Con su uso de Twitter, sus chaquetas de cuero y su gorra al revés, Nayib Bukele, el joven presidente de El Salvador, ha capturado la atención de los medios del mundo. Pero su manejo de la pandemia ha sacado a la luz una vocación autoritaria que lo acerca a otro mandatario centroamericano: su vecino Daniel Ortega, de Nicaragua. Sin embargo, Ortega ha utilizado una estrategia radicalmente distinta, promoviendo eventos masivos y ocultando el riesgo del coronavirus. Esta semana, dos extremos del manejo de la crisis en Centroamérica, unidos por los abusos de poder.
Con su uso de Twitter, sus chaquetas de cuero y su gorra al revés, Nayib Bukele, el joven presidente de El Salvador, ha capturado la atención de los medios del mundo. Pero su manejo de la pandemia ha sacado a la luz una vocación autoritaria que lo acerca a otro mandatario centroamericano: su vecino Daniel Ortega, de Nicaragua. Sin embargo, Ortega ha utilizado una estrategia radicalmente distinta, promoviendo eventos masivos y ocultando el riesgo del coronavirus. Esta semana, dos extremos del manejo de la crisis en Centroamérica, unidos por los abusos de poder.
Créditos:
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Producción
Silvia Viñas, Álvaro Céspedes -
Reportería
Wilfredo Miranda -
Edición
Daniel Alarcón, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Andrea López-Cruzado -
Diseño de sonido
Elías González -
Pasante de producción
Inés Rénique -
Fotografía
Carlos Herrera
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Silvia: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Estudios. Soy Silvia Viñas.
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff
Eliezer: Esta semana vamos a Centroamérica… Donde dos países han llamado la atención por su manejo de la pandemia. En El Salvador la respuesta fue rápida, agresiva, pero se ha vuelto cada vez más autoritaria. En Nicaragua, ya sumida en una crisis política, el gobierno se rehusó a tomar las medidas más básicas de prevención, ha promovido eventos masivos y trató de ocultar la crisis sanitaria deliberadamente.
Silvia: Hoy, el retrato de dos presidentes centroamericanos en medio de la pandemia… Nayib Bukele de El Salvador. Y Daniel Ortega, de Nicaragua.
Es 29 de mayo de 2020.
Silvia: Antes de entrar en cómo Bukele ha estado manejando la pandemia, creo que valdría la pena que nos cuentes un poquito sobre él.
Leonor Selva: Bueno, Nayib Bukele, eh, es conocido como el presente millenial.
Silvia: Leonor Selva es especialista en derecho y políticas públicas. Fue colaboradora en la Corte Suprema de Justicia de El Salvador.
Leonor: Presidente de 38 años… Eh, miembro de la comunidad palestina en El Salvador.
Silvia: De madre católica y padre musulmán. De hecho, su padre era muy conocido. Un empresario y líder religioso en El Salvador. Y apoyaba abiertamente al partido de izquierda, el FMLN –Frente de Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Y bueno, Nayib Bukele, antes de entrar en política, era un joven empresario. Importaba motos Yamaha, pero es más conocido por su pasado como publicista. Cuando terminó la secundaria, empezó a trabajar en una empresa familiar de publicidad que tenía un contrato con el partido de izquierda.
Leonor: Tiene una carrera política de al menos unos diez años. Tampoco es un nuevo actor en la política, a pesar de que se, se le plantea como tal.
Audio de archivo, Nayib Bukele: Soy Nayib Bukele, candidato a la Alcaldía de Nuevo Cuscatlán. Mis padres me enseñaron que con esfuerzo y dedicación se logran las metas. Así he trabajado siempre en mis empresas.
Silvia: En marzo de 2012, ganó su primera elección: la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, a las afueras de San Salvador.
Leonor: Un municipio bastante, bastante, bastante virtuoso, en el sentido de que tiene una población bastante disminuida, pero con mucho auge de bienes raíces, de casas muy de lujo.
Silvia: Pero que también tiene comunidades con familias de bajos recursos.
Leonor: Se hace un nombre como un alcalde. Una especie de Robin Hood, ¿no? canalizando todo lo que recibía de, de impuestos de esta municipalidad, de los grandes suburbios y lo canalizaba a esta comunidad eh, de gente necesitada que era bastante reducida.
Audio de archivo, Nayib Bukele: Ustedes nos dieron la mano y nos dijeron: Aquí está este pueblo, este pueblo que quiere salir adelante.
Leonor: Y luego corre de nuevo por el partido FMLN, el partido de izquierda, para la alcaldía de San Salvador, la capital del Salvador, y gana.
Audio de archivo, noticiero: Nuestra ciudad capital tiene un nuevo alcalde.
Norman Quijano: He venido a hacer entrega de la varita edilicia que simboliza el traspaso de, del poder municipal.
Silvia: Por su gestión en la alcaldía de la capital, especialmente por lograr revitalizar el centro histórico, Bukele ganó popularidad. Parecía ser el próximo candidato presidencial para el FMLN, el partido en el poder. Pero también era muy crítico del partido.
Leonor: Acusándolos de traicionar los principios de izquierda, de volverse parte de este sistema, eh, corrupto. Rompe con el partido.
Silvia: Según el partido, lo expulsaron por difamar y hacer “comentarios descalificadores” contra dirigentes, y por promover la división interna del partido, entre otras cosas.
Leonor: Y anuncia su candidatura a la Presidencia.
Audio de archivo, noticiero: El alcalde de San Salvador Nayib Armando Bukele Ortez anunció su aspiración a buscar la presidencia de la república.
Audio de archivo, Nayib Bukele: Estaremos en las elecciones buscando la presidencia de la República de El Salvador para cambiar de verdad el país.
Leonor: Primero intenta canalizar un nuevo partido que se llama Nuevas Ideas. Eh, no logra a tiempo hacer la formalización del partido.
Silvia: O sea, inscribirlo en el Tribunal Supremo Electoral. Aunque lo había formado como un movimiento, bastante exitoso según cuenta Leonor. Y ahora, Nuevas Ideas sí está inscrito como un partido político. Pero en ese momento, si quería llegar a la presidencia, Bukele tenía que unirse a un partido ya establecido.
Leonor: Hace una alianza, eh, de última hora, literalmente en las últimas 24 horas que tenía para inscribirse, hace una alianza con el partido GANA.
Silvia: GANA, Gran Alianza por la Unidad Nacional, un bloque de derecha formado mayormente por militantes de ARENA, el partido conservador tradicional de El Salvador. GANA era un partido que se había fundado en el 2010, pero ya estaba marcado.
Leonor: Se conoce como un partido básicamente clientelar. Hay que decirlo con gente bastante cuestionada por temas de corrupción, incluso con involucramiento del narcotráfico. Pero bueno, eh, le sirve de vehículo.
Silvia: Y en febrero del 2019, Bukele gana las elecciones presidenciales.
Audio de archivo, Nayib Bukele: Nayib Bukele arrasa en las presidenciales de El Salvador tras lograr cerca del 54% de los votos.
Bukele: El Salvador ha pasado la página de la posguerra, y ahora podemos empezar a ver hacia el futuro.
Silvia: Ganó en primera vuelta, con solo 37 años, y se convirtió, en ese momento, en el presidente más joven de América Latina.
Y otro dato importante: desde la guerra civil, que duró 12 años y dejó más de 75 mil muertos, El Salvador había tenido 30 años de bipartidismo, de 3 gobiernos de la derecha y luego 2 de izquierda. Ambos partidos empañados por casos de corrupción.
Leonor: Él llega a la presidencia, en un ánimo de país, eh, bastante decepcionado, bastante asqueado, lo mismo que vemos en Latinoamérica, ¿no? mucho restando a las clases dominantes y tradicionales.
Silvia: Bukele canalizaba el descontento con el establishment. Y era diferente…
Lourdes: Habla como millennial, usa ropa fresca, parece que dice, te dice las verdades.
Silvia: Y es conflictivo… una característica de su esencia política, dice Leonor.
Leonor: Él tiene un discurso conflictivo, porque es un discurso que ante la población lo hace ver como alguien que reivindica y que canaliza las frustraciones de la gente. Esto se mantiene, hay que decirlo. Todo eso se mantiene ahora que él es gobernante.
Silvia: O sea ¿El Bukele candidato es igual al presidente?
Leonor: Si, de hecho es un presidente que pareciera que sigue en campaña. Es un presidente que se mide por las métricas de popularidad. Es un presidente que siempre está haciendo un símil bien binario, ¿no? Él no es un presidente que busca particularmente diálogos y consenso, sino que él entiende que él está en una contienda política y, por ende, tiene un, un discurso bastante retador. Marca muy fuertemente esta esencia de que él no se va a permitir limitar por la burocracia, por la institucionalidad, por reglas arcaicas. Él, él canaliza mucho de esto de que la gente no quiere excusas, quiere soluciones, ¿no?
Silvia: ¿Cómo ha manejado Bukele esta emergencia sanitaria?
Leonor: En una primera instancia hay que decirlo, que fue muy positivo porque fue de los primeros presidentes en tomar algunas de las restricciones más radicales.
Silvia: El 30 de enero, por ejemplo, prohibió el ingreso de personas que venían de China, y en las siguientes semanas se extendió esa medida a los países donde había más contagios.
Leonor: Y que eventualmente también fue uno de los primeros presidentes que creo que se adelantó por 4 o 5 días en cerrar totalmente el aeropuerto internacional de El Salvador, con lo cual nos logró aislar cerrando las fronteras y para que, tal cual estamos entonces lidiando con los casos a nivel interno.
Silvia: El 11 de marzo declaró una cuarentena nacional, que suspendía clases y actividades con más de 500 personas. Diez días después…
Audio de archivo, noticiero: Bukele estableció una cuarentena por 30 días como principal medida de contención para el COVID-19.
Audio de archivo, noticiero: Anunció que las personas que violen la cuarentena serán puestas en contención obligatoria durante 30 días.
Audio de archivo, noticiero: Y unos 23,000 agentes vigilan que se cumpla la medida.
Leonor: Cuando declara la cuarentena domiciliar obligatoria lo hace auxiliándose de, eh, la fuerza militar y la fuerza policial.
Silvia: Si no cumplías con la cuarentena, o sea, si las fuerzas de seguridad te veían en la calle y según ellos no tenías una buena razón para estarlo, te metían en “centros de contención”. El primer día, detuvieron a más de 200 personas .
Leonor: Ahí hubo muchas críticas porque hubo mucho desorden y mala organización, de nuevo ahí es donde la impulsividad y tal vez la improvisación, que también es una realidad de esta pandemia le empieza a jugar en contra, que es que los centros de contención no estaban acomodados. No había orden.
Silvia: Y a estos centros también han llevado a salvadoreños que llegaban del extranjero. Hay reportes de hacinamiento, de personas que estuvieron en estos centros más de los 30 días que se supone que debería durar su detención ahí… Sin proceso judicial. Según el gobierno, desde mediados de marzo han detenido a más de 3 mil personas por desobedecer la cuarentena.
Y, bueno, también está cómo Bukele ha estado comunicando las medidas o compartiendo decretos oficiales… Principalmente, por Twitter.
Leonor: Esta relación con Twitter, eh, es una columna vertebral. Él no es un candidato de terreno…
Silvia: Si entran a su cuenta lo van a ver. Tuitea mucho. Un día promedio durante esta crisis, puede publicar entre 40-70 tweets, en su mayoría retweets. Y esto es algo que ya hacía antes de la pandemia. A los días de asumir como presidente, por ejemplo, le ordenó a sus ministros que despidieran a varios a funcionarios… y los ministros contestaban, “Ahorita mismo, presidente” o “su orden será ejecutada inmediatamente…” todo por Twitter.
Leonor: A un ministro le decía, ¿Está despierto, ministro? Pero también es problemático porque se decreta vía Twitter.
Silvia: El sábado pasado, por ejemplo, decretó que el domingo 24 de mayo era un Día Nacional de Oración… También ha publicado decretos con medidas sanitarias en redes.
Leonor: En un país donde un quinto de las personas tenemos acceso a Internet.
Silvia: Más allá de decretar medidas sanitarias o darle órdenes a sus ministros, una serie de tuits y fotos a finales de abril saltaron a los medios de todo el mundo.
En las fotos se ve a cientos de pandilleros con las manos amarradas, todos en ropa interior, sentados en el suelo de una cárcel, apilados uno contra otro. Casi ninguno tiene cubrebocas.
Es importante entender el contexto de estas imágenes tan chocantes. Año tras año, sin importar el gobierno de turno, El Salvador se ha mantenido entre los países más violentos del mundo. Uno de los aparentes logros de Bukele fue que, al inicio de su gobierno, el año pasado, los homicidios se redujeron por más del 30 por ciento. Con la pandemia, esos números habían bajado aún más. En marzo, a un promedio de 2 al día. Según cifras oficiales, hubo días en que se registraron cero. Pero en el último fin de semana de abril, hubo 60 homicidios en tres días.
Leonor: Eso fue una clara señal, por ejemplo, de que las pandillas en todo caso están dormidas pero latentes.
Silvia: Y el gobierno reaccionó con mano dura, autorizando el uso de fuerza letal e implementando medidas drásticas, y peligrosas, en las cárceles.
Leonor: Hace este display, creo yo, que era más comunicacional y más de fotos.
Silvia: También sellaron puertas y ventanas y mezclaron en la misma celda a miembros de pandillas enfrentadas a muerte, algo que no sucedía desde hace más de 15 años.
Leonor: Eso creo yo que también ha sido una de las cosas que le ha traído un costo internacional bastante alto. Hay que decirlo, a nivel interno, el yugo de las pandillas y de la violencia ha sido tan brutal para nuestra población que muchas de estas medidas gozan de la aprobación del ciudadano promedio.
Silvia: Bukele está por cumplir su primer año de mandato con una aprobación muy alta. Algunas encuestas hablan de más del 90 por ciento de aprobación. Leonor dice que en parte es porque…
Leonor: No hay otra otra fuerza política o de oposición, otro gran liderazgo que canalice esa aprobación.
Pero sí ha habido señales de descontento entre los salvadoreños por el manejo de la pandemia, especialmente relacionado a las detenciones de las personas que no cumplen con la cuarentena y las condiciones en los “centros de contención”.
Audio de archivo, noticiero: Salvadoreños dejaron la cuarentena de sus casas y salieron a las calles en busca de ayuda económica prometida por el gobierno.
Audio de archivo, noticiero: La convocatoria denominada Hacé Bulla insta a que todos los días a las 8 de la noche la gente se haga escuchar pitando desde el carro, haciendo sonar cacerolas u otros instrumentos…
Silvia: La Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos ha recibido más de 1.500 denuncias durante la pandemia. Más de 500 son de personas detenidas por no cumplir con la cuarentena. Personas que iban a la farmacia o al supermercado. Hay casos de abuso policial y detenciones arbitrarias…
Y solo días después de que Bukele decretó la cuarentena domiciliar obligatoria en marzo, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema empezó a emitir una serie de fallos relacionados a estas detenciones.
Leonor: Han ido en el sentido de proteger los derechos fundamentales de estas personas; en decir que tienen derecho a que se les haga la prueba después de cierto tiempo, y que se les den los resultados de esas pruebas; a prohibir estas detenciones arbitrarias en la calle.
Silvia: La sala luego dijo que las medidas de detención tenían que estar reguladas por ley, o sea, ser aprobadas por la Asamblea Legislativa. Y como me explicó Leonor, que le dijeran a Bukele que tenía que pasar por el Congreso es algo que al presidente le molestó muchísimo. Es que ya han sido meses de tensión con la Asamblea… Tal vez se acuerdan de esto, que pasó en febrero:
Audio de archivo, noticiero: El presidente de El Salvador Nayib Bukele irrumpió este domingo en el parlamento escoltado por militares y policías fuertemente armados. Bukele fue al congreso para pedir la aprobación de un préstamo de 109 millones de dólares…
Audio de archivo, Nayib Bukele: Si estos sinverguenzas no aprueban esta semana el plan control territorial nos volvemos a convocar aquí el domingo le volvemos a pedir sabiduría a Dios y le decimos: Dios tú me pediste paciencia pero estos sinvergüenzas no quieren trabajar para el pueblo.
Leonor: Ese fue el primer, como en la primera alarma sobre tendencias autocráticas. Y a lo largo de esta pandemia esto se ha ido agravando.
Silvia: Y aunque sigue siendo muy popular en El Salvador, su imagen afuera ha sufrido.
Leonor: A nivel internacional se ha caído muchísimo de esta imagen de, de la promesa millenial o, o esta promesa progresista.
Silvia: ¿Tú crees que se ve como un regreso al viejo autoritarismo centroamericano con esto? ¿O es diferente?
Leonor: Eh… eso creo que es difícil decirlo ahora, porque creo que también es injusto negar que estamos en un contexto excepcional de una pandemia. Sí ciertamente él ha mostrado rasgos autoritarios que son alertas que hay que tomar seriamente. O sea, su, su intolerancia al disenso, su intolerancia a la crítica, y su conflicto constante con las instituciones.
Silvia: Y también su enfrentamiento con la prensa. Leonor dice que la gran prueba de fuego viene el año que viene, con elecciones legislativas y municipales que podrían darle a Bukele la mayoría en la Asamblea.
Leonor: Ahí es donde ya, teniendo control sobre dos órganos, vamos a ver cuál es realmente su plan, ¿no?
Silvia: Y entonces, ¿Cuál sería el riesgo de que Bukele se vuelva cada vez más autoritario?
Leonor: Bueno, nosotros tuvimos un conflicto civil precisamente como rechazo a ese tipo de regímenes y lo que tenemos son instituciones que estaban reconstruyéndose que creo que eran victorias nuestra, de nuestros acuerdos de paz, pero que todavía no están sumamente sólidos.
Silvia: Y, según Leonor, por el momento, no hay una oposición con suficiente fuerza para ser un contrapeso.
Ya volvemos.
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Daniel Alarcón: Hola, soy Daniel Alarcón, director editorial de El hilo. También trabajo como productor ejecutivo de Radio Ambulante, un podcast en español donde contamos historias verdaderas que retratan la diversidad y riqueza de América Latina y Estados Unidos.
Estamos preparando una nueva temporada, pero mientras tanto pueden escuchar nuestro catálogo de más de 160 historias. Hay de todo: historias de familia, de fútbol, de amor, de política… Son historias que te enganchan y te conectan con nuestra región.
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Wilfredo: A Bukele se le ve en Nicaragua como un presidente genial, como un Dios, como el presidente que algunos nicaragüenses quisieran tener, con la gestión de la crisis del COVID-19.
Eliezer: Ya estamos de vuelta en El hilo.
Wilfredo: Mi nombre es Wilfredo Miranda, eh, tengo 28 años, soy periodista nicaragüense.
Eliezer: Wilfredo colabora con medios como El País, The Guardian y Univisión, entre otros. Hablamos con él porque ha escrito sobre los tintes autoritarios de Bukele, desde una mirada nicaragüense. Y porque está cubriendo la pandemia en Nicaragua, donde Daniel Ortega ha estado manejando la crisis sanitaria de una manera muy diferente a Bukele.
Audio de archivo, noticiero: El gobierno de Nicaragua desafió a la pandemia de coronavirus con una marcha multitudinaria denominada Amor en tiempos del COVID-19.
Wilfredo: Convoca marchas masivas, aglomeraciones que van en contra de toda lógica preventiva ante una pandemia. En El Salvador se ve a un presidente activo que está tuiteando, que está diciendo cuántas pruebas de covid-19 se realizan al día, mientras en Nicaragua lo que impera es el secretismo.
Audio de archivo, noticiero: Nicaragua se ha convertido en una isla en medio del mar del contagio por el coronavirus, además de que nadie ha visto al presidente Daniel Ortega en un mes…
Wilfredo: Y recordar que Daniel Ortega aquí al principio de la pandemia estuvo desaparecido 34 días. O sea, el presidente no daba la cara, eh, ni siquiera… La única que hablaba a diario es la vicepresidenta Rosario Murillo. Pero lo hacía así, en una llamada virtual. Un presidente y una vicepresidenta que ordenan una marcha para enfrentar el covid-19 con amor, que convocan a maratones masivos, que le dicen a los, al personal sanitario en hospitales que no usen tapabocas ni equipos de protección.
Eliezer: Wilfredo me dijo que muchos de los contagiados han sido militantes sandinistas que fueron a la marcha del amor y a otras actividades convocadas por el gobierno. Ahora vamos a ver más en detalle cómo ha manejado esta pandemia el régimen de Nicaragua. Pero primero repasemos un momento quién es Daniel Ortega y qué significa para el país.
Wilfredo: Daniel Ortega es el, digamos, el principal líder de aquella revolución sandinista que en los ochenta cautivó al mundo.
Eliezer: Lideró un movimiento de insurrección para derrocar al dictador Anastasio Somoza. Lo logró, y subió al poder con su partido, el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
Militante Frente Sandinista: Es un compañero que nosotros queremos y respetamos profundamente, y no es una casualidad que el Frente Sandinista de Liberación Nacional lo haya designado para formar parte de la Junta de Reconstrucción Nacional. Si hay alguien de verdad a quien nosotros respetamos es a Daniel Ortega.
Eliezer: Ganó elecciones en 1984. Fue presidente durante los próximos 6 años, hasta que perdió contra la candidata opositora. Pero Ortega volvió a la presidencia en 2007, y cambió la constitución para ser reelegido.
Audio de archivo, noticiero: En Nicaragua crece la tensión social después de 3 días consecutivos de protestas contra el régimen de Daniel Ortega.
Audio de archivo, noticiero: Aquellos que han salido a protestar han sido golpeados y heridos por grupos organizados del gobierno sandinista.
Eliezer: En abril del 2018, los nicaragüenses salieron a protestar por una reforma de la Seguridad Social. Las protestas duraron meses, fueron masivas… y la represión fue brutal.
Wilfredo: El presidente Ortega, su régimen, ordenó disparar a matar a más de 325 personas que protestaron en una protesta inédita contra el Gobierno. Y no lo digo yo, lo dicen organismos como Naciones Unidas y como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que aquí Daniel Ortega cometió crímenes de lesa humanidad.
Eliezer: Además de los más de 300 muertos, la represión durante las protestas dejó a decenas de desaparecidos, más de 600 presos políticos y unas 60 mil personas se exiliaron por la persecución del gobierno.
Wilfredo: En ese sentido, Daniel Ortega para Nicaragua se convirtió en todo lo que él dice que no es, es decir, en un dictador. En principio mutó de un régimen autoritario a una dictadura asesina, como dicen los ciudadanos.
Eliezer: Este es el contexto en el que llega el coronavirus a uno de los países más pobres de América Latina, un sistema desgastado por dos años de conflicto social: polarización política, enfrentamientos que han cobrado cientas de vidas y reclamos de instituciones internacionales por abusos de derechos humanos por parte del Estado.
Wilfredo: Todo eso quedó relegado por una crisis sanitaria que el Gobierno tampoco la ha gestionado de la mejor manera.
Eliezer: Y ¿cómo fue desde el comienzo, digamos, el manejo de Ortega de la pandemia?
Wilfredo: Daniel Ortega, como presidente, como tal, estaba perdido, estaba ausente. Entonces, el manejo, al menos mediático, lo asumió la vicepresidenta Murillo, como ella maneja la mayoría de cuestiones administrativas del Gobierno.
Eliezer: En los últimos años, Rosario Murillo, la esposa de Daniel Ortega, ha sido otro rostro visible del poder en Nicaragua.
Wilfredo: Imagínate, qué irónico, los diputados se reían de una pequeña oposición que llegó con mascarilla. Irónicamente, algunos de esos diputados sandinistas que se estaban riendo diciendo que era una locura andar con mascarilla el día de hoy están hospitalizados graves en el Hospital Militar de Managua. El Ministerio de Salud dijo a ver aquí no vamos a declarar cuarentena.
Eliezer: Y cuando llegó Semana Santa…
Wilfredo: La Iglesia católica, como tal, le dijo a sus fieles: a ver aquí se acabaron las procesiones, siendo las procesiones más importantes del año de la Iglesia Católica. No va a haber misa, no va a haber esto, no va a haber lo otro. Entonces el Gobierno comenzó a crear su propia Semana Santa paralela, organizando procesiones con sus partidarios. Incluso usaron un cura un cura falso una vez, que andaba dando un viacrucis, un poco muy surreal.
Eliezer: Pero más allá de eso, sus políticas han tenido consecuencias más alarmantes.
Wilfredo: El Gobierno comenzó una campaña muy fuerte a no darle equipo de protección al personal sanitario y esa es una cuestión muy, muy, muy grave, en el sentido que esta gente es la que está en la primera línea de contención de la pandemia
Eliezer: Hasta el 20 de mayo, el Observatorio Ciudadano Covid-19 había recibido reportes de 246 trabajadores de la salud con síntomas asociados con covid-19. Y, para el 23 de mayo, reportaban 2687 contagios acumulados en todo el país y 598 muertes por neumonía y sospechosas de covid-19.
Las últimas cifras oficiales del gobierno, en cambio, solo reconocen 759 casos y 35 muertes. Pero, como en otros países de la región, o incluso más, las cifras oficiales han sido cuestionadas.
Wilfredo: Aquí en Nicaragua nos volvimos el único país del mundo donde los casos de coronavirus disminuían y nunca aumentaban. Pero ¿qué era lo que pasaba? O sea, si había 10 casos, digamos el día de hoy positivos, tal vez se recuperaban 4, morían 2. Entonces esos se iban sacando de la estadística oficial, de modo que siempre era: hay 2 o 3 casos 2, 3 casos, 2, 3 casos y era una manera de decir del Gobierno: Calmense, si aquí nuestro… Bueno lo dijo Ortega, nuestro sistema de salud lo tiene controlado.
Eliezer: La política de testeo del gobierno nicaragüense fue limitada. Wilfredo me explicó que el Ministerio de Salud decide quién se puede hacer la prueba, y no se sabe cuántas se han hecho.
Wilfredo: Para que te des una idea y a mí me filtraron un documento del Ministerio de Salud de hace un mes donde reconocían que apenas hacían 50 pruebas a nivel nacional al día para un país de 6 millones. Entonces es imposible dimensionar, eh, el verdadero avance del coronavirus.
Eliezer: Porque tampoco hay claridad cuando sí se hacen pruebas. El ministerio de Salud empezó a usar el término “indeterminado”, una categoría cuya ambigüedad permite mantener la cifra de infectados baja. Un médico nicaragüense lo explicó así: “indeterminado” es cuando la persona solo está “un poquito” contagiada con el virus.
Wilfredo: Han comenzado a tratar a esos casos indeterminados, que son una cantidad enorme. No hay cifras. Te digo cantidad enorme porque yo hablo con neumólogos y dicen: yo ayer mandé 25, el mes pasado mandé 100 y de los 100, 95 son casos indeterminados. T entonces los médicos no tienen constancia ni pueden poner covid-19 en acta de defunción. Entonces hay toda una maquinaria ensamblada para tratar de disfrazar la verdadera dimensión de contagios y de muertos.
Eliezer: Y como ha reportado Wilfredo, hay una crisis de “entierros exprés”, o sea, entierros que deben hacerse en pocas horas —algunos familiares hablan de dos o tres como máximo—, con cadáveres en bolsas de plástico y ataúdes sellados…
Wilfredo: Ya hace dos semanas, tres semanas, las calles de Nicaragua están llenas de carrozas fúnebres, trasladando en la noche ataúdes de los hospitales a los cementerios y la orden es enterrarlos de manera inmediata, sin familiares, y los van a enterrar tipos que parecen astronautas del Minsa vestidos con trajes de protección, como manda el protocolo. Está bien que hagan eso, pero lo que te dice es que el problema es que todas esas muertes el Gobierno no las reconoce como covid-19.
Eliezer: Claro
Wilfredo: Entonces las disfraza como neumonía atípica, como diabetes, como faringitis, laringitis, cualquier patología… Entonces hay decenas de videos de ciudadanos diciendo: “Si supuestamente mi paciente, mi familiar, murió de laringitis, ¿por qué me ordenan que lo entierre como que tuviera COVID-19?”
Eliezer: Wilfredo también reportó que, como las autoridades exigen que los muertos por COVID-19 sean sepultados en ataúdes sellados, los familiares no tienen la certeza de que el cuerpo dentro de la caja sea efectivamente el de su ser querido.
Wilfredo: Los familiares comenzaron a denunciar o habían familiares en el hospital nicaragüense que denunciaban: “Mirá, me llamaron que tu familiar ya, ya murió”. Al principio de este, de este fenómeno de los entierros exprés los llamaban: “Mirá, tu familiar ya murió”. Pero cuando llegaban al hospital ni siquiera había cuerpo porque ya el Ministerio de Salud lo había enterrado.
Eliezer: ¡Wow!
Wilfredo: Entonces, como comienzan los familiares a reclamar: ¿Cómo es posible que me llamen a decir que mi familiar murió, y cuando vengo a buscarlo me dicen ¿dónde está enterrado? No sé ni en qué cementerio, ni en qué lugar. Entonces esas denuncias comenzaron a aumentar.
Eliezer: Wilfredo me explicó que a falta de medidas del gobierno, y al ver que países vecinos tenían casos de coronavirus, los nicaragüenses empezaron a tomar sus propias medidas.
Wilfredo: ¿Qué es lo que ha pasado? Al principio, una cuarentena, una auto cuarentena de la gente que se impuso muy fuerte. Después eso se relajó un poco porque como el Gobierno dice que aquí los casos no aumentan, la gente comenzó a salir un poco más comedido.
Eliezer: Pero la semana pasada, el gobierno dijo que había más de 250 casos en vez de los 25 que había reportado. Y con ese anuncio la gente empezó a tomar medidas otra vez.
Wilfredo: Ya viste que la mascarilla, que tal vez de 10 personas lo usaban 2, ahora andan todos los días puesta. Eh, los supermercados han comenzado a hacer cuestiones de distanciamiento social en las cajas.
Eliezer: Hay mucho delivery, dice Wilfredo y los que pueden trabajar desde casa, lo hacen.
Wilfredo: Entonces, ahora que estamos viendo la explosión del covid-19, otra vez las calles de, de las principales ciudades de Nicaragua están vacías y están vacías por una, por una determinación de la propia ciudadanía.
Eliezer: ¿Te ha sorprendido esta falta de liderazgo del gobierno de Ortega en la pandemia?
Wilfredo: Eh… ¿Sorprenderme? Sí, porque no sé, o sea, cuál será el cálculo si esto tendrá un cálculo político o un cálculo negligente. O sea, en Nicaragua creo que nadie entiende qué es lo que quiere hacer pues, porque hasta la semana pasada el Gobierno decía que era una locura estar llamando a cuarentena y eso.
Eliezer: Ortega ha hecho básicamente lo contrario a lo que hizo Bukele pero de alguna manera, digamos, la mirada es que los dos son gobiernos autoritarios, ¿no?
Wilfrido: Si, lo que pasa es que Bukele es como el tipo que, que resuelve, que es súper eficiente, que está bien. Además, no hay que agradecérselo, es su obligación, en principio. Pero ¿qué es lo que pasa? Bukele, eh, con el covid 19 ha aflorado un poco su talante autoritario, porque ha confundido entre lo proporcionado y lo desproporcionado, es decir, con una cuarentena draconiana donde, donde te violan básicamente todos tus derechos humanos.
Eliezer: Lo que escuchamos en el segmento anterior, sobre las detenciones por no cumplir la cuarentena.
Wilfredo: Y cuando vos decís o tratas de explicar eso a los nicaragüenses, que ven a Bukele como un, como un como un super presidente, te dicen: ¿Preferís eso o lo que tenemos en Nicaragua? Entonces esos grises creo que nuestras sociedades no están todavía muy, muy preparadas para discutirlos o para discernir, eh, como… sí, yo creo que entre lo proporcionado y desproporcionado, que creo que en caso de Bukele está resultando desproporcionado y, y bastante fuera de control, pues.
Es decir, el peligro es que la COVID 19 pueda dejar en, en El Salvador otro régimen autoritario, eh, como el de Nicaragua, que se salta todas las instituciones. Aquí se lo saltan desde antes de la covid 19, pues. Pero, digamos, o sea, pero si tener el precedente de un Bukele que se dice tan diferente a todos los políticos de antes, pero se toma por asalto el Parlamento con el fusil a la parcha yo no lo veo muy diferente a lo que hace Ortega en Nicaragua, en el sentido de que hay un desprecio total por las instituciones, y creo que ese es, en el caso de El Salvador, puede ser el peligro que quede instaurado un gobierno autoritario, por muy cool que sea en las redes sociales.
Eliezer: Wilfredo. Muchas gracias por tu tiempo.
Wilfredo: De nada, de nada. A la orden, cuando quieran saber de este no solo de Nicaragua, sino de las locuras centroamericanas. Pero bueno, vamos adelante siempre.
Eliezer: Esta semana, la OMS reportó que Nicaragua ya está en la fase de transmisión comunitaria. Algo que el Ministerio de Salud aún no reconoce.
El gobierno de Nicaragua ha defendido su estrategia ante la pandemia y, este lunes, publicó un “libro blanco” donde dice que está sufriendo un “ataque por campañas de noticias falsas”, que el país se está recuperando de “una economía debilitada” y comparó sus decisiones para el manejo de la crisis con las de Suecia.
Silvia: Y en El Salvador, esta semana el gobierno y diputados de la Asamblea se han reunido para discutir una “ley sanitaria y de apertura a la economía”. El diálogo ha sido muy tenso. Mientras que el gobierno está enfocado en una declaratoria de emergencia nacional, los diputados buscan discutir temas como la reactivación del transporte público y garantizar compras transparentes de insumos médicos. Nayib Bukele en un tuit dijo que la intención de la Asamblea era, cito, “la muerte de los salvadoreños”.Esta semana Bukele también dijo que, como Donald Trump, él toma y seguirá tomando hidroxicloroquina, un medicamento contra la malaria, aunque la OMS suspendió ensayos del medicamento para tratar el coronavirus.
El jueves, El Salvador reportaba más de 2000 infectados y 42 fallecidos.
Eliezer: En El hilo somos Daniel Alarcón, Álvaro Céspedes, Andrea López Cruzado, Elías González, Inés Renique, Laura Rojas Aponte, Jorge Caraballo, Miranda Mazariegos y Carolina Guerrero. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
Gracias al equipo de Radio Ambulante por todo su apoyo y colaboración para sacar adelante este podcast.
El hilo es una producción de Radio Ambulante Estudios. Agradecemos de manera muy especial a los oyentes que nos han apoyado con sus contribuciones en nuestro programa de membresías. Sin ustedes, esto no sería posible..
Yo soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas Gracias por escuchar.