estar en contacto con alguien contagiado. Esa información incluye el origen y los rastros de infección y la edad, sexo y barrio del infectado. Esos datos, por ley, se destruyen cuando pierden su utilidad epidemiológica.
Andrés me mostró las alertas que llegan a su celular, que si abres, te llevan a la página web de cada municipio donde te dan toda esa información.
Andrés: Usando Big Data compilan todos los números de teléfono que coincidieron en el tiempo y en el espacio con esa persona infectada.
Silvia: Entonces cada vez que vas a una zona diferente, te empiezan a llegar notificaciones de casos de ahí. El día que hablamos, ya a las 5 de la tarde de Andrés, le habían llegado tres: uno del distrito donde vive su novia y dos del distrito donde trabaja él.
Todo esto puede sonar un poco perturbador.
Andrés: Pero bueno, en este caso creo que la gente aceptó un poco el problema que planteó el MERS y dijo: bueno, si hay que darle nuestros datos al Estado con tal de, de salvar vidas y de evitar una crisis que además económicamente nos va a dañar, pues bueno, e tomó esa decisión y creo que ha sido la acertada.
Silvia: Hay que anotar que las aplicaciones y todo este sistema de rastreo de contagios en Corea va acompañado por campañas masivas de testeo y capacidad para tratar a los infectados.
Pero ¿qué pasa en nuestra región?, donde no tenemos la misma experiencia con brotes o epidemias, ni los mismos niveles de conectividad… ni la misma capacidad de testeo y tratamiento. Como mencionamos al principio, ya hay muchas aplicaciones en diferentes países de Latinoamérica, pero hay un país donde han estado causando bastante discusión, y preocupación.
Audio de archivo, noticero: El Gobierno Nacional presentó ayer la aplicación que permitirá conocer la evolución del coronavirus en el país, CoronApp Colombia.
Audio de archivo, comercial: Con CoronApp Colombia juntos actuamos frente al coronavirus, descargala, con tu autodiagnóstico y el de tu familia es posible localizar focos de contagio y mantenerte informado.
Carolina Botero: CoronApp apareció en marzo, desde el momento en el que, digamos, había una mayor conciencia de que se venía lo que se nos venía.
Silvia: Ella es Carolina Botero. Es la directora de la Fundación Karisma, una organización civil que promueve los derechos humanos en el mundo digital.
Carolina: Buscamos impactar políticas públicas donde está la tecnología, cómo pensar en, en cómo poner en el centro a las personas y no a la tecnología.
Silvia: En Karisma, han estado investigando CoronApp y otras aplicaciones y plataformas locales que hay en Cali, Medellín y Bogotá. Hay mucho que explorar sobre lo que están haciendo estas ciudades, pero hoy vamos a concentrarnos mayormente en la aplicación nacional: CoronApp.
Carolina: Una de las cosas que pasa es que no tenemos bien claro qué es lo que es, entonces yo te digo lo que nosotros hemos investigado que es, porque no hay ningún documento oficial que explique lo que es CoronApp.
Silvia: Más allá de alguna mención aislada en otros documentos, la falta de transparencia en general sobre esta aplicación es algo que Carolina recalcó varias veces cuando hablamos, y que veremos más adelante. Pero volvamos a marzo, cuando salió la aplicación.
Audio de archivo, Iván Duque: Hoy llegamos a la conclusión de que es fundamental que mañana a primera hora esté disponible la aplicación que tendremos tanto para los dispositivos con Android como los que utilizan iOS.
Silvia: Ese es el presidente colombiano Iván Duque, el 7 de marzo. Está anunciando el lanzamiento de la app. En ese entonces, se acababa de confirmar el primer caso de coronavirus en Colombia.
Carolina: El Gobierno anunció que íbamos a tener una app y que afortunadamente para nosotros ya teníamos una app de Salud en el país, del gobierno, con lo cual tan solo iba a ser hacerle unos ajustes.
Silvia: Esa app que ya existía se llamaba Guardianes de la Salud. Se había lanzado en Brasil en el 2016 para los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, y en el 2017 el gobierno de ese país se la donó a Colombia para la visita del Papa Francisco. Servía para reportar el estado de salud del usuario o de un familiar, daba información y teléfonos útiles, y te ayudaba a encontrar farmacias o centros médicos cercanos. Entonces, eso era, básicamente, CoronApp cuando se lanzó en marzo.
Carolina: La app era muy mala, no funcionaba bien, sólo servía para Android. Eh, se caía cada dos por tres, etcétera.
Silvia: Android es el sistema operativo para celulares de Google. Pero una semana después se lanzó una versión para iOS, el sistema operativo del iPhone y el iPad. Y a principios de abril, el alto consejero presidencial económico y de transformación digital de Colombia
Carolina: Había publicado en Twitter un una especie de tabla de comparación en la que comparaban las apps en Corea, en Singapur, en Estados Unidos, qué funcionalidades tenía cada app y cómo Coronapp las iba a tener todas.
Silvia: O casi todas…
Silvia: Cuéntame un poquito sobre cómo se promocionó el app al comienzo, ¿qué decían?
Carolina: Que iba a salvar vidas, que todos teníamos que descargarlo porque esto era supremamente importante y se dio la escalada, pero luego fue mucho más agresivo.
Silvia: Pusieron incentivos, como que te regalan un gigabyte de datos y 100 mensajes si eres un usuario prepago y descargas la aplicación. El gobierno también dice que es una aplicación que no consume datos móviles.
Le pedí a Carolina que me diera un repaso.
Silvia: Cuando la descargas, te pide permiso para determinar tu ubicación, como muchas apps. Pero también otros permisos… Según un reporte de la Fundación Karisma de mediados de abril, dependiendo de la versión, Coronapp pedía hasta 19 permisos, la mayoría no explícitamente. Carolina me explicó que eso se ha ido moderando. Pero también, durante el registro, pide tu nombre y número de cédula.
Carolina: Hay un formulario donde te piden datos de salud, donde te piden información sobre… personal, sobre ti y sobre tu núcleo familiar con el que vives.
Silvia: Te pide contestar varias preguntas, como si tienes fiebre, tos o congestión nasal, si has estado en contacto con alguien con síntomas, o si has viajado o eres trabajador de la salud.
Silvia: ¿Y saben qué hacen con los datos que te piden?
Carolina: El Instituto Nacional de Salud, que es el que tiene los datos, es lo que nos han insistido, que son los únicos que tienen los datos, reporta esos posibles pacientes con COVID a las secretarías locales y las secretarías son las que deben hacer el seguimiento.
Silvia: Los datos también van a las bases de datos del Instituto Nacional de Salud, donde se le hace seguimiento al contagio.
Carolina me explicó que la app también incluye información y recomendaciones sobre el coronavirus. La expectativa cuando la descargas, das tus datos y pones tus síntomas, es que alguien te va a contactar si ven que puedes ser un posible infectado. Pero en la práctica no siempre ha sido así.
Carolina: Poco a poco la app ha subido de, de valoración, pero las, las evaluaciones iniciales en las app en las tiendas de aplicaciones eran malísimas porque la gente se quejaba. Yo he reportado, he dicho, nadie me llama, no me contactan. Se generaba una expectativa que aparentemente no siempre se cumplía. Y esto, nosotros estuvimos investigando, y tiene que ver con que el aplicativo tiene que estar conectado con el plan epidemiológico.
Silvia: O sea, cómo el gobierno planea responder a la pandemia. El proceso que van a seguir desde que saben que una persona tiene síntomas, y qué se hace después. Y en Colombia, ese plan epidemiológico se publicó a comienzos de mayo, casi dos meses después de que se lanzara la app. Y en ese documento CoronApp aparece casi al final, y tampoco es un eje central del plan.
Si bien se puede descargar a nivel nacional, el uso que cada municipio le da a la aplicación depende de cada localidad.
Carolina: Eso genera una importante diferencia frente a la expectativa, porque, es decir, es muy probable que en Bogotá, en Medellín, esa articulación se haga. Pero si yo vivo en un pequeño pueblo de Colombia donde no hay esa capacidad, pues no va a suceder.
Silvia: Hasta acá, todo esto tiene que ver con el registro de datos personales y síntomas. Pero CoronApp tiene otras funciones. Una es la de “pasaporte de movilidad”, donde puedes declarar que no tienes síntomas y que estás cubierto por alguna excepción para poder salir. La app genera un código QR que las autoridades pueden consultar, y si en ese código sale que no tienes autorización para estar afuera, te pueden multar por poco menos de 260 dólares.
Pero hay más. CoronApp también hace un rastreo digital de contactos con gente contagiada o potencialmente contagiada. Es decir, la aplicación detecta los lugares donde has estado, y con quién, y le reporta esa información al Instituto Nacional de Salud. La idea, claro, es usar esta información para tomar medidas de prevención. Sin embargo, esta es una de las funciones que más polémica ha generado.
Victor Muñoz: Y esto es muy importante: Le estamos pidiendo a los colombianos que activen el Bluetooth para que cuando descarguen la aplicación móvil podamos tener un proceso de control y acompañamiento ciudadano para que compartan su ubicación…
Silvia: Este es Víctor Muñoz, el alto consejero que mencionó Carolina, el que había tuiteado esa lista comparativa entre diferentes apps. Y durante un Facebook Live a finales de marzo está pidiéndole a los colombianos que activen el Bluetooth de su celular cuando bajen la aplicación para que lleguen datos al Instituto Nacional de Salud.
Pero hay varios problemas con este rastreo digital según lo que me contó Carolina y lo que han investigado en la Fundación Karisma. Primero, que el Bluetooth en realidad no es muy confiable.
Carolina: El Bluetooth busca identificar los aparatos que estuvieron cerca para después poder desbaratar esa cadena y decir: estas son las personas que pudieron estar en contacto contigo, que pudieron contagiarse.
Silvia: Y como vimos en el caso de Corea, uno no siempre está con el celular encima. Si saliste a recoger un pedido a la esquina sin tu celular, estuviste en contacto con personas que el Bluetooth seguramente no detectó. Además el Bluetooth traspasa las paredes.
Carolina: Entonces es probable que mi vecino tenga síntomas de COVID, o sea dado positivo, pero nunca haya estado en contacto conmigo porque siempre ha habido una pared entre nosotros dos.
Silvia: Entonces puede dar falsos positivos, o negativos.
Pero la app también usa el GPS del teléfono para saber tu ubicación. Según los términos y condiciones, esa información se usa para identificar o hacer seguimiento de personas posiblemente infectadas, o de cadenas de contagio . Además, dice que no recopila esta información al menos que lo decida el usuario, o sea que le dé permiso. El consejero Muñoz ha dicho varias veces que esos datos y esa información solo los pueden usar las autoridades sanitarias, y solo pueden hacerlo para combatir la pandemia.
Carolina: Si las autoridades van a usar GPS, lo que quieren es también hacer revisión de cuarentena. Y lo que se sabe en el mundo, en países democráticos es que los datos de salud no deben ser mezclados con los datos de policía. El que debe controlar los datos de salud, es el sistema de salud. Y por eso se dice también que esta tecnología puede pasar de ser una tecnología de vigilancia de la enfermedad y convertirse en una tecnología de vigilancia de las personas, en donde la forma para tratar de evitar el contagio, es policiva. Es cercar el barrio y decir que de aquí no salen porque ustedes están todos contagiados, contagiense ustedes y no me salgan a contagiar al resto. Y se convierta en una estrategia que es otra, que es súper peligrosa.
Silvia: Para Carolina, la falta de transparencia es un problema central.
Carolina: Uno lo que esperaría es que el Gobierno sea transparente y publique: esta aplicación hace esto, con estos datos vamos a hacer esto. Es más, hemos contactado a tantas personas.
Silvia: Según datos del Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, la aplicación tiene más de 9 millones de descargas. De esas, unos 5 millones son usuarios activos. Hay que ver cuántos la seguirán usando en los próximos meses. Y es tan nueva, se lanzó tan rápido, que no hay claridad sobre qué tan efectiva ha sido para contener el contagio.
Carolina: Pareciera que la app está en prueba. La gente está haciendo uso de una cosa que está en ensayo y no sabe que está en ensayo.
Me parece que el país está subestimando el nivel de madurez de las personas en el uso de tecnología, de determinadas personas. Es decir, han salido a decir que porque si tú le das tus datos a Google y a Facebook, ¿por qué no dárselos al gobierno? cuando hay aquí, detrás de esto sí hay buenas intenciones, en cambio en el otro es un negocio. Y yo creo que esa es una cosa muy facilista que se les va a devolver, porque al mismo tiempo me parece que no es lo mismo hablarle a la ciudadanía de hace cinco años, que no tenía ni idea cuáles eran los datos que entregaba y el nivel de exposición que había con los datos, a la de hoy.
Silvia: Una ciudadanía que sabe que Google y Facebook tiene un montón de datos suyos, que recuerda el escándalo de Cambridge Analytica. La semana pasada, por ejemplo, pasó esto en Bogotá:
Audio de archivo, noticero: El registro de los habitantes de Bogotá, en una aplicación que fue creada como medio de control para la lucha contra el COVID 19, generó una gran polémica.
Audio de archivo, noticero: Pedía información sensible de los ciudadanos sobre todo sus direcciones, lugares y horas de trayecto. Pero adicionalmente, cuando usted bajaba la aplicación a su celular le pedía acceso a sus fotografías e incluso a sus contactos. El tema fue duramente criticado
Audio de archivo, noticero: Al punto que obligó a la Alcaldía a cambiar esa decisión.
Audio de archivo, noticero: Lo que quiere decir que a partir de este momento, esto ya no será obligatorio.
Silvia: Para Carolina, además del problema de transparencia, CoronApp y otras aplicaciones locales, como la de Bogotá, ni siquiera toma en cuenta que solo poco más de la mitad de la población cuenta con telefonía móvil, es decir, que tiene la habilidad de usar aplicaciones.
Carolina: Tenemos un gobierno que no nos ha contado la historia, que no nos explica ni para qué, ni cómo, ni por qué, ni cómo evita la discriminación. Porque a mí al final me termina sonando a que estamos creando como canales especiales para los que tienen tecnología. Y yo me sigo preguntando: y eso mismo para los que no tienen tecnología, ¿cómo funciona?
Silvia: Carolina menciona que en otros países, aplicaciones similares para esta pandemia han pasado por el parlamento, por fases piloto, se han hecho auditorías, informes para dar recomendaciones sobre cómo mejorarlas.
Carolina: Aquí la lanzamos y no ha habido una sola instancia del Gobierno donde diga este es el documento, escuchamos recomendaciones, esta es la auditoría que hicieron de seguridad digital, está muy fuerte porque tenemos esto… No.
Silvia: El gobierno dice que ha hecho un análisis de seguridad digital, pero no ha compartido el resultado. Karisma hizo uno independiente y encontraron vulnerabilidades preocupantes en CoronApp y otras aplicaciones y plataformas que se están usando en Colombia.
Carolina: Tienen que dar información sobre esto. Cómo ha funcionado, las cifras y los datos. Para que podamos medir y abrir la discusión al debate público. Sin eso yo es que creo que de pronto ni siquiera en la próxima pandemia lo vamos a lograr, porque mucha de esa tecnología, si no estás en un Estado autoritario, depende en gran medida de la confianza de la gente y aquí no se está construyendo.
Silvia: Horas antes de cerrar este episodio, el Instituto Nacional de Salud publicó un video en el que aseguran que la principal utilidad de CoronApp es identificar dónde se están generando nuevos casos de coronavirus.
En su cuenta de Twitter aseguraron también que los datos de los usuarios serán eliminados una vez que termine la pandemia, y que la aplicación, cito, “no utiliza herramientas de rastreo a través de Bluetooth u otros dispositivos”. Sin embargo, la versión disponible en el momento que salieron estas comunicaciones, sí pide al usuario que encienda su Bluetooth.
Ya volvemos.
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Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo. Antes de la pausa escuchamos sobre el caso de Colombia, donde el gobierno lanzó una aplicación para el seguimiento de casos de coronavirus incluso meses antes de tener un plan epidemiológico, y cómo la falta de transparencia y el uso de datos personales han alarmado a ciudadanos y organizaciones.
Entonces, para entender mejor cuáles son los riesgos de que nuestra información privada se registre y sistematice sin que sepamos cómo se va a usar, hablamos con ella.
Marta: Soy Marta Peirano. Soy periodista y me dedico a escribir sobre tecnología desde hace más de 20 años.
Eliezer: Marta es una escritora y periodista española que publica en distintos medios y se ha especializado en temas como seguridad, privacidad y derechos digitales. Su último libro, El Enemigo Conoce el Sistema, investiga la forma en que grandes empresas tecnológicas manipulan y usan los datos personales de sus usuarios.
Marta: Bueno, primero tengo que decir que nuestros teléfonos ya son dispositivos de seguimiento. Es decir, que la capacidad de registrar todos nuestros movimientos y muchos detalles acerca de nuestro contexto, quienes están a su alrededor, a qué velocidad vamos, con quién estamos, etcétera. Todo eso ya existía.
Eliezer: Se refiere a tecnologías como el GPS o el Bluetooth. Seguramente, varias aplicaciones que estás usando en este momento ya utilizan tus datos. Incluyendo tus redes sociales, por supuesto. O quizás alguna aplicación de salud.
Marta: Aplicaciones que te ayudan a monitorizar tu ejercicio, tus pasos. Cuántas calorías consumes, para monitorizar tu ciclo menstrual, ¿no?, porque te quieres quedar embarazada, yo qué sé.
Eliezer: Y todo esto existía antes de la pandemia.
Pero durante esta crisis, donde se necesita detectar y romper las cadenas de contagio cuanto antes, el teléfono puede ser una herramienta importante para proteger la salud pública.
Marta: En cuanto a las aplicaciones de rastreo del COVID que surgen ahora, son aplicaciones que quieren acortar un proceso que se llama track and trace, que es parte de los protocolos de emergencia para intentar controlar un virus, ¿no? El itinerario de un virus en una población determinada. Esas aplicaciones son súper útiles para ganarle tiempo al virus, en el sentido de que ese proceso, en lugar de durar 48 horas o 36, de repente dura 10 minutos y efectivamente es súper útil, pero sólo como parte de ese protocolo de emergencia.
Eliezer: Y, según lo que hablamos con Marta, algunos de nuestros países parecen haber caído en una equivocación común.
Marta: Es decir, lo que no podemos hacer y esto es algo que hemos hecho en Europa, y que, que parece que también lo estáis haciendo en Latinoamérica, es aislar la aplicación de todo el proceso, es decir, sustituir ese proceso de emergencia que efectivamente implica mucha, eh, mucho material, implica mucha inversión y mucho tiempo y mucho personal especializado, y sustituirlo por la aplicación. La aplicación es un complemento.
Eliezer: Se suele mencionar el caso de Corea del Sur como un ejemplo de éxito en el uso de tecnología para combatir la pandemia. Pero, como vimos al comienzo de este episodio, las aplicaciones oficiales se usan para reportar síntomas y monitorear cuarentenas. El rastreo de casos lo hacen con información que sacan de entrevistas, tarjetas de crédito, GPS y cámaras de circuito cerrado. No con las aplicaciones oficiales.
Marta: Es que hay muchas maneras de intentar emular a Corea del Sur, ¿no? Y entonces escoger de manera caprichosa o conveniente o oportunista un solo elemento de su gestión, que en este caso es la aplicación que, de repente, hace que parezca que estás haciendo algo, ¿no? que estás haciendo algo súper eficiente porque “la aplicación”, pero en realidad lo que estás haciendo es ahorrarte lo importante; ahorrartelo no solamente en esfuerzo, sino también en dinero, ¿no?
Eliezer: La tarea de seguimiento de transacciones y con cámaras es difícil de imaginar en Latinoamérica. Sobre todo si se saca del contexto de un protocolo de emergencia que abarca un conjunto de medidas.
Marta: Entonces, nos preocupamos tanto por el tema de la privacidad, con toda la razón, que se nos olvida también el tema de, de si sirven para algo estas aplicaciones sacadas de contexto y sacadas de ese protocolo de emergencia. El primer problema que yo identifico es ese, que esas aplicaciones aisladas del resto de los protocolos de emergencia no son útiles.
Eliezer: Es decir, la tecnología sin la metodología no sirve para mucho.
Pero, entonces si el impacto sanitario puede ser mínimo, ¿de qué sirve entregar tus datos a una aplicación que supuestamente va controlar el virus?
O para formular la pregunta de otra manera: ¿Qué va pasar con nuestros datos? ¿Qué usos les pueden dar, ya sea un gobierno o las empresas privadas cuya infraestructura tecnológica sostiene estas apps?
Según Marta, hay varios problemas. En el caso de las aplicaciones de salud privadas, ya existen antecedentes.
Marta: Generalmente son aplicaciones que las empresas que las hacen las ofrecen de forma gratuita, porque ellos utilizan luego esos datos para colaborar con farmacéuticas, con seguros, con, eh, con agencias de contratación, con todo tipo de industrias, para luego, pues ofrecerte determinados servicios o ver cuánto te cobran por ellos, ¿no?
Eliezer: Y esto, la mayoría de las veces, se hace sin que el usuario tenga conocimiento de cómo se están utilizando sus datos.
Marta: Por ejemplo, alguien que está medicándose para una depresión o que está intentando salir de una depresión con ayuda de una aplicación de meditación o una cosa así, que le pregunta todo el rato, como está, y cómo se siente y que ha tomado ¿no?, a lo mejor es, es un dato valioso para una agencia de contratación de estas grandes multinacionales, que son las de recursos humanos que deciden a quién se contrata y a quién no para un puesto, entre muchos otros valores.
Eliezer: Y ahora veamos el caso del estado.
En la primera parte del episodio, hablamos de CoronApp, la aplicación oficial del gobierno colombiano para combatir la COVID-19, que pedía todo tipo de permisos y accesos en tu celular, sin ser transparente sobre para qué y cómo se usarían tus datos.
Esa falta de transparencia es bastante común cuando hablamos de apps privadas o redes sociales que ya utilizamos. Pero no es lo mismo entregar tus datos a una empresa privada que dárselos al gobierno.
Marta: La diferencia es que el Gobierno tiene acceso a otros datos a los que no puede acceder nadie. Y además, el Gobierno tiene un poder sobre tu futuro que no tienen las empresas. Tú puedes dejar de ser usuario o de comprar productos de una empresa, pero no puedes dejar de ser administrado por tu propio gobierno. Entonces, la combinación de ambas cosas, es decir, esas grandes bases de datos de esas empresas y el poder del gobierno y su capacidad de acceso a otras bases de datos, es una muy mala combinación.
Eliezer: Y, si tomamos en cuenta lo que dicen los científicos, el coronavirus va ser parte de nuestras vidas por un buen rato. Entonces la transparencia sobre cómo se van a manejar nuestros datos se vuelve fundamental.
Marta: Es decir, tiene que estar justificado, no sólo que se haga, sino que vaya a funcionar. Y segundo, tiene que estar sujeto a unas restricciones muy grandes. Tenemos que saber cuándo se acaba. Tenemos que saber cómo se aplica. Tenemos que saber qué institución y con qué recursos se va a ocupar de vigilar que eso se acaba y que se deja de aplicar, y que esos datos están protegidos de la manera apropiada. Es decir, no solamente basta con decir se va a acabar cuando se acabe el virus. Ojo que este virus, igual, no se acaba nunca, importante problema.
Eliezer: Le pregunté a Marta sobre un argumento bastante común que se usa cuando uno tiene resistencia a entregar el acceso a sus datos personales: si no tienes nada que esconder, ¿porque no le darías tus datos al gobierno? Pero la privacidad, dice Marta, no solo tiene que ver con hacer algo ilegal, sino que es parte de la vida democrática.
Marta: Todos tenemos cosas que esconder, no solamente del gobierno, sino de nuestros maridos, de nuestros vecinos, de nuestros propios hijos. Hemos tardado tanto y hemos perdido tanto para conseguir derechos civiles, entre ellos el derecho a la, a la intimidad, el derecho a poder estar en tu casa sin que nadie sepa con quién estás, y el derecho de, pues, ir a donde quieras y comprar lo que quieras, y siempre y cuando no quiebres, infrinjas la ley. Los derechos civiles en general son importantes y no puedes perder uno de esos derechos, por ejemplo, tu derecho a la privacidad o a la libre asociación, sin perder los demás. Están todos enlazados. Y no puedes perder todos tus derechos civiles sin que se pierda la democracia.
Eliezer: Marta, muchísimas gracias por hablar con nosotros.
Marta: Pues por favor, un placer, muchas gracias por invitarme.
Silvia: Queremos agradecerle en especial a José Luis Peñarredonda por su ayuda con este episodio. También a Carlos Cortés, y a Andrés Felipe Solano, quien por cierto acaba de publicar el libro Los días de la fiebre: Corea del Sur, el país que desafió al virus. Y a nuestros compañeros de Radio Ambulante: Camila Segura, Carolina Guerrero, Laura Rojas Apone y David Trujillo.
Eliezer: En El hilo somos Daniel Alarcón, Álvaro Céspedes, Andrea López Cruzado, Elías González, Inés Rénique, Laura Rojas Aponte, Jorge Caraballo, Miranda Mazariegos y Carolina Guerrero. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
Gracias a nuestros compañeros de Radio Ambulante por todo su apoyo y colaboración para sacar adelante este podcast.
El hilo es una producción de Radio Ambulante Estudios. Agradecemos de manera muy especial a los oyentes que nos han apoyado con sus contribuciones en nuestro programa de membresías. Sin ustedes, esto no sería posible..
Yo soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas, gracias por escuchar.