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José Antonio Kast, fundador del Partido Republicano y defensor del legado de la dictadura, ganó la presidencia de Chile en segunda vuelta con más del 58% de los votos. Su triunfo fue contundente y transversal: ganó en todas las regiones, lo que consolida la llegada de la ultraderecha al poder. Pero en 2017, la primera vez que Kast se presentó como candidato, sacó menos del 8% de los votos. En este episodio conversamos con los periodistas Amanda Marton y Felipe González Mac-Conell, autores del libro “Kast. La ultraderecha a la chilena”, para entender cómo un proyecto político que hace menos de una década parecía confinado a los márgenes se convirtió en una fuerza mayoritaria, y qué escenario abre este resultado en el país.
Créditos:
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Producción
Daniela Cruzat -
Edición
Silvia Viñas, Eliezer Budasoff -
Verificación de datos
Bruno Scelza -
Producción en redes sociales
Samantha Proaño, Franklin Villavicencio, Diego Corzo -
Diseño de sonido y mezcla
Elías González -
Música
Elías González -
Tema musical
Pauchi Sasaki -
Fotografía
Getty Images / Eitan Abramovich
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Transcripciones:
Transcripción:
Silvia Viñas: Antes de empezar, un anuncio: Este es el último episodio de El hilo este año. Durante las próximas tres semanas vamos a compartir algunos episodios de Central y Radio Ambulante. Regresamos el 16 de enero.
Eliezer Budasoff: Hola. Estamos muy cerca del cierre de nuestra campaña de recaudación de fondos y hemos recibido muchos mensajes de cariño y el apoyo de nuestra comunidad. Estamos inmensamente agradecidos. Pero aún nos faltan 3.500 personas para alcanzar nuestra meta de llegar a 5.000 donantes antes de que termine el año. Tu aporte nos ayuda a seguir informando y dando contexto de la mejor manera posible sobre lo que pasa en América Latina.
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Audio de archivo, conductor: La ultraderecha ha vuelto al liderazgo de la política chilena.
Audio de archivo, reportero: Un balotaje que ─ya lo han dicho los expertos─ es histórico: Kast finalmente se impone con el 58,21% de las preferencias.
Audio de archivo, reportera: Es un candidato de ultraderecha conservador que estaba intentando por tercera vez ganar la presidencia.
Audio de archivo, reportera: Kast será presidente con el mayor bolsón de votos que haya tenido algún mandatario en la historia de este país. Más de siete millones de respaldos.
Silvia: Bienvenidos a El hilo, un podcast de Radio Ambulante Studios. Soy Silvia Viñas.
Eliezer: Y yo soy Eliezer Budasoff.
José Antonio Kast, fundador del Partido Republicano, ganó la presidencia de Chile con más del 58% de los votos. Su triunfo sobre la candidata del oficialismo fue contundente y transversal: Kast ganó en todas las regiones del país, lo que consolida la llegada de la ultraderecha al poder. En 2017, la primera vez que se presentó como candidato a la presidencia, Kast sacó menos del 8% de los votos.
Hoy: Cómo un proyecto político que durante años fue visto como un fenómeno marginal se convirtió en una fuerza mayoritaria en Chile, y qué escenario se abre en el país con este resultado.
Es 19 de diciembre de 2025.
Silvia: El triunfo de José Antonio Kast no ocurre en un vacío. Su llegada al poder se da en medio de una ola regional de giros hacia la derecha.
Amanda Marton: Yo creo que Chile habló y habló muy claro.
Eliezer: Ella es Amanda Marton, periodista chileno-brasileña.
Amanda: Y habló muy claro, en parte como un voto de castigo con Boric, pero también con la esperanza de esas promesas de mano dura y de esos incómodos que tiene el electorado chileno con algunas situaciones como la seguridad, como la situación migratoria, que José Antonio Kast prometió como candidato lidiar con eso y hacer lo que él define como un “gobierno de emergencia”.
Silvia: Ese mismo día, anunció su renuncia al Partido Republicano. Dijo que quería dar una señal de unidad y que quería ser el presidente de todos los chilenos.
Felipe González Mac-Conell: Gran parte de ese 58% de votos que sacó él, son votos prestados. O sea, es gente que no es una ferviente seguidora de él o que o que comulgue con todo su proyecto.
Eliezer: Están escuchando al periodista Felipe González Mac-Conell. Él y Amanda escribieron el libro Kast. La ultraderecha a la chilena.
Felipe: Entonces, yo creo que sería muy prudente para José Antonio Kast y su entorno tomárselo así. De que estos votos son prestados y de que ellos tampoco tienen una mayoría social para llevar a cabo su programa. Aún así, creo que él entra con grandes expectativas de parte de la ciudadanía del gobierno, principalmente porque su campaña fue muy grandilocuente en las promesas, que es algo que él de hecho, en su primer discurso, ya como presidente electo, empezó a matizar.
Audio de archivo, José Antonio Kast: Porque esto, como les digo, no es magia.
Felipe: Ahí él empezó a decir las soluciones no pasan de un día para otro, no me pidan milagros.
Audio de archivo, José Antonio Kast: Nosotros lo que les prometemos, lo que les prometo es trabajo, carácter, orden, decisión y convicción.
Eliezer: Para los que estamos afuera de Chile a veces puede resultar bien difícil de entender que seis años después del estallido social y del impulso por cambiar el modelo, la figura que termina triunfando sea justamente la de Kast. ¿Qué se conjugó para su triunfo? ¿Cuáles creen que son los dos o tres elementos más importantes que fueron como las condiciones de posibilidad de que él ganara la Presidencia?
Amanda: Yo creo que hay varias cosas. Uno de los elementos más importantes es, justamente, el estallido social, sí. Pero si yo tuviera que definir momentos claves para poder entender el personaje de José Antonio Kast, el primero sería entender que el regreso a la democracia en Chile fue un regreso negociado en el que ─hay que recordar─ Pinochet murió sin haber sido condenado ni nada parecido por las violaciones a los derechos humanos y todo lo que significó la dictadura. Y me permito volver en la historia porque eso da pie a que muchas personas no reconozcan la dictadura como tal y sigan reivindicando durante décadas la imagen y el perfil de alguien como Augusto Pinochet. Permitió en muchos sentidos, que personas que reivindicaban a Pinochet y reivindicaban la dictadura estuvieran, por ejemplo, en los principales programas de televisión durante décadas. Es decir, ese negacionismo estaba presente en una parcela no menor de la sociedad chilena. Entonces, dentro de ese grupo, por supuesto, está José Antonio Kast y ese era un grupo huérfano de personas que reconocieran eso, que vieran a Pinochet desde ese lugar y tuvieran el valor para manifestarlo públicamente. Me parece que ese es un elemento que no se puede desconsiderar en esta ecuación.
Luego viene el estallido social y el estallido social, si bien en un momento, según todas las encuestas, más de 70% de los chilenos estaba a favor del estallido social, José Antonio Kast siempre fue consistente frente a lo que era el estallido, que para él era lo más grave que había ocurrido en Chile desde hacía muchas décadas. ¿Y por qué era grave para él? Porque significaba un desorden. Él fue el primero en contactarse con Sebastián Piñera para pedir que los militares se fueran a las calles incluso antes que Piñera lo hiciera, y le permitió a José Antonio Kast ser una suerte de imagen del único detractor durante mucho tiempo del estallido. Hoy por hoy, todos los políticos de izquierda o derecha se han dado un poco vuelta y han hablado un poco en contra del estallido. Pero hubo un momento en que José Antonio Kast era de los pocos políticos chilenos que se manifestaba de esa vereda. Y creo que eso es súper importante de entender, porque cuando nosotros realizamos entrevistas con jóvenes que pertenecen hoy por hoy al Partido Republicano esos jóvenes nos decían que el Partido Republicano fue para ellos una salvación y los analistas a quienes entrevistábamos nos decían que en cierta medida se replicó la lógica de lo que ocurrió en dictadura. Así como Pinochet fue visto como una salvación para muchas personas en la época, José Antonio Kast y el Partido Republicano, en el marco del estallido social, de ese desorden, del avance del feminismo que también ya venía generando molestias en grupos ultraconservadores, fue una suerte de salvación. Cuando vemos los jóvenes que ingresaron, muchos de ellos decían “en mi universidad no hay clases, mi universidad está tomada, no puede ser que estén haciendo eso, yo no tengo voz en mi universidad”. En fin. Entonces podemos decir que ahí lograron captar un público que quizás estaba quedando marginado.
Felipe: Agregaría también que la salida del estallido social fue… O sea, la interpretación que le dio la política institucional fue cambiar la Constitución. A ese pacto adhirió todo el espectro político. Ese proceso fracasó estrepitosamente. Entonces, yo creo que también hubo una frustración ciudadana con un proceso transformador que se vio frustrado. O sea, también la política institucional sumó descrédito, sumó también como desafección con la ciudadanía, este sentimiento de que la política profesional no sirve o como que se farrea estos grandes procesos, está. Y eso también lo aprovechó José Antonio Kast. Creo que parte del mismo fenómeno puede ser la frustración, que también ha generado alguna forma el gobierno de Gabriel Boric, que también entró con grandes promesas transformadoras, con grandes reformas. Su discurso era muy ambicioso y también generó mucha frustración en el proceso. Hubo muchos cambios. No pudo hacer prácticamente ninguna reforma. Entonces también yo creo que eso, de alguna forma, Kast, al ser el anti Boric, también el antipolítica que hoy está en el poder y que también frustra estos procesos o no puede conducirlos, también de alguna forma le redituaron.
Silvia: A esto hay que sumarle la preocupación más grande de los chilenos en este momento. Ocho de cada 10 personas cree que el país es más inseguro. Kast puso ese miedo en el centro de su campaña.
Audio de archivo, José Antonio Kast: Nuestro país vive hoy día la peor crisis de las últimas décadas, una crisis de seguridad, una crisis económica.
Silvia: La estrategia funcionó. Es que la percepción ciudadana de inseguridad es tan alta, según encuestas, que supera a la de países como México y Colombia.
Amanda: Porque es cierto que en términos absolutos o comparativos a la interna, Chile está quizás menos seguro de lo que fue antes. Es decir, los casos de violencia son violencias más exacerbadas o más grotescos de lo que eran antes. Eso no quiere decir per se que Chile sea un país inseguro, porque cuando vemos los índices de delincuencia y violencia a nivel comparativo con el resto de Latinoamérica, sigue siendo uno de los países más seguros de la región. Es muy curioso ver eso.
Eliezer: Ustedes entrevistaron a más de 40 personas para el libro, con todo lo que les contaron y lo que ustedes investigaron, ¿no? ¿Cómo describirían al próximo presidente de Chile? O sea, ¿qué rasgos de su carácter aparecieron una y otra vez cuando hablan con quienes lo conocen de cerca o lo conocieron en otro momento?
Felipe: Algo que se repetía mucho, por ejemplo, era su intransigencia. Es algo que José Antonio Kast ha sido constante en eso en toda su trayectoria política. A él le cuesta mucho transar, negociar. Es difícil para él recibir un no como respuesta.
Silvia: Por ejemplo, Felipe dice que Kast prefirió renunciar al partido en el que estuvo 20 años antes de transar en su ideología. Ese partido era la Unión Demócrata Independiente, más conocida como la UDI.
Eliezer: Por mucho tiempo, la UDI fue el partido más conservador de la derecha chilena. Pero en 2016, Kast renunció para armar su propio movimiento, que años después se transformó en el Partido Republicano, que es más conservador. Ese camino no fue inmediato ni explosivo: fue largo, persistente. Y para Felipe y Amanda, ahí aparece una de las claves que mejor definen a Kast: la constancia.
Felipe: Muchos nos decían claro, él no es carismático, no es el intelectual, no es el que te arma el programa, no es el que te arma las ideas. Él no te convence como a un grupo amplio, sino que sus cualidades de líder o líder como tradicional, como conocemos, son más o menos acotadas. Entonces, por sobre todo la constancia y tal vez su voluntarismo es lo que más pueden parecer un poco pedestres, pero llegó hasta este punto.
También la constancia. Él, su proyecto político, nosotros en el libro logramos rastrear que esta extrema derecha como la conocemos hoy, empezó a gestarse a mediados de la década de los 2000. O sea, mucho antes siquiera de que pensáramos en el Partido Republicano. O sea, ya había una intención de parte de unos pocos, que hoy son militantes del Partido Republicano, en fundar un proyecto de extrema derecha y tener a José Antonio Kast como líder.
Amanda: Si alguien ve el personaje de José Antonio Kast, para nosotros el mayor enemigo, a priori, de José Antonio Kast era la izquierda. Pero investigando nos dimos cuenta de que eso no necesariamente era así. Es decir, no estamos diciendo que no esté en contra de la izquierda y de los principios progresistas de izquierda, sino que lo que hace con que nazca un fenómeno electoral como el de José Antonio Kast no es necesariamente la izquierda, sino es el recorrido político que ha tenido la derecha tradicional chilena en las últimas décadas. Nos dimos cuenta de que lo que impulsó a José Antonio Kast y a sus cercanos a crear lo que hoy por hoy entendemos como Partido Republicano, era una profunda molestia y sensación que había de que la derecha chilena había traicionado sus principios y sus valores. Y habían aceptado en cierto sentido ciertas pautas tradicionales o que para él eran de izquierda, como derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, como matrimonio igualitario y así tantas otras. Es decir, que bajo su visión, en este gallito entre izquierda y derecha, desde el regreso a la democracia, la izquierda habría ganado.
Silvia: Amanda dice que Kast sentía que la derecha chilena no estaba siguiendo los principios de uno de sus gurúes: Jaime Guzmán.
Eliezer: Jaime Guzmán fue el fundador de la UDI y asesor clave de Pinochet. La mente maestra detrás de la Constitución escrita en dictadura, que aunque hoy está muy reformada, marcó el diseño institucional del país.
Silvia: Guzmán era profesor en la escuela donde Kast estudió derecho. Por esos años, Kast se convirtió en una especie de discípulo de Guzmán. De hecho, fue por él que entró a militar en la UDI.
Eliezer: Guzmán fue asesinado al inicio de la transición democrática, pero su figura siguió viva como referencia doctrinaria. Kast se asumió como su heredero político. Para él, la derecha se había alejado del legado de Jaime Guzmán y estaba traicionando su propia esencia.
Amanda: Dice: tenemos que volver a lo que éramos antes. Y en ese sentido José Antonio Kast, en cierto sentido, no viene a proponer muchas cosas nuevas, sino que más bien viene a regresar a los principios de lo que era la UDI a principios de los años 90. Vuelve a los orígenes, podríamos decir, y a la vez que vuelve a los orígenes, conscientes de que no se puede hacer anacronía histórica, porque han pasado muchos años desde entonces, toma referencias internacionales como de Bukele, como de Bolsonaro, como de Trump, Orbán u otros, y los adapta a la chilena. Entonces es bastante interesante de ver como: ¿qué es realmente lo nuevo? No hay mucho y cuando hay algo nuevo tiende a ser con referencias internacionales.
Silvia: Una pausa y volvemos.
Silvia: Estamos de vuelta en El hilo.
Eliezer: Kast postuló a la presidencia en 2017 y 2021. Y la forma en la que el quedó en 2021, fue la que les hizo a ustedes abrir los ojos y decir “qué está pasando acá”. ¿Cómo evolucionó ese candidato versus el que se vio en la campaña de este 2025? ¿Es esto que tú me decías recién Amanda, por ejemplo, de que ha tomado elementos más de otros políticos de la nueva derecha en el continente?
Amanda: Creo que es una mezcla porque hay que entender que ya para 2021 Kast ya tenía referentes internacionales. A lo que voy: para 2021 Bolsonaro ya en ese momento era presidente de Brasil. Ya tenían referencias de lo que Bolsonaro había hecho y lo habían aplicado en Chile, por ejemplo, acercándose a los grupos más evangélicos. Pero lo que nosotros sí vemos es que es una persona que, si bien no cambia tanto en el fondo, porque sus ideas siguen siendo las mismas, sí cambian las formas. A lo que voy con eso. La primera campaña presidencial es una campaña en la que podríamos decir que va un poco al choque. Se muestra tal cual. Bueno, realiza declaraciones que después son hasta hoy replicadas en redes sociales como:
Audio de archivo, José Antonio Kast: Si Pinochet estuviera vivo, ¿por quién votaría? Y la alternativa de derecha era Piñera y yo, entonces le dije: obviamente por mí.
Amanda: La segunda campaña él evade un poco ese comportamiento o se calma un poco ese comportamiento porque se da cuenta de que sus seguidores ya saben cómo es y que probablemente no sea necesario posicionarse desde ahí. No obstante, comete errores importantes en la segunda campaña y lo que nos decían todas las fuentes cercanas a él o lejanas a él, analistas u otros, era que su gran error en la segunda campaña presidencial fue caracterizarse de cierta manera que el electorado sentía que era antimujer.
Silvia: El partido Republicano se opone explícitamente al feminismo. Le llaman “ideología de género”. Durante su segunda campaña presidencial, en 2021, el programa de Kast planteaba anular la ley que permite el aborto en tres causales: violación, inviabilidad del feto o riesgo para la vida de la madre. Aunque después sacó eso de su programa. Durante esa misma campaña, dijo que iba a cerrar el Ministerio de la Mujer. Pero fue tan controversial que luego tuvo que salir a pedir perdón y decir que no lo haría.
Amanda: Cuando dice que la familia solamente es el hombre y la mujer y sus hijos, está dejando de lado una población muy importante, por ejemplo, de madres solteras que sabemos que en Chile son muchísimas y esa población, al no sentirse reconocida por él, toma la decisión de apoyar al candidato Gabriel Boric en segunda vuelta, no necesariamente porque apoya a Boric, sino como voto de castigo a José Antonio Kast.
Entonces él aprendió muchísimo de eso, a tal punto que en los últimos cuatro años, el Partido Republicano ha hecho un trabajo territorial súper importante a lo largo de todo Chile, promoviendo congresos de mujeres, reuniones de mujeres en los cuales casi nunca manifiestan posiciones ideológicas tan radicales, por ejemplo, frente al aborto, al matrimonio, a la familia tradicional, sino más bien utilizan incluso terminologías muy propias de la izquierda, como los derechos humanos de las mujeres. Las mujeres tienen el derecho humano a la seguridad, las mujeres tienen el derecho humano a la familia, a la salud, etcétera y a la vez, si nos fijamos en esta tercera elección, casi siempre que sale hablando sale con muchas mujeres alrededor suyo. O sea, tiene como personas cercanas, mujeres, al menos para lo que queda del público, ¿no? Lo que queda a la vista. Porque sí sabemos que las personas que Kast más escuchan son hombres, siguen siendo hombres. Pero sí hay algo ahí en términos de imagen que se mantiene. Entonces yo tengo la sensación, y lo hemos conversado con Felipe, que Kast ha aprendido de sus errores, ha cambiado formas, pero no el fondo. Pero esas formas sí han sido muy importantes para el electorado chileno y ha hecho también que en el marco de esta campaña pareciera ser más moderado de lo que realmente es.
Eliezer: Ustedes plantean en el libro que el auge de la ultraderecha en Chile y en otros países se explica porque mucha gente siente que hay algo profundamente erróneo en el sistema actual. ¿Qué es lo que en su lectura la gente siente que está roto en Chile hoy?
Amanda: Yo creo que hoy, podríamos crear muchas teorías sobre lo que está pasando en Chile o qué es lo que está profundamente mal. Pero hay algunos elementos que no son menores y que son tendencias internacionales, como por ejemplo la molestia con la democracia. Hay muchos estudios que demuestran que gran parte de los países que en algún momento vieron en la democracia, en el regreso a la democracia, una promesa, una promesa de prosperidad, de esperanza, de reparación, hoy se sienten un poco molestos con lo que significa la democracia. Y creo que ahí hay un gran equívoco a nivel internacional incluso, porque se entiende la libertad, como la libertad, como sinónimo de que se puede hacer o decir cualquier cosa. Y la verdad es que la libertad democrática es una libertad en la que hay una responsabilidad frente a lo que se dice o cómo se actúa. Y creo que no todos están dispuestos a asumir lo que es esa responsabilidad, ¿no? En ese sentido, la democracia es un régimen quizás incómodo, porque dice prometer permitir todo, pero en la práctica no permite todo. Un segundo elemento no menor es el aspecto económico, que es algo que se viene viendo desde ya hace muchos años, no solamente en Chile, sino en toda la región, porque en los primeros años post dictadura sí hubo crecimiento económico a nivel regional, pero después de la crisis de 2008, la verdad es que el crecimiento fue más bien bajo. Eso no quiere decir que no haya crecimiento. De hecho, Chile está creciendo, pero esas cifras, como pareciera que son casi mentirosas o la gente no lo siente en carne propia en el día a día. Yo me acuerdo de un profesor en la universidad mientras enseñaba ciencia política, que siempre decía: “algo para comer, mi casa protegida”. Esos son siempre los dos ejes centrales de cualquier elección. Después se suma todo lo demás. Esos elementos son importantes. Pero hay varios otros. Por ejemplo, en Chile la percepción de corrupción también es muy alta, pese a que Chile ha tenido pocos escándalos de corrupción en comparación con países como Brasil, Perú u otros. Es más, el escándalo de Odebrecht no replicó o no tuvo espacio en la política chilena. La percepción de corrupción y el incómodo con las clases, el establishment, como se dice, ¿no?, los políticos, es muy grande. Entonces, cualquier político que, aunque esté en el mundo político, se manifieste como un outsider en algún grado, ya sea por la forma, ya sea porque genuinamente no pertenece a agrupaciones políticas tradicionales, genera interés.
Yo creo que esos elementos nos ayudan a explicar un poco cómo las personas están votando. Ahora, en el aspecto de seguridad, algo no menor es la cobertura que han dado los medios de comunicación. Después del estallido social pasó algo muy curioso en Chile y es que los matinales, que eran programas que tradicionalmente solo hablaban de vida de famosos o que solamente hablaban de no sé, recetas para hacer en la casa y le hablaban a los dueños, dueñas de casa, empezaron a realizar una suerte de reporteo en terreno, cubriendo cualquier situación que pasara en las calles. Entonces, si uno prende la televisión chilena a las 10 de la mañana, que es el horario de los matinales, ve pura tragedia. O sea, yo hice el ejercicio en varias ocasiones.
Audio de archivo, reportera: Una noticia de último minuto: ustedes están viendo este camión que lo acaban de encontrar en la comuna de Lo Espejo luego de un asalto…
Audio de archivo, presentador: Lo primero que le quiero preguntar es ¿qué me puede decir de esta escena donde usted está violentando a una persona con una pistola?
Audio de archivo, presentadora: Un operativo policial en pleno desarrollo. Y vemos como Carabineros está persiguiendo a alguien, una persona que había participado, probablemente, de algún delito en los últimos minutos…
Amanda: Entonces eso hace que las personas tengan una visión de lo que está ocurriendo, que no necesariamente es la visión real. O sea, crea una nueva realidad. Creo que ahí el periodismo chileno tiene mucho que cuestionarse y bueno, sobre todo los matinales, que no siempre son ejercidos por periodistas. Hay mucho que preguntarse, ¿no? Porque el miedo vende, es cierto, ¿pero qué tanto ocurre en la vida real, en el día a día? O sea, ¿dato realmente mata relato? Que es una pregunta o un discurso que se viene dando hace hace tiempo. No lo sé. Creo que hay muchos elementos a considerar, pero diría que eso en general es algo que deberíamos ponerlo en la ecuación para entender qué está pasando acá.
Eliezer: Y Felipe, hay una pregunta… Recién Amanda hablaba de la televisión, pero el elemento que obviamente ha crecido un montón en las últimas elecciones en todo el mundo son las redes sociales, las plataformas tecnológicas. ¿Que hace tan eficaz la maquinaria comunicacional del Partido Republicano? ¿Qué papel tuvieron las redes sociales en todo esto?
Felipe: O sea, Kast ha sabido usar siempre bien las redes sociales, desde su primera candidatura presidencial. Él ha sido un pionero en eso y yo creo que probablemente es el único político que aún sabe hacerlo. O sea, la izquierda, la centroizquierda, la centroderecha, yo creo que todavía no terminan de entender bien cómo posicionar un relato por redes sociales. José Antonio Kast probablemente es el único político que tiene una estética clara en sus afiches, en las redes sociales, que es como la estética del Partido Republicano de Estados Unidos. O sea, uno ve sus actos de campaña, sus mítines, el logo del Capitán América, los colores, todo está ahí, pero es el único político con una marca reconocible. El jingle de campaña, por ejemplo…
Audio de archivo, jingle de campaña: José Antonio Kast. Vota 5, vota Kast…
Felipe: Es muy pegadizo. O sea, es. Es una canción muy buena, como que es la única que todo el mundo reconoce también. Y él, como también lo mostramos en el libro, él desde muy temprano supo ver de que había que meterse en las redes sociales. Había que perderle el miedo al ridículo, había que usar los mensajes cortos, efectistas, lo importante era de alguna forma copar los espacios, que es una técnica, una táctica política que él, trae directamente desde la primera campaña de Trump.
Amanda: Sí, yo solo sumaría acá algo no menor, que es saber utilizar cada red social de la manera adecuada. Ya, creo que eso es súper importante, saber cuándo publicar y cuándo no.
Silvia: Mientras estaban escribiendo el libro, Amanda y Felipe encargaron un análisis de las publicaciones de Kast en X.
Amanda: Y eran bastante pocas, la verdad. Imaginábamos que iban a ser muchísimas más, pero siempre son con mensajes muy claros y categóricos, sin necesariamente sonar violentos. Son categóricos en el sentido de una sola línea y lo que él propone y sus seguidores, pedimos también un análisis de sus seguidores, eran en mayoría hombres mayores de 40 años, casi todos. En cambio, José Antonio Kast en TikTok, que fue uno de los primeros políticos chilenos en llegar a TikTok, no tiene ningún problema de hacer bailecitos, aunque no necesariamente baile bien, ¿no? de reírse, hacer bromas.
Audio de archivo, TikTok: ¿Chayanne o Luis Miguel?
Audio de archivo, José Antonio Kast: Chayanne, tu pirata soy yo.
Amanda: De caricaturizarse si es necesario….
Audio de archivo, José Antonio Kast: Estimados amigos de TikTok, los quiero invitar a que me hagan todas las preguntas que quieran en los comentarios menos los pasos prohibidos y que hablen de mi six pack. ¡Que estén muy bien!
Amanda: De jugar con imágenes como de Star Wars u otras cosas, ¿no?
Audio de archivo, José Antonio Kast: Hello there, espero que hayan tenido un buen mambo y les recuerdo, estamos en terrenos altos.
Amanda: Y esto de una u otra manera genera engagement. O sea, todos dicen que en redes sociales, sobre todo en TikTok, hay que destacar en los primeros 10 segundos, ojalá menos que eso. Y terminaba pasando que incluso quienes no apoyaban esas imágenes compartían con otras personas. O sea, puede ser que a mí no me parezca bien esa imagen, pero me río y me río y lo comparto. Entonces, en ese sentido, hace que su visibilidad en redes fuera muy grande. Y eso él lo tiene tan claro que ha expuesto en paneles internacionales de grupos de extrema derecha. Ha dicho “No tenga miedo de hacer el ridículo, así hay que hablar con los jóvenes”. O sea, en ese sentido es como el alumno perfecto para cualquier estudiante de comunicación política a nivel internacional.
Eliezer: ¿Qué responsabilidad le caben a las fuerzas políticas tradicionales sobre este triunfo? Sobre que este tipo de discursos ganara terreno.
Amanda: Si uno ve los estudios de ciencia política. Bueno, ese gran libro Cómo mueren las democracias. Ese libro dice que el problema no es que surjan personajes como este, el problema es que haya clases políticas que están tan desesperadas de llegar al poder, que están dispuestas a hacer vista gorda a sus derivas más autoritarias y sus derivas más extremas, con tal de llegar al poder y mantener su estatus. O sea, para mí eso da cuenta de lo que ha sido la derecha chilena, que presuntamente era una derecha democrática y que finalmente ha apoyado a personajes como José Antonio Kast.
Felipe: A nosotros en el libro había gente de la UDI que nos decía que se arrepentían de haber mirado menos a José Antonio Kast, o sea, de no haberlo visto venir. Porque ellos, cuando lanzó su primera candidatura presidencial, ellos se reían. Decían que va a ser el candidato del 2%, del 3% y minimizaron un poco el riesgo. Pero se fueron acomodando, fueron oxidando sus discursos, fueron creando un descrédito junto con el resto de la clase política. Entonces la derecha no pudo tener un relato que les permitiera seguir siendo derecha. Y ahí quedaron totalmente obsoletos. Hoy también el Partido Republicano es el partido más importante de la derecha. Kast lidera la derecha. No hay más identidad que eso.
Amanda: Pero hay otro elemento que no me parece menor y es cómo en un escenario en que todas las encuestas mostraban que Kast iba creciendo, no entiendo cómo la izquierda no pensó que una candidata del Partido Comunista podría convertirse en el chivo expiatorio perfecto de la derecha chilena y de las personas de centro. Yo no digo que Jeannette Jara fuera una mala candidata per se. Me parece que tiene muchas características muy destacables, muy buenas. Tiene una trayectoria política muy interesante, pero solo el hecho de pertenecer al Partido Comunista se convirtió en la principal batalla de lucha para las personas más conservadoras e incluso personas de centro.
Silvia: Hacemos una última pausa y volvemos.
Silvia: Durante la campaña de este año, Kast evocó varias veces al modelo de Bukele, especialmente en seguridad, y se habló incluso de su vínculo con el ministro de seguridad salvadoreño, Gustavo Villatoro. La pregunta es cuánto de eso es solo una referencia simbólica y cuánto puede realmente traducirse en políticas concretas en Chile.
Eliezer: ¿Qué tipo de país aparece dibujado en un gobierno de Kast y qué tan posible es que pueda materializarlo?
Amanda: Mira, yo creo que… Bueno, al menos conversando con nuestras fuentes, algunas de estas cosas se pusieron en el libro, otras no. Pero yo me acuerdo perfecto una analista que viene estudiando la derecha hace muchísimos años y que pidió que esa cuña en específico no la usáramos para el libro, lo cual no quita que podamos comentarla ahora. Qué Kast era como la trepadora. A lo que iba con eso también ella, era que en cierta medida Kast es muy inteligente a la hora de darse cuenta de que la imagen muchas veces vende muchísimo. Pensemos que José Antonio Kast se acercó a Bolsonaro y buscó a la familia Bolsonaro cuando ningún otro liderazgo internacional estaba tan interesado en él. Kast miró a la familia Bolsonaro muy tempranamente y miró y se hizo cargo y viajó y se juntó con la familia Bolsonaro y se sacó fotos con la familia Bolsonaro y lo mostró. ¿Para qué? Para tratar de ser identificado como alguien cercano a Bolsonaro, y si Bolsonaro había llegado a la presidencia de Brasil, ¿cómo él no lo iba a lograr? En el libro nosotros finalmente descubrimos que la familia Bolsonaro no quería mucho a Kast. De hecho, la familia Bolsonaro encontraba que lo desperfilaba. Sus asesores nos dijeron que no querían que la imagen de Bolsonaro estuviera asociada con José Antonio Kast. Y hoy vemos que cuando se hizo la intentona de golpe en Brasil, Kast desvió olímpicamente sus respuestas para no hablar mal de Bolsonaro y sí hablar de Boric, de hecho habló del estallido social. No obstante, cuando salieron los primeros estudios que les decía anteriormente, estudios que posicionaban que de los grandes líderes para los chilenos, el principal de ellos o la mayoría de los chilenos, deseaba alguien como Bukele, quiso encontrarse con Bukele y finalmente no lo logró. Eso no quiere decir que yo no sienta o no crea, porque me parecería muy ingenuo de mi parte y creo que de Felipe también, que no haya encuentros o intercambios de mensajes y estrategias de liderazgos de derechas alternativas y extremas derechas a nivel internacional. Eso está muy estudiado. Ahora, en qué medida realmente intercambian esos conocimientos y en qué medida se utiliza esto como imagen para llamar la atención de las personas y hacer una buena comunicación política, es mi gran pregunta. Y es mi gran pregunta porque ya vimos que Kast es muy inteligente en términos de comunicación política y ya descubrimos junto a Felipe que sus vínculos con Bolsonaro no eran tan cercanos. Entonces ¿son sus vínculos con el equipo de Bukele tan cercanos como dice ser? Yo tengo mis dudas. Sí, honestamente tengo mis dudas y coincido con esa imagen que nos decía esa analista de que funciona como una trepadora.
Felipe: Ssumándome un poco a lo que decía Amanda, es más fácil ganar elecciones que gobernar. Y José Antonio Kast en esta elección no ha escatimado en grandilocuencia en sus propuestas. O sea, el expulsar 300.000 migrantes, controlar la migración Irregular, dar seguridad en los barrios de las grandes ciudades. Es algo curioso en esta campaña que él no ha dicho cómo lo va a hacer, o sea, cómo va a expulsar, por ejemplo, a esos migrantes irregulares, dónde los va a mandar, cómo, de qué forma, cómo va a financiarlo, qué país los va a recibir, cómo va a cerrar la frontera, tampoco lo ha dicho. Entonces yo creo que es de esperar también que sea, tal vez decepcionante o tal vez frustrante para sus votantes. Como también lo han sido los últimos cuatro gobiernos.
Amanda: Siempre que asumen liderazgos como estos, la gran pregunta es qué pasa con los otros poderes del Estado. En otros países, incluyendo Brasil, personas de su misma línea política han tenido que gobernar muchas veces por decreto o asumir la posibilidad de decreto. ¿Por qué? Porque los otros poderes del Estado le hacían un poco la pelea. No obstante, yo confío muchísimo en esos otros poderes del Estado. O sea, está comprobado que en Brasil, de no haber habido una Corte Suprema que en cierta medida bloqueaba el paso a algunas medidas de Bolsonaro, las consecuencias de ese gobierno quizás hubiesen sido mucho mayores de lo que realmente fueron, lo cual no quita el impacto que pueda tener. Chile en ese sentido es un país bastante burocrático. O sea, Chile tiene reglas que que cuesta salir de ahí. Siento que este nivel de burocracia interna chilena puede jugar a favor en el sentido de cómo hacer una oposición a José Antonio Kast en ese sentido. Eso no quiere decir que tenga el camino tan difícil. Vemos que el Congreso, de hecho, podría estar muy a su favor, pero en el Senado no tiene mayoría. Pero hay un elemento que no podemos desconocer que son las calles, y creo que acá se puede hacer paralelismos con lo que ha pasado en otros países. O sea, es cierto que Chile venía de muchas manifestaciones hasta el estallido social y después esto se enfrió, pero con un balde de agua fría por toda la frustración y todo. Pero el año que viene, 2026, es el primer año en mucho tiempo que tanto en la Universidad de Chile, como en la Universidad Católica, como en la Universidad de Santiago, que son las tres más grandes, al menos de la Región Metropolitana, hay centros de estudiantes manifestadamente de izquierda. Eso no se veía hace muchos años. Entonces, yo creo y tengo la sensación de que los estudiantes, que históricamente en Chile han jugado un rol importante para el movimiento social, pueden el año que viene volver a las calles como no lo vienen haciendo hace tiempo. No miraría en menos los movimientos sociales chilenos, que podrían ser una manera de contener cualquier deriva más autoritaria.
Amanda: Ahora bien, un aspecto que no es menor y que se ha visto en todos los países con derivas autoritarias tanto de izquierda como de derecha, es la fractura social que se produce. Es decir, ese rechazo hacia lo otro, ese incómodo de conversar con otras personas. La desconfianza de mirarse en el metro o incluso en las familias y decir cómo pudiste votar por esta persona. Creo que es mucho más difícil de revertir y es una preocupación que creo que deberíamos estar atentos. Creo que esas fracturas terminan siendo como una hierba mala de un jardín, ¿se entiende? Y en ese sentido creo que sí están en riesgo grupos minoritarios como las disidencias sexuales, como muchas mujeres, sobre todo mujeres feministas y también, y principalmente quizás, las personas migrantes. ¿Por qué? Porque lo que termina ocurriendo cuando personas que no defienden los derechos humanos salen elegidas, es que todos aquellos que tampoco están a favor de los derechos humanos se envalentonan. Entonces, el ataque a esas personas creo que sí se puede producir. Incluso cuando José Antonio Kast diga “yo no tengo culpa que X persona haga esto”. Lo hemos visto en Estados Unidos, lo hemos visto en Brasil, lo hemos visto en Argentina y creo que es muy probable que lo veamos también en Chile, porque es algo que ya se viene viendo en los últimos años también.
T20
Daniela Cruzat: Este episodio fue producido por mí, Daniela Cruzat. Lo editaron Silvia y Eliezer. Bruno Scelza hizo la verificación de datos. El diseño de sonido y la música son de Elías González.
El resto del equipo de El hilo incluye a Mariana Zúñiga, Samantha Proaño, Franklin Villavicencio, Diego Corzo, Natalia Ramírez, Paola Alean, Camilo Jiménez Santofimio, y Elsa Liliana Ulloa. Daniel Alarcón es nuestro director editorial. Carolina Guerrero es la CEO de Radio Ambulante Studios. Nuestro tema musical lo compuso Pauchi Sasaki.
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Gracias por escuchar.
Transcript:
The following English translation was generated with the assistance of artificial intelligence and has been reviewed and edited by our team for accuracy and clarity.
Silvia Viñas: Before we begin, an announcement: This is El hilo’s last episode this year. Over the next three weeks, we’ll be sharing some episodes from Central and Radio Ambulante. We’ll be back on January 16th.
Eliezer Budasoff: Hello. We are very close to the end of our fundraising campaign, and we’ve received many messages of love and support from our community. We are immensely grateful. But we still need 3,500 people to reach our goal of 5,000 donors before the end of the year. Your contribution helps us continue informing and providing context in the best possible way about what’s happening in Latin America.
Silvia: We are an independent media outlet, and every contribution you give helps us move forward. That’s why we ask you, if it’s within your means, to make a donation before the end of the year at elhilo.audio/donar. And remember: if you’re in the United States, your donations are tax-deductible. Thank you in advance and happy holidays. Here’s the episode.
Archive audio, host: The far right has returned to the leadership of Chilean politics.
Archive audio, host: A runoff that—experts have already said—is historic: Kast finally prevails with 58.21% of the vote.
Archive audio, host: He’s a conservative far-right candidate who was attempting for the third time to win the presidency.
Archive audio,host: Kast will be president with the largest bloc of votes any leader in this country’s history has ever had. More than seven million endorsements.
Silvia: Welcome to El hilo, a podcast from Radio Ambulante Studios. I’m Silvia Viñas.
Eliezer: And I’m Eliezer Budasoff.
José Antonio Kast, founder of the Republican Party, won the Chilean presidency with more than 58% of the vote. His triumph over the ruling party candidate was resounding and widespread: Kast won in all regions of the country, consolidating the far right’s rise to power. In 2017, the first time he ran as a presidential candidate, Kast received less than 8% of the vote.
Today: How a political project that for years was seen as a marginal phenomenon became a majority force in Chile, and what scenario opens up in the country with this result.
It’s December 19, 2025.
Silvia: José Antonio Kast’s triumph doesn’t occur in a vacuum. His rise to power comes amid a regional wave of right-wing shifts.
Amanda Marton: I think Chile spoke and spoke very clearly.
Eliezer: This is Amanda Marton, a Chilean-Brazilian journalist.
Amanda: And it spoke very clearly, partly as a punishment vote against Boric, but also with the hope of those promises of a firm hand and those discomforts that the Chilean electorate has with some situations like security, like the immigration situation, that José Antonio Kast promised as a candidate to deal with and do what he defines as an “emergency government.”
Silvia: That same day, he announced his resignation from the Republican Party. He said he wanted to send a message of unity and that he wanted to be the president of all Chileans.
Felipe González Mac-Conell: A large part of that 58% of votes he received is borrowed votes. In other words, these are people who are not fervent followers of his or who agree with his entire project.
Eliezer: You’re hearing journalist Felipe González Mac-Conell. He and Amanda wrote the book Kast. La ultraderecha a la chilena (Kast: The Chilean Far Right).
Felipe: So, I think it would be very prudent for José Antonio Kast and his circle to take it that way. That these votes are borrowed and that they also don’t have a social majority to carry out their program. Even so, I think he enters with great expectations from the citizenry regarding the government, mainly because his campaign was very grandiose in its promises, which is something that he, in fact, in his first speech as president-elect, began to qualify.
Archive audio, José Antonio Kast: Because this, as I tell you, is not magic.
Felipe: There he began to say solutions don’t happen overnight, don’t ask me for miracles.
Archive audio, José Antonio Kast: What we promise, what I promise you is work, character, order, decision, and conviction.
Eliezer: For those of us outside Chile, it can sometimes be quite difficult to understand that six years after the social uprising and the push to change the model, the figure who ends up winning is precisely Kast. What came together for his triumph? What do you think are the two or three most important elements that were the conditions of possibility for him to win the Presidency?
Amanda: I think there are several things. One of the most important elements is, precisely, the social uprising, yes. But if I had to define key moments to understand the character of José Antonio Kast, the first would be to understand that the return to democracy in Chile was a negotiated return in which—it must be remembered—Pinochet died without having been convicted or anything similar for human rights violations and everything the dictatorship entailed. And I allow myself to go back in history because that gives rise to many people not recognizing the dictatorship as such and continuing to vindicate for decades the image and profile of someone like Augusto Pinochet. In many ways, it allowed people who vindicated Pinochet and vindicated the dictatorship to be, for example, on the main television programs for decades. That is, that denialism was present in a not insignificant part of Chilean society. So, within that group, of course, is José Antonio Kast, and that was an orphaned group of people who recognized that, who saw Pinochet from that place and had the courage to publicly manifest it. It seems to me that this is an element that cannot be disregarded in this equation.
Then comes the social uprising. And the social uprising, although at one point, according to all polls, more than 70% of Chileans were in favor of the social uprising, José Antonio Kast was always consistent regarding what the uprising was, which for him was the most serious thing that had happened in Chile in many decades. And why was it serious for him? Because it meant disorder. He was the first to contact Sebastián Piñera to ask that the military go out into the streets even before Piñera did it, and it allowed José Antonio Kast to be a sort of image of the only detractor for a long time of the uprising. Today, all politicians from left or right have turned around a bit and have spoken somewhat against the uprising. But there was a moment when José Antonio Kast was one of the few Chilean politicians who manifested from that side of the fence. And I think that’s super important to understand, because when we conducted interviews with young people who belong today to the Republican Party, those young people told us that the Republican Party was a salvation for them, and the analysts we interviewed told us that to a certain extent the logic of what happened during the dictatorship was replicated. Just as Pinochet was seen as a salvation for many people at the time, José Antonio Kast and the Republican Party, in the context of the social uprising, of that disorder, of the advancement of feminism that also bothered many people, José Antonio Kast and the Republican Party were seen by many sectors as the salvation for what was happening in the country.
So I think we have to understand that in this equation and that it goes much further back, it doesn’t just pass through the social uprising, and I would even say that it doesn’t pass only through immigration and security. I think the figure of José Antonio Kast, before being the immigration and security candidate, is the anti-disorder candidate. That is, they’re related, but at the end of the day he’s someone who reacts to what he perceives as disorder.
Eliezer: This anti-disorder discourse can also be seen in his international references…
Silvia: During this year’s campaign, Kast repeatedly evoked Bukele’s model, especially regarding security, and there was even talk of his connection with Salvadoran security minister Gustavo Villatoro. The question is how much of that is just a symbolic reference and how much can actually be translated into concrete policies in Chile.
Eliezer: What type of country appears sketched in a Kast government, and how possible is it that he can materialize it?
Amanda: Look, I think… Well, at least talking with our sources, some of these things were put in the book, others weren’t. But I perfectly remember an analyst who has been studying the right for many years and who asked that we not use that specific clip for the book, which doesn’t mean we can’t comment on it now. That Kast was like a climber. What she was also getting at with that was that to a certain extent Kast is very intelligent when it comes to realizing that the image often sells a lot. Let’s think that José Antonio Kast approached Bolsonaro and sought out the Bolsonaro family when no other international leadership was so interested in him. Kast looked at the Bolsonaro family very early on and looked and took charge and traveled and met with the Bolsonaro family and took pictures with the Bolsonaro family and showed it. What for? To try to be identified as someone close to Bolsonaro, and if Bolsonaro had reached the presidency of Brazil, why wasn’t he going to achieve it? In the book we finally discovered that the Bolsonaro family didn’t like Kast very much. In fact, the Bolsonaro family found that it hurt their profile. Their advisors told us they didn’t want Bolsonaro’s image to be associated with José Antonio Kast. And today we see that when the coup attempt happened in Brazil, Kast masterfully deflected his answers to avoid speaking ill of Bolsonaro and did speak of Boric, in fact he spoke of the social uprising. However, when the first studies that I mentioned earlier came out, studies that positioned that of the great leaders for Chileans, the main one of them or most Chileans, wanted someone like Bukele, he wanted to meet with Bukele and ultimately didn’t achieve it. That doesn’t mean that I don’t feel or don’t believe, because it would seem very naive on my part and I think Felipe’s too, that there aren’t meetings or exchanges of messages and strategies of alternative right-wing and extreme-right leaderships at the international level. That’s very well studied. Now, to what extent they really exchange that knowledge and to what extent this is used as an image to attract people’s attention and do good political communication is my big question. And it’s my big question because we’ve already seen that Kast is very intelligent in terms of political communication, and we already discovered with Felipe that his ties with Bolsonaro weren’t as close. So are his ties with Bukele’s team as close as he claims to be? I have my doubts. Yes, honestly I have my doubts, and I agree with that image that analysts told us that he functions as a climber.
Felipe: Building on what Amanda was saying, it’s easier to win elections than to govern. And José Antonio Kast in this election has been grandiose with his proposals. I mean, expelling 300,000 migrants, controlling irregular migration, providing security in the neighborhoods of big cities. It’s something curious in this campaign that he hasn’t said how he’s going to do it, that is, how he’s going to expel, for example, those irregular migrants, where he’s going to send them, how, in what way, how he’s going to finance it, what country is going to receive them, how he’s going to close the border—he hasn’t said that either. So I think it’s also to be expected that it will perhaps be disappointing or perhaps frustrating for his voters. As the last four governments have also been.
Amanda: Whenever leaderships like these assume power, the big question is what happens with the other branches of government. In other countries, including Brazil, people of his same political line have often had to govern by decree or assume the possibility of decree. Why? Because the other branches of government put up a bit of a fight. However, I have great faith in those other branches of government. I mean, it’s proven that in Brazil, if there hadn’t been a Supreme Court that to a certain extent blocked the passage of some of Bolsonaro’s measures, the consequences of that government perhaps would have been much greater than what they really were, which doesn’t detract from the impact it might have. Chile in that sense is a quite bureaucratic country. I mean, Chile has rules that are hard to get out of. I feel that this level of Chilean internal bureaucracy can play in favor in terms of how to mount opposition to José Antonio Kast in that sense. That doesn’t mean he has such a difficult path. We see that Congress, in fact, could be very much in his favor, but in the Senate he doesn’t have a majority. But there’s an element we can’t ignore, which is the streets, and I think here we can draw parallels with what has happened in other countries. I mean, it’s true that Chile was coming from many demonstrations up to the social uprising, and then this cooled down, but with a cold bucket of water from all the frustration and everything. But next year, 2026, is the first year in a long time that at the University of Chile, at the Catholic University, at the University of Santiago, which are the three largest, at least in the Metropolitan Region, there are student centers manifestly leftist. That hasn’t been seen in many years. So, I believe and have the feeling that students, who have historically played an important role in the social movement in Chile, might next year return to the streets like they haven’t been doing for a while. I wouldn’t underestimate Chilean social movements, which could be a way to contain any more authoritarian drift.
Amanda: Now, an aspect that is not minor and that has been seen in all countries with authoritarian drifts both from left and right is the social fracture that occurs. That is, that rejection toward the other, that discomfort of conversing with other people. The distrust of looking at each other on the subway or even in families and saying, how could you vote for this person. I think it’s much harder to reverse, and it’s a concern I think we should be attentive to. I think those fractures end up being like a weed in a garden, you know? And in that sense I think sexual dissidents, many women, especially feminist women, and also, and perhaps mainly, migrant people are at risk. Why? Because what ends up happening when people who don’t defend human rights are elected is that all those who are also not in favor of human rights become emboldened. So, the attack on those people I think can occur. Even when José Antonio Kast says “it’s not my fault that X person does this.” We’ve seen it in the United States, we’ve seen it in Brazil, we’ve seen it in Argentina, and I think it’s very likely we’ll see it in Chile too, because it’s something that’s already been happening in recent years as well.
T20
Daniela Cruzat: This episode was produced by me, Daniela Cruzat. It was edited by Silvia and Eliezer. Bruno Scelza did fact-checking. Sound design and music are by Elías González.
The rest of El hilo’s team includes Mariana Zúñiga, Samantha Proaño, Franklin Villavicencio, Diego Corzo, Natalia Ramírez, Paola Alean, Camilo Jiménez Santofimio, and Elsa Liliana Ulloa. Daniel Alarcón is our editorial director. Carolina Guerrero is the CEO of Radio Ambulante Studios. Our theme music was composed by Pauchi Sasaki.
El hilo is a podcast from Radio Ambulante Studios. If you value independent and rigorous journalism, we ask you to join our memberships. Latin America is a complex region, and our journalism needs listeners like you. Visit elhilo.audio/donar and help us with a donation.
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