11 de septiembre de 2001
Terrorismo
9/11
Torres Gemelas
Hace 20 años, los atentados terroristas del 11 de septiembre cambiaron el rumbo de la historia, y aún vivimos sus consecuencias. Esta semana, nuestra productora Inés Rénique revive ese día con su madre, la periodista Blanca Rosa Vílchez de Univisión, que estaba reportando en la zona cuando los aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas. Su testimonio habla de un mundo que se desmorona, del pánico y del caos, pero también de la solidaridad. Luego conversamos con ella y con su colega, el periodista y presentador Jorge Ramos, sobre las cicatrices que dejó el 11-S en la vida de los latinos y el efecto que tuvieron los ataques en las políticas migratorias y el sentimiento antiinmigrante en Estados Unidos.
Créditos:
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Producción
Inés Rénique, Silvia Viñas -
Edición
Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Desirée Yépez -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Remy Lozano, Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
New York National Guard (CC BY-ND 2.0)
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Elías González: Este episodio tiene escenas fuertes y quizás no sea apto para todos los oyentes.
Eliezer Budasoff: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios y Vice News, soy Eliezer Budasoff.
Silvia Viñas: Y yo soy Silvia Viñas.
Jorge Ramos: En el año 2000 había una canción del grupo U2 que se llamaba Beautiful Day y era como un himno al optimismo. Todo es precioso. Es un día maravilloso. El sol va a salir.
Silvia: Él es Jorge Ramos, de Univision. Uno de los periodistas y conductores más reconocidos de Estados Unidos.
Jorge: Y había un intelectual que aseguraba que habíamos llegado al fin de la historia y que la idea de democracia, de justicia, de respeto a los derechos humanos, de igualdad iba a prevalecer. Creíamos que habíamos llegado al final y que todo el mundo eventualmente sería demócrata, justo y feliz. Y en ese momento.
Audio de archivo, noticiero: Un avión chocó contra las torres gemelas.
Audio de archivo, noticiero: Y no se descarta, además, que se trate de algún atentado suicida.
Audio de archivo, noticiero: La otra torre, ha impactado la otra torre.
Audio de archivo, noticiero: Las cifras de muertos podrían llegar a miles. Lo que sí es cierto es que Estados Unidos en este momento está de luto.
Jorge Ramos: Caen las dos torres y nos damos cuenta de que todo era una terrible ingenuidad y que no nos habíamos dado cuenta de cómo el mundo se estaba transformando.
Eliezer: Esta semana se cumplen veinte años de los atentados del 11 de septiembre. Y aquí, en El hilo, queríamos repasar cómo los ataques de ese día, y todo lo que vino después, cambiaron la vida de los inmigrantes y de los latinos en Estados Unidos.
Silvia: Vamos a volver a Jorge Ramos más adelante en este episodio. Pero, primero, queríamos repasar lo que pasó ese día desde la perspectiva de una de sus colegas que estaba en Nueva York. Alguien que ya llevaba más de una década reportando sobre la comunidad latina de la ciudad.
Nuestra productora, Inés Rénique, reportó esta historia desde Nueva York.
Inés: Con mi familia no hablamos mucho del 9/11. Quizás sentimos que hacerlo, como para muchos, abriría nuevas heridas. Pero para entender cómo ha cambiado Nueva York en estos últimos veinte años, hay que entender lo que pasó ese día y lo que vivieron los neoyorquinos el 11 de septiembre del 2001 y los días siguientes.
Blanca Rosa Vílchez: Mi nombre es Blanca Rosa Vílchez, y soy corresponsal del Noticiero Nacional de Univision en Nueva York, desde abril 27 del 1987.
Inés: Y bueno, además, es mi mamá.
Ese 11 de septiembre de 2001 yo tenía seis años y estaba en la escuela. Y mi mamá, como cualquier martes normal, estaba en el trabajo. Para ese entonces ella ya era una reportera consolidada, conocida. Ese día salió de casa muy temprano para entrevistar a algunos candidatos para alcalde de la ciudad de Nueva York. Ya se acercaban las elecciones en noviembre.
Y me dice que todavía se acuerda de lo lindo que estaba el clima ese día.
Blanca Rosa: Era particularmente hermoso. Era… el cielo estaba clarísimo… azul desde muy temprano y había mucho sol.
Inés: Después de haber realizado entrevistas en diferentes lugares de la ciudad, mi mamá se fue al sur de Manhattan, para hacer su última entrevista de la mañana. Iba a ser cerca de las Torres Gemelas.
Antes de estacionar el auto, llamó al asistente de su entrevistado, para confirmar los últimos detalles. De repente, él le dijo…
Blanca Rosa: “Wow, estoy tan cansado que juraría que he visto una avioneta estrellarse contra las Torres Gemelas.” Y entonces yo le dije “Ernesto, necesitas dormir. Estás mal.”
Inés: Y colgaron el teléfono.
Por curiosidad, mi mamá miró en dirección a las Torres Gemelas y notó que había un humito saliendo de uno de los edificios.
Blanca Rosa: Humito, así en diminutivo, porque era un pequeño humo que salía.
Inés: Prendió la radio del auto para escuchar si había alguna noticia pero no encontró nada. Llamó a la oficina del canal a preguntar si sabían algo pero le dijeron que no. Entonces, se bajó del auto y comenzó a preguntar a las personas que pasaban.
Blanca Rosa: Y la gente empezó a hablar. “Sí, yo vi como una avioneta, parecía de esas avionetas fumigadoras”. Me pareció extrañísimo que alguien dijera eso… Y de repente, bum, bum, bum. La segunda.
Ahí sí ya perdimos conexión.
Inés: Se quedó sin señal en su celular. Pero como ya estaban cerca de las Torres Gemelas, ella y su camarógrafo decidieron ir al lugar. Querían ver con sus propios ojos qué estaba pasando.
Blanca Rosa: Dejamos el carro prácticamente —no bien estacionado—, pero lo dejamos y empezamos a caminar y empezamos a ver a la gente salir.
Inés: Como todavía el tránsito no estaba bloqueado y no llegaban ni bomberos ni la policía, pudieron llegar prácticamente hasta las torres. Pero pronto empezaron a llegar las autoridades y el ruido de las sirenas iba aumentando.
Pero todavía no quedaba claro qué estaba pasando. En cierto momento llegó el alcalde de la ciudad, Rudy Giuliani, lo cual para mi mamá era un indicador de que algo muy serio estaba ocurriendo. Así que intentó hablar con él.
Blanca Rosa: Mr. Mayor!
Rudy Gulliani: Be careful, just be very careful.
Inés: Pero solo le respondió: ten cuidado, ten mucho cuidado. De repente, un bombero que pasó al lado le dijo…
Blanca Rosa: “Watch for the jumpers”. Y me apunta así hacia el edificio. Yo volteo y veo la gente que se está tirando.
Inés: Los aviones estrellados habían dejado atrapadas a las personas en los pisos encima del lugar del choque, sin manera de bajar. Mientras las llamas subían y sin otra opción, se lanzaban de los pisos altos de las Torres… Algunas personas saltaban solas, otras en grupos de dos o tres… Su camarógrafo, completamente en shock, empezó a contar en voz alta a los que caían.
Blanca Rosa: Ya obviamente a esas alturas ya sabíamos que esto era gravísimo, gravísimo. O sea, veías claramente las dos torres incendiadas, pero no sabíamos nada más. No teníamos los teléfonos celulares, no podíamos llamar a la gente, ni siquiera a nuestra oficina.
Inés: Habían pasado cerca de cuarenta minutos desde que llegaron a la escena. Mi mamá y su camarógrafo contaron los cassettes que tenían disponibles para continuar grabando. Pensaron que eventualmente se recuperaría la conexión y que tenían que estar preparados para hacer transmisiones en vivo de lo que estaba pasando.
Blanca Rosa: Hasta que llega un momento en que vi a un policía que era clarísimo para mí que era hispano. Yo creo que él me reconoció porque lo he mirado a los ojos y él gritaba y decía “You have to get out, you have to get out!”… Se tienen que ir.
Inés: Tenía cara de pánico.
Blanca Rosa: Cuando lo he mirado me he acercado y le he dicho “¿qué está pasando?” Y me dijo. Hay un tercer avión que está yéndose, a la Casa Blanca o a Washington.
Inés: En ese momento no lo sabían, pero era el avión que se estrellaría contra el Pentágono.
Blanca Rosa: Y esto es un ataque terrorista. Fue la primera vez que escuché la palabra terrorista.
Inés: La posibilidad de un colapso de las Torres no estaba entre los escenarios que mi mamá y su camarógrafo imaginaron. Y es que siempre se hablaba de la estructura y su capacidad de resistir cualquier tipo de catástrofe. Pero de repente, en solo unos minutos ocurrió lo impensable.
Blanca Rosa: Yo estoy con la espalda hacia las Torres Gemelas y escucho una bulla. Como una especie de varias fieras enjauladas. Hemos volteado, vemos que ese ruido era de todo este edificio cayéndose, desplomándose.
Audio de archivo, reportero: A huge explosion now raining debris on all of us… we better get out of the way!
Inés: Era el ruido de los ciento diez pisos de la torre sur, derrumbándose.
Blanca Rosa: Entonces, ahí es que corremos.
Inés: Para alejarse de la enorme nube de polvo que parecía tragarse todo en su camino. El camarógrafo estaba unos pasos adelante, hacia el norte y más alejado de las Torres, de la nube.
Blanca Rosa: Yo lo busco a él y él me busca a mí por cuestiones siempre de ese vínculo entre camarógrafo y reportera, y él me ve correr y de alguna manera creo que cuando él me graba es como acompañándome, porque él tenía más distancia que yo, o sea, él estaba más protegido que yo.
Inés: Eventualmente mi mamá lo alcanzó y siguieron corriendo juntos. De vez en cuando, mi mamá miraba hacia atrás. Quería comprobar a cuantos metros estaba del diluvio de escombros que los perseguía.
Aunque habían escapado de lo peor, el humo y el polvo los alcanzó.
Blanca Rosa: Había llegado a Canal Street corriendo, pero ya había pasado el humo, entonces, como que sentía que me estaba como asfixiando y llega un momento en que dije ¿para qué corres? O sea, ya. Igual ese humo te va a matar, ¿no? Y… Y yo corría por ti.
Inés: Corría por mí. Siempre intuí esto, pero en esta entrevista fue la primera vez que me lo dijo directamente.
Pero como reportera… y esto es algo que entiendo un poco mejor ahora, también creo que sentía una responsabilidad con su audiencia, especialmente en un momento como ese.
Todo esto está en video porque su camarógrafo nunca paró de grabar. Y el video que grabó, aunque es breve, es muy chocante. Todavía se puede ver, pero no tiene audio: se ve a mi mamá, vestida con chaqueta negra, una blusa azul, corriendo con su carnet de prensa colgado al cuello, volando al aire. Y fue la primera imagen que vio mi familia en la tele desde el Perú, la prueba de que ella estaba bien.
Mi mamá y su camarógrafo tuvieron suerte y lograron alejarse y salir de esa nube negra. Cuando pudieron recuperar el aliento, llamaron a la oficina. El canal transmitió el audio de la llamada por televisión a nivel nacional.
Audio de archivo, Maria Elena: Directamente ahora en Nueva York, ahí se encuentra nuestra corresponsal Blanca Rosa Vílchez. Blanca Rosa, buenos días, ¿qué es lo que estás viendo tú?
Audio de archivo, Blanca Rosa: Maria Elena. Buenos días. Me encuentro exactamente como a unas tres cuadras de las Torres Gemelas.
Inés: La transmisión de la llamada duró pocos minutos.
Audio de archivo, Blanca Rosa: El ambiente es realmente caótico, jamás creo que ningún neoyorquino ha visto la ciudad en este caos.
Inés: Cuando ya no estaban al aire se fueron directo al estudio y por suerte lograron que alguien les diera un aventón hacia allá.
Cuando llegaron, mi madre se limpió el polvo que la cubría de pies a cabeza y salió al aire, el resto del día y los días siguientes, para informar sobre todo lo que había visto esa mañana y lo que sufría su ciudad.
Audio de archivo, Blanca Rosa: Muy buenas tardes. Efectivamente, como ustedes saben, las Torres Gemelas no son ajenas a este tipo de ataques, pero jamás habíamos presenciado una cosa así. A continuación tenemos…
Inés: En los días siguientes, el país estaba de luto por las casi tres mil personas fallecidas por los atentados en Nueva York, Washington D.C. y Pennsylvania. Y hay que recordar la sensación de terror con la que se vivía esos días. No se sabía si habría nuevos ataques. Era una paranoia total, que en realidad duraría años.
Pero se habla mucho de la unidad que surgió en esos días también. Entre los neoyorquinos, y en particular, como me cuenta mi mamá, entre los latinos. Todos los días familias iban a la zona cero a buscar información sobre sus seres queridos. Pero no había mucha información en general, menos en español. Entonces entre ellos se apoyaban. Buscaban cualquier cara familiar que les ayudará a aliviar su soledad.
Blanca Rosa: Y fue muy difícil ir a estas zonas donde se daba información de la familia y que se acercaba la gente porque te reconoce que sales en la televisión. Se acercaban con fotografías ampliadas, te las ponían en la cartera, te abrían la cartera y te metían las fotografías.
Audio de archivo, familiar de víctima: Yo estoy convencida de que él está bien, que lo voy a encontrar, sea en un hospital o abajo, pero en ninguna otra parte puede estar más que en esos lugares.
Inés: Le decían…
Blanca Rosa: Tú la vas a ver porque tú eres periodista. Te doy foto y tú eres hispana y tú mira la foto. Y si lo ves cuando sales, yo te voy a esperar. O sea, ¿cómo te vas a quedar en tu casa, si esas personas te están esperando ahí afuera para ayudarlos?
Inés: Ayudarlos de la única manera que podía: compartiendo sus historias. Y además era personal. No solo porque su ciudad adoptiva estaba bajo ataque, sino también porque nuestro vecino, Robert Vicario, había estado en las Torres Gemelas ese día. Y su esposa no perdía la esperanza de encontrarlo vivo.
Blanca Rosa: O sea, esta mujer confiaba en que yo iba a encontrar a su esposo en un hospital. Y que, yo decía… ¿qué pasaría si efectivamente fuese así? ¿Y qué pasaría si efectivamente yo voy a un hospital? Y resulta que no es que se haya muerto, sino que está ahí. Y yo lo miro y yo lo reconozco.
Inés: Nunca lo encontraron, solo pudieron recuperar su billetera con la foto de su hija de cuatro meses. Pero en esos días, la esperanza motivaba a todos los que continuaban yendo a la zona cero.
Blanca Rosa: Cuando tú ves los rostros, tú estás saliendo por ejemplo el 11 de septiembre, de esta zona, caminando hacia una zona más segura, le ves las caras de los bomberos entrando a esta zona donde de la que tú como ser humano estás saliendo… esos son héroes.
Inés: Son historias que acompañan a mi madre hasta ahora.
Audio de archivo, madre en la zona cero: Mi hijo perdió su vida aquí, se fue parte de mi vida. Parte de mí se fue, como que se me desgarró el corazón.
Blanca Rosa: Tú estás ahí para contarla y la historia es más grande que tú. Siempre es más grande que tú.
Silvia: Pero no es una historia que acaba en 2001. Después de la pausa hablamos con Blanca Rosa y con su colega, Jorge Ramos, sobre los efectos del 9/11 en la comunidad latina y en la vida de los que buscan emigrar a Estados Unidos.
Eliezer: Ya volvemos.
Daniel Alarcón: Hola soy Daniel Alarcón, del podcast Radio Ambulante. Esta temporada, la número 11, les traemos historias increíbles y conmovedoras de toda América Latina… En México una mujer saborea sus letras. Una especie invasora aterroriza a un pueblo colombiano. Una estrella de fútbol brasilero hace carrera sin jugar un solo partido. Y mucho más. Nuevos episodios todos los martes a partir del 14 de septiembre.
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo. Para entender la dimensión de lo que sucedió el 11-S, volvimos a hablar con Blanca Rosa, pero esta vez, al lado de su colega, y amigo, Jorge Ramos.
Jorge Ramos: Recuerdo que el reportero en televisión dijo que una avioneta se había estrellado en contra de las Torres Gemelas. Yo pensé que era un accidente. No le quise dar mucha importancia.
Eliezer: El periodista y presentador de Univisión Jorge Ramos estaba en Miami el 11 de septiembre de 2001. Había salido a correr por la mañana. Al volver, vio esa noticia sobre la avioneta en la televisión y se fue a bañar.
Jorge: Cuando salgo me doy cuenta que un segundo avión se había estrellado contra la segunda torre y es ahí donde literalmente me dio un escalofrío. Todavía estaba mojado después de bañarme. Y sientes de esas pocas veces en la vida que todo va a cambiar y que nada va a volver a ser lo mismo. Salí corriendo, me vestí, me aseguré que pudieran recoger a mi hijo Nicolás de la escuela, que tenía tres años y estaba en el Kinder. Y me fui a Univision para transmitir horas interminables de lo que iba a cambiar nuestra vida irremediablemente.
Eliezer: Estuvo todo ese día y toda la noche trabajando, tratando de encontrar sentido al espanto.
Después de los atentados, ese mismo 11 de septiembre, cerraron los aeropuertos. La única manera de llegar a Nueva York era por tierra. Así que Jorge y dos colegas manejaron por más de veinte horas, sin parar, para llegar a la zona cero y seguir informando, ahora junto a Blanca Rosa.
Jorge: Yo llegué ahí dos días después, y empezar a respirar esa combinación de olores y de cemento pulverizado que se te mete… Vives con eso toda tu vida.
Eliezer: Obviamente el 11 de septiembre marcó un antes y un después. Blanca Rosa, ¿cómo cambió la vida cotidiana con respecto a la seguridad en Nueva York?
Blanca Rosa: Totalmente, totalmente, de la noche a la mañana la seguridad se transformó. O sea, si te pones a pensar el día anterior, en los aeropuertos había un tipo de seguridad, pero nada comparado a lo que, a lo que ocurrió después del 11 de septiembre, porque ya no eran solamente los aeropuertos. El ver a una persona cargando una mochila se convirtió en un posible ataque. En Nueva York, como sabes, la vida es muy agitada. Mucha gente sale muy temprano con la mitad de su casa en un backpack, en una mochila y, de repente, te dicen que no deberías cargarla o que, si vas a entrar con una mochila al subway, te van a chequear y vas a pasar por detector de metales, detector de bombas. Eso, por un lado. Y, por el otro lado, la inseguridad que sentías en los días posteriores es realmente inaudita para las personas que vivíamos en ese momento aquí. Era muy, muy, fuerte.
Eliezer: Los dos llevan décadas cubriendo a comunidades latinas en Estados Unidos ¿Cómo ha afectado el 11 de septiembre a estas personas?
Jorge: Lo que el 11 de septiembre sacó es lo que estaba escondido. Hace unos días estaba hablando con dos sobrevivientes de, del restaurante Windows on the World, que era el que se encontraba en la parte superior de una de las torres y lo que ahora sabemos era casi como un secreto antes. Es decir, que en los restaurantes y en los lugares más importantes de los Estados Unidos todo funcionaba muy bien con una fachada. Detrás de esa fachada se encontraban trabajadores latinos, haciendo que Estados Unidos funcionara, que estos restaurantes funcionaran.
Blanca Rosa: Y esa población invisible a la que hace referencia Jorge, salió a rescatar a su ciudad. Hay que recordar que hubo seis mil trabajadores, muchos de ellos indocumentados, que estaban aterrados de poder ser detenidos pero que acudieron a remover los escombros. Eran dos millones de toneladas de escombros que tenían que ser removidos y muchos de los que hicieron esa remoción fueron trabajadores indocumentados.
Eliezer: Se les pagaba entre siete y diez dólares la hora. Un poquito más del salario mínimo en 2001.
Blanca Rosa: A mí lo que me conmovía era que detrás del trabajo, que obviamente lo necesitaban, había este amor por la ciudad. Había esto de que estamos, nosotros somos de aquí. Tenemos que salir de esto, tenemos que limpiar esto, tenemos que retomar nuestra vida como antes. Ellos se sentían parte de esto. Estás hablando de personas que estaban expuestas a toxinas, a asbestos, a partículas de cristal que son sumamente tóxicas, que penetran en los pulmones y que sabes que te pueden matar, uno. Y si no, en los próximos meses eventualmente te causan cáncer. Pero aún así hacían el trabajo.
Eliezer: Recordemos que en los atentados del 11 de septiembre murieron casi tres mil personas. Pero quienes trabajaron para limpiar la zona cero o vivían cerca también sufrieron consecuencias en su salud. Según un programa de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades, decenas de miles de personas están enfermas y unas dos mil han muerto por complicaciones relacionadas al 9/11.
Después del 11 de septiembre se tomaron decisiones en nombre de la seguridad nacional, que obviamente afectaron a todas las personas que querían llegar a los Estados Unidos ¿Cómo se transformaron las políticas migratorias después del 9/11?
Jorge: Estados Unidos se transformó totalmente y ha tenido mucha más fuerza esta corriente antinmigrante. Y antes de eso, George W. Bush y el presidente de México, Vicente Fox, estaban hablando de un acuerdo migratorio entre ambos países. Eso es algo que era absolutamente impensable. Se trataba de legalizar a millones de inmigrantes indocumentados, pero además que fuera un acuerdo entre México y los Estados Unidos, de nuevo, era una enorme posibilidad. Pero después de los actos terroristas, todo cambió y la posibilidad de un acuerdo migratorio se transformó en un movimiento antinmigrante tan poderoso que hasta ahora lo estamos viviendo. No ha pasado nada desde 1986 hasta ahora y la esperanza de un acuerdo migratorio desapareció.
Eliezer: Las leyes migratorias se endurecieron después del 9/11, y hubo cambios profundos en la estructura burocrática de inmigración. Poco más de un año después del ataque, el Congreso aprobó la creación de Homeland Security o Departamento de Seguridad Nacional. Su misión: proteger al país contra ataques terroristas. Para esto, el departamento tomó el mando de todo lo relacionado con el control de la inmigración. Ahí nació, por ejemplo, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, con quienes nos topamos en cualquier puerto de entrada a Estados Unidos. Y también ICE, que es la agencia policial que lidia con el crimen en la frontera y la inmigración ilegal.
Pero el impacto el 9/11 va incluso más allá de las leyes y las agencias. Jorge dice que, con los atentados, este movimiento antinmigrante que mencionaba antes encontró una excusa perfecta:
Jorge: Que era: Los extranjeros son peligrosos, los inmigrantes son peligrosos, los diecinueve atacantes del 11 de septiembre eran todos extranjeros. Nuestra respuesta era: Ninguno de ellos es latinoamericano. Ninguno de ellos cruzó por la frontera entre México y los Estados Unidos. Nosotros, los inmigrantes, no somos responsables de lo que diecinueve terroristas hicieron, pero el argumento era demasiado débil ante la contundencia de las Torres Gemelas, del Pentágono, del avión en Pennsylvania que había caído. El temor era gigante y nuestras voces se perdían ante el miedo gigantesco de un país. Desde entonces, esta corriente antinmigrante no la hemos podido vencer. Pero yo recuerdo el pensarlo dos veces en un avión, de ponerme a hablar en español con la persona que iba al lado por el temor de que te vieran como extranjero.
Eliezer: Todos estos cambios, ¿cómo afectaron la cobertura que hacen ustedes de las comunidades latinas? ¿Qué impactos tuvieron en el periodismo que hacen ustedes?
Blanca Rosa: En mi caso, creo que siempre hemos sido conscientes de ser el puente que va mucho más allá de hacer periodismo cuando haces periodismo en castellano en los Estados Unidos. Pero después del 11 de septiembre no solamente era el punto de referencia para la información, sino también el punto de referencia para que ellos estén atentos a los cambios que se estaban dando, pero también para que ellos confíen en nosotros. En los temores que ellos estaban sintiendo, por un lado, los veías a ellos trabajar, ingresando a la zona cero a limpiar los escombros y por otro lado les veías su temor, pero también su necesidad de trabajar. Y tratabas de contestarles sus preguntas de si era seguro trabajar allí y escuchabas a un alcalde como Giuliani, que diez veces al día les decía es seguro, vayan a trabajar. Y que sabíamos que al final no fue seguro.
Jorge: Y yo creo que también algo que ocurrió es que, constantemente, en los medios de comunicación en español nos toca hablar por los que no tienen voz. Y por supuesto cambiaron las leyes migratorias y lo que ocurrió hacia adentro de la comunidad latina es que esta idea que llevaba décadas de ser una comunidad invisible y que no hablaba porque tenías que protegerte de la migra, ¿no? Y además porque era una generación que se estaba sacrificando por sus hijos, continuó con la idea de que ser invisible y no hablar era la manera de sobrevivir. Entonces, durante toda la generación, los padres de los dreamers, gente de nuestra edad, aprendió a quedarse callado, a no hablar, a no decir nada porque solo hablar, solo decir tu nombre, podía ser peligroso. Te podían ver como un terrorista o como una amenaza. Quién cambia todo esto, ya es otra historia, son los dreamers.
Eliezer: Jóvenes indocumentados que llegaron como niños a Estados Unidos.
Jorge: Los dreamers que se dan cuenta que son más americanos que los americanos, que hablan con sus papás y les dicen ¿por qué te quedaste callado? ¿Por qué eres invisible? ¿Por qué no hablas? Entonces los dreamers cambian radicalmente la forma de expresarse del liderazgo dentro de la comunidad latina y ellos salen a hablar por todos nosotros in your face, directamente a decirles: no solo no somos los enemigos, sino que somos americanos.
Eliezer: Jorge, tú llevas años cubriendo también lo que pasa en América Latina, entonces más allá de lo que sucedió en Estados Unidos, fronteras adentro, ¿qué cambios has visto en la relación entre Estados Unidos y la región desde el 11 de septiembre?
Jorge: Yo creo que a partir del 11 de septiembre, Estados Unidos se cerró. Decidió que el mundo era demasiado peligroso. Desde el punto de vista positivo, cambió la idea de ese intervencionismo militar brutal que hemos tenido durante muchísimos años ¿no? La idea de invadir República Dominicana, de ayudar al golpe en Chile, de invadir Guatemala, todo eso, todo eso quedó a un lado y Estados Unidos decidió encerrarse. Obviamente, o sea, era un país atacado, era un país que se encontró sumamente vulnerable. Y entonces, en lo positivo, dejó de pensar que las intervenciones y la participación militar de los Estados Unidos eran la manera de conducir su política exterior. Pero por la otra, dejó de ser socio del continente, menos solidaridad, menos comunicación con tu mismo continente. Y el continente creo que se rompió. Estados Unidos pensó solo en fortificarse, y cuando te fortificas te olvidas de los demás ¿no?
Eliezer: Claro. El 11 de septiembre es uno de esos momentos que marcan un punto de quiebre en la historia, ¿no? Nada fue igual después y siempre pensamos en cómo cambió nuestra forma de viajar, la seguridad, en la discriminación. Pero quería preguntarles si para ustedes demostró también algo sobre la fortaleza de la sociedad, sobre la forma de sobreponerse al dolor, de reconstruirse. Si hay algo que recuerden de esos momentos en este sentido.
Blanca Rosa: Empezó a cambiar desde el mismo día. Era muy conmovedor y yo siempre me aferro a esas imágenes porque me alivia un poco, sobre todo en una semana de aniversario en la que realmente tengo sentimientos de tristeza, incluso veinte años después. Pero el mismo día de los ataques, alrededor de las dos, tres de la tarde, cuando ya se habían derrumbado las torres, cuando ya era clarísimo que se trataba de un ataque terrorista, veías a los neoyorquinos sin autoridades, porque las autoridades estaban totalmente convocadas al tema de seguridad, los veías ayudándose los unos a los otros, veías a ejecutivos quitándose las chaquetas, agarrando sus maletines y en sus maletines con lapiceros y papeles improvisados poniendo avisos: Vámonos a donar sangre. El hospital está a dos cuadras de aquí. Poniendo las direcciones, los restaurantes que ya tenían que cerrar, sacando toda la comida que tenía adentro, toda el agua para que la gente se lo lleve. O sea, esa solidaridad, yo sé que los neoyorquinos tenemos mala fama, digo tenemos porque creo que ya me he ganado el título de neoyorquina después de treinta y cinco años viviendo aquí, de ser majaderos, de ser egoístas, pero no es así, en momentos realmente críticos como ese, ves una solidaridad. Yo me aferro a eso.
Jorge: Yo creo que Estados Unidos realmente hizo honor a su nombre después de los actos terroristas. Y, a ver, haciendo de nuevo las comparaciones con Estados Unidos y América Latina, a los latinoamericanos nos encanta ver hacia la historia y ver hacia atrás y estás constantemente pensando y repensando la historia ¿Qué ocurrió y por qué nos ocurrió? Los estadounidenses inmediatamente están pensando en what’s next. Get over it, ¿No? ¿Qué es lo que sigue? Bueno, ocurrió lo mismo después del 11 de septiembre. Este Estados Unidos dijo: Ah ¿sí?, me tiraron dos torres. Bueno, ahora voy a construir una más alta todavía. Y eso es exactamente lo que hicieron. Pero la de la enorme división que vemos ahora en los Estados Unidos por las mascarillas, por las vacunas, por el aborto, por las pistolas entre demócratas y republicanos, desapareció después del 11 de septiembre. Y eso fue, como dice Blanca Rosa, un sentimiento maravilloso. Y en una conversación que tuve con la escritora Isabel Allende, ella me dice que en ese momento, ella es chilena por supuesto, pero que en ese momento ella se sintió estadounidense. Yo creo que todos nos sentimos estadounidenses en ese momento, a pesar de todo.
Blanca Rosa: Me gustaría agregar algo sobre lo que dices, que me parece muy importante, Jorge, con respecto al vínculo que tiene Estados Unidos con la memoria, con los muertos, con el futuro ¿Cuál es el eslogan que más se vincula al 11 de septiembre? Never forget. Pero, ¿qué es lo que ocurre?, solamente en catorce estados de los cincuenta del país se enseña qué pasó el 11 de septiembre. Se hace un minuto de silencio, pero nada más. Me parece que es muy grave, porque estás hablando que los niños que nacieron en el 2001 tienen veinte años ahora desde hace dos años pueden votar. O sea, cómo estás creando conciencia ciudadana si no le enseñas a los chicos Y hay algunos, yo sé que es muy doloroso para mí también es doloroso hablar del 11 de septiembre, para nadie es fácil, pero no evitas ese dolor no enseñándole a la juventud qué pasó el 11 de septiembre, así no lo evitas, lo evitas enseñando qué fue lo que pasó.
Eliezer: En ese sentido, de hecho, me gustaría cerrar preguntándoles por qué creen que es importante que las generaciones del futuro sepan lo que pasó el 11 de septiembre.
Jorge: Creo que la respuesta, la primera respuesta obvia es para que no se repita ¿no? para que ni en Estados Unidos ni en otros países vuelva a haber actos terroristas como esto, para que estemos más pendientes, para que no sintamos una isla, para que, para que entendamos lo que está ocurriendo en otros países y los agravios que otros países sienten con los Estados Unidos. Y para que tratemos de entendernos un poco mejor, es sencillamente para que no se vuelva a repetir y para que no se vuelva a repetir no solo el 11 de septiembre, sino los errores cometidos después del 11 de septiembre. Invadir Afganistán y tratar de imponer una sociedad democrática en un país con catorce grupos étnicos era algo impensable. Ya nos dimos cuenta de que no funcionó. Inventarse una guerra en Irak por el temor de que nos fueran a atacar cuando hoy no había armas de destrucción masiva y Sadam Hussein no tuvo nada que ver con los ataques del 11 de septiembre, fue un gravísimo error. Hay muchas cosas que debemos aprender, y todos seguimos sanando eso. O sea, no hay nada peor que cuando la guerra llega a tu casa, y ese 11 de septiembre, la guerra llegó a nuestra casa. Y nos sentimos vulnerables y atacados como nunca antes.
Blanca Rosa: Para mí es importante recordarlo. Además, por lo que dice Jorge, para no repetir errores, sino porque conocer es poder, conocer la historia te da elementos de juicio. Y si estás hablando de que ya estos niños del 2001 votan, tienen capacidad de eso, de elegir a sus gobernantes y tienen la capacidad de cuestionar. Lo que falta aquí es cuestionar, cuestionar a tu gobierno y sobre todo cuestionarnos a nosotros mismos, ¿no?, qué nos hace pensar. Y hay un vínculo muy directo entre hace veinte años los ataques terroristas con el Covid-19. Esta forma individualista de vivir aquí, de pensar que tú te vacunas, es tu problema y yo no me quiero vacunar. Y aquí no pasa nada. Y no es así, no es así. Si yo no me vacuno, también te va a afectar a ti. Y si yo no cuido que no pase un acto terrorista, eventualmente a mí no me va a afectar, pero te va a afectar a ti, si es que no creamos un sentimiento de comunidad en la que nos tenemos… mi bienestar también depende de ti y viceversa. Si no creamos eso, es grave para la sociedad, pero para crear eso necesitamos tener conciencia de lo que pasó.
Jorge: Al final también hay muchas cosas que se van a quedar. Al final, la idea de todas las protecciones que tenemos cuando entramos a los aeropuertos. La idea de que if you see something, say something, ¿no? La idea de que todos somos. Hay que estar vigilantes y la triste idea de que queríamos regresar al año 2000, el año 2000 no va a regresar, como no va a regresar para nosotros el 2019 después de la pandemia. Entonces, terrorismo y pandemia son dos cosas que nos han matado, pero que al final de cuentas nos han hecho más fuertes y se han integrado ya a nuestra vida. Dentro de cinco o diez años estaremos hablando aquí de nuevo. Todos acostumbrados a usar máscaras cuando estamos viajando, vacunandonos, porque si no tienes tu tarjeta de vacunación no podrás ir a ningún lado. Son los cambios. Lo sorprendente quizás en nuestra vida es que nos han tocado dos hechos a nivel mundial que nos han afectado como antes le habrá afectado a muchos la Primera y la Segunda Guerra Mundial y luego la Guerra de Vietnam. A nosotros nos tocó esto. Estas son nuestras guerras.
Eliezer: Jorge, Blanca Rosa, muchas gracias por hablar con nosotros.
Blanca Rosa: Gracias a ti.
Jorge: Gracias.
Silvia: Como se ha hecho por 20 años, mañana habrá conmemoraciones en Estados Unidos honrando a las víctimas de los ataques terroristas del 11 de septiembre. El Presidente Joe Biden irá a Nueva York, Pennsylvania y al Pentágono, los tres lugares donde hubo fallecidos.
Y, para este aniversario, el Museo Nacional de Historia Americana incorporó a su colección aportes latinos. Entre ellos, está la chaqueta negra y blusa azul que vestía Blanca Rosa el 11 de septiembre, mientras corría del derrumbe de la primera torre. Blanca Rosa nos dijo que esa ropa ya no le pertenece, sino que es parte de la historia de ese día.
Inés: Este episodio fue producido por mí, Inés Rénique, y por Silvia Viñas. En El hilo somos Eliezer Budasoff, Daniel Alarcón, Daniela Cruzat, Mariana Zúñiga, Elías González, Desirée Yépez, Paola Alean, Xochitl Fabián, Camilo Jiménez Santofimio y Carolina Guerrero. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki. Parte de la música de este episodio fue compuesta por Remy Lozano.
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