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En papel, el plan de reapertura de España parecía sólido. ¿Qué pasó para que el país esté sufriendo ahora uno de los peores rebrotes en Europa? Hablamos con el sociólogo y analista de datos Jorge Galindo para entender cómo se diseñó el plan, las razones detrás de los nuevos contagios, y qué podemos aprender en América Latina de la experiencia española. Luego, María Egea, rastreadora y enfermera, nos explica cómo hace su trabajo en Aragón, el actual epicentro de los rebrotes que tienen en vilo a España.
Créditos:
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Producción
Silvia Viñas, Álvaro Céspedes, Mariana Zúñiga -
Edición
Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Diseño de sonido
Elías González -
Pasante de producción
Inés Rénique -
Verificación de datos
Desirée Yépez -
Fotografía
Jeremías Carroza
Transcripciones:
Transcripción:
Silvia Viñas: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Silvia Viñas
Eliezer Budasoff: Y yo soy Eliezer Budasoff.
Mientras algunos países de América Latina empiezan a reabrir, o piensan en hacerlo, a pesar de que la región se ha convertido en el epicentro de la pandemia, el plan de reapertura en España no consiguió evitar un resurgimiento de contagios que tienen al país en alerta.
Silvia: Hoy, la reapertura, el rol de los rastreadores y qué podemos aprender de lo que está pasando en España, donde se viven algunos de los peores rebrotes en Europa.
Es 7 de agosto, 2020.
Eliezer: Jorge. ¿Cuándo y por qué comenzó la reapertura en España?
Jorge Galindo: Bueno, la reapertura empezó cuando se consideró que la cuarentena había funcionado.
Eliezer: Él es Jorge Galindo.
Jorge: Soy sociólogo español residente en Bogotá, y analista de datos para el diario El País.
Eliezer: Jorge me explicó que el objetivo de la cuarentena era doble.
Jorge: El inmediato, el claro, el evidente era mandar al piso el ritmo de contagio del virus, conseguir suprimirlo.
Eliezer: Y recordemos que España tuvo una cuarentena estricta, controlada por la policía nacional. El periodo clave, el que logró cambiar la trayectoria del virus, duró dos semanas: del 30 de marzo al 13 de abril.
Jorge: En esos quince días no había casi, casi, casi nada de economía funcionando. Tenemos datos de, de algunos bancos que nos ofrecen las transacciones por tarjeta de crédito. También tenemos los datos de Google y de Apple de movimiento de gente, y vemos que la inmensa mayoría de la actividad en esos días estaba congelada. Eso fue lo que logró suprimir el virus.
Eliezer: Y el segundo objetivo de esta cuarentena, luego de suprimir el virus, era prepararse.
Jorge: Preparar el sistema de salud y sobretodo preparar la capacidad epidemiológica para cuando o si el virus retornase. Lo primero cuando se consiguió, cuando se vio que el ritmo de contagio estaba descendiendo, estaba muy abajo, pues fue como el pistoletazo de salida para empezar a, a diseñar la reapertura. Siempre teniendo en cuenta en teoría, el hecho de que había que construir una capacidad de detección y de respuesta para que no volviese a pasar ni lo mismo ni nada remotamente parecido.
Eliezer: Pero, ¿cómo hacer la reapertura? En España, el debate sobre esto empezó en abril.
Jorge: El primer debate que surgió sobre cómo reabrir era si hacerlo con base en una serie de indicadores, digamos, nosotros vemos que una región, una comunidad autónoma, como se llaman en España –Madrid, Valencia, Asturias, Andalucía– pasa por debajo de un ritmo de contagio, de una cantidad de gente en las UCIs, lo que sea, pues entonces decidimos que se reabra tal o cual aspecto de la economía y de la vida cotidiana. La otra opción era hacerlo con un sistema de calendario, con unas fechas cerradas. Se decidió la primera opción. Yo creo que fue correcto. Tú tienes que atar las decisiones de qué reabres y no qué no reabres a los indicadores que vas teniendo.
Eliezer: A finales de abril, el presidente Pedro Sánchez anunció el plan para la reapertura, o desescalada.
Audio de archivo, Pedro Sánchez: Esa transición, esa desescalada, sería en primer lugar gradual; en segundo lugar asimétrica, es decir, diferenciada en función de los territorios porque la evolución de la epidemia es distinta; y finalmente coordinada, porque es necesaria la unidad, el trabajar codo con codo las distintas administraciones en este reto tan trascendental que tenemos por delante de nosotros mismos.
Jorge: Se decidió un sistema de fases en el cual todas las comunidades autónomas, todas las regiones, empezaban en fase cero, que era una fase de cuarentena, de confinamiento casi total, y conforme iban cumpliendo una serie de, de requisitos, en teoría, pasaban de fase a la fase 1, a la fase 2, a la fase 3. En este proceso cada vez se reabrían más cosas. Por ejemplo, en una fase determinada se pueden abrir las terrazas de los bares, la parte exterior, pero no el interior, y en otra ya se podía abrir incluso el interior de los bares, que es donde acabaron todas.
Eliezer: Hubo una reapertura por sectores. Entre los primeros, estuvieron los comercios minoristas, las terrazas de los restaurantes y las ferias callejeras, pero siempre con una capacidad limitada.
Jorge: Los últimos sectores en llegar a la reapertura han sido, obviamente, los de la hostelería y el turismo, que es muy importante en España. Después, normalmente se le unieron aquellas personas que sentían que se exponían a un menor riesgo con un eventual contagio.
Eliezer: Gente joven, sana…
Jorge: Lo que ha pasado es que una parte importante del contagio se ha producido, uno, en focos laborales, y dos, entre la gente joven.
El primer gran rebrote en España, que yo recuerde, fue un grupo de trabajadores del campo, muchos de ellos migrantes.
Audio de archivo, noticiero: En este hotel habría al menos 40 personas aisladas, la mayoría temporeros que no tienen un domicilio donde confinarse. Y otros 24 jornaleros estarían también en cuarentena en una granja escuela a las afueras.
Jorge: Que vivían en condiciones poco aceptables. Esas malas condiciones implican muchas veces, por desgracia, hacinamiento, que de por sí ya es malo para el trabajador. Pero además, en una situación en la cual hay un virus circulando, pues el riesgo es aún mayor. Ha habido varios ejemplos de rebrotes en este tipo de entornos laborales de trabajadores inmigrantes del campo. El segundo gran foco de contagio, que yo recuerde, fue una fiesta de fin de curso, de gente joven.
Audio de archivo, noticiero: Es el de una discoteca en Córdoba, una fiesta de graduación, que acumula ya 91 casos confirmados. Ha obligado a aislar a cerca de mil personas que han estado en contacto con alguno de los 400 asistentes a esa fiesta. Para rastrear este foco se han realizado más de 2 mil pruebas PCR.
Eliezer: Los clubes y discotecas han sido un foco de contagio en los últimos meses.
Jorge: Hubo un momento a finales de julio, mediados finales de julio, hubo un momento en el cual algunas autoridades locales y regionales en España decidieron que iban a prohibir el botellón, que es esta práctica tan propia nuestra, sobre todo en verano, que hace buen clima en España o hace mucho calor, de beber en la calle. Pero no se cerraron los locales de ocio, sólo se limitaron como un poco después. Entonces era un poco absurdo porque era como, estás sacando a la gente de tomar en la calle donde hay menos riesgo de contagio, pero los locales de ocio siguen abiertos mientras estás viviendo esto.
Eliezer: Pero hay otro tipo de brote, que puede afectar a los más vulnerables…
Jorge: ¿Qué ha pasado después? que el gran foco de contagio en una segunda etapa, ahora mismo, son en ámbitos familiares y de pequeñas reuniones de amigos, que llega ya a la gente que no estaba saliendo tanto porque es un poco más vulnerable a los efectos de la enfermedad.
Eliezer: España ahora mismo está en una media de contagios por encima de 1000 personas por día.
Jorge: Esta cifra, digamos, no es del todo comparable con las cifras que teníamos a principios de… de marzo, abril, mayo o incluso en mayo, porque ahora detecta mejor casos el sistema español de lo que detectaba antes. Pero cuando pintas la curva de nuevos casos de España versus otros países de Europa, claramente es el que tiene una peor tendencia de los de los grandes países del continente.
Eliezer: Entonces, ¿qué pasó? ¿Por qué no funcionó el plan del gobierno que, sobre el papel, se veía tan bien? Recordemos lo que decía Jorge al comienzo de este episodio, que uno de los objetivos de la cuarentena era prepararse.
Jorge: El primer problema era que no se hizo la tarea ni los gobiernos regionales, que en España tienen bastante poder, porque es un Estado descentralizado, ni el Gobierno central, acabaron de hacer la tarea en la construcción de capacidad de rastreo, de capacidad epidemiológica en general, y por tanto, los indicadores daban quizás una imagen que era más optimista de la que realmente era en realidad el contagio. La imagen que tiene España hoy de su epidemia es indudablemente mejor que la que tenía en marzo. Pero es que la que tenía tenían marzo era horrible. O sea, en marzo detectábamos un 3%, un 4% de los casos, que es más o menos lo que detecta México ahora, que es el país que peor detecta en Latinoamérica, ¿vale? Entonces era fácil superar esa barrera.
Eliezer: Pero, comparado con otros países europeos, como Italia, España todavía está muy por debajo, por ejemplo, del número de pruebas.
Jorge: Hay un indicador que muchos epidemiólogos y epidemiólogas utilizan, que es el número de tests que se realizan no por persona de población, sino por positivo de COVID. ¿Por qué? Porque en teoría el número de tests tiene que ir atado a la demanda y la demanda viene determinada por la cantidad de contagios.
Eliezer: La OMS recomienda que los países tengan alrededor de 20 pruebas por cada positivo.
Jorge: España está en 24. Es cierto, está bien, pero es que Italia está por encima de 100 ahora mismo.
Eliezer: Es decir: estos dos países fueron igualmente golpeados por el virus, pero Italia está testeando cuatro veces más por cada caso positivo que España.
Además, uno de los objetivos estratégicos que estableció la OMS para hacer frente a la pandemia supone el rastreo a partir de los brotes esporádicos, pero España hoy en día tiene menos de la mitad de los rastreadores de casos que necesita. Según las cifras de las diferentes consejerías de sanidad hay, aproximadamente, un rastreador por cada 12 mil personas. Lo ideal sería uno por cada 5.500 habitantes.
Jorge: A pesar de que ya llevamos semanas con mucha gente diciendo que no se han contratado a los rastreadores suficientes, que no se ha hecho el trabajo epidemiológico suficiente, no se ve una voluntad clara, salvo algunas excepciones, de ampliar esa capacidad epidemiológica.
Eliezer: Otro problema que resaltó Jorge es la falta de coordinación entre las autoridades regionales y la autoridad central del Ministerio de Sanidad.
Jorge: En España, la sanidad está descentralizada. Cada región, cada comunidad autónoma, gestiona la mayor parte del sistema de salud. También hay un Ministerio de Sanidad que es la autoridad epidemiológica en casos de emergencia como éste. Y la atención y la coordinación es difícil. En el momento de emergencia, el Ministerio de Sanidad del Gobierno Central declaró un estado de alarma y, digamos, tomó temporalmente esas competencias. Pero ahora ya no estamos en ese contexto. Ahora, de nuevo, cada región lo gestiona y también la respuesta.
Eliezer: Los reportes diarios de contagios, por ejemplo, dependen de cada comunidad autónoma, y luego el Ministerio de Salud los reúne y publica diariamente.
Jorge: Hay una diferencia enorme entre la calidad de los datos que ofrecen unas regiones y otras. Algunas están ofreciendo datos transparentes, claros, abiertos. Otras están retrasadas en la entrega de datos, datos incompletos. Y además, el Ministerio no ha acabado de hacer la tarea de poner firmes a las comunidades autónomas y pedirles, digamos, por favor, un calendario de datos y además coger esos datos y presentarlos desde el Ministerio de una manera abierta y accesible. Ese trabajo tampoco lo ha hecho. Entonces tenemos problemas, digamos, en ambos niveles.
Eliezer: Lo que hace difícil tener la información necesaria para decidir qué hacer en este momento de reapertura.
Jorge: Nos siguen faltando datos de calidad y sin datos de calidad no podemos tomar decisiones ni de orden político ni de orden personal, porque uno decide si se va de vacaciones, si se ve con la familia, si no, en función del ritmo de contagios en su territorio, en su zona o a la que quiere ir. Cuando tú decides reabrir después de una cuarentena en la que te has dedicado con mucho esfuerzo a suprimir el virus y crees que lo ha suprimido, tú dependes de tus indicadores. Tú dependes de tus datos por un lado. Y por otro lado, dependes de que tu criterio no tenga ningún tipo de interferencia política, que se base exclusivamente en los criterios sanitarios.
Eliezer: España no es ajena a la polarización política que ha afectado la respuesta a la pandemia en muchos de nuestros países: las disputas entre partidos y territorios, han entorpecido la posibilidad de tener una imagen clara de la situación y una respuesta unificada.
Jorge: Cuando tus datos no son perfectos y además hay interferencia política, lo que pasa es que vas a reabrir sin saber o sin tener en cuenta el estado real del virus. Basta con que tengas una cierta cantidad de virus circulando y estés reabriendo espacios, como locales de ocio, en los cuales el contagio es más probable, para que te vuelva a explotar el rebrote. Hay un debate en España ahora sobre si hay segunda ola o no hay segunda ola.
Eliezer: Para explicarlo, Jorge utilizó la metáfora de un incendio.
Jorge: En España lo que tenemos ahora mismo son demasiados focos de un mismo incendio. Entonces, aunque sean pequeños, si no los estás viendo bien y si no tienen suficientes bomberos como para apagar el fuego, basta con que te venga una fuerte racha de viento para que esos pequeños incendios se conviertan en un fuego totalmente destructivo.
Eliezer: O sea, para que estos brotes se conviertan en una segunda ola.
Te hago una pregunta de algo que escapa de alguna manera a lo medible, ¿no? Pero también puede existir una cuota de mala suerte en la posibilidad de los rebrotes.
Jorge: Claro. Siempre hay una cierta dimensión de riesgo que escapa tu control, la mala suerte siempre está ahí. El problema para mí es que tú, como Estado, tienes que estar preparado, y como sociedad tienes que estar, tienes que estar preparada para enfrentarte y confrontar la mala suerte. Tienes que esperar lo mejor pero prepararte para lo peor.
Eliezer: ¿Hay lecciones que podemos aprender en América Latina de lo que está pasando en España?
Jorge: Sin duda. El lío es el siguiente: América Latina ha renunciado a suprimir el virus. El principal debate sobre qué hacer con el virus siempre ha sido si tratar de suprimirlo en un país, tratar de hacer desaparecer casi por completo, o por completo el contagio, o simplemente mitigarlo y bajarlo por unos niveles que sean manejables por la población, por la economía y, por supuesto, por el sistema sanitario. En Latinoamérica este debate estaba desde el principio. Algunos países como México, desde un principio aceptaron que el virus no se iba a poder suprimir. Lo que ha acabado pasando es que al final todos los países o casi todos los países en Latinoamérica han acabado en una lógica de mitigación. Algunos resignándose a ella, por ejemplo Colombia, y otros porque se han ido moviendo en un abanico en el que nunca estuvo del todo claro, por ejemplo, Chile.
Eliezer: Para Jorge, aunque América Latina esté en una lógica de mitigación, o precisamente por eso, una de las mayores lecciones que la región puede extraer de España es la necesidad de información precisa y efectiva para poder tomar decisiones
Jorge: Sin unos datos lo suficientemente completos y confiables uno no puede decidir qué partes de la vida cotidiana se pueden abrir y cómo reabrirlas para que eso no genere un brote inmediato. Y además, ¿qué zonas del país? ¿Qué ciudades, qué barrios están viendo un rebrote o no lo están viendo? O hasta qué punto es preocupante en cada sitio. Para poder decidir confinamientos parciales, acciones puntuales, en zonas determinadas. Nunca un dato fue tan importante para dirigir las decisiones de tanta gente y el bienestar de tanta gente. Un dato preciso, un dato abierto, accesible, contrastable y cuestionable. Eso yo creo que es el mayor aprendizaje para América Latina.
Eliezer: Ya volvemos.
Daniel Alarcón: Hola, soy Daniel Alarcón, director editorial de El hilo.
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Silvia: Estamos de vuelta en El hilo. En el segmento anterior escuchamos sobre algunas razones que explican los rebrotes en España luego de la reapertura. Una que mencionaba Jorge Galindo es la falta de preparación epidemiológica… En concreto, esto en parte se traduce en una escasez de rastreadores.
Silvia: María, ¿nos puedes explicar qué es un rastreador?
María: Sí, claro. Mira, un rastreador es una persona, fundamentalmente una persona sanitaria. Normalmente somos enfermeras.
Silvia: Ella es María Egea, una enfermera especializada en enfermería familiar y comunitaria. Y esto es importante porque, como me explicó María, en esta especialidad, una parte de la formación se dedica a vigilancia epidemiológica. En junio empezó a trabajar como rastreadora de casos de coronavirus.
María: Bueno, lo que nos dedicamos es desde que sale un caso positivo, desde que detectamos un caso positivo de coronavirus, lo que hacemos es investigar todos los contactos que ha tenido esa persona para averiguar, bueno, quién ha podido contagiarse también, para intentar frenar un poco esta, esta enfermedad.
Silvia: Maria trabaja en un centro de salud público en Zaragoza, la capital de la comunidad autónoma de Aragón.
Audio de archivo, noticiero: Ante la aparición de nuevos brotes y los casos de transmisión comunitaria que se están observando en las últimas semanas, el gobierno de Aragón anunció este lunes medidas restrictivas para toda la comunidad autónoma.
María: La situación de Aragón es una de las más complicadas a nivel de toda España. Somos una de las zonas que más casos está teniendo, aunque, bueno, también bajo mi punto de vista es porque también estamos haciendo un trabajo bastante importante de, de rastreo y se están realizando muchísimas pruebas.
Silvia: Los números de casos en Aragón se empezaron a disparar a mediados de julio. En los primeros cinco días de agosto, Aragón ha sumado 2,700 contagios… Es la región con más casos por 100,000 habitantes y se ha convertido en el epicentro de los rebrotes en España.
María empezó a trabajar como rastreadora a partir de una convocatoria de mayo: el gobierno de Aragón buscaba enfermeras con su especialidad.
María: En principio la convocatoria es de un año, y bueno, supongo que será en función de cómo evoluciona todo, como es tan incierto… la verdad es que veremos a ver si… si se alarga o, o no. Espero que no por este tema.
Silvia: Le pedí a Maria que me explicara cómo funciona el rastreo que ella hace, paso a paso. Y lo que me llamó la atención es que este trabajo se hace principalmente por teléfono.
María: Cada vez que una persona da positivo, lo que nos encargamos es de llamar a esa persona, primero de informarle, por supuesto, de que, de que tiene el virus, porque bueno, algunas personas verdad que también son asintomáticas, ¿no? Entonces cada vez que hay una persona positiva lo que nos encargamos es de buscar los contactos estrechos que ha tenido. Estos contactos los tenemos que buscar desde 48 horas antes de que la prueba haya sido positiva o de que la persona haya empezado con sintomatología.
Silvia: María se encarga de buscar a las personas con las que ese caso positivo ha tenido contacto por más de 15 minutos, sin mascarilla y sin mantener distancia.
María: Esto sería un poco la definición de contacto estrecho, ¿no? Porque es verdad que también crea mucha confusión y cuando una persona da positivo pues te hacen una lista muy larga de todas las personas con las que se han cruzado o han estado con mascarilla y en realidad no, simplemente hay que buscar, bueno, estos contactos que son más de riesgo, ¿no? A raíz de ahí, a través de ese listado nos ponemos en contacto con todas esas personas y se les realiza la prueba PCR y se les indica que tienen que estar en aislamiento 14 días.
Silvia: Y es importante que el aislamiento dure esos 14 días…
María: Sí que es verdad que el periodo de incubación normalmente son 5 o 6 días, pero puede llegar hasta 14. Entonces, por mucho que la prueba les salga negativo cuando se la haces al quinto día o al sexto de de contacto, pues bueno, hay que esperar un poquito más de ese tiempo.
Silvia: Claro. ¿Y cómo reaccionan las personas cuando las llamas?
María: Bueno, hay de todo. La verdad es que las reacciones son, son muy variadas. Hay gente muy responsable que lo entiende súper bien y bueno, al revés, ¿no? Te agradece el trabajo que haces y lo valora y se queda en casa y realmente cumple con las recomendaciones, y hay gente que no. Hay gente que no se lo toman nada bien, que no quiere estar en casa, que lo único que quiere es que le hagas la prueba ya. Bueno, a veces sí que es complicado y más ahora que es verano, que quieren salir, que quieren irse de vacaciones. A veces hay gente que le pilla de… fuera de su casa, ¿no? de su domicilio, o se ha ido a la playa, a la montaña, con los amigos.
Silvia: ¿Y qué tipo de preguntas les haces? Tienes como una lista que tienes que repasar con ellos, o…
María: Sí, al final, bueno, casi te lo sabes de memoria, ¿no?, pero… pero sí, les pregunto sobre todo cómo ha sido el contacto, ¿no? con esa persona, porque claro, eso delimita mucho una actuación u otra. Y luego a preguntar sobre todo si tienen síntomas también, porque entonces sí que hay que adelantar un poquito la prueba y también si viven con gente que es de riesgo, ¿no? que tiene… con personas mayores, personas con enfermedades crónicas.
Silvia: También les pregunta si tienen acceso a alguien que pueda ir a hacer la compra por ellos.
María: Hay mucho problema social asociado a todo esto, ¿no? Hay gente pues mayor, o gente que tiene que estar todos en casa aislados, porque una persona, un conviviente, ha dado positivo y se tiene que quedar toda la familia en casa. Entonces, claro, también tienes que investigar un poco ahí para para evitar que esas personas salgan a comprar o salgan a hacer cosas de su vida diaria, ¿no? Y bueno, por ahí tienes que buscar también ayudas sociales para evitar esto y solucionar ese problema que al final está ahí.
Silvia: ¿Hay alguna forma de controlar que la gente cumpla con el confinamiento después de esto?
María: Realmente no. Bueno, yo les apelo siempre a la responsabilidad social, ¿no? Pero bueno, me ha pasado de llamar y escuchar el ruido del coche, escuchar el ruido de la calle. Bueno, yo siempre intento ser muy correcta y explicarles. pues bueno, ¿no? que yo lo entiendo, que es verano, pero que es una situación muy complicada otra vez, que tenemos que tener muchísima responsabilidad, que la gente que está en el hospital ingresada o incluso en UCI, o en sitios peores, bueno, que a ellos les hubiese gustado que todos hubiésemos hecho este pequeño esfuerzo, ¿no?
Silvia: María también ha visto casos de personas que, por diferentes razones, les es muy difícil quedarse confinados en casa.
María: Pues claro, al final también implica no poder ir a trabajar. Gente que quizás no tenía contrato laboral. Gente… A veces inmigrantes, ¿no? Y luego también, hace poquito pues 16 personas también que vivían confinadas en una casa, en una vivienda social, uno dio positivo. Y lo mismo, ¿no?, te decían que claro que no podían dejar de ir a trabajar, que lo necesitaban y que claro, ellos no entendían por si se encontraban bien, porque por qué tenían que quedarse en casa, ¿no? y no continuar con su vida normal.
Silvia: Con los rebrotes, el trabajo de María como rastreadora se ha vuelto más complicado.
María: Yo empecé con el rastreo en junio, que bueno, que justo fue un mes bastante tranquilo, a nivel de España y a nivel de Aragón había muy, muy poquitos casos y claro, el rastreo se podía hacer muy bien, ¿no? podías hacer un seguimiento casi diario de los contactos porque te daba tiempo a llamarlos, a preguntarles. Ahora el rastreo pues se está viviendo de forma diferente, ¿no? Apenas les llamas la primera vez para decirles que han tenido contacto con un positivo. Eh, la siguiente llamada es para darles el resultado de la PCR y casi la siguiente llamada que les puedes hacer ya están terminando el confinamiento de 14 días. Pero claro, tienes que seguir toda esa gente, más cada día, que te llegan más nuevos casos, que te llegan nuevos contactos.
Silvia: Claro. ¿A cuántas personas estás llamando por día o por semana más o menos?
María: Bueno pues por día unas 40, 50, 60 incluso, sí, depende de los días, claro. Ahora mismo, pues quizás estoy, en el momento actual, tengo unos 60 contactos en cuarentena, por así decirlo, que les tengo que ir preguntando como está, si tienen síntomas, si no. Y cada día pueden entrar de nuevos contactos, pues 30, 40. Muchísimos. Entonces, claro, la situación es bastante… es bastante complicada.
Silvia: María me contó que hay días en que está trabajando 12 horas.
María: Aparte del rastreo, pues me he estado dedicando pues a cubrir consultas de pediatría, a cubrir consultas de adultos, realizar pruebas PCR, hacer analíticas un poco para todo. Esto no debería ser así porque claro, deberíamos de centrarnos muy bien, ¿no? en nuestro trabajo, que es muy importante realizarlo bien para, para frenar esto. Pero bueno, la situación actual es verdad que es complicada, que… que no hay gente para trabajar y esto nos hace, bueno, pues dedicar también parte de nuestro tiempo a… a otras cosas que también se tienen que seguir haciendo en los centros de salud.
Silvia: En su centro de salud, María es la única rastreadora. En todo Aragón, hay 260… pero según expertos, la comunidad autónoma necesita 400.
María: Es insuficiente. Ya te digo, estas dos semanas atrás pues bueno, he estado doblando turnos de 8 a 8 y aún así te vas a casa con trabajo por hacer, ¿no? Es una sensación pues, pues mala, ¿no?, un poco frustrante de decir madre mía, estoy aquí echando muchísimas horas y aún así no llego, ¿no? Y bueno, y esto cada vez, cada día de momento estas dos últimas semanas por lo menos, está yendo a más. Entonces bueno, a veces es complicado, ¿no? te vas a casa con una sensación un poco… un poco mala, ¿no? A pesar de haber hecho todos los esfuerzos posibles, pues de no llegar, ¿no? de querer hacerlo mejor o de poder hacerles un seguimiento más, más personalizado, pero… pero no, no se puede.
Silvia: En Aragón han contratado a trabajadores sociales como rastreadores, pero María me explicó que es una labor más sanitaria.
María: Parece un trabajo fácil a simple vista, ¿no? que solamente hay que preguntar los contactos y ya está. Pero claro, luego hay muchos casos particulares, ¿no? No todo es blanco o negro, hay muchas muchas escalas de grises. Hay muchos signos de alarma o cosas que tienes que advertirles que bueno, que la gente que no es sanitaria quizá si le puede pasar por alto.
Silvia: Porque recordemos que su trabajo no termina cuando averigua con quién ha estado la persona contagiada.
María: Hay que hacer un seguimiento muy estrecho, ¿no?, sobre todo de los casos, también de los contactos, pero sobre todo de los casos, ¿no? de, de cómo están, cómo se sienten, cuáles son los… bueno, es un poco eso, los síntomas que hay que estar un poquito más alerta para que la cosa no se complique, porque bueno, ya sabéis que muchas veces se termina, hay muchos pacientes que terminan con neumonía bilateral, ¿no? que esto ya es una situación pues más grave.
Silvia: ¿Tú tuviste experiencia con casos de coronavirus antes de empezar a rastrear?
María: Sí, la verdad es que yo lo he vivido en primera línea, ¿no? Aparte, ahora estoy viviendo de una manera más, bueno, más telefónica, ¿no? más, más burocrática quizás. Pero también viví esas urgencias, las noches de que no parasen de, de llegar personas, ¿no? familias, gente sola.
Silvia: ¿Y eso crees que afecta ahora cómo haces tu trabajo como rastreadora?
María: Sí, quizás sí, sobre todo también con las familias, ¿no? me pongo mucho en su lugar, ¿no?, cuando me dicen que tienen miedo, que su madre, pues que de momento está bien, pero que no sabe cómo va a evolucionar. Y te cuentan que claro, que solamente hablan con el médico o con el personal sanitario una vez al día, les dicen qué tal está, pero no pueden ir a verlos. Y la verdad es que es duro, es… Lo he vivido. El que una paciente ingrese solo, subiese a planta solo. Y claro, tú tampoco podías estar con él, en la habitación dándole apoyo, ¿no? Al final es verdad que, que esa parte ha sido, ha sido muy dura y psicológicamente también para las familias.
Tenemos que concienciarnos otra vez de que esto no ha terminado, de que esto es, bueno, un poco una batalla a largo plazo, ¿no? de que no estamos ni de lejos de un final de la pandemia, sino que esto, pues, va para largo. Y claro, hay que ser responsables. Yo entiendo que a nadie nos gustara ahora quedarnos en casa 14 días, ¿no? Pero bueno, es la responsabilidad que tenemos que tener y es lo que nos toca y no se nos tiene que olvidar todo lo que hemos vivido estos meses atrás.
Silvia: Bueno, muy bien, muchas gracias, María.
María: A vosotros, muchas gracias.
Eliezer: En El hilo somos Daniel Alarcón, Álvaro Céspedes, Mariana Zúñiga, Elías González, Inés Rénique, Laura Rojas Aponte, Jorge Caraballo, Miranda Mazariegos y Carolina Guerrero. Desirée Yépez hizo el fact checking de este episodio. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
Un agradecimiento especial a Álvaro García.
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Yo soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas, gracias por escuchar.