Ayotzinapa
Normalistas
43 estudiantes
43 desaparecidos
Los 43
México
Guerrero
Iguala
10 años Ayotzinapa
Este 26 de septiembre se cumplen diez años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y aún no sabemos dónde está la gran mayoría. Solo han encontrado restos de tres. Es el caso de impunidad y corrupción más grande de la historia mexicana de este siglo, y ha dejado en evidencia la complicidad entre las fuerzas de seguridad y el crimen organizado. En este episodio, la periodista mexicana Vania Pigeonutt y reporteros locales que fueron los primeros en cubrir lo que pasó la noche de la tragedia reconstruyen un período de unas horas que se iban a terminar convirtiendo en una pieza clave para entender la dimensión de este caso. Vania y sus compañeros también nos cuentan cómo Ayotzinapa cambió sus vidas, y marcó un antes y un después para el periodismo y el país.
Créditos:
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Producción
Vania Pigeonutt y Silvia Viñas -
Edición
Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Producción en redes sociales
Analía Llorente y Samantha Proaño -
Diseño de sonido, mezcla y música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Getty Images / Daniel Cardenas
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Elías: Este episodio tiene escenas fuertes y puede no ser apto para todos los oyentes.
Silvia Viñas: Vania, tú hace unos meses me escribiste con la idea de hacer un episodio para El hilo porque se iban a cumplir los diez años de Ayotzinapa.
Audio de archivo, periodista: Los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecieron entre la noche del 26 y la madrugada del 27 de septiembre de 2014.
Audio de archivo, presentador: Fueron agredidos a balazos por policías municipales y personas armadas cerca de la localidad de Iguala, en el estado occidental de Guerrero.
Audio de archivo, familiares: ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Silvia: ¿Por qué te parecía importante hacer una historia sobre este aniversario? ¿Qué representa este caso para México?
Vania Pigeonutt: Bueno, primero porque Ayotzinapa es una herida abierta de la historia contemporánea de México que podemos hablarlo desde la historia de las violencias.
Eliezer: Ella es Vania Pigeonutt, reportera y productora de Guerrero. Vive en Alemania desde hace dos años.
Vania: En materia de desaparición forzada me parece un caso emblemático
y que ya en esta transición del presidente Andrés Manuel López Obrador a la nueva presidenta Claudia Sheinbaum, pues una década pues tiene que pesar, ¿no? en materia de resultados y de verdad y justicia y sobre todo memoria.
Silvia: ¿Y cuál es tu relación con este caso?
Vania: Bueno, yo tenía cuatro años de empezar a ser reportera. Yo vivía en Chilpancingo, Guerrero, que es la capital del estado en donde ocurre esta desaparición forzada de manera masiva. Entonces, yo venía cubriendo Ayotzinapa, que es un movimiento social más que una normal rural.
Eliezer: Cuando Vania dice “normal rural” se refiere a lo que en México llaman “escuelas normales rurales”. Empezaron a funcionar en 1922, después de la Revolución Mexicana, para darles acceso a la educación a los campesinos.
Silvia: Los estudiantes de estas normales se forman para ser maestros rurales y, en el caso de los de Ayotzinapa, regresar a La Montaña, una región donde viven pueblos indígenas marginalizados, para enseñar.
Vania: Siempre se ve a Ayotzinapa como parte de la cobertura de derechos humanos, porque ellos reivindican varias luchas que ha tenido Guerrero a través de la historia.
Silvia: Como la reforma agraria en los años 30, la lucha estudiantil a finales de los 60, o las desapariciones forzadas de los 70.
Eliezer: Así que, como reportera que cubría derechos humanos, Vania dice que Ayotzinapa era una fuente, por así decirlo. Escuchaba sobre las denuncias de represión policial cuando los estudiantes protestaban. Tenía que revisar cuál era el papel de la normal en las manifestaciones, y cuál era el interés del gobierno del estado de Guerrero con los normalistas.
Silvia: Se han hecho muchos documentales sobre la desaparición de los 43 estudiantes. Pero tú querías concentrarte en los periodistas que cubrieron lo que pasó ese día y después. ¿Por qué pensaste en este enfoque?
Vania: Yo creo que siempre hablamos de México, violencias y que además es uno de los países más mortíferos para ser periodista. Yo vine a Berlín, a una beca de refugio y descanso porque pues lamentablemente no había condiciones para que yo continuara con una cobertura de lleno, estudiando los fenómenos del crimen organizado en un terreno muy poroso en donde hay muchos intereses. Entonces para mí, de manera personal, es importante hablar de libertad de expresión desde los que estamos vivos. Quise hablar del caso Ayotzinapa y explicar, como también desde ahí, qué deja un periodista local o cómo cambia su vida al seguir durante tantos años este continuum de violencia que parece que no acaba y que además, pues sigue recontando en materia de libertad de expresión.
Eliezer: Según la organización Artículo 19, sólo el año pasado, 2023, hubo más de 500 agresiones contra periodistas en México. También han registrado 31 desapariciones de periodistas desde el 2003.
Vania: También más de 150 compañeros que han sido asesinados, la mayoría periodistas locales que, como en este caso, pusieron el cuerpo, la cara y sus nombres para cubrir un caso emblemático, o pusimos más bien, en este tiempo, el 26 de septiembre del 2014.
Silvia: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Studios. Soy Silvia Viñas.
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff.
Eliezer: A diez años del caso de Ayotzinapa, aún no sabemos dónde está la gran mayoría de los 43 normalistas desaparecidos. No es exagerado decir que es el caso de impunidad y corrupción más grande de la historia mexicana de este siglo, que dejó en evidencia la complicidad entre las fuerzas de seguridad y el crimen organizado.
Silvia: Las primeras diez horas de cobertura de lo que ocurrió esa noche, hace una década, cambió la vida de un puñado de reporteros locales de Guerrero que fueron los primeros en llegar a documentar los hechos, porque lo que vieron y registraron en ese momento iba a cambiar la vida del país.
Eliezer: Hoy, cómo fue y qué efecto tuvo el trabajo de los periodistas locales para entender lo que pasó esa noche de septiembre de 2014. Y cómo este caso marcó un antes y un después para la prensa y la sociedad mexicana.
Es 20 de septiembre de 2024.
Silvia: Bueno, como esto pasó hace diez años, creo que vale la pena que nos cuentes el contexto de ese día. ¿Quiénes eran estos estudiantes? ¿Qué estaban haciendo ese 26 de septiembre antes de los ataques?
Vania: Pues al ser como de este tinte socialista y al reivindicar tantas luchas y masacres históricas, pues ellos siempre buscaban hacer marchas masivas y protestas que llamaran la atención y en este contexto buscaron camiones para la reivindicación de la masacre del 2 de octubre de 1968.
Eliezer: La matanza de Tlatelolco, cuando el Ejército mexicano y un grupo paramilitar acribillaron a más de 300 personas en la Plaza de Las Tres Culturas en Ciudad de México. Fue durante una manifestación pacífica del movimiento estudiantil.
Vania: En este tipo de normales rurales siempre se hacían estas marchas de memoria, de conmemoración, de recordar que el pasado puede ser presente y pues mira, no estaban tan equivocados.
Silvia: Así que, estudiantes de diferentes normales, de distintos estados, iban a ir hacia Ciudad de México para participar en la marcha del 2 de octubre. Tenían entre 17 y 25 años. A los de Ayotzinapa les tocaba conseguir los autobuses –o camiones, como les dicen en México– en los que iban a salir desde Iguala.
Vania: Entonces este era el contexto de mucha vigilancia a nivel local, porque ellos siempre solían agarrar los camiones en Chilpancingo, incluso tenían un acuerdo con una de las empresas de camiones locales. Ellos le llamaban como… Pues les prestamos los autobuses. Simplemente cuídenlos y los regresan. Era un acuerdo que tenían porque también ya estaban hartos los de las empresas de autobuses de que retuvieran los camiones. Ellos llamaban secuestrar los camiones, los de las empresas. Y entonces esto era lo que pasaba en estos días.
Eliezer: Pero esta vigilancia de la que habla Vania no era solo por esa dinámica de tomar los autobuses, que por cierto es algo que llevan haciendo hace décadas. En Chilpancingo, la capital del estado, había mucha militarización, mucha policía federal, porque Guerrero había sido el estado más violento el año anterior, 2013.
Vania: Pues nosotros habíamos tenido un periodo de violencia… Las tasas de secuestro y de extorsión de los delitos de alto impacto subieron bastante en las grandes ciudades como es Chilpancingo, Acapulco. Entonces se tuvieron que ir hasta Iguala por la vigilancia que había en la capital del estado de Guerrero.
Silvia: Esa noche del 26 de septiembre de 2014, los normalistas salieron en cinco autobuses desde la terminal de Iguala. Dos hacia el sur, tres al norte. Y rápidamente empezaron los ataques. Fueron varios, en simultáneo, en diferentes lugares, y con la participación de distintas fuerzas de seguridad y hombres armados.
Eliezer: Un ataque fue contra el grupo de tres autobuses que fueron hacia el norte. Policías municipales empezaron a perseguirlos. Dispararon y hubo heridos. Un estudiante, Aldo Gutiérrez, recibió un disparo en la cabeza, que lo dejó en coma. Y los policías se llevaron a unos 20 normalistas… Todos los que estaban en uno de los autobuses.
Silvia: Los otros dos, que se dirigieron hacia el sur, también fueron interceptados por policías. Uno por municipales, que rompieron vidrios, lanzaron gases lacrimógenos y se llevaron a los estudiantes. El otro fue detenido por policías federales, pero los estudiantes lograron escapar.
Eliezer: Y también hubo otro ataque contra un grupo de jóvenes esa noche, pero no eran normalistas, sino jugadores de fútbol de un equipo de tercera división: Los avispones. Habían empezado la temporada y su primer partido era en Iguala. Salieron del estadio en autobús, y en el camino empezaron a recibir una ráfaga de balas. Los muchachos gritaban, pidiendo que no dispararan, que eran jugadores de fútbol. Un adulto escuchó a uno de los hombres armados decir: “Ya la cagamos, comandante, son futbolistas.” Más de una docena quedaron heridos y murieron dos: el chofer del autobús y un chico de 15 años.
Una pausa y volvemos.
Silvia: Artículo 19, una organización internacional e independiente, presentó su informe sexenal “Derechos pendientes”, donde profundiza sobre los aspectos apremiantes en la defensa de derechos humanos en México de cara al futuro.
Eliezer: México es el país más peligroso para hacer periodismo en el continente, con 46 periodistas asesinados y 4 más desaparecidos durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Silvia: La libertad de expresión y el derecho a la información aún están lejos de ser garantizados. Sobre todo, cuando cada 14 horas se agrede a la prensa. Durante el gobierno de AMLO, se registraron más de 3,000 agresiones contra periodistas, siendo así el más violento.
Eliezer: Para aprender más, lee el informe de Artículo 19 en articulo19.org/derechospendientes
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo.
Alejandro: Yo estaba en mi casa y estaba redactando y fue justamente mi hermano, también es reportero. Me hizo una llamada. Dice, ¿sabes qué? Dice, jálate porque, eh, eso está feo. Me dijo con otras palabras: está de la chingada.
Silvia: El que habla es Alejandro Guerrero, uno de los colegas que Vania entrevistó para esta historia. Es de Iguala, y es corresponsal del periódio El Sur.
Eliezer: Alejandro fue uno de los primeros reporteros que fue a documentar lo que había pasado esa noche.
Alejandro: Cuando yo llego a la calle de Juan Álvarez, efectivamente era un caos ahí. La escena era de terror ahí, o sea, los autobuses tenían balas por todos lados. Unos tenían manchas de sangre. Los chavos ya hablaban de un muerto. Hablaban, recuerdo, que de 25 detenidos en ese momento, después del primer ataque. Y me tocó pues entrevistar a algunos chavos, sus testimonios. Me acuerdo que tomé evidencias de todo lo que había pasado, los casquillos que quedaron en la zona, que eran, se contaban por decenas todo tipo de calibres.
Vania: Fueron los estudiantes de Ayotzinapa, de acuerdo a la versión que Alejandro nos contó, quienes marcaron estos casquillos y las zonas de agresión con las piedras, con ramas, con lo que encontraron, pues querían marcar la evidencia de que ellos habían sido atacados.
Alejandro: Yo cuando llegué no había ningún acordonamiento, no había aseguramiento, no había presencia policiaca.
Vania: Algo que normalmente no ocurre. O sea, que cuando hay hechos de violencia, pues siempre llega el Ministerio Público, la Policía Ministerial y en este caso no fue la ocasión.
Silvia: La información sobre estos ataques empezó a llegarle a otros colegas de Vania esa noche. Reporteros que trabajaban desde la capital del estado, Chilpancingo.
Sergio Ocampo: Me dijeron de La Jornada que investigara que había al parecer problemas allá en la ciudad de Iguala, que había muertos, incluso aún se hablaba solo de eso.
Eliezer: Sergio Ocampo es un periodista decano de Guerrero, así es como lo describe Vania y así es como se les dice en México a los periodistas más veteranos, los que tienen más experiencia. Es corresponsal de La Jornada.
Sergio: Pero pues todo apuntaba a lo mismo de siempre, ¿no? Que habían desalojado a los muchachos, que normalmente era su dinámica ir a traer camiones para participar en los eventos del 2 de octubre.
Silvia: Pero de a poco se empezaron a dar cuenta que los ataques de esa noche no eran, “lo mismo de siempre”.
Eliezer: A otro colega, la información le llegó directamente de los estudiantes.
Lenin Ocampo: Bueno, esa noche yo tuve unas llamadas ahí de alguien de ahí de los chavos, de la dirigencia, a mi teléfono.
Silvia: Lenin Ocampo es fotoperiodista. Trabajaba en el periódico El Sur con Alejandro, y también tenía un programa de radio.
Lenin: En radio Universidad, un programa de música de rock, y a esa hora marcaron ¿no? un chavo donde pasamos la llamada al aire, donde pedía seguridad, sobre todo, porque él decía que estaban siendo atacados por los policías municipales.
Eliezer: Nos encantaría ponerles el audio de esa llamada, pero no existe. Lenin dijo que no se grabó y Radio Universidad confirmó que no lo tienen.
Silvia: Lenin cuenta que una media hora después, volvieron a llamarlo…
Vania: Otros estudiantes en donde ya estaban denunciando que los estaban atacando a balazos.
Lenin: Él llamaba de que uno de los chavos, este, tenía un balazo en la boca, en la cara, y que está un poco grave, ¿no? Entonces estaban pidiendo también las ambulancias y que las autoridades, al menos del estado, se acercaran ahí al lugar donde ellos estaban.
Eliezer: Mientras seguían llegando reportes desde Iguala, Sergio, Lenin y otros periodistas decidieron que tenían que ir a cubrir lo que estaba pasando.
Vania: De Chilpancingo a Iguala en una caravana con profesores del magisterio disidente que es la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación Guerrero. Alejandro y otra compañera decían que no fueran. O sea, les insistían que era de terror.
Silvia: Alejandro, recordemos, es el periodista de Iguala… De los primeros que llegó a reportar el horror que habían dejado los ataques.
Eliezer: Además de Lenin y Sergio, otro de los periodistas que estaba en Chilpancingo y quería ir a Iguala a reportear era Rogelio Agustín.
Vania: Que tiene más de 20 años ejerciendo y él es corresponsal de Milenio.
Eliezer: Vania lo entrevistó. Este es Rogelio:
Rogelio: Lo que de alguna manera nos motivó fue un audio que nos llega de la compañera Natividad Ambrosio. Un audio en donde se le escucha muy exaltada, temerosa, en donde describe que ya habían sido objeto ellos, los reporteros de una agresión, que ella había corrido, que estaba a salvo y nos decía que no fuéramos por seguridad, desde luego, porque estaba peligroso.
Silvia: Es que esa noche, después de los ataques, dirigentes estudiantiles y maestros de la CETEG, la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero, convocaron a una conferencia de prensa.
Alejandro: Y justo al cierre de esta conferencia es donde se suelta ese ataque que nos tocó vivir.
Eliezer: Alejandro estaba ahí.
Alejandro: Cuando estaba la conferencia de prensa te digo, había muchos chavos, maestros de la Normal. Mi hermano iba acompañado de su esposa.
Silvia: Alejandro nos pasó el audio que grabó ese día.
Audio ambiente conferencia de prensa.
Vania: Llegan hombres armados, y les tocó escuchar disparos al aire.
Audio ambiente conferencia de prensa.
Alejandro: Cuando se suelta la balacera, pues todos corrimos a escondernos a salvar la vida como pudimos.
Audio ambiente conferencia de prensa.
Alejandro: Ya cuando cesaron los balazos después de… Yo sentí una eternidad, pero habrán sido 15 o 20 segundos de una intensa balacera, cuando salimos pues a mí me tocó ver a los a los dos chavos muertos, a Julio César Ramírez Nava y Daniel Solís Gallardo.
Eliezer: Murieron en este ataque. Habían llegado a Iguala para ayudar a sus compañeros. Las autopsias luego revelaron que les dispararon a quemarropa.
Alejandro: Recuerdo que todavía tomé algunas gráficas antes de irme. Allí vi otros chavos que estaban heridos.
Vania: Alejandro recuerda una situación caótica y pues él dice todavía ¿no? Le hubiera gustado quedarse más tiempo, pero en ese momento no lo pensó porque pues tenían además que salvar su propia vida, buscar la manera de salvarse, resguardarse.
Alejandro: Mi cuñada tenía un embarazo de siete meses en ese tiempo, entonces ella salvó su vida de realmente milagro porque en el carro en el que estaba, recibió tres, cinco, como cuatro o cinco balazos. Ella estaba dentro, y se salvó.
Alejandro: Lo que yo he dicho y he sostenido que esa noche pudo haber sido mucho más trágica de lo que fue.
Vania: Si no hubieran estado ellos pues allí cubriendo y documentando pues qué estaba pasando o por qué no sabían ni siquiera por qué.
Eliezer: Alejando perdió contacto con sus colegas esa noche. Unas horas más tarde salió su artículo en el periódico El Sur sobre el ataque.
Alejandro: Fuimos, si no mal recuerdo, seis compañeros reporteros. No todos publicaron la información porque al final pues hubo una autocensura por el miedo.
Silvia: Pero en Chilpancingo, enterarse sobre este ataque sirvió como un impulso más para que Lenin, Sergio y Rogelio salieran en caravana hasta Iguala. Este es Rogelio.
Rogelio: De alguna manera se tenía la certeza de que si los compañeros de Iguala estaban ya en sus domicilios porque son visibles allá, porque Iguala estaba controlado desde hacía varios años por una organización delictiva, pues era necesario acudir a documentar.
Vania: Hay mucha solidaridad en el gremio guerrerense, en el gremio local en general. O sea, ellos dijeron no, es que yo ya no nada más están los normalistas en peligro, sino que tenemos que ir a documentar porque también a los compañeros y a profesores de la Ceteg les tocó un segundo ataque.
Ángel Galeana: Pues nos animamos porque los que ya tenían mayor experiencia se animaron a ir.
Eliezer: Están escuchando a Ángel Galeana, un videoperiodista, también de Guerrero.
Ángel: Pero realmente creo que nadie dimensionaba lo que estaba ahí pasando. Yo creo que nos fuimos dando cuenta en el camino de lo que se trataban esos ataques.
Silvia: Esa noche llovía muy fuerte. Rogelio recuerda que el conductor de una de las camionetas dijo: “Sonríe, nos está retratando el diablo”, por los relámpagos.
Rogelio: Había mucho, mucho temor. Sí, teníamos miedo. Y obviamente, la certeza de que nos íbamos a enfermar porque íbamos muy mojados.
Lenin Ocampo: Desde un principio ya casi adelante empezamos ahí a sentir sobre todo las las vibraciones malas, ¿no?
Vania: Lenin dice que había pocos carros, solamente vieron un convoy que venía de regreso de la ciudad, también camionetas…
Lenin Ocampo: Nunca pensamos que a lo mejor posiblemente también era parte de este grupo de Guerreros Unidos.
Vania: Eran parte de lo que ya después las autoridades comentaron que eran convoys del grupo criminal Guerreros Unidos, a quien se les acredita la tragedia.
Eliezer: Después se reveló que este grupo, que operaba desde Iguala, coordinó el ataque contra los normalistas.
Vania: Comenta Lenin que tampoco pensaron que allí venía un grupo de estudiantes que pudo ser detenido y que ellos los llevaban ahí.
Silvia: Esta caravana de periodistas primero llegó al lugar donde había sido baleado el bus de Los Avispones, el equipo de fútbol.
Eliezer: Hablaron con un árbitro, que les mostró el bus. Así lo cuenta Sergio, que lo entrevistó:
Sergio: Vimos el camión como estaba de lado, vimos cientos de tiros. De ahí después supimos que gracias a que uno de los tiros pegó en la chapa, estos tipos no, no llegaron, no pudieron abrir para ir a matar a los jugadores de los Avispones, a quienes habían confundido, ¿no? Según esto.
Eliezer: Los padres de los futbolistas les contaron que habían pedido ayuda a un batallón de infantería y que se la negaron, porque decían que el alto mando no les había dado la instrucción de auxiliar a nadie.
Silvia: Esto es de una de las entrevistas que grabaron con un familiar:
Familiar: Aquí desconocemos el motivo, pero yo sí hago exhortos a las autoridades, que vean estos actos tan criminales que están contra los deportistas de Chilpancingo. No es posible.
Ángel: Como en el tema de de hacer imagen, más allá de las cosas técnicas, era la situación emocional, la situación de violencia.
Eliezer: El que habla es Ángel, el periodista audiovisual.
Ángel: El miedo que de alguna manera estaba. Pero un miedo como que te shockea. No dimensionas lo que está pasando y tienes que trabajar, ¿no? Tienes que hacer lo que tienes que hacer. Y ya después cuando entran los procesos de reflexión, empiezas a darte cuenta de lo, del lugar en donde estábamos, ¿no? Un lugar totalmente controlado por la delincuencia.
Vania: Recuerda que los iban siguiendo sicarios, halcones, que son estos vigilantes. Así se les denomina a los vigilantes de la delincuencia organizada. Por todo Iguala había gente, hombres denominados halcones, hasta que… Y ellos sí lo pudieron percibir.
Eliezer: Cuentan que los policías municipales fueron agresivos con ellos, que increparon a algunos periodistas de la caravana. Incluso, un policía les recomendó no entrar a Iguala, porque la situación era tan grave que no había presencia policial. Este es Rogelio:
Rogelio: Con los primeros que establecimos comunicación y contacto, después de los preventivos, fue con personal militar. Eran militares los que estaban, pues, de alguna manera presentes ahí. Porque no, no había un cerco perimetral. No había nada. Ahí tomamos algunas entrevistas, tomamos algunas fotos, le pedimos permiso incluso a los militares que estaban ahí para poder tomar algunas imágenes, que ahí están al paso de la historia.
Silvia: ¿Y cómo termina el día para ellos?
Vania: Bueno, pues para ellos fue una noche que no tuvo descanso.
Rogelio: Posteriormente nos trasladamos a la sede del Ministerio Público, donde llega ya el presidente de Derechos Humanos, el magistrado del Poder Judicial, el entonces fiscal. Se concentran ahí algunos estudiantes de Ayotzinapa. Llegan los papás con los muchachos del Deportivo Los Avispones. Y comenzamos a preparar nuestro regreso, ya por ahí, de 5 o 6 de la mañana. Porque también teníamos la certeza de que teníamos que salir, teníamos que regresar inmediatamente, pues para poder redactar y transmitir lo que estábamos cubriendo.
Eliezer: Esa mañana del 27 de septiembre se dieron cuenta de que había estudiantes desaparecidos. Muchos muchachos se habían escondido durante la noche, entonces varios padres salieron en camionetas por Iguala, gritando que podían salir, que era seguro.
Silvia: Vania llegó esa mañana y estuvo reportando desde camiones con normalistas y familiares que buscaban a los estudiantes.
Vania: Casa por casa pero pues en realidad la gente no quería decir absolutamente nada. Había mucho miedo en Iguala, nadie te quería ni siquiera voltear a ver y éramos únicamente como almas en pena, buscando gente que en realidad no sabíamos ni por dónde empezar,y a pesar de que era de día, pues tú no veías a nadie.
Rogelio: Sí se advertía que había algo, pues muy oscuro, inédito, pero nunca consideramos que iba a tomar la dimensión que adquirió después, que iban a estar los 43 muchachos desaparecidos, que casi diez años después no se les iba a tener localizados todavía.
Eliezer: Además de los 43 desaparecidos, los ataques de esa noche dejaron varios muertos, como les hemos contado. En total fueron seis: tres estudiantes, y el jugador de fútbol, el chofer del autobús de los Avispones, y una mujer que estaba en un taxi. En 10 años, solo han encontrado restos de tres de los 43 desaparecidos.
Silvia: Después de la pausa, el impacto de la cobertura de los reporteros locales y qué ha pasado con las investigaciones sobre Ayotzinapa, 10 años después. Ya volvemos.
Elías González: Este martes 24 de septiembre regresa nuestro podcast hermano, Radio Ambulante. Y para estrenar la temporada 14 habrá decenas de Clubes de Escucha en ciudades de todo el mundo. Los organizan oyentes como tú, que disfrutan las historias sorprendentes de América Latina que narramos en nuestro podcast y que quieren conversar sobre ellas. En ClubesDeEscucha.com puedes buscar si ya hay uno en tu ciudad o incluso crear el tuyo propio. Encuentra toda la información y los recursos para organizar un club en ClubesDeEscucha.com
Eliezer: Estamos de vuelta en El hilo.
Blanca Nava: No se imaginan cómo estamos pasando. Estamos muy tristes porque la verdad siento muy feo que mi hijo no lo encontré aquí.
Silvia: Habían pasado tres días de los ataques cuando se grabó este testimonio, como parte de una entrevista colectiva. Ella se llama Blanca Nava. Su hijo, que sigue desaparecido, es Jorge Álvarez Nava.
Blanca Nava: No hemos sabido nada, nomás nos dicen los muchachos que fueron allá que vieron ellos que sí, se los echaron a la patrulla. Dice como 20 muchachos echaron. Y a ver, fuimos a ver a Iguala y no nos dieron nada de razón.
Eliezer: Ese mismo día, el 29 de septiembre del 2014, las autoridades de Guerrero arrancaron oficialmente con la búsqueda de los estudiantes. De a poco se empezó a revelar más información. Y lo que los periodistas locales registraron la noche del 26 de septiembre fue clave para entender la dimensión de este caso.
Alejandro: O sea, hay evidencias fotográficas, evidencias de notas periodísticas que hicimos, que incluso son parte de las investigaciones de la Procuraduría General de la República.
Silvia: Él es Alejandro Guerrero, el periodista de Iguala que llegó esa noche a reportar y estuvo en el ataque durante una conferencia de prensa.
Alejandro: Muchos de nosotros fuimos y seguimos siendo citados por la Fiscalía de la República para declarar como testigos de los hechos.
Vania: Para Rogelio, por ejemplo, él siempre ha pensado que si los compañeros no hubieran ido esa noche, pues también otra historia se hubiera escrito.
Rogelio: Quizás habría hecho aparecer a los muchachos como los agresores, ¿no? Quizás les hubieran montado armas, para hacerlos ver que ellos provocaron a las autoridades. En fin. En Iguala en este momento, en esos días, se podían hacer muchísimas cosas.
Lenin: En el primer momento que fuimos este grupo de reporteros cambió un poco la historia que pudo haber sido la de los estudiantes que agredieron a los policías y ellos respondieron.
Eliezer: El que habla es Lenin Ocampo, el fotoperiodista.
Lenin: Desde ese momento nosotros cambiamos esa parte de la historia que seguro la iban a formar gracias a esas imágenes no pudo darse un carpetazo, ¿no? como hubieran querido en el caso de este de los 43 desaparecidos.
Silvia: También es gracias al trabajo de estos periodistas que, por ejemplo, se pudo contrastar una versión de las autoridades que decía que a los 43 estudiantes desaparecidos los habían incinerado. Hace unos meses, la Fiscalía General de la República descartó finalmente esta teoría.
Eliezer: Pero esta cobertura, tan esencial para el caso, también ha puesto en peligro a los reporteros de Guerrero.
Vania: Porque a partir de que se dé esa cobertura pues un grupo de compañeros detectaron que hubo una especie de persecución, se enteraron por sus fuentes que este grupo criminal al que se le adjudica el ataque, la misma policía municipal estaban en complicidad y empezaron a hacer una especie de investigación para saber quiénes fueron los reporteros que estuvieron esa noche.
Alejandro: Por eso también hubo mucha autocensura. Muchos compañeros incluso negaron haber estado en el lugar, porque hubo esta persecución.
Eliezer: Alejandro explica que después de la desaparición de los 43 estudiantes hubo una separación del grupo criminal Guerreros Unidos.
Alejandro: Y entonces hubo también una especie de limpia, ¿no? Empezaron a matar a muchos testigos claves. Muchas personas que estuvieron involucradas en estos hechos los empezaron a borrar, a matar. Entonces, bajo esta situación, pues imagina el miedo para nosotros quienes cubrimos este hecho.
Silvia: Unos años después, en el 2017, Alejandro sufrió un atentado. Iba en moto y un auto lo embistió. Todo pasó en un estacionamiento que era propiedad del alcalde de ese momento. Alejandro terminó en el hospital, con heridas, fracturas.
Alex: Hay una denuncia en la Procuraduría General de la República. Nunca se supo, nunca se investigó qué es lo que pasó.
Vania: Dos meses después, pues su hermano, que también estuvo esa noche en los hechos, fue privado de la libertad por un grupo armado. Lo torturaron, lo golpearon, le sacaron… Intentaron sacar información de otros compañeros reporteros.
Eliezer: En 2018 a Alejandro, su hermano y otros periodistas los pusieron en el Mecanismo de Protección a Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, un programa del gobierno que se supone que debe cuidar a estas personas. Pero en muchos casos no ha sido suficiente.
Alex: Este 2 de agosto cumplió cuatro años que mataron a un compañero que cubría nota roja, a Pablo Morrugares, que él contaba con medidas cautelares. Estaba incorporado al mecanismo de protección, y aun así lo mataron con todo y el policía estatal que lo custodiaba. Él también fue mencionado por el mismo gobierno federal como testigo, ¿no? Como una pieza importante dentro de las investigaciones de Ayotzinapa.
Silvia: En 2020, Alejandro se desplazó de Iguala. Pero siguió recibiendo amenazas.
Alejandro: Que te hacían llegar mediante grupos de WhatsApp o mediante mensajes o mediante los compañeros y te decían qué información publicar y qué información no publicar. Que te decían, ¿sabes qué? Esta información no se puede publicar y no se publicaba porque pues iba de antemano tu integridad.
Alejandro: Lo cierto es que Ayotzinapa agudizó el hecho de que ya no se puede hacer periodismo de investigación, por ejemplo. Antes daba pauta para hacer algunos trabajos todavía de investigar algún tema de corrupción. Hoy ya no se puede, no hay las condiciones.
Vania: O sea, podríamos tener buenos enfoques, buenos ángulos. Yo me quedé en el tintero con bases de datos o con solicitudes de información o no se puede ir más allá, de quiénes son los generadores de la violencia. Toda esta connivencia que hay como del poder económico con el político y con y con el criminal te hace imposible hacer una cobertura realmente profunda.
Eliezer: Esto no significa que antes de Ayotzinapa las condiciones eran ideales para los periodistas de Guerrero. Para nada. Ya eran precarias. Ya era peligroso ser reportero. El crimen organizado ya controlaba distintas regiones en 2014. Lo que ha ido cambiando son las configuraciones de estos grupos. Así lo explica Ángel Galeana, el videoperiodista que escuchamos en el segmento anterior:
Ángel: Hoy Guerreros Unidos prácticamente se extinguió, han entrado nuevas luchas en estos diez años, han entrado nuevos grupos del crimen organizado, pero que sigue siendo la misma tesitura de que son estos grupos los que tienen el poder y que tienen el control de los municipios, de las políticas, de los gobiernos. Y son ellos los que prácticamente dictan y mandan qué es lo que se pasa.
Silvia: Lenin, el fotoperiodista, ha visto esto en las marchas que le ha tocado cubrir. Dice que después de Ayotzinapa la revuelta social fue creciendo, con una movilización fuerte para exigir la aparición de los 43 estudiantes. Se tuvo que acostumbrar a reportar sobre protestas con confrontaciones entre policías federales y las personas que se manifestaban…
Lenin: Y hasta aprendimos a manejar el gas lacrimógeno, ¿no? Porque antes pues no era muy común. Pero después llegó un momento en que diario diario la Policía Federal, la Policía Militar, pues accionaba para diluir estas protestas. El mismo gobierno de una manera u otra, va controlando ya las manifestaciones. Hay que señalarlo, ¿no? El Gobierno optó por desactivar estas manifestaciones por medio del crimen organizado.
Vania: Y lamentablemente pues el periodismo está en medio. Ahora tenemos que convivir, dice Lenin, en las zonas que están controladas por los grupos del crimen organizado, en cualquier lado donde vamos hay armas.
Lenin: Tú no te puedes meter ya como antes, ¿no? a una comunidad a hacer un trabajo, ¿no? Lamentablemente los mismos pobladores, las mismas comunidades, le tienen que pedir permiso a estos grupos, a los jefes de estas zonas. Entonces, hacer el trabajo periodístico en Guerrero es muy difícil en estos momentos. Y a veces también algunas personas lo toman a mal, piensan que estás con un grupo y si vas con otros pensando que estás en otro grupo, entonces te meten en conflictos que a veces ni son tuyos, ¿no?
Sergio: Lo que más me da tristeza es que ya el trabajo periodístico prácticamente ha desaparecido en Iguala…
Eliezer: Él es Sergio Ocampo, el periodista más veterano. Dice que sus colegas están sometidos a una presión tremenda. Que ya casi no hay periódicos locales.
Sergio: Yo creo que es, lo que más me preocupa a mí eso de lo que nos dejó Ayotzinapa, si bien abrir la conciencia, pero la hemos pagado los medios, ¿no? Que ya no hay este periódicos. Y hay pocos periodistas que estamos ejerciendo el periodismo. Hay zonas silenciadas en nuestra entidad.
Alejandro: Entonces bajo estas condiciones hemos vivido.
Silvia: De nuevo, Alejandro.
Alejandro: Te confieso en lo personal, más de una vez he considerado dejar el periodismo por todo lo que ha implicado, ¿no? en mi contexto, en mi familia, porque también ha sido amenazada mi familia, mis hermanos. Y eso, digamos, fue como algo que a mí me… Ayotzinapa me ha dejado muy marcado. Pero justamente temas como estos cuando vemos el valor, la importancia de hacer periodismo en favor de la sociedad, ver cuando esto pues va más allá, ¿no? a veces nuestro propio entendimiento. Es lo que te hace como te mantiene ahí, ¿no? dices, ah, órale, pues le sigo y a pesar de las consecuencias, y a pesar de las condiciones con las con las que se vive. Afortunadamente, en mi caso yo he contado con total apoyo del medio para el que trabajo, el periódico El Sur, y eso es lo que pues digamos de alguna manera pues ha hecho, ha hecho mantenerme, ¿no?
Eliezer: Guerrero es uno de los estados con más periodistas asesinados. Diez en la última década, según Artículo 19. Y el año pasado, fue el segundo con más agresiones. También es uno de los estados con más periodistas desplazados. Según la Unidad para la Defensa de los Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, de 2014 a 2022, 36 se vieron forzados a huir porque sus vidas estaban en peligro.
Silvia: Y Vania, bueno, han pasado diez años. ¿En qué está ahora la Investigación?
Vania: Es una muy buena pregunta, porque el caso Ayotzinapa abrió bastantes carpetas de investigación, y esto hizo que a nivel burocrático, pues pasaran a diferentes juzgados y no hubo como tal una sola carpeta para que se concentrara en la desaparición forzada de los 43. Entonces era un caso de muchos casos, de muchas vertientes. No han podido realmente hacerlo administrativamente más sencillo. Esto hace que las diligencias sean más lentas y que al día de hoy no sepamos realmente dónde están los 43.
Eliezer: El presidente Andrés Manuel López Obrador empezó su mandato en 2018 con la promesa de esclarecer lo que pasó con los normalistas de Ayotzinapa. Creó una Comisión para la Verdad y en estos años hubo avances: detenciones, informes, búsquedas… La comisión reconoció que fue un crimen de Estado.
Vania: Pues sí, es importante que AMLO diga que esta es una herida abierta y que esto fue provocado por la colusión que hay a nivel local –y que puede ser el ejemplo no nada más de Guerrero, sino de todo lo que puede estar pasando incluso en estos momentos en México– de autoridades coludidas con el crimen organizado. Esto sí es como una narrativa que ya reconoció tanto López Obrador como también Alejandro Encinas, ¿no? Que él estuvo al frente como de esta comisión.
Silvia: Encinas es un referente histórico de la izquierda. Leal hace muchos años a AMLO. Dejó su cargo el año pasado para ayudar a la entonces candidata Claudia Sheinbaum. Y aunque hubo algunas controversias durante su mandato, se ganó el respeto de organizaciones humanitarias.
Eliezer: Pero hay una parte importante de todo este caso que ha marcado los intentos de AMLO por cerrarlo.
Vania: El día de hoy el Ejército pues tiene archivos que no ha presentado.
Eliezer: Para los familiares de los desaparecidos, estos archivos son clave, porque tendrían información sobre los movimientos y las comunicaciones entre los criminales que coordinaron el ataque contra los estudiantes. En junio y julio de este año, AMLO se reunió con padres y madres de los 43 y les dio algunos documentos militares de los más de 800 que las familias han exigido. En total, menos de 100.
Silvia: AMLO, que está por terminar su mandato, les presentó un reporte con 21 puntos, donde asegura que han procesado a 20 militares por posible omisión y vínculos con el crimen organizado. Pero dijo que no han encontrado “absolutamente nada” que muestre una participación directa de militares en los ataques de esa noche, hace 10 años, en Iguala.
Eliezer: La respuesta de los familiares muestra su frustración y la tensión que ha habido con el Gobierno en estos años. Dijeron que el reporte de AMLO es confuso, que está lleno de inconsistencias, y que gracias a los testimonios y declaraciones que hay sobre ese día, la participación del ejército es, cito, “una verdad irrefutable”.
Vania: Y pues al día de hoy vemos que los padres se están muriendo, que han fallecido sin saber en dónde están sus hijos y pues estamos ante pues una burocracia enorme, pero también ante una imposibilidad de que el Ejército diga más de lo que quiere decir al día de hoy. Y eso pues creo que tiene que reflexionarlo bastante bien quien entra a relevar a las actuales autoridades, porque los padres han sido, no nada más los padres, los abogados han sido muy puntuales en pedir esta información del Ejército, porque nada pasa por encima del Ejército, ni siquiera las decisiones de los criminales a nivel local. Y entonces pues en eso va el caso, en miles de investigaciones que no aterrizan a realmente lo que han pedido las familias, que es que se investiguen los archivos que el Ejército puede estar guardando y por los cuales a nivel histórico se ha demostrado que pues han cambiado la narrativa de desapariciones y de tragedias que han ocurrido desde hace más de 50 años.
Silvia: La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, se reunió con los padres de los 43 estudiantes a finales de julio. Se comprometió a, cito, “dar seguimiento a la búsqueda de la verdad, la justicia y encontrar a sus hijos”. Luego le dijo a la prensa que su Gobierno va a encontrar un método de trabajo que logre lo que piden las familias, pero no dio más detalles.
Silvia: Este episodio fue producido por Vania y por mí. Lo editó Eliezer. Bruno Scelza hizo la verificación de datos. El diseño de sonido y la música son de Elías González.
Queremos agradecer a Alejandro, Sergio, Lenin, Rogelio, y Ángel por su participación y por su ayuda con los audios de archivo; a la agencia guerrerense CEPROVYSA, Comunicación Multimedios, también por compartir su archivo; a la periodista Margena de la O por su ayuda para entender el contexto de delincuencia y corrupción en el que se dieron los ataques; así como a todos los colegas que siguen reportando a nivel local, a pesar del terreno tan adverso para continuar con su trabajo.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Mariana Zúñiga, Nausícaa Palomeque, Analía Llorente, Samantha Proaño, Desirée Yépez, Paola Alean, Juan David Naranjo Navarro, Elsa Liliana Ulloa y Natalia Ramírez. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Studios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
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