Jair Bolsonaro
Lula da Silva
Alexandre de Moraes
Juicio Bolsonaro
Golpe de Estado
Trama golpista
8 de enero
Tres Poderes
Bolsonaristas
Donald Trump
Esta semana arrancó la etapa final de un juicio histórico para Brasil. Durante más de dos años, la justicia ha investigado una trama golpista que culminó el 8 de enero de 2023, cuando miles de bolsonaristas atacaron las sedes de los Tres Poderes en Brasilia. Al expresidente Jair Bolsonaro lo acusan de liderar un complot para no entregar el poder a Lula da Silva, el ganador legítimo de las elecciones presidenciales. Los próximos días podrían condenarlo a más de 40 años de cárcel. Para entender las claves de este juicio hablamos con Naiara Galarraga Gortázar, corresponsal de El País en Brasil. Ella nos explica cómo Bolsonaro terminó enfrentando décadas de prisión, qué impacto han tenido las presiones de Donald Trump a la justicia brasileña, y qué significaría una sentencia condenatoria para el bolsonarismo y el futuro político de Brasil.
Créditos:
-
Producción
Silvia Viñas, Mariana Zúñiga -
Edición
Eliezer Budasoff, Silvia Viñas -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Producción en redes sociales
Samantha Proaño, Melisa Rabanales, Diego Corzo -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Getty Images / Evaristo Sa
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Eliezer Budasoff: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Studios, soy Eliezer Budasoff.
Silvia Viñas. Y yo soy Silvia Viñas.
Audio de archivo, Alexandre de Moraes: En relación con Jair Messias Bolsonaro, por las mismas infracciones descritas anteriormente y el cargo específico de liderar la organización criminal.
Eliezer: Esta semana empezó la etapa final del juicio contra el expresidente brasileño Jair Bolsonaro.
Naiara Galarraga Gortázar: A Bolsonaro lo acusan de liderar un complot golpista para no entregar el poder al ganador legítimo de las elecciones de 2022, que fue Lula.
Silvia: Ella es Naiara Galarraga Gortázar, corresponsal de El País en Brasil desde el 2019.
Naiara: Ese complot, según la Fiscalía, planeó matar al presidente Lula, a su número dos, y también al juez que lleva el caso, Alexandre de Moraes, que es el otro gran protagonista de este juicio.
Eliezer: A Bolsonaro podrían condenarlo a más de 40 años de cárcel. Lo acusan de cinco delitos.
Naiara: El más grave, abolición violenta del Estado de Derecho. Pero también pertenencia a organización armada y daños al patrimonio.
Audio de archivo, Alexandre de Moraes: Atentando contra las instituciones y la propia democracia, intentando instalar un estado de excepción y una verdadera dictadura.
Silvia: En la primera audiencia, que fue este martes 2 de septiembre, el juez Moraes dijo que Bolsonaro intentó instalar, y aquí cito: “un estado de excepción y una verdadera dictadura” .
Eliezer: En el banquillo, con Bolsonaro, hay otros siete acusados. Entre ellos su secretario personal, que es clave en este juicio, como vamos a ver más adelante. Es un militar, igual que la mayoría.
Silvia: Hay un general que fue jefe de gabinete y candidato a vicepresidente con Bolsonaro para esas elecciones de 2022. También hay un general que era ministro de Defensa y comandante del Ejército; otro que era ministro de la Seguridad Institucional; y otro, almirante y excomandante de la Marina.
Eliezer: Los otros dos son policías: el director de la agencia de inteligencia bajo Bolsonaro, y un exministro de Justicia que pasó a ser Secretario de Seguridad Pública de Brasilia.
Silvia: Es un juicio histórico para Brasil.
Naiara: Porque es la primera vez que este país sienta en el banquillo a un expresidente y a unos militares por un intento de golpe de Estado. Y además, el veredicto, sea cual sea, influirá en quién hereda el capital político de Bolsonaro, que todavía es grande [en] cómo se sitúan, digamos, las fuerzas de la derecha de cara a las elecciones del año próximo.
Eliezer: Hoy, cómo llegó Bolsonaro a tener que enfrentar décadas de cárcel, qué efectos ha tenido el intento de Donald Trump de presionar a la justicia brasileña, y qué puede significar una condena para el bolsonarismo y el futuro político de Brasil.
Es 5 de septiembre de 2025.
Naiara: El 8 de enero sería como la culminación de los planes golpistas.
Silvia: El 8 de enero de 2023. Seguro lo recuerdan.
Naiara: Era un domingo de verano aquí en el hemisferio sur. Brasilia estaba casi vacía. Y bueno, la gente estaba de vacaciones navideñas. Lula acababa de tomar posesión justo una semana antes, con una gran fiesta. Y Bolsonaro se había ido a Florida, a Estados Unidos, para no entregarle la faja presidencial.
Miles de bolsonaristas con banderas de Brasil, con camisetas de la selección de fútbol, bajaron en manifestación hasta la Plaza de los Tres Poderes en Brasilia, que se llama así porque es el corazón, digamos, de la democracia brasileña. Allí están la Presidencia, el Congreso y el Tribunal Supremo.
Audio de archivo, manifestante: Vamos a entrar a tomar lo que es nuestro. Vamos a entrar a tomar el poder. Ya basta de payasadas…
Naiara: Hubo una escena muy llamativa y es que cuando los manifestantes bolsonaristas marchaban hacia la plaza, la policía los escoltó hasta allí, prácticamente hasta las puertas de las sedes del Congreso y de la Presidencia.
Audio de archivo, manifestante: ¡Brasil es nuestro, Brasil es nuestro!
Audio de archivo, presentador 1: Miles de seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro han invadido la sede del Congreso Nacional de Brasil.
Audio de archivo, presentador 2: Los videos muestran despachos parlamentarios deteriorados o manifestantes de pie en los escaños del hemiciclo del Senado
Audio de archivo, ministro de Comunicación Social: Como se puede ver, todo ha sido destruído aquí dentro. Es una cosa criminal lo que han hecho aquí.
Naiara: Son aquellas imágenes que dieron la vuelta al mundo. Parecían el asalto al Capitolio de Washington, segunda parte.
Cuando ya la cosa se puso violenta y empezaron a romper cristales, a destruir todo lo que se topaban en aquellos edificios, empezaron las detenciones. Cientos de personas fueron detenidas allí mismo, en la plaza o en el campamento, que no sé si recordáis, tenían los bolsonaristas delante del cuartel general del Ejército. Allí estuvieron durante los dos meses de la transición entre el gobierno de Bolsonaro y el gobierno de Lula, denunciando un fraude electoral inexistente que ninguna inspección encontró. Y aquellos bolsonaristas venían a ser, digamos, como la tropa del golpe. El plan, según la Fiscalía, era sembrar un caos de tal calibre que forzara una intervención militar.
La Justicia se dio mucha prisa. En nueve meses, y eso es bastante rápido por aquí, empezó a juzgar a aquellos bolsonaristas de a pie, los que arrasaron el Supremo y el Congreso, con penas muy duras, hasta 17 años de cárcel. Son condenas, digamos, ejemplarizantes para disuadir a posibles imitadores. Pero a medida que pasaban los meses crecían, digamos… Se cuestionaba por qué tanta prisa en juzgar a los autores materiales sin echar una mirada en quiénes habían sido los instigadores y los organizadores y financiadores de esa tentativa de golpe, de esos actos antidemocráticos.
Silvia: Claro. ¿Y ahí entonces es donde entra Bolsonaro? ¿Cuando lo empiezan a investigar a él?
Naiara: Las sospechas sobre Bolsonaro siempre estuvieron en el aire.
Audio de archivo, Jair Bolsonaro: Entregaré la faja presidencial a quien gane las elecciones de forma limpia. Con fraude no.
Naiara: También porque durante todo su mandato había coqueteado con varios gestos autoritarios. Es un nostálgico de la dictadura desde siempre, a lo largo de toda su carrera política. Entonces, digamos, la sospecha siempre le había rondado. Lo que pasa que tanto la policía, digamos, llevó un tiempo hasta que encontró un hilo por el que poder unir los discursos más inflamados de Bolsonaro y sus movimientos más cuestionados con lo que ocurrió el 8 de enero.
A finales de 2023, el secretario particular de Bolsonar, mientras él es presidente, que es un militar, su ayudante de órdenes, el hombre que le llevaba el teléfono móvil, se prepara para confesar.
Eliezer: Naiara se refiere a Mauro Cid. Hay muchos nombres en este caso, entonces no vamos a decir todos, pero este sí vale la pena mencionar, y recordar, porque ha sido clave para el juicio.
Naiara: Primero lo detienen por manipular la cartilla de vacunación de Bolsonaro y de su hija para que pudieran viajar a Estados Unidos.
Silvia: Esa detención fue unos meses después del 8 de enero de 2023. No tenía nada que ver con lo que pasó ese día. Pero Cid entró en prisión provisional y llegó a un acuerdo de colaboración con la policía para hablar sobre ese caso de las vacunas, y también sobre los preparativos para el 8 de enero…
Audio de archivo, Mauro Cid: Y el general Fred Gomes. Él era un punto intermedio entre ambos…
Eliezer: Cid dijo que Bolsonaro y altos mandos militares se habían reunido para hablar sobre una intervención militar para anular el resultado de las elecciones.
Naiara: Y a partir de ahí es cuando con esa confesión, ese es el pilar de toda la investigación y de la denuncia posterior. Y a partir de ahí es que la policía va recabando pruebas.
Silvia: De todo lo que ha pasado en este tiempo hasta llegar a esta semana, ¿Qué momentos resaltarías? ¿Qué vale la pena saber para entender el juicio y esta etapa final?
Naiara: Los episodios, digamos, más destacados serían: a principios del año pasado, en 2024, Bolsonaro, primero le retienen el pasaporte para evitar una fuga. Al cabo de unos días o unas semanas se refugia un par de noches en la embajada de Hungría, que tiene un gobierno amigo. En noviembre del 24, la policía ya lo acusa formalmente. En febrero del 25, la Fiscalía formaliza su denuncia y muy rápidamente, en marzo, el Tribunal Supremo acepta la denuncia a trámite. En junio del 25, o sea, en junio pasado, el juez Moraes ya interroga a Bolsonaro en el juicio.
Audio de archivo, periodista: Así reaccionaba el expresidente brasileño durante el interrogatorio al responder por la acusación de haber intentado arrebatarle el poder a Luis Inácio Lula da Silva, tras perder las elecciones en 2022.
Moraes: ¿Es cierta la acusación en su contra?
Bolsonaro: No procede la acusación, su señoría.
Moraes: ¿Tiene usted alguna razón particular que atribuir a la acusación formulada en la querella?
Bolsonaro: No señor.
Naiara: Él se declara inocente. Y en julio llega el tarifazo de Donald Trump diciendo que todo esto, que este juicio no es más que una caza de brujas. Y en agosto, el día 4, el expresidente Bolsonaro queda en prisión domiciliaria por saltarse varias de las medidas cautelares.
Silvia: ¿Y en este tiempo, qué ha salido a luz con las investigaciones?
Naiara: El pilar de la denuncia contra Bolsonaro, como te decía antes, es la confesión de su secretario personal, ¿no? Su ayudante de órdenes. Ese militar, Mauro Cid, acordó confesar a cambio de algunos beneficios ─porque él también es uno de los ocho acusados─ y en aquellas confesiones fue ampliando poco a poco su versión. Ha habido algunas contradicciones, cada vez daba más detalles. Pero básicamente este militar, Mauro Cid, hizo de intermediario en muchos de los contactos entre el presidente, el entonces presidente, y los otros acusados. Y gracias a este delator, la policía recopiló cientos de mensajes que se intercambiaron los imputados sobre el supuesto complot. Primero están las innumerables declaraciones públicas en las que Bolsonaro cuestiona la seguridad de las urnas electrónicas.
Audio de archivo, Jair Bolsonaro: No puedo participar en una farsa como esa patrocinada por el presidente del Tribunal Electoral Superior.
Audio de archivo, Jair Bolsonaro: El Tribunal Supremo puede seguir pensando que puede hacer lo que quiera. No voy a vivir como una rata, debe haber una reacción.
Naiara: Como preparando el terreno para contestar las elecciones y para decir que hubo fraude.
Está también el borrador de un documento que le da un supuesto barniz legal a una decisión para anular unos hipotéticos comicios. Está también el documento que habla de eliminar al presidente Lula, de “evitar que suba la rampa”, es la manera de decir que asuma el poder. Y en ese documento también se menciona a su vicepresidente, que es la segunda autoridad del Estado, y al juez Moraes. Ese documento fue impreso nada menos que en el mismísimo Palacio de la Presidencia por uno de los colaboradores del presidente Bolsonaro. Y están también las reuniones en las que Bolsonaro ─entonces presidente y jefe de las Fuerzas Armadas─ según la Fiscalía, intentó obtener el apoyo de los jefes de las Fuerzas Armadas, de los jefes militares. Los comandantes del Ejército y de la aviación se negaron. Uno de ellos incluso dijo allí mismo que aquello era ilegal. Y por eso dice la Fiscalía que el golpe fracasó, porque los militares no se sumaron. En cambio, el comandante de la Marina sí que ofreció ─según la Fiscalía─ a su tropa, a sus marineros, y por eso está sentado con Bolsonaro en el banquillo.
Silvia: Yo me preguntaba, mientras está pasando todo esto. Sabemos que Brasil está muy polarizada. ¿Cómo está reaccionando la sociedad brasileña a esto? Los bolsonaristas… ¿Qué está pasando? ¿Cuál es la temperatura del país en todo esto?
Naiara: Pues medio país considera que esto es una persecución política y que lo que ocurrió el 8 de enero fue una simple manifestación que se fue de las manos y acabó con actos vandálicos y por lo tanto que las condenas impuestas hasta ahora son realmente exageradas. Y la otra mitad del país, digamos, considera, como la Fiscalía, que este ha sido el ataque más grave que ha sufrido la democracia brasileña en los últimos 40 años desde que terminó la dictadura y que el juicio es la respuesta que están dando las instituciones y aplicando la ley, frente a un intento de golpe de Estado que no es como los golpes de Estado del siglo 20, porque en el siglo 21 los golpes de Estado no se suelen dar con tanques en las calles y con soldados armados.
Pero durante todo este tiempo, por ejemplo, Bolsonaro ha seguido actuando como jefe de la oposición, aunque lleva dos años inhabilitado por un caso distinto, por un asunto distinto, y por lo tanto no puede presentarse a las elecciones hasta 2030. Respecto a sus seguidores, durante estos años Bolsonaro ha seguido movilizándolos.
Audio de archivo, periodista 1: Cientos de simpatizantes bolsonaristas salieron a las calles de unas 60 ciudades para rechazar la acusación judicial contra Jair Bolsonaro.
Audio de archivo, periodista 2: Bajo el lema reacciona Brasil, los manifestantes piden la amnistía y quieren reforzar la idea de una persecución contra el expresidente…
Audio de archivo, periodista 3: ¡Fuera Moraes! ¡Fuera Moraes!
Naiara: Ha sacado a la calle a miles de personas en varias concentraciones, algunas han sido enormes, otras han sido bastante más chicas de lo que se esperaba. Y los temas, digamos, los lemas con los que los ha convocado a manifestarse, a hacer esas exhibiciones de fuerza callejeras, pues han sido proclamar la inocencia de Bolsonaro, atacar sin piedad al juez Moraes y al Tribunal Supremo en general, decir que es un dictador y que están coartando la libertad de expresión de los brasileños, de los bolsonaristas, de los conservadores y reclamar al Congreso una ley de amnistía tanto para el expresidente como para el resto de los implicados en este movimiento antidemocrático.
Eliezer: Los diputados bolsonaristas han presionado para tratar de forzar una votación sobre esta ley. A principios de agosto hicieron un boicot y el Congreso tuvo que cancelar las sesiones de ese día. Pero Naiara nos explicó que los líderes del Congreso no están dispuestos a apoyar esa amnistía.
Silvia: Después de la pausa repasamos cómo Estados Unidos ha intentado presionar a los jueces brasileños en este caso contra Bolsonaro. Ya volvemos.
Silvia: Estamos de vuelta en El hilo.
Eliezer: Hay muchos paralelos que podemos hacer entre Trump y Bolsonaro. Ambos ganaron cuando nadie lo esperaba, y luego perdieron la reelección. Los dos se negaron a reconocer la derrota y movilizaron a sus seguidores para denunciar un supuesto fraude. En Estados Unidos hubo un asalto al Capitolio; en Brasil, a las sedes de los Tres Poderes. Ambos, recordemos, también sobrevivieron intentos de asesinato.
Silvia: ¿Cómo cambia el escenario con el regreso de Trump a la Casa Blanca? Porque, como decías, lo que pasó el 8 de enero de 2023 recuerda mucho al 6 de enero de Estados Unidos, ¿no?
Naiara: Pues de entrada la victoria de Trump fue para Bolsonaro una especie de premio gordo. Inmediatamente vio que ahí podía tener una posible salida. Que Trump, el político más poderoso del mundo, podía ser una ayuda para sacarse de encima sus muchos problemas judiciales y seguir con su vida política. Así que hace unos meses, Bolsonaro envió a su hijo Eduardo, que es diputado, y que como habla inglés es el contacto con los Trump, con la administración, con la internacional de los ultras. Lo envió a Estados Unidos allí para hacer lobby ante la administración Trump. Y bueno, visto lo visto, sus gestiones han resultado un éxito. En el sentido de que Trump se ha implicado en este asunto, en la Operación salvar a Bolsonaro de manera mucho más intensa de lo que nadie hubiera pronosticado o imaginado en Brasil. Es verdad que son aliados y que bueno, Trump lo alaba, dice que es un gran amigo, lo recibió en la Casa Blanca. Pero bueno, la intensidad con la que se ha implicado Trump es realmente inaudita.
Eliezer: Como mencionó Naiara en el segmento anterior, Trump se refirió al juicio como una cacería de brujas contra Bolsonaro… Y amenazó con ponerle a Brasil aranceles del 50% que, por cierto, son los más altos del mundo. Trump solo mantiene ese porcentaje de aranceles a India y a Brasil.
Naiara: Eso ocurre en un momento en que Lula presidía en Río de Janeiro una cumbre internacional de los BRICS, con China, con Rusia, con India. Era un momento súper importante para la diplomacia brasileña y es en ese momento cuando Trump, yo creo que aprovechando también esa coyuntura, lanza un mensaje en redes sociales en el que ponen el grito en el cielo por el juicio a Bolsonaro y proclama eso de “esto es una caza de brujas”. Y añade Trump, abro comillas. “Esto es nada más que una persecución de un líder político, algo que yo conozco bien”. Cierro comillas. Lula le responde públicamente a Trump diciendo que deje de comportarse como un emperador y de inmiscuirse en los asuntos internos de un país soberano como Brasil.
Silvia: Los aranceles entraron en vigor el 1 de agosto.
Naiara: Lo realmente extraordinario, alucinante, es que Trump vinculó abiertamente los aranceles con el juicio a Bolsonaro. O sea, castiga a Brasil para presionar a los jueces y que dejen irse libre, digamos, a Bolsonaro sin rendir cuentas. Y lo hace, aunque Brasil es uno de los poquísimos países del mundo con los que la relación comercial es ventajosa para Estados Unidos, ¿sí? Estados Unidos tiene un superávit comercial con Brasil de más de 400 mil millones de superávit en 15 años, no déficit como con la mayoría del mundo, con lo cual está todo muy pillado con pinzas. Es muy evidente cómo ha politizado los aranceles para presionar a los jueces abiertamente. Y Trump también ha puesto sanciones económicas al juez Moraes. Son sanciones del Departamento del Tesoro, de esas que Estados Unidos pone a dictadores y terroristas. Moraes, que acumula mucho poder en el Supremo, es el archienemigo del bolsonarismo. También es conocido en el extranjero porque es quien cerró X durante prácticamente un mes, el año pasado.
Silvia: ¿Le ha ayudado políticamente a Lula enfrentarse a Trump con esto?
Naiara: Lula, que es un veterano que lleva medio siglo en política, inmediatamente aprovechó las circunstancias para envolverse en la bandera de la soberanía nacional.
Audio de archivo, Lula Da Silva: Lo que no puede olvidar el presidente Trump es que él fue electo para ser el presidente de Estados Unidos, no fue electo para ser el emperador del mundo.
Naiara: Y acusar a los Bolsonaro de ser unos traidores a la patria por instigar el castigo de los aranceles. Y gracias a eso ha salido de la peor crisis de popularidad de toda su carrera política. Y este es su tercer mandato presidencial. Los aranceles tienen muchas excepciones, pero aún así suponen un daño grave a la industria y a otros sectores económicos. Y aunque Lula amenazó al principio con pagar a Estados Unidos con la misma moneda, es decir, con ponerle unos aranceles recíprocos del 50%, por ahora no lo ha hecho. Eso es típico de Lula. Siempre, digamos, como dicen aquí, con un pie en cada canoa y dejándose todas las puertas abiertas. Mantiene abierta la puerta al diálogo. Eso es lo que quiere, negociar. Resolver esto por las buenas. Negociar con Washington. Pero no hay manera. La administración Trump está, por el momento absolutamente cerrada en banda, y los analistas brasileños pronostican que es probable que Estados Unidos responda al veredicto de Bolsonaro, si es una condena, con más aranceles, con más sanciones.
Eliezer: Hacemos una última pausa y a la vuelta Naiara nos explica qué podemos esperar en los próximos días. Ya volvemos.
Silvia: Estamos de vuelta en El hilo. A pesar de la presión de Trump, los jueces han mantenido el calendario para esta fase final, y han tomado medidas para evitar que Bolsonaro se fugue.
Eliezer: Recordemos que primero, en 2024, le quitaron el pasaporte… Después, en julio de este año, le pusieron una tobillera electrónica. Y desde agosto está en prisión domiciliaria, con patrullas en la puerta de su casa las 24 horas del día.
Naiara: Y como se ha saltado varias veces las medidas cautelares del juez, éste le ha prohibido incluso hablar por teléfono o usar redes sociales. Bueno, la policía, cuando lo dejó en prisión domiciliaria, le confiscó el teléfono. Y ahí también están saliendo, digamos, nuevos mensajes, nuevas informaciones y entre otras cosas, la policía encontró un borrador de carta dirigido al presidente de Argentina, Javier Milei, en la que Bolsonaro le pide asilo. Es una carta que no tiene fecha, no tiene firma y es un documento que se manipuló, que se modificó por última vez el año pasado, pero bueno. La fase final del juicio empezó el martes. El Supremo ha convocado cinco sesiones para que los jueces deliberen. 2 de septiembre, el 3, el 9, el 10 y el 12. Y todo eso será público, televisado en directo por YouTube. Así que veremos cómo vota cada juez, si considera a cada uno de los ocho acusados inocente o culpable de cada uno de los delitos.
Van por orden: los jueces y los acusados. Y Bolsonaro es el 6.º acusado. Moraes, el primer juez en votar, porque es el juez instructor, y hasta ahora él es el que ha marcado con sus decisiones el paso al tribunal. El resto de sus colegas, la mayoría de las veces, se han sumado a sus tesis. Se espera que Moraes anuncie su voto el día 9 y ahí empezaría la parte realmente crucial de las deliberaciones. Recordad que todos los imputados están acusados de varios delitos. En el caso de Bolsonaro suman una condena mínima de 12 años y máxima de 43.
Silvia: ¿Y se espera de que hable Bolsonaro, de que declare?
Naira: No se sabe. En principio, no está previsto que los acusados tomen la palabra. Ni siquiera está claro que Bolsonaro y el resto de los acusados ─son ocho en total─, asistan a las vistas. No es obligatorio.
Silvia: ¿Bueno, y qué dicen los analistas? ¿Esperan una condena?
Naiara: Aquí en Brasil todos, prácticamente todos, sean analistas, el gobierno, la oposición, más o menos abiertamente, la prensa, dan por supuesto que Bolsonaro será condenado. La mayoría de los analistas jurídicos, los grandes diarios en sus editoriales consideran que las pruebas son suficientemente sólidas para una condena. La duda, el debate, es la pena: cuántos años le caerán de condena. Y la otra incógnita sobre la que se debate es dónde cumplirá la pena. Cabe la posibilidad de que los jueces le dejaran seguir en prisión domiciliaria porque tiene 70 años y problemas de salud, crisis gástricas y de hipo, por aquella puñalada que sufrió en la campaña de 2018. Otra opción es que Bolsonaro fuera preso en una comisaría acondicionada especialmente para él, como ocurrió con Lula cuando estuvo encarcelado por unos casos de corrupción que después fueron anulados. También Bolsonaro podría ingresar en una prisión militar o incluso, bueno, en una prisión militar porque es un capitán retirado del ejército. O incluso se especula con que vaya a la cárcel de máxima seguridad en Brasilia, la más vigilada de Brasil. Pero esas son las dudas. Aquí, desde hace ya varios meses o largas semanas, se da por supuesto que va a ser condenado.
Silvia: Bueno, en el escenario de que lo condenen, ¿él puede apelar o esto ya es definitivo?
Naiara: A Bolsonaro lo ha juzgado el Tribunal Supremo, que en este caso es la primera y la última instancia. Cabe una posibilidad de recurso frente a una condena, pero es muy remota, porque según la jurisprudencia actual del Supremo ─me explicaba un especialista─, solo sería en caso de que haya dos jueces discrepantes, dos de los cinco jueces discrepantes en alguno de los puntos. En ese caso, el condenado podría presentar un recurso que se llama de embargo. Pero eso difícilmente, muy, muy, muy difícilmente cambiaría el veredicto, me dicen los especialistas. Pueden modificar algún detalle sobre el cumplimiento de la condena, pero poco más. Los analistas en Brasil consideran que este es prácticamente el final del proceso judicial en Brasil. Lo que pronostican es que sus abogados llevarán el caso a cortes internacionales.
Silvia: Ahora, ¿qué dice la opinión pública sobre esta posible condena de Bolsonaro? Y te pregunto porque justo hace unos días vi un artículo de The Economist, era como, sobre las lecciones que puede aprender Estados Unidos de Brasil. De nuevo, volviendo a esta comparación. Y decía, Brasil quiere move on, quiere como superar lo que pasó el 8 de enero. ¿Pero es tan así? O sea qué… ¿Hay encuestas que den algunas pistas sobre cómo ve la gente la condena? Porque nos decías que, claro, todo esto en sí ha sido muy polarizante, pero que haya una condena a un expresidente por un intento de golpe… ¿Qué dice la opinión pública sobre eso?
Naiara: Yo diría que el gobierno evidentemente quisiera cerrar este capítulo, seguir adelante, los jueces también, los empresarios también, mirar hacia adelante. Pero el país está, el electorado está, profundamente dividido. Según la última encuesta de Datafolha, que es de mediados de agosto, un 40% de los brasileños considera que el juez Moraes persigue a Bolsonaro por motivos políticos. Un 40%. Mientras más de la mitad, un 53%, cree que el magistrado está aplicando la ley y la Constitución. Esta encuesta es justo después de la prisión domiciliaria. Y aunque como… aunque Bolsonaro está inhabilitado y tiene otros casos judiciales abiertos contra él, yo diría que Bolsonaro, políticamente, resiste. Todavía tiene el apoyo de una buena parte de los brasileños y una parte menor de eso, el núcleo duro, digamos, le sigue con una fe ciega. Y la batalla para heredar ese capital político ya ha empezado. Es la batalla para ser el próximo candidato de la derecha frente a Lula, que quiere presentarse a la reelección o busca un cuarto mandato, y eso va a ser el año que viene. Prueba de lo influyente que sigue siendo Bolsonaro, a mi modo de ver, los tres gobernadores de derechas con aspiraciones presidenciales ya le han prometido que si ganan, si son el candidato y ganan, lo van a indultar. Y mientras, Bolsonaro maniobra para conseguir apoyo parlamentario, para que el Congreso destituya en algún momento a Moraes y lo expulse del Tribunal Supremo y de la carrera judicial. Entonces, aquí Bolsonaro todavía sigue siendo una figura política relevante y con mucha influencia, pese a todas sus vicisitudes de los últimos años. Las revelaciones sobre él, las sospechas son constantes, los documentos, los mensajes, las pruebas. Pero sigue siendo… todavía mantiene, mantiene apoyo.
Va a ser importante lo que veamos el 7 de septiembre, el domingo, el Día de la Independencia de Brasil, que es una fecha que el bolsonarismo solía utilizar durante los años en que Bolsonaro fue presidente y cuando salió de la presidencia para exhibir músculo y, digamos, hacer patria. Ahora tendremos el desfile oficial en Brasilia, presidido por el presidente Lula y en defensa de la soberanía nacional. Pero el bolsonarismo creo que está convocado también a las calles. Veremos si salen, cuántos salen, con qué actitud, porque coincide justo en medio de esta fase crucial y a las puertas del veredicto sobre Bolsonaro.
Silvia: ¿Qué significa para la política brasileña que condenen a Bolsonaro?
Naiara: Creo que este juicio, sobre todo la respuesta de las instituciones brasileñas al ataque más grave a la democracia en el periodo democrático más largo de su historia. La última dictadura acabó aquí hace 40 años. Las instituciones quieren asegurarse de que nadie más coquetea con el autoritarismo, con los golpes de Estado, con las intervenciones en el orden constitucional. Pero Bolsonaro, condenado o absuelto, creo que seguirá siendo una figura relevante de la política brasileña, al menos hasta las elecciones de 2026, porque salvo sorpresa, él será quien decida quién es el candidato de la derecha. Y yo no descartaría sorpresas. El propio Bolsonaro sueña con una resurrección como la que protagonizó Lula, o como la de Trump. En estos tiempos tan convulsos y volátiles, quién sabe. Una condena muy larga puede hundirle anímicamente, eso es cierto. Pero yo no lo daría por políticamente acabado.
Silvia: Bueno, Naiara, muchas gracias.
Naiara: No, gracias a vosotros.
Silvia: Este episodio fue producido por mí, con la ayuda de Mariana Zúñiga. Lo editó Eliezer y Bruno Scelza hizo la verificación de datos. El diseño de sonido y la música son de Elías González.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Samantha Proaño, Melisa Rabanales, Diego Corzo, Natalia Ramírez, Paola Alean, Camilo Jiménez Santofimio, y Elsa Liliana Ulloa. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Studios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
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Soy Silvia Viñas. Gracias por escuchar.
Transcript:
The following English translation was generated with the assistance of artificial intelligence and has been reviewed and edited by our team for accuracy and clarity.
Eliezer Budasoff: Welcome to El hilo, a podcast from Radio Ambulante Studios. I’m Eliezer Budasoff.
Silvia Viñas: And I’m Silvia Viñas.
Archival audio, Alexandre de Moraes: In relation to Jair Messias Bolsonaro, for the same infractions described above and the specific charge of leading the criminal organization.
Eliezer: This week began the final stage of the trial against former Brazilian president Jair Bolsonaro.
Naiara Galarraga Gortázar: Bolsonaro is accused of leading a coup plot to avoid handing over power to the legitimate winner of the 2022 elections, which was Lula.
Silvia: She is Naiara Galarraga Gortázar, El País correspondent in Brazil since 2019.
Naiara: That plot, according to the Prosecutor’s Office, planned to kill President Lula, his number two, and also the judge handling the case, Alexandre de Moraes, who is the other main protagonist of this trial.
Eliezer: Bolsonaro could be sentenced to more than 40 years in prison. He’s accused of five crimes.
Naiara: The most serious one, violent abolition of the Rule of Law. But also membership in an armed organization and damage to patrimony.
Archival audio, Alexandre de Moraes: Attacking the institutions and democracy itself, trying to install a state of exception and a true dictatorship.
Silvia: In the first hearing, which was this Tuesday, September 2nd, Judge Moraes said that Bolsonaro tried to install, and here I quote: “a state of exception and a true dictatorship.”
Eliezer: In the dock with Bolsonaro, there are seven other defendants. Among them is his personal secretary, who is key in this trial, as we’ll see later. He’s a military man, like most of them.
Silvia: There’s a general who was chief of staff and vice-presidential candidate with Bolsonaro for those 2022 elections. There’s also a general who was Defense Minister and Army commander; another who was Minister of Institutional Security; and another, an admiral and former Navy commander.
Eliezer: The other two are police officers: the director of the intelligence agency under Bolsonaro, and a former Justice Minister who became Secretary of Public Security in Brasília.
Silvia: It’s a historic trial for Brazil.
Naiara: Because it’s the first time this country puts a former president and military officers in the dock for an attempted coup d’état. And besides, the verdict, whatever it may be, will influence who inherits Bolsonaro’s political capital, which is still large [in] how the forces of the right position themselves for next year’s elections.
Eliezer: Today, how Bolsonaro came to face decades in prison, what effects Donald Trump’s attempt to pressure Brazilian justice has had, and what a conviction could mean for Bolsonarism and Brazil’s political future.
It’s September 5th, 2025.
Naiara: January 8th would be like the culmination of the coup plans.
Silvia: January 8th, 2023. I’m sure you remember it.
Naiara: It was a summer Sunday here in the southern hemisphere. Brasília was almost empty. And well, people were on Christmas vacation. Lula had just taken office exactly one week before, with a big celebration. And Bolsonaro had gone to Florida, to the United States, to avoid handing him the presidential sash.
Thousands of Bolsonaro supporters with Brazilian flags, wearing national soccer team jerseys, marched down to the Plaza of the Three Powers in Brasília, which is called that because it’s the heart, let’s say, of Brazilian democracy. There you have the Presidency, Congress, and the Supreme Court.
Archival audio, protester: We’re going to enter and take what’s ours. We’re going to enter and take power. Enough with the clowning around…
Naiara: There was a very striking scene, which is that when the Bolsonaro protesters marched toward the plaza, the police escorted them there, practically to the doors of Congress and the Presidency headquarters.
Archival audio, protester: Brazil is ours, Brazil is ours!
Archival audio, host 1: Thousands of followers of former Brazilian president Jair Bolsonaro have invaded the headquarters of Brazil’s National Congress.
Archival audio, host 2: The videos show deteriorated parliamentary offices or protesters standing in the Senate hemicycle seats.
Archival audio, Minister of Social Communication: As you can see, everything has been destroyed here. It’s a criminal thing what they’ve done here.
Naiara: Those are the images that went around the world. They looked like the assault on the Capitol in Washington, part two.
When things turned violent and they started breaking windows, destroying everything they came across in those buildings, the arrests began. Hundreds of people were detained right there, in the plaza or at the camp, which I don’t know if you remember, the Bolsonaro supporters had in front of Army headquarters. They were there for the two months of transition between Bolsonaro’s government and Lula’s government, denouncing a non-existent electoral fraud that no inspection found. And those Bolsonaro supporters came to be, let’s say, like the troops of the coup. The plan, according to the Prosecutor’s Office, was to sow chaos of such magnitude that it would force military intervention.
Justice moved very quickly. In nine months, and that’s quite fast around here, it began trying those grassroots Bolsonaro supporters, those who ransacked the Supreme Court and Congress, with very harsh sentences, up to 17 years in prison. These are exemplary sentences, let’s say, to deter possible imitators. But as the months passed, questions grew, let’s say… People questioned why such haste in trying the material perpetrators without taking a look at who had been the instigators and organizers and financiers of that coup attempt, of those anti-democratic acts.
Silvia: Right. And that’s where Bolsonaro comes in? When they start investigating him?
Naiara: Suspicions about Bolsonaro were always in the air.
Archival audio, Jair Bolsonaro: I will hand over the presidential sash to whoever wins the elections cleanly. Not with fraud.
Naiara: Also because throughout his entire term he had flirted with various authoritarian gestures. He’s been nostalgic for the dictatorship from the beginning, throughout his entire political career. So, let’s say, suspicion had always surrounded him. What happened is that both the police, let’s say, took time until they found a thread through which they could connect Bolsonaro’s most inflammatory speeches and his most questionable movements with what happened on January 8th.
At the end of 2023, Bolsonaro’s personal secretary, while he was president, who is a military man, his aide-de-camp, the man who carried his mobile phone, prepared to confess.
Eliezer: Naiara is referring to Mauro Cid. There are many names in this case, so we won’t mention them all, but this one is worth mentioning, and remembering, because he’s been key to the trial.
Naiara: First they arrest him for manipulating Bolsonaro’s and his daughter’s vaccination cards so they could travel to the United States.
Silvia: That arrest was a few months after January 8th, 2023. It had nothing to do with what happened that day. But Cid went to a provisional prison and reached a collaboration agreement with the police to talk about that vaccine case, and also about the preparations for January 8th…
Archival audio, Mauro Cid: And General Fred Gomes. He was an intermediary between both…
Eliezer: Cid said that Bolsonaro and high-ranking military officials had met to discuss a military intervention to annul the election results.
Naiara: And from there is when, with that confession, that’s the pillar of the entire investigation and subsequent accusation. And from there is when the police start gathering evidence.
Silvia: Of everything that has happened in this time leading up to this week, what moments would you highlight? What’s worth knowing to understand the trial and this final stage?
Naiara: The episodes, let’s say, most notable would be: at the beginning of last year, in 2024, Bolsonaro first has his passport retained to prevent an escape. After a few days or weeks, he takes refuge for a couple of nights at the Hungarian embassy, which has a friendly government. In November ’24, the police formally accused him. In February ’25, the Prosecutor’s Office formalizes its accusation and very quickly, in March, the Supreme Court accepts the accusation for processing. In June ’25, that is, last June, Judge Moraes already interrogated Bolsonaro in the trial.
Archival audio, journalist: This is how the former Brazilian president reacted during questioning when answering to the accusation of having tried to seize power from Luiz Inácio Lula da Silva, after losing the 2022 elections.
Moraes: Is the accusation against you true?
Bolsonaro: The accusation is not valid, Your Honor.
Moraes: Do you have any particular reason to attribute to the accusation formulated in the complaint?
Bolsonaro: No, sir.
Naiara: He declares himself innocent. And in July comes Donald Trump’s bombshell saying that all this, that this trial is nothing more than a witch hunt. And on August 4th, former president Bolsonaro was placed under house arrest for violating several precautionary measures.
Silvia: And in this time, what has come to light with the investigations?
Naiara: The pillar of the accusation against Bolsonaro, as I was telling you before, is the confession of his personal secretary, right? His aide-de-camp. That military man, Mauro Cid, agreed to confess in exchange for some benefits —because he’s also one of the eight accused— and in those confessions he gradually expanded his version. There have been some contradictions, each time he gave more details. But basically this military man, Mauro Cid, served as an intermediary in many of the contacts between the president, the then president, and the other accused. And thanks to this informant, the police compiled hundreds of messages that the defendants exchanged about the alleged plot. First there are the countless public statements in which Bolsonaro questions the security of electronic ballot boxes.
Archival audio, Jair Bolsonaro: I cannot participate in such a farce sponsored by the president of the Superior Electoral Court.
Archival audio, Jair Bolsonaro: The Supreme Court can keep thinking it can do whatever it wants. I’m not going to live like a rat, there must be a reaction.
Naiara: Like preparing the ground to contest the elections and to say there was fraud.
There’s also the draft of a document that gives a supposed legal veneer to a decision to annul hypothetical elections. There’s also the document that talks about eliminating President Lula, about “preventing him from going up the ramp,” which is the way of saying he assumes power. And in that document, his vice president is also mentioned, who is the second authority of the State, and Judge Moraes. That document was printed nothing less than in the Presidential Palace itself by one of President Bolsonaro’s collaborators. And there are also the meetings in which Bolsonaro —then president and commander-in-chief of the Armed Forces— according to the Prosecutor’s Office, tried to obtain the support of the heads of the Armed Forces, of the military chiefs. The Army and Air Force commanders refused. One of them even said right there that this was illegal. And that’s why the Prosecutor’s Office says the coup failed, because the military didn’t join. On the other hand, the Navy commander did offer —according to the Prosecutor’s Office— his troops, his sailors, and that’s why he’s sitting with Bolsonaro in the dock.
Silvia: I was wondering, while all this is happening. We know Brazil is very polarized. How is Brazilian society reacting to this? The Bolsonaro supporters… What’s happening? What’s the country’s temperature in all this?
Naiara: Well, half the country considers this a political persecution and that what happened on January 8th was a simple demonstration that got out of hand and ended with acts of vandalism and therefore that the sentences imposed so far are really exaggerated. And the other half of the country, let’s say, considers, like the Prosecutor’s Office, that this has been the most serious attack Brazilian democracy has suffered in the last 40 years since the dictatorship ended and that the trial is the response that the institutions are giving and applying the law, in the face of a coup attempt that’s not like the coups d’état of the 20th century, because in the 21st century coups d’état don’t usually happen with tanks in the streets and armed soldiers.
But during all this time, for example, Bolsonaro has continued acting as opposition leader, although he’s been disqualified for two years for a different case, for a different matter, and therefore cannot run for elections until 2030. Regarding his followers, during these years Bolsonaro has continued mobilizing them.
Archival audio, journalist 1: Hundreds of Bolsonaro sympathizers took to the streets of some 60 cities to reject the judicial accusation against Jair Bolsonaro.
Archival audio, journalist 2: Under the slogan “React Brazil,” the protesters demand amnesty and want to reinforce the idea of persecution against the former president…
Archival audio, journalist 3: Out with Moraes! Out with Moraes!
Naiara: He’s brought thousands of people to the streets in various concentrations, some have been enormous, others have been much smaller than expected. And the themes, let’s say, the slogans with which he’s called them to demonstrate, to make these street shows of force, well, they’ve been proclaiming Bolsonaro’s innocence, attacking Judge Moraes and the Supreme Court in general without mercy, saying he’s a dictator and that they’re restricting the freedom of expression of Brazilians, of Bolsonaro supporters, of conservatives and demanding from Congress an amnesty law both for the former president and for the rest of those involved in this anti-democratic movement.
Eliezer: Bolsonaro legislators have pressured to try to force a vote on this law. In early August they staged a boycott and Congress had to cancel that day’s sessions. But Naiara explained to us that Congressional leaders are not willing to support that amnesty.
Silvia: After the break we’ll review how the United States has tried to pressure Brazilian judges in this case against Bolsonaro. We’ll be right back.
Silvia: We’re back on El hilo.
Eliezer: There are many parallels we can draw between Trump and Bolsonaro. Both won when nobody expected it, and then lost reelection. Both refused to acknowledge defeat and mobilized their supporters to denounce alleged fraud. In the United States there was an assault on the Capitol; in Brazil, on the headquarters of the Three Powers. Both, let’s remember, also survived assassination attempts.
Silvia: How does the scenario change with Trump’s return to the White House? Because, as you were saying, what happened on January 8th, 2023 is very reminiscent of January 6th in the United States, right?
Naiara: Well, from the start, Trump’s victory was like hitting the jackpot for Bolsonaro. He immediately saw that there he could have a possible way out. That Trump, the most powerful politician in the world, could be a help to get rid of his many judicial problems and continue with his political life. So a few months ago, Bolsonaro sent his son Eduardo, who is a congressman, and who since he speaks English is in contact with the Trumps, with the administration, with the international ultra-right. He sent him to the United States there to lobby the Trump administration. And well, seeing what we’ve seen, his efforts have been successful. In the sense that Trump has gotten involved in this matter, in Operation Save Bolsonaro much more intensely than anyone would have predicted or imagined in Brazil. It’s true that they’re allies and that well, Trump praises him, says he’s a great friend, and receives him at the White House. But well, the intensity with which Trump has gotten involved is really unprecedented.
Eliezer: As Naiara mentioned in the previous segment, Trump referred to the trial as a witch hunt against Bolsonaro… And threatened to impose 50% tariffs on Brazil, which, by the way, are the highest in the world. Trump only maintains that percentage of tariffs on India and Brazil.
Naiara: This happened at a moment when Lula was presiding over an international BRICS summit in Rio de Janeiro, with China, with Russia, with India. It was a super important moment for Brazilian diplomacy and it’s at that moment when Trump, I think also taking advantage of that situation, launches a message on social media in which they raise hell about Bolsonaro’s trial and proclaims that “this is a witch hunt.” And Trump adds, I quote. “This is nothing more than persecution of a political leader, something I know well.” End quote. Lula responds publicly to Trump telling him to stop behaving like an emperor and to stop interfering in the internal affairs of a sovereign country like Brazil.
Silvia: The tariffs went into effect on August 1st.
Naiara: What’s really extraordinary, mind-blowing, is that Trump openly linked the tariffs to Bolsonaro’s trial. That is, he punishes Brazil to pressure the judges to let Bolsonaro go free, let’s say, without being held accountable. And he does this, even though Brazil is one of the very few countries in the world with which the trade relationship is advantageous for the United States, right? The United States has a trade surplus with Brazil of more than $ 400 billion in surplus over 15 years, not a deficit like with most of the world, so everything is very carefully calculated. It’s very evident how he’s politicized the tariffs to openly pressure the judges. And Trump has also put economic sanctions on Judge Moraes. These are Treasury Department sanctions, the kind the United States puts on dictators and terrorists. Moraes, who accumulates a lot of power in the Supreme Court, is the arch-enemy of Bolsonarism. He’s also known abroad because he’s the one who closed X for practically a month, last year.
Silvia: Has it helped Lula politically to confront Trump on this?
Naiara: Lula, who is a veteran with half a century in politics, immediately took advantage of the circumstances to wrap himself in the flag of national sovereignty.
Archival audio, Lula Da Silva: What President Trump cannot forget is that he was elected to be the president of the United States, he was not elected to be the emperor of the world.
Naiara: And accuse the Bolsonaros of being traitors to the homeland for instigating the punishment of tariffs. And thanks to that he’s emerged from the worst popularity crisis of his entire political career. And this is his third presidential term. The tariffs have many exceptions, but still represent serious damage to industry and other economic sectors. And although Lula threatened at first to pay the United States back with the same coin, that is, to put reciprocal 50% tariffs on them, so far he hasn’t done it. That’s typical of Lula. Always, let’s say, as they say here, with one foot in each canoe and leaving all doors open. He keeps the door to dialogue open. That’s what he wants, to negotiate. Resolve this amicably. Negotiate with Washington. But there’s no way. The Trump administration is, for the moment, absolutely closed off, and Brazilian analysts predict that it’s likely that the United States will respond to Bolsonaro’s verdict, if it’s a conviction, with more tariffs, more sanctions.
Eliezer: We take one last break and when we return Naiara explains what we can expect in the coming days. We’ll be right back.
Silvia: We’re back on El hilo. Despite Trump’s pressure, the judges have maintained the calendar for this final phase, and have taken measures to prevent Bolsonaro from fleeing.
Eliezer: Let’s remember that first, in 2024, they took away his passport… Then, in July of this year, they put an electronic ankle bracelet on him. And since August he’s been under house arrest, with patrols at his house door 24 hours a day.
Naiara: And since he’s violated the judge’s precautionary measures several times, the judge has even prohibited him from talking on the phone or using social media. Well, the police, when they put him under house arrest, confiscated his phone. And there too new messages are coming out, new information and among other things, the police found a draft letter addressed to the president of Argentina, Javier Milei, in which Bolsonaro asks him for asylum. It’s a letter that has no date, no signature and is a document that was manipulated, that was last modified last year, but well. The final phase of the trial began on Tuesday. The Supreme Court has called five sessions for the judges to deliberate. September 2nd, the 3rd, the 9th, the 10th and the 12th. And all of that will be public, broadcast live on YouTube. So we’ll see how each judge votes, if they consider each of the eight accused innocent or guilty of each of the crimes.
They go in order: the judges and the accused. And Bolsonaro is the 6th accused. Moraes, the first judge to vote, because he’s the investigating judge, and so far he’s the one who has set the pace for the court with his decisions. The rest of his colleagues, most of the time, have joined his positions. It’s expected that Moraes will announce his vote on the 9th and there the really crucial part of the deliberations would begin. Remember that all the defendants are accused of several crimes. In Bolsonaro’s case they add up to a minimum sentence of 12 years and maximum of 43.
Silvia: And is Bolsonaro expected to speak, to testify?
Naiara: It’s not known. In principle, the accused are not expected to take the floor. It’s not even clear that Bolsonaro and the rest of the accused —there are eight in total— will attend the hearings. It’s not mandatory.
Silvia: Well, and what do analysts say? Do they expect a conviction?
Naiara: Here in Brazil everyone, practically everyone, whether analysts, the government, the opposition, more or less openly, the press, take it for granted that Bolsonaro will be convicted. Most legal analysts, the major newspapers in their editorials consider that the evidence is solid enough for a conviction. The doubt, the debate, is the sentence: how many years he’ll get in conviction. And the other unknown being debated is where he’ll serve the sentence. There’s a possibility that the judges would let him continue under house arrest because he’s 70 years old and has health problems, gastric crises and hiccups, from that stabbing he suffered in the 2018 campaign. Another option is for Bolsonaro to be imprisoned in a police station specially conditioned for him, as happened with Lula when he was imprisoned for some corruption cases that were later annulled. Bolsonaro could also enter a military prison or even, well, in a military prison because he’s a retired army captain. Or it’s even speculated that he could go to the maximum security prison in Brasília, the most guarded in Brazil. But those are the doubts. Here, for several months or long weeks now, it’s taken for granted that he’s going to be convicted.
Silvia: Well, in the scenario where they convict him, can he appeal or is this already final?
Naiara: Bolsonaro has been tried by the Supreme Court, which in this case is the first and last instance. There’s a possibility of appeal against a conviction, but it’s very remote, because according to the current jurisprudence of the Supreme Court —a specialist explained to me— it would only be in case there are two dissenting judges, two of the five judges dissenting on any of the points. In that case, the convicted person could present an appeal called de embargo. But that would hardly, very, very, very hardly change the verdict, specialists tell me. They can modify some details about serving the sentence, but little more. Analysts in Brazil consider this is practically the end of the judicial process in Brazil. What they predict is that his lawyers will take the case to international courts.
Silvia: Now, what does public opinion say about this possible conviction of Bolsonaro? And I ask because just a few days ago I saw an article in The Economist, that was about the lessons the United States can learn from Brazil. Again, going back to this comparison. And it said, Brazil wants to move on, and wants to overcome what happened on January 8th. But is it really like that? I mean what… Are there polls that give some clues about how people see the conviction? Because you were telling us that, of course, all this in itself has been very polarizing, but for there to be a conviction of a former president for a coup attempt… What does public opinion say about that?
Naiara: I would say that the government evidently would like to close this chapter, move forward, the judges too, the businessmen too, look ahead. But the country, the electorate is deeply divided. According to the latest Datafolha poll, which is from mid-August, 40% of Brazilians consider Judge Moraes to persecute Bolsonaro for political reasons. 40%. While more than half, 53%, believe the magistrate is applying the law and the Constitution. This poll is right after the house arrest. And although as… although Bolsonaro is disqualified and has other judicial cases open against him, I would say that Bolsonaro, politically, resists. He still has the support of a good part of Brazilians and a smaller part of that, the hard core, let’s say, follows him with blind faith. And the battle to inherit that political capital has already begun. It’s the battle to be the next right-wing candidate against Lula, who wants to run for reelection or seeks a fourth term, and that’s going to be next year. Proof of how influential Bolsonaro remains, in my view, the three right-wing governors with presidential aspirations have already promised him that if they win, if they are the candidate and win, they will pardon him. And meanwhile, Bolsonaro maneuvers to get parliamentary support, so that Congress at some point removes Moraes and expels him from the Supreme Court and from the judicial career. So, here Bolsonaro still remains a relevant political figure with a lot of influence, despite all his vicissitudes of recent years. The revelations about him, the suspicions are constant, the documents, the messages, the evidence. But he still is… still maintains, maintains support.
What we see on September 7th will be important, on Sunday, Brazil’s Independence Day, which is a date that Bolsonarism used to use during the years when Bolsonaro was president and when he left the presidency to flex muscle and, let’s say, be patriotic. Now we’ll have the official parade in Brasília, presided over by President Lula and in defense of national sovereignty. But Bolsonarism I think is also called to the streets. We’ll see if they come out, how many come out, with what attitude, because it coincides right in the middle of this crucial phase and on the eve of the verdict on Bolsonaro.
Silvia: What does convicting Bolsonaro mean for Brazilian politics?
Naiara: I think this trial, especially the response of Brazilian institutions to the most serious attack on democracy in the longest democratic period in their history. The last dictatorship ended here 40 years ago. The institutions want to make sure that no one else flirts with authoritarianism, with coups d’état, with interventions in the constitutional order. But Bolsonaro, convicted or acquitted, I think will continue to be a relevant figure in Brazilian politics, at least until the 2026 elections, because barring surprises, he will be the one who decides who is the right-wing candidate. And I wouldn’t rule out surprises. Bolsonaro himself dreams of a resurrection like the one Lula starred in, or like Trump’s. In these convulsive and volatile times, who knows. A very long sentence can sink him emotionally, that’s true. But I wouldn’t consider him politically finished.
Silvia: Well, Naiara, thank you very much.
Naiara: No, thank you.
Silvia: This episode was produced by me, with help from Mariana Zúñiga. It was edited by Eliezer and Bruno Scelza did the fact-checking. Sound design and music are by Elías González.
The rest of El hilo team includes Daniela Cruzat, Samantha Proaño, Melisa Rabanales, Diego Corzo, Natalia Ramírez, Paola Alean, Camilo Jiménez Santofimio, and Elsa Liliana Ulloa. Daniel Alarcón is our editorial director. Carolina Guerrero is the CEO of Radio Ambulante Studios. Our theme music was composed by Pauchi Sasaki.
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I’m Silvia Viñas. Thanks for listening.