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En Chile, montañas de ropa que otros países ya no quieren han convertido un rincón del desierto de Atacama en un basurero. Pero Beatriz O’Brien, socióloga y experta en la industria textil, dice que esto es solo una pequeña parte de un problema global. En este episodio Beatriz nos ayuda a entender qué hay detrás de las imágenes del vertedero de prendas en el desierto y qué nos dicen sobre la industria de moda rápida –el fast fashion– y nuestra cultura de consumo y descarte. Como coordinadora nacional de Fashion Revolution en Chile, un movimiento mundial que busca reformar la industria de la moda, Beatriz nos cuenta también qué podemos hacer para ayudar a reducir este problema.
Créditos:
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Producción
Silvia Viñas, Daniela Cruzat -
Edición
Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Desirée Yépez -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Remy Lozano, Andrés Azpiri, Elias Gonzalez -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
David Lara
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Audio de archivo, presentador: La prenda deseada, la talla ideal o la marca soñada no es una gran tienda ni un armario generoso, sino el desierto de Atacama en Chile.
Audio de archivo, periodista: Literalmente un cementerio de ropa de segunda mano.
Eliezer Budasoff: Todos hemos visto las imágenes de montañas de ropa en el desierto de Atacama, ¿no? ¿Cuál fue tu reacción cuando viste estas imágenes?
Beatriz O’Brien: Creo que mi reacción fue ‘oh, por fin estas imágenes están saliendo fuera del círculo de la gente que sabíamos que esto es un problema hace mucho, muchos años. Qué bueno que están apareciendo en la prensa internacional.
Audio de archivo, periodista francés.
Audio de archivo, presentadora: A mountain of discarded clothing […] cuts a strange site in Chile’s Atacama desert.
Audio de archivo, periodista alemán.
Beatriz: Que bueno que tengamos la atención del mundo y a raíz de este problema ¿no? Que es como podríamos decir, como la punta del iceberg de un gran problema que hay detrás. Se abran se ahora la discusión y podamos empezar a hablar de este tema.
Silvia Viñas: Ella es Beatriz O’Brien. Es socióloga de profesión, y hace años trabaja en temas relacionados con la moda, la industria textil, nuevas economías y sostenibilidad. También es la Coordinadora Nacional de Fashion Revolution en Chile, un movimiento global que busca reformar la industria de la moda.
Eliezer: Hablamos con Beatriz para entender qué hay detrás de las imágenes de montañas de ropa que se levantan sobre uno de los desiertos más áridos del mundo.
Audio de archivo, periodista: Unas cincuenta y nueve mil toneladas anuales entran por la Zona Franca del puerto de Iquique.
Audio de archivo, presentadora: Hay miles de toneladas de prendas, incluso muchas sin usar.
Beatriz: Esta montaña de ropa que vemos ahí sabemos que no es ropa que haya sido usada en el país, sino que es ropa que viene de otro lado, entonces nos da el pie, o nos da un pie forzado, para empezar a hablar sobre la industria textil global. Somos como el vertedero de un sistema global de moda rápida.
Silvia: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios y VICE News. Soy Silvia Viñas.
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Hoy, qué nos dice el basural/vertedero de ropa en el Desierto de Atacama de la industria textil global y de nosotros mismos como consumidores.
Es 21 de enero de 2022.
Beatriz: Visualmente es muy chocante, porque además está el desierto, donde no hay nada. Y de repente hay este cúmulo de ropa en un lugar que uno piensa como, ‘oh, ahí no vive nadie o ahí no hay nada’. Pero, y uno dice ‘¿cómo llegó hasta esa ropa?’ Es como si hubiera bajado un platillo volador y lo hubiera dejado ahí.
Silvia: Esa es un poco la sensación que dan las imágenes vistas desde afuera.
Beatriz: Pero no es tan así, porque la ciudad de Iquique está muy cerca, ¿no? La ciudad de Iquique es el plano y después ya saliendo de la ciudad de Iquique, ya empieza a subir al altiplano. Entonces es cosa de llenar una camioneta o llenar un furgón e ir a botar ropa, ¿no? No es tan difícil, ¿no?
Eliezer: La pregunta es por qué existe esa necesidad de tirar la ropa ahí y en esas cantidades.
Beatriz: Yo diría que, en Sudamérica, Iquique es el gran puerto de entrada de ropa de segunda mano.
Silvia: La prensa reporta que, cada semana, millones de prendas usadas llegan a la Zona Franca de Iquique, conocida como “la Zofri”.
Beatriz: La Zofri es el gran mercado de Iquique, donde se vende la ropa al por mayor, al por menor también, pero se compra al por mayor. Es ropa que viene en fardos o bien en pacas.
Eliezer: Las pacas son paquetes de ropa prensada que traen una mezcla variada de prendas.
Beatriz: Últimamente ya son pacas más grandes de unos cincuenta kilos. Pero es ropa de segunda que viene principalmente porque en Latinoamérica tenemos siempre el problema de la data, ¿no? Como no tenemos tanta data con respecto al tema, pero sí sabemos que principalmente esa ropa llega de los Estados Unidos.
Eliezer: Pero también de Canadá, Europa y Asia. Y con los años se ha vuelto costumbre que lo que no se vende –que es mucho– se tira en el desierto.
Silvia: ¿Y Beatriz, qué tipo de ropa es la que termina en estos vertederos en el desierto?
Beatriz: Es ropa que es de beneficencia, de gente que deja de ocupar. En el norte la gente suele dejar la ropa como en beneficencia.
Silvia: Cuando dice “norte”, Beatriz se refiere principalmente a Estados Unidos y Europa.
Beatriz: Todavía existe esta idea de que hay gente que necesita ropa, entonces ‘qué buenos somos donando esta ropa que no estamos ocupando a gente pobre del sur que necesita ropa’, cuando en realidad la situación ya sabemos que no es tan así, porque hoy en día no es como era hace treinta o cuarenta años atrás. Hoy en día la ropa se hizo mucho más accesible, ¿no?
Eliezer: Y eso ha cambiado cómo consumimos ropa. Ahora la guardamos por mucho menos tiempo que antes.
Beatriz: Probablemente para nuestros abuelos la ropa igual era un bien que se cuidaba, ¿no? La ropa se pasaba de un hermano a otro. Comprar ropa no era barato. Hace cuarenta años atrás comprar ropa no era barato, ¿no? A uno le compraban incluso uno. Yo crecí en la generación de los 80, a uno le compraban un par de sneakers o zapatillas al año.
Eliezer: Sí, totalmente, sí.
Beatriz: Y uno tenía que cuidar sus zapatillas y si las zapatillas se rompían, tus padres te decían ‘¿pero, cómo?’ Y la pegaban o la mandaban a la zapatería y te arreglaban el zapato y el zapato volvía y uno lo seguía utilizando. Entonces, la ropa tuvo una desvalorización que es impresionante.
Silvia: Ahora se estima que tiramos el 80% de nuestra ropa y otros textiles directamente a la basura.
Eliezer: Y no solo es que la ropa se haya vuelto más accesible y más barata. Hay un tema de volumen. Ya no se trata de la temporada otoño-invierno y primavera-verano. Hay marcas que pueden lanzar hasta cincuenta y dos micro temporadas anuales. O sea, una cada semana.
Silvia: Por algo se llama moda rápida o fast fashion.
Beatriz: El fast fashion vende moda, pero una moda súper efímera.
Silvia: Basta con poner la palabra “haul” – h a u l– en el buscador de YouTube para encontrarse con miles de videos de personas desempaquetando sus pedidos de ropa.
Audio de archivo, unboxing: Ok, lo primero que estoy viendo aquí son unos jeans que se ven muy cool. Mom jeans: básicos en su closet.
Audio de archivo, unboxing: Esta es una casaca como tie dye pero con neón y blanco.
Audio de archivo, unboxing: ¿Por qué me he comprado yo esta falda plisada? Porque primero que todo se lleva un montón el estilo colegiala…
Beatriz: La moda rápida no está diseñando para durar. Entonces son cosas que, por ejemplo, un año estuvieron de moda los estampados de corazones, por decirte una bobada, y nunca más se volvieron a ocupar los estampados de corazones hasta veinte años después. Entonces, cuando estas pacas llegan con ropa que es de hace dos, tres, cuatro, cinco o seis años y llegan los estampados de corazones, aquí en Chile la gente también está en redes sociales, y también está consumiendo moda, y ya no quieren las poleras de corazón porque saben que estuvieron de moda el 2017. Entonces nadie quiere esa moda rápida, ¿me entiendes? No es que llega un vestido de un corte clásico, negro, de lino que toda mujer va a querer. No. Llega ropa que es muy de temporada.
Silvia: Y por eso en los vertederos del desierto de Atacama se ve incluso ropa que todavía tiene la etiqueta. Ropa que nunca se llegó a vender. Es que en la industria fast fashion todo se mueve muy rápido.
Beatriz: Las grandes cadenas de moda rápida en el fondo lo que compiten es por velocidad, ¿no? Quién llega antes a las tiendas o quien baja el modelo de la pasarela al usuario y lo hace accesible en el menor tiempo posible.
La gran guerra entre esas marcas está en la logística y en la distribución y en la búsqueda de nuevos mercados. Latinoamérica es un gran nuevo mercado.
Eliezer: Especialmente si consideramos que los mercados de Europa y Estados Unidos ya están saturados de fast fashion. En Latinoamérica, Chile es el mayor consumidor de ropa. Y casi todo llega del extranjero.
Silvia: Y no solo eso. Chile además es el país de la región que más importa ropa de segunda mano. Los medios han recogido que son más de 50 mil toneladas de ropa usada cada año… Y se estima que el 70% termina en vertederos clandestinos o incinerada.
Beatriz: Las importaciones de ropa de segunda en Chile prácticamente no tienen legislación acá, o sea, se tiene que entrar por aduanas, ¿no? por customs. Se paga un impuesto que es relativamente bajo y se puede ingresar toda la ropa que uno quiera ingresar.
Eliezer: Esto lo hace bastante único en la región…
Beatriz: Perú tiene regulaciones. Colombia tiene regulación. Argentina también tiene regulaciones, Paraguay, Bolivia tiene prohibición, Bolivia sí tiene una ley que por lo que se prohíbe la internación de ropa de segunda mano, o sea la ropa que entra a Bolivia es ropa de contrabando.
Silvia: Los contrabandistas aprovechan que la legislación chilena es mucho más laxa que en países como Bolivia, Perú y Paraguay. Y este contrabando también alimenta el problema de los vertederos del desierto de Atacama…
Beatriz: Cuando se compran las pacas o se compran los fardos, las personas que contrabandean al resto de Sudamérica seleccionan y dejan en ese mismo lugar botada la ropa que no se van a llevar y que no va a ser internada en el resto de los países.
Eliezer: Beatriz, ¿cuáles son las consecuencias de que esté ese vertedero ahí?
Beatriz: Bueno, primero, cuando la ropa queda ahí, lo primero que empieza a botar son los químicos. Porque aunque el desierto no llueva, sí hay viento y sí la ropa ya con el sol ¿no? y con la altura la ropa se va a empezar a descomponer. No llueve, pero también hay camanchaca, que es como esta bruma que viene desde la costa y que la ropa igual se humedece.
Silvia: Beatriz nos explicó que el primer químico que se empieza a desprender de la ropa es el que usaron para sanitizarla para trasladarla a Chile o en su llegada al país.
Eliezer: Esos químicos contaminan las napas, que son reservas naturales de agua subterránea importantísimas para el abastecimiento de agua potable en el mundo. Pero Beatriz nos dijo que hay muchos otros químicos que salen de la ropa cuando se descompone en un vertedero…
Beatriz: Porque la ropa tiene muchos procesos químicos, ¿no? Tiene proceso de terminación para que la ropa se sienta suave. De hecho, se calcula que existen mil novecientos químicos distintos que ocupa la industria textil para las terminaciones de las prendas. Los jeans ¿no? Los jeans tienen muchas terminaciones: tiene lavado de piedra, tienen, partiendo por las anilinas, por los lavados de piedra, por la terminación para que sea suave, con el fijador, para que los químicos queden fijados, para que no desprendan pelusas ¿no? Depende de cuál sea como la composición de la prenda, qué químico y qué características necesita esa planta, qué químicos se van a utilizar y todos esos químicos se van a ir soltando con el tiempo y van a ir contaminando las napas subterráneas.
Eliezer: Otro gran problema que nos mencionó Beatriz, y que se ve en el desierto de Atacama, es la incineración.
Beatriz: Las fotos que se vieron en la prensa internacional son de la ropa como botada, ¿no? Como tipo vertedero, ahí, apilada. Pero esa ropa se quema y nosotros sabemos que esa ropa se está quemando. Sabemos que han habido quemas que han durado semanas también, porque les prenden fuego a la ropa. Hay una mala práctica… Entre esa ropa, abajo, que también hay calzado, hay mucho calzado, a veces hay, no sé, por ejemplo flotadores. También entremedio hay mallas de pesca. O sea, hay ropa, pero hay otros productos también. Y lo que hacen para que esta ropa no se note que en el fondo está ahí, es quemarla.
Silvia: Y aunque en las imágenes pareciera que estos vertederos están en el medio de la nada en el desierto, en realidad están bastante cerca de lugares donde vive gente…
Beatriz: Son comunidades muy humildes. En el norte de Chile hay comunidades bastante humildes. Las condiciones de vida son bien precarias porque también es el desierto. Entonces el desierto, no se necesitan, digamos, construcciones de vivienda muy fuertes ni nada. Son comunidades que son también de emigrantes, que se van asentando en esta tierra vacía. Un poco no, pero sí hay personas. Y sí hay niños, y sí hay un montón de fotos de gente que va a escarbar también buscando a ver si hay algo que vale la pena y se puede revender dentro de esto.
Audio de archivo, periodista: Son muchos los que se acercan a diario a revolver las montañas en busca de las mejores prendas para revender en sus barrios.
Audio de archivo, periodista: Otros en cambio se las llevan para ellos o para vestir a sus hijos.
Audio de archivo, señora: Yo no para vender, sino que para mí.
Audio de archivo, periodista: Para usted.
Audio de archivo, migrante venezolana: Venimos a buscar ropa porque de verdad no tenemos, porque de verdad la botamos todo ya cuando veníamos mochileando para acá.
Beatriz: Entonces son varios los impactos medioambientales y que evidentemente tienen que ver con las comunidades y las comunidades aledañas. Uno es la contaminación del subsuelo, dos la contaminación por quema y de aire. Las prendas también botan fibras contaminantes. Tres son la cantidad de infecciones que puede ir llegando en esta ropa ¿no? porque igual aunque esté en el desierto, igual pueden llegar pájaros carroñeros, igual llegan ratas, igual… es un vertedero. Por más que sea ropa, es un basural.
Eliezer: Después de la pausa: cómo nuestra cultura de consumo y descarte contribuye al problema, y algunas posibles soluciones… Ya volvemos.
Elías González: En América Latina podemos ser bastante recursivos. Por eso este mes en Lupa, la aplicación de Radio Ambulante para estudiantes de nivel intermedio de español, decidimos celebrar lo que en muchos países se conoce como el rebusque.
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Silvia: Estamos de vuelta en El hilo. Antes de la pausa Beatriz nos explicó que la ropa que está en los vertederos del desierto de Atacama desprende químicos que contaminan el subsuelo… y que la quema de esa ropa también tiene impactos en el medio ambiente y en la salud de las personas que viven cerca. Pero la ropa que usamos empieza a contaminar mucho antes de llegar a un vertedero.
Beatriz: El gran problema que tenemos hoy en día en la industria textil, y hay que decirlo así, sin duda alguna la sobreproducción y el sobreconsumo. Porque todo lo que tenemos viene de la naturaleza, por más que digamos que hay cosas que son el plástico, evidentemente creado por el ser humano, pero igual viene de combustibles fósiles. Todo lo que tenemos viene de la naturaleza, y la industria de la moda está exigiendo muchísimo. Está exigiendo en cuanto a tierra, ¿no? para plantar algodón yo necesito tierra. Entonces, ¿qué es lo que pasa con esa tierra? ¿De dónde saco esa tierra? Porque hay cierta cantidad de tierra disponible en el mundo.
Eliezer: Beatriz menciona el algodón porque es una de las fibras naturales más demandadas. Los países que producen más algodón son India, China y Estados Unidos. También están entre los principales productores Brasil, Pakistán y Turquía.
Silvia: Y hay toda una historia detrás del algodón y cómo ha ido cambiando su producción para adaptarse a esta industria textil global que Beatriz describe como gigante y voraz. Pero lo que tienen que saber ahora es que con la subida en la demanda de algodón, se empezó a reemplazar la planta natural por una semilla de alta producción. O sea, el algodón que se usa hoy para hacer nuestra ropa ha sido modificado genéticamente.
Beatriz: El algodón que tenemos ahora sí, es más productivo, pero ha demandado una cantidad de agua que es impresionante.
Eliezer: Esta producción de algodón ha tenido consecuencias graves. Es cosa de ver lo que pasó con el Mar de Aral. El lago que bordea Kazajistán y Uzbekistán, era uno de los más grandes del mundo hace menos de un siglo. Ahora, está prácticamente seco.
Beatriz: Y ahora tienen un desierto. Y uno ve esas imágenes y son impresionantes. Hay barcos en la mitad de un desierto, de algo que era un mar.
Eliezer: Y ahora solo queda 10% de su volumen de agua.
Silvia: El algodón y el poliéster son las fibras que más se usan para hacer la ropa que vestimos y procesarlas implica muchísimos recursos.
Eliezer: Y esos químicos que mencionaba Beatriz… que se desprenden de la ropa en los vertederos, empiezan a contaminar mucho antes de llegar ahí.
Silvia: Nos dio el ejemplo de China, responsable de más de la mitad de la producción textil en el mundo.
Beatriz: Ellos tienen ríos que, no sé si ustedes lo han visto, pero son ríos… Por ejemplo, hay un río que es completamente azul porque tiñen con índigo para hacer jeans. Y esa contaminación evidentemente tiene que ver con la contaminación de la gente que vive cerca, ¿no?, de que eso se respira, de que agua ya no se puede limpiar.
Silvia: Y claro, la industria textil también contamina, como todas, por la cantidad tan grande de energía que usa.
Eliezer: Ahora se ven distintas marcas de ropa promocionando líneas más sustentables, incluso de estas marcas que producen fast fashion ¿no? ¿Realmente algunas de estas cosas hacen alguna diferencia?
Beatriz: Si no ralentizamos el consumo y bajamos la producción, no van a hacer ninguna diferencia. Esa es la verdad. O sea, lo que estamos viendo acá en Chile es como una pequeña parte del problema. Si nos vamos a Asia, hay una parte del problema gigante. En la India, hay generaciones completas de niños que por los pesticidas que le estamos echando a los algodones nacen con problemas, ¿no? O sea, si yo te dijera todos los problemas que está ocasionando la industria, incluso de la esclavitud moderna, y un montón de cosas que están pasando que tienen que ver con esta sobre demanda que tenemos de la industria textil. El problema es la cantidad de ropa que tenemos. Hay demasiada ropa dando vueltas.
Eliezer: Y hay una práctica que se ha vuelto común entre marcas masivas: destruyen la ropa que no venden. Hace algunos años, por ejemplo, un medio reportó que la tienda H y M, había quemado sesenta toneladas de ropa nueva y sin vender en un lapso de cuatro años. Además, en una de sus tiendas se encontraron bolsas de basura llenas de ropa nueva, con la etiqueta puesta, pero cortada por la mitad, para asegurarse que nadie pueda usarla.
Silvia: Para contrarrestar denuncias como esas, grandes marcas de ropa, incluyendo H y M, han lanzado líneas supuestamente sustentables. Pero Beatriz nos cuenta que esto no va a solucionar los problemas que genera la industria, aunque muchos caemos en esa trampa de marketing.
Eliezer: Hay un concepto que no aplica solo a la industria textil, pero que se ve mucho cuando vamos a comprar ropa: el greenwashing. O sea, cuando una corporación se publicita como que tiene conciencia ecológica, o presenta un producto como “sostenible”, sin en realidad hacer cambios significativos.
Beatriz: Cada vez tienen más líneas conscientes como algodón orgánico, trabajo justo. De hecho, como que ellos ponen una etiqueta de sustentabilidad, tienen una línea que es sustentable, pero todo el resto de la ropa se sigue haciendo igual. Ay sí, mira que lindo. Me compré una blusa de lino y dice que es sustentable. Pero la sustentabilidad es un tema que en los últimos años se ha vaciado un poco porque nadie sabe exactamente qué está hablando de sustentabilidad. Todos tenemos buena fe y esperamos que sea que el impacto medioambiental sea menor a otra prenda que no es sustentable, pero en realidad la sustentabilidad son tantas cosas a la vez que yo creo, ninguna empresa lo logra. Ni siquiera las marcas pequeñas que tienen más control sobre su cadena productiva logran tener control sobre todos los ámbitos ¿No? Yo diría que uno tiene que pensar como ya, si me estás hablando de sustentabilidad, ¿qué me estás hablando?, ¿qué está gastando menos agua que a la gente le estás pagando mejor o qué? ¿A qué te estás dirigiendo con esta? Porque dicen: Oh, sustentable ahorita sustentable lo compro.
Silvia: Eso justo te queríamos preguntar: ¿Qué podemos hacer, como consumidores, para no alimentar más este problema?
Beatriz: Nos toca una tarea como consumidores. Yo creo que es bastante importante, ¿no? de informarnos. Hay mucha gente que se siente un poco abrumada por la cantidad de información que tiene que manejar para ser un consumidor consciente. Pero tampoco es tanto. Uno va aprendiendo y uno lo va asimilando y se va transformando en un hábito o en una práctica. Y uno una vez que ya tienes esa práctica, ya la tiene incorporada. Y al momento de elegir los seres humanos somos bastante rápidos leyendo códigos, ¿no? Entonces, uno ya sabe… mmm, mira esto. Ya partiendo por la empresa, si es que una empresa que mueve un volumen millonario ya es imposible que sea sustentable.
Eliezer: Además de educarnos, que puede a veces sentirse abrumador, Beatriz nos dio algunos consejos prácticos.
Beatriz: Hay una nueva terminología en sustentabilidad de la industria textil que se llama, en la industria de la moda, que se llama economía del compartir y la economía de compartir está creando un montón de plataformas que además la digitalización y la globalización comunicacional están permitiendo, que son, por ejemplo, plataformas de intercambio de ropa, plataformas de venta.
Silvia: Beatriz dice que tenemos que preocuparnos de no usar recursos nuevos. En vez de comprar un vestido nuevo, por ejemplo, podemos ir a una costurera a que nos ayude a modificar uno antiguo o arreglarlo. O podemos hablar con upcyclers, recicladores que te ayudan a transformar cosas en algo totalmente nuevo. Cada vez hay más opciones.
Beatriz: Ferias de intercambio, segunda mano, intercambiar con las amigas, ponerlo a la venta en internet, o regalarlo, o pedirle a alguien o que alguien regale que esté diciendo regalo estas cosas, ¿no? Hay que hacerlo en conjunto. Yo creo que tenemos que empezar a pensar como en la desposesión material un poco y hacer que los productos vayan circulando entre nosotros.
Eliezer: Se trata, básicamente, de transformar esa cultura de consumo y descarte, donde la gente no soporta la idea de repetir un look.
Silvia: Mientras tanto, la cantidad de basura textil que se ha acumulado en el desierto de Atacama es tan grande, que las autoridades locales dicen que necesitan una suma millonaria para removerla. Más de tres millones y medio de dólares.
Eliezer: El problema es enorme, pero hay personas que buscan mitigarlo. Por ejemplo, hay una fábrica en la zona que toma los residuos y los convierte en paneles de aislamiento para viviendas sociales.
Silvia: Y parte de la solución también pasa por propuestas de regulación. Como mencionamos antes, en Chile la ley es bastante laxa, pero hay iniciativas, que si bien no resuelven el problema del desierto, buscan crear conciencia. Una de ellas es un proyecto de ley de eco-etiquetado.
Beatriz: El eco-etiquetado plantea que si tú te compras, por ejemplo, un par de jeans, el jeans diga este jeans utilizó cincuenta litros de agua, esta cantidad de químicos, cuánta gente trabajó en tus jeans, cuánto demoró en hacerse, en qué lugar se hizo la tela, en qué lugar se confeccionó, cómo viajó a tu… ¿no?, porque se trajo en avión, se trajo en barco ¿Por cuántos lugares pasó? Toda, toda, toda esa información de trazabilidad debería tener la ley de ecotiquetado.
Silvia: Pero no hay claridad de cuándo podría avanzar ese proyecto de ley, que está en su primer trámite en la Cámara de Diputados desde agosto de 2021.
Beatriz: Después otra ley es la Ley Rep. Es la Ley de Responsabilidad Extendida del productor.
Eliezer: Es una ley que responsabiliza a los productores e importadores de distintas industrias por la basura y residuos que generan sus productos. Busca que se hagan cargo estableciendo metas de recolección y reciclaje, entre otras medidas.
Silvia: Esta ley se aprobó hace años en Chile, pero se ha ido implementando de forma gradual. Originalmente, la industria de la ropa y textil no estaba incluida en la ley, pero hace unos meses el Ministerio del Medio Ambiente anunció que eso cambiará. Y si se concreta, debería funcionar así:
Beatriz: La ley de responsabilidad extendida del productor tiene que decir que donde tú compres una o adquieras una prenda, ese productor tiene que darte una solución para el fin de vida de tu prenda. Es decir, yo compré un jeans en, por decirlo, en Walmart por decirles algo, Walmart tiene que tener un sistema de reparación en el caso de que mi jean se rompa, que se yo, yo tengo que poder llevarlo al taller y me lo tienen que arreglar o yo ya no sé que hacer más con este jeans y voy y se lo doy al Walmart y Walmart tiene que tener un centro de reciclaje o alianza con plantas de reciclaje y transformarlo en algo más. Y ellos tienen que hacerse cargo de lo que lanzan al mercado.
Eliezer: Para Beatriz, es urgente que los países empiecen a pensar en qué posición están dentro de la industria textil global.
Beatriz: El fast fashion lleva sólo treinta años, ¿no? La ropa existe desde que existen las personas. Entonces yo creo que estamos en un momento en que podemos pensar cómo queremos nuestra industria textil también. En Latinoamérica, es una gran preocupación para mí, nosotros no tenemos ninguna injerencia de ninguna decisión ¿Qué tipo de industria textil queremos tener?
Silvia: Beatriz dice que la desventaja en la que está Latinoamérica en la industria textil es evidente en términos económicos. Es decir, como región no hemos podido competir con las grandes industrias, como China. Y eso nos deja con pocas opciones.
Beatriz: No tenemos ninguna soberanía económica con respecto a cómo nosotros manejamos nuestros capitales, la cantidad de empleo que podemos dar, los trabajos que podemos desarrollar en torno a la industria textil. No podemos decidir nada porque estamos, ya estamos en un lugar dentro de este orden mundial y como ese es el lugar que nos toca. Estamos en una situación de dependencia en cuanto a la industria textil con respecto al resto del mundo, sí, mándenlo todo lo que ustedes no quieran y nosotros aquí veremos cómo nos hacemos cargo de la basura. Por más de que digamos nosotros somos un país, estamos en vías de desarrollo. Estamos recibiendo la basura de otras partes del mundo.
Eliezer: Y la industria textil, dice Beatriz, no es algo que deberíamos ver solo desde el punto de vista económico. La ropa también es cultura.
Beatriz: Vestir, no es solamente taparse y abrigarse. Vestir tiene que ver con tantas cosas, con nuestra historia, con las mujeres, con que nacemos y nos arropan en una manta y morimos y nos arropan en una manta, ¿no? No sé, hay mucha historia en la ropa y nuestra industria la banalizó y nosotros también. Este desecho que tenemos en el norte también es el desecho de nuestra cultura, ¿no?
Daniela Cruzat: Este episodio fue producido por Silvia Viñas y por mí, Daniela Cruzat, y editado por Daniel Alarcón y Eliezer Budasoff. Desirée Yépez hizo el fact checking. La mezcla y el diseño de sonido son de Elías González, con música compuesta por él, por Remy Lozano, y Andrés Azpiri.
El resto del equipo de El hilo incluye a Mariana Zúñiga, Inés Rénique, Denise Márquez, Paola Alean, Elsa Liliana Ulloa y Camilo Jiménez Santofimio. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Estudios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
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