Elecciones Venezuela
Nicolás Maduro
María Corina Machado
Edmundo Gonzalez Urrutia
Venezuela
El 28 de julio, los venezolanos irán a votar en unas elecciones en las que, por primera vez en mucho tiempo, la oposición tiene la oportunidad de ganar. Pero todavía no está claro qué hará el gobierno de Nicolás Maduro, que controla el país desde hace once años, frente al proceso electoral ni sus posibles resultados. Se trata de una elección tan atípica que la política que lidera la campaña no aparece en la boleta electoral y el verdadero candidato era, hasta hace poco, un desconocido. Esta semana, Tony Frangie, editor de Caracas Chronicles, nos explica por qué estas elecciones son importantes y cuáles son los posibles escenarios. Y para entender cómo afectó al país la llegada de Maduro al poder escuchamos el testimonio de dos mujeres cuyas vidas fueron drásticamente alteradas por la persecución política y la crisis económica.
Créditos:
-
Producción y reportería
Maria Zúñiga -
Edición
Silvia Viñas, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Producción en redes sociales
Analía Llorente y Samantha Proaño -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Getty Images / Jeampier Arguinzones
Transcripciones:
Transcripción:
Eliezer Budasoff: La semana pasada arrancó oficialmente la campaña presidencial en Venezuela.
Audio concentración Maduro, Nicolás Maduro: Pretendieron borrarnos del mapa, quisieron matarme una y otra vez… Y no pudieron.
Eliezer: El presidente Nicolás Maduro, que busca la reelección, convocó a sus seguidores en el centro de la capital.
Audio sonido ambiente.
Silvia Viñas: Y en el este de Caracas…
Audio sonido ambiente, señor: Ya viene María Corina, ya viene María.
Silvia: Miles de personas se reunieron para esperar a la líder de oposición María Corina Machado. Entre ellos, estaba Jesús, un profesor de 65 años.
Audio sonido ambiente, señor: Somos ganadores. María Corina Machado es nuestra líder, indetenible…
Eliezer: Jesús se dio vuelta y empezó a cantar con otras personas este cántico…
Audio sonido ambiente: Se ve, se siente, Edmundo presidente. Se ve, se siente, Edmundo presidente.
Silvia: Edmundo presidente. Y aquí es cuando se vuelve un poco confuso. Jesús primero habla de María Corina Machado y luego en el cántico dicen otro nombre: Edmundo… Es que sólo uno de ellos aparece en la boleta electoral.
Tony: Sí, es una campaña atípica en todo sentido.
Eliezer: Él es Tony Frangie, politólogo y periodista. Editor del medio digital Caracas Chronicles.
Tony: María Corina Machado, que es el político con actualmente mayor aprobación en el país. Ella fue diputada en el pasado en Venezuela. Ganó las primarias opositoras, que hubo en octubre, con 93% del voto. Entonces, bueno, arrasó. Pero, está inhabilitada.
Silvia: En 2015, el gobierno de Maduro la inhabilitó. En teoría, Machado tenía prohibido ejercer cargos públicos por un año. Pero nunca le quitaron la inhabilitación. El año pasado, cuando estaba en plena campaña, la Contraloría la extendió por 15 años más. Y en enero de este año, el Tribunal Supremo confirmó su inhabilitación.
Eliezer: Es por eso que, a finales de abril, Machado anunció su apoyo a Edmundo González Urrutia… Un académico de 74 años que fue diplomático y, hasta este año, era un completo desconocido para muchos. Ahora, lidera las encuestas por encima de Maduro.
Tony: Edmundo es la cara que aparece en el tarjetón. Pero, María Corina Machado es quien ha estado haciendo la campaña. Entonces, bueno, tenemos a María Corina como el yang activo y radical en las calles, y a Edmundo como el ying tranquilo y conciliador en esta candidatura dual. Apoyados por toda la gama de lo que ha sido la oposición venezolana en estos últimos 25 años.
Silvia: Y esto, en cierta manera, es inédito. En vez de boicotear las elecciones, como lo han hecho en el pasado, todos los partidos de oposición se han unido alrededor de González Urrutia para participar en estas elecciones.
Eliezer: Esta es la primera vez, en más de una década, que la oposición venezolana decide participar conjuntamente en unas elecciones presidenciales. Las últimas fueron en 2013. Ese año, Maduro ganó por muy poco margen, la oposición desconoció los resultados y la OEA pidió el recuento de los votos.
Silvia: En 2018, durante la última elección presidencial, el gobierno de Maduro inhabilitó a los políticos de oposición más populares. Y por eso, la oposición le pidió a los votantes que boicotearan las elecciones. O sea, que no fueran a votar. Maduro fue reelegido ese año, pero la elección fue considerada una farsa. Y decenas de países se negaron a reconocer los resultados.
Tony: Y ahora, de nuevo, tras todos estos años pues la oposición está volviendo a enfrentarse con el chavismo en unas elecciones presidenciales.
Tony: Y los venezolanos pues se reencontraron, no sólo con la idea del cambio, sino con la intención de ir a votar de nuevo.
Audio, collage manifestantes.
Manifestante 1: es nuestra última esperanza. Este es nuestro último cartucho.
Manifestante 2: Vamos a aprovechar la última oportunidad que nos da nuestro país, nuestro pueblo levantado…
Tony: Entonces, creo que es impresionante ver esta llamita como se extendió por el país y ha despertado y movilizado a una Venezuela que se encontraba apagada, despolitizada y desarticulada.
Manifestante 3: Ya yo pertenezco a la tercera edad. La pensión, después de trabajar toda la vida, no nos alcanza para nada.
Manifestante 4: Que suelten a todos los presos políticos.
Manifestante 5: Porque queremos volver a ver a nuestros hijos, a nuestros familiares. Por eso y por más. Muchos estamos aquí por eso porque estamos cansados de tanta injusticia.
Cántico: Y nadie lo detiene, el cambio viene…
Eliezer: Pero esto no significa que las elecciones serán totalmente libres o justas.
Silvia: Porque aunque el año pasado el gobierno de Maduro y la oposición firmaron un acuerdo para mejorar las condiciones electorales, rápidamente quedó claro que no se cumpliría.
Tony: Las garantías de estas elecciones sin duda no son las mejores. El CNE, que es el cuerpo electoral en Venezuela, ha hecho un cronograma electoral irregular. Los políticos opositores más reconocidos están inhabilitados, no pueden ser candidatos. La mayoría de los partidos políticos de oposición han sido cooptados por el Poder Judicial o simplemente ilegalizados. No va a haber una misión de observación de la Unión Europea como se esperaba. Se han arrestado miembros del equipo de María Corina Machado. Se ha perseguido a la disidencia. Hay un incremento del acoso a la sociedad civil, Entonces, las condiciones son muy, muy cuesta arriba.
Eliezer: Maduro no sólo controla el Consejo Nacional Electoral. También controla el Ejército, el Poder Legislativo, la policía y la mayoría de los medios de comunicación.
Silvia: Así que, para Tony, en este contexto, hay varios escenarios posibles.
Tony: Puede que la oposición gane con una victoria tan abrumadora que el gobierno sea forzado a reconocer eso y negociar algún tipo de transición con garantías para las diferentes facciones políticas.
Silvia: En este momento, países como Estados Unidos, Colombia y Brasil están negociando con Maduro para que respete los resultados, en el caso de que pierda.
Tony: También puede que reconozcan la victoria de Edmundo, pero con el control de las demás instituciones la Presidencia se vuelva decorativa.
Tony: Puede que el Gobierno intente hacer un megafraude y eso puede generar un conflicto social en el país. Es decir, puede que la elección no resuelva el conflicto, sino que lo extienda o lo empeore.
Eliezer: Que se intensifique la crisis económica. Que haya más represión. O incluso que aumente la migración. Según una encuesta local, más del 20% de los venezolanos dice que se iría del país si Maduro se queda en el poder.
Tony: Incluso está la posibilidad de que días o semanas antes de la elección, el Poder Judicial elimine las tarjetas de la oposición del tarjetón y la deje sin candidatura o inhabilite a Edmundo González. Cualquier posibilidad está en la mesa actualmente. De todos modos, yo creo que suceda lo que suceda, hay que entender que el 28 de julio no es el final, es apenas el principio.
Silvia: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Studios. Soy Silvia Viñas.
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff.
El 28 de julio, los venezolanos irán a votar en unas elecciones que, por primera vez en mucho tiempo, alimentan la esperanza de sacar al chavismo del poder. Pero todavía no está claro cómo puede actuar el gobierno de Nicolás Maduro, que controla el país desde hace 11 años, frente al proceso electoral o sus resultados.
Hoy, cómo la persecución política y el colapso económico transformaron la vida de las personas desde la llegada de Maduro al poder.
Es 12 de julio de 2024.
Silvia: Cuando el expresidente Hugo Chávez murió en 2013 y Maduro asumió el poder, muchas personas pensaron que no duraría mucho en el cargo. Pero 11 años después, ahí sigue.
Eliezer: Es mucho lo que puede pasar en una década. También es mucho lo que puede cambiar. Entonces, para entender cómo llega el país a estas elecciones hablamos con mujeres cuyas vidas fueron drásticamente alteradas por la llegada de Maduro al poder.
Silvia: Nuestra productora, Mariana Zúñiga, nos sigue contando.
Audio Cassette, voz Rodolfo: Saluda Lis.
Voz Lissette: ¡Hola!
Mariana: Esta es la voz de Rodolfo González, el papá de Lissette. El audio es de un video familiar de 1998, de un viaje que hicieron juntos por Europa.
Audio Cassette, voz Rodolfo: El Duomo de Milano.
Voz Lissette: No me tomaste fotos con este poco de palomas.
Voz Rodolfo: Aquí te estoy grabando, hasta la voz…
Mariana: En la cinta nunca se llega a ver la cara de Rodolfo. Siempre está detrás de cámara. Pero casi siempre se escucha su voz. Una voz que Lissette no ha vuelto a oír desde marzo de 2015.
Mariana: En apariencia, Lissette y su papá — Rodolfo — se parecen en algunas cosas. Los dos tienen hoyuelos en los cachetes, pelo claro, y pueden hacer el mismo truco extraño con las manos: doblar solo la punta de los dedos hacia adelante.
Pero, de resto, son bien diferentes. Lissette es socióloga, bohemia, su pelo es una melena indomable… En cambio, su papá era piloto. Y, digamos, más formal.
Esta es Lissette.
Lissette: Era una persona muy correcta, muy formal, siempre con correa y siempre la camisa por dentro. Entonces, yo así toda despeinada y bueno, no era fácil.
Mariana: Porque estas diferencias generaban roces.
Lissette: Bueno, era una relación complicada porque, por una parte, a los dos nos interesaba la política, la historia. Hablamos muchas de esas cosas. Pero, al mismo tiempo, teníamos opiniones muy distintas. Entonces, peleábamos mucho.
Mariana: Lissette me habló sobre un año que fue clave: el 2014. Ella tenía 42 años, su papá 63. Ese año, miles de personas salieron a las calles en diferentes estados del país para protestar por la devaluación, la inseguridad, la escasez de alimentos… entre otras cosas. Fue una ola de protestas que duró tres meses y donde murieron 43 personas. Lissette dudaba de la eficacia que podía tener manifestar. Le parecía que era una batalla perdida de antemano. Pero su papá pensaba muy distinto y no faltaba a casi ninguna protesta.
Lissette: Él solía ser de las personas que van y llevan agua o llevan colchonetas o ayudan a recopilar lo que los manifestantes están pidiendo.
Mariana: El 26 de abril de 2014 hubo una de estas protestas. Era sábado. Rodolfo no fue y Lissette tampoco. Ella fue al cine con sus dos hijos y Josefa, su mamá. Al salir de la función, la dejó en la puerta de su casa.
Lissette: Y cuando yo llego a mi casa, me está llamando y yo: qué raro. Atiendo, ¿qué pasó? Y me dice: que aquí está el Sebin. Y yo: ¿qué?
Mariana: El Sebin: El Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional. Para muchos venezolanos – especialmente en esa época – el Sebin era sinónimo de terror.
Lissette: Habían llegado allí con una orden de detención para mi papá. Delirante, porque sí mi papá participaba a veces en las protestas, le gustaba apoyar… a las marchas iba a todas. Pero, no tenía ninguna lógica porque mi papá no era militante de ningún partido, no estaba en un sindicato. ¿Qué lógica tiene esto? Que la policía se vaya a la casa de un señor de 60 años a detenerlo. Sin ton ni son.
Mariana: Esa misma noche el Sebin también allanó la casa de sus padres. Cuando terminaron la inspección, los agentes del Sebin se llevaron a Rodolfo a El Helicoide, un icónico edificio de Caracas que, en los años 50 fue concebido como un centro comercial de lujo. Ahora, es una cárcel política y centro de tortura.
Su esposa, Josefa, lo acompañó para llevarle ropa limpia, un cepillo de dientes y otras cosas básicas de aseo personal.
Lissette: Y cuando llegaron allí las hicieron esperar a mi hermana y a mi mamá. Y luego a mi mamá también le dijeron que estaba detenida. Así empezó nuestro nuestro viacrucis, vamos a llamarlo así.
Lissette: Al día siguiente fue allanada la casa de mi hermana. a nosotros también nos pareció un absurdo, porque ninguno de los dos tenía ninguna vinculación con la política. Ellos ni siquiera iban a ninguna marcha nunca. Después de ese allanamiento se llevaron a mi cuñado, a Pablo, al Helicoide también, para interrogarlo. Y eso fueron muchas horas de interrogatorio. Y durante ese interrogatorio lo que insistían en preguntarle es si él estaba ayudando a mi papá en organizar las guarimbas, que era como llamaban las protestas desde el gobierno.
Mariana: Aunque tiene muchos significados, en este contexto, la palabra guarimba se refiere a protestas donde los manifestantes hacen barricadas para cerrar calles.
Lissette: Entonces, se montó el gobierno esta idea de que mi papá era una suerte de financista y organizador de las guarimbas, lo cual es bueno… muy, muy loco. ¿Qué te puedo decir?
Mariana: Entonces, a los tres días de la detención de Rodolfo, la Fiscalía lo presentó a él y a su esposa ante un tribunal. El delito: asociación para delinquir, con una pena máxima de 10 años. Es común que la Justicia venezolana use este tipo de delito contra presos políticos.
Esa noche, alrededor de las 7, la juez terminó de escuchar los argumentos – tanto de la Fiscalía, como de los abogados defensores. Y entonces, anunció un receso antes de dictar la sentencia.
Lissette: En ese momento yo veo mi teléfono que en una cadena nacional está el presidente Nicolás Maduro diciendo que…
Audio archivo, Nicolás Maduro: Yo tengo que anunciar aquí que hemos capturado, hace 48 horas, a uno de los cerebros llamado El Aviador.
Lissette: Fue detenido este articulador logístico de las guarimbas, El aviador, no sé cuánto.
Mariana: “El aviador” porque, recordemos, Rodolfo era piloto. Lissette cree que Maduro se acordó de la película de Martin Scorsese, “El aviador”, protagonizada por Leonardo DiCaprio y por eso lo apodó así.
En esa cadena nacional, Maduro dice que Rodolfo es uno de los cerebros de lo que él llama la insurrección guarimbera…
Audio archivo, Nicolás Maduro: Para derrocar al gobierno durante los meses de febrero, marzo y abril. Lo capturamos hace dos madrugadas. Capturamos armas, mucho dinero…
Lissette: Entonces para mí en ese momento era muy claro que, de alguna manera, le estaban diciendo a la juez: Bueno, mira, no vayas atreverte a decir que esta gente es inocente.
Mariana: Para Lissette y su familia la sentencia fue agridulce. Pues, por un lado su mamá fue liberada con una medida cautelar de presentación. Es decir que, cada 30 días debía presentarse a tribunales. Pero su papá quedó detenido mientras el Ministerio Público hacía la investigación.
Lissette: Entonces, a partir de ese momento teníamos a mi papá preso. Y a mi mamá también en una investigación penal.
Mariana: Ese año, más de 3.000 personas fueron detenidas en las manifestaciones en contra del gobierno. Y es que Maduro, que no es un líder carismático como lo era Chávez, ni tampoco cuenta con una alcancía tan llena, tuvo que recurrir a otras estrategias para consolidar su poder.
Lissette: La represión nunca había sido tan fuerte como la que fue en 2014. O sea, es primera vez en 2014 donde alguien es detenido y puede pasar ahí 2, 3, 5 años. O sea, hay gente que estuvo presa desde 2014 hasta 2019, tranquilamente. Por el simple hecho de manifestar. Eso no lo habíamos visto durante el gobierno de Chávez. O sea, ese descubrimiento de la represión masiva, indiscriminada, fue un shock.
Mariana: La primera vez que Lissette visitó a su papá en la cárcel del Helicoide fue el primero de mayo del 2014. Fue con su hermana y con su mamá.
Lissette: Por fuera se ve como una estructura de hormigón, pero como vacía. Como si le faltaran las paredes. Y todo se ve como muy viejo, como muy dañado.
Mariana: Estacionaron frente a un mural. Era un retrato gigante del difunto Alí Primera, un cantante y activista político venezolano conocido por sus canciones contra la injusticia y la opresión. A Lissette le pareció… vamos a decir, curioso, encontrarse con su rostro decorando la principal cárcel para presos políticos en Caracas.
Lissette: Y bueno, y va uno mirando viendo la parte de afuera, viendo que está pintado en las paredes, cómo es el portón: un portón negro que está custodiado. Y siempre hay un par de agentes custodiando.
Mariana: Ese día, frente al portón, se encontraron con un fila de mujeres, hombres, abuelos y niños que también iban a visitar a un familiar preso. Como ellas, estaban cargados como mulas. Llevaban hieleras con agua, refrescos, envases con comida… una cantidad de cosas que los presos necesitan para vivir dentro.
Lissette: Cuando tú pasas el portón que da hacia el Sebin, sigues caminando como en esa misma calle hasta que entras a una oficina y ahí están los funcionarios, los puntos de control, etc.
Mariana: La sala de visita era un cuarto pequeño, sin ventanas, con mesas y sillas de plástico. Y en una de esas estaba su papá, esperándolas.
Mariana: Se sentaron y Rodolfo empezó a contarles sobre la vida ahí dentro, comenzando por cómo era su celda: un cuarto chiquito y sin ventanas, con un catre viejo pegado al piso y donde hacía muchísimo calor.
Lissette: Bueno, mi papá tuvo suerte. Porque él llegó desde el principio a una celda solo para él. Normalmente los otros jóvenes que llegaban recién detenidos en las protestas estaban en unas celdas comunes podían estar, no sé, diez, 15 chamos hacinados. Y luego en las semanas, o no sé si meses, es que iban como pasando, digamos, a una celda regular. Entonces, esa parte inicial de estar apretujada con diez, 15 personas, eso a mi papá no le tocó.
Mariana: Pero con el paso del tiempo a esta cárcel fueron llegando más presos y el hacinamiento empeoró. Había celdas que no tenían luz, ni agua, ni camas. No había ningún tipo de medida sanitaria. Orinaban en botellas de agua. Y las heces iban en bolsas de plástico.
La vida en El Helicoide era tediosa, aburrida… Salir a ver el sol no era cosa de todos los días. Y no tenían opciones para entretenerse. Solo había un gimnasio.
Lissette: Entonces Sí, mi papá era medio fanático del fitness porque no quería ser gordito. Y entonces él iba al gimnasio por las mañanas muy temprano. Y ya, el resto del día esperar que el tiempo pase.
Muy fuerte, porque además él era una persona muy ansiosa. Así que me imagino que la soledad debe haber sido una cosa muy difícil para él, porque no era una persona de estar sola o estar callado.
Mariana: Para Lissette, las visitas al Helicoide se volvieron rutina. Todos los jueves y domingos iba a verlo, religiosamente. Le preocupaba que su carácter no lo dejara sobrellevar la soledad y el encierro. Y por eso, trataba que no le faltara nada, para así aliviar lo más posible su tiempo en la cárcel.
Lissette, para soportar esta nueva rutina, tuvo que convertirse en una especie de robot. Cualquier placer le parecía egoísta. Y el deseo era casi un acto desleal. La vida era sólo trabajar y ocuparse de él.
Lissette: Olvídate de que te quieres leer un libro. De que quieres ir al cine. No, no. Era ir al Sebin. Conseguir las medicinas. Estar con mis hijos. Que no se sintieran tampoco ellos abandonados y desatendidos. Entonces, cualquier otro interés personal pasó al 5.º, 6.º o 10.º plano.
Lissette: Siempre a uno le queda la duda si es que pasaron más cosas mientras él estuvo preso, que no supimos que pudiera ser que él no nos haya querido contar alguna cosa que él haya vivido.
Mariana: Porque no sería raro que lo hayan torturado. Hay testimonios sobre lo que pasaba dentro de esos centros.
Audio, archivo torturas testimonios.
Audio de archivo, Rosmit Mantilla, diputado de la Asamblea Nacional de Venezuela: Era despertar, intentar dormir junto a torturados, junto a violados, junto al sentimiento de miedo de no saber cuándo te iba a pasar algo a ti.
Audio de archivo, Régulo García Castro, víctima de tortura en El Helicoide: la tortura va aumentando, depende hacia la información que ellos quieran sacarte, nos metían mucha corriente.
Audio de archivo, Diannet Blanco, víctima de tortura en El Helicoide: Con un aparato que le llaman taser me colocaron electricidad en algunas partes del cuerpo.
Audio de archivo, Dylan Canache, víctima de tortura en El Helicoide: Fueron torturas psicólogicas, una tras la otra.
Audio de archivo, Víctor Navarros, presidente de la ONG Voces de la Memoria: En El Helicoide a mí me pusieron una pistola en la boca, cargada, desbloqueada, y me pusieron de rodillas y me dijeron que les jurara que tenía miedo y que le pidiera perdón al oficial.
Lissette: Pero según su testimonio, según lo que él nos decía, él nunca fue torturado, pero él sí vio o supo de torturas a otros presos. Golpes y los colgaban de un tubo en el techo y los dejaban ahí colgados toda la noche.
Mariana: Entre 2013 y 2023 se registraron más de 1.600 casos de torturas y más de 7.300 víctimas de tratos crueles, inhumanos y degradantes.
Lissette: Él no lo vivió. O dice él que no lo vivió. Pero, sí sabíamos que eso ocurría.
Mariana: Y que el castigo físico no era la única forma de maltrato. Muchos detenidos fueron víctimas de tortura psicológica. Entre ellos Rodolfo.
Lissette: Sí, bueno, sobre todo al final él fue muy presionado psicológicamente. La verdad es que no, no te podría decir por qué el ensañamiento especial con él.
Mariana: En la monotonía del encierro fueron pasando los días. Y así, los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses… y el proceso judicial de Rodolfo parecía estancado. En teoría, la investigación tenía que durar 45 días. Luego se hacía una audiencia preliminar, donde la fiscalía presentaba sus pruebas. La juez revisaba las evidencias y decidía si había bases suficientes para ir a juicio.
Pero esto no sucedió así. En vez de 45 días, la audiencia final fue seis meses después de la detención.
Lissette: Cuando fue la audiencia finalmente, entramos y la juez leyó bueno, fulano lo va a juzgar por esto, por esto, por esto. Zutano, por esto, por esto, por esto. Ta, ta ta. Y la audiencia se acabó. Algo así como que ni media hora duró. Y yo me quedé así.
Mariana: En shock. Todo fue tan rápido que a Lissette le costó entender que el caso iba a juicio.
Lissette: Y que todos tenían que seguir detenidos durante el juicio.
Mariana: Es decir, el sufrimiento se extendía indefinidamente… Porque las investigaciones pueden durar años. En Venezuela es normal que una persona pase años preso sin tener una sentencia. O incluso sin que el juicio haya empezado.
Mariana: Al año siguiente, en 2015, las cosas se pusieron peor. A principios de marzo un rumor empezó a rodar por El Helicoide. Se decía que iban a trasladar a varios presos a una cárcel común.
Lissette: Entonces, todos empezaron a tener mucho miedo porque es un entorno muy hostil, muy violento. Y al mismo tiempo, no es que el Sebin fuera el Caracas Hilton, pero bueno, es tu lugar donde has estado y donde ya tú tienes, digamos, tus compañeros de prisión, o sea una relación con los custodios que hay allí. Y entonces este rumor de traslado causó mucho temor. Y allí hubo una presión muy fuerte con mi papá de decirle que lo iban a trasladar. Amenazándolo y diciéndole que tus hijas, que tu esposa, o sea, no te sabría decir exactamente cuáles eran las amenazas, pero él en todo caso estaba muy nervioso.
Mariana: El jueves 12 de marzo de 2015, después de tres días intensos de tortura psicológica, Rodolfo llamó a Lissette desde la cárcel.
Lissette: Y me dijo: mañana me van a trasladar a las 07:00, tienen que venir muy temprano a traerme la cédula. Y yo le dije: no te preocupes, nosotros vamos para allá temprano y tranquilo que vamos a buscarle solución a todo lo que lo que vaya a pasar. Y colgamos.
Lissette: Como a las 02:00 me llama mi hermana.
Mariana: Lissette suele tener bloqueado su teléfono entre las diez de la noche y las cinco de la mañana. Es decir que, si a esa hora entra una llamada, el celular no suena. A menos que sea su mamá o su hermana. Así que, esa madrugada cuando sonó el teléfono Lissette sabía que no podía tratarse de nada bueno.
Lissette: Y me dice que en Twitter había el rumor de que mi papá estaba muerto. Y entonces a esa hora empiezo yo a buscar ¿quién dio la noticia, quién fue el primero, que pasó? ¿Cuál es la evidencia?
Mariana: En eso, Lissette recibió un mensaje de Whatsapp.
Lissette: Desde dentro del Helicoide, había varios presos que tenían teléfono. Y había un preso de Trinidad, lo llamábamos el Trinitario. Y él me escribió en la madrugada para darme el pésame.
Lissette: En la mañana, antes de las 06:00, mi mamá, mi hermana y yo fuimos a El Helicoide. Y entramos. Y entonces allí fue que tuvimos la confirmación de que mi papá había muerto. Cuando hablamos con la fiscal, que es la que formalmente nos da la noticia, digamos, mi mamá se puso a llorar. Yo estaba. como en shock, como que no, las cosas no, no las podía procesar del todo, ¿sabes? Como cuando vas como zombi, como si estuvieras viendo una película. No sé.
Mariana: Rodolfo se suicidó esa noche, pocos minutos después del cierre de las celdas. La noticia le dio la vuelta al país.
Audio archivo, presentadora: Rodolfo González preso político del régimen de Nicolás Maduro.
Audio archivo, presentadora: Ha muerto, se ha suicidado.
Audio archivo, presentador: Tras casi un año detenido en el Sebin.
Lissette: Bueno, fue una noticia tremenda. Fue titular en todos los periódicos. Todavía teníamos periódicos independientes en aquel tiempo. Salió en los programas de radio. Periodistas iban a la morgue para que diéramos declaraciones. La morgue era un hervidero de gente impresionante. Igual fue el día del funeral. Entonces, yo creo que esa conmoción que causó esa muerte y la reacción fue determinante, porque con las demás personas que han muerto después. Esos, no tuvieron funeral, ni entierro normal, como cualquier otro muerto. El único que tuvo ese privilegio, porque es un privilegio, hay que verlo así, fue mi papá.
Mariana: Rodolfo González, el papá de Lissette, fue el primer preso político de Maduro que murió en custodia del Estado venezolano. Pero no ha sido el único. Desde el 2014, 11 presos políticos fallecieron en la cárcel. Quizás por ser el primero, por empezar esta oscura lista de nombres, su historia fue titular en aquel momento. Pero no todas las víctimas llegan a ser portada de periódico. Y esto es algo que a Lissette le resultaba problemático.
La historia de Lissette y su familia es también la de muchos otros. Desde que llegó Maduro al poder, casi 16.000 personas han sido encarceladas por motivos políticos. Hoy, todavía hay 282 presos. Escuchar estos números quizás no dice mucho. Después de todo, las cifras son mucho más fáciles de digerir que las historias de personas reales, como la de Lissette y su papá, que se repiten con otros nombres, pero con la misma crueldad.
Sobre el caso de Rodolfo, no hay justicia todavía. Sobre ninguno. Josefa, la mamá de Lissette, aún tiene un proceso judicial abierto. Lissette pasó mucho tiempo intentando descifrar cuál debía ser su rol después de la muerte de su padre. Descartó la venganza. Y decidió dedicarse a los vivos. Dedicarse a vivir. A escribir y a no olvidar lo que pasó.
Silvia: Lissette escribió el libro Mi padre El Aviador, sobre la experiencia de Rodolfo en El Helicoide. Vive en Caracas. Desde hace un par de años trabaja como coordinadora de investigación en Provea, una ONG en defensa de los derechos humanos.
Eliezer: Después de la pausa, la vida de una profesora jubilada y el derrumbe económico que cambió el destino de millones de personas.
Ya volvemos.
Bruno Scelza: Soy Bruno Scelza, verificador de El hilo y hoy quiero hablarte de una parte importante del trabajo periodístico que hacemos en este podcast. Verificar la información que damos es clave para traerte la realidad de América Latina con la mayor rigurosidad posible. Por eso es que en 210 episodios hemos hecho más de 20.000 notas de verificación.
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Silvia: Estamos de vuelta en El hilo.
Eliezer: Cuando María José Ríos tenía 5 años, sus padres le regalaron un juego que definiría gran parte de su vida.
María José: Una pizarra con tiza. Tiza de la de antes, una pizarra pequeña con su borrador y su tiza. Entonces, yo jugaba con mis primos a ser la maestra. Siempre me ha gustado enseñar.
Silvia: En su adolescencia, como era muy aplicada en el colegio, María José ayudaba a sus compañeros.
Eliezer: Se sentaba a explicarles las materias más complicadas, como matemáticas o biología…
María José: Entonces, bueno, me fui consolidando como una persona que me gusta estudiar. Para mí estudiar es divertirme. O sea, estudio cualquier cosa que me pasa por el frente, cualquier libro, cualquier cosa novedosa, la indago, la experimento y si la veo bien, la enseño. Esa es mi misión de vida, aprender y enseñar.
Silvia: Mariana nos sigue contando.
Mariana: María José nació en Caracas, pero cuando tenía 7 años se mudó con su familia a Maracaibo, una ciudad petrolera en el estado Zulia, al oeste de Venezuela. Para ese momento, la década del 70, Maracaibo era una ciudad próspera. La segunda más grande del país.
María José: Vivía en una zona popular de Maracaibo, allí crecí. Aunque vengo de un hogar de padres que no son de clase alta, es gente muy trabajadora, y tuve las oportunidades de estudiar y a través de los estudios desarrollarme económicamente.
Mariana: En 1992, cuando tenía 22 años, María José se graduó de Educación en la Universidad del Zulia. Y ese mismo año, comenzó a trabajar en la universidad como profesora en la Facultad de Humanidades y Educación.
María José: La Venezuela de 1992 era una Venezuela pujante.
Mariana: María José recuerda que, ese año, con el cobro de tres sueldos se pudo comprar su primer carro.
María José: Para mí, que estaba recién graduada, comprarme un carro de un solo tirón fue espectacular.
Mariana: María José recuerda que en esos años ganaba alrededor de 2.000 dólares por mes. En navidad, recibía un bono de 8.000 dólares. Tenía seguro de salud, de maternidad y funerario… un fondo de emergencia y además, préstamos que le permitían cambiar su carro regularmente.
María José: Yo me sentía la última Coca cola del desierto. No solo por lo que ganaba, no, sino por todas las oportunidades académicas, sociales, profesionales que podíamos tener.
Mariana: Gracias a su trabajo, conoció varios países. Compró una casa lo suficientemente grande para sus cuatro hijos. Y los mandó a buenos colegios.
María José: Yo cuando iba al supermercado llenaba dos carritos y yo metía, metía. O sea, a mí me encanta comprar. Eso es, no sé si un defecto o una virtud. Entonces, yo compraba así unos supermercados, ¡Dios mío! No tenía dimensión de lo que yo tenía en mi cartera. O sea, eso no existía.
Mariana: Pero el caso de María José no era como el de todos los venezolanos… A mediados de los 90 la pobreza llegó a superar el 70% y para 1998, cuando Chávez ganó las elecciones, todavía más de la mitad de la población estaba en esa situación. Con los años, María José hizo una maestría, luego un doctorado… Y al cumplir los 36, ya era doctora en Ciencias Humanas y profesora de postgrado. Era el año 2006 y la Facultad donde enseñaba estaba en su mejor momento.
María José: La Facultad de Humanidades tenía 15.000 estudiantes.
Mariana: Para que se hagan una idea, esa es la misma cantidad de estudiantes que abandonaron toda la Universidad del Zulia entre 2015 y 2018 y es más que el total que estaban matriculados en 2023.
María José: Venía la gente de Colombia a estudiar en nuestros posgrados. Llegaban los autobuses los sábados en la mañana y salían a las 5 de la tarde rumbo a Colombia nuevamente. Esa era la universidad.
Mariana: Luego llegó 2013. Y a partir de ese año el sueño de María José se empezó a desvanecer.
Audio de archivo, presentador: Están peleando por la comida. A la creciente criminalidad que afecta al país se suma una profunda escasez de alimentos que genera largas colas en los supermercados.
Audio de archivo, presentadora: La elevada inflación y la escasez de productos básicos hacen difícil el panorama para la nación.
Audio de archivo, presentadora: Una grave crisis económica y social que afecta a todos los ciudadanos por igual, sin distinción.
Mariana: Para María José, el punto de quiebre llegó en 2016.
María José: Yo tengo una hija insulina dependiente y en ese momento se acabó la insulina importada en Venezuela. Tuve que hacer un viaje pasando por diferentes ciudades, buscando la insulina logré recabar como diez viales de las diferentes insulinas que usaba mi hija. Varios compañeros de ella que se veían en la misma consulta murieron.
Mariana: Precisamente por no poder encontrar insulina. La crisis económica del país había desatado una crisis sanitaria que cobró múltiples vidas. Medicamentos de uso diario, como los que se toman para controlar la presión arterial… eran casi imposibles de encontrar. Los fármacos antiinfecciosos, antibacterianos y antibióticos eran prácticamente inexistentes.
La situación en las universidades públicas estaba lejos de ser mejor. La infraestructura estaba por el piso. Las bibliotecas fueron saqueadas. Los apagones eran constantes. Los alumnos estaban abandonando las carreras. Y los profesores estaban perdiendo peso.
Para ese momento, la inflación pulverizó el sueldo de María José. Ganaba el equivalente a 30 dólares mensuales. Su hijo mayor ya se había ido del país y su hija se estaba preparando para emigrar.
María José: A uno no le alcanzaba para nada prácticamente. Es literal, no te alcanzaba para nada.
Mariana: Maria José tuvo que vender su casa…
María José: Ya no me alcanzaba para mantener la casa como pintura e impermeabilización. Mi casa era demasiado grande, tenía como filtraciones los techos.
Mariana: Con el dinero de la venta, se compró un apartamento pequeño, mucho más fácil de mantener que la casa. Y al año siguiente, en el 2017, tuvo que tomar otra decisión importante.
María José: Yo me jubilo, no porque no quería trabajar, no porque me sentía cansada. Me jubilo cuando se me desmayó una estudiante caminando. Convulsionó, la estudiante tenía un día sin comer y aun así iba a estudiar. Entonces, cuando yo vi eso, yo empecé a decir: Me voy de aquí.
María José: Fui a Recursos Humanos, le llevé la carta de jubilación y le dije que me buscara. Entonces, bueno, dijo profe, eso no… eso tiene cero. En el sistema administrativo de la universidad, ahí aparece cero. O sea que yo no tengo liquidación porque se lo comieron las devaluaciones.
Mariana: La liquidación, o prestaciones sociales, son los ahorros de los trabajadores. Es lo que les permite mantenerse en los años de jubilación. Pero en Venezuela, quedaron rezagadas porque no crecieron al mismo ritmo de la inflación.
O sea que María José no recibió nada. Y lo mismo le pasó a muchos trabajadores de la Universidad del Zulia. No fue el caso de todos los profesores del país. Algunos sí recibieron su liquidación, pero el monto era casi un chiste. Una formalidad.
Una investigación del medio Prodavinci calculó que la liquidación de un profesor, hace 20 años, era de más de 116.000 dólares. En el 2021, el monto apenas llegaba a los 300.
María José: Era tanto la liquidación que ellos se compraban carro, casa, hacían un viaje por Europa y mucha gente hasta llegó a comprarse casas en Estados Unidos, con la jubilación. Entonces, bueno, mi grupo de amigas veíamos esas cosas, nosotros decíamos cuando nos jubilemos nos vamos a ir a hacer un viaje juntas por Europa. Pero ahora, bueno nada.
Mariana: María José podría recibir una pensión del seguro social, en el que cotizó por 25 años. Pero como todavía no tiene 55 años, la edad para recibir esa pensión como mujer venezolana, aún no le llega nada.
Igual, tampoco es que recibiría mucho dinero. La pensión de una profesora universitaria ronda los 4 dólares.
En esa época, no tenía pensión para cubrir sus gastos básicos, ni tampoco para ayudar a su mamá…
María José: Mi mamá en ese momento cayó en cama. Entonces, eran pañales, eran medicamentos, eran todo ese tipo de cosas que realmente pude solventar porque tenía alguien en Estados Unidos que nos enviaba todo por cajas. Pero si no, mi mamá se hubiese muerto así, literal.
Mariana: María José estaba cansada de esperar que algo cambiara, así que, durante la pandemia decidió emigrar.
María José: Entonces, en función de mis hijos yo dije no me voy a, me voy por México y me fui. Tomamos el avión a México rumbo a Acapulco. Eso iba full de venezolanos. Yo me bajé de primera, tal como me indicaron. Al final nos llevaron para un cuartico, nos vaciaron las maletas, se burlaron de las cosas que llevábamos. Nos humillaron, pues, y nos regresaron en el mismo avión que vinimos.
Mariana: Seis meses después, su mamá murió. En enero del 2022. En ese momento, tampoco le alcanzaba el dinero para enterrarla. Le pidieron en total 750 dólares, por el funeral y el entierro. Al final, su padrino le dio el dinero para poder cremarla.
María José: Pero yo no hubiera tenido. Hubiera tenido que salir a pedir para poder enterrar a mi mamá. Esa es una realidad. Yo no tenía.
Mariana: Al no tener que cuidar a su mamá, María José empezó a buscar empleo.
María José: Trabajé en una academia de peluquería en Maracaibo y allí, bueno, te pagaban en dólares.
Mariana: Después de años de crisis económica, el gobierno de Maduro relajó algunas de sus estrictas regulaciones monetarias. Empezó a permitir el uso del dólar, por ejemplo. Y esto hizo que la economía comenzara a crecer tímidamente. Sin embargo, el progreso económico ha sido desigual. Y la pobreza extrema sigue siendo muy alta. Sobre todo para aquellos que no ganan en dólares.
María José: Yo decía bueno, de los libros y de las tesis pasé a secar cabello, a servir café, a sacar cuentas. Entonces, cada vez vas aprendiendo una cosa y es eso lo que te nutre. Pero yo sabía que yo no iba a pasar ahí toda mi vida.
Mariana: Y no fue así. El año pasado, María José volvió a dar clases. Ahora tiene tres empleos. De lunes a viernes, por la mañana, trabaja como orientadora en un colegio privado. Por las tardes, ofrece terapias a niños con necesidades educativas especiales o asesora estudiantes de postgrado. Y los sábados, da clases en una universidad privada. En total, gana unos 500 dólares al mes. Sólo le alcanza para lo básico, comprar comida y pagar el colegio de su cuarto hijo.
A pesar de todo, María José es feliz. Esto es algo que quiso dejar muy claro. Eso… y que su fe es lo que la ayuda a mantenerse en pie.
María José: O sea, lo que hemos pasado ha sido duro. Es muy duro. Pero estamos felices y estamos bien. Si una persona decide conectarse con la vida, eso no se lo quita nadie. Y ahí es donde viene el poder salir adelante.
Mariana: Hace poco vendió nuevamente su apartamento para que su tercera hija pueda emigrar a Alemania.
María José: ¡Wow! Cuando empiezas a hacer la mudanza. ¡Wow! Pero bueno, hay que hacerlo, no queda de otra voy a hacer todo lo que pueda hacer porque mis hijos cumplan los sueños como yo los cumplí. Lo voy a hacer.
María José: Es bastante cansón. No me imaginé trabajar tanto después de jubilarme. Yo me imaginé una casa. Esa casa grande que yo compré, que yo construí para mis cuatro hijos. Yo me la imaginé en el futuro, dividida en apartamenticos para ellos. Así me la imaginé. Me imaginé con mis nietos, ver a mis nietos, abrazarlos, llevarlos al colegio. De verdad que esto me da ganas de llorar. Pero, bueno, eso es lo que, lo que yo imaginé.
Mariana: María José también me contó uno de sus grandes miedos. Uno que la persigue cuando va caminando por la calle.
María José: Cuando yo veo que la gente es mayor, que está sola, que no puede caminar. Poquitos. Y eso lo ves tú, se repite en el supermercado. Se repite caminando por la calle gente que está así que tú la ves flaca, que la ropa no le queda, que la ropa es vieja. Eso, eso me da mucho terror. Porque si en Venezuela no llegan a cambiar las cosas en este mes, para allá van los tiros. ¿Qué vamos a estar haciendo nosotros aquí en Venezuela si mis hijos no me pueden llevar? O sea, eso me lo pregunto.
Eliezer: Si llega a emigrar, María José sería parte del éxodo venezolano que empezó hace más de una década. El más grande que se haya visto en la historia de América Latina. Y el segundo del mundo.
Silvia: Casi 8 millones de personas han salido de Venezuela buscando una mejor vida. Una de ellas es la escritora Arianna de Sousa-García, que escribió “Atrás queda la tierra”, una novela donde habla sobre el duelo migratorio. Es la voz de una madre que trata de explicarle a su hijo el colapso de una nación entera.
Eliezer: Para cerrar, les dejamos con un fragmento.
Acá Arianna:
Arianna: No puedo sostener el terror de no poder hacer nada por ninguna de las personas que amo. No poder ayudarles en su pobreza, o su enfermedad, o aliviar su soledad y la pantomima no me sirve. Puedo escuchar sus muecas mientras mienten piadosamente y sé que pueden escuchar la mía. Se nota el metal en la voz que habla y en el pesar de quien escucha que intentamos muy fallidamente no preocupar al otro con la dureza de la vida que nos tocó. Imposibilitada como estoy para cualquier cosa que se esboce como una despedida real decidí probar lo contrario. Asegurar su permanencia, confiar en la imagen, traerlo hasta nosotros. Esa es la historia detrás de la pintura colgada en nuestra sala. Llegó a casa un 23 de diciembre a las seis de la tarde. Ahora estamos juntos. Me gusta pensar que estaremos bien.
Pese a todo, la vida sigue y nosotros, los idos, los hundidos, los caminantes apostamos a una esperanza alucinante, disparatada. La esperanza de los que no tenemos nada es infinita. Y decidimos creer que detrás de la sombra hay más luz y que es suficiente para todo aquel que la busque desmesuradamente. Les contamos nuestra historia a nuestros hijos los días que creemos necesario hacerlo para que nuestra memoria perdure a través de ustedes, para que aprendan a detectar a carroñeros y desmenuzar discursos. Escribirla es mi regalo para tu futuro. Todas las cosas que escribo tienen que ver contigo, son para ti. Tus canciones de cuna. Las mismas que lograban que te durmieras cuando los cólicos te dolían hasta el llanto y las mismas que te duermen ahora cuando tienes la energía del mismísimo sol. Son razones, todas ellas.
Silvia: Arianna de Sousa-García escribió la novela Atrás queda la tierra. Desde hace 8 años vive en Chile con su hijo.
Eliezer: Mariana Zúñiga es productora de El hilo. Vive en Caracas.
Mariana: Este episodio fue reportado y producido por mí. Los editaron Silvia y Eliezer. Bruno Scelza hizo la verificación de datos. El diseño de sonido y la música es de Elías González.
Nuestra productora senior, Daniela Cruzat, grabó en Santiago de Chile el testimonio de Arianna de Sousa-García
Queremos agradecer a Francisco Rincón y Molly González por su ayuda en este episodio.
El resto del equipo de El hilo incluye a Nausícaa Palomeque, Analía Llorente, Samantha Proaño, Paola Alean, Juan David Naranjo Navarro, Elsa Liliana Ulloa y Natalia Ramírez. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Studios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
El hilo es un podcast de Radio Ambulante Studios. Si valoras el periodismo independiente y riguroso sobre América Latina, hoy más que nunca te pedimos que te unas a nuestras membresías. Tu apoyo nos permitirá seguir explicando a profundidad lo que ocurre en la región. Visita elhilo.audio/donar y ayúdanos a que El hilo siga vivo cada semana. Muchas gracias.
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