Uruguay
Dictadura
Personas desaparecidas
Desaparecidos
Amelia Sanjurjo
Identificación
Restos
Forense
“Son los huesos de la tía”, nos dijo Alberto Sanjurjo tras la identificación de los restos de Amelia Sanjurjo en Uruguay este 28 de mayo. Tenía 41 años, estaba embarazada y militaba en el Partido Comunista. Fue torturada y desaparecida hace más de 40 años por la dictadura militar en Uruguay. Sus restos fueron encontrados por el Grupo de Investigación de Antropología Forense (GIAF) en un predio militar señalado como un lugar donde se hacían enterramientos durante la dictadura. Amelia es la primera mujer encontrada en Uruguay, de una lista de 197 personas desaparecidas que el grupo de antropólogos busca hace casi dos décadas. En este episodio contamos quién fue Amelia a través del recuerdo de su sobrino. Luego, para entender cómo se rastrea a los desaparecidos, conversamos con la antropóloga forense Alicia Lusiardo, directora del GIAF. Finalmente, la historiadora Vania Markarian nos cuenta cómo fue el proceso de búsqueda y los obstáculos que enfrenta esta tarea en Uruguay.
Créditos:
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Producción
Nausícaa Palomeque, Bruno Scelza -
Edición
Silvia Viñas, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Desirée Yépez -
Producción en redes sociales
Analía Llorente, Samantha Proaño -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Getty Images / Pablo Porciuncula
Etiquetas:
Transcripciones:
Transcripción:
Elías González: Este episodio tiene escenas fuertes y puede no ser apto para todos los oyentes.
Silvia Viñas: Es mediodía en Mallorca, España, donde vive Alberto Sanjurjo. O “Beto”, como le gusta que le digan.
Silvia: Me gustaría hablar de tu tía, ¿conociste a tu tía Amelia?
Beto Sanjurjo: Sí, la conocí. Tuve la oportunidad de… mi hermano y yo tuvimos la oportunidad de conocerla. Mi hermano es el mayor, la conoció un poco más, pero yo también llegué a conocerla ahí en Colón.
Eliezer Budasoff: Se refiere a un barrio de Montevideo, en Uruguay. Beto es uruguayo. Está en España hace 35 años. Cuando era niño vivía en Paysandú, en el noroeste de Uruguay, pero cada tanto visitaba a su tía Amelia en Colón.
Beto: Era dulce. Una persona de un hablar muy dulce. Ella te hacía ver las cosas o te hacía… Pero con esa dulzura que tú dices. Vale, lo tengo que hacer porque me lo pide así. ¿Me entiendes? Esa es la manera de decirte las cosas que que tú decías. Y era un, tenía unos ojos muy bonitos, eso sí. Y un pelo también bastante bonito.
Eliezer: En la familia le decían Pocha. Beto recuerda que su tía tenía un trabajo relacionado con los libros y que participaba de muchas reuniones. Cuando ella estaba ocupada, Beto y su hermano aprovechaban para ir a ver partidos del club de básquetbol del barrio.
Amelia militaba en el Partido Comunista uruguayo.
Silvia: ¿Y qué sabías de su militancia?
Beto: De su militancia nos tuvieron un poco al margen a nosotros, debido a que estando en Paysandú sabíamos que militaba y eso y por eso sabía de las ideas. Pero por ejemplo, mi padre era una persona muy cerrada, no sabíamos si iba a votar, no votaba, a quién votaba. Nada. Y de la Pocha, pues no te tocaba mucho esos temas, porque éramos niños o porque éramos nos consideraba muy jóvenes. O no sé por qué o si alguien le había dicho que no.
Silvia: El Partido Comunista fue parte de la creación del Frente Amplio, una coalición de izquierda que se presentó a las elecciones de 1971. Pero dos años después, el presidente Juan María Bordaberry dio un golpe de Estado con las Fuerzas Armadas. Uruguay pasó a ser gobernado por una dictadura que se extendió por 12 años.
Eliezer: A finales de 1977, en dictadura, Amelia quedó embarazada. Al poco tiempo, su familia en Paysandú recibió una llamada desde Montevideo. Era de unos vecinos.
Beto: Y sabemos que estuvieron ahí, estuvieron esperándola, se ve que la había, alguien le avisó y robaron casi todo y destrozaron la casa. Buscando no sé qué, pero rompieron cielorraso, rompieron esto, aquello, lo otro. Y entonces por los vecinos, que nos conocían a nosotros, sabíamos que algo había pasado.
Silvia: A partir de ese momento, dejaron de tener noticias de ella. Quienes sí supieron fueron Carlos, con quien Amelia alquilaba la casa, y su amiga Leonor. Tres personas los detuvieron el 30 de octubre del 77.
Eliezer: Ese día llegaron a la casa y les dijeron que estaban buscando a Amelia. Al no recibir las respuestas que querían, se llevaron a Leonor a La Tablada, una prisión clandestina bajo control del Ejército, donde torturaban a los detenidos. A Leonor la torturaron durante tres días. Sus captores le preguntaban dónde estaba su amiga.
Silvia: En uno de esos días, Leonor empezó a escuchar los gritos de otra mujer que estaban torturando en La Tablada. Eran de Amelia. La escuchó por última vez el 8 de noviembre. No volvieron a preguntarle por ella. Y sus familiares nunca la encontraron.
Eliezer: Pero a mediados de marzo de este año, Beto recibió una llamada desde Uruguay.
Beto: Nos llamaron para decirnos que habían encontrado los huesos que tenían que hacer, digamos las pruebas de ADN y todas esas cosas, enseguida estuvimos disponibles.
Silvia: A mediados de 2023 habían encontrado huesos enterrados en un cuartel militar y sospechaban que podían ser de su tía, desaparecida por la dictadura uruguaya hace más de 45 años. Necesitaban compararlos genéticamente con él y sus hermanos, que también están en Europa. Debía presentarse en el consulado argentino en Palma de Mallorca para enviar las pruebas.
Beto: Fuimos al Consulado argentino. Todo unos requisitos, todo que se fueron cumpliendo perfectamente y bueno, nos sacaron sangre y eso y ya nos fuimos después a trabajar y eso.
Eliezer: Pasaron un par de meses y el 28 de mayo volvieron a llamarlo desde Uruguay.
Beto: Al otro día cuando me llamaron para decirme que eran los huesos de la tía, a mí se me cayeron los lagrimones. Yo decía es que estoy llorando, le digo.
Silvia: Este 28 de mayo, el fiscal de delitos de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, en una conferencia de prensa dio la noticia.
Fiscal Ricardo Perciballe: En un 99.99% se trata de Amelia Sanjurjo Casal.
Alba González: Amelia, la Pocha, tenía 40 años cuando se la llevaron.
Eliezer: Ella es Alba González, del grupo de Madres y Familiares de detenidos desaparecidos. Tiene 90 años. Su hijo también fue secuestrado y desaparecido en la dictadura. Todavía no lo han encontrado.
Alba: Quienes la torturaron y asesinaron, quienes la enterraron sabían que este cuerpo pertenecía a Amelia. Y aun así, de forma cobarde, decidieron continuar callando. Por eso hoy volvemos a exigir que nos digan dónde están. Hoy un paso más cerca de la verdad, reafirmamos nuestro compromiso eterno con la búsqueda de nuestros seres queridos por memoria, verdad y justicia.
Silvia: Alba lee la última frase como puede.
Alba: Hoy Amelia vuelve a su hogar.
Eliezer: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Studios. Soy Eliezer Budasoff.
Silvia: Y yo soy Silvia Viñas.
Amelia Sanjurjo es la primera mujer detenida desaparecida en dictadura que logran identificar en Uruguay. Es el séptimo hallazgo de este tipo en el país.
Hoy, el caso de Amelia, el pacto de silencio y la larga e incansable búsqueda por verdad, memoria y justicia en Uruguay.
Es 7 de junio de 2024.
Archivo, sonido ambiente: equipo forense cavando.
Eliezer: Están escuchando el sonido de una pala…
Eliezer: En este video, grabado en 2011, se ve a tres antropólogos trabajando en un pozo, en un pabellón militar que queda en la localidad de Toledo, a unos 25 kilómetros de la capital uruguaya. Limpian una pared de tierra para observar las diferentes capas. Si alguna aparece interrumpida, es probable que haya ocurrido algún movimiento de tierra.
Eliezer: En ese predio militar, más de 10 años después de este video, los antropólogos encontraron los restos de Amelia Sanjurjo.
Archivo, presentadora: Los restos de un posible desaparecido durante la dictadura cívico militar ocurrida en Uruguay entre 1973 y 1985 fueron hallados dentro del batallón número 14 del Ejército.
Archivo, reportera: Ubicado a unos 25 kilómetros al norte de Montevideo, a unos 100 metros del sitio se descubrieron hace más de una década los restos de dos hombres desaparecidos.
Alicia Lusiardo: Bueno, ese día yo me encontraba en la oficina.
Eliezer: Alicia Lusiardo es antropóloga forense.
Alicia: Y justamente estábamos teniendo este un trabajo en común ahí en la oficina preparando el mate. Bueno, esas jornadas tranquilas, esas mañanas tranquilas.
Eliezer: Lleva 17 años trabajando en el GIAF, el grupo de investigación de antropología forense, que busca los restos de desaparecidos en Uruguay. Primero fue colaboradora y desde hace cinco años es la coordinadora.
Esa mañana, en junio de 2023, recibió una llamada desde el batallón 14.
Alicia: Ya habíamos tenido comunicación desde muy temprano porque se dan muchas situaciones rutinarias que hay que resolver. Pensé que esa llamada respondía a algo de eso, pero ya el tono de voz de la compañera que me llamó y algún llanto que se escuchaba de fondo indicaba que o había una emergencia, o era esta posibilidad del hallazgo que bueno, remueve muchísimo entonces genera algunas lágrimas al dar la noticia. Y efectivamente por teléfono me comunicaron que habían encontrado cal, y que al bajar a inspeccionar habían encontrado un cráneo.
Eliezer: Y con eso empezó el protocolo para estos casos. Alicia me contó que llamó a la Institución Nacional de Derechos Humanos, un organismo estatal autónomo que coordina la búsqueda de desaparecidos en Uruguay. Y desde allí comunicaron a Fiscalía, a familiares, al Ministerio de Defensa…
Hicieron un perímetro alrededor de la fosa, marcando zonas de circulación: para los técnicos, para autoridades, otro para las familias, o los fotógrafos. Es una manera de resguardar el lugar y los restos.
Y empezaron a llevar herramientas a la excavación: bolsas de papel especiales que evitan que se desarrollen hongos, otras de naylon para mover el sedimento y la cal. También cajas, cintas para etiquetar el material, baldes, palas, cucharines, brochas, cargadores para celulares… Llevaron luz para pasar la noche y una carpa para resguardar las evidencias y protegerse de la lluvia.
Alicia: Y bueno y ahí empezamos el despliegue de tareas que implicó este dos jornadas, ¿no? de trabajo para poder recuperarlos.
Eliezer: Una cosa que me llama la atención es esto que me decís de bueno identificaron cal. ¿Por qué es importante la cal como un indicio de algo?
Alicia: En el contexto del Uruguay hasta ahora en estos 19 años de trabajo del equipo de antropólogos, todos los hallazgos de enterramientos humanos han estado acompañados por la cal, ya sea por debajo o por encima de los cuerpos, estuvo esta práctica de vertir este material que es abrasivo cuando toma contacto con la humedad y que ha sido una constante en el contexto de los hallazgos. De manera que, para nosotros, esa mancha blanca en esa tierra tan oscura es característica de lo que puede venir a continuación. ¿no? Y en este caso, este una vez que que se encuentra esa mancha y se constata este que no es cal natural y que está acompañada de restos humanos es como el semáforo ¿no? Para nosotros de inicio.
Eliezer: ¿Ya habías participado en otros hallazgos de restos de desaparecidos?
Alicia: Sí, estuve en el hallazgo de los restos de Ricardo Blanco Valiente.
Archivo de Presidencia Uruguay: Luego de las pericias científicas realizadas se pudo determinar que se trata de Ricardo Alfonso Blanco Valiente. El nuevo hallazgo ocurrió a pocos metros de donde encontráramos el 21 de octubre de 2011 al maestro Julio Castro.
Alicia: En ese momento sí me encontraba yo en terreno. Era un equipo pequeño que estábamos trabajando en el año 2012 en este mismo predio militar, a escasos 100 metros de donde se produce el hallazgo de los restos de Amelia Sanjurjo.
Eliezer: Ricardo Blanco tenía 39 años cuando lo mataron, era comerciante, dirigente sindical y militante del Partido Comunista. El informe oficial en la página de Presidencia de Uruguay afirma que fue detenido por tres personas vestidas de civil que se identificaron como miembros de las Fuerzas Conjuntas, los militares y la policía, y que murió a causa de torturas. En ese hallazgo, la cal también fue una pista.
Alicia: Y en esa ocasión, después del mediodía, a las primeras paladas de la retroexcavadora este hallazgo de cal y esta señal de que hay que bajar a la trinchera a ver si esto responde a cal natural o es otra cosa. Y bueno, sí, fue el momento de constatar que estábamos frente a un enterramiento humano.
Eliezer: En este predio, el año anterior, en 2011, habían encontrado los restos de Julio Castro, con señales de tortura y un disparo en el cráneo. Tenía 68 años. Fue maestro rural, referente en educación y periodista.
Periodista: Julio Castro fue fundador del Frente Amplio y el Semanario Marcha, trabajó para la Unesco y escribió varias obras sobre enseñanza y pedagogía.
Eliezer: Aunque los restos de estas personas estaban en el mismo predio militar, Alicia me explicó que los habían enterrado individualmente, no en una fosa común. Eso significa que es más difícil encontrarlos, porque no están juntos. Y que estén en un predio militar implica varias dificultades.
Alicia: Hay una restringida circulación de personas en estas unidades que además son, muchas de ellas son muy extensas. El Batallón 14, por ejemplo, comprende más de 400 hectáreas. Entonces, tenemos esta circunstancia de buscar cosas muy pequeñas, como puede ser una fosa de una persona que normalmente no, no ocupa más de dos metros de largo por un por 80 centímetros, un metro de ancho en territorios inmensos donde la vegetación ha cambiado, donde hay modificaciones en el paisaje porque son predios de uso hasta el día de hoy para entrenamiento, para maniobras y donde puede haber además una modificación exprofeso para el ocultamiento de, justamente, de estas tumbas.
Eliezer: Alicia resaltó que esto diferencia a Uruguay de otros países en la región, como Argentina o Chile, donde sí han encontrado fosas comunes.
Este predio del Batallón 14, donde encontraron a Amelia y los otros desaparecidos que acabamos de mencionar, queda a una hora de Montevideo.
Alicia: La zona cautelada, que es donde estamos haciendo ahora la investigación implica un monte de pino, monte de robles, también hay monte criollo. Es un lugar muy agreste, es un lugar incluso muy lindo, en términos de su fauna y flora, pero que esconde cosas tremendas.
Eliezer: Contanos un poco qué pasaba ahí. ¿Qué relevancia tiene ese lugar?
Alicia: Bueno, el Batallón 14 es uno de los predios militares, es el Batallón de Infantería Paracaidista número 14 y es uno de los lugares más señalados por información oficial, información que recaban de fuentes militares indica que este es uno de los predios donde se habrían producido enterramientos de cuerpos. Una especie de lugar dedicado como cementerio de estos cuerpos, porque no es un lugar donde haya información de que hayan retenido personas, de que hayan estado secuestradas y mantenidas allí clandestinamente, como sí es el caso de otros predios militares, donde son lugares de detención y también de enterramiento. Este Batallón 14, aparentemente, es un lugar seleccionado exclusivamente para enterrar.
Eliezer: Antes de ser un batallón militar, en ese predio había viñedos. Y allí, muy cerca de la vieja bodega, enterraron el cuerpo de Amelia.
Alicia: Cubierto por una losa muy espesa de material y encapsulado de alguna manera dentro de cal. Tenía tanta cal por encima y por debajo que se formó como una cápsula que contuvo esos restos y que incluso dejó el molde del cuerpo de la mujer. Una vez roto, es difícil de verlo, pero sí se preservó muy bien la zona de los talones y los muslos. Y era muy impactante ver ese molde de un cuerpo humano allí, en el lugar. Esta mujer fue colocada allí boca abajo y desnuda. Y tenía signos de violencia que fueron en realidad mejor estudiados ya una vez que fueron trasladados al laboratorio.
Eliezer: Allí hicieron un estudio más delicado de las piezas.
Alicia: Con ese estudio y con las radiografías que se hicieron pudimos detectar que se trataba de los restos de una mujer, entre los 30 y los 40 años, de una estatura promedio, que tenía juanete en uno de sus pies, que había realizado algún tipo de actividad con sus piernas, quizás algo de de deporte o algo relacionado con su con su actividad diaria. No sabíamos muy bien, pero sí veíamos algunas inserciones musculares, que nos llamaban la atención. Y que tenía lesiones violentas, algunas de ellas que podían atribuirse a y que de hecho así lo hizo la Junta Médica al momento de su muerte. Lesiones a nivel de sus vértebras cervicales y otras lesiones también en su miembro superior, por ejemplo, que si bien no son vitales bueno, pues hablan de trato inhumano, de trato degradante para con ella. Alguna lesión también en la mandíbula. Todo esto fue lo que pudimos descubrir una vez que pudimos analizar los restos.
Eliezer: Pasó casi un año hasta que lograron identificar que eran los restos de Amelia. Alicia me explicó cómo fue ese proceso y las dificultades que tuvieron en este caso.
Sabían que era una mujer, así que acotaron la búsqueda a mujeres.
En el caso de Amelia, la única familiar que había donado era su hermana Carmen, hoy fallecida, pero esa muestra no fue suficiente para identificarla. Además, Amelia no tuvo hijos y sus padres fallecieron sin donar. Los antropólogos buscaron sus restos, pero no ubicaron los de la madre y los del padre estaban en un osario colectivo.
Beto y sus hermanos no habían hecho donaciones y por eso, tampoco estaban en estas bases de datos.
Alicia: Una de las dificultades fue la fragmentación de los bancos de sangre, porque en Uruguay no hay una entidad que se dedique a recibir estos, estas muestras, sino que históricamente las familias donaban o en policía técnica, hoy policía científica, o en el Instituto de Donación de Órganos y Trasplantes o directamente en Argentina, con el equipo argentino que tiene, bueno, una trayectoria muy grande y que además está encargado también de la búsqueda de aquellos uruguayos que desaparecieron en Argentina. Entonces había muestras también en Santiago de Chile. Bueno, estamos hablando de algo que fue este regional ¿no? De desapariciones y secuestros regionales. Entonces ese es uno de los problemas, ¿no? Al enviar la muestra al laboratorio del equipo argentino en la ciudad de Córdoba, se comparó con la base de datos que ellos tenían. Y esa primera comparación arrojó que no había una coincidencia estadísticamente significativa.
Eliezer: Esto dejó en evidencia que el banco genético de familiares de uruguayos no estaba completo. O que quizás algunas muestras no correspondían a familiares lo suficientemente cercanos para lograr esa coincidencia genética.
Alicia: Y para poder mejorar esa base de datos se necesitan muestras de sangre de aquellos familiares que son clave, ¿no? porque son de primer grado, padres o hijos del desaparecido. Y si no, bueno, hay que empezar a buscar un poco más lejos en el árbol genealógico. Y si no tenemos familiares con vida que puedan hacer su donación, entonces tenemos que recurrir a los familiares que ya fallecieron, y para eso entonces hay que hacer exhumaciones en cementerios.
Eliezer: Pero para poder exhumar primero hay que saber quiénes son los miembros de esa familia, cuándo fallecieron, en qué cementerio están…
Alicia: Y una vez que teníamos ya trazada las genealogías y la ubicación de estos restos, ir físicamente a abrir urnas, abrir sepulcros, nichos y constatar si allí se encontraban estos restos y, en el caso de encontrarlos, constatar que al interior de estas urnas o cajones realmente estaban allí los restos de la persona que estábamos buscando.
Eliezer: En medio de la investigación los forenses encontraron a una tía de Amelia fallecida, ubicaron sus restos y tomaron muestras. Y el grupo de Familiares ubicó a los sobrinos de Amelia, a Beto en España y a sus hermanos en Uruguay y en Italia. En total sumaron seis muestras.
Y recién con ese cruce de información pudieron confirmar el parentesco con los restos de Amelia, que habían encontrado en el batallón 14.
Eliezer: Alicia, este es el caso número siete. ¿Qué valoración haces de este número? ¿Qué debería hacerse para avanzar?
Alicia: Bueno, es un número que proporcionalmente es importante para lo que es el número de desaparecidos para Uruguay. Si pensamos que el número oficial son 197, pero que de estos 197 la gran mayoría desaparecen en el exterior, son personas que huyen de Uruguay y buscan refugio en otros países y allí es donde son secuestradas y desaparecen.
Eliezer: La mayoría de ellos fueron secuestrados y desaparecidos en Argentina. Pero, según la Comisión para la Paz, que hizo un registro de las denuncias hechas por familiares, se tiene certeza de que unas 30 personas desaparecidas fueron detenidas en Uruguay.
Alicia: Entonces este número siete proporcionalmente es es un número importante, no quiere decir que sea suficiente. Tenemos que seguir procurando el hallazgo de de todos los demás cuerpos que todavía faltan por encontrar. Hemos hecho trabajo exhaustivo de excavación ante la falta de información, hemos definido que lo único que nos lleva a tener un resultado es ingresar a un área, seleccionar el lugar que tiene más potencial y excavarlo metro a metro, sin dejar un centímetro sin explorar, porque tenemos que dar certeza de que ese lugar ha sido excavado en su totalidad y que puede ser descartado ya como un sitio de posible enterramiento. Desafortunadamente, lo que falta es difícil de conseguir es la información. Información de primera mano de aquellas personas que participaron o saben qué fue lo que sucedió con estos cuerpos.
Eliezer: Después de la pausa, por qué ha sido tan difícil encontrar a los desaparecidos en Uruguay.
Ya volvemos.
Elías: ¡Tenemos una gran noticia!
Radio Ambulante Studios, nuestra casa productora, recibió tres nominaciones al Premio Gabo 2024 en la categoría Audio.
Dos episodios de Radio Ambulante: “Acuario de papel” y “Torres de papel”. Y la serie “Bukele: el señor de Los sueños”, de Central.
La Fundación Gabo es la institución que creó el Premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez y entrega este prestigioso galardón a los mejores trabajos periodísticos en lengua española y portuguesa.
Los ganadores se conocerán en el Festival Gabo que será en Bogotá del 5 al 7 de julio.
Si aún no escuchaste los episodios y la serie recuerda que puedes encontrarlos en radio ambulante (punto) org en central podcast (punto) audio o en tu aplicación de reproducción favorita.
Silvia: Estamos de vuelta en El hilo.
Archivo Marcha del Silencio: murmullos y pasos.
Silvia: El pasado 20 de mayo en Uruguay fue la Marcha del Silencio. Es una manifestación que empezó en 1996, en reclamo de memoria, verdad y justicia por las personas desaparecidas durante la última dictadura. La fecha coincide con el asesinato de cuatro militantes políticos uruguayos en Buenos Aires.
Silvia: Todos los años, miles de personas se reúnen y recorren en silencio unas 15 cuadras de la avenida 18 de julio, la principal de Montevideo, hasta llegar a la Plaza Libertad. No hay gritos ni canciones, apenas murmullos entre quienes caminan juntos. Esto cambia cuando desde los parlantes se empiezan a escuchar los nombres de las personas desaparecidas.
Locutor: José Enrique Caitano Malgor.
Público: ¡Presente!
Silvia: La Marcha del Silencio es una de las más multitudinarias en Uruguay y, en los últimos años, también la han replicado en ciudades del interior del país.
Archivo : Amelia Sanjurjo Casal.
Público: ¡Presente!
Silvia: Vania, ¿Cuándo empezó la búsqueda de personas desaparecidas en la dictadura en Uruguay?
Vania Markarian: Y bueno, la búsqueda empezó con los familiares. Los familiares de las personas detenidas desaparecidas son los que los empezaron a buscar, ¿no? A mí me parece que hay que dividir entre esta búsqueda hecha laboriosamente, desesperadamente, con pocos recursos por los familiares, por los amigos, por los compañeros de los detenidos desaparecidos y lo tardío del trámite oficial.
Silvia: Ella es Vania Markarian. Es historiadora y tiene un doctorado en Historia Latinoamericana por la Universidad de Columbia.
Vania: La búsqueda de las familias empieza en el momento en que se empieza a notar que hay personas detenidas que tardan las autoridades en comunicar dónde están, ¿no? El trámite normal sería, hubiera sido una persona la detienen y, a las pocas semanas, se avisa que está en tal cuartel, en tal dependencia policial. Cuando esto empieza a no pasar, los familiares, los compañeros empiezan a conectarse.
Silvia: Los primeros reclamos sobre personas desaparecidas por el Estado uruguayo empezaron a fines de los años 70, más que nada desde el exilio. Y casi a la par de las denuncias que también hacían en Argentina, que en esos años también estaba bajo una dictadura. Cuando regresó la democracia en Argentina, las investigaciones avanzaron rápido.
Vania: En Argentina en el año 82 ya aparecen los primeros… se empieza a tener noticias de los primeros cementerios clandestinos. En el 83, apenas inaugurado el primer gobierno democrático de Alfonsín, se funda la Comisión Nacional de Desaparecidos, la CONADEP. Se produce el informe “Nunca más”, en el 84, y hay juicios a las juntas en el 85, ¿no? En este momento en Uruguay, pasan muy pocas cosas.
Silvia: Para entender por qué en Uruguay la búsqueda ha ido más lenta, hay que repasar cómo volvió la democracia al país.
Archivo Documental 1980: Canción: Sí por mi país, sí por Uruguay…
Silvia: En 1980, la dictadura puso en marcha un plebiscito. Si ganaba el “Sí”, se abría la puerta para una reforma constitucional que convertiría al país en un régimen tutelado por los militares.
Archivo Documental 1980. Canción: Sí por la grandeza, sí de mi Uruguay…
Silvia: El gobierno militar estaba muy confiado, pero los resultados no salieron como esperaban.
Archivo, periodista: En plena dictadura, el 56% de los uruguayos rechazaron el proyecto de reforma constitucional promovido por los militares, en un hito que es recordado como el mojón que marcó el principio del fin de la dictadura.
Archivo, periodista: Sin libertad de prensa y con los partidos políticos prohibidos, el triunfo de la oposición fue una hazaña.
Silvia: Esa derrota electoral inició la transición a la democracia, pero se tardó cuatro años en llegar a elecciones.
En 1984, en medio de negociaciones secretas, los jefes de las fuerzas armadas y tres de los cuatro principales partidos políticos firmaron un acuerdo para convocar a elecciones. Pero no fueron elecciones totalmente libres. Esta es una entrevista con el comandante en jefe del Ejército, el general Hugo Medina.
Archivo, periodista: ¿Usted cree señor comandante que podrá existir un gobierno democrático legítimo, a partir del 1 de marzo con la abstención o la no participación o con dirigentes proscriptos?
Hugo Medina: No me gusta especular mucho con esto. Me remito a la experiencia argentina que con proscriptos fue a la elección y creo que es un país que está en democracia plena.
Silvia: Con proscritos, Medina se refería a candidatos a la presidencia que el gobierno militar inhabilitó. Eran referentes de los tres principales partidos políticos del país: el Partido Nacional, el Frente Amplio y el Partido Colorado. También inhabilitaron al Partido Comunista, que formaba parte del Frente Amplio. Este panorama dejó un favorito claro para esas elecciones.
Sanguinetti: Yo, Julio María Sanguinetti, me comprometo por mi honor a desempeñar lealmente el cargo que se me ha confiado y a guardar y defender la Constitución de la República.
Silvia: En 1985, Julio María Sanguinetti, del Partido Colorado, se convirtió en el primer presidente desde el retorno a la democracia. El general Medina, que recordemos fue el comandante en jefe del ejército durante la dictadura, siguió en ese puesto por dos años más y, en 1987, Sanguinetti lo nombró ministro de Defensa. Durante su gestión, Medina archivó pedidos que hizo la justicia para que militares fueran a declarar.
Este mismo gobierno logró que se aprobara la Ley de Caducidad. Esta ley es clave, porque deja sin efecto los crímenes que cometieron militares y policías durante los años de dictadura. Vania recuerda que esto hizo más difícil investigar sobre el pasado reciente.
Vania: Uruguay se dio un marco legal muy restrictivo, o sea, restringió de entrada mucho las posibilidades de de hacer estas búsquedas con eso que llamamos Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado que, si pensamos en el nombre, implica que el Estado renuncia a castigar los crímenes de este tipo cometidos en el en el periodo de la dictadura. O sea, no que investiga y amnistía, si no que renuncia a castigar.
Silvia: En los últimos 30 años ha habido varios intentos para anular la Ley de Caducidad. A finales de los 80 hubo un referéndum, y años después un plebiscito para derogar cuatro artículos de la ley… que permitiría llevar a juicio a los militares que participaron en crímenes políticos. Pero ninguno alcanzó los votos suficientes.
Fue gracias a la aprobación de una nueva ley, que anuló artículos clave de la Ley de Caducidad, que se pudo empezar a investigar a funcionarios militares que se amparaban en la Ley de Caducidad y abrir juicios contra ellos. Hasta ahora han sido pocos. Pero para Vania, el principal problema en la búsqueda de desaparecidos no está en lo judicial.
Vania: La ley tiene, en particular, un artículo, el artículo cuatro que habilita en particular la búsqueda de los detenidos desaparecidos, y los gobiernos, los primeros gobiernos, digamos que se manejaron con esta ley, nunca tuvieron la voluntad política de hacerlo.
Silvia: Ese artículo dice que son las instituciones del gobierno las que tienen que ordenar las investigaciones de búsqueda. Pero durante más de una década no pasó nada. Los Familiares de Detenidos Desaparecidos pidieron reuniones con presidentes y recién en el 2000 los recibió uno: Jorge Batlle, que por cierto, había sido proscrito para la candidatura presidencial en 1984. Su gobierno creó la Comisión para la Paz, para recibir y reunir información sobre el destino de los desaparecidos.
Periodista: Recordemos que la Comisión para la Paz fue creada justamente hace dos décadas por Jorge Batlle y es un hito todavía muy discutido de aquel pasado reciente… Si sirvió, si no sirvió…
Entrevistada: Hay un antes y un después que el Estado reconoce abiertamente que hay que caminar hacia la verdad.
Silvia: Esta comisión funcionó tres años y elaboró un registro de casos de personas desaparecidas. Recibieron más de 200 denuncias y lograron confirmar la mayoría. Algunas se descartaron por completo, pero para otras que no se pudieron confirmar se mantuvo la puerta abierta para obtener más información.
Vania: Esta comisión formada por el Gobierno, por el gobierno de Jorge Batlle, decía expresamente que estaba fuera de su mandato encontrar restos, ¿no?
Silvia: Aunque no se creó para eso, la Comisión sí pudo identificar los restos de una persona. Roberto Gomensoro fue enterrado sin nombre en el Cementerio de Tacuarembó, en el norte del país. Era integrante del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros y tenía 24 años cuando lo asesinaron, pocos meses antes del golpe de Estado.
Silvia: El informe final de la Comisión para la Paz decía que dentro del territorio uruguayo ocurrieron 32 de los casos de desapariciones y el resto fueron en Argentina. Luego, otras investigaciones confirmaron desapariciones de uruguayos en otros países de la región. Los militares que dieron testimonio para la Comisión dijeron que cinco de los desaparecidos en Uruguay eran argentinos que fueron entregados a los militares de su país, otros dos fueron arrojados al mar y los 24 restantes enterrados en diferentes predios militares, pero que al final de la dictadura fueron desenterrados e incinerados. Según esta información que dieron los militares, no había más cuerpos que buscar. En esa lista de 24 personas estaba Amelia Sanjurjo. Pero a partir de 2005 hubo un cambio en la política.
Vania: En el primer gobierno de Tabaré Vázquez, se forma un equipo de antropólogos y un equipo de historiadores en convenio con la Universidad de la República para investigar y para buscar precisamente en el marco del artículo cuatro de la Ley de Caducidad de la pretensión Punitiva del Estado.
Silvia: Vania estaba en ese primer equipo de historiadores.
Vania: Entonces, en cuanto hubo voluntad política por hacerlo, se empezó a buscar y muy, muy lentamente se empezó a encontrar restos, ¿no?
Silvia: A pocos meses de que los equipos de antropólogos e historiadores empezaran a trabajar, la tierra se empezó a sacudir. Hubo dos hallazgos de restos humanos con pocos días de diferencia.
Periodista: Desde que comenzaron su tarea en mayo de 2005 localizaron los restos de dos desaparecidos durante la dictadura militar: Ubagésner Chavez Sosa y Fernando Miranda.
Silvia: Miranda fue desaparecido en 1975. Era escribano y tenía 56 años. Integraba el Partido Comunista, como Chávez Sosa, que tenía 38 cuando se lo llevaron y era parte del sindicato de obreros metalúrgicos. Ambos estaban en esa lista de 24 desaparecidos cuyos restos supuestamente habían incinerado hacia el final de la dictadura. Seis años después, hallaron los restos de Julio Castro y Ricardo Blanco Valiente, de quienes ya hablamos en el segmento anterior. Ellos también estaban en la lista de 24, al igual que Eduardo Bleier, la última persona que encontraron antes de Amelia. Fue en 2019.
Archivo, periodista: Los restos que fueron hallados el pasado 27 de agosto en el ex Batallón N° 13 pertenecen al militante comunista Eduardo Bleier.
Silvia: Bleier era dentista. Tenía 47 años. Lo desaparecieron en 1975.
Silvia: ¿Se puede hablar de un perfil de las personas que fueron desaparecidas, qué se sabe de ellos?
Vania: Te diría que hay detenidos desaparecidos de todos los rincones de la sociedad uruguaya, digamos. Hay muchos trabajadores, muchísimos, muchos estudiantes. Pero hay amas de casas, hay niños, hay bebés. O sea, entre los detenidos desaparecidos hay de todo. Y también fue habiendo una ampliación de lo que se consideraba en el lenguaje de la época, el enemigo interno, digamos, cuáles eran las fuerzas que había que reprimir. Entonces, si esto en un comienzo suele empezar, por ejemplo, con la represión de los grupos armados o de la guerrilla, rápidamente se va extendiendo y entonces vamos a tener personas que habían sido integrantes de organizaciones perfectamente legales al momento en que estas personas se habían integrado. Sería interesante quizás compararlo. En Argentina se enfatiza muchísimo la temprana edad, los jóvenes que eran los detenidos desaparecidos. A mí cada vez que miro las fotos, sobre todo de los detenidos desaparecidos acá en Uruguay, me impresiona que hay muchos que tenían más de 40, por decir algo, ¿no?
Silvia: Vania dice que entender el concepto de desaparición forzada también fue un proceso largo y difícil en Uruguay.
Vania: Yo diría que todavía a la salida de la dictadura en el periodo transicional no estaba difundida la idea de la desaparición forzada o del detenido desaparecido y de hecho había familiares y había grupos que insistían en que si bien esta era una situación particular, o sea, estos eran personas que habían sido detenidas y permanecían desaparecidas, insistían en la consigna aparición con vida, o sea que todavía no se terminaba de, de de de entender o de conceptualizar esta esta figura ¿no? Me animo a decir que la primera vez que los familiares van con las fotos, entonces que se empieza a asociar esta presencia fantasmal de los detenidos desaparecidos es en el acto del 1 de mayo del 84 en Montevideo, ¿no?
Silvia: Ese Día Internacional del Trabajador hubo una manifestación histórica y masiva que, además de las proclamas laborales, incluyó reclamos para que liberaran a presos políticos y aparecieran con vida los detenidos desaparecidos.
Vania: Y que otras personas, otros grupos, incluso las nuevas generaciones, ven las fotos y perciben o se empieza a conceptualizar esta idea de que se está terminando la dictadura y que hay personas que permanecen desaparecidas, ¿no?
Silvia: Además de la voluntad política y entender el concepto de desaparición forzada, hay otro punto clave que explica por qué ha sido tan difícil hallar a los desaparecidos: el silencio y las mentiras de los funcionarios militares.
Vania: En esto me parece que ha incidido mucho, acá se dice que hay un pacto de silencio en las fuerzas represivas y es extraordinario que que los integrantes de las fuerzas represivas no ya los mandos, los integrantes de las fuerzas represivas en gran medida no han hablado. Y los mandos, y también algunos integrantes de las fuerzas represivas han dado información falsa.
Silvia: Ya mencionamos lo que pasó con esa lista de 24 desaparecidos que las fuentes militares le dieron a la Comisión para la Paz a comienzos de siglo. Pero también hubo información falsa sobre lugares de enterramientos. Se han hecho excavaciones por información entregada por militares que resultaron en nada.
Vania: Claramente una voluntad de no colaborar, incluso de distorsionar la búsqueda. Yo creo que es esa conjunción, digamos, falta de marco normativo restrictivo, falta de voluntad política de sucesivos gobiernos, un pacto de silencio por parte de las Fuerzas Armadas. Una ciudadanía que ha estado dividida con respecto a qué hacer con las violaciones graves de derechos humanos. Todo esto ha resultado en lo que ha resultado.
Silvia: Vania estamos hablando sobre todo esto por el caso de Amelia. ¿Qué valor histórico tiene que hayan encontrado sus restos y los hayan identificado? ¿Y qué significa para las familias que siguen buscando?
Vania: No me pondría en los zapatos de las familias. Creo que, mirado de afuera, la posibilidad de enterrar el cuerpo. Se sabe que las diferentes civilizaciones y culturas entierran a sus muertos de modos especiales porque en esa relación entre las generaciones, entre vivos y muertos se juega parte de nuestra humanidad, ¿no? Me parece que la que la figura del detenido desaparecido ha sido tan central, tan impactante, porque muestra este ataque, esta herida en nuestra concepción de la humanidad. De lo que somos como humanos, de lo que nos une. para mí, tiene ese primer, ese primer impacto que uno dice. Bueno, al fin sus familiares, sus compañeros, los que la buscaban, van a enterrar ese cuerpo y van a dar este por cerrado esta etapa. También creo que da esperanza a los otros familiares de que se pueden encontrar los cuerpos, de que, esto que se dijo siempre, de que en algún lado están hay que buscarlos y encontrarlos es verdad.
Creo que a nivel social tiene un impacto enorme. Yo me acuerdo la primera vez cuando apareció, creo que fue Ubagesner Chávez Sosa. Y algún diario sacó la foto, ¿no? de esos restos. De esos huesos. Y claro, para nosotros, me refiero no solo a los historiadores, sino a las personas que venimos de familias o de ambientes sociales y políticos donde se habló siempre de esto, yo no necesitaba un hueso para saber que en este país había habido detenidos desaparecidos, que había habido asesinatos en tortura. Ahora el impacto de esa foto es muy impresionante, ¿no? A nivel social. Ahí están. Los mataron, los enterraron, los desaparecieron.
Silvia: Y en el caso específico de Amelia, Vania dice que su perfil, quién era y las circunstancias en las que la desaparecieron, tiene un impacto…
Vania: Bueno, que era una mujer de más de 40 años, que estaba embarazada, que nunca había empuñado un arma que pertenecía a una organización, sobre todo de actuación político, electoral y sindical. Esto sin negar las conexiones de la izquierda con procesos de violencia revolucionaria, ¿no? Que no me parece que haya que negar para que todo esto que digo siga teniendo validez. Pero sí que es un caso en el que en el que, bueno, alguna de esas imágenes de estos son unos guerrilleros de 21 años a los que los intelectuales de izquierda mandaron a morir, ¿no? Cuando aparece el cráneo con el tiro en la cabeza de un señor de cerca de 70 años como Julio Castro, o cuando aparece el cuerpo con evidentes señas de tortura de una mujer de 41 años embarazada de su primer hijo, bueno, ayudan a entender el tipo de regímenes que que fueron estas dictaduras en Uruguay y en la región.
Silvia: De vuelta a la charla desde Mallorca, quise hacerle una última pregunta a Beto, el sobrino de Amelia Sanjurjo.
Silvia: ¿Qué le dirías a las personas que siguen buscando a sus familiares desaparecidos y a quienes pueden tener información?
Beto: Los que tienen información que no sean cobardes y digan he metido la pata, he quitado una vida o he colaborado en quitar una vida, lo que sea. Sin cobardía y decir: Mira esto, Esas personas han enterrado aquí o esto está aquí y aquí, pumba.Y a la gente que sigue buscando, confíen y confiando en las personas que están trabajando en eso, que lo hacen muy bien y ya ves, los resultados pues se van dando. A veces es cuestión de tiempo, A veces las personas que realmente como mi abuelo, como mi tía, como mi padre, no lo ven los resultados. Pero bueno, los hijos o los hijos de los hijos pues ven los resultados y dicen pues mira, yo que sé, yo me alegro por esas personas y les doy mi enhorabuena. Y si en algo siempre puedo ayudar a ellas y a quien sea, pues estoy encantado de la vida de poder ser útil en algo, pero que. Eh, Para adelante, que todo, todo al final tiene su recompensa. Yo creo que sí.
Nausícaa Palomeque: Este episodio fue producido por Bruno Scelza y por mí, Nausícaa Palomeque. Fue editado por Silvia y Eliezer. Desireé Yépez hizo la verificación de datos. El diseño de sonido y la música son de Elías González.
Agradecemos a Daniel Yafalian, a Leonel Martínez y a Martín Prato por su ayuda en este episodio.
El resto del equipo de El hilo incluye a Daniela Cruzat, Mariana Zúñiga, Analía Llorente, Samantha Proaño, Paola Alean, Juan David Naranjo Navarro, Elsa Liliana Ulloa y Natalia Ramírez. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Studios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
El hilo es un podcast de Radio Ambulante Studios. Si valoras el periodismo independiente y riguroso sobre América Latina, hoy más que nunca te pedimos que te unas a nuestras membresías. Tu apoyo nos permitirá seguir explicando a profundidad lo que ocurre en la región. Visita elhilo.audio/donar y ayúdanos a que El hilo siga vivo cada semana. Muchas gracias.
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